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REVOLUCION NACIONAL

La Revolución del 52 una lucha sin precedentes

Extractado del libro: "Así fue la Revolución"

Normalmente se cree que la insurrección popular de abril de 1952 fue un hecho inédito en
Bolivia. En realidad, los sectores populares ya habían ensayado en varias oportunidades el
camino de la insurrección, pudiéndose considerar a esta forma de lucha como la que mejor
reflejaba una cierta cultura política de los grupos subordinados, que incluso se puede rastrear
en el siglo XIX y en el periodo colonial.

La misma caída del régimen de Villarroel fue producto de una insurrección, aunque en esa
oportunidad la lucha popular fuera instrumentalizada por la oligarquía. Durante el Sexenio
(1946-1952), acontecimientos como la toma de Potosí por los mineros del Cerro Rico, en enero
de 1947, el levantamiento de los trabajadores de la mina de Siglo XX, en mayo de 1949, el de
los fabriles en 1950 y otros hechos, pueden ser claramente inscritos en esta forma de
confrontación con el poder.

Los partidos políticos también participaron de concepciones insurreccionalistas, siendo el POR


el que más la sustentó discursivamente al abogar por la "acción directa de masas", mientras
que el MNR, que propugnaba más bien métodos más legalistas o "modernos" para alcanzar el
poder, terminó involucrándose en acciones con esas características, aunque principalmente
desde las bases y los mandos intermedios del partido, como en la Guerra Civil de 1949 y en
el mismo 52.
Por otro lado, es posible que el insurreccionalismo en Bolivia tenga raíces más profundas, es
decir, que se derive de las prácticas tradicionales de los pueblos originarios, en cuya historia
son muchas las oportunidades en que la manera de enfrentar al adversario fue la rebelión
armada y, en gran medida , espontánea.

En todo caso, lo que diferencia a la insurrección de abril de los otros levantamientos


campesinos e insurrecciones populares, fue que, esta vez, el pueblo logró derrotar a su
adversario y obtener de esa manera no sólo un triunfo político y social, sino militar.

El 9 de abril

El 9 de abril de 1952 amaneció como ningún otro 9 de abril. Las marchas militares que se oían
en todas las radios a transistores de los hogares paceños, venían acompañadas de proclamas
y llamadas al "valeroso pueblo de La Paz". La emotiva voz había dejado de ser la de un sereno
locutor de "Radio Illimani". Enronquecida, anunciaba que un golpe de Estado contra la
oligarquía había estallado. El MNR, partido del
pueblo y cabecilla del levantamiento, anunciaba la muerte de los "opresores" y pedía el
concurso de todos para consolidar su movimiento. Tras las marchas militares, el himno
movimientista cobraba fuerza.
El pueblo convocado venció la incertidumbre y se volcó a las calles. Se formaron grupos, se
tomaron rápidas decisiones y no se pensó en nada más que en ganar la batalla contra el
Ejército que se atrincheraba para defender al régimen.
El golpe planificado por el MNR debió haber estallado en enero para aprovechar la época de
las lluvias y la falta de conscriptos, pero la posibilidad de contar con aliados entre los altos
mandos del Ejército, como Don Antonio Seleme, para entonces Ministro de Gobierno, lo
postergó.
Estallado el 9 de abril, según planes de los conspiradores, si éste fracasaba en La Paz, se
levantarían 57 cantones, provincias y centros mineros para desatar la guerra civil y se
establecería en el Sur un gobierno civil, obligando al Ejército a combatir en 100 lugares, a
tiempo que se decretaría la huelga general.

Además, en los meses anteriores, comandos zonales y barriales, células de mujeres y grupos
de trabajadores mineros habían fabricado granadas de cemento amarradas con una
carga de dinamita, bazucas llamadas en las minas "chicharras" que serían el principal arma
de lucha cuando el momento llegara (el Diario 21 de abril de 1952).
En cuanto a los Comandos Zonales y los grupos de honor del MNR, éstos comenzaron a
organizarse poco después de la caída de Villarroel y, para 1951, ya existían 24 organizaciones
de ese tipo en la ciudad de La paz. En 1952, estaba listos para responder al llamado de sus
líderes.
Por su parte, el Comité Revolucionario regional del MNR compuesto en el momento de la
revolución por Hernán Siles Zuazo, Adrián Barrenechea, Hugo Roberts, Jorge Ríos, Juan
Lechín, Mario Sajinés Uriarte, Roberto Méndez Tejada, Raúl Canedo, Jorge del Solar, Manuel
Barrau, y Alfredo Candia, había asegurado la participación en el golpe de los comandantes de
las tres principales fuerzas del Ejército.
Pero en los hechos, sólo el Gral. Antonio Seleme mantuvo su palabra, aunque terminó
asilándose en una embajada en el momento más crítico del movimiento, convertido desde las
primeras horas del 9 de abril en una auténtica insurrección popular.

Hernán Siles Zuazo (*La Paz, Bolivia, 19 de marzo de 1913 - † Montevideo, Uruguay, 6 de
agosto de 1996), político boliviano y Presidente Constitucional de la República de Bolivia en
dos periodos (1956-1960; 1982-1985). Es hijo del que fuera presidente Hernando Siles.

Revolución del 52

Artículo principal: Revolución de 1952 (Bolivia)

Fundó el Movimiento Nacionalista Revolucionario junto con Víctor Paz Estenssoro. Asumió el
poder interinamente después de la Revolución del 52 a nombre de Paz. Luego gobernaron
alternadamente durante este periodo de hegemonía del MNR. El MNR fue derrocado en 1964
en un golpe militar que dejo de presidente a René Barrientos.

Elecciones y golpes

El 24 de noviembre de 1978, el General David Padilla, perteneciente al fuerte sector


nacionalista-popular del ejército boliviano, derrocó al General Juan Pereda Asbún con el fin de
establecer un gobierno democrático y procedió a convocar a elecciones en julio de 1979. Allí
triunfó Siles con el MNR-I, escisión del MNR, un resultado inaceptable para las dictaduras del
Cono Sur y los Estados Unidos, articuladas regionalmente por entonces a través del Plan
Cóndor. Sin embargo, al no alcanzar Siles el 50% de los votos, la Constitución establecía que
el Congreso era el que debía definir la elección del presidente. Sin embargo las presiones
fueron inmensas y resultó imposible obtener una mayoría suficiente en el Congreso. Cómo
solución temporal el Congreso designó al Presidente del Senado, Wálter Guevara Arce, para
hacerse cargo interinamente de la Presidencia de la República por un año, hasta las elecciones
de 1980.

Golpe de Natusch

El 1 de noviembre de 1979 el General Alberto Natusch Busch derrocó al gobierno democrático


mediante un sangriento golpe de estado. Como reacción se produjo un levantamiento popular
encabezado por la Central Obrera Boliviana (COB) que generó a su vez una violenta represión
generalizada, incluyendo la Masacre de Todos Santos, donde murieron más de 100 personas y
se produjeron 30 desaparecidos. Dieciseis días después, la resistencia popular obligó a
Natusch Busch a devolver el poder al Congreso que eligió a la Presidenta de la Cámara de
Diputados, Lidia Gueiler, como Presidente interina de la República, hasta las elecciones del 29
de junio del año siguiente.

Atentado

Una semana antes de las elecciones se realizó el atentado terrorista de derecha que hizo
estallar en el aire el avión en el que iba Siles Suazo, quien salvó milagrosamente su vida. El
atentado del 21 de junio de 1980 fue realizado contra una avioneta en la que viajaban varios
líderes de la Unidad Democrática y Popular (UDP) en campaña electoral. La avioneta
pertenecía a una compañía de taxis aéreos de propiedad de Luis Arce Gómez, quien habría de
asumir el Ministerio del Interior en el golpe de estado realizado un mes después y se
encontraba directamente a cargo de las actividades clandestinas de represión e inteligencia.
Contra lo esperado por los sectores golpistas, el ataque incrementó la popularidad de Siles que
en las elecciones obtuvo el doble de los votos obtenidos el año anterior.1

Golpe de Garcia Meza

El 17 de julio de 1980 un grupo de militares estrechamente ligados al narcotráfico, liderados por


Luis García Meza y su lugarteniente Luis Arce Gómez con apoyo activo de la la dictadura
militar argentina, produjeron un nuevo sangriento golpe de estado, derrocando al gobierno
democrático de Lidia Gueiler e impidiendo la asunción de Hernán Siles Suazo.1

La represión y la corrupción no pudieron evitar las luchas internas entre diferentes facciones
militares. Estas luchas llevaron a que el 4 de agosto de 1981 García Meza renunciara para
acceder al poder el General Celso Torrelio Villa, que no demostró intención alguna en volver a
un sistema democrático. En julio de 1982 el sector militar que respondía a García Meza volvió a
intentar un golpe de estado fallido, que provocó la caída de Torrelio Vila y su reemplazo por el
General Guido Vildoso Calderón, con el mandato de comenzar a organizar la transición hacia
un régimen democrático. Los tiempos se aceleraron cuando el 17 de septiembre de 1982, una
huelga general convocada por la COB puso al país al borde de la guerra civil. La dictadura
militar colapsó y el poder le fue entregado a un Congreso Nacional conformado según la
composición de 1980, que decidió considerar válidas las elecciones de 1980 y designar en
consecuencia a Hernán Siles Suazo como presidente.

Véase también: Gobiernos Militares en Bolivia (1964-1982)

Retorno a la Democracia: Gobierno de la UDP

Volvió al gobierno democráticamente el 10 de octubre de 1982 apoyado en la Unidad


Democrática y Popular (UDP), alianza que había formado a fines de la década del 70 entre su
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Movimiento Nacionalista Revolucionario de
Izquierda (MNR- I) y el Partido Comunista de Bolivia (PCB).

Al asumir la presidencia la frágil democracia boliviana se encontraba frente a una muy difícil
situación económica y política. Económicamente, Bolivia estaba quebrada frente a la crisis de
la deuda externa, común a toda América Latina derivada de una década en la que las
dictaduras latinoamericanas endeudaron fraudulentamente a los países con crédito barato.
Además se desencadenó un proceso hiperinflaciónario (27.000%) que destruyó el poder
adquisitivo de los asalariados, llevando el país a la anarquía.

Siles no tuvo respuestas económicas. La fijación de precios fracasó y finalmente debió


renunciar y llamar a nuevas elecciones el 6 de agosto de 1985. Hay que señalar en favor de su
gobierno, que logró preservar la democracia, constituyéndo a Bolivia en mascarón de proa de
la recuperación democrática del Cono Sur, seguida de Argentina (1983), Uruguay (1985), Brasil
(1985), Paraguay (1989) y Chile (1990). Otros actos de gobierno de gran importancia histórica
fueron la extradición de Klaus Barbie, el apoyo moral a la Argentina en la guerra de las
Malvinas y el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular de China.
Poco después de concluir su gobierno, se retiró para siempre no sólo de la vida política, sino
también de Bolivia, cansado y decepcionado para radicarse en Uruguay, donde tiene una hija
suya casada con un ciudadano uruguayo. Allí muere en Montevideo años después y sus restos
mortales fueron repatriados a La Paz, donde descansan ahora.

ESTABILIZACION MONETARIA.- El decreto de 4 de agosto de 1956 (de estabilización


monetaria) fue estudiado durabte el gobierno de Paz Estensoro,de manera que fuera aprobado
directamente por el poder ejecutivo , puesto que el gobierno desconfiaba de su aprobación por
el poder legislativo que debia de instalarse formalmente , después de 4 años de receso . La
estabilización se impuso, finalmente con un denodado esfuerzo del presidente sucesor Hernan
Siles Zuazo y su gabinete , asi como ocurrio mas tarde con un consejo politico del partido de
gobierno, el MNR el cual habia sido recompuesto e integrado por personalidades afines al
propio presidente . El principal ejecutor de esta politica fue el ministro de gobierno y secretario
ejecutivo del MNR Jose Cuadros Quiroga uno de los fundadores del MNR y persona de la mas
absoluta confianza del presidente de la republica

GOLPE MILITAR PENTAGONAL DE BARRIENTOS DE 1964.- Golpe de Estado contra el


presidente Víctor Paz Estensoro, 3 de noviembre de 1964

El General René Barrientos Ortuño derrocó al presidente boliviano Víctor Paz Estensoro. Esto
le permitió el acceso al gobierno en calidad de Presidente de una junta militar que la
encabezaba el Comandante de las Fuerzas Armadas, General Alfredo Ovando Candia.

Este periodo de facto duró hasta el 31 de diciembre de 1965, pero desde aquel momento las
Fuerzas Armadas serían las que, definitivamente, tendrían el monopolio del poder político
boliviano y se iniciaría una dura represión contra el movimiento obrero y popular.

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