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Josue Borges
Fuller Theological Seminary
OT501: Pentateuco
Moisés López
Diciembre 13, 2009
El segundo mandamiento presentado por Moisés al pueblo de Israel en el desierto, según lo narra
el libro del Éxodo, es, tal vez, uno de los mandamientos que con mayor fuerza es recordado
conocimiento humano. El tema se reviste de importancia cuando pensamos que “El mayor pecado
que un hombre pueda cometer es rehusar dar a Dios la admiración y obediencia que se le deben, o
dimensión asustadora a que históricamente ha llegado este problema llevo a José Sicre a
preguntar: “¿Por qué este precepto que ha provocado ríos de sangre, incluso dentro de la
Iglesia?”. 2
Trataremos de analizar aquí como la prohibición de las imágenes de Dios fue interpretado y
aplicado en el Israel del Antiguo Testamento, para en seguida verificar las diferencias de
modesto planteamiento de una posible solución para el problema. Todo esto sin la mínima
1
Charles Hodge, Teología Sistematica, vol. II (Barcelona: Editorial CLIE, 1991), pg. 428.
2
José L. Sicre, Introducción al Antiguo Testamento, 7th ed. (Navarra: Verbo Divino, 2000), pg. 119.
2
Creo que es fundamental que busquemos definirla relación entre el segundo y el primero
mandamiento del decálogo, pues es básicamente ahí donde residen las diferentes interpretaciones
Dios está o no relacionada con el primer mandamiento, que prohíbe la idolatría, está en
significado del término hebreo pesilim en Ex 20:4, “Ídolos (heb., pesilim, ídolos o imágenes).” 3
Si en este versículo pesilim significa imágenes de Dios, esto hace al segundo mandamiento
distinto del primero. Entretanto, si quiere decir ídolos, esto transforma el primer mandamiento en
una extensión del primero. Pero, esencialmente, como lo define García López, “el término hebreo
que traducimos aquí por «imagen», sin ulteriores precisiones, se refiere ante todo a las imágenes
primer mandamiento.” 5
López basa su argumento en que todos los demás textos bíblicos que hablan del tema solo
condenan el uso de imágenes como representación de otros dioses, y cita como ejemplos,
López añade a su posición que los verbos en el texto de Éxodo 20:4-5, postrarse y servir,
“conectan normalmente con la expresión relativa a los otros dioses y no con las expresiones
3
J. D. Douglas and Merrill C. Tenney, Diccionario bíblico Mundo Hispano (Florence: Casa Bautista de Publicaciones,
1997), pg. 589.
4
Felix G. Lopez, El Decalogo, CB80 (Navarra: Verbo Divino, 1994), pg. 19.
5
Felix G. Lopez, El Decalogo, CB80 (Navarra: Verbo Divino, 1994), pg. 20.
6
Lopez, 21.
3
referentes a las imágenes”. 7 Al mismo tiempo, admite que, “no queda claro, sin embargo, si se
Von Rad: “el texto pone la prohibición de las imágenes en relación estrecha con la prohibición de
los dioses extranjeros.” 9 Pero Rad admite que el Éxodo 20:4 prohíbe el hacer de imágenes
representativas de Jehová, “Israel no vio en el Sinaí ninguna figura de Yahvé, sólo oyó su voz que
salía del fuego, por esto no puede representarlo en imágenes. Aquí se da un énfasis particular a la
siguiente antítesis: en sus relaciones con Dios, Israel no debe atenerse a una imagen, como los,
Childs: menciona a Obbink, que defendió la tesis de que las imágenes se refieren a otros dioses,
porque, según el “ ¿cómo podría Yahve ser celoso de una figura de el mismo? ¿No seria más
razonable sentir el celos por la adoración de otros dioses?” Pero, Childs también reconoce que
Deut, 4.9ss deja claro tratarse el mandamiento de imágenes de Yahve, argumentando que Dios no
Pixley: “Las tradiciones católica romana, luterana, y judía ortodoxa han entendido que la
prohibición contra imágenes es parte de la prohibición de rendir culto a "otros dioses". Pero
menciona que “los antiguos intérpretes Josefo y Filón distinguieron en cambio dos mandamientos,
y los intérpretes críticos modernos son casi unánimes en tomar la prohibición de imágenes como
Se percibe claramente que estas posiciones están a favor de que hay una distinción entre el
7
Lopez, 18.
8
Lopez, 20.
9
Gerhard Von Rad, Teologia del Antiguo Testamento/Teology of the Old Testament (Biblioteca De Estudio Biblicos),
vol. 1 (Espana: Ediciones Sigueme, 1971), pg. 267.
10
Rad, 267.
11
Brevard S. Childs, Book of Exodus a critical, theological commentary (Philadelphia: Westminster P, 1974), pg. 406.
12
Jorge V. Pixley, Éxodo, Una Lectura Evangélica y Popular (Mexico, D.F: Casa Unida de Publicaciones, 1983), pg. 89.
4
católica, que lo anulo en su decálogo. El proceso de cómo ocurrió ese cambio lo explica el mismo
Pixley: “En la redacción actual del decálogo, este segundo mandamiento ha recibido varias
ampliaciones que tienen el efecto de asimilarlo al primer mandamiento. Hay un llamativo cambio
de sujeto gramatical entre un singular original ("imagen") a un plural ("no los adorarás").”. 13
Creo en qué consiste un error confundir el significado de la palabra imagen con el de la palabra
ídolo. El primer mandamiento prohíbe la adoración a cualquier objeto o ser que no sea el
verdadero y único Dios. Es decir, el primer mandamiento es suficiente para prohibir la adoración
de imágenes, y por consiguiente el segundo mandamiento (según esta exégesis) bien podría
El primer mandamiento sencillamente prohíbe la idolatría con o sin imágenes. El segundo prohíbe
imágenes de Jehová, no solamente para adóralo como también inclinarse ante ellas. El siguiente
cuadro comparativo visa demostrar que no es necesario llevar la prohibición también a imágenes
decorativas:14
PROIBIDO PERMITIDO
Objeto de adoración No un objeto de adoración
Designadas por hombres Designadas por Dios
Con propósito religioso Con propósito educativo
Para representar la esencia de Deus Para afirmar la verdad
Sin cualificaciones Con cualificaciones
Concluimos que en el primer mandamiento se nos manda que adoremos a Jehová y a ningún otro;
nada.
La Biblia Nácar-Colunga declara que la razón para inserirse un mandamiento como este en el
decálogo se debió al contexto idolatra de otros pueblos: “Los egipcios habían llegado hasta el
13
Pixley, 89.
14
Norman Geisler and Thomas Howe, Manual Popular de Dúvidas, Enigmas e “Contradições” da Bíblia, traducido
por Josue Borges (São Paulo: Editora Mundo Cristão, 1999), pg. 56.
5
paroxismo en la adoración de los fenómenos naturales, de los astros y seres creados. La zoolatría
tenía manifestaciones sin número. 15 “Antiguos pueblos primitivos empezaron por adoptar ciertos
símbolos groseros para representarse a sus dioses; pero, perfeccionando tales símbolos, fabricaron
imágenes, y poco a poco acabaron por concebir los dioses según las imágenes con que las
Se puede notar que este comentario reconoce aun que indirectamente el peligro de que la
¿Cómo interpretaran los judíos el segundo mandamiento? Von Rad llama la atención para la
“No se puede afirmar en absoluto que los profetas se sintieran obligados a respetar esta
prohibición, incluso en su forma de predicar sobre Yahvé. Por el contrario, se mueven en los
antropomorfismos más atrevidos. Esto puede preservarnos una vez más de una falsa
interpretación filosófica de este precepto del decálogo, es decir, no quiso prohibir a Israel
siempre a Yahvé en forma humana, como varón; pero los antropomorfismos en la mente o en
el lenguaje no eran una imagen cultual, ningún intermediario de la revelación que pudiera
Por eso, según Rad tampoco en el santuario central se permitía imágenes: “…el culto oficial
anfictiónico era, en aquel período, un culto sin imágenes; ninguna imagen divina podía osar
15
Com.A. Colunga and M.Garcia Cordero, eds., Biblia Comentada Texto de la Nacar-Colunga, vol. 4 vols. (Salamanca:
B.A.C, 1960), pg. 343.
16
Colunga-Nacar, 342.
17
Rad, 270.
18
Rad, 266.
6
Bright confirmas lo mismo, valiéndose del testimonio de la arqueología: “…todos los testimonios
del Antiguo Testamento, los cuales, aunque acusan repetidamente a Israel de hacerse ídolos de
dioses paganos, no dan ninguna clase de referencia a ninguna imagen de Yahvé . Aunque no
podemos afirmar que nunca fuera hecha ninguna, tal cosa debe haber sido, al menos, muy rara. En
conformidad con esto está la prueba arqueológica, ya que no ha sido hallada ninguna imagen
masculina en ninguna ciudad de Israel hasta ahora excavada. Incluso las placas y figurines de
Astarté, tan comunes en los niveles cananeos, así como en los posteriores israelitas, están
notablemente ausentes en las primeras ciudades israelitas de la Palestina central, a pesar de que se
No hay indicaciones bíblicas de que la prohibición de imágenes haya afectado la relación cultual
del pueblo judío con Jehová. A ese respeto escribe Rad que “en tiempos antiguos la prohibición
Rad cree que el uso de imágenes en la adoración no causo ningún daño a Israel, al afirmar que “
sólo en casos muy raros la imagen era identificada realmente con el dios respectivo, pero esto no
sucedió jamás en los cultos con los que Israel tuvo algún contacto. ..«La imagen es algo así como
el médium del espíritu» … pues la imagen es en primer lugar portadora de una revelación”. 21
Una creencia común es de que la prohibición de las imágenes tendría ahogado todos los impulsos
artísticos en el campo religioso y secular de Israel, que por eso “nunca desarrolló la pintura y la
escultura. Aunque la alfarería era un arte importante, los esfuerzos artísticos principales de Israel
se centraron en el templo; por ejemplo, en el arca del pacto y en las cortinas bordadas. Debido a
que no se desarrolló la arquitectura en Israel, Salomón importó a artesanos fenicios para construir
el templo y su palacio”. 22
19
John Bright, La historia de Israel, 2nd ed. (Bilbao: Desclée de Brouwer, 1970), pg. 159.
20
Rad, 268
21
Rad, 264.
22
Douglas, 43.
7
Con lo que Bright concuerda y justifica: “Si esto hace estéril, en el terreno del arte, la fe de Israel,
Entretanto, esa idea no encuentra el respaldo de Von Rad: “Israel fue de hecho mucho más
atrevido que cualquier otro pueblo en la ilustración poética de Yahvé y del esplendor de sus
apariciones e intervenciones”. 24
actualmente también son numerosísimos los artistas de este origen, lo que echa por tierra la
Para justificar el profuso uso de imágenes en sus templos y sus servicios, la iglesia católica se
séptimo Concilio Ecuménico (celebrado en Nicea el año 787), justificó contra los iconoclastas el
culto de las sagradas imágenes: las de Cristo, pero también las de la Madre de Dios, de los ángeles
y de todos los santos. El Hijo de Dios, al encarnarse, inauguró una nueva ‘economía’ de las
imágenes. El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que proscribe
los ídolos. En efecto, ‘el honor dado a una imagen se remonta al modelo original’ (S. Basilio, spir.
18, 45), ‘el que venera una imagen, venera en ella la persona que en ella está representada’ (Cc de
Nicea II: DS 601); cf Cc de Trento: DS 1821-1825; Cc Vaticano II: SC 126; LG 67). El honor
tributado a las imágenes sagradas es una ‘veneración respetuosa’, no una adoración, que sólo
realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios
encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en
23
Bright, 160.
24
Rad, 435.
8
ella, sino que tiende a la realidad de la que ella es imagen. (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 81, 3,
ad 3). 25
Pero, ¿no han ocurrido abusos y distorsiones? Si, ya lo reconocía en el año 1900 el comentarista
del catecismo José Mazo, que en las “santas y saludables prácticas del culto de las imágenes se
han introducido algunos abusos; el Concilio desea con ansia que sean totalmente desterrados. 26
“Se deben tener, dice el santo Concilio, y conservar, principalmente en los templos, las
imágenes de Jesucristo, de la Virgen Madre de Dios, y de los demás Santos, y darles el honor
y veneración que les es debida; no porque se crea que hay en ellas alguna divinidad ó virtud,
por la cual se las deba venerar y porque se les haya de pedir alguna cosa; ó poner en ellas
nuestra confianza, como hacían en otro tiempo los gentiles, que ponían su esperanza en los
ídolos...”27
A nuestro ver, es discutible la afirmación que las imágenes en el tabernáculo y el templo fueron
usadas como lo es en la liturgia católica. Esta nuestra posición será mejor explicada mas adelante,
en este trabajo.
Hay quienes consideren el uso de imágenes como algo necesario e inevitable, como afirma el
Convivimos con idolillos portátiles y pequeños, algunos casi simpáticos y entrañables, como
25
U. S. Catholic Church, Catecismo de la Iglesia Católica (Garden City: Image, 1995), pg. p. 473, párrafos 2.131 y
2.132..
26
Santiago José G. Mazo, El Catecismo de la Doctrina Cristiana Explicado, 29th ed. (Valladolid: Imprenta de D. Juan
de la Cuesta y Compañía, 1900), pg. 114.
27
Mazo, 115.
9
Para quienes viven al margen del catolicismo romano, el problema de las imágenes no parece
tener importancia. Por ejemplo, con respeto al culto a María, es común explicaciones como la de
homenaje, pero no la adoramos… 29 Y concluye con entusiasmo: “ Dirígete a cualquier parte del
mundo, donde más te plazca, y observa ¡cuántas imágenes, cuántas estatuas, cuántas iglesias en
honor de la Madre de Dios! Y a ella se han dirigido, no solamente los niños y las mujeres, sino los
30
hombres de recio temple”.
Pero Toth reconoce que su posición no es una unanimidad: “ Este culto de los Santos, tan
floreciente en la Iglesia católica, es el blanco principal al que se dirigen nuestros adversarios para
atacarnos. 31 De qué tipo de ataque se refiere Toth? Trataremos de responder a eso en el sub-tema
a seguir.
Los protestantes, creemos que “la adoración, para que sea verdadera, debe estar basada en una
correcta percepción de Dios. El libro de Éxodo enfatiza la importancia de conocer a Dios como
Sicre infiere que la prohibición pretende evitar “la manipulación de Dios a través de una imagen a
la que se puede premiar o castigar. Si el dios se porta bien y concede lo que le pedimos, podemos
28
Fernando Savater, Diez Mandamientos En El Siglo XXI Tradición Y Actualidad Del Legado De Moisés (Barcelona:
Debate, 2004), pg. 12.
29
Mons. Tihamér Tóth, Los Diez Mandamientos (Buenos Aires: Ed. Poblet, 1944), pg. 65.
30
Tóth, pg. 66.
31
Tóth, Los pg. 72.
32
Siglo Veintiuno, Nuevo Comentario Biblico Siglo XXI (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 1999), pg. 224.
10
privamos de todo. 33
Hodge afirma que esta prohibición puede también ser deducida “por el significado literal de las
palabras: “La palabra hebrea ‘abad, traducida «servir», incluye todo tipo de homenaje externo,
Exodo: “Postrarse ante las imágenes de Dios y ante los ídolos es tornar a la esclavitud (tal vez,
mejor que traducir «no las servirás» [a las imágenes] debería entenderse: no dejarás que te
esclavicen). La idolatría incluye el riesgo de convertir a los hombres en esclavos. …El hombre se
para ayudar en la adoración, presentamos la refutación Carlos Knott, en su libro Los Diez
Mandamientos. Knott explica que los querubines que adornaban el tabernáculo, más tarde el
templo, y el arca de la Alianza, hechos por orden divina, “Dios no lo permitió, repito, sino que
mandó fabricarlos. Si el hombre hubiese hecho esto sin órdenes, su atrevimiento habría sido
idolatría. ¿Para qué servían? Nadie les rezaba. No había copias de ellos en las tiendas de los
israelitas, ni estampas, ni pendientes de querubines. Nadie les ponía velas…Los dos querubines
del arca de la Alianza solamente fueron vistos una vez al año por el Sumo Sacerdote cuando
entraba en el Lugar Santísimo, el día de Yom Kippur, día de expiación. ¿Qué culto se les rindió a
ellos? Ninguno. Exceptuando estos pocos hombres, nadie más llegó a verlos. 36
Knott también refuta con contundencia a los argumentos católicos romanos de que venerar
imágenes físicas de Dios o de santos para cultuar a Dios es una costumbre inofensiva y natural:
33
Sicre, 120.
34
Hodge, 425.
35
Ambrogio Spreafico, El Libro del Éxodo (Barcelona: Herder, 1995), pg. 137.
36
Carlos T. Knott, Los Diez Mandamientos (Huesca: Editorial Discípulo, 1988), pg. 20-21.
11
alegan. No, al contrario, el pueblo lo hace porque espera ser protegido, bendecido o de
alguna manera tener suerte por eso. ¿Acaso pone alguien un San Pancracio en su tienda
porque sí? ¿Y el San Cristóbal en los coches? Aunque la Iglesia lo retiró, el pueblo no,
ante el crucifijo, o ante el Niño Jesús, o el Belén en Navidad? ¿No ha visto a nadie llevar
algunos estudiantes: .Santa Rita, Rita, Rita, lo que da, nadie quita.? Y con algunos se
los papeles al final, ¡por si a caso! ¿No has oído de las mujeres mexicanas que guardan y
veneran las tortas de harina porque dicen que milagrosamente aparece el rostro de Cristo
Además, con respeto a las constantes referencias de autoridades católicas a su catecismo para
refrendar el uso de imágenes en el culto, como ya mencionamos en este ensayo, Pepe Rodriguez,
de los protestantes: “Tras leer varias veces esta católica e inspirada opinión, queda absolutamente
claro que nada de lo que se dice en ella tiene la más mínima entidad para hacer variar o aminorar
ni un ápice la prohibición de las Escrituras de dar culto a imágenes; al menos si pensamos que la
palabra de Dios, que se supone es toda la Biblia, tiene —o debería tener— un rango superior a la
palabra de unos cuantos obispos reunidos para elaborar doctrina (y a los que la Iglesia pone por
encima de Dios sin el menor recato)”. 38 Todo eso nos lleva a preguntar: ¿si no debemos utilizar
imágenes materiales de Dios, entonces como concebirlo, como imaginarlo? Waine Gruden
no es como vapor, neblina, aire ni espacio, todos los cuales son cosas creadas…En lugar de todos
Por lo tanto, la conclusión a que nos lleva la interpretación protestante del segundo mandamiento
es que “Ya que Dios no tiene forma visible, cualquier ídolo que intente representarlo y parecérsele
Una solución para el problema del uso de imágenes religiosas en el cristianismo hoy.
¿Como entonces “pensar” Dios? ¿Qué tipo de imágenes de Dios podemos concebir? A través de
sus similitudes con la creación, contesta Gruden: “Para pensar en Dios, es necesario concebirlo de
alguna manera. Dios entiende esto y nos da cientos de analogías diferentes tomadas de nuestra
vida humana y del mundo creado. Esta gigantesca diversidad de analogías de todas partes de la
creación nos recuerda que no debemos enfocamos demasiado en alguna de esas analogías. Sin
nos ayudan a ver a Dios de alguna manera en cierto sentido «visible» (cf Gn 1;27; Sa119:1; Ro
1:20)”. 41
Creo que las imágenes no tienen que ser banidas de los templos. Soy pastor de una iglesia
bautista en un templo repleto de ventanas decoradas con pinturas de la vida de Jesús. Personas
cristianas han dejado de congregarse ahí por creer que las figuras hacen el templo “pecaminoso” o
y su decoración artística “es un ejemplo llamativo de cómo se pueden emplear los elementos de la
prohibía el hacer de semejanzas solo cuando había un peligro de que se convirtieran en objetos de
39
Wayne A. Grudem, Teologia Sistematica Una Introduccion a La Doctrina Biblica (Miami: Vida, 2006), pg. 914.
40
Carlos M. Velez, "Redencion y Santidad Estudio Del Libro De Éxodo," Corazón y Vida (January 21, 2007): pg. 29.
41
Grudem, 194.
13
adoración, y se pensaba que se había eliminado ese peligro en un templo que estaba dedicado
hasta con los nombres de Dios, pues “poner nombre a Dios es también figura de Dios, es imagen
religión... Parece irrenunciable, pues, usar la mediación de las figuras para realizar la experiencia
viva de Dios”. 43
Creo que el problema desaparecería si nos uniéramos alrededor del presupuesto de que la Biblia
tiene autoridad. “si surge un conflicto entre las conclusiones de uno y otro, ¿qué punto de vista
habrá de imperar? Si la tradición, la razón y las Escrituras difieren en cuanto a asuntos como los
mencionados, ¿cuál de las tres tendrá la última palabra? La primera regla de interpretación nos
dice, en efecto, que la Biblia es el tribunal supremo de apelación para estos casos.”.44 Es decir, la
iglesia no debería determinar lo que la Biblia ensena. La Biblia debe determinar lo que la iglesia
ensena.
Del contrario, el conflicto biblia versus tradición permanecerá, cumpliéndose así, las palabras de
Erich Fromm: “La intolerancia religiosa tan característica de las religiones occidentales, que nace
idolatría. Una imagen de Dios, no de madera y piedra, sino de palabras, ha sido erigida para que la
gente la venere “. 45
42
Veinteuno, 771.
43
Evangelista Vilanova, Para Comprender la Teología (Navarra: Verbo Divino, 2004), pg. 26-29.
44
Walter Henrichsen, Entendamos : 24 Principios Básicos para Interpretar la Biblia (Miami: Caribe, 1976), pg. 17.
45
Fromm, Erich, Psicoanálisis y and Religion (Buenos Aires: Psique, 1976), pg. 153.
14
Conclusión
Las imágenes podrían parecer jugar un problema menor delante del problema de la realidad
Pero, señalamos que puede haber un punto de equilibrio entre las posiciones divergentes. Que el
con fines educativos, ilustrativos o inspirativos. Pero que también no se puede apoyar la
distorsión del segundo mandamiento en el contexto del catolicismo, como lo define su catecismo
y su praxis histórica.
Explicamos también que debemos de tener mucho cuidado, pues esta expresado históricamente
que siempre cuando los hombres han hecho imágenes o ídolos visibles de sus dioses, más tarde
han llegado a pensar que las imágenes mismas han estado habitadas por dichos dioses. Siempre
las imágenes llegan a ser el centro de la adoración en lugar de aquello que supuestamente
representan. En vez de ayudar a los adoradores, las imágenes los han llegado a confundir.
BIBLIOGRAFIA:
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Vol. 4 vols. Salamanca: B. Bright, John. La historia de Israel. 2nd ed. Bilbao: Desclée de
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Douglas, J. D., and Merrill C. Tenney. Diccionario Bíblico Mundo Hispano. Florence: Casa
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Erich, Fromm. Psicoanalisis y and Religion. Buenos Aires: Psique, 1976.
Geisler, Norman, and Thomas Howe. Manual Popular de Dúvidas, Enigmas e “Contradições da
Bíblia. Traducido por Josue Borges. São Paulo: Editora Mundo Cristão, 1999.
15
Grudem, Wayne A. Teologia Sistematica Una Introduccion a La Doctrina Biblica. Miami: Vida,
2006.
Henrichsen, Walter. Entendamos : 24 Principios Básicos para Interpretar la Biblia. Miami:
Caribe, 1976
Hodge, Charles. Teologia Sistematica. Vol. II. Barcelona: Editorial CLIE, 1991.
Knott, Carlos T. Los Diez Mandamientos. Huesca: Editorial Discípulo, 1988.
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Mazo, Santiago José G. El Catecismo de la Doctrina Cristiana Explicado. 29th ed. Valladolid:
Imprenta de D. Juan de la Cuesta y Compañía, 1900.
Pixley, Jorge V. Exodo, Una Lectura Evangélica Y Popular. Mexico, D.F: Casa Unida de
Publicaciones, 1983.
Rad, Gerhard Von. Teologia del Antiguo Testamento/Teology of the Old Testament (Biblioteca
De Estudio Biblicos). Vol. 1. Espana: Ediciones Sigueme, 1971.
Ramm, Bernard L. Diccionario de teología contemporánea. El Paso, Tx: Casa Bautista de
Publicaciones, 1984
Rodríguez, Pepe. Mentiras Fundamentales de la Iglesia Catolica. Barcelona: Ediciones B, 1997.
Savater, Fernando. Diez Mandamientos En El Siglo XXI Tradición Y Actualidad Del Legado De
Moisés. Barcelona: Debate, 2004.
Sicre, José L. Introduccion al Antiguo Testamento. 7th ed. Navarra: Verbo Divino, 2000
Spreafico, Ambrogio. El Libro del Exodo. Barcelona: Herder, 1995.
Tóth, Mons. Tihamér. Los Diez Mandamientos. Buenos Aires: Ed. Poblet, 1944.
Veintiuno, Siglo. Nuevo Comentario Biblico Siglo XXI. El Paso: Editorial Mundo Hispano, 1999.
Velez, Carlos M. "Redencion y Santidad Estudio Del Libro De Éxodo." Corazón y Vida (January
21, 2007).
Vilanova, Evangelista. Para Comprender la Teología. Navarra: Verbo Divino, 2004.