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Josue Borges
Fuller Theological Seminary
OT501: Pentateuco
Moisés López
Diciembre 13, 2009

El Significado Del Segundo Mandamiento Del Decálogo Mosaico


Para Israel En Los Tiempos Bíblicos Y Para La Iglesia En Los Días De Hoy

El segundo mandamiento presentado por Moisés al pueblo de Israel en el desierto, según lo narra

el libro del Éxodo, es, tal vez, uno de los mandamientos que con mayor fuerza es recordado

cuando se quiere salvaguardar la trascendencia de Dios de toda reducción posible por el

conocimiento humano. El tema se reviste de importancia cuando pensamos que “El mayor pecado

que un hombre pueda cometer es rehusar dar a Dios la admiración y obediencia que se le deben, o

transferir a la criatura la adhesión y el servicio que se le deben a Él”. 1

¿Porque el segundo mandamiento ha provocado tantas guerras y divisiones religiosas? La

dimensión asustadora a que históricamente ha llegado este problema llevo a José Sicre a

preguntar: “¿Por qué este precepto que ha provocado ríos de sangre, incluso dentro de la

Iglesia?”. 2

Trataremos de analizar aquí como la prohibición de las imágenes de Dios fue interpretado y

aplicado en el Israel del Antiguo Testamento, para en seguida verificar las diferencias de

interpretación en el contexto de la iglesia, entre católicos y protestantes, concluyendo con nuestro

modesto planteamiento de una posible solución para el problema. Todo esto sin la mínima

pretensión de agotar el tema en este breve ensayo.

La relación entre el primer y el segundo mandamiento.

1
Charles Hodge, Teología Sistematica, vol. II (Barcelona: Editorial CLIE, 1991), pg. 428.
2
José L. Sicre, Introducción al Antiguo Testamento, 7th ed. (Navarra: Verbo Divino, 2000), pg. 119.
2

Creo que es fundamental que busquemos definirla relación entre el segundo y el primero

mandamiento del decálogo, pues es básicamente ahí donde residen las diferentes interpretaciones

del texto por católicos, judíos y protestantes.

Una de las causas de las divergencias en cuanto a si la prohibición de imágenes materiales de

Dios está o no relacionada con el primer mandamiento, que prohíbe la idolatría, está en

significado del término hebreo pesilim en Ex 20:4, “Ídolos (heb., pesilim, ídolos o imágenes).” 3

Si en este versículo pesilim significa imágenes de Dios, esto hace al segundo mandamiento

distinto del primero. Entretanto, si quiere decir ídolos, esto transforma el primer mandamiento en

una extensión del primero. Pero, esencialmente, como lo define García López, “el término hebreo

que traducimos aquí por «imagen», sin ulteriores precisiones, se refiere ante todo a las imágenes

talladas o esculpidas por el hombre, principalmente en madera o piedra”. 4

Los comentaristas no están de acuerdo si el segundo mandamiento es una complementación del

primero o un mandamiento independiente.

En seguida, presentamos los argumentos de algunos de ellos:

García López: “… la prohibición de las imágenes se reinterpreta c1aramente en conexión con el

primer mandamiento.” 5

López basa su argumento en que todos los demás textos bíblicos que hablan del tema solo

condenan el uso de imágenes como representación de otros dioses, y cita como ejemplos,

Ex 20,23: Ex 34,17: Lev. 19,4: Lev. 26,1: Dt 27,15: 6

López añade a su posición que los verbos en el texto de Éxodo 20:4-5, postrarse y servir,

“conectan normalmente con la expresión relativa a los otros dioses y no con las expresiones

3
J. D. Douglas and Merrill C. Tenney, Diccionario bíblico Mundo Hispano (Florence: Casa Bautista de Publicaciones,
1997), pg. 589.
4
Felix G. Lopez, El Decalogo, CB80 (Navarra: Verbo Divino, 1994), pg. 19.
5
Felix G. Lopez, El Decalogo, CB80 (Navarra: Verbo Divino, 1994), pg. 20.
6
Lopez, 21.
3

referentes a las imágenes”. 7 Al mismo tiempo, admite que, “no queda claro, sin embargo, si se

trata de representaciones de Yahvé o de otros dioses”.8

Von Rad: “el texto pone la prohibición de las imágenes en relación estrecha con la prohibición de

los dioses extranjeros.” 9 Pero Rad admite que el Éxodo 20:4 prohíbe el hacer de imágenes

representativas de Jehová, “Israel no vio en el Sinaí ninguna figura de Yahvé, sólo oyó su voz que

salía del fuego, por esto no puede representarlo en imágenes. Aquí se da un énfasis particular a la

siguiente antítesis: en sus relaciones con Dios, Israel no debe atenerse a una imagen, como los,

otros pueblos, sino sólo a la palabra de Yahvé 63.10

Childs: menciona a Obbink, que defendió la tesis de que las imágenes se refieren a otros dioses,

porque, según el “ ¿cómo podría Yahve ser celoso de una figura de el mismo? ¿No seria más

razonable sentir el celos por la adoración de otros dioses?” Pero, Childs también reconoce que

Deut, 4.9ss deja claro tratarse el mandamiento de imágenes de Yahve, argumentando que Dios no

se revelo en una forma, apenas en palabras.11

Pixley: “Las tradiciones católica romana, luterana, y judía ortodoxa han entendido que la

prohibición contra imágenes es parte de la prohibición de rendir culto a "otros dioses". Pero

menciona que “los antiguos intérpretes Josefo y Filón distinguieron en cambio dos mandamientos,

y los intérpretes críticos modernos son casi unánimes en tomar la prohibición de imágenes como

una prohibición de imágenes de Yavé”. 12

Se percibe claramente que estas posiciones están a favor de que hay una distinción entre el

primero y el segundo mandamiento, diferentemente de lo que ensena el catecismo de la iglesia

7
Lopez, 18.
8
Lopez, 20.
9
Gerhard Von Rad, Teologia del Antiguo Testamento/Teology of the Old Testament (Biblioteca De Estudio Biblicos),
vol. 1 (Espana: Ediciones Sigueme, 1971), pg. 267.
10
Rad, 267.
11
Brevard S. Childs, Book of Exodus a critical, theological commentary (Philadelphia: Westminster P, 1974), pg. 406.
12
Jorge V. Pixley, Éxodo, Una Lectura Evangélica y Popular (Mexico, D.F: Casa Unida de Publicaciones, 1983), pg. 89.
4

católica, que lo anulo en su decálogo. El proceso de cómo ocurrió ese cambio lo explica el mismo

Pixley: “En la redacción actual del decálogo, este segundo mandamiento ha recibido varias

ampliaciones que tienen el efecto de asimilarlo al primer mandamiento. Hay un llamativo cambio

de sujeto gramatical entre un singular original ("imagen") a un plural ("no los adorarás").”. 13

Creo en qué consiste un error confundir el significado de la palabra imagen con el de la palabra

ídolo. El primer mandamiento prohíbe la adoración a cualquier objeto o ser que no sea el

verdadero y único Dios. Es decir, el primer mandamiento es suficiente para prohibir la adoración

de imágenes, y por consiguiente el segundo mandamiento (según esta exégesis) bien podría

omitirse en la Ley, pues su inclusión no sería en algún grado necesaria.

El primer mandamiento sencillamente prohíbe la idolatría con o sin imágenes. El segundo prohíbe

imágenes de Jehová, no solamente para adóralo como también inclinarse ante ellas. El siguiente

cuadro comparativo visa demostrar que no es necesario llevar la prohibición también a imágenes

decorativas:14

PROIBIDO PERMITIDO
Objeto de adoración No un objeto de adoración
Designadas por hombres Designadas por Dios
Con propósito religioso Con propósito educativo
Para representar la esencia de Deus Para afirmar la verdad
Sin cualificaciones Con cualificaciones
Concluimos que en el primer mandamiento se nos manda que adoremos a Jehová y a ningún otro;

en el segundo mandamiento se manda que le adoremos directamente y no por la intervención de

nada.

La prohibición de las imágenes aplicada a la vida religiosa de los judíos en el A.T.

La Biblia Nácar-Colunga declara que la razón para inserirse un mandamiento como este en el

decálogo se debió al contexto idolatra de otros pueblos: “Los egipcios habían llegado hasta el

13
Pixley, 89.
14
Norman Geisler and Thomas Howe, Manual Popular de Dúvidas, Enigmas e “Contradições” da Bíblia, traducido
por Josue Borges (São Paulo: Editora Mundo Cristão, 1999), pg. 56.
5

paroxismo en la adoración de los fenómenos naturales, de los astros y seres creados. La zoolatría

tenía manifestaciones sin número. 15 “Antiguos pueblos primitivos empezaron por adoptar ciertos

símbolos groseros para representarse a sus dioses; pero, perfeccionando tales símbolos, fabricaron

imágenes, y poco a poco acabaron por concebir los dioses según las imágenes con que las

representaban, hasta caer en el antropomorfismo más craso”. 16

Se puede notar que este comentario reconoce aun que indirectamente el peligro de que la

representación de Dios se transformar en idolatría, al utilizarse imágenes materiales en la

adoración a la divinidad invisible.

¿Cómo interpretaran los judíos el segundo mandamiento? Von Rad llama la atención para la

actitud flexible de los profetas del A.T., respeto a esa prohibición.

“No se puede afirmar en absoluto que los profetas se sintieran obligados a respetar esta

prohibición, incluso en su forma de predicar sobre Yahvé. Por el contrario, se mueven en los

antropomorfismos más atrevidos. Esto puede preservarnos una vez más de una falsa

interpretación filosófica de este precepto del decálogo, es decir, no quiso prohibir a Israel

cualquier representación figurativa de Yahvé, pues de hecho los israelitas se imaginaron

siempre a Yahvé en forma humana, como varón; pero los antropomorfismos en la mente o en

el lenguaje no eran una imagen cultual, ningún intermediario de la revelación que pudiera

exigir una veneración en el culto”.17

Por eso, según Rad tampoco en el santuario central se permitía imágenes: “…el culto oficial

anfictiónico era, en aquel período, un culto sin imágenes; ninguna imagen divina podía osar

presentarse en la vida oficial del culto. 18

15
Com.A. Colunga and M.Garcia Cordero, eds., Biblia Comentada Texto de la Nacar-Colunga, vol. 4 vols. (Salamanca:
B.A.C, 1960), pg. 343.
16
Colunga-Nacar, 342.
17
Rad, 270.
18
Rad, 266.
6

Bright confirmas lo mismo, valiéndose del testimonio de la arqueología: “…todos los testimonios

del Antiguo Testamento, los cuales, aunque acusan repetidamente a Israel de hacerse ídolos de

dioses paganos, no dan ninguna clase de referencia a ninguna imagen de Yahvé . Aunque no

podemos afirmar que nunca fuera hecha ninguna, tal cosa debe haber sido, al menos, muy rara. En

conformidad con esto está la prueba arqueológica, ya que no ha sido hallada ninguna imagen

masculina en ninguna ciudad de Israel hasta ahora excavada. Incluso las placas y figurines de

Astarté, tan comunes en los niveles cananeos, así como en los posteriores israelitas, están

notablemente ausentes en las primeras ciudades israelitas de la Palestina central, a pesar de que se

encuentran en la periferia en todos los períodos.” 19

No hay indicaciones bíblicas de que la prohibición de imágenes haya afectado la relación cultual

del pueblo judío con Jehová. A ese respeto escribe Rad que “en tiempos antiguos la prohibición

de las imágenes no disminuyó nunca la certeza en la presencia personal de Yahvé”.20

Rad cree que el uso de imágenes en la adoración no causo ningún daño a Israel, al afirmar que “

sólo en casos muy raros la imagen era identificada realmente con el dios respectivo, pero esto no

sucedió jamás en los cultos con los que Israel tuvo algún contacto. ..«La imagen es algo así como

el médium del espíritu» … pues la imagen es en primer lugar portadora de una revelación”. 21

Una creencia común es de que la prohibición de las imágenes tendría ahogado todos los impulsos

artísticos en el campo religioso y secular de Israel, que por eso “nunca desarrolló la pintura y la

escultura. Aunque la alfarería era un arte importante, los esfuerzos artísticos principales de Israel

se centraron en el templo; por ejemplo, en el arca del pacto y en las cortinas bordadas. Debido a

que no se desarrolló la arquitectura en Israel, Salomón importó a artesanos fenicios para construir

el templo y su palacio”. 22
19
John Bright, La historia de Israel, 2nd ed. (Bilbao: Desclée de Brouwer, 1970), pg. 159.
20
Rad, 268
21
Rad, 264.
22
Douglas, 43.
7

Con lo que Bright concuerda y justifica: “Si esto hace estéril, en el terreno del arte, la fe de Israel,

también le libró de concepciones sensibles de la divinidad, y le salvaguardó de la idea pagana de


23
que el poder divino podía ser manipulado, para fines personales, mediante una imagen visible”.

Entretanto, esa idea no encuentra el respaldo de Von Rad: “Israel fue de hecho mucho más

atrevido que cualquier otro pueblo en la ilustración poética de Yahvé y del esplendor de sus

apariciones e intervenciones”. 24

Sin embargo, hay muchos judíos dedicados al coleccionismo y al ensayo filosófico-estético, y

actualmente también son numerosísimos los artistas de este origen, lo que echa por tierra la

pretendida cientificidad de esos prejuicios.

La interpretación católica romana del segundo mandamiento

Para justificar el profuso uso de imágenes en sus templos y sus servicios, la iglesia católica se

apoya principalmente en su catecismo: “ Fundándose en el misterio del Verbo encarnado, el

séptimo Concilio Ecuménico (celebrado en Nicea el año 787), justificó contra los iconoclastas el

culto de las sagradas imágenes: las de Cristo, pero también las de la Madre de Dios, de los ángeles

y de todos los santos. El Hijo de Dios, al encarnarse, inauguró una nueva ‘economía’ de las

imágenes. El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que proscribe

los ídolos. En efecto, ‘el honor dado a una imagen se remonta al modelo original’ (S. Basilio, spir.

18, 45), ‘el que venera una imagen, venera en ella la persona que en ella está representada’ (Cc de

Nicea II: DS 601); cf Cc de Trento: DS 1821-1825; Cc Vaticano II: SC 126; LG 67). El honor

tributado a las imágenes sagradas es una ‘veneración respetuosa’, no una adoración, que sólo

corresponde a Dios: El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como

realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios

encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en
23
Bright, 160.
24
Rad, 435.
8

ella, sino que tiende a la realidad de la que ella es imagen. (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 81, 3,

ad 3). 25

Pero, ¿no han ocurrido abusos y distorsiones? Si, ya lo reconocía en el año 1900 el comentarista

del catecismo José Mazo, que en las “santas y saludables prácticas del culto de las imágenes se

han introducido algunos abusos; el Concilio desea con ansia que sean totalmente desterrados. 26

Pero la iglesia católica parece estar atenta:

“Se deben tener, dice el santo Concilio, y conservar, principalmente en los templos, las

imágenes de Jesucristo, de la Virgen Madre de Dios, y de los demás Santos, y darles el honor

y veneración que les es debida; no porque se crea que hay en ellas alguna divinidad ó virtud,

por la cual se las deba venerar y porque se les haya de pedir alguna cosa; ó poner en ellas

nuestra confianza, como hacían en otro tiempo los gentiles, que ponían su esperanza en los

ídolos...”27

A nuestro ver, es discutible la afirmación que las imágenes en el tabernáculo y el templo fueron

usadas como lo es en la liturgia católica. Esta nuestra posición será mejor explicada mas adelante,

en este trabajo.

Hay quienes consideren el uso de imágenes como algo necesario e inevitable, como afirma el

escritor Fernando Savater, al comentar el segundo mandamiento:

“Tenemos ídolos en el fútbol, la pantalla, la canción, el dinero, el triunfo social o la belleza.

Convivimos con idolillos portátiles y pequeños, algunos casi simpáticos y entrañables, como

25
U. S. Catholic Church, Catecismo de la Iglesia Católica (Garden City: Image, 1995), pg. p. 473, párrafos 2.131 y
2.132..
26
Santiago José G. Mazo, El Catecismo de la Doctrina Cristiana Explicado, 29th ed. (Valladolid: Imprenta de D. Juan
de la Cuesta y Compañía, 1900), pg. 114.
27
Mazo, 115.
9

el E. T. de Spielberg, u otros que se nos hicieron próximos y amables... La idolatría es algo

inherente al hombre. El ser humano no lo puede evitar.”.28

Para quienes viven al margen del catolicismo romano, el problema de las imágenes no parece

tener importancia. Por ejemplo, con respeto al culto a María, es común explicaciones como la de

Tihamér Toth: “ Los católicos honramos a la Madre de Jesucristo, la amamos y le rendimos

homenaje, pero no la adoramos… 29 Y concluye con entusiasmo: “ Dirígete a cualquier parte del

mundo, donde más te plazca, y observa ¡cuántas imágenes, cuántas estatuas, cuántas iglesias en

honor de la Madre de Dios! Y a ella se han dirigido, no solamente los niños y las mujeres, sino los
30
hombres de recio temple”.

Pero Toth reconoce que su posición no es una unanimidad: “ Este culto de los Santos, tan

floreciente en la Iglesia católica, es el blanco principal al que se dirigen nuestros adversarios para

atacarnos. 31 De qué tipo de ataque se refiere Toth? Trataremos de responder a eso en el sub-tema

a seguir.

La Interpretación Protestante Del Segundo Mandamiento

Los protestantes, creemos que “la adoración, para que sea verdadera, debe estar basada en una

correcta percepción de Dios. El libro de Éxodo enfatiza la importancia de conocer a Dios como

realmente es, y no como nos lo imaginamos”. 32

Sicre infiere que la prohibición pretende evitar “la manipulación de Dios a través de una imagen a

la que se puede premiar o castigar. Si el dios se porta bien y concede lo que le pedimos, podemos

28
Fernando Savater, Diez Mandamientos En El Siglo XXI Tradición Y Actualidad Del Legado De Moisés (Barcelona:
Debate, 2004), pg. 12.
29
Mons. Tihamér Tóth, Los Diez Mandamientos (Buenos Aires: Ed. Poblet, 1944), pg. 65.
30
Tóth, pg. 66.
31
Tóth, Los pg. 72.
32
Siglo Veintiuno, Nuevo Comentario Biblico Siglo XXI (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 1999), pg. 224.
10

recompensarlo ungiendo su imagen, ofreciéndole perfumes y comida. En caso contrario, lo

privamos de todo. 33

Hodge afirma que esta prohibición puede también ser deducida “por el significado literal de las

palabras: “La palabra hebrea ‘abad, traducida «servir», incluye todo tipo de homenaje externo,

quemar incienso, hacer oblaciones, y besar en señal de sujeción. 34

Una variante de esta interpretación es presentada por Ambrogio Spreafico en su El Libro de

Exodo: “Postrarse ante las imágenes de Dios y ante los ídolos es tornar a la esclavitud (tal vez,

mejor que traducir «no las servirás» [a las imágenes] debería entenderse: no dejarás que te

esclavicen). La idolatría incluye el riesgo de convertir a los hombres en esclavos. …El hombre se

hace esclavo de las cosas que produce”. 35

En cuanto al justificativo católico romana de que en el tabernáculo imágenes fueron utilizadas

para ayudar en la adoración, presentamos la refutación Carlos Knott, en su libro Los Diez

Mandamientos. Knott explica que los querubines que adornaban el tabernáculo, más tarde el

templo, y el arca de la Alianza, hechos por orden divina, “Dios no lo permitió, repito, sino que

mandó fabricarlos. Si el hombre hubiese hecho esto sin órdenes, su atrevimiento habría sido

idolatría. ¿Para qué servían? Nadie les rezaba. No había copias de ellos en las tiendas de los

israelitas, ni estampas, ni pendientes de querubines. Nadie les ponía velas…Los dos querubines

del arca de la Alianza solamente fueron vistos una vez al año por el Sumo Sacerdote cuando

entraba en el Lugar Santísimo, el día de Yom Kippur, día de expiación. ¿Qué culto se les rindió a

ellos? Ninguno. Exceptuando estos pocos hombres, nadie más llegó a verlos. 36

Knott también refuta con contundencia a los argumentos católicos romanos de que venerar

imágenes físicas de Dios o de santos para cultuar a Dios es una costumbre inofensiva y natural:
33
Sicre, 120.
34
Hodge, 425.
35
Ambrogio Spreafico, El Libro del Éxodo (Barcelona: Herder, 1995), pg. 137.
36
Carlos T. Knott, Los Diez Mandamientos (Huesca: Editorial Discípulo, 1988), pg. 20-21.
11

“ no son simplemente costumbres o tradiciones inocentes y sin importancia, como algunos

alegan. No, al contrario, el pueblo lo hace porque espera ser protegido, bendecido o de

alguna manera tener suerte por eso. ¿Acaso pone alguien un San Pancracio en su tienda

porque sí? ¿Y el San Cristóbal en los coches? Aunque la Iglesia lo retiró, el pueblo no,

debido a su superstición y su postura aferrada a sus tradiciones. ¿Nadie hace reverencia

ante el crucifijo, o ante el Niño Jesús, o el Belén en Navidad? ¿No ha visto a nadie llevar

estampas de santos o vírgenes, y colocarlas en exámenes para aprobarlos? ¿No dicen

algunos estudiantes: .Santa Rita, Rita, Rita, lo que da, nadie quita.? Y con algunos se

presenta la escena absurda de la chuleta empleada en el examen, y la estampa colocada en

los papeles al final, ¡por si a caso! ¿No has oído de las mujeres mexicanas que guardan y

veneran las tortas de harina porque dicen que milagrosamente aparece el rostro de Cristo

allí? ¿¿¿Santo Cristo de la torta???”. 37

Además, con respeto a las constantes referencias de autoridades católicas a su catecismo para

refrendar el uso de imágenes en el culto, como ya mencionamos en este ensayo, Pepe Rodriguez,

en su libro Mentiras Fundamentales de la Iglesia Católica expreso la opinión de quizás la mayoría

de los protestantes: “Tras leer varias veces esta católica e inspirada opinión, queda absolutamente

claro que nada de lo que se dice en ella tiene la más mínima entidad para hacer variar o aminorar

ni un ápice la prohibición de las Escrituras de dar culto a imágenes; al menos si pensamos que la

palabra de Dios, que se supone es toda la Biblia, tiene —o debería tener— un rango superior a la

palabra de unos cuantos obispos reunidos para elaborar doctrina (y a los que la Iglesia pone por

encima de Dios sin el menor recato)”. 38 Todo eso nos lleva a preguntar: ¿si no debemos utilizar

imágenes materiales de Dios, entonces como concebirlo, como imaginarlo? Waine Gruden

contesta: “Dios no es meramente energía, pensamiento ni ningún otro elemento de la creación. El


37
Knott, pg. 34-35.
38
Pepe Rodríguez, Mentiras Fundamentales de la Iglesia Catolica (Barcelona: Ediciones B, 1997), pg. 145.
12

no es como vapor, neblina, aire ni espacio, todos los cuales son cosas creadas…En lugar de todos

estos conceptos acerca de Dios, debemos decir que Dios es espíritu” 39

Por lo tanto, la conclusión a que nos lleva la interpretación protestante del segundo mandamiento

es que “Ya que Dios no tiene forma visible, cualquier ídolo que intente representarlo y parecérsele

será una mala interpretación pecaminosa de Él (Deuteronomio 4:12,15-18)”.40

Una solución para el problema del uso de imágenes religiosas en el cristianismo hoy.

¿Como entonces “pensar” Dios? ¿Qué tipo de imágenes de Dios podemos concebir? A través de

sus similitudes con la creación, contesta Gruden: “Para pensar en Dios, es necesario concebirlo de

alguna manera. Dios entiende esto y nos da cientos de analogías diferentes tomadas de nuestra

vida humana y del mundo creado. Esta gigantesca diversidad de analogías de todas partes de la

creación nos recuerda que no debemos enfocamos demasiado en alguna de esas analogías. Sin

embargo, si no nos enfocamos exclusivamente en alguna de estas analogías, todas en conjuntos

nos ayudan a ver a Dios de alguna manera en cierto sentido «visible» (cf Gn 1;27; Sa119:1; Ro

1:20)”. 41

Creo que las imágenes no tienen que ser banidas de los templos. Soy pastor de una iglesia

bautista en un templo repleto de ventanas decoradas con pinturas de la vida de Jesús. Personas

cristianas han dejado de congregarse ahí por creer que las figuras hacen el templo “pecaminoso” o

idolatra. Pero al reportarnos al templo de Salomón, encontramos que en su diseño arquitectónico

y su decoración artística “es un ejemplo llamativo de cómo se pueden emplear los elementos de la

cultura predominante para la alabanza y gloria de Dios...quizá se entendía que el mandamiento

prohibía el hacer de semejanzas solo cuando había un peligro de que se convirtieran en objetos de

39
Wayne A. Grudem, Teologia Sistematica Una Introduccion a La Doctrina Biblica (Miami: Vida, 2006), pg. 914.
40
Carlos M. Velez, "Redencion y Santidad Estudio Del Libro De Éxodo," Corazón y Vida (January 21, 2007): pg. 29.
41
Grudem, 194.
13

adoración, y se pensaba que se había eliminado ese peligro en un templo que estaba dedicado

solamente a la adoración de Jehovah.” 42

Si llevamos la prohibición de las imágenes a un extremo, podemos depararnos con problemas

hasta con los nombres de Dios, pues “poner nombre a Dios es también figura de Dios, es imagen

de Dios. Y en ese nombre se va modulando nuestra experiencia de Dios y se va configurando la

concreción de nuestra experiencia de conformación en la realidad divina que es lo que llamamos

religión... Parece irrenunciable, pues, usar la mediación de las figuras para realizar la experiencia

viva de Dios”. 43

Creo que el problema desaparecería si nos uniéramos alrededor del presupuesto de que la Biblia

tiene autoridad. “si surge un conflicto entre las conclusiones de uno y otro, ¿qué punto de vista

habrá de imperar? Si la tradición, la razón y las Escrituras difieren en cuanto a asuntos como los

mencionados, ¿cuál de las tres tendrá la última palabra? La primera regla de interpretación nos

dice, en efecto, que la Biblia es el tribunal supremo de apelación para estos casos.”.44 Es decir, la

iglesia no debería determinar lo que la Biblia ensena. La Biblia debe determinar lo que la iglesia

ensena.

Del contrario, el conflicto biblia versus tradición permanecerá, cumpliéndose así, las palabras de

Erich Fromm: “La intolerancia religiosa tan característica de las religiones occidentales, que nace

de tales pretensiones y, psicológicamente hablando, tiene origen en la falta de fe o falta de amor,

ha tenido un efecto desastroso en el desarrollo religioso. Ha conducido a una nueva forma de

idolatría. Una imagen de Dios, no de madera y piedra, sino de palabras, ha sido erigida para que la

gente la venere “. 45

42
Veinteuno, 771.
43
Evangelista Vilanova, Para Comprender la Teología (Navarra: Verbo Divino, 2004), pg. 26-29.
44
Walter Henrichsen, Entendamos : 24 Principios Básicos para Interpretar la Biblia (Miami: Caribe, 1976), pg. 17.
45
Fromm, Erich, Psicoanálisis y and Religion (Buenos Aires: Psique, 1976), pg. 153.
14

Conclusión

Las imágenes podrían parecer jugar un problema menor delante del problema de la realidad

divina. Hemos intentado demostrar en los párrafos anteriores que no es así.

Pero, señalamos que puede haber un punto de equilibrio entre las posiciones divergentes. Que el

segundo mandamiento no visa prohibir la fabricación de imágenes o antropomorfismos de Dios,

con fines educativos, ilustrativos o inspirativos. Pero que también no se puede apoyar la

distorsión del segundo mandamiento en el contexto del catolicismo, como lo define su catecismo

y su praxis histórica.

Explicamos también que debemos de tener mucho cuidado, pues esta expresado históricamente

que siempre cuando los hombres han hecho imágenes o ídolos visibles de sus dioses, más tarde

han llegado a pensar que las imágenes mismas han estado habitadas por dichos dioses. Siempre

las imágenes llegan a ser el centro de la adoración en lugar de aquello que supuestamente

representan. En vez de ayudar a los adoradores, las imágenes los han llegado a confundir.

El sentido de la prohibición de representar a Yahvé en imágenes sigue siendo válido: está

prohibido manipular a Dios.

BIBLIOGRAFIA:

Bright, John. La historia de Israel. 2nd ed. Bilbao: Desclée de Brouwer, 1970.
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