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Madrid
1er. Viaje
MADRID
Preludio
El amor me sorprendió e inesperadamente me atrapó en sus redes sin saberlo y
encontré sin proponérmelo el camino hacia un sueño.
Madrid me esperaba como una oportunidad de afianzar los lazos que establecimos
hace ya unos meses, cuando todo parecía una locura al final de verano y que no tenía
una dirección clara… dirección que poco a poco fue tomando cuerpo y sé que hasta
hoy con ganas de tu futuro, lleva tu nombre: Natalia.
Por ella fui a una ciudad de la que nada sabía, de la que nada esperaba porque en ella
no me esperaba nadie… pero todo cambió, todo fue bien diferente; su alboroto y
estado de alerta constante imprimían en mi un certero carácter que me hacía
desconfiado, no podía relajarme pero por ella iría aún más lejos si pudiera, al centro de
la tierra de este país errante; sólo me movían las ganas de verla, abrazarla, tocarla,
besarla, sentir su suave corazón sobre mi pecho, que me evoca a escribir y a que mi
mano no se controle cuando escribo versos.
Es la fuente inagotable de inspiración; ya nada será como antes tras esos días con ella,
de recordar lo vivido y querer perpetuarlo; aquellos días en los que nos declaramos en
un parque lejos de cualquier despojo humano, allí amor eterno lejos de las miradas de
los demás:
Sentir en el paseo,
Tu mano que me estrecha,
El contacto físico de tu presencia,
Ayuda a neutralizar por momentos
El pensar que mañana nos separaremos
Y por un tiempo no vuelva,
A tener contigo estos momentos
Que mis manos recuerdan.
Queso y leche
Para darle cremosidad,
Luego roquefort para el aroma,
Con especias al natural,
Previo corte de salmón ahumado
En tiras para darle un toque
De calidad;
Todo revuelto con la cebolla
Y el ajo sin contemplación
Y con poco trabajo
El plato servido espera en la mesa
A ser degustado con vino rosado
Y queso espolvoreado,
Aprietas mi mano
Y todo gesto que practicas
Me seduce y me provoca,
Porque toda tú me incita,
Eres tentación y deseo,
Eres brisa, deseo tu locura,
Tu boca, tu risa.
El vino y la comida,
Vicios mundanos del hombre
Nos hizo sucumbir
Bajo los brazos de Morfeo,
Que nos hizo tiernamente
Dormir en su canto del Liceo.
No quiero irme,
Quiero permanecer en este lugar
Por mucho tiempo, parar
El mismo ciclo de la vida, para
Que sepas que te pienso, que te
Sueño como la primera vez,
Eres mi delirio, eres mi destino,
Parte de mí de ser; te extraño ahora
Y aún no ha cambiado nada
Y en todo este tiempo
Quisiera el mismo camino,
Los mismos pasos que nos llevaron a esto
A lo lejos, a lo lejos,
A lo más lejos que te quiero es a mi lado,
Toda mi vida ver tu rostro
Al amanecer
Y nunca jamás olvidarlo.
Vámonos a casa,
No me lo digas dos veces,
Mi cuerpo se marchó
Pero se quedo mi mente;
Y mis sentimientos contigo
Ahora en un folio,
Ventana a mi sorpresa
Inesperada, de ver volar palabras
Sobre tu imagen, tu recuerdo
Y tus alas.
Vámonos a casa,
Vámonos a casa amor,
Deja que esta mentira consentida
Tome cuerpo y voz.
Cualquier barrera
Se supera en este viaje
Al fin de la partida;
De vuelta a donde vine,
Recogiendo mi maleta
En la consigna;
Me di cuenta, no estoy
Hecho para las despedidas.