En la senda del Che 1
Sumario
3 > Editorial
4> Análisis
DOSCIENTOS MAYOS DESPUÉS. Grandes
pinceladas de nuestra historia, a fin de com-
prender el porqué de nuestra realidad actual
y dónde reside el origen de la profunda des-
igualdad y pobreza de nuestra sociedad.
8> Crónica
UN PARTIDO PARA COMBATIR POR EL
SOCIALISMO. En el 45 aniversario de la fun-
dación del Partido Revolucionario de los Traba-
jadores, un recorrido por su historia y su desa-
rrollo. Un período álgido de la lucha de clases
en nuestro país y el Cono Sur.
12 > Con la bandera de los Andes
A 45 años de las fundaciones del PRT argen-
tino y del MIR chileno, recorremos los días en
que las palabras de unidad de los revolucio-
narios latinoamericanos se plasmaban en la
Junta de Coordinación Revolucionaria.
14 > América de pie ante la historia
Un recorrido mínimo a la historia de resisten-
cia de los indoamericanos y el conjunto de los
oprimidos, a través de la vida de uno de sus
grandes mártires: Tupac Amaru, y de uno de
sus vengadores: Juan José Castelli
17 > Reflexión
Por la defensa de la tierra
La resistencia ante la voracidad capitalista.
La gravedad de la crisis ecológica global y
la complicidad de los gobiernos locales
para con la codicia de un sistema explota-
dor por naturaleza.
20 > Contratapa
La Masacre de Avellaneda. El 26 de Junio
de 2002 el gobierno de Duhalde asesinaba a
Maximiliano Kosteki y a Darío Santillán, dis-
parando además contra un pueblo que lleva-
ba más de seis meses en las calles. A 8 años,
los responsables políticos siguen impunes.
Edición correspondiente a MAYO - JULIO 2010
enlasendadelche@gmail.com
Ediciones anteriores en versión digital:
www.juventudguevarista.com
En las actuales condiciones del mundo,
la patria para los trabajadores
sólo existe en aquellos países
sonde los trabajadores conquistaron el poder.
Los trabajadores soviéticos tienen patria,
y los chinos,
y los polacos,
y los vietnamitas
y los cubanos.
En las sociedades divididas en clases
(o sea en el llamado “mundo libre”),
en los países donde hay pobres y ricos
(o sea en el llamado “Occidente cristiano”),
la patria es para los explotadores
el lugar donde ejercen principalmente su explotación
(o sea donde tienen “el asiento principal de sus negocios”)
y para los explotados
el lugar donde los explotan.
Esa situación tuvo, desde luego, una historia
y en ella surgieron himnos y banderas
y héroes y sentimientos:
de todo eso se apropiaron los explotadores
y construyeron una gran máscara
para engañar a nuestros ojos y a nuestro corazón.
Los trabajadores, los pobres salvadoreños;
los trabajadores, los pobres hondureños;
los trabajadores, los pobres guatemaltecos;
no tienen patria.
Aunque toda la riqueza nacional
fue labrada con la sangre y el sudor de sus pueblos,
de sus trabajadores,
El Salvador, Honduras, Guatemala,
son patria únicamente de los dueños de la patria,
propiedad de los dueños
de la sangre y el sudor de los pueblos.
Los explotadores son tan dueños de esas patrias
que cuando sus contradicciones se hacen críticas
echan a pelear entre sí a sus respectivos pobres.
Así defienden por la fuerza su interés
y al mismo tiempo dividen a los pobres
que cada día están más solos,
cantando el himno nacional y agitando la bandera,
en la fría noche de la patria ajena.
Los trabajadores y los pobres
solo tienen un medio para tener patria:
hacer la Revolución.
Roque Dalton, emblemático poeta y
revolucionario salvadoreño. El 10 de mayo
de este año se cumplieron 35 años de su
asesinato. En sus últimos años fue
combatiente del ERP de El Salvador.
 enlasendadelche@gmail.com

Hay quienes dicen que los jóvenes gozamos de cierta “impunidad”, tal
vez, para soñar con mundos distintos, trabajar por ellos y creer en la po-
sibilidad de verlos realizados. Muchos de quienes hoy conformamos la
Juventud Guevarista somos hijos de los últimos años de la dictadura mili-
tar, o bien nacimos en democracia. Heredamos las anécdotas y aprendizajes
de las luchas anteriores, porque creemos que es bueno entenderlas como eso:
“enseñanzas”, sendas abiertas sobre las que se puede avanzar. También heredamos-hay
que decirlo- un poco de miedo, y vivimos gran parte de nuestras vidas en una sociedad
donde un peso valía un dólar, donde la regla general era el “no te metas” y el “sálvese quien
pueda”, mientras muchos de nuestros padres perdían sus puestos de trabajo en manos de
un modelo entreguista que quiso convencernos de que lo máximo a lo que podíamos as-
pirar es a consumir bienes tecnológicos último modelo.
Nacimos a un mundo que proponía “el fin de la historia”… pero desde ese 2001 rebel-
de e incluso un poco antes, algo pasa con las juventudes latinoamericanas, pues muchos
nos negamos a heredar esa sociedad profundamente injusta que no hemos contribuido a
crear. Algo pasa cuando nos reunimos en el barrio, en la escuela, con nuestros compañe-
ros de trabajo o de la facultad a cuestionar lo que nos rodea, a trascender el “no te metas”,
a renegar fervorosamente del “sálvese quien pueda”. Algo pasa cuando nos damos cuenta
de que además de ser trabajadores, estudiantes, amas de casa o desocupados somos se-
res conscientes y que con nuestra labor conjunta y organizada podemos transformar lo que
nos rodea. Algo, definitivamente pasa cuando nos preguntamos por qué no participar en
política, si siempre deciden por nosotros los poderosos.
A 200 años de las luchas por la independencia en el continente, Venuezuela y Bolivia
comienzan a mostrarnos que la historia no terminó, y ponen a volar por América latina el
viejo fantasma del que hablaba Marx en el Manifiesto Comunista: el fantasma del socia-
lismo, el mismo que hacían sobrevolar los trabajadores y el pueblo argentino en esos años
60 que parieron al PRT.
A 200 años del grito sanmartiniano y bolivariano, cientos de excluidos y oprimidos en nues-
tra América nos demuestran cuán lejos estamos de la patria grande que soñó Martí, pero tam-
bién nos dejan ver que la unidad y la lucha de los pueblos puede volver a levantar las ban-
deras, esta vez, como decía el Che “por una definitiva e irrenunciable independencia”.
Mayo, Junio y Julio traen festejos y grandes asignaturas pendientes, Darío Santillán y
Maximiliano Kostequi también son sangre de esas venas que América Latina aún tiene
abiertas… Pero los defensores públicos e invisibles de esta sociedad que pretendieron
“desencantada” deberían tener cuidado de seguir vociferando “el fin de las utopías”, cuida-
do con quienes no tememos descubrir en el pasado las pistas para construir y construir-
nos como hombres y mujeres nuevas en éstos tiempos. Somos cada vez más los que cree-
mos que hoy más que nunca, los jóvenes debemos mostrarnos “impunes”, para soñar y
construir un futuro más justo… ahora es cuando.
 EN EL BICENTENARIO, UNA REFLEXIÓN NECESARIA
"Conocer nuestra historia observando cuidadosamente los intereses de los diferentes grupos, secto-
res y clases es la única manera de desentrañar el origen de los problemas que hoy tenemos. Conocer
la realidad, investigarla, es un primer paso hacia su transformación revolucionaria." Jorge Ricardo Ottino
Chaco
La revolución de Mayo fue el inicio de
toda una década de revoluciones y guerras
revolucionarias independentistas en nues-
tro continente. En casi todos los casos, los
mercaderes, -enceguecidos por comerciar
con Inglaterra- y las oligarquías locales lo-
graron frenar este proceso. Cuando no to-
maron partido abiertamente por el impe-
rio, buscaron por todos los medios limitar
el alcance social de la revolución política.
El Plan Revolucionario de Operacio-
nes que ideó Mariano Moreno encontró
a sus mayores enemigos en la misma
Primera Junta, lo cual fue una primera
embestida contra la independencia, la
unidad y el libre desarrollo de los ame-
ricanos. Los mismos impidieron el triun-
fo de Artigas, quien junto a los pobres de
la ciudad y el campo enfrentó a los ma-
los extranjeros y peores americanos,
radicalizando socialmente el programa
morenista, haciéndolo carne en el pue-
blo. La misma oligarquía insultó y escu-
pió al libertador Bolívar en su regreso a
Venezuela por el Río Magdalena.
Pobres y divididos
Luego de la derrota total de las fuer-
zas y líderes independentistas, republi-
canos y revolucionarios, se abrió una
etapa en la historia que podemos llamar
de “construcción de los estados ameri-
canos”, plagada de guerras civiles, cuyo
común denominador fue la disputa en-
tre poderes regionales e internacionales
por la dominación de los países.
En Argentina la primer etapa de ese
proceso culmina con el triunfo de Mitre
sobre Urquiza y las provincias del inte-
rior, garantizando con las armas porte-
ñas, el sometimiento del interior a los
4 En la senda del Che
ganaderos, terratenientes, y comercian-
tes de Buenos Aires.
En una segunda etapa se ultima la
construcción del estado, puliendo el
cuerpo de leyes, instituciones y fuerzas
represivas; así se extienden las escuelas,
se domestican a los gauchos, se avanza
-genocidio de por medio- contra los pue-
blos originarios al sur y norte de nues-
tro suelo, se acaba con las montoneras
rebeldes y se prepara a la Argentina
para ser “El granero del mundo” que lle-
nará los bolsillos de terratenientes,
oligarcas y banqueros, y comenzará a
recibir la masiva inmigración europea.
“Las corporaciones norteame-
ricanas y europeas saltan de
un solo brinco las barreras
aduaneras latinoamericanas,
paradójicamente alzadas contra
la competencia extranjera, y
se apoderan de los procesos
internos de industrialización...”
Eduardo Galeano
Hasta aquí la relación de Europa, y
sobre todo Inglaterra, con nuestros pue-
blos se basaba en que ellos exportaban
sus productos industriales y nos com-
praban productos primarios (materias
primas, con poco trabajo e industrializa-
ción) como cuero, lana, cereales, carnes,
etc. Mientras nuestros recursos de poco
valor se iban por el puerto, a cambio lle-
gaban manufacturas industriales (textiles,
maquinarias, químicos, herramientas,
etc.). De esta manera les vendíamos el
cuero para comprarles las botas, y tone-
ladas de caña de azúcar vendidas se cam-
biaban por un puñado de caramelos.
Por el mismo puerto, pero naufra-
gando en el medio del océano, se iban
las posibilidades de desarrollo, progre-
so, industrialización e independencia
para nuestros pueblos.
La irrupción del imperialismo
Para inicios del siglo XX, el sistema
capitalista dominaba en todo el mundo,
con centro en Europa y Estados Unidos,
y se había desarrollado ya, en estos paí-
ses la fusión del capital bancario y el ca-
pital industrial, o sea la unión en con-
glomerados y monopolios de la plata
para invertir y especular, y las fábricas
donde producir las manufacturas, que
es de donde obtenían su fenomenal ga-
nancia y crecimiento estos países.
A ese capital fusionado se le llamó ca-
pital financiero, el cual, al quedarle chi-
ca Europa, pues ya se había extendido
inmensamente, invadió todo el mundo
consolidando, reproduciendo y profun-
dizando la dependencia económica, co-
lonial y semi-colonial, de la mayoría de
los pueblos del mundo,
La política del capital financiero in-
ternacional se denomina imperialismo, y
ya no tiene en él centralidad la mera ex-
portación de artículos industriales, sino la
exportación de capital. Se exporta a sí
mismo a países “atrasados” donde paga
menos salarios y saquea los recursos na-
turales, repatriando luego la ganancia a
su país de origen, con lo que genera la
devastación de los pueblos y se lleva to-
das las riquezas producidas por los traba-
jadores y los bienes de su territorio.
La falsa industrialización
Entre 1890 y 1929 la Argentina termi-
na de incorporarse a la economía mun-
dial, ocupando un claro espacio en la di-
visión internacional del trabajo: la de
productora de materias primas de ori-
gen agropecuario.
La primera guerra mundial fue la dispu-
ta a sangre y fuego entre las potencias
imperialistas por el dominio del mundo,
costó alrededor de diez millones de muer-
tos a la humanidad. La segunda guerra,
otra gran puja de redistribución imperia-
lista del mundo, contó seis veces mas de
muertos, en su gran mayoría civiles.
Si durante la primera guerra, los tra-
bajadores socialistas de Rusia lograron,
en medio de la derrota del Imperio
Ruso, tomar el poder realizando la pri-
mer experiencia de revolución socialista
triunfante en la historia (la Unión Sovié-
tica), luego de la segunda guerra, triun-
fa la revolución en el país mas grande
del mundo: China, y se extiende la lucha
de liberación nacional a todas las colo-
nias y semi-colonias, desatando podero-
sos movimientos antiimperialistas en
Asia, África y América Latina.
A partir de la gran crisis de los ’30 se
consolidan en nuestro país una serie de
políticas económicas que acompañarán
una falsa industrialización, conocidas
como industrialización por sustitución de
importaciones. Aparentemente se abría
una posibilidad de desarrollo indepen-
diente, al sustituir las importaciones con
la producción propia, pero la industria-
lización no era tal, y la sustitución mucho
menos, pues lo que se sustituyeron fue
la importación de ciertos bienes de con-
sumo, pero al no desarrollar una indus-
tria pesada que abastezca a otras indus-
trias, e impulsar la reinversión de las ga-
nancias en el desarrollo industrial, el re-
sultado fue el aumento del grado de de-
pendencia de nuestra estructura econó-
mica, pues para producir, la industria
importaba buena parte del capital, tec-
nología y sobre todo los llamados bienes
intermedios, que son los que se usan
para fabricar algún producto final (me-
tales, aparatos eléctricos, químicos, etc.)
Así, mientras bajaba la importación de
bienes de consumo, aumentaba en ma-
yor medida la importación de maquina-
ria, bienes intermedios y materias primas.
Esta supuesta estrategia para achicarle
los mercados al imperialismo y fortalecer
la independencia económica no hizo mas
que complejizar y aumentar la dependen-
cia y la dominación del imperialismo en
la economía y mercados argentinos.
El desarrollo del subdesarrollo
Al poco mercado interno que se gene-
ró durante esos años, no tardó en caerle
por completo el peso de la dependencia. A
finales de los años ’50 comienza la política
imperialista de apropiarse de esos merca-
dos de manera plena, desarrollando una
segunda fase de la falsa industrialización,
de manera mas fragmentaria y usurera,
pues “las filiales de las corporaciones nor-
teamericanas y europeas saltan de un solo
brinco las barreras aduaneras latinoameri-
canas, paradójicamente alzadas contra la
competencia extranjera, y se apoderan de
los procesos internos de industrialización.
Exportan fábricas o, frecuentemente, aco-
rralan y devoran a las fábricas nacionales
ya existentes. Cuentan, para ello, con la
entusiasta ayuda de la mayoría de los go-
biernos de América latina”1.
El imperialismo financió su extensión
a base de sus jugosas ganancias, sí. Pero
tengamos en cuenta que de cada dólar
invertido de empresas yanquis en Améri-
ca Latina, sólo veinte centavos provenían
de la reinversión, los restantes ochenta
centavos venían de créditos obtenidos en
nuestras tierras. Como si fuera poco, las
filiales de bancos norteamericanos se ex-
tienden en esos años en nuestros países,
captando y secuestrando el ahorro inter-
no para dirigirlo a sus propias empresas.
El mismo autor citado dice: “la banca
de New York admite públicamente que la
más importante de sus nuevas metas en
América latina, consiste en capturar el
ahorro interno en beneficio de las corpo-
raciones multinacionales, para satisfacer
sus necesidades en materia de produc-
ción y ventas”. Además los propios ban-
cos latinoamericanos, prestaban a los
yanquis pues les resultaba más rentable.
Se profundiza la asociación y compli-
cidad del empresariado nacional con el
imperialismo de tal manera que Eduar-
do Galeano concluye que “La burguesía
nacional latinoamericana, nacida del
vientre del viejo sistema agroexportador,
se reencuentra con su destino: el capita-
lismo local se convierte en socio menor
o en funcionario de sus vencedores. O
conquista la más codiciada de las suer-
tes: cobra el rescate de sus bienes en ac-
ciones de la casa matriz extranjera y ter-
mina sus días viviendo gordamente una
vida de rentista.”
En esos años el Che Guevara se opo-
ne a quienes esperaban de los empresa-
rios locales una postura antiimperialista y
escribe: “las burguesías autóctonas han
perdido toda su capacidad de oposición al
imperialismo -si alguna vez la tuvieron- y
sólo forman su furgón de cola; no hay
mas cambios que hacer: o revolución so-
cialista o caricatura de revolución.”
Hasta aquí pasamos del intercambio
desigual, a la importación de capital,
para llegar con esta última etapa a que
todo el engranaje económico de depen-
dencia funcione igual que el crediticio de
la deuda externa: el tercer mundo se
descapitaliza sistemáticamente finan-
ciando el desarrollo de su subdesarrollo,
profundizando su dependencia estruc-
tural del imperialismo.
En la senda del Che 5
 Revolución y contrarrevolución
En 1959 triunfa la Revolución en
Cuba, y comienza a construir el socialis-
mo. Bajo su ejemplo miles de jóvenes,
obreros, campesinos, intelectuales, estu-
diantes y sectores medios, se organizan
en América Latina. Se extenderá, con el
ejemplo del Che, que cae combatiendo
en Bolivia, un poderoso movimiento re-
volucionario, que enarbolará la bandera
de la segunda y definitiva independencia,
y que, salvo contadas excepciones, será
aniquilado por dictaduras militares, fieles
representantes de la unidad del gran
empresariado nacional, los terratenien-
tes y el imperialismo, quienes -con
genocidios y grandes derramamientos
de sangre- comenzarán a implantar po-
líticas neoliberales de destrucción de la
poca industria nacional restante, liberali-
zación de las importaciones y mayor de-
pendencia bajo la misma e insistente lógi-
ca: empobrecer los salarios e ingresos de
los sectores populares para una mayor
apropiación de las riquezas por parte de
los monopolios nacionales y extranjeros.
Durante los ’90, luego de la desintegra-
ción de la Unión Soviética, se profundizan
en Nuestra América las políticas pro
monopólicas y pro imperialistas. Se des-
mantelan las empresas estatales y aumen-
ta la concentración y centralización
económica, o sea: la transferencia de ri-
queza de los sectores pobres a los ricos y
de los ricos a los millonarios, sintetizados
en la sabiduría popular de que los ricos
son cada vez menos y más ricos, y los po-
bres somos cada vez más y más pobres.
La dependencia en la actualidad
En esta última década, nuestros pue-
blos han comenzado a dar renovadas
demostraciones de heroísmo. Levanta-
mientos y rebeliones populares a lo lar-
go de nuestro continente sentaron un
camino para disputarle a los malos ex-
tranjeros y peores americanos un proyec-
to político diferente.
En Venezuela, Bolivia y Ecuador esos
proyectos han hecho carne en gobier-
nos democráticos de amplia base popu-
lar, que sin derrotar aun al imperialismo
de forma definitiva, lo enfrentan cohe-
rentemente, y revierten la miseria en la
que los han sumido.
6 En la senda del Che
En 2001, millones de argentinos dimos
batalla al neoliberalismo, durante la mayor
crisis económica de nuestra historia. La
ausencia de organización popular y de
un proyecto político claro, jugó en con-
tra de que empecemos a gobernarnos
más democráticamente, para inciar un
camino de independencia y desarrollo.
Los siguientes gobiernos (Duhalde,
Kirchner y Fernández de Kirchner) enca-
raron políticas económicas que significa-
ron grandes cambios y enormes conti-
nuidades, en una situación internacional
muy favorable, pero que de ningún modo
cuestionan los términos de dependencia y
subordinación al mandamiento del mer-
cado mundial, el imperialismo y los gran-
des grupos económicos locales.
Se devaluó la moneda y, para fines de
2005, la situación de crisis había sido supe-
rada. Pero “si bien es cierto que crecieron
todas las industrias, no menos cierto es
que de la mano del “dólar alto” no hubo
cambio estructural, es decir, no se avan-
zó en la redefinición del perfil de especia-
lización industrial de la Argentina, que
está cada vez más vinculado con la pro-
ducción de commodities”2, señala Martín
Schorr3. Las grandes empresas y grupos
económicos ganan en la exportación,
entonces su ganancia no depende de las
ventas en el mercado interno. No necesi-
tan que los trabajadores compren ade-
más de producir, por eso están contentos
con la política nacional que mantiene los
salarios en las paritarias a un nivel “razo-
nable”, que es siempre por debajo de la
inflación. Usando mucha maquinaria y
poco trabajo, fortalecen una constante de
salarios bajos, lo cual colabora para que
estos grandes capitalistas tengan en cuen-
ta al salario como un costo y no como una
inversión en la demanda.
Todos estos sectores son dependien-
tes del mercado mundial.
El tibio régimen de “promoción a la
inversión industrial” mediante subsidios
del gobierno Kirchner, significó un rega-
lo del tesoro público y los recursos esta-
tales a monopolios como Aluar, Techint,
Metrovías, AGD, Repsol-YPF, las automo-
trices, etc. Estos grupos son los ganado-
res del “modelo del dólar alto” o devalua-
ción. Estos grandes recursos estatales uti-
lizados como subsidios fueron invertidos
en fomentar un proyecto de país depen-
diente de las estrategias de las compañías
transnacionales y un puñado de grupos
económicos locales, en lugar de favorecer
el desarrollo de un fuerte mercado inter-
no, impulsando la industrialización del in-
terior del país en función de producir lo
que nuestro propio país consume.
El problema del latifundio y la tierra,
y la expulsión de la población agraria a las
ciudades sigue incrementándose.
Los acuerdos del gobierno con las
grandes corporaciones mineras, petrole-
ras y pesqueras extendiendo las conce-
siones por varias décadas mas, para se-
guir depredando nuestros recursos, son
parte del incuestionable fortalecimiento
de un proyecto de país agro-minero-pe-
trolero exportador, al que se suman con-
tados productos industriales.
El secreto de un mecanismo perverso
Para superar nuestra situación debemos
comprender que el papel de América La-
tina en la economía capitalista mundial
es la del sostén de las grandes ganancias,
tanto de monopolios nacionales e
imperialistas en nuestros países, como las
de las grandes compañías de los países
industrializados en sus propios países.
El mecanismo es sencillo: para explo-
tar mas al trabajador y obtener mas ga-
nancias, los capitalistas de los países
industrializados recurren al bajo precio
de nuestras materias primas, de nuestros
productos industriales e intermedios, y
sobre todo a la compra de alimento ba-
rato para sus obreros. Con esto los países
centrales logran reducir el costo de vida
del trabajador, con lo cual pueden man-
tener los salarios, y junto a la inversión
tecnológica, conseguir que ese trabajador
produzca mucho más.
Los capitalistas de nuestros países
también producen para obtener grandes
ganancias, por lo cual, ante el abarata-
miento sistemático de los bienes que ex-
portan, y por ende, ante la caída de sus
ganancias, recurren para mantenerlas y
acrecentarlas a la superexplotación de la
mano de obra.4
La superexplotación del trabajador se da
mediante tres procedimientos: 1. La inten-
sificación del ritmo de trabajo, producir
mas, mas y mas. 2. Prolongación de la jor-
nada de trabajo, en nuestro país se incumple
ampliamente la jornada de ocho horas de
trabajo. 3. La reducción de la capacidad de
consumo del obrero más allá de lo normal.
Tanto mediante una directa baja de salario,
como mediante la inflación, y los sistemas
de impuestos regresivos.
La falta de interés de la gran mayoría de
los capitalistas de América Latina en el ni-
vel de vida del trabajador, parte de que ellos
pueden reponer a los trabajadores gracias
a la incorporación de nuevos brazos a la
producción que se da por la masa de des-
ocupados, y el flujo constante de población
del campo a la ciudad, e incluso de sectores
agrarios y urbanos de países vecinos, a las
grandes ciudades latinoamericanas.
Se valen de la enorme desocupación
creada por la economía exportadora, para
presionar con la baja salarial, o el no au-
mento del salario real acorde a la inflación.
Esto, sumado a la mayor intensidad del tra-
bajo y la prolongación de la jornada, acele-
ra y agiganta la concentración de riqueza
de los grupos monopólicos exportadores.
La enorme injusticia de la
división internacional del
trabajo, con el enriquecimiento
de los países imperialistas y
el empobrecimiento de los
nuestros, y la complicidad de
los grupos económicos
locales, encuentran la clave
de su dominación en la super-
explotación de la fuerza de
trabajo de los trabajadores
de Nuestra América
Este análisis revela claramente donde
está el origen de nuestra dependencia,
subdesarrollo, “atraso”, y falta de liber-
tad. La enorme injusticia de la división
internacional del trabajo, con el enrique-
cimiento de los países imperialistas y el
empobrecimiento de los nuestros, y la
complicidad de los grupos económicos
locales, encuentran la clave de su domina-
ción en la superexplotación de la fuerza
de trabajo de los obreros y trabajadores
de Nuestra América.
Bolívar, visionario libertador de nuestro
continente, advirtió tempranamente a
nuestros pueblos: los Estados Unidos pare-
cen destinados por la providencia a plagar la
América de miseria a nombre de la libertad.
Sólo el pueblo salvará al pueblo
Para que nuestro pueblo pueda desa-
rrollarse, social, política, cultural y econó-
micamente, no alcanzan las políticas de
mera reformulación de pequeñas condi-
ciones comerciales, incentivos a ciertos
monopolios de la producción y exporta-
ción, redistribuciones tibias de la riqueza
mediante asignaciones -a las que no nos
oponemos- pero que para nada apañan
la enorme injusticia que es la constitución
de formidables ganancias que amasan los
grandes empresarios a base de la super-
explotación de los trabajadores.
Esta es la gran verdad que se esconde
detrás de los argumentos mediáticos de
“favorecer al capital extranjero”, y crear
condiciones para atraer inversiones.
Para poner fin a la dependencia extra-
jera y mejorar la calidad de vida de nues-
tro pueblo es indispensable pensar -tenien-
do en cuenta lo señalado sobre el origen de
la dependencia- en fuertes políticas de ple-
no empleo, reestatización de las empresas
de servicios básicos privatizadas, recupera-
ción de los bienes naturales: petróleo y gas,
tierra y ríos, riqueza marítima y minería,
que están siendo saqueados por empresas
de potencias extranjeras. El no pago de la
deuda externa, ilegítima y usuraria, fraudu-
lento sistema de descapitalización de los
pueblos pobres. Fuertes políticas de am-
pliación del mercado interno basadas en el
fortalecimiento de los salarios y la produc-
ción para el consumo y la industrialización
de nuestras provincias. Limites rígidos a la
especulación financiera, utilización del di-
nero para la inversión productiva.
No somos meros idealistas. Sabemos
que todas estas políticas no se pueden re-
clamar a uno u otro gobierno y esperar
de ellos la solución. Estas políticas se con-
quistan con la lucha, la organización, y la
construcción de una propuesta política
que sea debatida, construida y protagoni-
zada por amplias masas de nuestro pue-
blo, ya que el capitalismo no se cae si no
hay un pueblo que lo haga caer.
Por ello la Juventud Guevarista se es-
fuerza cotidianamente en dar la batalla de
ideas, construyendo nuestra propia orga-
nización, como pilar desde el que comba-
tir certeramente estas políticas, preparan-
do lo más posible a los sectores populares
para la disputa política antiimperialista y
por el socialismo.
Por ello ampliamos la perspectiva, y
estamos impulsando la construcción de la
Unión del Pueblo, partido para dar la dis-
puta electoral y política desde estas ideas.
Desde nuestros lugares de trabajo o es-
tudio, desde los barrios donde trabajamos
junto a los vecinos, desde las experiencias
gremiales o sindicales donde el pueblo
está organizado, peleamos por esta idea,
siendo parte de nuestro pueblo, que tiene
grandes potenciales aun dormidos.
En este bicentenario de la Revolu-
ción de Mayo y del inicio de las heroicas
guerras revolucionarias por la indepen-
dencia en nuestro continente, realiza-
mos esta necesaria reflexión, a modo de
retomar el ideario independentista y re-
volucionario de Moreno, Castelli, Bel-
grano, Monteagudo, Artigas, San Mar-
tín, O’Higgins y tantos otros, integrán-
dolos con las mas ricas experiencias de
lucha de los trabajadores en todo el
mundo por el socialismo, y alzamos
nuestra consigna, la de nuestros pue-
blos, aquella que formulara el coman-
dante Fidel Castro: ¡por la segunda y de-
finitiva independencia!
1
El imperialismo cambia pero no se arrepiente,
Centenario de Lenin, Eduardo Galeano, en Docu-
mentos, de la revista Punto Final, Santiago de
Chile, 1970.
2
Commodities: Término anglosajón que se apli-
ca a todo producto vendido a granel en los mer-
cados financieros. Los más comunes son oro,
petróleo, granos, carnes, algodón, etc. Son pro-
ductos con poca industrialización, y de produc-
ción y consumo comunes en todo el mundo, de
allí su nombre. Su contrario son las specialities,
productos muy valuados en los mercados finan-
cieros entre otras cosas por su codiciada bús-
queda y rara producción, en el caso argentino la
producción de arándanos.
3
Crisis internacional y alternativas de reindustrializa-
ción en la Argentina, en revista Industrializar Argen-
tina, mayo de 2009. Martín Schorr es Lic. en Socio-
logía y docente en la UBA; Mg en Sociología Eco-
nómica, e investigador de CONICET y FLACSO.
4
Esta línea de análisis esta fuertemente soste-
nida en las tesis de Ruy Mauro Marini, intelec-
tual brasileño y militante revolucionario latino-
americano. Sobre todo en su texto Dialéctica de
la Dependencia. Para ampliar sobre el tema re-
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En la senda del Che 7
 A 45 años de su fundación, el 25 de mayo de 1965. Una crónica del Partido Revolucionario de los Trabajadores
Daniel De Santis
El Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT) fue un partido po-
lítico de tendencia marxista leninista,
guevarista, fundado en 1965 para lu-
char por la revolución antiimperialista
y socialista en Argentina y América
Latina. Reconocía a la clase obrera in-
dustrial como vanguardia del conjun-
to del pueblo. Desde antes de su naci-
miento, los grupos que promovieron
su construcción adoptaron estrategias
que incluían el desarrollo de todas las
formas de lucha.
De los seis mil compañeros orga-
nizados, entre el 40 y el 50 %, están
muertos o desaparecidos. Entre sus
dos Comités Centrales elegidos en
1970 y en 1975, el Tribunal Partida-
rio, los Jefes del Estado Mayor y los
Capitales del ERP, sumaban 68 com-
pañeros, el 80 % fueron muertos en
combate, asesinados o desaparecidos.
Ese porcentaje se eleva al 88 % entre
sus principales dirigentes, ellos fue-
ron Rubén Pedro Bonet, Juan Ma-
nuel Carrizo, Antonio del Carmen
Fernández, Leandro Fote, Enrique
Haroldo Gorriarán, Juan Eliseo
Ledesma, Domingo Menna, Luis
Enrique Pujals, Jorge Benito Urteaga
y fue su Secretario General Mario
Roberto Santucho. Todos héroes de
la lucha revolucionaria.
Primeros pasos de un sueño
hecho de realidades
El 17 de julio de 1964 se consti-
tuyó un Frente Único entre Palabra
Obrera (PO) que se definía ideoló-
gicamente trotskista y el Frente
Revolucionario Indoamericanista
Popular con el objetivo de fundar
un partido revolucionario obrero
que asumiera las tareas pendientes
de la revolución en nuestro país. El
31 de enero de 1965 en el Norte ar-
8 En la senda del Che
gentino se aprobó la unif icación
quedando constituido el partido
unificado de la revolución y se for-
mó el Comité Central. El 25 de
mayo de ese mismo año se reunió
el Primer Congreso, este aprobó
como nombre de la nueva organi-
zación: Partido Revolucionario de
los Trabajadores.
El 28 de junio de 1966 se produjo
el golpe militar que instauró la Dic-
tadura encabezada por Onganía.
Perón lanzó la famosa consigna “des-
ensillar hasta que aclare” y el líder
sindical Augusto Vandor y demás di-
rigentes burocráticos, ante el apriete
de la dictadura, levantaron el plan de
lucha de marzo de 1967. Ambos he-
chos dejaron al movimiento de masas
sin conducción política ni sindical.
Este vacío político va a ser llenado, en
el próximo auge de las luchas obreras
y populares, por nuevas organizacio-
nes con propuestas inspiradas en el
socialismo e influenciadas por la Re-
volución Cubana.
La dictadura de Onganía impulsó
una serie de medidas económicas
que, bajo el rótulo de “moderniza-
ción” comenzaron a atacar varias in-
dustrias, entre las cuales se destaca-
ron por su brutalidad el cierre de
numerosos ingenios en Tucumán.
El enfrentamiento con la Dictadura
y la derrota sufrida en esa contienda
motivó que los principales dirigen-
tes obreros azucareros llevaran al
seno del Partido la necesidad de res-
ponder con las armas porque se ha-
bían mostrado insuficientes los mé-
todos de la lucha cívica. El IV Con-
greso, en febrero de 1968 y luego de
caracterizar la situación en nuestro
país como pre-revolucionaria, apro-
bó una línea política de guerra revo-
lucionaria para responder a la guerra
contrarrevolucionaria iniciada por la
dictadura dos años antes.
 El 29 de mayo se produjo el Cordobazo en el que par-
ticiparon de lleno los militantes del Partido. En el
Rosariazo, el 16 y 17 de septiembre del mismo año, los
militantes del PRT tuvieron una activa participación Es-
tos movimientos semi-insurreccionales confirmaron los
análisis que venía haciendo el PRT y pusieron en crisis a
la Dictadura militar. En los días 29 y 30 de julio en una isla
del Delta del Paraná se reunió el V Congreso que fundó
al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) con una con-
cepción de ejército de masas antiimperialista, capaz de
incorporar a las masas a la lucha revolucionaria y no sola-
mente a sus sectores mas concientes y politizados.
El PRT fue un partido que tuvo, durante toda su existen-
cia, estrecho vínculo con las masas obreras y populares. Se
nutrió de las mayores experiencias revolucionarias de su
época, estudió y formó a sus militantes con las enseñanzas
del Partido de los Trabajadores de Vietnam y del FLN1 de
ese país. Tuvo una fuerte influencia de la Revolución Cu-
bana y el ejemplo de entrega militante del Che Guevara
proveyó a sus integrantes de una gran moral de combate.
El crecimiento del conjunto del movimiento de masas
y revolucionario voltearon al Dictador Onganía, y el
Viborazo, convenciendo al Jefe del Ejército, el Dictador
Lanusse, de que era imposible contener la revolución por
medio de la fuerza. Este se hizo cargo del gobierno en mar-
zo de 1971 y pocos días después convocó al Gran Acuerdo
Nacional (GAN), una salida electoral con participación del
peronismo pero manteniendo la proscripción de Perón.
El 15 de agosto de 1972, los presos políticos alojados
en el Penal de Rawson, protagonizaron una espectacular
fuga. Los miembros del comando conjunto de
Montoneros FAR y ERP lograron llegar a Chile, otros 19
fueron detenidos en el aeropuerto de Trelew y en repre-
salia fueron fusilados, el 22 de agosto en la Base de la Ma-
rina en Trelew. Este hecho impactó en toda la sociedad
precipitando el fin de la Dictadura, lo que significó un
primer y gran triunfo de las fuerzas populares y revolucio-
narias. En plena retirada de la Dictadura el ERP realizó
exitosamente, en Córdoba, la toma del Batallón de Co-
municaciones 141, recuperando gran cantidad de armas.
El 11 de marzo de 1973, el peronismo ganó las elec-
ciones. Pocos días después el Presidente electo pidió
una tregua a la guerrilla, el ERP difundió masivamente
una Carta al Presidente Cámpora, en la que le contes-
tó que: respetando la voluntad popular no atacaría al go-
bierno y a la policía que de él dependía pero, para evitar
que el pueblo cayera en el engaño del que había sido
víctima en los dieciocho años anteriores, no daría tre-
gua a las empresas explotadoras ni al ejército opresor;
exigía, la libertad de los presos políticos y la derogación
de la legislación represiva. Cámpora asumió el 25 de
mayo en el marco de la euforia popular.
El 20 de junio regresó Perón a la Argentina. El pue-
blo se movilizó a Ezeiza para recibirlo en lo que consti-
tuyó la mayor movilización de masas de toda nuestra
historia. Las columnas de la Juventud Peronista ( JP) y de
Montoneros eran ampliamente mayoritarias, lo que
motivó que los que controlaban el acto, la derecha
peronista, desataran una balacera contra el pueblo, co-
nocida como la Masacre de Ezeiza. En el discurso que
dijo Perón al día siguiente, avaló la represión. Había fi-
nalizado una etapa. La contrarrevolución, sólo 25 días
después de asumir el nuevo gobierno, intentaba retomar
la ofensiva ahora en manos de la derecha peronista.
Mas allá de las declaraciones, en los hechos, la tregua
se cumplió ya que el ERP no realizó una sola acción ar-
mada durante el gobierno de Cámpora y durante gran
parte de interinato de Lastiri que sustituyó a Cámpora
luego de autogolpe contrarrevolucionario del 13 de ju-
lio. En esos meses, los órganos de prensa del PRT y del
ERP alcanzaron gran tirada. El quincenario del ERP, Es-
trella Roja, llegó a vender 40.000 ejemplares en cada uno
de sus cuatro números legales, hasta que fue prohibido.
Con gran valentía y mucho tacto, Santucho explicaba el
papel de Perón en El Combatiente, prensa del PRT: Lue-
go de una larga y persuasiva introducción se pregunta-
ba si éste era un traidor, para responderse que no, que
era un fiel representante de los intereses de su clase, la
burguesía, y que estaba dispuesto a realizar todas las ta-
reas que fueran necesarias para aplastar a la revolución.
En los primeros meses esta posición pareció aislar polí-
ticamente al PRT. De todas formas logró constituir el
Frente Antiimperialista y por el Socialismo (FAS), con
sus pocos aliados entre los que destacaba Agustín Tosco.
El 23 de septiembre Perón obtuvo más del 60 % de los
votos en las nuevas elecciones para elegir el reemplazan-
te de Cámpora. El PRT promovió participar en esas elec-
ciones con la fórmula obrera Tosco-Jaime con la consig-
na “Contra el imperialismo y sus lacayos”, pero la inicia-
tiva no prosperó. Perón asumió la presidencia y comen-
zó a quedar claro entre los trabajadores que no venía a rea-
lizar ninguna revolución nacional, concretando veloz-
mente un giro a la derecha. A partir de 1974, el PRT co-
menzó a crecer aceleradamente.
Considerando que el Gobierno había violado reitera-
das veces la tregua por él mismo propuesta, el ERP
En la senda del Che 9
 reinició la actividad guerrillera el 6 de septiembre con
el copamiento del Comando de Sanidad en la Capital.
La noche del 19 de enero de 1974, tomó la Guarnición
de Azul, mientras que el 30 de mayo la Compañía de
Monte 2 alcanzó estado público al copar la ciudad de
Acheral en Tucumán.
Pero la respuesta no se dio sólo en el terreno militar.
Sostenido por un impetuoso crecimiento entre los obre-
ros de las grandes fábricas, el PRT participó en las más im-
portantes luchas fabriles del momento. Promovió el Mo-
vimiento Sindical de Base y realizó dos congresos en los
que participaron varios miles de activistas. El 15 de junio
de 1974 realizó el VI Congreso del FAS3 en la ciudad de
Rosario con la asistencia de más de 25.000 militantes y ac-
tivistas de todo el país, cerrando el acto un exultante
Agustín Tosco.
El 10 de agosto el ERP realizó dos acciones armadas
de gran envergadura: La toma de la Fábrica Militar de ex-
plosivos en Villa María, Córdoba, que resultó completa-
mente exitosa, e intentó tomar el Regimiento de Infan-
tería 17 de Catamarca en lo que fracasó. En la retirada,
fueron detenidos y fusilados 16 combatientes entre
ellos uno de los principales dirigentes del PRT: el Negri-
to Antonio Fernández.
El PRT supo tener una fuerte integración y
comprensión de los padecimientos de nuestro
pueblo, sin nunca perder el horizonte de la
lucha continental, latinoamericana. Donde el
fortalecimiento y el surgimiento de todos los
focos de oposición al imperialismo, no era una
contradicción sino una necesidad de todos los
que luchan por una patria socialista.
1975 fue el año culminante del enfrentamiento de
clases. Se inició con grandes conflictos en el Ingenio
Ledesma de Jujuy, en los departamentos de Famaillá,
Monteros y Chicligastas de Tucumán, en la ciudad de
Córdoba y en las riberas del Paraná. La clase trabajado-
ra y el pueblo se batieron vigorosamente con todos sus
recursos y motorizado por las fuerzas revolucionarias
contra un gobierno que representaba a sus opresores de
clase y tomaba medidas cada vez mas anti-populares. El
13 de abril, se produjo cerca de Rosario la mayor victo-
ria militar del ERP; sus combatientes en lucha abierta
derrotaron la defensa del Batallón 121 ubicado en Fray
Luís Beltrán, recuperando gran cantidad de armamento.
En junio comenzaron las discusiones de los convenios
colectivos de trabajo, que culminaron con las grandes
10 En la senda del Che
movilizaciones entre fines de junio
y principios de julio. En particular,
el día 3 de julio de 1975 las Coordi-
nadoras de Gremios en Lucha lla-
maron a huelga y movilización en
todo el país. Los obreros se movili-
zaron liderados por las fuerzas re-
volucionarias. Fue la primera huel-
ga general contra un gobierno
peronista y la primera que dio la cla-
se obrera argentina con indepen-
dencia de la burguesía desde el 6 de
enero de 1936. Para contener el
creciente liderazgo revolucionario
y respondiendo las presiones de las
bases obreras, la CGT llamó a una
huelga general para los días 7 y 8 de
julio. Cayó el gobierno peronista
encabezado por López Rega. El go-
bierno, surgido del GAN para de-
rrotar a la guerrilla, fue derrotado
por el movimiento de masas. Esta
fue la segunda gran victoria de las
fuerzas revolucionarias. El 23 de di-
ciembre de 1975 el ERP movilizó a
más de 250 combatientes en el in-
tento de ocupar el Batallón de Ar-
senales 601 del Ejército, ubicado
en la localidad de Monte Chingolo,
en conurbano sur de Buenos Aires.
Tenía varios objetivos. Políticos:
Fortalecer al movimiento de masas,
realizar un ensayo semi insurrec-
cional y retrasar el golpe militar en
ciernes. Militares: Recuperar 20 to-
neladas de armamento. El Ejército
recibió la información de la opera-
ción, por medio de un infiltrado
en el ERP, por lo que las defensas y
las condiciones para reprimir esta-
ban perfectamente organizadas. En
lo que se ha denominado la Batalla
de Monte Chingolo el ERP sufrió
53 bajas mortales. La gran mayoría
fueron combatientes apresados y
asesinados posteriormente.
Luego del Golpe militar contra-
rrevolucionario del 24 de marzo de
1976, el PRT previó que éste trae-
ría como consecuencias un redo-
blar de la ofensiva de las masas y se
preparó para ello, lanzando la con-
signa ¡Argentinos a las Armas! Luego
 de dos meses, la dirección del PRT
comprendió que había cometido un
error de apreciación táctica y que se ha-
bía entrado en un retroceso de la movi-
lización. Este error, según palabras de
Santu-cho publicadas el 9 de junio, los
debilitó en lo ideológico y en lo orgá-
nico. En lo ideológico, porque no les
permitió preparase adecuadamente para
un esfuerzo de guerra prolongada y en
lo orgánico, porque no simplificaron la
organización interna adecuándola a la
nueva situación.
El 19 de julio, el mismo día que
Santucho saldría del país, una patrulla
militar llegó hasta el departamento de
Domingo Menna en Villa Martelli.
Santucho y Benito Urteaga murieron
combatiendo y, Liliana Delfino, Fernan-
do Gértel y Ana María Lanzillotto resul-
taron capturados siendo todos llevados a
Campo de Mayo, donde también fue alo-
jado Menna luego de haber sido deteni-
do en una cita.
Un partido marxista y latinoamericano
El Partido Revolucionario de los Tra-
bajadores expresó la fusión de la última
montonera federal del irredento Felipe
Varela que encontró su renacer en la In-
tegración de América latina de Francisco
René Santucho Juárez, el Negro, como
principal exponente de la nueva
montonera del noroeste; con la Patria
gringa de la Pampa húmeda, de la que
si tenemos que nombrar a un exponen-
te no vamos a contener la tentación de
incluir al Gringo Agustín Tosco; y con el
nuevo proletariado industrial de las
grandes fábricas.
A la integración social, política y cul-
tural de la Argentina profunda y plebe-
ya, el PRT realizó una gran contribu-
ción inconclusa. El PRT supo tener
una fuerte integración y comprensión
de los padecimientos de nuestro pue-
blo, sin nunca perder el horizonte de la
lucha continental, latinoamericana.
Donde el fortalecimiento y el surgi-
miento de todos los focos de oposición
al imperialismo, no era una contradic-
ción sino una necesidad de todos los
que luchan por una patria socialista. De
el aprendimos que si es socialista es internacional. Por-
que es obrera, campesina mulata blanca y mestiza, ur-
bana, rural. Porque nacerá y podrá crecer y pelear en
cada rincón del mundo donde se alce una nueva ban-
dera de libertad. Y allí y en cada lugar se deberá cons-
truir y pelear por un autentico proyecto revoluciona-
rio. Que aprenda, que sepa sentir, vibrar y luchar jun-
to a las masas de explotados y olvidados de este mun-
do. Porque somos pueblo organizado, pensamos, sen-
timos con el. Sufrimos con el, en el, para avanzar y or-
ganizarnos mas y mejor por nuestra, la de todos; la se-
gunda y definitiva independencia.
En este sentido, hay que considerar el aporte de la
compañera Estela Assaf, cuando afirmó que en la Argen-
tina moderna luego del modelo de la generación de 1880
–quizás, dentro del capitalismo, podríamos considerar al
peronismo como el segundo intento–, el otro proyecto
de país fue el que encarnó el PRT para, a continuación,
precisar que: “no sólo pensamos un país distinto, sino que
tuvimos el coraje, la dignidad y la honestidad de llevar a
la práctica lo que planteábamos en la teoría y hacerlo se-
riamente, aunque a veces nos equivocásemos en algunas
apreciaciones. Porque proyectos de cambiar el país, sus
estructuras injustas, su modelo capitalista dependiente,
hubo muchos, pero fuimos los que nos pusimos a luchar
para que se concretara”.
El PRT expresó la particularidad del desarrollo de la re-
volución en la Argentina, su estructura de clase: el sur ur-
bano, proletario y popular, y el norte rural, obrero y cam-
pesino, la tradición política de los jacobinos de la revolu-
ción de Mayo, Moreno, Castelli, Belgrano y Monteagudo,
los principios federales del Pacto Provisorio de José
Artigas, la epopeya del Cholo San Martín y del custodio de
la frontera norte, el gaucho Martín Güemes. Esa particu-
laridad fue atravesada por la universalidad del marxismo
leninismo, lo que dio como resultado una versión
auténticamente argentina y latinoamericana. Uno de los
grandes aportes teóricos fue haber logrado una síntesis del
marxismo europeo de Marx, Engels y Lenin, con los prin-
cipales exponente de su versión asiática Mao y Ho Chi
Minh, y con el de los fundadores del marxismo latino-
americano José Carlos Mariátegui, Fidel Castro y Ernes-
to Guevara. Fueron síntesis de las tres vertientes, de las
particularidades y de la universalidad: Mario Roberto
Santucho y la organización por él fundada y dirigida, el
Partido Revolucionario de los Trabajadores.
1 Frente de Liberación Nacional
2Guerrilla rural que desarrolló el Ejèrcito Revolucionario del
Pueblo en la provincia de Tucumán.
3 Frente Antiimperialista y por el Socialismo
En la senda del Che 11

Mecha
El proceso abierto por el triunfo
de la Revolución Cubana en enero
de 1959 modificó irreversiblemente
la agenda de los pueblos y movi-
mientos revolucionarios de todo el
continente y el mundo. Demostró
que los pueblos podían vencer sobre
los ejércitos de sus países y que,
toma del poder mediante, se podía
construir una sociedad socialista, sin
tener que transitar las “etapas” que
el positivismo estalinista establecía
como leyes necesarias. La toma del
poder tenía el sentido histórico de
construir el socialismo resolviendo
juntos, el pueblo y los trabajadores,
los problemas democráticos, econó-
micos, entre otros. Esta evidencia
práctica movilizó a los inquietos,
enfureció a los dogmáticos y ate-
morizó a los dueños de todo. El gri-
to de libertad del pueblo cubano re-
sonó por toda Nuestra América y el
mundo como un cañonazo en plena
noche… El imperialismo tenía las
barbas en llamas.
En este contexto no es llamativo
que en el año 1965 -partiendo de los
procesos particulares de cada uno de
sus países, pero motivados por esta
agenda que marcaron los guajiros1
coincidan la fundación del Movi-
miento de Izquierda Revolucionaria
(MIR), en agosto de ese año en Chi-
le, con la del Partido Revolucionario
de los Trabajadores (PRT), apenas
tres meses antes en Argentina.
Luego del fracaso de las primeras
experiencias guerrilleras, que habían
tratado de trasladar mecánicamente
las enseñanzas de la experiencia cu-
bana a otras realidades, el MIR y el
PRT se preparaban para asumir las
12 En la senda del Che
Cuarenta y cinco años de la fundación del MIR y el PRT:
un camino hacia la “Coordinación Revolucionaria”
formas armadas y no armadas de lu-
cha procurando desarrollar organi-
zaciones acordes a la realidad propia
de cada país. La crítica hacia estos
modos dogmáticos de interpretar la
experiencia cubana fue simultánea a
la crítica realizada al etapismo esta-
linista, como así también a la con-
cepción de las corrientes trotskistas
que esperaban que una insurrección
espontánea de las masas resolviera el
“problema del poder”.
La vinculación entre el MIR y el
PRT se comenzó a gestar entre
1967 y 1968, cuando se sucedieron
numerosos contactos entre militan-
tes que cruzaban la cordillera de un
lado u otro para compartir experien-
cias y diagnósticos. Ésta cercanía
también se empezó a dar con otras
organizaciones hermanas: el Movi-
miento de Liberación Nacional -
Tupamaros (MLN-T) de Uruguay y
el Ejército de Liberación Nacional
(ELN) de Bolivia, éste ultimo fue
fundado por el “Che” Guevara.
En noviembre de 1972, Mario
Roberto Santucho, Domingo
Menna y Enrique Gorriarán, miem-
bros del buró político del PRT, re-
gresaban de Cuba luego de los su-
cesos de la fuga del penal de
Rawson. Antes de retornar a la Ar-
gentina hicieron escala en Santia-
go de Chile, donde tuvieron una
decisiva reunión con los ocho
miembros de la “Comisión Políti-
ca” del MIR y tres miembros de la
Dirección Nacional de Tupamaros.
En ella Miguel Enríquez, Secreta-
rio General del MIR, formalizó la
propuesta de constituir una organi-
zación internacionalista entre las
tres organizaciones hermanas, a la
que luego se sumaría el ELN boli-
viano. La organización fue bautiza-
da como “Junta de Coordinación
Revolucionaria” ( JCR), retomando
la idea que lanzara el “Che” en el
“Mensaje a la Tricontinental (Crear
dos, tres...muchos Viet-Nam, es la con-
signa)”, donde Guevara ve que la
extensión de la lucha guerrillera
por el continente podía dar lugar a
“algo así como Juntas de Coordinación
para hacer más difícil la tarea represi-
va del imperialismo yanqui y facilitar
la propia causa”.
La conformación de la Junta
de Coordinación Revolucionaria
significaba trascender el
internacionalismo formal,
recogiendo así uno de los
mayores legados que el “Che”
legó a los revolucionarios: la
consecuencia y el compromiso,
la coherencia entre lo que se
dice y lo que se hace
Al año siguiente empezó a fun-
cionar una “Escuela Internacional
de Cuadros” y se dieron los prime-
ros pasos tendientes a concretar la
organización de la JCR. En 1974 se
dio a conocer una declaración con-
junta, y se empezó a editar una re-
vista propia de la Junta con el nom-
bre “Che Guevara”. Por otra parte, y
complementariamente con lo ante-
rior, se produjo un intercambio de
militantes que hicieron experiencia
en alguna de las organizaciones her-
manas, incluso brindando sus vidas
en combate.
 La conformación de la JCR signifi-
caba trascender el internacionalismo
formal, el internacionalismo de pan-
fleto, recogiendo así uno de los ma-
yores legados que el “Che” legó a los
revolucionarios: la consecuencia y el
compromiso, la coherencia entre lo
que se dice y lo que se hace.
En la declaración “A los Pueblos de
América Latina”, que la JCR emitió
en el ‘74, manifestaba que su lucha
era de carácter antiimperialista y por
el socialismo, señalando además que
los aunaba la comprensión de que el
único camino para su consecución
era la estrategia de guerra revolucio-
naria. La guerra revolucionaria, es
necesario aclarar, como lo hicieron
estas organizaciones, tanto desde la
teoría como desde la práctica, es “un
complejo proceso de lucha de masas, ar-
mado y no armado, pacífico y violento,
donde todas las formas de lucha se desa-
rrollan armónicamente convergiendo en
torno al eje de la lucha armada”. Don-
de “es necesario construir un amplio
frente obrero y popular de masas que mo-
vilice a todo el pueblo progresista y revo-
lucionario, a los distintos partidos popu-
lares, a los sindicatos y demás organi-
zaciones similares”, de manera que
converjan “a cada momento y estraté-
gicamente con el accionar militar del
ejército popular y el accionar político
clandestino”. Así entendían estas orga-
nizaciones la guerra revolucionaria, y
así fue que la llevaron a cabo: dando
fuerte impulso tanto a las formas ar-
madas de la lucha, como a los frentes
de masas: militancia en sindicatos y
organizaciones de base en las fábricas,
militancia en organizaciones campesi-
nas, estudiantiles, juveniles, barriales,
de solidaridad con los presos, etc.
La declaración del ´74 alertaba tam-
bién sobre la existencia de otras posi-
bles trabas para el desarrollo revolucio-
nario, además de la bárbara fuerza eco-
nómica y militar del imperialismo. En
uno de sus apartados, titulado “La lu-
cha por la dirección del movimiento de ma-
sas”, se referían a dos corrientes de
pensamiento y acción que conspiran
poderosamente contra los esfuerzos
revolucionarios: “Ellos son, un enemigo:
el nacionalismo burgués y una concepción
errónea en el campo popular: el reformis-
mo”. Ambos, señalaba la junta
guevarista, “intentan encaramarse en el
auge revolucionario de nuestros pueblos;
lograr su dirección e imponer sus concep-
ciones erróneas e interesadas, que indefec-
tiblemente terminarán por detener y cas-
trar el impulso revolucionario”. Esta ca-
racterización tenía aún mayor peso en
ese particular contexto, cuando aún
no había pasado un año del sangrien-
to golpe pinochetista en Chile, expe-
riencia en la cual, dentro de la Unidad
Popular, y el gobierno socialista de
Allende, el Partido Comunista impul-
saba una línea de tregua con la burgue-
sía y de evitar el enfrentamiento, lo
cual llevo a desmovilizar al pueblo, y
“darle aire” a la contrarrevolución que
se preparó y realizó el golpe de sep-
tiembre del 73.
Porque, así como los revolucio-
narios se preparaban previendo el
desencadenamiento de la violencia
de quienes son los dueños de todo,
éstos se preparaban para recuperar
los espacios perdidos y cortar antes
de que sea demasiado tarde el desa-
rrollo de las jóvenes fuerzas revolu-
cionarias. Las burguesías nativas y el
imperialismo no dudaron en cubrir
sus ganancias e intereses con el te-
rror y la sangre de los pueblos.
El destino de la JCR no puede des-
de luego haber sido distinto al de los
pueblos y organizaciones que les die-
ron vida, lo que de ninguna manera
desmiente la justeza de su lucha y la
certeza de sus análisis. Errores claro
que se pueden encontrar, con el diario
del día lunes el resultado del partido
del domingo se presenta a nuestros
ojos como el más lógico. En ese mo-
mento y en un contexto de grandes
luchas en América Latina, pensamos
que el accionar de estos compañeros
fue acertado. Las enseñanzas acerca de
las limitaciones que los miembros de
la JCR señalaban del nacionalismo
burgués y el reformismo, a quienes
no alcanzaron a ganarle definitiva-
mente la dirección de las masas, tie-
nen hoy también una fuerte vigencia.
Por otra parte, los Guevaristas del
Cono Sur nos dejaron un legado de
entrega, compromiso, coherencia y
profundo amor por el pueblo. Sus
banderas están esperando nuevos pu-
ños que las lleven a la victoria.
1Término utilizado en cuba para refe-
rirse a los campesinos, fuerza princi-
pal junto con los obreros rurales y ur-
banos y los sectores medios, que en-
cabezaron la revolución.)
En la senda del Che 13
 La historia de resistencia de los indoamericanos y el conjunto de los oprimidos, a través de la vida
de uno de sus grandes luchadores y mártires: Túpac Amaru.
POL
1. “Suceden algunas cosas que parece
que el diablo las trama y dispone para
confirmar a estos indios en sus abusos
agüeros y supersticiones. Dígolo porque
habiendo hecho un tiempo muy seco y
días muy serenos, aquel amaneció tan
atoldo que no se le vio cara al sol, ame-
nazando por todas partes de llover. Y a
hora de las doce, en que estaban los ca-
ballos estirando al indio, se levantó un
fuerte refregón de viento, y tras este un
aguacero que hizo que toda la gente, y
aún las guardias, se retirasen a toda pri-
sa. Esto ha sido causa de que los indios
se hayan puesto a decir que el cielo y los
elementos sintieron la muerte del Inca
que los españoles, inhumanos e impíos,
estaban matando con tanta crueldad.”
Relato de la ejecución de Túpac
Amaru, por un español.
Quedaron atrás los intentos de
escaparse. Los intentos de sobornar
a los guardias para tener una oportu-
nidad más de ponerse al frente de la
lucha. Los nueve caminan hacia la
horca en la plaza de armas de Cuzco,
entre los nueve van sus hijos
Hipólito y Fernando, su tío Francis-
co, su cuñado Antonio Bastidas, al-
gunos compañeros de armas en la
insurrección, y su compañera y lu-
garteniente Micaela. Micaela
Bastidas, su amor, de un valor y una
audacia temeraria. Ella le dijo que
tomaran el Cuzco de inmediato y
no dejaran reagrupar fuerzas a los es-
pañoles, cuando las primeras victo-
rias de la insurrección. El todo por el
todo y no perder la iniciativa.
Después de la derrota del 6 de abril,
y de la traición que facilitó que lo
capturen, las fuerzas indígenas se re-
organizaron extraordinariamente rá-
14 En la senda del Che
pido para rescatarlo a él y al resto de
los prisioneros en intento desespera-
do por salvar al último Inca, pero a
pesar de las batallas encarnizadas que
dieron no pudieron rescatarlo. Los
últimos intentos de fugarse no die-
ron resultados, y conciente de su
destino no dio un solo nombre a los
españoles, a pesar de las torturas y los
interrogatorios interminables. Al fi-
nal intentó salvar al resto de los pri-
sioneros haciéndose cargo de todas
las responsabilidades de la insurrec-
ción y excluyendo de ellas a su fami-
lia y compañeros. Los nueve cami-
nan hacia la horca en la plaza de ar-
mas, y la crueldad de los españoles
para escarmentar a los insurrectos
hará sentir el terror al cielo y los ele-
mentos de la naturaleza.
2. “Los indios de las Américas sumaban
no menos de 70 millones, y quizás más,
cuando los conquistadores extranjeros
aparecieron en el horizonte; un siglo y
medio después se habían reducido, en
total, solo a 3 millones y medio.”
Darcy Ribeiro.
“Es que se ocultan para no pagar
tributos, abusando de la libertad de
que gozan y que no tenían en la época
de los Incas…”
Arzobispo Liñan y Cisneros,
fines s. XVIII
El 24 de marzo de 1740 nació en
el corregimiento de Tinta, José
Gabriel, hijo del cacique Miguel
Condorcanqui y de doña Rosa
Noguera, y descendiente en quinta
generación del último Inca Túpac
Amaru que encabezó una heroica
rebelión en 1571 y fuera asesinado
por el virrey Toledo en 1572. A los
26 años, el 25 de mayo de 1770 se
casa con Micaela Bastidas Puyucawa
y 6 años después presenta la solici-
tud formal al corregidor español de
que le sea reconocido su derecho
por ascendencia y se le declare caci-
que. El reconocimiento legal de su
ascendencia incaica tenía una funda-
mental importancia política, ser re-
conocido como Inca significaba para
José Gabriel, Túpac Amaru, obtener
una influencia enorme en la vida in-
dígena y fuera de ella y transformar-
se en jefe indiscutido de los indios
sin tener que disputar con otros
pretendientes ese lugar. Como Inca
podía pretender, y con bastante éxi-
to, ser la voz de la mayoría de los
pueblos originarios de América del
sur. Y esto, para poder encabezar la
lucha por terminar con la miseria a
la que era sometido su pueblo, era
vital, como quedaría demostrado 15
años después.
Las condiciones de vida de los
pueblos indígenas eran atroces. La
superexplotación de los originarios
no era solo motivo de profundos su-
frimientos y miseria, era también
una forma de exterminio que extra-
jo junto con las gigantescas ganan-
cias, hasta el último aliento de mi-
les y miles de seres humanos.
Eduardo Galeano recupera una in-
vestigación hecha entre 1616 y 1619
por el visitador y gobernador Juan
de Solórzano sobre las condiciones
de trabajo en las minas de mercurio
de Huancavélica: “…el veneno pe-
netraba en la pura médula, debili-
tando los miembros todos y provo-
cando un dolor constante, murien-
do los obreros, por lo general, en un
espacio de cuatro años.” La mita era
la forma que implementaron los es-
pañoles para garantizar la mano de
obra en las minas, esta era un servi-
cio periódico al que eran sometidos
los indígenas a fuerza de un reclu-
tamiento tipo militar. Un servicio
del que podían volver después de
diez meses de trabajo a sus casas, o
en general, no volver.
Otra forma de trabajo obligatorio
y de superexplotación eran los
obrajes, Boleslao Lewin las describe
como primitivas fábricas textiles en
donde los indígenas debían perma-
necer, supuestamente, un año. Pero
la superexplotación también con-
templaba quitarle, no contentos
con la fuerza de trabajo y muchos
años de vida, los pocos recursos de
que disponían, vinieran por insigni-
ficantes salarios o de labrar la tierra.
La obligación de tributar, hacía una
parte, y la repartición completaba…
La repartición era la obligación de
los originarios de comprar produc-
tos europeos a las autoridades, con
lo poco que les quedara de su salario
y a precios altísimos. De esta mane-
ra, los civilizados del occidente cris-
tiano pretendían (además de apode-
rarse de los pocos recursos de los ex-
plotados) acostumbrar a los indíge-
nas a los usos europeos…El corre-
gidor era el encargado de garantizar
y hacer el reparto, su figura detesta-
ble sería blanco de venganzas en
cada rebelión indígena.
3. “Nadie ignora cuanto se halló cerca
de ser perdido, por los años de 1781 y
1782, todo el virreinato del Perú y una
parte del de La Plata, cuando alzó el es-
tandarte de la insurrección el famoso
Condorcanqui, más conocido con el
nombre de Túpac Amaru.”
Manuel Godoy, un lacayo del
Rey Carlos IV
La urgencia que imponía la reali-
dad de su gente y la crueldad de mi-
neros y encomenderos que ni si-
quiera prestaban oídos a las protes-
tas que reiteradamente presentó,
hicieron madurar en Túpac Amaru
un proceso de radicalización y de
comprender que nunca habrían de
importarles a los explotadores la
vida de su pueblo, y que no serían las
buenas razones y el buen entendi-
miento con estos, el medio para ter-
minar con esa monstruosa injusti-
cia. Sólo la violencia, y la audacia de
las masas super explotadas en franca
lucha por su emancipación, podría
cambiar las cosas. La sangre hirvien-
do y las ideas firmes serían el motor
de una de las más grandes rebeliones El 4 de noviembre sería el día de la
populares de nuestra historia. Un más grande irreverencia, Túpac
proceso revolucionario que partió Amaru con una emboscada logró se-
de reclamar el derecho a vivir, que cuestrar al corregidor de Tinta, Anto-
creció hasta hacer temblar el centro nio de Arriaga y mantener esta ac-
del poder colonial, y que alcanzaría ción en secreto varios días, con falsas
con sus ondas expansivas a la gran excusas acerca de la ausencia del co-
oleada revolucionaria de 1810. rregidor. En la cárcel del pueblo lo
Antes de la insurrección el pue- obligó a firmar una carta de pedido
blo se preparó para la guerra que de armas y dinero a las autoridades
se venía contra el invasor español, coloniales con la excusa de supuestos
acopiando y fabricando armas, y peligros, y otra con un llamado a to-
asaltando depósitos y casas de mi- dos los pueblos del corregimiento a
neros ricos en pequeños grupos. concentrarse en Tungasuca. El corre-
Las mujeres que habían perdido gidor convocó con su propia firma al
maridos e hijos en las minas, los pueblo a presenciar su propio ajusti-
abuelos y sus nietos, los niños sin ciamiento… Llegaron miles de indí-
padres, los hombres enfermos por genas, criollos y mestizos que de in-
el trabajo forzado en las minas, pa- mediato eran organizados para la
dres e hijos, los pobres, todos guerra de liberación, mientras Túpac
mancomunados por su derecho a Amaru daba órdenes en quechua y
vivir construyeron las f ilas del en castellano. El 10 de noviembre,
ejército libertador. con todo el pueblo reunido en
En la senda del Che 15
 Tungasuca, fue ejecutado el odiado
corregidor Arriaga y ganando así un
gran impulso la insurrección. Ahora
la rapidez en cada acción era funda-
mental. En pocos días, el ejército en-
cabezado por Túpac Amaru marchó
sobre Quiquijana, capital de
Quispicanchi donde el corregidor, al
que se buscaba para hacer justicia, no
había perdido el tiempo para huir. A
su paso el ejército libertador iba eli-
minando la esclavitud, la mita y la ex-
plotación de los seres humanos, des-
truyendo los obrajes.
El programa que levantaba la rebe-
lión proponía la supresión de la mita,
la eliminación de los obrajes, la anu-
lación del reparto de los corregido-
res, la abolición de todos los impues-
tos y la liberación de todos los escla-
vos que se sumaran a la rebelión.
Después de la victoria en
Sangarará, donde la resistencia colo-
nialista se atrincheró en una iglesia
hasta ser derrotados, el ejército li-
bertador de Túpac Amaru se encon-
tró con la posibilidad de marchar so-
bre Cuzco, la antigua capital Inca. A
pesar de la insistencia de su compa-
ñera Micaela sobre la necesidad de
avanzar sobre Cuzco antes que allí
se pudieran reagrupar los españoles,
Túpac Amaru decidió volver a Tin-
ta y construir una fortificación. Des-
pués de liberar varias ciudades, y con
la insistencia de Micaela de que en
Cuzco se estaban preparando la fuer-
za colonialista para terminar con la
insurrección, Túpac Amaru decidió
marchar a Cuzco, y puso sitio a la
ciudad el 28 de diciembre de 1780.
Pero no atacó de inmediato, espe-
rando no perder la simpatía de crio-
llos y lograr una rendición de la ciu-
dad evitando una batalla sangrienta
(contaba entre los pobladores de la
ciudad con muchos simpatizantes).
La rendición finalmente no se dio
y el 8 de enero comenzó la batalla que
duró dos días, y que finalizó con la re-
tirada de las fuerzas rebeldes ante la
llegada de miles de refuerzos a las
fuerzas colonialistas. Hacia mediados
de marzo salió de Cuzco un ejército
16 En la senda del Che
destinado a terminar con la insurrec-
ción de más de 17000 hombres. Pero
esta acción militar estuvo acompaña-
da por una serie de medidas políticas
destinadas a dividir y restar apoyo po-
pular al ejército libertador: abolición
definitiva de los repartimientos de los
corregidores; perdón general a todos
los comprometidos en la insurrec-
ción, exceptuando a los cabecillas;
condonación de las deudas contraídas
por los indígenas con sus corregido-
res. Estas medidas sumadas a una re-
presión terrorista, saqueo de pueblos
y asesinato indiscriminado de sus ha-
bitantes hicieron que muchos indios
desertaran del ejército rebelde e inclu-
so algunos se pa-
saran al dirigido
por los españo-
les. La noche del
5 al 6 de abril se
dio la decisiva y
desigual batalla
en la que fue de-
rrotado el ejérci-
to rebelde y
Túpac Amaru
fue hecho pri-
sionero por la
traición de un
colaborador.
4. “De este modo acabaron José Gabriel
Túpac Amaru y Micaela Bastidas, cuya
soberbia y arrogancia llegó a tanto que se
denominaron reyes del Perú, Chile, Qui-
to, Tucumán y otras partes, hasta incluir
el gran Paitití, con locuras a este tono.”
Documento que relata la ejecución
de la sentencia.
El 18 de mayo de 1871 José
Gabriel y Micaela fueron obligados
hasta el f inal, en la plaza de
Wacaypata en el Cuzco, a ver las
torturas y la ejecución de sus com-
pañeros e incluso de su hijo
Hipólito, el último en ser asesina-
do antes que ellos. Finalmente
Micaela subió al tablado a la vista
de su compañero, José Gabriel,
donde le cortaron la lengua. Senta-
da en el garrote su muerte fue muy
lenta porque la máquina no logra-
ba romperle el cuello y finalmente
a golpes terminaron con su vida.
La forma en que murió Túpac
Amaru no es un mito, y fue inclu-
so relatada por los Españoles. Des-
pués de cortarle la lengua, fue ata-
do de brazos y piernas a cuatro ca-
ballos para que estos tiraran y se los
arrancaran. Para sorpresa de todos,
su tremenda fuerza física no lo per-
mitió, cosa que nunca habían visto
los españoles… Después de un lar-
go suplicio el visitador mandó cor-
tarle la cabeza y sus miembros para
ser distribuidos por distintas ciuda-
des a modo de advertencia…
Juan José Castelli,
la voz de la revolución
Solo 7 años después del asesinato de
Túpac Amaru Juan José Castelli se li-
cenciaba en derecho en la Universidad
de Chuquisaca del Alto Perú. Allí cono-
ció la más terrible explotación en las
minas de Potosí, y se enteró por la tra-
dición oral de los indígenas de la rebe-
lión tupamarista, sepultada por la histo-
ria oficial del virreinato, pero guardada
como herencia de dignidad y ejemplo
en el corazón del pueblo. Esta gesta se-
ría de gran influencia en su pensamien-
to y acción, tanto que volvería al Alto
Perú a intentar completar la obra inicia-
da por los líderes tupamaristas, en el
marco de la Revolución de Mayo en el
Río de La Plata. (Esto será motivo de
una nueva nota en la siguiente edición
de En la senda del Che…)

“Por lo tanto, la producción capitalista solo sabe desa-
rrollar la técnica y la combinación social del proceso de
producción socavando al mismo tiempo la dos fuentes
originales de toda riqueza: la tierra y el hombre.”
(K. Marx, El Capital, cap. XIII)
Ariel H.
Uno de los ejes fundamentales de
las políticas imperiales en el mundo
es la conquista por los bienes de la
naturaleza. Las burguesías de los paí-
ses imperialista promueven la gue-
rra por la apropiación de estos bienes
(que desde su óptica se los llama “re-
cursos naturales”), necesarios para
sostener su hegemonía y el modo
de producción capitalista.
En este sentido vale traer a con-
sideración el concepto de “acumu-
lación por desposesión” acuñado
por David Harvey. Tal concepto se
basa en un paralelismo respecto de
la denominada “acumulación origi-
naria” explicada por Karl Marx en El
Capital, aquella acumulación que
dio lugar al paso del feudalismo al
capitalismo, que no es más “que el
proceso histórico de disociación entre
el productor y los medios de produc-
ción”, es decir, la progresiva separa-
ción de los campesinos de sus tie-
rras, el endeudamiento forzado de
los artesanos por un lado y el sa-
queo de las riquezas de América,
Asia y África por otro. Estas cues-
tiones generaron la creación de dos
clases antagónicas: los poseedores
de los medios sociales de produc-
ción (burgueses) y aquellos que solo
poseen su fuerza de trabajo para
vender (proletarios). Lo que viene
después es la “acumulación del capi-
tal”, basada en la explotación eco-
nómica al trabajador en el proceso
de producción de mercancías (ex-
tracción de plusvalía).
En cambio, la “acumulación por
desposesión” viene a sostener -y
no a implantar- el modo de produc-
ción y reproducción capitalista,
sólo que desde la filosofía política
neoliberal y a través de mecanismos
-algunos iguales a los de la acumu-
lación originaria- tales como “la
mercantilización y privatización de la
tierra y la expulsión forzosa de las po-
blaciones campesinas; la conversión de
diversas formas de derechos de propie-
dad -común, colectiva, estatal, etc- en
derechos de propiedad exclusivos; la
supresión del derecho a los bienes co-
munes... los procesos coloniales,
neocoloniales e imperiales de apropia-
ción de activos, incluyendo los recursos
naturales”, 1entre otros.
Los Estados Latinoamericanos
juegan un rol importante, o bien
para garantizar mediante la
represión y otros mecanismos
la extracción, depredación y
contaminación de los bienes
en pugna, o -en caso contrario-
para resistir, desarrollar
políticas públicas y
antimperiales en la protección y
recuperación de los bienes de
la naturaleza para el pueblo
Es en este contexto, y bajo este
paradigma, dónde podemos observar
las fuertes disputas que están ocu-
reflexiòn
rriendo en varias porciones del mun-
do, que observamos lo largo y ancho
de América Latina y Argentina.
En estos conflictos de apropiación
de los recursos por parte de otros Es-
tados, empresas transnacionales y or-
ganismos internacionales por un
lado, y de la defensa de los bienes de
la naturaleza de los pueblos por el
otro, juegan un rol importante los
Estados Latinoamericanos. O bien
para garantizar mediante la represión
y otros mecanismos la extracción,
depredación y contaminación de los
bienes en pugna, o -en caso contra-
rio- para resistir, desarrollar políticas
públicas y antimperiales en la protec-
ción y recuperación de los bienes de
la naturaleza para el pueblo. Al mis-
mo tiempo, los pueblos que sufren
directamente las consecuencias del
saqueo, la contaminación y la des-
trucción de su hábitat se han organi-
zado y están dando una fuerte batalla
por la vida, la cultura y la soberanía.
A continuación recorreremos bre-
vemente algunos de los conflictos
más sobresalientes en Argentina:
MINERAS A CIELO ABIERTO
Este tipo de minería es alta-
mente contaminante: remueve
mediante el uso de explosivos mi-
llones de toneladas de tierra y
roca que se pulverizan para extraer
los materiales que se buscan. La
extracción de los metales (oro, en
la mayoría de los casos) se produce
mediante un proceso que se deno-
mina “Lixiviación”: la tierra pulve-
rizada se junta en inmensas pilas y
En la senda del Che 17

se la riega con una amalgama de
millones de litros de agua y tone-
ladas de cianuro de sodio. Una vez
extraído los metales, los residuos
de la amalgama agua-cianuro son
volcados en grandes cráteres que
se hicieron precisamente para re-
mover tierra, generando una espe-
cie de lago con material desecha-
ble y contaminante que se los de-
nomina “dique de cola”. El 50 %
de los accidentes ambientales de
las mineras a cielo abierto ocurre
cuando estos caseros “diques de
cola” se rajan o f iltran con ríos
subterráneos y producen una con-
taminación en el agua de muy cos-
toso saneamiento. No hace falta
explicar el impacto ambiental que
produce el cianuro en el agua, ai-
res y suelo en el que habitamos,
desde el punto de vista del consu-
mo, la agricultura y la vida.
En cada una de las provincias
donde se han instalado este tipo
de minerías la resistencia de los
pueblos fue ejemplar, con la parti-
cularidad de ver la problemática
con la transversalidad de un daño
que afecta a todos los sectores de
la sociedad. Una de la más reso-
nantes es la mina “Bajo la Alum-
brera” en An-dalgalá, provincia de
Catamarca. Allí, las asambleas ve-
cinales -que coordinan a nivel na-
cional en la Unión de Asambleas
Ciudadanas (UAC)- se han organi-
zado y militan activamente con la
18 En la senda del Che
f inalidad de
erradicar a la
mina. Las
asambleas de
ese pueblo fueron recientemente
reprimidas ferozmente por Gen-
darmería Nacional y la Policía de
Catamarca luego de una manifes-
tación en la que los asambleistas re-
sistían en dos frentes: en el camino
a Chaquiago donde se impedía el
paso a los vehículos mineros y en la
misma plaza central de Andalgalá en
manifestación y reclamo.
HIDROCARBUROS
Uno de los emblemas que mar-
can lo que va del siglo XXI (dada su
escasez y sus cualidades que lo ha-
cen estratégico para el desarrollo
productivo) es la lucha por el petró-
leo y el gas, tanto en las guerras im-
periales yanquis de Afga-nistan e
Irak por su apropiación, como su re-
cuperación por el pueblo boliviano
y para este, entre otros ejemplos.
Argentina, bajo el signo neolibe-
ral, en el año 1992 privatizó Y.P.F.,
al tiempo que transfirió el dominio
público de los yacimientos de hi-
drocarburos del Estado Nacional a
las Provincias. No sólo se entregó
un recurso estratégico para cual-
quier país sino que se dejó a crite-
rio de cada provincia la contrata-
ción y regulación de los hidrocarbu-
ros. Es así que los gobiernos de
Chubut y de Santa Cruz firmaron,
en abril del 2007 con la transnacio-
nal Pan American Energy una pró-
rroga hasta el año 2047 del contra-
to de explotación del yacimiento
Cerro Dragón, que vencía en 2017,
continuando claramente con el sa-
queo y la extranjerización propia
del neoliberalismo.
“…Actualmente las provincias reci-
ben menos renta de lo que recibían
cuando el petróleo era nacional ya que
YPF hacía grandes inversiones en el in-
terior del país, la nación también per-
dió su renta y los recursos se
extranjerizaron transfiriendo el dine-
ro a las multinacionales”2
Sin embargo, la lucha por la recu-
peración de los hidrocarburos para
el pueblo argentino es una tarea
constante de varias organizaciones
sociales, políticas y sindicales, como
la CTA y su rama energética FeTERA;
científicas e intelectuales como
COCEPA y MORENO; y estudianti-
les y políticas como Proyecto Sur.
SOJIZACION3
Desde hace varios años en Ar-
gentina se estableció como siem-
bra dominante el monocultivo de
soja transgénica, genéticamente
modif icada por la multinacional
Monsanto, que la hace resistente
al herbicida “glifosato”. El cultivo
de soja transgénica forrajera ocupa
ya (datos del años 2009) más del
50% de la producción de granos y
el 55% de la superf icie ag rícola
sembrada. Sólo 19 naciones en el
mundo permiten el cultivo de va-
riedades transgénicas -es decir
modificadas genéticamente (OGM)-
de manera libre y sólo 5 lo permi-
ten en gran escala, la Argentina es
una de ellas, siendo la que posee
la mayor superf icie relativa de

La problemática tiene varias
dimensiones: no sólo se trata
de quiénes son los
poseedores legítimos de los
bienes, a quienes satisface,
sino también el modo en que
se los produce y
fundamentalmente, si es
posible vivir en un ambiente
sano e igualitario para
nosotros y las generaciones
futuras bajo el modo de
producción capitalista,
basado en una lógica de
competencia, progreso y
crecimiento ilimitado
OGM sembrada de manera abierta
en el mundo.
El principal elemento de extrema
gravedad producido por la sojiza-
ción, radica en la altísima contami-
nación ambiental que produce el
sistema, ya que el mismo se basa
en el uso masivo de agrotóxicos
-principalmente herbicidas- en forma
permanente. No sólo glifosato, sino
una larga lista de productos de altísi-
ma toxicidad, algunos prohibidos en
los países centrales.
La sojización hace posible la pro-
ducción de “pasto-soja” en regio-
nes y lugares donde antes, siquiera
la agricultura era posible, por lo
que las tierras marginales que antes
se despreciaban y servían para refu-
gio y alimento de los más pobres
ahora tienen valor. Más allá de los
graves riesgos ambientales que im-
plica trasladar el sistema de la agri-
cultura pampeana a regiones de
enorme fragilidad ecológica en un
planteo de agricultura permanente,
como lo son el Noroeste Argenti-
no, o el Nordeste Argentino, el
hecho produce la perversión de ex-
pulsar de sus tierras a las comuni-
dades ancestrales o de escasos re-
cursos, que vivían en ellas de la
producción familiar o de los frutos
del monte.
Sabemos que este breve recorri-
do es incompleto, resta hacer men-
ción de la “Ley de protección de
Glaciares” y zonas preglaciares que
se está discutiendo en estos mo-
mentos; de las plantas de celulosa
y de los bienes hídricos en Argenti-
na y Latinoamérica, fundamental-
mente en la Triple Frontera sobre
el acuífero Guaraní, donde se ha
hecho una ocupación militar yan-
qui por la vía del Comando Sur a
los fines de garantizar su posicio-
namiento en una zona estratégica,
por los recursos hídricos, biológi-
cos y mineros.
A MODO DE REFLEXIÓN
Como se puede apreciar, la pro-
blemática tiene varias dimensio-
nes: no sólo se trata de quiénes
son los poseedores legítimos de
los bienes, a quienes satisface,
etc., sino también el modo en que
se los produce, las afecciones que
traen aparejados y fundamental-
mente si es posible vivir en un
ambiente sano e igualitario para
nosotros y las generaciones futu-
ras bajo el modo de producción
capitalista, basado en una lóg ica
de competencia, progreso y creci-
miento ilimitado.
Bajo un “régimen de producción y
consumo (que) busca la ganancia sin
límites, separando al ser humano de la
naturaleza, estableciendo una lógica
de dominación sobre ésta, convirtien-
do todo en mercancía: el agua, la tie-
rra, el genoma humano, las culturas
ancestrales, la biodiversidad, la justi-
cia, la ética, los derechos de los pue-
blos, la muerte y la vida misma”4
“La más grave faceta de la crisis
por la que atraviesa el sistema capita-
lista mundial no es la quiebra de las
corporaciones financieras, ni la rece-
sión de la economía global, ni la
deslegitimación de sus instituciones de
control político. La mayor amenaza a
la continuidad del modo de producción
capitalista es la crisis ecológica causada
por la devastación irracional de la natu-
raleza, hasta el punto de poner en riesgo
la capacidad de autorregeneración de los
ecosistemas de los que depende nuestra
supervivencia”.5
1 El “Nuevo” Imperialismo: acumula-
ción por desposesión, David Harvey.
2www.economix.com.ar/concesion-pe-
trolera-hasta-el-2047/
3La mayoría de los datos son extraí-
dos del texto “Problemática de la
Sojización y la soberanía nacional“, Al-
berto J. Lapolla, en www.rebelión.org
4 “Acuerdo de los Pueblos” en la Con-
ferencia Mundial de los Pueblos sobre
el Cambio Climático y los Derechos
de la Madre Tierra-22 de abril Cocha-
bamba, Bolivia
5 La alternativa ecosocialista: devasta-
ción capitalista o nueva civilización -
Gustavo Fernández Colón, Ponencia
presentada al Foro “Ecosocialismo del
siglo XXI”, en Caracas, Venezuela, en
junio de 2009.
En la senda del Che 19
Durante los primeros meses de 2002, la organización popular que
venía desarrollándose desde la rebelión del 19 y 20 de diciembre
de 2001 estaba lejos de detenerse. En enero había asumido la pre-
sidencia de forma interina Eduardo Duhalde, quien había ordena-
do una devaluación del peso, medida que agudizó la crisis. En cada
barrio crecía el número de vecinos que se acercaba a las asam-
bleas y comenzaba a participar.
El 26 de junio, los movimientos de trabajadores desocupados
planearon una gran jornada de lucha para conseguir un
aumento del salario y de los subsidios para los desocupados
y alimentos para los comedores barriales.
El reclamo piquetero, que cortó los principales accesos a la Ca-
pital Federal, fue reprimido con balas de goma y de plomo, en
un operativo conjunto entre la Policía Federal, la Bonaerense,
la Gendarmería y la Prefectura. En el corte del puente
Pueyrredón, los manifestantes se replegaban ante la represión,
Lo que va a pasar hoy pasó hace tanto
me desperté diciendo esta mañana,
no vi las predicciones del espanto
que le arrancaba al sueño mi palabra.
En este invierno que pega tan duro
está lejos tu boca que me ama
y se me desdibuja en el futuro,
y junio me arde rojo aquí en la espalda.
En este invierno atroz no hay escenario
más duro que esta calle de llovizna;
cada uno sigue en ella su calvario
pero la cruz de todos es la misma.
Salí con las razones de la fiebre
y una tristeza absurda como el hambre,
y cuando en el corazón la sangre hierve
es de esperar que se derrame sangre.
Me llamo con el nombre que me dieron,
el que tomó la crónica del día;
soy uno de los dos que ya partieron,
los dos en un montón que resistían.
Hermano en la delgada línea roja
que te me fuiste dos minutos antes
con la indiscreta muerte que en tu boca
entraba en cada casa con tu imagen.
Yo estaba junto a vos sobre tu grito
besándote feroz la indigna muerte
mientras te ibas volando al infinito
fulgor de la mañana indiferente...
JORGE FANDERMOLE, CANTAUTOR Y POETA ROSARINO
pero se desató una cacería y en la estación de trenes de
Avellaneda, fueron asesinados a sangre fría dos jóvenes militan-
tes: Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
A 8 años de la masacre, se juzgaron los responsables materiales,
pero sigue habiendo total impunidad sobre los responsables po-
líticos del operativo: el entonces presidente Duhalde y su jefe de
gabinete Atanasof; el secretario de Seguridad, Juan José Álvarez;
el gobernador de la provincia de Bs. As., Felipe Solá; Carlos Soria y
Oscar Rodríguez, quienes ocupaban los cargos de Jefe y Vicejefe
de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que operaron
como nexo entre las decisiones gubernamentales y las fuerzas de
seguridad que las ejecutaron.
Además de los piqueteros asesinados, hubo 34 personas heridas
con balas de plomo, 160 detenidos, de los cuales 52 eran muje-
res, más de 40 menores de edad y muchos de ellos tenían heri-
das graves.
Yo sé que el corazón que está latiendo
en cada uno es una senda pedregosa,
cuando en el suelo sucio me estoy yendo,
ajeno y solo de todas las cosas.
Si yo salí por mí y salí por todos
cómo es que ahora no hay nadie aquí a mi lado
que me retenga la luz en los ojos,
que contenga este río colorado.
El corazón del hombre es una senda
más áspera que la piedra desnuda;
mi extenso corazón es una ofrenda
que pierde sangre en esta calle cruda.
Yo tengo un nombre rojo de piquete
y un apellido muerto de veinte años,
y encima las miradas insolentes
de los perros oscuros del cadalso.
Yo no llevaba un arma entre las manos
sino en el franco pecho dolorido,
y el pecho es lo que me vieron armado
y en el corazón todos los peligros.
La mano que me mata no me llega
ni al límite más bajo de mi hombría
aunque me arrastren rojo en las veredas
con una flor abierta a sangre fría.
Hoy necesito un canto piquetero
que me devuelva la voz silenciada,
que me abra por la noche algún sendero
pa’ que vuelva mi vida enamorada...