You are on page 1of 6

Diálogo en el Jardín de Palacio

Fernando Pessoa.

A. Nuestro padre y nuestra madre fueron los mismos. Así que


nosotros somos una misma cosa: ¿somos uno solo aunque
parezcamos dos? O no somos- ¿y que hubo entre nuestros padres y
nosotros para que pudiéramos ser distintos? ¿Qué es lo que me
separa de ti? Alargo la mano y te toco y no sé lo que es tocarte... te
miro y no percibo lo que es verte. Para mí eres más real de lo que yo
misma soy, porque te veo por completo, porque te puedo ver de
espaldas, y a mí no... Para mí, yo sólo existo por un lado... ¡OH, si
pudieras entender lo que estoy diciendo!

B. ¿Qué ves tú de mí? Mi cuerpo. Mi alma no la ves.

A. Pero si no me veo la mía, y aún mi cuerpo lo veo apenas. No lo veo


como un cuerpo que haya que ver para que parezca real. Miro hacia
abajo para él, no miro para adelante, como para ver el tuyo,
¡Si por lo menos me sintiera sintiendo mi cuerpo! pero no me siento
ni dentro ni fuera, no soy, ni existo, mi cuerpo. son-cuerpo y alma
algo que poseo. (Pausa)
¡Ah, y cuando me veo de espaldas en los espejos que me reflejan,
andando, o me veo de lado, me lleno del terror de mi misterio! me
siento coexistir conmigo (misma) de un modo horroroso. Ando atada
a un sueño mío que soy yo. Cuando me veo de espaldas, en los
espejos, me parece que tengo otro ser, que soy otra cosa. Me extraño
por fuera...que horror que no podamos ver nuestro cuerpo más que
un lado cada vez. ¿Que pasará en el lado que no estamos viendo
cuando no lo estamos viendo? (...) te has fijado en que no podemos
ver más que dos lados del palacio al mismo tiempo? ¿Qué dios se
estará poniendo siempre por el lado donde no podemos mirar? ¡Si
supieras como mi vida no hago más que pensar en esto.

B. Ah, todo eso no me molesta tanto como mi voz, cuando suena


desde mi y siento que no la he creado, no sé lo que es, y la llevo
conmigo como algo mío. Hablo, y me fijo en las palabras y en el
misterio de que signifiquen. ¿Nunca te has escuchado? ¿tú nunca te
has escuchado? ¡más que verme por fuera, cosa que, al menos tus
espejos te consiguen, yo querría oírme por fuera !a veces me tapo los
oídos, para oír mi voz dentro de mí, y apenas si oigo un susurro, como
si estuviese más cerca de mí y empezara ya a conocer de quién es
esa voz que es mía. Y tengo tal miedo que no me deja seguir.

A. ¡Ah, y los demás sentidos! ¿a quién te sabes tú en tu boca? ¿qué


hueles cuando no hueles nada? y cuando tocas con una mano en tu
brazo o en tu cara, ¿has pensado en que tu mano es la que toca en tu
cara, y no tu cara la que toca en tu mano? mantén tu cara sobre tu
mano y será siempre tu mano la que toca, y tu cara la que es tocada.

1
B. incluso tocar las cosas, ¡que extraño! si yo tuviera aquella piedra
en la mano, un poco después ya ni la siento, parece que pertenece al
cuerpo. ¡que misterio es todo! estamos durmiendo para nosotros
mismos. ¿Cuánta alma durará nuestro sueño?
(Pausa)

A. A veces, cuando pienso muy interiormente me da que cuerpo y


alma son lo mismo...entonces me parece que en realidad vemos las
cosas por los dos lados, que el alma de las cosas es lo que nos parece
que no vemos de ellas...no, no es eso lo que quiero decirte...¡ves, no
se pensar mi pensamiento!

B. Si, comprendo lo que no dijiste. Pero el cuerpo a lo mejor no existe:


es el alma vista por la [lejanía] de sí misma.

A. No, no es eso. No es así. Pero yo no sé como es.

B. Si quieres, vamos a jugar un juego nuevo. Juguemos a que somos


uno solo. Quizá dios se apiade y nos perdone el habernos creado...
siéntate aquí, frente a mí, y muy junto. Pega tus rodillas a las mías y
coge mis manos con las tuyas...así... ahora cierra los ojos. Ciérralos
bien y piensa...y piensa... ¿en qué deberás pensar? no, no pienses en
nada. Trata de no pensar en nada, de no querer sentir, de no saber
que oyes o que puedes ver, o que puedes sentir las manos, si quieres
pensar que existen... así, amor... no muevas ni el cuerpo ni el alma...
(Pausa)

B. ¿Qué has sentido?

A. Primero nada... fue un espanto tuyo y mío... luego me olvide de


todo, mi cuerpo ceso. Quise abrir los ojos pero tuve un miedo muy
grande de abrirlos. Luego cese aun mas... poco a poco fui dejando de
tener alma. Me encontré siendo un gran abismo en forma de pozo,
sintiendo vagamente que el universo con sus cuerpos y sus almas
estaban muy lejos. Ese pozo no tenía paredes pero yo lo sentía, lo
sentía estrecho, circular y profundo. Empecé entonces a sentir ese
gran horror-¡ah, y no poder volver a sentirlo! que ese pozo era un
pozo hacia adentro de sí mismo, para dentro no de mi ser, ni de mi
ser pozo, sino para adentro de sí mismo, no sé ni como...

B. (Con voz muy apagada) ¿y luego? ¿Luego?

A. Luego bajé... encontré en el pensamiento una dimensión


desconocida por donde fui caminando...es como si se abriera en lo
oscuro el vacío, el súbito pavor de una puerta...así en mi pensamiento
único, vacío, abstracto, se abrió una puerta, un pozo por donde fui
bajando. ¿Entiendes?, ¿no? ¿Entiendes? fue en el pensamiento
completamente abstracto y sin diferencias ni fines, ni ideas, ni ser,
donde se abrió un pozo... y yo baje, al contrario de como se baja- al
contrario por dentro de lo contrario...(pausa)

2
B. Sigue, sigue...

A. Baje mas, cada vez mas... y siempre en esa nueva dirección.


Pero...(¡ayúdame a poder decir esto!) (...)

A. ¡OH, qué horror! ¡qué horror lo que he sentido! ¡Arráncame el alma


como los ojos para no ver! ¿Sabes lo que siento?(...)
¡lo siento como si lo viera, y aquello no se puede ni imaginar!¡ah,
agárrame, cógeme en tus brazos!¡abrázame!¡abrázame tanto que tu
brazo me lastime!(...)

B. No quiero, no quiero...¡tú no sabes lo que he sentido!

A. No me atrevo a querer oírlo... pero tengo miedo.

2a. Nuestro amor es parecido al sueño por que no es más que la


superficie del amor: mi amor es imposible como realidad, posible solo
como amor(...) cada una de nosotras, en nuestro amor , solo se ama a
sí misma, en el amor; sueña en voz alta se oye. Sueña con el cuerpo,
con los labios, con los brazos.

1a. Le diré que no lo amo. ¿qué mejor amante que tú? eres mujer
como yo, y amándote es a mí a quien puedo amar.

2a. Realizar el amor es desengañarse. Lo que no es desengañarse es


habituarse. Habituarse es morir. Yo, en mi vida solo amé a un
extranjero del que solo pude ver el perfil, en un atardecer, en medio
de la muchedumbre.

1a. Pero, ¿el sabe que lo amas? Si él no sabe que tu lo amas, ¿de qué
sirve amarlo?

2ª. Mi amor es mío, y está en mí, y no en el. ¿qué tiene que ver el
conmigo, salvo que lo amo? Si lo conociera su primera palabra seria
nuestra primera desilusión (...) ¿valdrá la pena amar lo que podemos
tener? Amar es querer y no tener. Amar es no tener. Lo que tenemos,
lo tenemos, no lo amamos...

A. Si a pesar de todo, nosotros nos amaramos.

B. No, ahora ya no puede ser. Descubrimos en un momento lo que la


gente feliz no descubre al pasar por la vida y los mas infelices llevan
mucho tiempo sin encontrar. Hemos descubierto que somos dos y
que por eso no podemos amarnos. Descubrimos que no se puede
amar si no tan solo suponer que se ama. No me concibo amando, ni
diciendo a nadie “te quiero” – sin que me conciba como un alma
distinta de la mía. Pero yo al concebirme amando, siento como una
carcajada horrida y honda de la existencia en mi, algo ridículo y
desusado en lo que es natural. Nunca, sino pensando en el amor, me

3
siento tan remoto y apartado, tan lleno de odios contra mi destino. -
de furias contra la esencia del vivir.

A. ¡Ah, pero yo amo tanto, tanto! Si dices eso es porque ni imaginas


cuanto te amo.

B. No. Es porque sé cuanto no me puedes amar... escúchame.


Nuestra equivocación fue pensar en el amor. Debíamos haber
pensado tan solo uno en el otro. Así nos descubrimos, nos
desnudamos de la ilusión para vernos bien como éramos y vimos que
apenas si éramos como la ilusión que nos había hecho. En el fondo no
somos nada, solo dos. En el fondo somos una epopeya eterna – el
hombre y la mujer. El amor me da horror; es abandono, intimidad...
no se ser inconsciente y tengo de sobra {...} La conciencia, el
pensamiento abierto volviéndose imposible. Tengo la timidez del alto
orgullo y siento horror a abrir el ser a alguien, a confiar en alguien.
Horror siento a que alguien investigue, levemente o no, algún recanto
de mí ser. Abandonarme en brazos, bellos y desnudos (aunque el
amor en ellos viese) en concebirlo todo me horroriza; seria violar mi
ser profundo, acercarme a otros hombres demasiado. Un desnudo
cualquiera – de espíritu o de cuerpo – me horroriza: me habitué
temprano en los despojamientos de mi ser a fijar ojos púdicos,
conscientes en exceso. Pensar en decir “te amo”, ó “te quiero” tan
solo hasta eso me angustia...

A. ¡Ah, amor mío, no pensemos más! Amemos sin pensar. ¡Maldito


sea el pensamiento! Si no pensáramos seriamos siempre felices...
¿qué tiene que ver el que ama con el que sabe que ama, pensar en el
amor con lo que es el amor?... ¿

B. ¿Es esto el amor? ¿solo esto? {...} siento deseos, ansias, pero no
con todo mi ser. Algo en lo más íntimo, algo allí – frió, pesado, mudo –
permanece. Para esto deje la vieja vida que ni concibo ya, pareciendo
vaga ya. Ya no siento la agonía muda y honda si no una, menos
honda y dolorosa, rabia, y aun más terrible{...} de movimientos
íntimos, deseos, que son como rencores. Un cansancio violento y
desmedido de existir y sentirme aquí, y un odio nacido de esto, vago
y horroroso, a todo y todos. No podemos dejar de querer comprender.
(...) cuanto más pienso en todo, ¡mas se me parece todo como
divisiones, conflictos, oposiciones! Has matado por completo mi
felicidad. Ahora mismo, aunque quisiera soñar, no podría hacerlo. El
mundo es absurdo como una habitación sin puerta alguna... ¡que
alegría si no pensáramos, y que horror haber pensado!

A. Ahora podemos soñar... ven. Y no pienses mas, no vuelvas a mirar


al amor.

B. No. Ahora es imposible. Podemos no pensar, pero no olvidar que


pensamos... vamos a ser fuertes y separarnos ahora para siempre.
Ojala podamos olvidar y olvidar que hemos soñado el amor y hemos

4
visto que era una vana estatua... mira, el cielo se cubre...se levanta el
viento. Va a llover...

A. No me atrevo a decirte que te amo, pero te amaré siempre. Tú no


tenías que haberme amado... tú...

B. Nada debía... hemos sido desdichados, nada más. La vuelta de


este camino nos dejo ver el amor y ya no pudimos volver a amar.

A. Amo como el amor ama. No se mas razón para amarte que amarte.
¿Qué quieres que te diga, más que te amo, si lo que quiero decirte es
que te amo? Cuando te hablo me duele que contestes a lo que te digo
y no a mi amor. ¡Ah! No preguntes nada; háblame antes de tal modo
que, si yo fuera sorda, te oyese todo con el corazón. Si te veo no sé
quien soy: yo amo. Si me faltas {...} mas tu intentas, amor, hablarme
hasta estando conmigo, pues preguntas... cuando es amar lo que
debes hacer. Si no amas, muéstrate indiferente, o no me quieras,
pero tú eres como nunca fue nadie, pues buscas el amor para no
amar, y si me buscas es como si yo solo fuera alguien para hablarte
de quien tú amas. Cuando te vi, te ame ya mucho antes. Volví a
encontrarte cuando te encontré. Nací para ti antes de haber mundo. Y
no hay cosa feliz ni alegre hora que haya tenido en vida, que no fuera
porque ya te había previsto porque en ella dormías tu futuro. Cuando
yo era pequeña, siento que hoy mismo ya te amaba, más de lejos...
Amor, ¡dime algo para que te sienta! – te entiendo tanto que no
siento, ¡OH, corazón exterior al mío! Fatalidad, hija del destino y de
las leyes que hay al fondo de este mundo! ¿Qué eres tú para mi, que
yo comprenda hasta el punto de sentirlo...? tu no me amaste nunca.
Si me hubieras amado, no podrías decir eso. Si me hubieras amado
no pensarías en el amor, pensarías en mí. Si, ahora ya se acabo todo,
pero por que entre los dos lo único que hubo fue mi amor. Me amaste
quizá porque creías que yo te amaba o que tenía que amarte. No sé
porque me amaste, pero no fue por tenerme amor... ¿por qué miras
así, tan distinto y tan extraño?

B. Porque pienso ahora en que poco sabemos lo que somos, lo que


pensamos y lo que nos lleva. Me vino ahora la idea de que todo esto
es complejo y absurdo. No nos podemos comprender. Entre alma y
alma hay un abismo inmenso. Lo que descubrimos al final fue eso: yo
lo veo y tú no lo quieres ver. Pero yo he descubierto mas, al fijarme
en que no sé lo que debo hacer – es que entre nosotros y yo mismo
se abre un abismo también. Andamos como sonámbulos en una tierra
de abismos (...). ¡Reza por mí! Además, no me enternezco. Solo se
enternecerme por mí mismo, bajo la ilusión de amar y de sentir en la
que me detuve por fuerza. ¡Reza por mí, por mí! Mira hasta donde
llega mi intento de querer amar.

A. Adiós, se feliz y olvídame. No te quedes ahí, que sigue


lloviendo. A la vuelta del camino hay un árbol grande para
abrigarte. (...) vete pronto, vete. Cada vez llueve más.

5
(Queda parada diciéndole adiós con la mano de vez en cuando, en
un llanto apagado y tímido)

You might also like