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fc a ze = a PROLOGO. I. LA LITERATURA MAYA Hasta nosorros han Jlegado numerosos testimonios de la cultura que crea- ron los mayas prehispénicos, en un vasto territorio que comprende los ac- tuales estados mexicanos de Yucatén, Campeche, Quintana Roo, parte de Tabasco y parte de Chiapas; Guatemala, Belice y parte de Honduras. Entre estos testimonios se encuentra un gran mamero de textos, escritos en carac- teres jetoglificos sobre piedra, estuco, madera, cerdmica, hueso, jade y otros materiales, y en cédices elaborados con tiras de papel de amate o de piel de venado. Todos estos textos constituyen la expresién gréfica de la historia, ideas y sentimientos de los mayas; sin embargo, aunque ha habido conside- rables avances en la labor de descifte de la compleja escritura que desarrolla- ron los mayas, y gracias a esos logros sabemos que sus escritos tratan de as- tronomia, cronologéa, religién, historia y actividades cotidianas de la comu- nidad, no sc ha podido encontrar Ia clave pata descifrar la escritura, y mien- tras no podamos leer sus cédices e inscripciones, éstos forman parte del acervo arqueoldgico y no del acervo literario. E] conocimiento de Ja escritura no estaba al alcance de todos los estratos sociales del pueblo maya; més bien, eta monopolio del grupo sacerdotal, que en el periodo Clésico (300-900 d.C.) tuvo también el poder politico; en el petiodo Poscldsico (900-1500 d.C.) la esctitura era ensefiada no sélo a los que habrian de ostentar cargos sacerdotales, sino también a los gobernantes, y quizd a todos los nobles, pero siguieron siendo los sacerdotes quienes reali- zaron y manejaron los cédices. Esto no significa que ef pueblo permaneciera completamente ajeno al contenido de ellos, pues eran dados 2 conocer en las festividades religiosas, en las cuales los sacerdotes hacfan una transmisién oral, apoydndose en los cédices, que tal vez era mds rica que los datos escri- tos; asimismo, en estas ceremonias se tlevaban a cabo representaciones dra- matizadas de [os mitos, los propios ritos y la historia, materias fundamenta- les de los textos escritos. Como consecuencia de diversos cambios socio-politicos ocurridos en el petiodo Posclésico, que Hevaron a los mayas a una decadencia cultural en el dltimo momento de esa época, a la Legada de los espafioles ya no se reali- zaban inscripciones en piedra y en estuco, pero todavia se elaboraban eddices, y, segtin los cronistas espaitoles del siglo xv1, éstos eran muy sumerosos. © sea, que el conocimiento de [a escritura permanecta vivo, a pesar de la de- cadencia, Sin embargo, sélo conservamos tres cédices mayas: el Dresde, el Paris (o Peresiano) y el Madrid (0 Trocortesiano), que ningin maya puede ya leet. ¢Qué acursi6 con los libros y con sus creadores? os frsles expatioles, en su afan dogmético de “‘desterrar Ja idolatria” y sabiendo tal vez que “los cddices eran para los mayas algo més que el medio de conserva sus conecimientos y sus tradiciones; eran el simbolo de todo to sagrado y digno de respeto, la clave pata comprender el espacio y el tiem- po y para situarse en ellos, la norma de vida y el principio de identidad de su_ser comunitario”,' destruyeran todos los libros que pudieron encontrar, y los sacetdotes mayas fueron perseguidos, torturados y muertos. El obispo Fray Diego de Landa, a quien debemos una de las obras més importantes sobre la cultura maya, la Relacién de las cosas de Yucatén, pero a quien hay que atribuir también las més lamentables acciones en contra de los mayas, entre las que estd el famoso “Auto de fe de Mani”, escribe: Halkimosles gran. niimero de libros de estas sus letras, y porque no tenian cosa en que no hubiese supersticiones y falsedades del demonio, se los que- mamos todos. lo cual sinticron a maravilla y les dio mucha penal Asi se perdieron, en los primeros siglos de la Colonia, los textos y quie- nes los sabfan leet; pero la conciencia maya de su propia identidad no murié en todos con la conquista espaiiola; el afén de conservar por escrito sus tra- diciones religiosas, sus ritos, su acontecer histérico, sus fiestas ¢, incluso, sus vivencias de [a naturaleza, trascendié al profunde cambio ocasionado por la implantacién violenta de un nuevo orden politico-social y una nueva religién. Algunos hombres mayas, lejos de abandonar su herencia cultural, aprovecha- ron el aprendizaje del alfabeto Iatino para escribir, en su propia lengua, nue- vos libros, que recogieron datos consignados en sus antiguos cédices y las tradiciones otales que eran complemento de ellos, asi como los acontecimien- tos y las emociones que a sus autores les tocé vivir. Al conjunto de estos libros indigenas, esctitos después de la Conquista, es a lo que podemos Hamar “literatura maya”. Asi, nuestro critetio para considerar un texto dentro de la literatura maya es que haya sido escrito por hombres mayas, en una lengua mayanse y que su contenido pertenezca a la tradicién maya prehispanica que, aunque alte- 1 Mercedes de ta Garza, La conciencia bistérica de los antiguos mayas, Presentacién Alberto Ruz Lhuillier, Universidad Nacional Aurénoma de México, Centro de Estudios Mayas, México, 1975 (Serie Cuadernos, 11); p. 68, 2 Fray Diego de Lands, Rolacidn de lax cosas de Yucatén, 9° ed., Inttod. Angel Marla Garibay, Edit. Pornia, México, 1966 (Biblioteca Porria, 13), p. 105. x

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