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RESEÑA DE LAS DOS PRIMERAS PARTES DEL TEXTO IMPERIO DE MICHAEL

HARDT Y ANTONIO NEGRI.

Cuando escuchamos el concepto de Imperio lo determinamos a la unidad sólida que


impone sus reglas sociales a través de la fuerza y de las leyes, se nos viene a la
mente concepciones como el Imperio Romano ó el Imperialismo yanqui y lo que se
nos dice sobre el Imperio lo relacionamos inmediatamente con lo alusivo a estas
concepciones.
Igualmente el texto de Antonio Negri se ubica en el tiempo actual y plantea la nueva
forma de Soberanía compuesta por una serie de organismos nacionales y
supranacionales unidos bajo una única lógica de mando, lo cual se llama Imperio.
La soberanía declinante de las naciones-estado y su progresiva incapacidad para
regular los intercambios económicos y culturales es, de hecho, uno de los síntomas
principales de la llegada del Imperio.
Sin embargo, es importante saber cual es el significado de la palabra Imperio para
evitar confusiones que nos pueda causar los planteamientos del autor. Según lo
estableció en la Introducción, para Negri la palabra Imperio se debe de utilizar como
un concepto que pide primariamente un acercamiento teórico:

El concepto de Imperio se caracteriza fundamentalmente por una falta de fronteras: el


mando del Imperio no tiene límites. Primero y principal, entonces, el concepto de Imperio
incluye a un régimen que, efectivamente, abarca a la totalidad espacial, o que, realmente,
gobierna sobre todo el mundo “civilizado”. Ninguna frontera territorial limita su reinado.1

En consecuencia, las hipótesis de Negri abarcan la totalidad del globo sin mirar los
límites espaciales. Se puede pensar que Estados Unidos es el garante de este
Imperio porque haya reemplazado en el siglo XX a las potencias europeas, más
bien los EE.UU llegarían a ser este garante por superar (hacerlo mejor) lo que los
europeos pretendieron aplicar en el pasado.

La problemática del Imperio está determinada en primer lugar por un hecho simple:
Que hay un orden mundial. La noción de orden internacional que la modernidad
europea continuamente ha propuesto y repropuesto siempre estuvo en crisis. Por un
lado, la totalidad de la estructura conceptual de la ONU predica sobre el
reconocimiento y la legitimación de la soberanía de los estados individuales,
plantándose de este modo en el viejo marco del derecho internacional definido por
pactos y tratados. Por otro lado, sin embargo, este proceso de legitimación es
efectivo sólo en la medida que transfiere el derecho soberano a un centro
supranacional real. Son precisamente las insuficiencias del proceso las que lo hacen
efectivo.

La transferencia hacia un centro supranacional real es el tema que Negri presenta


en la primera parte, ese centro supranacional real se encuentra movido por una
organización que se menciona la principio del texto: la Organización de las Naciones
Unidas. Las Naciones unidas presentan el motor, la fuerza ó también la palanca del
Imperio al cual se refiere el autor, así mismo la ONU es el escenario de la
culminación de ese orden internacional decadente.

1
Negri, Antonio y Hardt, Michael. Imperio. Massachussets: Harvard University Press, 2000, p 5.
Esa transferencia no la presenta Negri como tal sino que primero hace un recuento
histórico de lo que fueron los tratados de carácter internacional en el pasado, y va
metiendo en esas estructuras históricas al Imperio y culmina con establecer las
características del Imperio; eso hace que la lectura del texto se muestre muy
confusa, el autor justifica que el Imperio no emergió espontáneamente y por eso hay
que mostrar un recuento histórico, pero la lectura sigue confusa desde el principio.
Esta es la única crítica que le hago al autor, porque aunque justifica un Imperio que
sobrevive sobre unas ineficiencias y que actúa en el ámbito global, el autor plantea
muy bien el significado de los conceptos con los cuales hizo las hipótesis.

Teniendo en cuenta el rol supranacional que es la ONU para el Imperio de Negri, se


presenta una nueva fase en términos jurídicos y sustentables para el Imperio. En
términos jurídicos se aplica un derecho a la intervención, este es concebido
comúnmente como el derecho u obligación de los sujetos dominantes del orden
mundial, de intervenir en los territorios de otros sujetos en interés de prevenir o
resolver problemas humanitarios, garantizar acuerdos e imponer la paz. Y en
términos sustentables el nacimiento de una forma de derecho justificada por la
excepción: derecho de la policía. La formación de un nuevo derecho se inscribe en
el despliegue de fuerza preventiva, represiva y retórica, destinada a la
reconstrucción del equilibrio social: todo esto es, propio de la actividad policial.

En la parte de producción Biopolítica se procede a reconocer como tal el campo de


acción del Imperio: “Nuestro análisis debe descender ahora al nivel de esa
materialidad e investigar allí la transformación material del paradigma del mando.”
Para Negri la constitución del poder imperial está basada también en el marco
biopolítico que es el campo de acción del Imperio, en otras palabras el poder
biopolítico es el poder corporal de la Institución que permea todas las instancias de
la Sociedad. Para entrañar la acción de una Biopolítica globalizada, Negri resalta la
importancia de los medios de comunicación, de la fuerza policial (como fue
justificada en la parte anterior), de la economía y de las máquinas.

Igualmente, el poder es ahora ejercido por medio de máquinas que, directamente,


organizan las mentes (en sistemas de comunicaciones, redes de información, etc.) y
los cuerpos (en sistemas de bienestar, actividades monitoreadas, etc.) hacia un
estado de alineación autónoma del sentido de la vida y el deseo de la creatividad.
La sociedad de control, por lo tanto, puede ser caracterizada por una intensificación
y generalización de los aparatos normalizadores del disciplinamiento, que animan
internamente nuestras prácticas comunes y cotidianas, pero, en contraste con la
disciplina, este control se extiende muy por fuera de los sitios estructurados de las
instituciones sociales, por medio de redes flexibles y fluctuantes.

Ciertamente, en esta parte del texto el Imperio se da a conocer al individuo que


habita la sociedad para controlarlo intelectualmente a través (por ejemplo, porque
hay varios ejemplos) de los medios de comunicación que a través de la imagen que
emiten en el medio televisivo y radial son capaces de mover las masas y de
persuadirlas para que hagan parte del Imperio. El biopoder es una forma de poder
que regula la vida social desde su interior, siguiéndola, interpretándola,
absorbiéndola y rearticulándola. El poder puede lograr un comando efectivo sobre
toda la vida de la población sólo cuando se torna una función integral, vital, que
cada individuo incorpora y reactiva con su acuerdo.
Se cree que para intervenir a las masas se tiene que hacer a través de la fuerza
militar que se entrometa en un país del Imperio, primeramente se injiere al individuo
a través de la moralidad, es en este caso que las grandes potencias industriales y
financieras producen no sólo mercancías sino también subjetividades. Producen
subjetividades dentro del contexto biopolítico: producen necesidades, relaciones
sociales, cuerpos y mentes – es decir, producen productores. La ejemplificación de
los productores de subjetividades son las ONG (Organizaciones no
gubernamentales), estas ONG están completamente sumergidas en el contexto
biopolítico de la constitución del Imperio; anticipan el poder de su intervención de
justicia pacificadora y productiva. Es la intervención moral la que prepara el
escenario para la intervención militar.

En conclusión, la tesis de Antonio Negri presenta un Imperio caracterizado por


actuar en un ámbito con fronteras frágiles (o casi sin fronteras porque es global) y
que se apoya en unas reglas de juego como el derecho a la intervención por cuenta
de la excepción y de la intervención (moral y después militar) en todas las instancias
productivas del individuo: social, intelectual, económica, política y cultural.

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