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Una Nueva Representación Artística de la Estela

5 de Izapa: Un Paso hacia una Interpretación


Mejorada

John E. Clark
Traducción libre de Juan Javier Reta Némiga
Durante los últimos 46 años, se ha discutido si el monumento esculpido
en piedra conocido como la Estela 5 de Izapa, procedente del sureste de
México, pudiera ser una posible representación del sueño de Lehi
registrado en 1 Nefi 8. De hecho la Estela ha llegado a ser conocida en
algunos círculos Santos de los Últimos Días como la "piedra de Lehi". Mi
propósito es presentar aquí el último dibujo de este monumento, discutir
cómo se hizo este dibujo, y sugerir sus implicaciones con respecto a la
hipótesis Lehi. No quiero decir que este breve artículo sea la última
palabra al respecto. De hecho, evitaré hablar acerca de la mayor parte de
los detalles técnicos y sólo resaltaré las características más significativas
de la escena en la piedra para evaluar las implicaciones del reciente
estudio.
La intrigante idea de que un monumento tallado en piedra,
encontrado en una región de la selva tropical del sureste de México,
represente el sueño de Lehi, fue primeramente propuesta por M. Wells
Jakeman del Departamento de Arqueología de la BYU a principios de los
años cincuenta (véase el artículo sobre este tema hecho por Stewart
Brewer). Desde entonces la piedra ha sido objeto de intenso estudio por
numerosos académicos, siendo el más completo y persuasivo el
realizado por V. Garth Norman. El punto central del debate a través de
todos estos años es que cada uno de los estudiosos que han realizado
una observación seria sobre esta complicada escena, han propuesto una
interpretación diferente basada en un dibujo diferente. Hay muchas
razones para esta variedad, pero uno de los más significativos es que la
piedra está algo erosionada y los detalles esculpidos en ella son difíciles
de ver, incluso, con la mejor iluminación. Siguiendo la recomendación
tradicional de buscar mejorar las representaciones del monumento a fin
de obtener una interpretación más fidedigna, es que se ha completado el
dibujo más reciente, realizado por la New World Archaeological
Foundation (NWAF, por sus siglas en inglés) y en parte por FARMS; lo
cual implica la necesidad de dar una nueva explicación sobre lo que el
antiguo artista pretendió representar.

Volviendo A Dibujar los Monumentos de Izapa

Durante los últimos veinte años el progreso en la investigación


sobre los monumentos esculpidos encontrados a todo lo largo de México
y América Central progresivamente ha remarcado la necesidad de tener
reproducciones más precisas de las imágenes. De 1963 a 1973, V. Garth
Norman hizo una importante contribución para este esfuerzo trabajando
bajo el patrocinio de la NWAF, fotografiando las principales esculturas de
Izapa y publicando conjuntamente tanto un álbum de las reproducciones
como un análisis extenso de las mismas 1
Naturalmente, dado que un número creciente de esculturas han
sido descubiertas a todo lo largo de Mesoamérica en los años
subsiguientes, y a medida que más estudiosos de arte antiguo se han
involucrado en la investigación de las mismas, la necesidad de tener
reproducciones de las mismas mucho más fidedignas se ha vuelto
notoria. Como un ejercicio para ver si nosotros podríamos obtener más
detalles de las antiguas piedras usando nuevas técnicas de iluminación,
la Fundación lanzó hace dos años un proyecto cuyo propósito fue el
producir un conjunto actualizado de dibujos de las piezas de Izapa.

Ayax Moreno Ilustrador en jefe de la NWAF

El proyecto aprovechó el talento del artista Ayax Moreno, ilustrador


perteneciente al personal de la NWAF. No sólo su ojo experimentado y
su hábil mano lo calificaron para dibujar los relieves de los antiguos
objetos, él también pudo implementar nuevas tecnologías para realzar su
discernimiento de lo que los antiguos artistas habían grabado. Por
supuesto que él tuvo que superar problemas derivados de la delicada
condición en las que se encuentran algunas de la esculturas antiguas,
así como también el efecto oscurecedor provocado por la erosión en
algunas de las superficies de la piedra. La textura de la piedra, las
fracturas naturales, las fungosidades en la superficie, y el vandalismo. (a
algunos se les ocurrió andar de turistas mormones tratando de resaltar
los detalles en la estela 5) fueron algunos de los retos a tener en cuenta
a fin de obtener una mirada más cercana que la que las fotografías
previas habían logrado.
El primer paso de Moreno fue cubrir cada monumento con un
plástico transparente sobre el cual él delineó con un marcador de aceite
los detalles más visibles de la escena o figura esculpida. Esto se llevó a
cabo durante la noche bajo una luz provista por lámparas fijas
energizadas con una batería de automóvil. La luz fue repetidamente
movida sobre la superficie de la piedra en un patrón circular a fin de
producir una abundantemente iluminación de todos los lados y de cada
ángulo. El resultado fue la detección de más características esculpidas y
un mayor grado de finura que las obtenidas antes.
El dibujo original en plástico fue reducido a un tamaño manejable
en el estudio de la NWAF, colocándolo sobre una cuadrícula grande en
una pared, y cada detalle en el plástico fue transferido a una hoja
cuadriculada plana. Esta versión se redujo a su vez, punto por punto, a
una cuadrícula de tan sólo un cuarto de la anterior. Dicha representación
más pequeña entonces fue llevada de vuelta al campo para verificar las
líneas que primero se habían trazado y agregar todavía los detalles más
finos. En una etapa posterior , Moreno regresó al sitio otra vez y usó una
cámara de vídeo a fin de grabar lo que se volvió visible cuando la luz en
movimiento caía sobre la superficie de la escultura. En el estudio, la
videocinta fue analizada cuadro por cuadro y los detalles revisados de
nuevo tantas veces como fuera necesario. Sólo confirmé que los detalles
fueron entintados encima del dibujo final. Como director del proyecto,
actué como crítico, continuamente asegurándome o desechando detalles
e independientemente revisando cada dibujo contra otros dibujos y fotos
previas, nuestros videos, y la piedra original. Consultar las anteriores
representaciones nos obligó a averiguar sobre la realidad de los detalles
que otros tuvieron a la vista cuando reportaron sus observaciones.
La actividad se convirtió en una pesadilla logística, consumiendo
un año completo, mucho más de lo planeado originalmente. Quisiera
enfatizar que todos los monumentos de Izapa, y no simplemente la
Estela 5, fueron tratados de este modo. Esto nos proveyó de una ventaja.
Un símbolo o una característica artística especial que pudiera no ser tan
claramente visible en un monumento podría ser mucho más visible en
otro. Así Moreno siguió una curva de aprendizaje, llegando el proceso de
dibujar a convertirse en algo interactivo; Él modificó sus dibujos con base
en lo que él podría percibir de otras esculturas producidas en el lugar,
que podemos suponer, pertenecían a la misma escuela, al antiguo
artista o artistas. Sin embargo, en ningún caso especulamos por la pura
extrapolación de detalles de un monumento a otro sin una base
demostrable.
Los resultados fueron gratificantes. En términos generales, por
supuesto, los nuevos dibujos son como los anteriores fotos y bosquejos.
(Salvo, por el uso de la cámara de vídeo con su útil característica de
"zoom", todo lo que hicimos pudo haberse hecho cincuenta años atrás.)
No obstante, la intensidad y el uso imaginativo de la iluminación , y la
reiterada revisión de los detalles, nos ha permitido obtener un nivel
enteramente nuevo de información detallada de las esculturas.
Firmemente creemos que un posterior examen de las esculturas de
Izapa, probablemente no revelará más datos significativos, más allá de lo
que nuestros dibujos ahora muestran.
La NWAF espera en el futuro ampliar este proyecto con el
propósito de volver a dibujar los antiquísimos monumentos en otros sitios
igualmente antiguos en Mesoamerica. Eso permitiría que por primera vez
se pudieran hacer comparaciones fidedignas no sólo entre un
monumento y otro monumento de Izapa sino también con las obras de
artistas en otras regiones. En el ínterin tenemos la intención de publicar
(tentativamente planeamos hacerlo con FARMS Research Press) un
volumen de todos los dibujos de Izapa para el uso académico.
El Lugar de Izapa en la Historia Cultural de Mesoamérica

El grupo A de Izapa consiste de las Estructuras 55, 56, 57, y 58. Veinticinco piedras monumentales fueron colocadas cerca de estas
estructuras. Cinco Estelas, incluyendo la Estela 5 (segunda de izquierda a derecha y la Estela 25 (segunda de la derecha) fueron
dispuestas frente a la Estructura 56. El sitio entero incluye cinco grupos adicionales. Cortesía de NWAF

Izapa fue el centro religioso antiguo más importante del área del
Soconusco, en la franja costera del Pacífico del estado mexicano de
Chiapas. Las grandes estructuras piramidales fueron construidas
alrededor de plazas centrales comprendiendo cierto número de grupos
diseminados a través del sitio. Los monumentos tallados fueron
colocados en puntos cruciales de frente y alrededor de las pirámides.
Es particularmente notable la disposición de estos monumentos,
edificios, y plazas; dado que siguen un intrincado patrón de líneas en
perspectivas que señalan donde debían ser colocados. Esas líneas
fueron divisadas, digamos, a partir de un monumento, para, desde allí
cruzar otros dos monumentos,con el propósito de enfocar la atención en
un pico o una muesca en el horizonte donde el sol ascendía en el día del
equinoccio de otoño o algún otro notable acontecimiento celeste. Al
parecer los sacerdotes-proyectistas delineaban dichas perspectivas a
partir de un punto del tiempo antiguo cuando el sitio ceremonial fue
primeramente concebido, diciendo, en efecto, "en este lugar colocaremos
el centro de X estructura, que pretendemos que signifique tal o cual cosa,
y a partir de allí en conformidad con esta montaña erigiremos el
monumento Y, que significará otra cosa". Las especulaciones acerca de
los significados religiosos de la complicada disposición en Izapa han
incluido nociones acerca de la secuencia de las estaciones, los meses y
la estructura del calendario, ciertos mitos conservados entre los
posteriores habitantes de Mesoamerica, y rituales y creencias
concernientes al nacimiento, la muerte, y la vida después de la muerte.
Por supuesto que nadie sabe hoy por hoy con toda seguridad qué ideas
gobernaban las mentes de los constructores, pero esas ideas han de
haber sido poderosas y respetables.
Una gran oleada de creatividad caracterizó la vida en Izapa desde
cerca del 300 al 50 dC. Esto queda de manifiesto especialmente en un
estilo de arte único mostrado en los monumentos. Muchos o quizá todos
los que han sido descubiertos fueron esculpidos y quedaron erigidos en
ese periodo. 2 Durante ese breve periodo, el arte de Izapa influenció una
amplia región de las tierras altas del área Guatemala (notablemente la
gran ciudad cuya ruinas son ahora conocidas como Kaminaljuyu), la
Península de Yucatán , la región central de Chiapas, y lugares tan
lejanos como las montañas de los Tuxtlas en el sur de Veracruz (en la
costa del extremo sur del Golfo de México), así como también Oaxaca
(las ruinas de Dainzu), al noroeste de Izapa.

Este dios o humano que asume el rol del dios lleva las características de Ehecatl, el dios del viento de los postreros
aztecas. Al parecer la representación de él en Izapa documenta una forma ancestral del dios del viento. Entre los
aztecas, Ehecatl fue considerado una advocación de Quetzalcoatl.

La principal preocupación de los arqueólogos y los historiadores


del arte con respecto al arte de Izapa ha sido sacar en claro qué papel
jugaba la región como un puente — en el tiempo y en el espacio. En
términos geográficos la zona de Izapa se localiza en el extremo sur del
territorio habitado por hablantes de lengua Mixe-Zoque, una familia de
lenguas que probablemente fue usada por portadores de la tradición
Olmeca. El territorio Olmeca tuvo su centro en la porción sur del estado
de Veracruz. Pero llevaron las concepciones de dicha cultura, surgida
en algún punto entre 1,300 y 900 aC, hacia el sur de su tierra natal a
través del Istmo de Tehuantepec, hasta las tierras bajas de la Costa del
Pacífico quizá hasta El Salvador. Izapa ocupó una zona dónde los
olmecas establecieron contactos e interactuaron fuertemente con grupos
de lengua maya al este. Así es que Izapa podría ser vista ya sea como
un puesto de avanzada en la frontera o un puente por medio del cual los
Olmecas transmitieron sus rasgos distintivos a los hablantes de lenguas
pertenecientes a la familia maya del este. En términos de tiempo, los
pobladores de Izapa pueden verse como intermediarios a través de
quienes los conceptos Olmecas (del período que comprende del 1,300
aC y 400 DC) fueron transmitidos a través de los siglos hasta alcanzar a
la posterior civilización maya que alcanzó el éxito durante el primer siglo
AC hasta el 900 DC.

Esta notable de imagen Ehecatl fue excavada cerca de la Estela 5 por arqueólogos de la BYU-NWAF. Data del segundo siglo antes
de Cristo y es considerada un tesoro arqueológico de México

En todo el cuerpo de arte esculpido en Izapa, la Estela 5 nos


ofrece la escena más complicada. Ciertamente, es una de las más
complicadas esculturas de todo Mesoamérica. Norman llama a la escena
representada en la Estela 5 una "supernarrativa," pues parece
representar alguna historia o acontecimiento complicado. Es notorio que
en la antigüedad llevase un significado especial más allá que cualquiera
de las piedras talladas en el lugar. Más adelante Norman, continúa,
"obviamente es de una naturaleza más limitada — si debiésemos
hacernos cargo de otros diez monumentos de Izapa y tratarlos como
una unidad, aproximadamente tendríamos una idea del reto que significa
interpretar la Estela 5". Él cuenta en esta Estela 12 figuras humanas
como mínimo, una docena de animales, cerca de 25 objetos botánicos e
inanimados, y 9 máscaras estilizadas de deidades. El exótico simbolismo
de estos elementos en forma individual visto en conjunto presenta
complicadas relaciones entre todos ellos, al combinarse, representa un
serio problema para alguien que intente decirnos lo que la escena - quiso
decir - o representar. Pero la interpretación correcta de esta
"supernarrativa" podría proveer una llave para saber por qué y cómo fue
Izapa tan esencial en la historia, el arte, y la religión del área durante casi
dos milenios. Sin embargo, Norman hace notar que un inexacto
descifrado de un erosionado o confuso detalle ha infestado a los
tratamientos previos de la Estela 5". 3
El Nuevo Dibujo de Moreno-Clark

En sus temas y símbolos, la Estela 5 es indiscutiblemente el


monumento más complicado esculpido en cualquier parte de los
Américas antes de Cristo. No es de extrañar que ha estimulado el interés
y variadas interpretaciones. Afortunadamente, cierto número de las
características que exhibe pueden ser identificadas en otras esculturas
Mesoamericanas. Los eruditos han resuelto los significados de estas
figuras a partir de difíciles comparaciones críticas de cómo son usadas
en el arte a todo lo largo de Mesoamérica. Al comparar los contextos con
los mitos y las tradiciones nativas ha sido posible determinar ciertos
hechos acerca de lo que los antiguos artistas deseaban comunicar. El
trabajo de Norman, data de hace un cuarto siglo, y fue la vanguardia en
los esfuerzos con relación a las esculturas de Izapa, pero ahora hay más
conocimiento acerca de estas materias.
La escena esculpida en la Estela 5 es mayormente simétrica;
Muestra grupos apareados de figuras humanas o seres sobrenaturales
flanqueando un árbol frutal central. De acuerdo con el arte
Mesoamericano del mismo período que ha sobrevivido en otros sitios, la
serie de bandas esculpidas y los diseños en lo alto del monumento se
identifican con los cielos, y el otro conjunto de bandas, líneas rectas, y
triángulos en la base del monumento representan la tierra. Las largas
raíces del árbol parecen penetrar en el suelo. Pero cuando miramos con
atención, vemos como las raíces son en realidad los dientes alargados
de un cocodrilo o el monstruo terráqueo, mientras que el tronco del árbol
se tuerce como el cuerpo de un cocodrilo, una característica dibujada
también en otros monumentos de Izapa. Las ondas de agua son
representadas cayendo en cascada abajo del lado derecho del cuadro
como lodo debajo de la tierra. En el antiguo pensamiento
Mesoamericano, se creía que la tierra yacía sobre la parte trasera de un
cocodrilo que flotaba en el mar primordial. El agua y los signos
terráqueos en la Estela 5 evidentemente exhiben esta asociación agua-
cocodrilo.
Muchas de las figuras bosquejadas en el monumento serán poco
familiares para la mayoría de los lectores, porque son símbolos
especiales exclusivamente conocidos entre las personas antiguas de
Mesoamérica. Las dos figuras más grandes a cada lado del monumento
representan a los monstruos híbridos serpiente- jaguar; Los cuerpos y las
cabezas son de serpiente, pero los dientes son de un jaguar. Las dos
más grandes figuras — "flotantes" que están más cerca del árbol —
considero que son dioses, u hombres vestidos como dioses. El primero a
la izquierda lleva puesta una máscara de pájaro y una concha de mar
grande detrás de su cabeza, mientras que el primero sobre el lado
derecho lleva una máscara del jaguar y un tocado de gran estatura. Su
cara y máscara fueron intencionalmente deformadas en la antigüedad,
pero hay bastantes restos visibles para identificarle como un imitador del
jaguar. Esta pareja de dioses representan a los dos dioses más
poderosos en Mesoamérica, conocidos muchos siglos más tarde entre
los aztecas del México central como Quetzalcoatl y Tezcatlipoca.
Representan las fuerzas opuestas, muy similar a Thor y Loki en la
tradición escandinava. (Sin embargo, esta comparación conceptual no
debe dar a entender ninguna conexión histórica entre Izapa o los
aztecas por un lado y Escandinavia por otro.) Quetzalcoatl fue el dios
Mesoamericano de la lluvia y la abundancia; su nombre — si no es que
sus papeles especiales — son sin duda ya familiares a algunos lectores.
Tezcatlipoca fue el dios más poderoso de los aztecas, asociadas sus
características con las del jaguar, la bestia terrestre más poderosa
conocida en el Nuevo Mundo. Así como Quetzalcoatl él fue conocido
desde épocas remotas en México bajo un nombre u otro.

Figuras como esta, representando a un hombre o a un dios viejo, son realmente comunes en el arte Mesoamericano.
Lo que se ve como un dedo apuntando es probablemente el fin de una soga que se ve rodea el asiento; La soga a
menudo significa acercamiento

Cada dios es atendido de cerca por figuras más pequeñas, pero es


imposible ver con seguridad lo que cada asistente está haciendo. Los
que están sobre el lado derecho puede que vistan una imitación del traje
del dios jaguar en alguna suerte de ceremonia de investidura.
Debajo de las figuras están seis individuos sentados, tres a cada
lado del árbol. La figura colocada en la izquierda extrema es un hombre
viejo encorvado con un gorro terminado en punta. Él está sentado sobre
un trono de calavera. Sus huesos sobresalen notoriamente a la vista,
representando un cuerpo viejo, esquelético. Él pudiera representar a la
muerte, o a un sacerdote o un rey envejecido con una máscara
representando a la muerte. En un cojín detrás de él se sienta una mujer
vieja. Enfrente de él hay otra persona. Oleadas de humo salen de un
incensario situado entre lo dos. El quemar incienso fue un rito común de
oración y súplica en la antigua Mesoamérica. Un incensario similar está
dibujado en la escena que hace juego sobre el lado derecho del árbol. La
figura principal aquí se muestra sentada con las piernas cruzadas en el
suelo, y una persona se sienta detrás de él sujetando un parasol. El
joven en el centro del grupo a mano derecha lleva un elaborado tocado
que exhibe los símbolos de la realeza y al dios del maíz en la iconografía
convencional Mesoamericana (el repertorio de símbolos significativos).
Trabajar más allá en los detalles de nuestro nuevo dibujo de la
Estela 5 y lo que significan dará ocupación a los estudiosos durante los
próximos años. Así es que la resolución final del significado de la escena
está todavía lejos. Sin embargo, algunos significados de la escultura, son
ya obvios a la luz de lo que sabemos acerca de otras representaciones
Mesoamericanas. En el caso de la Estela 5 vemos a dioses y a otras
criaturas sobrenaturales, realeza, animales investidos con un mítico y
valioso simbolismo y mortales. Algunos de estas figuras están adornadas
por completo; Otros están delineadas en ceremonias y actos piadosos. El
incienso humeante ciertamente señala actividad ritual, oración, y
devoción. La mayor parte de las personas son mostradas sujetando
objetos en sus manos. La mujer, por ejemplo, sujeta una espina dorsal
serrada de una raya con la cual ella acostumbra punzarse para hacer un
hueco en su lengua con el propósito de extraer sangre a fin de ofrendarla
a los dioses — un acto de culto que se asocia con la ofrenda de incienso.
El joven rey maicero sujeta un objeto puntiagudo, quizá con el mismo
propósito. El Autosacrificio o auto-sangría fue una costumbre frecuente y
significativa durante milenios en Mesoamérica, especialmente entre los
sacerdotes y la alta realeza. Al parecer este ritual es el que está siendo
bosquejado en la Estela 5.
Además de individuos importantes involucrados en los ritos, vemos
conceptos míticos, dioses, y entidades sobrenaturales en este
monumento. La disposición espacial de las figuras es indudablemente
significativa, pero mucho de su significado queda por resolver. Norman
argumentó a favor de un esbozo de un ciclo ritual de algún tipo, y ésta
parece ser una buena posibilidad, aunque la naturaleza precisa del ciclo
se mantiene poco clara.
El significado preciso de estos colibríes es desconocido, pero a ellos se les asocia tradicionalmente con los Indígenas
Zoque, antiguos habitantes del área de Izapa.

El estilo de las figuras mostrado en la Estela 5 — su ropa, por ejemplo —


es la culminación de una larga tradición de piedra esculpida en el sureste
de México que data de al menos el año 1,300 aC, y sin duda las técnicas
de trabajo en piedra tienen un pedigrí igual. Esculpir el monumento de
Izapa requirió que artesanos usasen cordones para medir la piedra en
patrones tradicionales según los trazados y medidas estándares. La
escena propuesta se trazó entonces o se talló en la superficie.
Herramientas de piedra puntiaguda se usaron para picar y moler hasta
hacer que las figuras sobresalieran apropiadamente en el bajorrelieve.
Herramientas de metal o cinceles no fueron utilizados. Algo de la textura
áspera de la superficie esculpida es el resultado del uso de martillos de
piedra para esculpir la escena.
El Dibujo en relación con el interés SUD en la Estela 5

Stewart Brewer discute en este asunto la historia fascinante de M. Wells


Jakeman que reclama que la escena en la Estela 5 representa el sueño
de profeta Lehi o la visión del árbol de la vida. Durante los últimos 45
años muchas personas SUD han aceptado la aseveración de Jakeman
de que "este árbol de la vida esculpido en Izapa es ni más ni menos que
un dibujo antiguo en piedra del mismo episodio del árbol de la Vida
encontrado en el registró del Libro de Mormón, en 1 Nefi 8". 4
Es obvio que un dibujo más preciso de la Estela 5 debería de
interesar a los Santos de los Últimos Días que acepten la interpretación
de Jakeman. Igualmente, aquellos que pueden estar ajenos a su punto
de vista o que han dudado en aceptarlo querrán lograr la resolución más
veraz del asunto a partir de la última representación.
El proyecto de NWAF para dibujar los monumentos Izapa ha
producido resultados pertinentes para una evaluación del punto de vista
de Jakeman, pero tal evaluación no fue uno de los objetivos del proyecto.
Nuestra meta, explicada arriba, fue producir la representación más
precisa posible. Cualquier conexión entre la producción del nuevo dibujo
y cualquier interpretación, SUD o No-SUD sobre lo que representa el
monumento es puramente incidental. No obstante, como un servicio para
aquellos que sientan la necesidad a evaluar la teoría de Jakeman, he
formulado debajo lo que me parece que son las cuestiones más
pertinentes sobre la conciliación de su punto de vista con el nuevo
dibujo.

¿Conexiones con el Viejo mundo?

No hay mucho qué decir aquí. Me consta que no hay ninguna


conexión obvia ya sea temática o estilística con el arte del viejo mundo.
La pregunta que debe formularse es por qué alguien podría esperar que
haya alguna. Una pregunta más importante es sobre como incorporar
tales supuestos en los análisis y las conjeturas. Cualquiera que sea el
campo de estudio, los investigadores han aprendido que la seguridad en
la interpretación de la evidencia se encuentra en las siguientes normas
basadas en la experiencia "¿Acaso se cosechan hijos de los abrojos? "
(Mateo 7:16). En el estudio del arte Mesoamericano, es una presunción
sabia que cualquier monumento encontrado en América se hizo en
América. Si es así, se habría hecho por artistas locales, según los
cánones locales o las reglas artísticas, e implicarían ideas locales.
Concluir de otra manera sería justificado sólo como algo muy inusual y a
partir de una fuerte evidencia. Además, la presencia de grabados en
piedras esculpidas en Izapa, todas hechas esencialmente con el mismo
estilo, sostienen la opinión que esta actividad creativa fue un fenómeno
normal en este sitio que produjo un cuerpo entero de arte relacionado;
Con la Estela 5 no hablamos acerca de un pedazo solitario que
excepcionalmente se conecta a una parte distante de mundo.

En el caso de Izapa, además, no encuentro razón para creer que


allí alguna vez hubo suficiente evidencia para trastocar la presunción de
que los monumentos son obras locales. Todos los temas en el arte de
Izapa son Mesoamericanos, y el estilo deriva claramente de anteriores
estilos en la mismo área geográfica. El único estudio que intentó mirar
hacia el Cercano Oriente para hallar paralelos con la escena
representada en la estela 5 fue hecho por Irene Briggs en 1950 quien
presentó paralelos temáticos generales entre las representaciones del
árbol de la vida en Mesoamérica y en el Cercano Oriente. 5 Pero ella
nunca demostró cualquier conexión significativa entre el estilo de arte
occidental de Asia y Mesoamérica, ni cualquier otro lo ha hecho así.
¿Izapa como una Ciudad del Libro de Mormón?
La prueba interna del Libro de Mormón parece definitiva sobre que
los Nefitas no tuvieron nada que ver con Izapa, y es dudoso que los
Lamanitas lo hicieran.

El área de asentamiento. El relato nefita tiene a Nefi y a sus seguidores


huyendo de su tierra costera de la primera herencia para ir tierra adentro
"arriba" a la tierra de Nefi. Poca información nos es provista acerca de
sus asentamientos durante los próximos siglos, al parecer permanecieron
dentro de una región bastante pequeña de la región montañosa. Se
multiplicaron y cubrieron toda la tierra inmediata de Nefi; Tuvieron reyes,
sacerdotes, y hombres poderosos; estuvieron casi constantemente en
guerra con los Lamanitas. Finalmente, alrededor del año 200 aC, el
grupo principal escapó hacia la tierra de Zarahemla, otro área del interior
hacia el norte. No hay indicio de cualquier preocupación o actividad
relacionada con la costa en esta temprana geografía, no obstante Izapa
está junto a la costa.

Características demográficas. Es muy ambigua la declaración de que


los primeros nefitas "cubrieron" la faz de la tierra. Esto se parece a
retórica estándar. Los Nefitas aparecen siempre gobernados por un sólo
rey en vez de tener múltiples reinos. Así es que podemos suponer que
solo tenían una ciudad capital, Nefi; Sólo una ciudad es mencionada en
aquel entonces. Cerca del 400 aC, afirmaron haber sustancialmente
aumentado en número, pero alrededor del 320 aC la mayor parte de los
Nefitas inicuos parecen haber sido destruidos por los lamanitas. Los
nefitas sobrevivientes al parecer volvieron al punto inicial en términos de
población. Cuando más tarde emigraron a Zarahemla, fueron un grupo
bastante pequeño que pudieron ser incorporados en una sola ciudad,
Zarahemla, con su población anfitriona, los mulekitas. Todo esto sugiere
un nivel demográfico modesto y provee razones en contra sobre su
capacidad en aquel entonces para colonizar territorios distantes,
especialmente tan lejos como Izapa para cualquier plausible localización
ya sea para Nefi o Zarahemla.

En verdad no hay incluso alguna alusión en el Libro de Mormón


que pueda ser interpretada como una prueba para una población nefita
en algún lugar de la llanura costera como lo es Izapa durante el periodo
en se produjo la Estela 5. La presencia lamanita en el área Izapa pudiera
ser una materia diferente, sin embargo, dicha categoría étnica, cultural, o
política en el registro nefita es tan poco concisa con respecto aquélla
como para afirmar que los lamanitas podría haber habitado Izapa. Pero
para afirmar tal cosa, los lamanitas, habrían tenido que aumentar su
población de forma milagrosa dadas sus constantes guerras con los
nefitas. Si hay espacio en el mundo del Libro de mormón para "otras
personas," tales como los habitantes de Izapa y los que produjeron allí su
arte tendría mi voto.

¿Una ciudad del Libro de Mormón? Esta pregunta surge y pudiera


parecer interesante sólo si estamos ya comprometidos con la idea de que
la Estela 5 es un bosquejo del Sueño de Lehi. Si alguien hace tal
suposición, él o ella debe explicar como vino a parar allí; la pregunta es
consecuente. Si no asumimos que el monumento nos muestra una
escena del Libro de Mormón, no hay nada que explicar; ¿La pregunta
"fue una ciudad nefita o lamanita"? Es forzosa.

En cualquier caso, el período durante el cual los monumentos de


Izapa fueron esculpidos, va del 300 al 50 aC, un tiempo oscuro en
términos de la historia y la geografía Nefita. Poco se dice en el registro
Nefita que pudiera relacionarse con Izapa incluso por inferencia. A
principios del primer siglo aC el desierto del oeste que corre a lo largo de
la costa (probablemente el Océano Pacífico) fue ocupado por los
lamanitas quienes vivían en tiendas (véase Alma 22:28); Puede
sobreentenderse que los nefitas no habían ocupado esa área
previamente. Sólo una sola ciudad es mencionada alguna vez en ese
sector oeste. Aproximadamente en el 65 aC, se hace mención de una
ciudad anónima en las orillas de la zona costera del oeste (véase Alma
56:31), pero no hay evidencias como para concluir o llegar a pensar que
ésta fuera Izapa, y mucho menos para explicar quien la ocupó y lo que
acontecía allí. Resumiendo, una persona tendría que esforzarse por
intentar establecer cualquier conexión entre la historia nefita o la
presencia de una ciudad nefita o lamanita localizada en Izapa en
cualquier período.

¿Supieron los Nefitas acerca del sueño de Lehi? Nadie previamente


ha hecho preguntas serias acerca de este tema. ¿Quiénes supieron del
sueño? ¿Qué supieron? ¿Cuándo lo supieron? Siempre había
considerado la narración del árbol de la vida en el Libro de Mormón como
algo magistral, vinculado a temas que subsiguientemente aparecieron en
la predicación nefita acerca de Cristo y la expiación. Ahora pienso que
esto no es una idea correcta. Para los Santos de los Últimos Días, eso
puede parecer plausible porque el relato de Lehi aparece a principio del
libro que nosotros ahora tenemos. Pero debemos de recordar que el
registro (las planchas menores de Nefi) no fue un documento público. La
mayor parte de los profetas subsiguientes no dan indicios de estar
informados de su contenido, mientras que la mayor parte de los reyes
pudieron no haber estado mejor informados porque confiaron en su
registro real.

¿Hay alguna prueba de que cualquiera de los posteriores profetas


predicaron acerca de, o incluso hicieron referencia al sueño de Lehi? No.
Incluso Nefi habló de él sólo como un catalizador para obtener su propia
visión profética del futuro. (véase a 1 Nefi 11:19). Los hermanos mayores
en la familia de Lehi pudieran haber recordado más o menos el sueño,
dado que lo oyeron directamente de labios de Lehi (véase a 1 Nefi 8:2,
"él habló a nosotros"). Aunque siglos más tarde Alma enseña acerca del
árbol de la vida lo hace de un modo diferente; Él habla del árbol en el
Jardín de Edén en vez del visto por Lehi (véase 12:22-23 Alma; 42:25).

La llave para entender esta situación está en las planchas


menores, la fuente para nuestros actuales libros que van de 1 Nefi hasta
Omni, los cuáles cubren los primeros cuatro siglos de la historia Nefita.
Aquellos que conservaron el registro hicieron enfasis en que el propósito
principal de sus escritos fue llamar a la esperanza y al arrepentimiento a
los futuros descendientes de sus contemporáneos los lamanitas (véase,
por ejemplo, Jarom 1:2). Pero para su propio pueblo, los nefitas, que
eran tercos, malvados, metidos en guerras, que se caracterizaban por
estar separados de los principios y conductas espirituales básicas, ellos
ponían énfasis en recordarles: El arrepentimiento de pecados sexuales,
el no codiciar la abundancia de bienes materiales, aborrecer la injusticia
social, obedecer la ley de Moisés, y tener esperanza en la venida de
Cristo en la carne (véase Jacob 2; Enos 1:22-23; Jarom 1:34, 10-11). No
hay indicios de que predicaran acerca de las grandes visiones
experimentadas por los fundadores. Ni hay prueba de que hubiera copias
que se hiciesen circular del sueño de Lehi para que el pueblo las
estudiase. Por ejemplo, Enos recordó "las palabras que a menudo había
escuchado hablar a mi padre" (Enos 1:3). Pero incluso este sobrino de
Nefi no sugiere que él esté familiarizado con las experiencias espirituales
culminantes de Lehi y Nefi. Quizá estos relatos fueron considerados
demasiado sagrados para ser referidos de forma habitual por los
maestros religiosos, tal como los apóstoles modernos típicamente se
refrenan de hablar directamente de las experiencias personales con el
Señor. Así es que parece muy posible que la mayor parte de los nefitas,
y mucho menos los lamanitas, supieran lo suficiente acerca de la visión
de Lehi para haberla representado en una piedra.
La parte trasera de este cocodrilo dragón/monstruo, quien se creía habitaba el mar del inframundo, forma la superficie
de la tierra en el pensamiento mítico Mesoamericano. Así los árboles y otra vegetación lógicamente tienen su comienzo
a partir de su cuerpo. En el Cercano Oriente, un monstruo que surge de mar llamado Leviatán jugó un papel similar.
(Las líneas punteadas son conjeturales.)

¿Hay glifos que representen algún nombre en la Estela? Algunos


monumentos de Izapa exhiben un glifo aquí y otro allá pero no hay
ninguno en la Estela 5. ¿Podrían significar los tocados únicos en las
figuras representar en cierta forma los nombres o las identidades de las
figuras mostradas, tal y como Jakeman reclama? Sí, es posible. Sin
embargo este método de mirar en ellos significados presenta
inconsistencias. Jakeman consideró los tocados en dos figuras para
designar a Sariah y Nefi. Pero en el caso de Lehi, Jakeman acudió a un
símbolo "flotando" cerca como identificador mientras que ignoró el tocado
distintivo en la figura del hombre viejo. En los tres casos los nombres que
Jakeman afirma están presentes no son jeroglíficos, con elementos
fonéticos definidos que deletrean un nombre por medio de sonidos (como
podríamos esperar de Mormón 9:32), sino sólo iconos o símbolos
visuales para los individuos. (Incidentalmente, si uno acepta el
argumento de Jakeman para una conexión en los estilos de arte del Viejo
Mundo con el arte Mesoamericano agrego soporte para uno de sus
reclamos. Su interpretación del tocado de la figura que él dice representa
a Nefi deriva de la indumentaria principal del "dios del grano" egipcio,
mientras en el arte maya un tocado de apariencia similar señala al dios
bufón maya y también significa que el que viste como "rey maicero".) 6
Este monumento estaba en el Grupo A cerca de la Estela 5. Obviamente representa al mismo monstruo que su vecino,
sin embargo de forma más explícita. Esta escena ilustra un acontecimiento relacionado con el Popol Vuh, libro sagrado
de los indígenas Maya-Quiche de Guatemala. para más detalles sobre el tema véase el artículo de Bruce H. Yerman

Evaluación del Argumento de Jakeman

En los 48 años desde que por primera vez Jakeman concluyó que
la Estela 5 representa el sueño de Lehi del árbol de la vida, mejores
avances han sucedido en el estudio del arte Mesoamericano. Cientos
más de monumentos han sido descubiertos y muchos de ellos han sido
analizados con mayor detalle de lo que hubiese posible en la década de
1950. No debería sorprender que estos posteriores estudios requirieran
cambios en su interpretación así como también las interpretaciones de
otros eruditos que han tratado el material. Su argumento dependió de
interpretar la Estela 5. Pero tuvo el serio obstáculo de la falta de una
buena representación pictórica de la escena en la piedra. Detalles
importantes fueron omitidos o mal dibujados en la interpretación que
Jakeman usó. Un dibujo pobre es equivalente de datos malos. No se
pueden obtener un análisis "correcto" usando datos malos.
Desafortunadamente, debido al pobre dibujo, Jakeman vio cosas en la
piedra que no estaban allí y perdió muchas otras características que si
estaban. En esto le acompañaron otros, pues lo mismo puede decirse de
cada interpretación de la Estela 5 hasta ahora.
Un par de peces tallados en jadeita y que formaban parte de un collar fueron excavados conjuntamente con la cabeza
en cerámica de Ehecatl mostrada más arriba. Cualquiera que sea su significado, obviamente está asociado con el dios
del viento. Note que este par de figuras esta justo delante de la figura Ehecatl en la Estela 5, posiblemente
representando imágenes de jadeita colgando de un collar.

Sin pormenorizar en exceso el punto, es claro que muchos de las


identificaciones de Jakeman de las características del monumento se
forzaron a fin de calzar con lo que él quiso encontrar. Esto aplica tanto a
los paralelos que él reclama existen entre las características en la piedra
con el arte del cercano oriente por un lado y las referencias textuales del
Libro de Mormón. Con relación a los paralelos bíblicos, la mayor parte de
la docena de elementos que él pensó conectaban la estela con el sueño
de Lehi es sólo hipotética. Por ejemplo, El relato en 1 Nefi no nos cuenta
nada sobre las circunstancias existentes cuando Lehi relató el
acontecimiento a su familia; Todo lo que se dice es "él habló a nosotros"
(1 Nefi 8:2). No somos informados quien estuvo presente y quién no, ni si
el incienso fue quemado o no. De nuevo, la mayor parte de los paralelos
con el arte del Viejo Mundo se basan en especulaciones de Jakeman.

En verdad, sólo dos elementos mencionados en el texto, un árbol


frutal y agua, pueden ser reconocidos en la piedra sin recurrir a
conjeturas. Todo lo demás el campo espacioso, la barra de hierro, un
ángel, y así sucesivamente son el resultado del ojo imaginativo de
Jakeman. Esta correlación subjetiva no es un método aceptable en la
academia o la ciencia.

Un problema lógico también menoscaba el trabajo de Jakeman.


Ninguna de sus principales identificaciones de personajes del Libro
Mormón surten efecto a menos que uno asuma su conclusión de
antemano. Los supuestos glifos para Lehi, Sariah, y Nefi, por ejemplo,
son impresionantes sólo si uno asume que los conceptos de Viejo Mundo
fueron traducidos a iconografía de Nuevo Mundo para significar nombres
que fueron simultáneamente significativos en Palestina y Mesoamérica.
Así Jakeman supuso que la figura "Lehi", el hombre viejo, puede ser
identificado con el monstruo calavera flotando detrás de su cabeza, y él
asumió que esta característica representó a algo semejante al cocodrilo,
criatura mítica conocida por los aztecas con el nombre Cipactli (2,000
años más tarde). De esa tenue conexión, el analista se lanzó a la idea de
que la calavera significó "quijada," a pesar de que la calavera
notoriamente no tiene quijada. Luego pasa Jakeman a decir que el
nombre Lehi, pudo haberse pronunciado como la palabra hebrea para
"quijada". Este argumento es obtenido a la fuerza en varios puntos.
Ninguno de los enlaces propuestos son seguros, y mucho menos
soportados, por los datos.

Dos asuntos generales aquí son básicamente problemáticos. Una


es la relación hipotética de sueño de Lehi con la Escena representada en
la Estela 5. Este punto es demasiado especulativo y se basa en
demasiados argumentos débiles en su lógica para ser aceptados. El
nuevo dibujo no puede permitir una conclusión final acerca de la
viabilidad de argumento de Jakeman pero le quita la mayor parte del
soporte.

El reclamo que de que existen paralelos significativos con el arte del


Viejo Mundo que se muestran en la Estela 5 es la segunda, pregunta
independiente. Merece un buen estudio. Si hubiese una conexión firme
obtenida por la investigación histórica de tal arte, dicha relación no
necesariamente implica que pudiera haber cualquier conexión con el
Libro de Mormón. El nuevo dibujo al menos facilitará la investigación de
cualquiera en esta materia.

Una Idea Tardía sobre la Estela 5

Dada la naturaleza del interés SUD en la estela 5 , la mayor parte


de mi discusión se ha visto forzada a enfocar la atención en lo que la
escena no es. Si no representa el sueño de Lehi, ¿qué representa?

El monumento es claramente Mesoamericano tanto en el tema,


estilo, ejecución técnica, y muy seguramente en su significado. Se deriva
de una larga tradición de escultura en piedra que antecede al pueblo de
Lehi por al menos 700 años. La escena representada tiene un significado
cósmico; Los cielos, la tierra, y el inframundo, son característicamente
típicos dentro del marco del antiguo arte en esta área. Así es que en el
pensamiento mesoamericano, el árbol cósmico crece en el centro de la
tierra, de cuya superficie alcanza hasta cielo y hasta el bajo mundo. Los
monstruos sobrenaturales aparecen en la escena. Así también otras
figuras, ya sean dioses o mortales (tanto varón y hembra) que son los
que se vistieron como si fueran dioses (fueron probablemente miembros
de la realeza), y sus asistentes. Ceremonia, pompa, y ritual están
claramente representados con individuos bosquejados en vestidos
elaborados, máscaras, y la joyería puesta delante de los incensarios
humeantes. Algunos individuos llevan implementos punzantes usados
para llevar su propia sangre como una ofrenda a las deidades. En
conjunto la escultura muestra la simetría básica, el balance, y la
preocupación para la geometría y la numerología tal y como
esperaríamos encontrar en el arte Mesoamericano. Por supuesto,
algunos elementos por el momento no tienen sentido, como los pares de
peces; La comparación con otras escenas del monumento
probablemente aclarará sus significados.

Ninguno de estos elementos se corresponde con el sueño de Lehi.


En lugar de ello, la escena parece referirse a la realeza, sus temas, y sus
relaciones con las deidades y el cosmos. Sospecho que el tema básico
de la Estela 5 es el rey como intercesor con los dioses en nombre de su
pueblo. Ésta fue una preocupación de los antiguos gobernantes
Mesoamericanos que encargaron las escultura monumentales, exaltar su
gloria, y todos concuerdan con la antigua tradición artístico-cultural
dentro de la cual la Estela 5 calza perfectamente.

Algunos Santos de los Últimos Días todavía pueden sentir la


necesidad de buscar una relación entre la Estela 5 y la historia del Libro
de Mormón. La conexión con Lehi que Jakeman propugnó no va a
ninguna parte, en mi opinión. No obstante, pudiera haber quizá una
oportunidad de vincular la tradición Jaredita con Izapa, la cual no puede
descartarse por completo. Después de todo, el arte de Izapa tuvo sus
raíces en la tradición Olmeca, y esa línea cultural corresponde en el
tiempo a la parte principal de la historia del linaje Jaredita tal y como nos
informa el libro de Éter. El último rey Jaredita, Coriantumr,
cuidadosamente preparado un registro en piedra de su descendencia
real y sus estatutos (véase Omni 1:20-22). Esa es claramente típico en
Mesoamerica. Mientras la Estela 5 claramente no puede ser su registro
(la geografía y la datación descartan eso), podría calzar bien dentro de la
tradición general de arte y poderío que terminó oficialmente con la
defunción de Coriantumr, la cual podría haberse continuado entre los
posteriores Mulekitas en forma de mitos, elementos artísticos, y otros
patrones culturales a lo largo del apogeo de Izapa y más allá.
Notas

1- Publicado como, V. Garth Norman, "Izapa Sculpture, Part 1: Album," Papers of the New
World Archaeological Foundation 30 (1973), e "Izapa Sculpture, Part 2: Text," Papers of the
New World Archaeological Foundation 30 (1976).

2 - La primera fuente general es Gareth W. Lowe, Thomas A. Lee Jr., and Eduardo Martínez
Espinosa, "Izapa: An Introduction to the Ruins and Monuments," Papers of the New World
Archaeological Foundation 31 (1982).

3 - Norman, "Izapa Sculpture, Part 2," 166.

4 - Jakeman, "Izapa Stela 5 and the Book of Mormon," Book of Mormon Institute, Div. of
Continuing Education, BYU, 1959 (1964 edition), 51.

5 - Irene M. Briggs, The Tree of Life Symbol: Its Significance in Ancient American Religion
(Master's thesis, Brigham Young University, 1950).

6 - Linda Schele and David A. Friedel, A Forest of Kings: The Untold Story of the Ancient Maya
(New York: Morrow, 1990), 115, fig. 3:14 (Cerros headband).

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