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John E. Clark
Traducción libre de Juan Javier Reta Némiga
Durante los últimos 46 años, se ha discutido si el monumento esculpido
en piedra conocido como la Estela 5 de Izapa, procedente del sureste de
México, pudiera ser una posible representación del sueño de Lehi
registrado en 1 Nefi 8. De hecho la Estela ha llegado a ser conocida en
algunos círculos Santos de los Últimos Días como la "piedra de Lehi". Mi
propósito es presentar aquí el último dibujo de este monumento, discutir
cómo se hizo este dibujo, y sugerir sus implicaciones con respecto a la
hipótesis Lehi. No quiero decir que este breve artículo sea la última
palabra al respecto. De hecho, evitaré hablar acerca de la mayor parte de
los detalles técnicos y sólo resaltaré las características más significativas
de la escena en la piedra para evaluar las implicaciones del reciente
estudio.
La intrigante idea de que un monumento tallado en piedra,
encontrado en una región de la selva tropical del sureste de México,
represente el sueño de Lehi, fue primeramente propuesta por M. Wells
Jakeman del Departamento de Arqueología de la BYU a principios de los
años cincuenta (véase el artículo sobre este tema hecho por Stewart
Brewer). Desde entonces la piedra ha sido objeto de intenso estudio por
numerosos académicos, siendo el más completo y persuasivo el
realizado por V. Garth Norman. El punto central del debate a través de
todos estos años es que cada uno de los estudiosos que han realizado
una observación seria sobre esta complicada escena, han propuesto una
interpretación diferente basada en un dibujo diferente. Hay muchas
razones para esta variedad, pero uno de los más significativos es que la
piedra está algo erosionada y los detalles esculpidos en ella son difíciles
de ver, incluso, con la mejor iluminación. Siguiendo la recomendación
tradicional de buscar mejorar las representaciones del monumento a fin
de obtener una interpretación más fidedigna, es que se ha completado el
dibujo más reciente, realizado por la New World Archaeological
Foundation (NWAF, por sus siglas en inglés) y en parte por FARMS; lo
cual implica la necesidad de dar una nueva explicación sobre lo que el
antiguo artista pretendió representar.
El grupo A de Izapa consiste de las Estructuras 55, 56, 57, y 58. Veinticinco piedras monumentales fueron colocadas cerca de estas
estructuras. Cinco Estelas, incluyendo la Estela 5 (segunda de izquierda a derecha y la Estela 25 (segunda de la derecha) fueron
dispuestas frente a la Estructura 56. El sitio entero incluye cinco grupos adicionales. Cortesía de NWAF
Izapa fue el centro religioso antiguo más importante del área del
Soconusco, en la franja costera del Pacífico del estado mexicano de
Chiapas. Las grandes estructuras piramidales fueron construidas
alrededor de plazas centrales comprendiendo cierto número de grupos
diseminados a través del sitio. Los monumentos tallados fueron
colocados en puntos cruciales de frente y alrededor de las pirámides.
Es particularmente notable la disposición de estos monumentos,
edificios, y plazas; dado que siguen un intrincado patrón de líneas en
perspectivas que señalan donde debían ser colocados. Esas líneas
fueron divisadas, digamos, a partir de un monumento, para, desde allí
cruzar otros dos monumentos,con el propósito de enfocar la atención en
un pico o una muesca en el horizonte donde el sol ascendía en el día del
equinoccio de otoño o algún otro notable acontecimiento celeste. Al
parecer los sacerdotes-proyectistas delineaban dichas perspectivas a
partir de un punto del tiempo antiguo cuando el sitio ceremonial fue
primeramente concebido, diciendo, en efecto, "en este lugar colocaremos
el centro de X estructura, que pretendemos que signifique tal o cual cosa,
y a partir de allí en conformidad con esta montaña erigiremos el
monumento Y, que significará otra cosa". Las especulaciones acerca de
los significados religiosos de la complicada disposición en Izapa han
incluido nociones acerca de la secuencia de las estaciones, los meses y
la estructura del calendario, ciertos mitos conservados entre los
posteriores habitantes de Mesoamerica, y rituales y creencias
concernientes al nacimiento, la muerte, y la vida después de la muerte.
Por supuesto que nadie sabe hoy por hoy con toda seguridad qué ideas
gobernaban las mentes de los constructores, pero esas ideas han de
haber sido poderosas y respetables.
Una gran oleada de creatividad caracterizó la vida en Izapa desde
cerca del 300 al 50 dC. Esto queda de manifiesto especialmente en un
estilo de arte único mostrado en los monumentos. Muchos o quizá todos
los que han sido descubiertos fueron esculpidos y quedaron erigidos en
ese periodo. 2 Durante ese breve periodo, el arte de Izapa influenció una
amplia región de las tierras altas del área Guatemala (notablemente la
gran ciudad cuya ruinas son ahora conocidas como Kaminaljuyu), la
Península de Yucatán , la región central de Chiapas, y lugares tan
lejanos como las montañas de los Tuxtlas en el sur de Veracruz (en la
costa del extremo sur del Golfo de México), así como también Oaxaca
(las ruinas de Dainzu), al noroeste de Izapa.
Este dios o humano que asume el rol del dios lleva las características de Ehecatl, el dios del viento de los postreros
aztecas. Al parecer la representación de él en Izapa documenta una forma ancestral del dios del viento. Entre los
aztecas, Ehecatl fue considerado una advocación de Quetzalcoatl.
Esta notable de imagen Ehecatl fue excavada cerca de la Estela 5 por arqueólogos de la BYU-NWAF. Data del segundo siglo antes
de Cristo y es considerada un tesoro arqueológico de México
Figuras como esta, representando a un hombre o a un dios viejo, son realmente comunes en el arte Mesoamericano.
Lo que se ve como un dedo apuntando es probablemente el fin de una soga que se ve rodea el asiento; La soga a
menudo significa acercamiento
En los 48 años desde que por primera vez Jakeman concluyó que
la Estela 5 representa el sueño de Lehi del árbol de la vida, mejores
avances han sucedido en el estudio del arte Mesoamericano. Cientos
más de monumentos han sido descubiertos y muchos de ellos han sido
analizados con mayor detalle de lo que hubiese posible en la década de
1950. No debería sorprender que estos posteriores estudios requirieran
cambios en su interpretación así como también las interpretaciones de
otros eruditos que han tratado el material. Su argumento dependió de
interpretar la Estela 5. Pero tuvo el serio obstáculo de la falta de una
buena representación pictórica de la escena en la piedra. Detalles
importantes fueron omitidos o mal dibujados en la interpretación que
Jakeman usó. Un dibujo pobre es equivalente de datos malos. No se
pueden obtener un análisis "correcto" usando datos malos.
Desafortunadamente, debido al pobre dibujo, Jakeman vio cosas en la
piedra que no estaban allí y perdió muchas otras características que si
estaban. En esto le acompañaron otros, pues lo mismo puede decirse de
cada interpretación de la Estela 5 hasta ahora.
Un par de peces tallados en jadeita y que formaban parte de un collar fueron excavados conjuntamente con la cabeza
en cerámica de Ehecatl mostrada más arriba. Cualquiera que sea su significado, obviamente está asociado con el dios
del viento. Note que este par de figuras esta justo delante de la figura Ehecatl en la Estela 5, posiblemente
representando imágenes de jadeita colgando de un collar.
1- Publicado como, V. Garth Norman, "Izapa Sculpture, Part 1: Album," Papers of the New
World Archaeological Foundation 30 (1973), e "Izapa Sculpture, Part 2: Text," Papers of the
New World Archaeological Foundation 30 (1976).
2 - La primera fuente general es Gareth W. Lowe, Thomas A. Lee Jr., and Eduardo Martínez
Espinosa, "Izapa: An Introduction to the Ruins and Monuments," Papers of the New World
Archaeological Foundation 31 (1982).
4 - Jakeman, "Izapa Stela 5 and the Book of Mormon," Book of Mormon Institute, Div. of
Continuing Education, BYU, 1959 (1964 edition), 51.
5 - Irene M. Briggs, The Tree of Life Symbol: Its Significance in Ancient American Religion
(Master's thesis, Brigham Young University, 1950).
6 - Linda Schele and David A. Friedel, A Forest of Kings: The Untold Story of the Ancient Maya
(New York: Morrow, 1990), 115, fig. 3:14 (Cerros headband).