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¿Puede un gorila controlar la Red?

Pablo Maza (*)

Esta pregunta no tiene nada que ver con las precauciones de un primate que
trata de evitar una caída en la pista del circo. Con lo que sí tiene que ver es
con la amenaza cierta de que en Venezuela se nos imponga desde el gobierno
un clima de terror contra proveedores y clientes de los servicios de internet.
Tenemos por acá cierto MiCo que en su desesperación intenta ahora una
peligrosa maroma, pero no peligrosa para él sino para los usuarios de esta
plataforma que ha potenciado mundialmente el acceso a la libertad de
expresión.

El anuncio de una Ley que restringe y penaliza en Venezuela a criterio del


estado el uso de servicios de internet nos coloca de un solo viaje al nivel de
Burma, Irán, Siria, Cuba, NorCorea y nada menos que de China con su
prisionero Premio Nóbel de la Paz Liu Xiaobo, por colocar o buscar allí
contenidos que estos gobiernos consideren ‘inadecuados’ o peligrosos. El
gobierno y no los tribunales... Esta es justamente la frontera entre un régimen
totalitario y uno democrático, la separación e independencia de los poderes, y
en Venezuela ya se sabe que todos bailan a un mismo son.

¿Es en realidad factible controlar en un país absolutamente todo el tráfico de


internet a merced de los caprichos de un gorila?

La respuesta es NO, y está ampliamente demostrado en el mundo porque


ninguno de los países que lo ha intentado ha podido lograrlo. Ni siquiera el
régimen más represivo, controlador y restrictivo de este tiempo como lo es
NorCorea (menos que un país, es una prisión gigantesca) ha podido impedir
filtraciones de acceso a internet que por las vías más sorprendentes
encuentran algunos ciudadanos. Obviamente, no se trata aquí de felicitar a
esos audaces por sus lánguidos intentos de resistencia, se trata de poner en
contexto la imposibilidad de meter en un corral a la manera militar, al más
escurridizo y ubicuo elemento comunicacional inventado por el ser humano
como lo es el tráfico IP (Internet Protocol).

Este código y su esquema de enlace fueron desarrollados poco después de la


WorldWarII precisamente para garantizar la continuidad de las conexiones en
circunstancias adversas, sobreviviendo cortes en los ramales de acceso de la
red, obstrucciones, retardos, apagones. De forma inteligente y automática, la
comunicación busca nuevas rutas para entregar los paquetes de datos hasta
su destino, a la velocidad de la luz. La masiva infraestructura de telecom
servers crece a velocidad geométrica e incontrolada, nadie tiene conocimiento
preciso de sus dimensiones y distribución geográfica porque muta
constantemente, la red se desarrolla viralmente de un extremo a otro del
planeta y no existe organismo, servicio de inteligencia o ejército alguno que
pueda limitar mínimamente su evolución, que se despliega por los
innumerables canales de fibra óptica diseminados por todo el globo,
subterráneos y submarinos; los bytes y tramas saltan por las inasibles señales
aéreas vía microondas, o se desplazan atravesando millones de enlaces
satelitales que se coordinan con enjambres de miríadas de parábolas en toda
la superficie terrestre, operando bajo administraciones compartidas que no
pueden ser violentadas aunque las partes quisieran porque pertenecen a
organismos multinacionales y supranacionales, a los cuales deben suscribirse
hasta las dictaduras más rancias del mundo si quieren tener acceso a la
comunicación interna y externa.

Venezuela entró temprano al ambiente digital, a diferencia de los países


mencionados arriba cuyo control a los servicios de telecomunicaciones es
férreamente restringido, y el uso no autorizado es severamente penalizado;
actualmente más de 20 millones de venezolanos tienen acceso a servicios de
internet, fundamentalmente por vía celular; aquí coexisten por lo menos treinta
ISP’s nacionales y otros tantos internacionales que por redundancia y
resiliencia transmiten sus streams por diversos canales (fibra, satélite,
microondas). Estos proveedores están protegidos por legislación internacional
que impide al gobierno obligarles a concentrar su tráfico privado en un NAP
(Network Access Point) controlado oficialmente. A menos que se les expropie,
pero esa es harina de otro costal.

Es el presente viajando a toda velocidad hacia el futuro, la globalización hizo


este proceso indetenible, todo se entrelaza: comercio, investigación científica y
académica, información genérica y especializada, intercambio social, y no hay
manera eficiente de discriminarlo. Para muestra un botón: el país que más
recursos llegó a invertir para vigilar el tráfico IP fueron los EE.UU. (sólo
superados hoy por China), bajo el argumento de evitar ataques a su territorio o
ciudadanos, y para controlar intentos de infiltración en sus redes militares o de
inteligencia; desde finales de los 90 se implementó por orden estatal en todos
los proveedores norteamericanos de internet (ISP’s por Internet Services
Providers) un complejísimo y costoso supersistema de vigilancia de las redes y
sistemas de correo electrónico. Veamos los resultados de este BigBrother: en
el 2001 terroristas islámicos destruyeron las Torres Gemelas y más
recientemente surgió Wikileaks desmintiendo la eficiencia de esos sistemas de
control oficial.

Si esto es así, si técnica y administrativamente es inviable meter en un puño el


acceso a internet ¿Por qué debería preocuparnos a los venezolanos una Ley
que pretende lo imposible?

La respuesta es clara: Porque este proyecto de ley es un intento inaceptable de


restringir Derechos Humanos (que el Viernes 10 de Diciembre cumplieron 62
años de su consagración internacional), entre los que destacan derechos
inalienables de libertad de expresión y de pensamiento, de disidencia política y
el derecho a denunciar irregularidades gubernamentales. Recordemos que los
derechos humanos no son simple retórica, son conceptos básicos de
convivencia que deben ser respetados para garantizar la libertad, igualdad y
fraternidad y cuyos garantes fundamentales son los estados, y es aquí donde la
Red se convierte en problema para el gorila. Es un contrasentido permitir el
libre tránsito de propuestas y puntos de vista, en un sistema que para sobrevivir
debe apagar toda disidencia, toda oposición, así sea de puras ideas. No hay
gorila que tolere esto!
La Red es además una poderosa herramienta de coordinación para los
opositores porque en tiempo real nos actualiza e informa con fotos, videos, voz,
gráficos y texto sobre lo que está sucediendo hasta en el más apartado rincón
de la geografía nacional, permitiendo organizar las movilizaciones, reforzar las
protestas, validar las denuncias. También propaga y contagia la esperanza y el
optimismo, impidiendo la desmoralización sobre la que se apoya el régimen
para desarticular la legítima resistencia democrática.

Aquí salta la liebre que siempre oculta en el sombrero la ‘gorilocracia del siglo
XXI’: ante la imposibilidad de bloquear el uso de los servicios de
telecomunicaciones, de lo que se trata en realidad con este torvo proyecto es
de perseguir, reprimir, incriminar, penalizar y sojuzgar a los que se atrevan a
contrariar los dictados de un régimen que en su ocaso todavía apuesta al terror
como arma para intimidar a los ciudadanos libres. El único objeto de esa ley es
coartar a los usuarios y a los prestadores de servicios de telecomunicaciones
para que decidan si deben comportarse honesta y valientemente como un
Zuloaga, o cobarde y crematísticamente como un Cisneros.

Este adefesio legal pretende que los ciudadanos se callen frente a los
desmanes del presidente y sus funcionarios, un tinglado que ya se cae más por
maldad e incapacidad que por desgaste; lo que en el fondo se busca es
silenciar los Pudreval, los maletinazos, los presos políticos y los desaparecidos
por los cuerpos de seguridad, el apartheid laboral y empresarial, las
confiscaciones y asaltos a la propiedad privada, la militarización de la vida civil,
la persecución política y los delitos electorales, la asquerosa corrupción y el
abandono de un pueblo rico en petróleo que se ahoga en la sangre de sus hijos
asesinados a diario y en las aguas de lluvia por no tener viviendas dignas y
seguras.

Estimados amigos: igual que con otras leyes espurias puede que esta sea
también aprobada por las focas, pero nuestro pueblo libertario no la acatará
porque es inconstitucional y contraria al espíritu de progreso y democracia de
los venezolanos (la de Educación aprobada a la cañona hace poco es buen
ejemplo). @chavezcandanga desnudó al presidente una vez más, cuando los
ciudadanos de buena fe descubrieron que era solo otro truco de charlatán
barato tratando de retrasar lo inevitable.

Para desmontar la estrategia de sumisión digital que pretende el régimen,


nuestra táctica debe ser a partir de ahora el uso intensivo y extensivo de
todos los servicios a que tengamos acceso por internet; debemos
volcarnos a las redes sociales, escribir, leer y reenviar correos, y todos
los mensajes de texto que podamos para ampliar cada vez más nuestras
listas y grupos.

En tu tiempo libre, haz sentir tu voz de protesta o de solidaridad en las


redes sociales, involúcrate en el intercambio de ideas, twittea full; si es
necesario utiliza seudónimos o varios servicios de correos para llenar de
contenido y propuestas (no de basura!) a internet, y así conseguir que
nuestra red sea cada vez más fuerte y resistente, porque con ella estamos
en Venezuela rodeando e inmovilizando a un gorila que desconoce que el
verdadero poder de la comunicación consiste en transmitir la verdad...

(*) Ingeniero de Sistemas especialista en Telecomunicaciones

-Ex-Analista Técnico CONATEL, Gcia. de Espectro.

-Líder de Proyecto en REACCIUN, Gcia. Operaciones.

-Especialista de Planificación Tecnológica de CANTV, Gcia. Operaciones de la Red.

-Coordinator de Planta Internacional (International Facilities) de CANTV, a cargo de tráfico internacional de IP, voz
y datos, servicios satelitales, fibra óptica y microondas. Gcia. Interconexión.

-Miembro del equipo técnico de licitación de la plataforma ABA de CANTV.

Miembro del taskforce ‘IP Global Services’ de la Union Internationale des Télécommunications – CANTV.

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