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Dominio Propio
INTRODUCCIÓN:

1. En Gálatas 5:22-23, encontramos que el Dominio propio se encuentra dentro de lo que


todos bien conocemos como el fruto del Espíritu Santo. Al estudiar “el fruto del
Espíritu”, estas nueve gracias con frecuencia se dividen en tres grupos…
a. Aquellos que atraen nuestro pensamiento a Dios:
1) Amor (porque el amor es de Dios)
2) Gozo (porque nos gozamos en el Señor)
3) Paz (por que de Dios viene la paz que sobrepasa todo entendimiento)
b. Aquellos que dirigen nuestra atención hacia nuestros hermanos.
1) Paciencia
2) Benignidad (Amabilidad)
3) Bondad
c. Aquellos que se refieren más a uno mismo.
1) Fe (fidelidad)
2) Mansedumbre (Humildad).
3) Templanza. (dominio propio).
Proverbios 25:28
Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.

2. El dominio propio es en mi opinión algo así como el motor de todo el fruto del Espíritu.
Casi me atrevo a afirmar que es la presencia del mismo Espíritu en nosotros.

a. Sin dominio propio el amor se vuelve una pasión desordenada.


b. El gozo en una fiesta inmoral.
c. La paz en una actitud indiferente ante la vida.
d. La paciencia en tolerancia alcahueta.
e. La benignidad en falta de disciplina.
f. La bondad en permisividad.
g. La fe en superstición y sincretismo. (Esclavismo).
h. La mansedumbre (humildad) en miseria y pobreza.

3. El dominio propio en nuestra vida, es semejante a la pericia que debe de tener un


conductor profesional de autos de carrera. Nuestra vida se mantiene en la pista o se
destroza contra los muros de contención con el más mínimo movimiento del volante.
Los resultados del dominio propio son confianza y un sentido interior de seguridad.

4. El dominio propio y la auto-disciplina son también factores clave para alcanzar el éxito
en cualquier actividad en esta vida. Es difícil alcanzar algo que tenga valor perdurable a
menos que lo alcancemos con disciplina y dominio propio.

1 Corintios 9:25
Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un
premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre.

5. Los atletas olímpicos entrenan durante años para tener la oportunidad de alcanzar un
breve momento de gloria. Pero la carrera en la que usted y yo estamos involucrados es
mucho más importante que cualquier competencia atlética. Así que el dominio propio
no es opcional para los cristianos.
2

¿Cómo obtenemos ese dominio propio? La Palabra de Dios es bien clara en este tema. Hay
que vivir en el Espíritu para dar el fruto del Espíritu. Pero vivir en el Espíritu a veces nos suena
como algo místico que tan solo algunas personas lo pueden alcanzar. Vivir en el Espíritu
tiene dos partes:

a. Las disciplinas espirituales.


1) Oración.
2) Adoración
3) Estudio de la Palabra.
b. Pero también existe un aspecto práctico para desarrollar domino propio.

Permítame sugerirle siete pasos para desarrollar el dominio propio al lado de las disciplinas
espirituales.

A. COMO DESARROLLAR DOMINIO PROPIO.

1. Admite tu responsabilidad.

El punto de partida para desarrollar dominio propio es enfrentar lo que Dios ya ha dicho
acerca de mí: Yo soy responsable de mi conducta.

Santiago 1:14
Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y
dominan. (BLS)

¿Te das cuenta lo que realmente dice este pasaje? Dice que tú haces ciertas cosas porque te
gusta. Cuando hago algo a pesar de que sé que es malo para mí, lo hago porque me gusta.
Quiero hacerlo. Es un deseo interno.

Si deseas tener dominio propio empieza por admitir que tienes un problema y sé específico al
respecto. Empieza a orar específicamente acerca de tus áreas problemáticas.

Gálatas 5:16
“Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa”.

Es mi responsabilidad vivir en el Espíritu. Es cierto que el pone en mi tanto el querer como el


hacer por su buena voluntad (Filipenses 2:13); pero aún así soy yo quien tiene que decidir
caminar el Espíritu. El versículo anterior (Filipenses 2:12), nos motiva a “ocuparnos en nuestra
salvación con temor y temblor).

2. Deja atrás el pasado.

Filipenses 3:13-14
“una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está
delante, sigo avanzando hacia la meta”.

Este versículo expone un falso concepto que impide que obtengas dominio propio: “una vez
fracasado, siempre fracasado”. Nuestro fracaso del pasado no significa que nunca vamos a
poder cambiar. Sin embargo, enfocarnos en los fracasos del pasado sí garantiza que los
vamos a repetir. Es como conducir un auto viendo por el espejo retrovisor. Vas a chocar con
lo que tienes por delante. Tienes que dejar a tras el pasado. Me parece que a veces nos
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mantenemos en e pasado porque justifica nuestras malas actitudes y hace que la gente
sienta lástima de nosotros.

3. Reacciona ante tus sentimientos.

No permites que tu estado de ánimo te manipule. Dios no quiere que seas controlado por tus
sentimientos. El quiere que tengas dominio sobre tus sentimientos. Con Cristo como Señor de
tu vida puedes aprender a señorear sobre tus sentimientos. Habla con tus emociones,
desafíalas; diles: “no me dejaré dominar”.

Tito 2:11-12
En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación
y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este
mundo con justicia, piedad y dominio propio,

La gracia de Dios nos da el poder para hacer lo que es correcto. Dios te da la capacidad para
decir NO a ese sentimiento, ese deseo, ese impulso.

4. Debes creer que puedes cambiar.

Santiago dice que “quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a
otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor” (Stg 1:6-7).

El fruto del Espíritu empieza en tus pensamientos. La semilla debe de ser plantada en tu
mente. ¿Acaso que Romanos 12:2 nos dice que vamos a ser transformados si nos
esforzamos mucho, o tan solo por fuerza de voluntad? No. ¿Por qué vamos a ser
transformados? Por la renovación de nuestra mente. Cuando tu dominio propio está siendo
probado, necesitas llenar tu mente con las promesas de Dios.

1 Corintios 10:13
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la
tentación la salida, para que podáis soportar. (RV)

Es un hecho. Si eres cristiano nunca vas a poder decir: “esa tentación era demasiado
poderosa para mi, no la pude evitar”. La Biblia dice que Dios es fiel. Si eres cristiano, no te va
a dejar ser tentado más de lo que vas a poder resistir. El nunca pone más sobre ti de lo que
ha puesto dentro de ti para soportar.

5. Dale cuentas a alguien.

Encuentra a alguien que te esté chequeando, que ore contigo, y que te ayude a desarrollar
dominio propio en las áreas en las que lo necesitas. Para desarrollar dominio propio necesitas
del apoyo de tus hermanos.
Eclesiastés 4:12
Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos
no se rompe fácilmente!

Tener comunión los unos con los otros es vivir en el Espíritu.


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1 Juan 1:7
Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.

Mi hermano, si tomas en serio el dominio propio, encuentra a alguien en la iglesia y dile:


“Tengo este problema. Lo he confesado a Dios. He pedido perdón, y ahora quiero pedirte que
me ayudes. ¿Quieres ser mi amigo? ¿Puedo llamarte cuando necesite ayuda y ánimo? Creo
que Dios realmente desea una comunidad de amigos donde podamos apoyarnos los unos a
los otros en el Señor. Es difícil tener que dar cuentas, pero funciona.

6. Evita la tentación.

Es simple sentido común. No te expongas a situaciones donde vas a enfrentar tentación. Si


luchas con el alcohol, no te metas en un bar. Si estas teniendo problemas para bajar de peso,
no llenes el refrigerador con helados. Has lo que tengas que hacer para evitar la tentación.

El apóstol Pablo le recuerda a Timoteo de los peligros de ser tentado por las riquezas y le
dice: “Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos”.
Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso. Los que quieren enriquecerse
caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y
dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz
de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado
muchísimos sinsabores”. Y en….

1 Timoteo 6:11
Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad,
la fe, el amor, la constancia y la humildad.

Más adelante en esta misma epístola, Pablo le hace ver a Timoteo que muchos tuercen la
Palabra y se han desviado de la verdad llevando una vida que no agrada al Señor. El concejo
de Pablo es…

2 Timoteo 2:22
Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la
paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio.

7. Depende del poder de Cristo.

Nunca podrás hacer las cosas mejor, que cuando las haces con Cristo. Cualquier lucha que
tengas que enfrentar será más fácil de vencer con su ayuda.

La Escritura nos recuerda que “el reino de Dios no es cuestión de palabras sino de
poder”. (1 Cor. 4:20)

Y que ese poder se encuentra tan solo en Cristo Jesús. El fue el que dijo “todo poder me es
dado en el cielo y en la tierra”. Por eso debemos de hacer nuestra la oración que Pablo no
dejaba de orar por los hermanos de Colosas…

Colosenses 1:9-11
“para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en
toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios
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y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en
toda situación”,

No cometas el error de pensar que tienes que arreglar todos tus problemas antes de venir a El
para que te ayude. Eso es lo peor que puedes hacer. Es como tratar de curarte de alguna
enfermedad antes de ir a ver al médico. Ve a Dios primero y busca su ayuda en todas tus
luchas.

El secreto del dominio propio, es el dominio de Cristo. Entonces, a medida que enfrentas las
tentaciones que son demasiado fuertes para resistir, recuerda que El está contigo y dáselas a
El. Recuerda, Cristo te da el poder para cambiar tu vida.

1. Admite tu responsabilidad.
2. Deja atrás el pasado
3. Reacciona ante tus sentimientos.
4. Debes creer que puedes cambiar.
5. Dale cuentas a alguien.
6. Evita la tentación.
7. Depende del poder de Cristo.

B. La Soberanía de Dios
C. Rev. William O. Einwechter

D. A pesar de que muchos cristianos hoy día recuerdan acerca de la soberanía de Dios (algunos lo
recuerdan a regañadientes), algunos tienen un dominio sólido del significado del mismo. Esto no
es sorprendente, dado el estado lamentable del conocimiento teológico en la Iglesia, lo cual, es
debido a la ausencia del estudio teológico y de reflexión. Algunos sermones o escritos están
dirigidos al amor de Dios, la inmanencia de Dios, etc. Mientras que la soberanía de Dios es
gravemente rechazada. Todavía, cuán inestable y perjudicial es eso, considerando que el tema de
la soberanía de Dios es una de las doctrinas más prominentes de las Escrituras, y una de las más
importantes para entender la naturaleza de Dios con relación a Su Creación.
E.
F. Definición de Soberanía

G. La palabra “soberanía” es usada como un adjetivo y sustantivo. Como adjetivo, describe a una
misma persona o cosa que está por encima o superior a todo, haciéndolo superior en rango,
poder y autoridad. Como sustantivo, se refiere a una persona o grupo que posee la suprema
autoridad para gobernar a otros, de ahí, un monarca, rey o gobernante. Consecuentemente, la
idea transmitida por el sustantivo “soberanía” es el status o calidad de ser un soberano, uno que
tiene gobierno y dominio sobre otros debido a su posición de tener suprema autoridad. Las
palabras “soberano” o “soberanía” no aparece en la Versión Autorizada (KJV) pero sí en
términos sinónimos. Palabras como “autoridad”, “poder”, “dominio” y “gobierno”. Se traduce de
los términos griegos y hebreos que expresa la noción de soberanía. Por ejemplo, la raíz hebrea
mlk expresa la idea de “reinar como rey” (como un soberano), y los conceptos relacionados de
dominio, gobierno, reino y reinado. Otra raíz hebrea mshl, conlleva el sentido de gobierno,
señorío y dominio. En el Nuevo Testamento la palabra griega exousia se refiere a la autoridad,
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poder y jurisdicción con relación al gobierno de otros, así como el poder de hacer lo que uno
desea y la habilidad y fuerza para cumplir los planes y propósitos. La idea de soberanía es
encontrada en este y otros términos bíblicos, y eso penetra las Escrituras.

H. El Significado de la Soberanía de Dios


I.
Cuando los cristianos hablan de la soberanía de Dios, ellos quieren decir Su derecho absoluto
del dominio sobre toda la Creación, que es el Monarca Supremo del cielo y la tierra porque,
como Dios Todopoderoso y Creador, Él es infinitamente exaltado en rango, poder y autoridad
sobre todo. La Soberanía habla del Reinado divino donde Dios ejerce su poder ilimitado para
gobernar sobre sus criaturas de la manera como Él ve que se ajusta a los fines que sólo Él puede
determinar. A.W. Pink expresa el significado de soberanía divina en esos términos magníficos:
“La Soberanía de Dios! ¿Qué queremos decir por esa expresión? Queremos decir que la
soberanía de Dios, el reinado de Dios, la divinidad de Dios.

Decir que Dios es soberano es declarar que Él es el Más Alto, haciendo de acuerdo a Su
voluntad en el Ejército de los cielos y entre los habitantes de la tierra, así que nadie puede
detener Su mano (Dan. 4:35)

Decir que Dios es soberano, es declarar que Él es el Todopoderoso, el Poseedor de todo poder
en el cielo y la tierra, así que nadie puede rechazar Sus consejos, desbaratar Sus propósitos, o
resistir Su voluntad (Sal. 113:13).

Decir que Dios es soberano, es declarar que Él es el Gobernante sobre las naciones” (Sal.
22:28) levantando reinos, derribando imperios, determinando el curso de las dinastías tal como le
place.

Decir que Dios es soberano, es declarar que El es el Unico Potentado, el Rey de reyes y Señor
de señores (1 Tim. 6:15). Así es el Dios de la Biblia” 1

La soberanía de Dios en la Escritura es absoluta, irresistible e infinita. Cuando decimos que


Dios es soberano, afirmamos Su derecho de gobernar el universo, que Él ha hecho para Su
gloria, tal como le place. Afirmamos que Su derecho es el derecho del Alfarero sobre el barro,
que Él puede formar ese barro en lo que Él quiere... Afirmamos que El no está bajo ningún
gobierno o ley fuera de Su propia voluntad y naturaleza, Dios se gobierna a sí mismo, y no está
en obligación de dar cuentas a nadie 2 La soberanía de Dios, sencillamente dicho, es el derecho
de actuar de acuerdo a Su voluntad, Su poder de llevar a cabo Su voluntad, y Su autoridad para
gobernar Su Creación como Su voluntad lo determina.

J. El Fundamento de la Soberanía de Dios


K.
El fundamento para la doctrina de la soberanía de Dios es teológico y textual. Primero, la
soberanía de Dios está relacionada con sus atributos. La Escritura enseña que Dios es
independiente (autosuficiente y auto-contenido), significando que Él es la base de su propio ser,
no necesita que alguien lo haga, lo mantenga, lo complete o lo ayude. Él es independiente,
considerando Su voluntad y poder ejerciéndolos sin ayuda ni guía de nadie. En eso Dios está
completamente separado de todas sus criaturas porque ellas son básicamente dependientes de Él
en todas las cosas. El contraste entre Dios, el autosuficiente, y Sus criaturas, todos dependientes,
lo establece como el Altísimo Señor y Gobernador Supremo. No puede haber criterio arriba o
abajo de Dios que pueda definirlo o determinarlo, no hay poder que pueda controlarlo o
limitarlo, no hay corte que pueda juzgarlo, no hay ley fuera de Su santa naturaleza que pueda
dirigirle u obligarlo. Dios es también infinito en su ser, infinito en poder, sabiduría, sensatez y
santidad. Estas perfecciones de Su naturaleza establecen su derecho a la supremacía en Su
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gobierno sobre
todo lo finito. Como lo explica Charnock: “Dios por lo tanto siendo un océano incomprensible
de toda perfección y poseyendo infinitamente todas aquellas virtudes que pueden reclamar el
dominio; tiene el primer fundamento del dominio en su propia
naturaleza” 3

Segundo, la soberanía de Dios es manifiesta en la doctrina del decreto divino. La palabra


decreto expresa la enseñanza bíblica que Dios ha determinado por el consejo de su propia
voluntad un plan que rodea toda Su creación, animado e inanimado. De acuerdo a la Escritura, el
derecho de Dios, gobierna todas las cosas y es único, eterno, incomparable, incondicional,
prudente, completo. Sólo uno poseyendo una total soberanía podría ordenar y pasar todo
acontecimiento, criaturas, destinos, etc. Pero no habría un decreto divino como ese si hubiera
voluntades, derechos, poderes y dominios competitivos en la tierra y en el cielo. Si el Dios
todopoderoso y Su voluntad no fuera única, entonces no sería Todopoderoso, y en ese caso ni
sería Dios (tal vez un dios, pero no Dios).

Tercero, las obras de Dios determinan Su soberanía. Dios lleva Su decreto por las obras de la
creación y la providencia. Por creación Dios establece Su propiedad de todas las cosas y Su
derecho de gobernar sobre todas las cosas, Su dominio sobre todo “la Soberanía de Dios
naturalmente se ha levantado en la relación de todas las cosas a Él mismo, como su Creador
total, y su dependencia natural e inseparable en Él, considerando Su existencia” 4

La doctrina de la providencia enseña que Dios está ejerciendo Su autoridad y poder en la


creación en forma activa, y eso asegura que el Plan de Dios ocurrirá en el tiempo y en la historia.
La providencia divina se vincula con la preservación de la creación y el gobierno de la creación.
No sólo son todos dependientes de Dios por su existencia, también son dependientes de Dios por
su continua existencia. Además, la Escritura dice que Dios es el Rey de toda la tierra,
gobernando en todos los asuntos de los hombres, así que Su Consejo pasará. Puesto que El es el
Creador, Rey de reyes y Señor de señores, la Potestad suprema en el cielo y la tierra, todos
tendrán que arrodillarse ante Su autoridad.

Los pasajes de la Escritura que enseña la doctrina de la Soberanía de Dios son numerosos para
mencionar. Que esta compilación sea suficiente para entender el testimonio Bíblico de esa gran
verdad:

Voluntad Soberana: ... quien hizo todas las obras después del consejo de su propia voluntad
(Ef. 1:11; Sal. 33:10-11; 115:3; Isa. 14:24-27; 46:10-11: 55:11; Dan..
4:35; Rom. 9:11-19; 11:33-36; Ef 1:4-5; 3:10-11; 2 Tim. 1:9; Heb. 6:17).

Poder Soberano: Mira, Yo soy el Señor, el Dios de toda la carne, hay algo imposible para mí?
(Jer. 32:27; 32:17-19; 27:5; Gen. 17:1; Job 40:1, 42:2; Sal. 89:8-13; 135:6; Isa. 40:12-26; Luc.
1:37; Rom. 1:20; 9:19; Apoc. 1:8; 4:8)

Autoridad Soberana: Pues el Altísimo Señor es terrible; Él es el gran rey de toda la tierra (Sal.
47:2, 7-8; 2:4-11; 93:1-2; 103:18; Dan. 4:25-26, 34:35, 37; 7:13-14; Rom. 9:20-21; 13:1; Ef.
1:20-21; Mt. 28:19; 1 Tim. 6:15; Apoc. 1:6; 17:14)

L. La Aplicación de la Soberanía de Dios


M.
La doctrina de la soberanía de Dios aplica a toda criatura y toda área de la vida porque su
doctrina revela la relación de Dios con toda la Creación: Su voluntad lo determina, Su poder lo
crea y lo mantiene, y Su autoridad lo gobierna. Todo lo que Dios
hace está en el contexto de su única y completa soberanía. Las siguientes aplicaciones son
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representativas.

Primero: La Soberanía de Dios dirige todas sus obras. Las obras de la creación, providencia y
redención son hechas sin el consentimiento del consejo o voluntad de alguna de sus criaturas. El
universo existe solamente porque Dios lo quiso así. La historia del mundo ha ocurrido y
continuará revelando en conformidad con el Plan de Dios que para Él está presente en todos lo
eventos y acciones de todas sus criaturas. La obra de la redención es basada solamente en la
voluntad y poder de Dios. Él solo determinará el plan de salvación, El solo lo hizo en Cristo, y
El solo determinará a quién podría ser aplicado y en qué circunstancias. Dios no consultó a los
hombres en ese caso, ni siquiera Él delegó ningún aspecto de su soberanía a los hombres por el
cumplimiento de redención. El efecto de la salvación del hombre demuestra el poder soberano,
sabiduría, amor, misericordia y la gracia de Dios.

Segundo: la soberanía de Dios significa que Su ley revelada es el fundamento de la ética de


todos los hombres en todas las áreas. La ley moral de Dios está basada en Su propia naturaleza
perfecta y es la ley obligatoria para quienes son hechos según Su imagen y Su propia Gloria.
Como ley es la voluntad de un soberano en sus asuntos, así que la ley bíblica es la voluntad del
Soberano del cielo y la tierra. Y dado que la Soberanía de Dios es comprensible (el Gobierno
sobre todo) así que Su ley es también comprensible en su facultad, gobernando todas las áreas,
acciones y asociaciones.

Tercero: La soberanía de Dios radica que toda autoridad humana es derivada. Los hombres
sólo pueden tener una medida de autoridad para gobernar sobre otros, si primeramente Dios se lo
entrega. ¡No hay exousia (autoridad, poder) fuera de Dios! La delegación de autoridad a los
hombres no implica la entrega del mínimo elemento de la soberanía divina. La delegación de la
autoridad es para que el hombre sirva como ministro de la autoridad de Dios, para su Gloria y su
Reino. Así que los que gobiernan sobre el hombre en alguna área (familia, iglesia o estado) están
bajo la ley de Dios y responsables ante Él en el uso de su autoridad. Otros hombres no están
atados a obedecer órdenes ilegítimas, (órdenes que Dios prohíbe o prohíbe lo que Dios ordena)
de los subalternos de Dios, puesto que son culpables de desobedecer al supremo Soberano.

N. Conclusión
O.
La doctrina de la soberanía de Dios revela la gloria, poder y dominio de Dios y es la razón por
la que todas sus criaturas se arrodillan ente Él en humilde adoración y caminan delante de Él en
completa sumisión. R.J. Rushdoony explica hermosamente la implicación práctica de la
Soberanía de Dios: ¿Qué es lo que significa entonces creer como cristiano En la soberanía,
gobierno y providencia? Significa que Mi vida y existencia están bajo la soberanía y Gobierno
de la Sabia y Santísima Trinidad, Su orden, preservación y gobierno de todas las cosas Es para
Su propio propósito y Gloria, y mi única Felicidad y propósito está de acuerdo a esa soberanía,
Gobierno providencial y reposa en su suficiencia. Significa que en cada área de la vida, Debo de
reconocer y establecer el gobierno, Ley, y autoridad únicamente en términos de Su palabra y en
fidelidad a Su reinado. Significa que, en cada área de la vida y pensamiento, Debo afirmar los
derechos de la corona de Cristo el Rey y Entregar todas cosas bajo Su Sujeción. 5
P. ___________________________________________

Dominio Propio

El dominio propio es urgido sobre nosotros por la Palabra de Dios, y por obvias y buenas razones. A través de muchos años
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de trabajo con las personas en varias situaciones, he observado lo que puede hacer la falta de dominio propio. Ciertamente
pocas pueden ser las faltas de un hombre que puedan causar mas dificultades que una falta de dominio propio. El dominio
propio no debe ser confundido con la auto-estima, sacrificio propio, autodeterminación, o autodefensa. Tampoco el dominio
propio sugiere siempre independencia. A través de un estudio de la Palabra de Dios podemos llegar a entender lo que el
dominio propio debe ser para un cristiano, y aconsejable para todos. Entonces ¿qué enseña la Palabra de Dios sobre este
tema?

Definiciones

La palabra “dominio propio” viene de una palabra griega (Kratos) significando “fuerza”. Dios ha dado al hombre varios
poderes y estos pueden ser abusados fácilmente. El uso correcto depende, hasta cierto grado, del dominio propio. En el
discurso de Pablo con Felix (Hch. 24:25), el “dominio propio” sigue a la “justicia”. En este caso, pareciera que la palabra
“justicia” representa el reclamo de Dios sobre el hombre, y el “dominio propio” sería la respuesta del hombre al reclamo de
Dios. En 2 Ped. 1:6 sigue al “conocimiento” sugiriendo que eso que es aprendido debe ser puesto en práctica. Aquí, debería
ser notado que el “dominio propio” es una de las nueve cosas de las que es dicho, “... el que no tiene estas cosas tiene la
vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados” (2 Ped. 1:9). Pablo da el “dominio
propio” como uno de los frutos del Espíritu en Gál. 5:23, sugiriéndome que uno que siga las instrucciones del Espíritu estará
practicando el dominio propio. Es usado como un adjetivo con referencia a ciertos individuos: los ancianos (“dueño de sí
mismo” – Tit. 1:8), las personas mayores (“... sanos ... en la paciencia” – Tit. 2:2), de las ancianas (“sobrias” – 1 Tim. 3:11). En
1 Cor. 9:25, es usado como un verbo, con referencia al atleta con la idea en mente de ganar el premio. En este pasaje Pablo
afirma que él ejerce el “dominio propio” para ganar la corona “incorruptible”. Estas referencias son lo bastante claras para
establecer el hecho de que el “dominio propio” es requerido por Dios, para todos los que fielmente le servirán. Hay tres áreas
básicas en las que el dominio propio juega un papel importante: los pensamientos, las palabras, las acciones. Y, en cada
caso puede ser visto que el control es ambos, positivo y negativo.

Aspectos de la Vida Afectados por el “Dominio Propio”

El control de nuestros pensamientos puede ser visto que es ambos, positivo y negativo; hay algunas cosas en las que no
debemos pensar y algunas cosas en las que debemos pensar. El amor “no guarda rencor” [“no toma en cuenta el mal
recibido” – LBLA] (1 Cor. 13:5), establece bien el aspecto negativo. En Fil. 4:8, tenemos declarado plenamente lo positivo,
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que
es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. La mayoría reconocerá que
exactamente aquí es donde comienza mucha de la dificultad; los pensamientos desviándose de estos principios divinos. Por
supuesto, Jesús enseñó esta misma verdad en Mr. 7:20-23.

Como es en el caso de nuestros pensamientos, así es con nuestras palabras. Hay cosas que deberíamos decir y cosas
que no deberíamos decir. El Salmista dijo, “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh
Jehová, roca mía, y redentor mío” (Sal. 19:14). “6Los labios del necio traen contienda; y su boca los azotes llama. 7La boca
del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma”. Estas declaraciones de sabiduría están Pr. 18:6-7
— [“Con sus labios, el necio se mete en líos; con sus palabras se busca buenos azotes. Las palabras del necio son su propia
ruina; con sus labios se echa la soga al cuello” – DHH], y son un paralelo excelente con Santiago 3, ese excelente comentario
del Nuevo Testamento sobre el uso correcto de la lengua. La seriedad sobre el control apropiado de la lengua está bien
expresada en Santiago 1:26, “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón,
la religión del tal es vana”. En el cristianismo, cada hombre debe hablar conforme a las palabras de Dios (1 Ped. 4:11). No
obstante, le fue dejado a Pablo el meter el principio culminante de todo nuestro hablar: “Sea vuestra palabra siempre con
gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Col. 4:6).

El control de nuestras acciones no es menos importante. Si el lector notara tales pasajes como Rom. 12:2; 14:13; o 1 Tes.
5:22, notará fácilmente el aspecto negativo. 1 Tes. 5:21; Efe. 4:1-3; y Fil. 1:27 fácilmente exponen los aspectos positivos.
Todo cristiano reconoce que hay algunas cosas que no deberíamos hacer y algunas cosas que debemos hacer.

Aplicaciones

Habiendo notado brevemente algunas cosas concernientes al dominio propio con referencia a nuestros pensamientos,
palabras y acciones, estamos listos para declarar más precisamente la aplicación del significado del dominio propio. Dominio
propio no es meramente reprimirse (o refrenarse) de pensar cosas incorrectas, sino el pensar en las cosas correctas; no es
meramente refrenarse de hacer lo malo, sino el hacer lo bueno. Entonces, ¿quién tiene dominio propio acorde a la Biblia? No
es un rasgo imposible, porque somos mandados a poseerlo. Donde quiera y en cualquier circunstancia un cristiano puede
hallarse a sí mismo que está bajo la obligación de practicar el dominio propio.

Acorde a Rom. 6:16, hay dos poderes a quienes podemos someternos para servirles. El fracaso en obedecer al Señor es
colocarse uno mismo bajo el control de Satanás. Por otro lado, obedecer al Señor es practicar el dominio propio enseñado en
Su Palabra. Es por eso que fue declarado casi al principio que el dominio propio no siempre sugería independencia. El
dominio propio para salvar el alma es sumisión a la Palabra de Dios. Necesitamos creer esa Palabra tan fuertemente que
cuando nos encontremos en algo parecido a la situación de José en Egipto cuando vio a sus hermanos por primera vez en
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muchos años, “no podía ya ... contenerse ...” (Gén. 45:1). Cuando es realmente así, nos embarcaremos voluntariamente
en esa tarea sin fin de mantener ese dominio propio enseñado por el Todopoderoso

Título: La importancia del dominio propio en el cristiano


Base Bíblica: 2 Pedro 1:3-9.
Introducción:
La compulsión a comprar artículos innecesarios, los raptos de ira que llevan a reaccionar ante lo que el cerebro
interpreta como "provocación" o los temores fruto de dimensionar pequeños incidentes hasta otorgarles una
importancia que no tienen, constituyen algunas de las manifestaciones entre quienes no han desarrollado el
dominio propio. ¿Cómo se logra? Permitiendo que Dios obre en nuestro ser.
I. El crecimiento cristiano es un proceso ascendente.
1.- No estamos llamados al estancamiento espiritual.
2.- No estamos llamados al retroceso espiritual.
3.- La palabra de Dios encierra frases claves:
"...Dios nos ha concedido..."
"...todo lo que necesitamos para la vida..."
4.- ¿Qué nos enseña?
a.- Que podemos tener parte en la naturaleza de Dios (v. 4).
b.- Que podemos y debemos escapar de los malos deseos (v. 4).
II.- Crecer en la vida cristiana implica esforzarse (v. 5).
1.- Quien asume una actitud pasiva, se estanca.
2.- La Palabra de Dios nos enseña ocho virtudes:
a.- Fe
b.- Buena conducta.
c.- Entendimiento.
d.- Dominio propio.
e.- Paciencia.
f.- Devoción.
g.- Afecto fraternal.
h.- Amor.
III.- Quien sirve a Dios debe observar dominio propio (Tito 1:6-9).
1.- Características de quien tiene dominio propio en un ministro de Dios:
a.- Vida irreprensible (vv.6, 7 b).
b.- No terco (v. 7).
c.- No debe ser de mal genio (v.7).
d.- No debe ser pendenciero (v. 7).
e.- No debe ser ambicioso (v. 7).
2.- Lo que sí debe ser un ministro de Dios:
a.- Hospedador (v. 8).
b.- Hombre de bien (v. 8).
c.- De buen juicio (v. 8).
11
d.- Justo (v. 8).
e.- Santo (v. 8).
IV.- ¿Para qué sirve el dominio propio?
1.- Para tener dominio sobre el pecado – Salmo 119:11; 1 Juan 2:1.
2.- Para tener dominio sobre lo que pensamos – Filipenses 4.8
3.- Para tener dominio sobre las emociones – Efesios 4:31.
4.- Para tener dominio sobre lo que decimos – Colosenses 4:6.
5.- para tener dominio sobre la maldad que nos asedia – 1 Tesalonicenses 5:22.
Conclusión:
Un ministerio de muchos años se puede echar a perder por una mala reacción, por un comentario inapropiado,
por dejarnos vencer de la maldad. Esa es la razón por la que debemos observar dominio propio como cristiana.
No alcanzamos tal dominio en nuestras fuerzas sino en las fuerzas que provienen del Señor Jesucristo.

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EL DOMINIO
12
E s toda una palabra, sin dudas. Dominar ha sido, es y será, supongo, el cenit al que
cualquier hombre sin Dios aspira. Primero, porque no tiene otra cosa por la cual vivir, y segundo
porque está en su naturaleza anhelarlo.

Sin embargo, hay otro dominio. Un dominio que podríamos llamar “bíblico”. Un dominio
que tiene que ver con el pueblo de Dios, con lo que sabemos que es la iglesia, con el remanente
santo, con los herederos genuinos del Reino.

(Salmo 24: 1)= De Jehová es la tierra y su plenitud; (La tierra le pertenece a Dios) el
mundo, y los que en él habitan; (El mundo también le pertenece a Dios. Significa que debe haber
una diferencia entre tierra y mundo. Porque Dios es inteligente y jamás se repite porque sí).

(2) Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos.

(3) ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quien estará en su lugar santo?

(4) El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas ni
jurado con engaño.

(5) Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación.

(6) Tal es la generación de los que le buscan, (Note que los que suben al monte son
aquellos que le buscan), de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.

(7) Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el
rey de gloria. (8) ¿Quién es este rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente. Jehová el poderoso en
batalla.

(9) Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el
rey de gloria. (¿Con quien estará hablando él? ¿Estará hablando con portones en el cielo, arriba de
una nube? Tranquilícese; hoy va a aprender algo.)

(10) ¿Quién es este rey de gloria? Jehová de los ejércitos, él es el rey de gloria.

Muchos creen que Satanás tiene el dominio de la tierra y que, si los creyentes por allí
recibimos algo, es por cierta gracia de Dios y no por derecho. De acuerdo con lo leído y oído, esto
dice otra cosa.

El creyente siempre ha caminado sobre la tierra como si estuviera pidiendo permiso vaya
uno a saber a quien. Nos cohibimos y no son pocos los que directamente se consideran ciudadanos
de segunda clase. Tampoco es eso lo que se lee aquí. Pero…¿Alguien lee?

Lo que tendremos que entender, primeramente, es quien tiene el derecho. Porque


entendiendo quien tiene el derecho, el comportamiento completo termina y cambia. Si
verdaderamente entendiéramos quien tiene la autoridad en la tierra y no quien suponemos
nosotros que la tiene, no permitiríamos que sucedieran ciertas cosas en ella y tendríamos
conciencia de una vez por todas, que somos mayordomos de la tierra, no invitados de piedra.

Dice la palabra: Resistid al diablo, y él huirá de vosotros. Pero entienda, por favor, que es
imposible resistir al diablo si no estamos donde él está. Si a usted le hacen un juicio y usted tiene
razón, usted puede repetir todos los días y a cada momento: “No tienes razón”, “No tienes razón,
pero si no va a los Tribunales, pierde el juicio.

Satanás tiene una estrategia: sembrar semillas de maldad. Televisión, radio, escuela,
Internet, política, dinero, sistema judicial. Si no vamos y lo peleamos allí, él seguirá llevándose
generación tras generación.
13
Si no salimos antes al cruce de sus maquinaciones, cuando queremos resistirlo, ya es
ley y perdimos. ¡Es una revelación tan sencilla y tan profunda a la vez! ¿Cómo vamos a resistir al
diablo desde nuestras casas o desde nuestros templos?

Cantamos, alabamos, oramos, tenemos cultos gloriosos, pero a él le importa poco todo
eso. Ahora: salga afuera y opóngase a lo que él está haciendo y va a ver la batalla que se le viene
encima.

(Eclesiastés 8: 11)= Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el
corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal.

Lo que le está diciendo esto, es que si no se lo detiene, lo malo crece. Si no se ejecuta


sentencia, lo malo sigue creciendo. Es decir que, si vamos a resistir al diablo, vamos a tener que
ejecutar sentencia.

Y la única manera que usted puede derrumbar algo que está dominando, es levantando
algo mejor. Ahora, mire adonde está la iglesia. El planeta le corresponde a Dios y los malos siguen
siendo malos porque no se ejecuta sentencia.

Hay una batalla. Y el mundo y alguna parte de la iglesia quieren saber quien manda.
¿Será Dios o será Satanás? La voz del reino satánico utiliza la soberbia humana para corromper. Se
pelean para producir un mundo perfecto en ausencia de Dios.

Eso es liberalismo y humanismo. Ejecutar sentencia. La palabra EJECUTAR significa


preparar, construir, consumar, hacer, crear o elaborar. SENTENCIA, mientras, significa: decretar
conclusión judicial. La iglesia ha caminado todo este tiempo detrás de sus doctrinas, que habrán
sido buenas, pero también han sido poco maduras. Es tiempo que se levanten hombres de Dios y
encaren la realidad.

Y la realidad dice que nuestras doctrinas no han arrojado buenos frutos. ¡¡Pero es que
usted no sabe cuantos se convirtieron este fin de semana!! Basta. Por años hemos llamado frutos a
los convertidos, como si fuera obra nuestra. Fruto es que la iglesia tenga el carácter de Cristo y lo
manifieste.

¿Se ven frutos? En nuestra ignorancia cívica, creemos que los políticos son los que tienen
la responsabilidad de la restauración y nos dejamos llevar por lo que ellos dicen y a veces creemos
que es verdad. ¿Cuántos saben que en todos estos años ninguno de nuestros gobiernos ha
conseguido restaurar nada?

(Proverbios 14: 34)= La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las
naciones. (Note que la justicia hace grande a la nación. La justicia de la cual habla, es Cristo Jesús.
La justicia del Señor.)

(Proverbios 29: 2)= Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina
el impío, el pueblo gime.

Esto quiere decir, en principio, que los dos tienen oportunidad de dominar, tanto el impío
como el justo. Sin embargo, nosotros hemos preferido dejarle ciertas cosas al impío y batallar
desde abajo. Nos hemos cohibido y retraído de la sociedad.

Nos hemos pasado años y años ministrándonos unos a otros cada domingo. Si no
podemos caminar nosotros, ¿Cómo se supone que vamos a ayudar a otros? Si necesitamos que nos
ministren cada domingo, ¿Cómo se entiende que vayamos a ser luz del mundo y sal de la tierra?

Necesitamos ser desafiados. Necesitamos un éxito natural. ¿Será necesario que una
persecución secular nos cierre los templos para salir a la calle y vencer definitivamente? Mire esta
parábola:

(Lucas 19: 9)= Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de
Abraham.
14
(10) Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Note que no está usando un pronombre personal. Dice Lo Que se había perdido, no Al
Que se había perdido. En este verso hay algo que debemos encontrar. Porque si él vino a buscar
algo que se perdió y nosotros lo encontramos, podemos desenterrarlo y cumplir la misión.

Cristo no sólo vino a restaurar al hombre con Dios. Nacer de nuevo es la base. Si no se
nace de nuevo, no se tiene esa autoridad. Si no se entra al Reino de Dios, no se tiene ningún
privilegio. Si no se tiene la vida en Cristo, sólo se está existiendo.

A partir de esto, usted puede recibir la esfera de victoria o liberación que usted quiera
recibir. Hay muchos que han nacido de nuevo y se han quedado conformes con eso sin buscar todo
lo mucho más que hay. La parte del evangelio que usted no crea, jamás se le manifestará.

Se sana el sujeto del asiento de al lado, pero usted sigue con el dolor allí. Lo que Dios
está diciendo es que hay una generación que va mucho más allá de una tribulación, va por encima
de todo principado, de toda potestad; se está moviendo con las alas del Espíritu.

(Hechos 3: 19)= Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados, para que vengan de la presencia del señor tiempos (Atención: está en plural) de
refrigerio, (20) y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; (21) a quien de cierto es
necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas. (¿De todas las
qué, dice? De todas las cosas. ¿Cómo que todas las cosas? ¿No me habían dicho que era la gente,
las personas? ¿Y que serán esas cosas? Bueno; esas “cosas”, son lo mismo que Lo Que se perdió.
Hay escritura, mire:)

(Isaías 61: 3)= A ordenar que los afligidos de Sión se les de gloria en lugar de ceniza,
(Note que está hablando de los afligidos de Sión, es decir, de la iglesia) óleo de gozo en lugar de
luto, manto de alegría en lugar de espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia;
(¿Quiénes son los árboles de justicia? Los árboles de justicia, somos nosotros.) Plantío de Jehová,
(Eso también somos nosotros.) para gloria suya. (Ahora: si todo esto somos nosotros, lo que sigue,
nos pertenece)

(4) Reedificarán las ruinas antiguas, (¿Quiénes? Los árboles de justicia y el plantío de
Jehová) y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los
escombros de muchas generaciones.

Tenemos que darnos cuenta que Jesús vino a hacer algo, para que al hacerlo, un pueblo
pudiera recoger o conseguir Lo Que, o las cosas que se perdieron. Tienen que entender que la
mente de Dios es eterna, y cuando él comenzó su plan terrenal, no lo interrumpió. LA caída no
interrumpe el plan. Él sabía que el hombre iba a caer y, en su sabiduría, restauró la caída antes de
la caída. Él fue inmolado antes del mundo.

Si no hubiera existido el plan de la inmolación del Cordero, entonces Adán nunca hubiera
sido Adán, porque Dios no comienza nada que no pueda terminar. Porque Él no comienza por el
principio, comienza por el fin. Por eso es el Alfa y la Omega. Él termina, y cuando termina, rebobina
la historia y usted la vive. Esto está seguro. La victoria es segura. La diferencia es quien va a estar
ahí.

(Lucas 19: 11)= Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto
estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.

Observe que hay dos motivos para decir la palabra: 1) El pueblo que estaba allí pensaba
que él hablaba de la Jerusalén terrenal. Todavía hay mucha gente que piensa así. 2) Pensaban que
se iba a manifestar inmediatamente. Él va a explicar la palabra para desenredar el asunto y que
entiendan lo que Él estaba hablando.

(12) Dijo, pues: un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.
15
(13) Y llamando a diez siervos suyos, (Diez es el número de completamiento; no quiere
decir que hayan sido literalmente diez) y le dio diez minas, (Esto es: lo necesario) y les dijo:
negociad, (La palabra es un término político-militar y significa: ocúpate y haz negocio) entre tanto
vengo.

(14) Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: no
queremos que este reine sobre nosotros. (Usted conoce el resto de la historia. Algunos le dieron,
otros le apedrearon, por fin lo mataron y nadie quería hacer nada).

Quiero que entienda algo que va más allá de la parábola en sí. Estaban cerca de
Jerusalén, y él habla de que se fue a un país lejano a recibir un reino y volver. Cristo vino, murió,
descendió, resucitó, ascendió y recibió un reino.

Lo último que dijo, en Mateo 28, fue: Toda autoridad me ha sido dada a mí en el cielo, (¿Y
adonde más?) En la tierra… ¡Que raro! Hay gente que está esperando que llegue un lejano día
donde tendremos autoridad en la tierra.

Y dijo: Por eso, Id. ¡Es imposible que nos diga que vayamos a un lugar donde no tenemos
autoridad! Usted no va a hacer una obra en un lugar que no le pertenece. Usted no lo haría, mucho
menos su Padre Celestial. Toda autoridad le fue dada en el cielo y en la tierra.

Dijo: Negociad, entre tanto vengo. Es decir que iba a pasar un buen tiempo, si no, no
hubiera hecho falta decirlo. ¿Para que deberíamos ocuparnos si iba a suceder ya? Es decir que, con
la parábola, contestó dos preguntas sumamente concretas con claridad.

1) El Reino no viene con observación. 2) No es inmediato, es progresivo. No se olvide que


el Reino no es un lugar, es un ámbito, una jurisdicción donde manda un rey. Donde quiera que
domine un rey, allí hay un reino. Si el reino se acercó, el reino se quedó, porque Cristo tiene su
cuerpo aquí y se llama Iglesia. Por tanto, ¿Quien tiene la autoridad hoy? Para entender esto, vamos
a Génesis.

(Génesis 1: 26)= Entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

¿Cuántos pueden ver la comisión del hombre cuando llegó al planeta? No hace falta una
explicación más clara de lo que Dios dice aquí, ¿Verdad? ¿Qué significa señorear, tener dominio?
¿Por qué será que Él nos llama un reino de reyes y sacerdotes? Reyes y sacerdotes en la tierra.
Puertas de gloria, levantad tu cabeza, y dejad que el rey entre. Somos las puertas de acceso para
que Cristo reine.

(27) Y creó Dios al hombre a su imagen, (Ahora fue creado, antes fue una idea) a imagen
de Dios lo creó, varón y hembra los creó. (No hay género en el espíritu, así que trate a su mujer con
más delicadeza).

(28) Y los bendijo Dios y les dijo: fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven
sobre la tierra.

Está claro que Dios le da una misión al hombre. En Hebreos 2:6-7 y en el Salmo 8:3-6
reitera lo mismo. Está en toda la Biblia. La misión del hombre es sojuzgar la tierra, tener dominio en
ella y hacer la obra de Dios en ella. Pero cuidado: a esa autoridad, Dios no se la dio a cualquier
hombre y cualquier mujer, se la dio a gente hecha a su imagen y semejanza.

No le tema a la palabra Dominio. Siempre estuvo escrito, sólo que la revelación es


progresiva. ¿Y por qué no lo supimos antes? Porque no era el tiempo de hacerlo. El da hoy lo que
quiere a quien quiere. Y no está obligado a respetar las antigüedades que nosotros respetamos.
16
Si Él quiere usar a uno que se convirtió esta mañana, pues lo hace. Suyo es el oro y la
plata, nadie tiene derechos por sobre otros. Cuando un hermano tiene éxito, el éxito es de Dios y es
para nuestro gozo, no para nuestra envidia o nuestros celos.

Si el enemigo lo puede convencer de que usted no tiene derechos en la tierra, usted cae
en decepción y él se apodera de un trozo más de tierra. Adán comenzó a hacer la obra de Dios y
tenía que hacerla al igual que usted y yo hoy: en el jardín de su presencia.

Dios quería gobernar lo visible desde lo invisible. Esto se hizo para que el hombre domine
con Dios. Al caer, el hombre sigue dominando pero sin Dios. Si usted tiene a Cristo adentro, usted
tiene revelación antes que el mundo invente algo. Cuando el mundo quiere sorprenderlo, usted ya
lo sabe. Papá se lo ha contado.

Ahora; cuando usted cae de la revelación a la información, la tierra le está diciendo algo
que ya está manifestado y usted ya no puede hacer nada al respecto. Ahora, el que vive bajo el
poder de Dios percibe las cosas antes que las cosas se manifiesten.

Pero el que vive sin Dios sólo reacciona a la manifestación. De manera que ahora el
hombre no tiene dominio sobre la tierra, sino que la tierra tiene dominio sobre el hombre.
Marihuana, cocaína, alcohol… ¿Continúo o es suficiente?

Dios ha dicho que el hombre tiene que sojuzgar la tierra y se acabó. ¿Sabe por que?
Porque a Dios le pareció bien que la tierra fuera gobernada por un hombre según su semejanza.
Adán tenía que creer en Dios igual que usted.

Entonces, usted lo que tiene que saber es quien es usted en dios. Eliminar esa crisis de
identidad que tiene. “Y…vaya a saber si soy digno…Por allí no lo soy, y por eso Dios no me oye…”
¡¡Basta!! ¿Quien es usted en Dios? Si Dios nos tuviera que oír de acuerdo con nuestro
comportamiento, tendríamos un Dios sordo. Cuando usted ora, Dios lo oye. Punto.

¿Estamos de acuerdo en esto? ¿Y entonces, por qué se pasa diez años orando por lo
mismo? Mire que sencillo es caer en religiosidad. ¿No le ha enseñado usted a su hijo que si le pide
una cosa y usted le dice que no, no debe volver a pedírselo?

Lo que sucede es que a veces Él no responde lo que uno desea oír, entonces entramos en
un prolongado ayuno a ver si Dios cambia de parecer. Dios no se impresiona con las obras de la
carne, ni tampoco se cae del trono si usted no come durante veinticuatro horas, no se gaste
inútilmente.

Antes de caer en decepción debemos asegurarnos quienes somos en Dios. Si no lo


sabemos, no tenemos acceso a la herencia. Tenemos que saber adonde vamos, cual es nuestro
llamado, nuestra visión, nuestra estrategia, por qué estamos en la iglesia local que estamos, saber
si realmente tenemos que estar allí.

Debemos hacerlo todo por la fe. Nada funciona independientemente de la fe. Sin fe es
imposible agradarle. Debemos tener un espíritu pionero. Adán fue pionero en el Edén. Lo que él
tenía que hacer jamás nadie lo había hecho antes. Hoy sucede lo mismo. Una gran mayoría no se
atreve y sigue haciendo lo mismo de hace cincuenta años atrás, no lo que Dios ordena hoy.

Dios creó todo, pero al huerto lo plantó, dice la Biblia. ¿Sabe por que? Porque el huerto,
no es más que una tipología del Reino de Dios en la tierra. Ahora: ¿Cómo se planta algo? Con una
semilla. Cuando Dios comienza algo, siempre es a partir de una semilla.

Históricamente, espiritualmente, la iglesia siempre invadió y conquistó. Desde Israel


hasta hoy. ¿Estamos haciendo la voluntad de Dios o nos anquilosamos y entretenemos dentro de
nuestros templos esperando infructuosamente que alguien venga a golpearnos la puerta y pedirnos
por favor que le prediquemos el evangelio?

Dios dijo: Entra a la tierra que ya te he dado. - ¡Señor! ¿Y los gigantes? - ¡Ah, sí! Me había
olvidado de los gigantes. Sácalos de allí porque no te van a tratar bien. Pero recuerda que no es
17
con ejército ni con espada. ¿De acuerdo? Es con el Espíritu, ese mismo que hasta ahora sólo
parecía manifestarse para saltar, caerse, poner rostro de éxtasis, orar en lenguas, temblar, llorar,
reír, todas cosas de Dios, es cierto, pero no para ganar la guerra, sólo para hacerlo sentir bien a
usted.

Y nosotros nos sentimos bien, es verdad, pero el mundo huye aterrorizado de lo que no
entiende y nadie le explica porque “No voy a interrumpirme cuando estoy recibiendo”. ¡Por eso el
mundo no quiere saber nada! Pero no con el Señor, ¡Con nosotros!

Todo iba bien hasta el capítulo dos de Génesis, pero en el capítulo tres aparece Satanás.
Pero cuando Satanás aparece, le pregunto: ¿Quién tenía el dominio de la tierra? El hombre. ¡Que
raro! Nosotros siempre habíamos pensado que Satanás era el dueño de la tierra.

Declare esto: la tierra nunca ha sido ni será de Satanás. El hombre tenía la autoridad y la
mayordomía de todo lo que le pertenecía a Dios y eso incluía la tierra. Entonces llega Satanás y, a
través de la decepción, habla y usurpa esa autoridad. Igual que hoy. No puede atacar adonde está
Cristo porque Cristo ya lo venció. Entonces apunta a Eva, que es la iglesia, que no siempre está
enterada de esa derrota.

Perdieron su relación con Dios y enseguida perdieron el dominio de la tierra. El hombre


sin Dios no tiene dominio sobre la tierra, sino que la tierra lo domina a él. Cuando aquellos que son
llamados a remar no reman, caos entra en la barca.

No se olvide que la serpiente ya estaba en la tierra cuando Dios le dio la autoridad sobre
la tierra a Adán. Eso quiere decir que tenía autoridad también sobre Satanás. Cuando pecaron
perdieron esa autoridad. Satanás entró por decepción. ¿Cuál es una de las grandes angustias de la
sociedad de hoy? La decepción. ¿Cuál es el motivo fundamental por el que mucha gente se retira
de las congregaciones? La decepción.

Fíjese que ellos no quisieron hacer las cosas como Dios les dijo, quisieron hacerlo como a
ellos les pareció bien. ¿Sabe como se llama eso? Rebelión. Y rebelión es hechicería, y obstinación,
es idolatría.

Obstinado es aquel que dice: está bien, pero yo quiero hacerlo a mi manera. Está
haciendo un ídolo de su propia opinión. ¿Sabe cuanto teólogo anda en esa? Satanás no reina en el
mundo. Satanás reina en la mente de aquellos que andan en decepción.

(Romanos 4: 13)= Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la


promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. (Dice que sería heredero
¿De que? Del mundo. El planeta ya era de él. El mundo era lo que quería volver a tomar. Porque de
tal manera amó Dios al…mundo.)

(14) Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe. (¿Cuántos, en
este día, todavía andarán en la ley?) y anulada la promesa. (De manera que lo que tienen fe en las
promesas, son los herederos del mundo).

(Romanos 9: 1)= Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en


el Espíritu Santo, (2) que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.

(3) Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis
hermanos, (Hablando del Israel natural) los que son mis parientes según la carne; (49 que son
israelitas, (Los que están del lado de allá) de las cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la
promulgación de la ley, el culto y las promesas; (5) de quienes son los patriarcas, y de los cuales,
según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

(6) No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel
son israelitas, (7) ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: en Isaac te será
llamada descendencia. (Noten que no es suficiente con ser hijo de Abraham; tiene que saber si está
en Isaac o en Ismael.)
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(8) Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son
hijos según la promesa son contados como descendientes.

Entonces, la simiente de la que habla Génesis, es la iglesia. En Gálatas dice que si usted
está en Cristo, entonces es hijo según la promesa. La simiente que destroza la autoridad de
Satanás, es Cristo, la cabeza, la iglesia su cuerpo.

Romanos capítulo cinco, dice que por un hombre entró la maldición y que por otro
hombre, la bendición. De manera que toda la maldición entró por la caída. Entonces toda la
bendición llegó por Cristo. No se trata de una parte, entienda, se trata de todo.

(Gálatas 3: 13)= Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (Porque está escrito: maldito todo el que es colgado en un madero), (14) para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la
promesa del Espíritu.

Nos liberó de la maldición y nos trajo toda bendición. Cuando Adán cayó, perdió sanidad
divina, perdió prosperidad, perdió su salud, empezó a envejecer, perdió dominio, perdió comunión
con Dios. Cristo vino a salvar Lo Que se perdió y, cuando se fue, dijo: Terminé. Funcionó. Tengo
toda la autoridad. Por eso ahora usted puede ir y terminar lo que Adán no terminó.

¡Iglesia victoriosa! Sentados en un banco casi numerado. Estudiar en la escuelita


dominical cincuenta años, esperando que venga Cristo. Es mejor que nos busquemos un sillón más
cómodo para esperarlo.

De ese modo, cuando prediquemos a Cristo al mundo diciéndole: entrégate y luego ven a
sentarte aquí conmigo, por allí el mundo lo acepta si ve que el sillón es cómodo. Por ahora, con
nuestros bancos, no quiere saber nada, ¿No le parece?

Yo me pregunto qué sentido tiene salirse del mundo, donde usted era casi un líder de
Satanás, abandonar toda una vida de pecado y cambiarla por un glorioso estado de santidad, para
venirse a una iglesia a sentarse en un banco y esperar a que algún día Cristo venga a buscarle.

“Dios es un Dios de propósitos”, estudiamos, creemos y predicamos. Pero no lo


encarnamos, porque nuestro propósito no parecería ir más allá de dos cultos y una reunión de
oración por semana. ¿Cuál es su propósito? ¡Pero hermano! ¿No es tener Ego, eso? Quizás, pero
nunca se olvide que a Dios no le interesa matarle a usted su Ego; lo que desea es que se le
santifique.

“LA vida cristiana, mis amigos, tiene como base fundamental el nacer de nuevo” Hemos
hecho todo un evangelio del nacer de nuevo. Jesús nunca predicó eso. Quien haya leído la Biblia
con un poco de sensatez y madurez, además de discernimiento, sabe que Jesús nunca predicó así.

Esa fue una figura hermosa, real, verdadera y esencial que Él usó por única vez para
desasnar espiritualmente a un viejito miedoso llamado Nicodemo, que se creía muy conocedor y
muy importante en la iglesia de su tiempo.

Lo que Jesús sí predicó todo el tiempo, fue el Reino. Él dijo que el Reino de Dios ES. No
que será. Y luego marcó parábolas, enseñanzas, para que esos hombres pudieran conocerlo y
entenderlo a ese Reino.

“El Reino de Dios es como diez vírgenes”, pero no hay un evangelio de las vírgenes. El
Reino de Dios es como una plantación, como una simiente. Verdad. Pero no existe un evangelio de
la plantación y la simiente.

“El Reino de Dios es como una semilla de mostaza”. Muy cierto. Pero no hay un evangelio
de la semilla de mostaza. El evangelio, de-fi-ni-ti-va-men-te, es el evangelio del Reino de Dios que
se ha acercado.
19
En aquella época, la manifestación del Reino de Dios más visible, era Cristo. Luego Él
fue a la cruz, murió, resucitó y ascendió a los cielos. Envió a su Espíritu Santo para que more en lo
que Él dijo que es su cuerpo en la tierra: la iglesia.

Por lo tanto, el evangelio del siglo veintiuno sigue siendo “El Reino de los cielos se ha
acercado” y, cuando la gente pregunte adonde está, usted se golpeará el pecho y dirá: ¡Aquí está!
No les pida que se lo crean rápidamente, pero si se lo respetan y se quedan pensativos, usted
pertenece al ejército de Jehová. Ahora si se le ríen…

Cristo es la puerta, ¿Verdad? Entonces, ¿Por qué nos paramos en la puerta? ¿Para que son
las puertas? Para cruzarlas, para que sirvan de acceso a un lugar. Hermano mío: hay un mundo
nuevo más allá de la puerta.

No tenga miedo, nadie le está diciendo que usted tiene que sentirse por encima de
Cristo. Usted no está por encima de nadie. Simplemente está utilizando de Cristo lo que Él dijo que
era: la puerta.

Es hora que permitamos al Señor recuperar, como Él dijo, Lo Que se había perdido. Y
mucho de lo que se ha perdido está todavía manejado por el diablo en el mundo incrédulo, es
cierto, pero un alto porcentaje de eso que se ha perdido, está dentro de nuestras iglesias jugando a
la religiosidad ritualista, legalista, hipócrita y tradicionalista; pero espiritualmente muerto. Es la
hora de la resurrección.

(Colosenses 2: 14)= Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos
era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.

Está bien claro, ¿No cree? ¡Ya lo hizo! Ya anuló el acta. Porque usted sabe lo que había en
esa acta, ¿No es así? En esa acta que Él anuló, estaba escrito todo lo que nos acusaba, todo lo que
estaba en contra de nosotros y que nos impedía tener el dominio que se nos había usurpado.

Cristo anuló esa acta. ¿Y eso, que quiere decir? Que hemos recuperado ese dominio, que
podemos y debemos señorear la tierra, sojuzgarla y no ceder a las estratagemas de un enemigo
vencido que intentará, por todos sus medios, no permitirnos que lo hagamos, por que si no se
termina su tiempo. Satanás no puede evitar su futuro, lo que sí puede es dilatarlo por un tiempo.
Eso con nuestra complicidad, claro. Casi con nuestra colaboración de creyentes incrédulos. Dominio

El Carácter Inseparable entre la Santidad y el Dominio:


La Relación entre el Salmo 1 y el Salmo 2
Joe Morecraft, III
El Cristianismo es la única fe verdaderamente global en el mundo. Puede aplicarse a la
totalidad de la vida y a todos sus detalles de manera consistente y efectiva. Todas las otras
religiones deben o imponer sus principios extraños sobre la vida haciendo que ésta se ajuste a
sus moldes antinaturales o sino deben compartimentar la vida, interesándose solamente en un
aspecto de ella, desgarrando esa única parte y desprendiéndola del tejido total del universo. El
Cristianismo explica la unidad de la vida en este universo lo mismo que el verdadero
significado de todos los aspectos individuales de la vida, sin distorsionar un solo hecho.
La naturaleza global de esta Fe se ve especialmente en la relación de la vida espiritual e
interior de un Cristiano (Salmo 1) con su responsabilidad en este mundo de ejercer un dominio
piadoso sobre él (Salmo 2). Estas dos responsabilidades del Cristiano – santidad y dominio –
no están en guerra la una con la otra, sino que son dos aspectos de un llamado común:
glorificar y disfrutar a Dios en todo lo que seamos y en todo lo que hagamos (1 Cor. 10:31). R.
J. Rushdoony ha señalado este punto más claramente que la mayoría de eruditos Cristianos en
la actualidad:
Ser santo significa ser un hombre regenerado de pacto obedeciendo la ley de Dios.
Significa un re-establecimiento en el llamado pactal y la tarea de dominio del Reino. De
modo que, sin santidad, no hay dominio, y sin dominio, no hay santidad. Santidad
significa dominio sobre nuestras vidas, sobre nuestro llamado, y sobre nuestro trabajo.
20
El hombre santo es un hombre de dominio. Estar separado para Dios quiere decir
manifestar la justicia o ley de Dios, y manifestar la justicia o ley de Dios significa
ejercer dominio.
Solamente Jesucristo es nuestro Salvador. De hecho, para ser su pueblo de pacto,
debemos manifestar Su justicia, Su ley. Debemos ser santos porque Él es santo.
Santidad significa la ley de Dios. Quiere decir que la tierra debe estar separada y
dedicada a Dios, y la ley de Dios debe ser hecha la norma gobernante de la tierra, la
vida y el pensamiento. Santidad significa dominio bajo Dios, sobre nosotros mismos,
nuestros llamados y la tierra. El hombre santo es un Hombre de Dominio.1
Hoy la reconstrucción Cristiana de la sociedad (dominio) y la espiritualidad Cristiana del
individuo (santidad) frecuentemente son puestas la una contra la otra, como si se tuviese que
tomar una decisión por una o la otra. Algunos, que optan por la espiritualidad Cristiana,
denigran la Reconstrucción Cristiana como una desviación con mentalidad mundana de la obra
central del Cristiano de asemejarse a Cristo. Otros, que optan por la Reconstrucción Cristiana,
a menudo ridiculizan la espiritualidad Cristiana como una actitud, centrada en el más allá, de
indiferencia hacia los asuntos críticos de esta vida.
1 R. J. Rushdoony, Ley y Sociedad, Vol. II de La Institución de la Ley Bíblica (Vallecito, CA, 1982), 323-324.
2
Santidad Sin Dominio
Algunos quieren santidad sin dominio. El pietista, influenciado de manera inconsciente por
el neo-platonismo, mira lo espiritual, lo subjetivo y lo celestial como los únicos intereses
legítimos para el Cristiano. Para él los asuntos terrenales, políticos, sociales, económicos y
sexuales son desviaciones degradantes de su llamado a esforzarse por ser como Jesús,
produciendo el fruto del Espíritu y esperando ir al cielo en el momento de la muerte. El neoplatonismo
es la filosofía Griega pagana que sostiene que las cosas materiales y físicas son
viles y malas, mientras que las cosas subjetivas, espirituales, contemplativas y celestiales son
los únicos intereses buenos para el hombre. Sin embargo, el pietismo no debe confundirse con
la piedad. El pietismo neo-platónico es la distorsión y truncamiento del Cristianismo. La
piedad es la santidad verdadera de vida, similar a Cristo, y esta es la santidad Bíblica.
Muchos neo-puritanos modernos también quieren santidad sin dominio, al menos sin
dominio cultural. El neo-puritanismo incluye un énfasis en un avivamiento de la iglesia por la
palabra y el Espíritu de Dios, y un retorno a nuestras raíces en la Reforma Protestante del siglo
dieciséis con su énfasis en la gracia soberana de Dios en Cristo y el llamado a la fe en Cristo y
la obediencia a Dios. Pero la versión actual de las iglesias Reformadas, en muchos casos, ha
reducido los intereses de la Reforma al dominio interior por el poder del Espíritu Santo, a la
conformidad interna y personal a la voluntad de Dios en oración y adoración, casi al punto de
la exclusión de la responsabilidad de la reconstrucción Cristiana de la cultura y la sociedad.2
Un representante de esta visión estrecha ha escrito que cualquier intento de conquistar el
mundo para Cristo y de reconstruir las culturas por su palabra, es, en realidad, ¡una rebelión
contra Cristo!
Dominio Sin Santidad
Sin embargo, por otro lado, están aquellos que quieren dominio (reconstrucción Cristiana)
sin santidad (espiritualidad Cristiana). Claro está que, en el nivel más básico, esa es la meta del
humanismo: la reconstrucción (anti-Cristiana) de la cultura y la sociedad por la imposición de
una cosmovisión humanista y su orden (in)moral en una cultura por la fuerza política y la
intimidación, sin ninguna consideración a la sumisión al Dios trascendente, quien es
categóricamente rechazado. Esta visión, claro que grandemente modificada, se ha infiltrado en
las filas de aquellos comprometidos con el Reconstruccionismo Cristiano. Con su crítica al
pietismo, su reacción contra el legalismo, el antinomismo y la versión sintética actual del
Cristianismo y su énfasis en la libertad Cristiana, algunos en este campo han mostrado falta de
santidad, aspereza, brusquedad, arrogancia y una ausencia de amor en sus respuestas hacia
aquellos con quienes difieren, y en su enfoque a la vida en general. Pareciera ser que quieren
dominio sin santidad. Uno que parece ser culpable de este deseo de dominio global sin santidad
21
2 Por Reconstruccionismo Cristiano quiero dar a entender fidelidad al Mandato de Creación de Gén. 1:28 y a la
Gran Comisión de Mat. 28:18-20. Este mandato y esta comisión conforman una unidad. No deben ser puestas la
una contra la otra. La Gran Comisión de la reformulación de Cristo del Mandato de Creación tomando en
consideración la necesidad de redención en Cristo por parte del hombre caído. De modo que, el
Reconstruccionismo Cristiano es la obra de reedificar y renovar toda idea, actividad, relación, motivo e institución
de la experiencia y la sociedad humana por la Palabra y el Espíritu de Dios, comenzando con el corazón humano.
Nuestra motivación es la persona de Cristo. Nuestra base es la obra de Cristo. Nuestro poder es el Espíritu de
Cristo. Nuestro patrón es la humanidad de Cristo. Nuestra protección es el Padre de Cristo. Nuestra autoridad
gobernante es la Deidad de Cristo. Nuestra estrategia es la palabra de Dios. Nuestra esperanza es la victoria de
Cristo. Nuestro mandato es la ley de Cristo. Nuestro alimento son los sacramentos de Cristo. Nuestra meta es la
gloria de Cristo. Esto es Reconstruccionismo Cristiano.
3
personal, cuando fue confrontado con su manera brusca al tratar con la gente, respondió, “Dios
no me llamó a ser simpático, ¡sólo a decir la verdad!”
El punto que estoy tratando de señalar es simplemente este: El Dominio (la reconstrucción
Cristiana) es imposible sin santidad (la espiritualidad Cristiana): y la santidad es imposible
sin dominio. Esforzarse por tener santidad de vida sin un compromiso total con la Gran
Comisión y el Mandato de Creación es algo que no producirá santidad de vida. Y el total
compromiso con la acción de llevar a cabo la Gran Comisión sin la búsqueda cuidadosa de
santidad de vida, i.e., obediencia personal a la ley Bíblica a causa de Jesús, será algo
contraproducente y no es verdadero Reconstruccionismo Cristiano. Tanto la toma del dominio
sin vida santa como la vida santa sin dominio son rebelión contra Cristo. En otras palabras, el
Salmo 1 y el Salmo 2 deben ser vistos como inseparables.
El libro de Hebreos señala este punto en el capítulo doce, versículo 14: Seguid la paz con
todos, y a la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. La paz es la restauración del orden de
Dios en el corazón y en la tierra como resultado de la victoria de Cristo sobre el mal en su vida,
muerte y resurrección (Luc. 2:14). Requiere la transformación (o reconstrucción) de la vida,
tanto personal como colectivamente, privada y públicamente. La santidad es la obediencia de
corazón, personal y colectiva, a la ley Bíblica por causa de Jesús. En Heb. 12:14 no se nos dice
simplemente que sigamos la paz y que busquemos la santidad, sino que sigamos ambas, la paz
y la santidad, sin cuya búsqueda nadie verá jamás al Señor. Lo que Dios ha unido, ¡que no lo
separe el hombre! La paz es imposible sin santidad. La santidad no es santidad a menos que su
meta sea la paz. Y, por supuesto, ambas, la paz y la santidad, son imposibles sin Jesucristo y su
Espíritu.
Porqué la Santidad y el Dominio son Inseparables
La santidad (espiritualidad Cristiana) y el dominio (la reconstrucción Cristiana) son
inseparables por varias razones importantes.
Primero, el ser y el llamado del hombre son inseparables. La base del Mandato Cultural de
llenar la tierra y ejercer dominio sobre ella (Gén. 1:28), es el hecho que el hombre y la mujer
son creados a imagen de Dios (Gén. 1:27). Él y ella manifiestan la imagen de Dios en sus
propias vidas y carácter a medida que ejercen dominio bajo Dios sobre el mundo. A medida
que ejercen dominio como portadores de la imagen de Dios, plenamente responsables delante
de Él para servirle de manera exclusiva y total en términos de Su palabra. Esta “imagen” y este
“mandato” definen la existencia y llamado del hombre en este mundo.
Segundo, la santificación es inseparable de la misión. La santificación, o la maduración en la
vida Cristiana, no es un fin en sí misma. El esforzarse por ser santo por causa del esfuerzo en sí
de ser santo produce individuos orientados hacia sí mismos, introspectivos, centrados en sí
mismos, con pretensiones de superioridad moral, carentes de amor e impuros. Jesús aclaró en
Juan 17:17-19 que la razón por la cual quiere que seamos santificados por la verdad de Dios es
para que podamos ser efectivos en la misión a la cual Él nos ha enviado al mundo “Santifícalos
en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al
mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la
verdad.” El involucramiento en la misión de la iglesia sin la santificación por la verdad probará
ser algo inefectivo y horrible, así como la santificación sin involucramiento en la misión
4
22
mundial producirá una esterilidad fría. El activismo en el negocio del Rey no compensa el
descuido del Rey; y la adoración del Rey no es excusa para descuidar la sumisión a sus
mandatos.
Tercero, estar en Cristo es algo que no se puede separar de vivir para Cristo y servir a Cristo.
Jesús llamó y apartó a sus discípulos para un doble llamado: para estar con Él y para dar
testimonio de Él, “Designó entonces a doce para que estuvieran con él, para enviarlos a
predicar...” (Mar. 3:14). Por otro lado, Jesús les dijo a sus discípulos: “Vosotros sois mis
amigos si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15:14). Y por otro lado, es solo cuando estamos
trabajando para hacer discípulos de las naciones del mundo, bautizándoles y educándoles en la
totalidad de la palabra de Dios, en la autoridad de Cristo, que podemos reclamar la promesa de
Cristo, “Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:18-20).
Cuarto, la poderosa bendición de Dios impregna la totalidad de la vida santa de la persona
(Salmo 1), haciéndola así productiva al ser usada por Dios para establecer y extender el reino
triunfante de Jesucristo sobre todo aspecto e institución de las naciones del mundo (Salmo 2).
A medida que vivimos para obedecer a Dios en Cristo, debemos tener en mente las metas del
reino de tener victoria, o nos estancaremos. Además, mientras nos esforzamos por alcanzar las
metas del reino, debemos hacerlo como un pueblo separado para Dios y que habita en Su ley, o
seremos dominantes, faltos de amor y carentes de sabiduría.
La Relación entre los Salmos 1 y 2
Todo esto significa que debemos tener constantemente en mente la relación entre el Salmo 1
y el Salmo 2.
El Salmo 1 nos presenta un cuadro exquisito de una persona disfrutando de la plenitud de la
bendición divina. Establece el escenario para el resto del salterio. Introduce los temas que son
desarrollados a lo largo de los 150 salmos. Su énfasis más importante es inconfundible: la
única persona verdadera feliz y bendecida es la persona santa, la persona que busca evitar el
mal y conformar la totalidad de su vida a la ley bíblica por amor a Jesucristo y en gratitud por
la salvación que tenemos en Él. Como Juan Calvino lo expresa: “El significado del salmista...
es que siempre será bueno para los siervos devotos de Dios, el empeñarse de manera constante
en hacer progresos en el estudio de su ley... [pues] Dios no es favorable con ninguno sino con
aquellos que celosamente se dedican al estudio de la verdad divina.”3
El carácter de esta persona se describe en los versículos uno y dos. En el verso uno
aprendemos que en la totalidad de su vida consciente (su caminar, su levantarse, su sentarse),
se está esforzando por evitar cualquier enredo con el mal. No adopta los principios de los
malvados como su norma de vida. No camina en el consejo de los malos. Ni persiste en las
prácticas de los malvados. No anda en el camino de los pecadores. Ni se asocia
deliberadamente con aquellos que se mofan del Cristianismo, pues no se sentará en la silla de
los escarnecedores. “... cuando imposible es para cualquiera el aplicar su mente a la
meditación de la ley de Dios, quien no se haya primero apartado y separado de la sociedad de
los impíos. – La suma de todo es, que los siervos de Dios esforzarse plenamente por detestar la
vida de los impíos.”4
3 Juan Calvino, Comentario sobre el Libro de los Salmos, en Comentarios de Calvino (Grand Rapids, MI), 4:1,2.
4 ibid., 4:2, 3.
5
En el versículo dos aprendemos que el deleite más grande de su vida es el estudio y la
aplicación de la ley revelada de Dios: “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley
medita de día y de noche.” La palabra-ley de Dios es su ley sobrenaturalmente revelada, i.e., la
Biblia, que da dirección (torah) a todas las facetas de nuestro pensamiento y vida en este
mundo. El verdadero Cristiano (la persona santa) estudia la ley Bíblica, es fiel a ella, se deleita
en ella, medita en ella, y se somete a ella. La obedece y la aplica a la totalidad de su vida, por
dentro y por fuera. Al hacer esto, se protege a sí mismo de todas las conspiraciones de los
impíos y se fortalece contra la tentación (Sal. 17:4). Este gozo y deleite personal en la ley
Bíblica presupone la unión de la voluntad humana con la voluntad divina. Y eso es lo que
sucede en el nuevo nacimiento, donde Dios renueva nuestro corazón y escribe su ley en él,
23
obrando en nosotros la voluntad y la habilidad de hacer lo que a Él le complace (Heb. 8:10; Fil.
2:13).
La Consecuencia de la Obediencia
Las consecuencias de la bendición del Señor sobre la persona que camina en el sendero de la
santidad son tres. Primero, su vida se distingue por la estabilidad, la fortaleza, la productividad
y la prosperidad. “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su
tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Sal. 1:3). Calvino escribe: “... los
hijos de Dios florecen constantemente, y son siempre regados con las influencias secretas de la
gracia divina, de modo que cualquier cosa que pueda sucederles es propicia a su salvación;
mientras que, por otro lado, los impíos son llevados por la tempestad repentina, o consumidos
por el calor abrasador.”5 Segundo, será tamizado y separado del tamo inútil, el cual Dios
destruirá: “No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se
levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos” (Sal. 3:4-
5). Tercero, Dios ama el caminar diario de vida de la persona santa, y ese amor produce en él
aquellas cosas que agradan a Dios. Le trae a su destino final, la vida eterna y la dicha absoluta
con Dios. “Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá”
(Salmo 1:6). J. A. Alexander hace este comentario concluyente: “Esto completa el contraste, y
sintetiza la descripción del hombre verdaderamente feliz, como uno cuya delicia se halla en la
ley y su felicidad se encuentra en el favor de Jehová, y cuya característica negativa más fuerte
es su total falta de semejanza moral con aquellos de quienes ha de apartarse de ahora en
adelante.”6
La vida bendecida y feliz es la vida santa, vivida por amor y en obediencia a Dios en Cristo.
No hay otra clase de vida Cristiana más que esta.
El Reino Triunfante
El Salmo 2 nos presenta la promesa divina del reino triunfante de Jesucristo sobre las
naciones de la tierra. El Salmo 1 nos presentó nuestra responsabilidad delante de Dios. El
Salmo 2 nos presenta a nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Es un salmo de victoria, cuyo tono
se hace sonar a lo largo de los salmos (22:27f; 45:4; 47:1f; 66:4; 72:8; 86:9). Es un salmo
mesiánico, que se refiere a Jesucristo, como queda claro a partir de pasajes como Hch. 4:24f;
13:33f; Heb. 1:5, 8; 5:5; Apoc. 2:27 y 19:15. Su tema también es obvio: el reino de Jesucristo
5 ibid., 6.
6 J. A. Alexander, Los Salmos Traducidos y Explicados (Grand Rapids, 1975, reimpresión), 12.
6
es la respuesta de Dios a la rebelión de los hombres. Éste triunfará sobre todas las oposiciones
en todas las áreas (1 Cor. 15:24f). Por lo tanto, todos los hombres y todas las instituciones
humanas deben someterse a la supremacía del Hijo de Dios o ser destruidos por Él. William
Plumer lo dice de manera concisa: “Debemos amar a Cristo o perecer terriblemente.”7
Los versos 1 al 3 revelando que la humanidad (los individuos a través de sus instituciones
políticas) se halla en rebelión contra la autoridad del Dios Todopoderoso sobre la vida. Es un
intento consciente, universal, unido, histórico y continuo de edificar un mundo sobre un
principio de rebelión contra Jehová y su Cristo. Pero todo es en vano: “¿Por qué se amotinan
las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes
consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y
echemos de nosotros sus cuerdas.” Calvino comenta: “Que se considere como un punto
establecido, que todos los que no se sometan a la autoridad de Cristo hacen guerra contra Dios.
Puesto que a Dios le parece bien gobernarnos por la mano de Su propio Hijo, aquellos que se
rehúsan a obedecer a Cristo niegan la autoridad de Dios, y es vano para ellos que profesen lo
contrario...”8
La Respuesta de Dios a la Rebelión del Hombre
La respuesta de Dios a la sublevación del hombre, fútil pero viciosa, se describe en los
versículos 4 al 6. Es una respuesta triple.
Primero, ¡Dios se ríe! “El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.” El
Dios soberano y omnipotente se ríe con desdén frente a los débiles intentos de sus enemigos
24
por derrocar su autoridad y anular su gobierno (Sal. 37:12f; 59:8). Él hace eso porque está
entronizado como Señor soberano sobre todo, gobernando activamente a todos los hombres y
naciones de acuerdo a su buena voluntad, haciendo que todas las cosas operen juntas para el
bien de su pueblo (Rom. 8:28; 1 Crón. 29:11-23; Is. 40:22f; Hch. 4:23f). Todos los esfuerzos
por echar abajo el reino de Dios son “como si una mosca atacase un elefante, o como si un
hombre se esforzara por secuestrar al sol para que éste no estuviese más en el cielo.”9 Su
sublevación es como “el esfuerzo de un niño por calmar el torbellino o como el grito vano del
maniático tratando de calmar la furia del mar.”10 La risa de Dios garantiza el aplastamiento de
toda rebelión contra Él y su orden moral.
Segundo, ¡Dios habla! Es la palabra revelada de Dios la que anula y confunde todas las
conspiraciones de sus enemigos en su contra. “Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará
con su ira” (Sal. 2:5). 1 Corintios 1:18-29 reitera este punto cuando cita a Dios diciendo:
“Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos.” El
Salmo 2 nos dice que Él cumplirá esto por su palabra – la palabra de Dios predicada,
testificada, vivida, meditada y aplicada por el pueblo de Dios – la cual siempre cumple los
propósitos conquistadores para los cuales Dios la envía (Is. 55:11). La palabra de Dios es la
espada del Espíritu en las manos de la iglesia que resiste y derrota a los enemigos de Dios en el
campo de batalla de la vida (Efe. 6:17). Al confirmar la palabra de su siervo, él demolerá todos
los “ismos” de los hombres levantados en su contra, y también establecerá firmemente su
7 William S. Plumer, Los Salmos (Edinburgh, Escocia, 1975, reimpresión), 47.
8 Calvino, op. cit., 12.
9 Plumer, op. cit., 41.
10 ibid.

7
iglesia en la tierra como una fuerza poderosa contra cuyos esfuerzos por la conquista del
mundo con el evangelio no prevalecerán las puertas del infierno (Is. 44:24f). Apoc. 12:11 dice
que los rebeldes de la tierra son vencidos por medio de “la sangre del Cordero y de la palabra
del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.”
Tercero, ¡Dios establece el reino de Cristo en la tierra! “Pero yo [Dios] he puesto mi Rey
[Jesús] sobre Sion, mi santo monte.” “Yo [Jesús] publicaré el decreto; Jehová me [a Jesús] ha
dicho: Mi hijo eres tú [Cristo]; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
y como posesión tuya los confines de la tierra. Las quebrantarás [Cristo] con vara de hierro;
como vasija de alfarero las desmenuzarás.” (Sal. 2:6-9). Dios completa la destitución de sus
enemigos viniendo a la tierra en la persona de su Hijo, el Señor Jesucristo (en su encarnación)
y estableciendo su reino victorioso, invencible y universal en la tierra. Al hace avanzar Su
reino Él irá aplastando la rebelión en los corazones y en las sociedades humanas; y restaurará y
preservará su orden moral. Este Rey mesiánico vencerá a sus enemigos convirtiendo a muchos
de ellos (Sal. 22:27), y destruyendo a algunos de ellos (Apoc. 19:11f). Dios le prometió a
Cristo una herencia grande y global de las naciones del mundo; luego instruyó a Su Hijo para
que intercediera a favor de aquellas naciones para que ellas, a su vez, le sean dadas a Él. Esta
intercesión de Cristo es la esperanza del mundo (Juan 17:20) y la garantía del éxito del
evangelismo, las misiones mundiales y el Reconstruccionismo Cristiano. Nada puede impedir
el triunfo del evangelio sobre las naciones y los pueblos. Nada puede resistir el avance del
reino de Cristo en la tierra. Es por esta razón que los salmos continuamente enfatizan la verdad
de que “Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las
familias de las naciones adorarán delante de ti” (Sal. 22:27).
“Besad al Hijo”
El Salmo 2 concluye en los versículos 10 al 12 con un llamado universal y solemne a la
sumisión a Jesucristo por parte de todos los individuos e instituciones humanas,
particularmente de las instituciones judiciales y políticas: “Ahora, pues, oh reyes, sed
prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con
temblor. Honrad al Hijo [la versión en Inglés dice “Besad al Hijo”], para que no se enoje, y
perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en Él
25
confían.”
El servicio lleno de adoración y la alianza total demandada a reyes y jueces hacia Cristo es
la única respuesta aceptable y apropiada a tal Regio Salvador descrito en este Salmo. Cualquier
cosa menor solamente puede considerarse como una continua rebelión contra este rey. Note
particularmente que las instituciones políticas “de la tierra” son llamadas a rendirse en
sumisión ante la supremacía del Hijo de Dios y su gobierno. Esto requiere la reconstrucción
Cristiana. Calvino escribió: “Dios es defraudado en Su honor si no es servido en Cristo. Así
como Cristo no es despreciado sin que se le haga una indignidad al Padre quien le ha adornado
con Su propia gloria, así el Padre mismo no permitirá que tal invasión de Sus sagrados
derechos quede impune.”11 John Newton siguió este pensamiento:
“Él es Señor sobre aquellos que le aborrecen. Él los gobierna con vara de hierro, y así
dispone sus designios hasta convertirlos (aún contra sus propias voluntades) en los
11 Calvino, op. cit., 25.
8
medios e instrumentos para promover Sus propios propósitos y gloria. Ellos son sus
siervos mal dispuestos aún cuando rugen furiosamente en su contra. Él tiene una brida
en sus bocas para frenarles y dirigirles según Su voluntad. Él puede y a menudo les
controla, cuando parecen más seguros del éxito, y siempre les establece límites, los
cuales no pueden traspasar.”12
Conclusión
De nuestro breve estudio de estos dos salmos, se hace claro que el divorcio entre la santidad
(la espiritualidad Cristiana) y el dominio (la reconstrucción Cristiana) es fatal. Tal divorcio es
rebelión contra Cristo. La poderosa palabra de Dios conquista a los enemigos de Dios a medida
que prediquemos, enseñemos y vivamos esa palabra. Cuando nos deleitamos en poner por obra
su palabra Dios nos bendice y somos productivos para él en la obra que Él nos ha dado de traer
cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo. El reino triunfante de Cristo es impulsado
por medio de los miembros de ese reino confesando de manera relevante y de maneras
concretas que Jesús es Señor, y viviendo en obediencia a su rey. Rom. 16:17-20 nos dice que
cuando nos separamos de un estilo de vida pecaminoso y llegamos a ser consistentes en la
obediencia al Señor, “el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia
de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros.”
Hemos de ir a las naciones, que son la herencia de Cristo, y llamar a los individuos, reyes,
jueces y naciones con todas sus familias e instituciones, al arrepentimiento y a la sumisión al
gobierno de Jesucristo revelado en la Biblia. No podemos comprometer el mensaje. Las
demandas del evangelio de Cristo deben presentarse con claridad. Cristo conquistará las
naciones de la tierra, en la historia, a través de nuestro llamado vivo a todos los hombres y
naciones a unirse a nosotros en rendición y sumisión incondicionales al Rey de reyes y Señor
de señores. El Salmo 1 y el Salmo 2 no pueden separarse sin quitarle al uno o al otro su poder.
La santidad y el dominio son inseparables. Uno es imposible sin el otro. “¡Seguid la paz con
todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor!”
___________________

NUEVOS TIEMPOS
TOMANDO EL DOMINIO DE TODAS LAS COSAS
Por: Rubén Álvarez
Introducción.
El hombre, varón y hembra, fue creado por Dios con un potencial fascinante. Mismo que perdió
cuando pecó.
26
Génesis 1: 26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves
de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se
arrastra sobre la tierra. 27Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de
Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28Y los bendijo Dios, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los
peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra.
29
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está
sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán
para comer. 30Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a
todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde
les será para comer. Y fue así. 31Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí
que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”
Dios puso al hombre en la tierra como Su representante, Su imagen y Su semejanza podrían verse en
aquella creación. Fue formado del lodo, con sus manos, y recibió desde su misma boca el soplo de
aliento de vida que transformó aquella materia en órganos vitales, en ojos, piernas, venas, sangre,
corazón, cerebro; todo ello dándole al hombre toda la capacidad para cumplir con el propósito sublime
de su creación: “Señorear sobre toda la creación, sobre el agua, sobre la tierra, sobre los peces y los
animales, sobre las aves, sobre todo lo creado; y fructificar y multiplicar la bendición para llenar la
tierra de todo bien”
El hombre se equivocó, comió del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal bajo un engaño del
diabólico y así perdió su gran destino sobre la tierra. Perdió el señorío de la tierra y así la tierra vio
frustrarse la visión de que fuera llena de bien por todas partes.
Jesucristo, el postrer Adán, recuperó para nosotros todas las cosas. Nos libró de la maldición de la ley,
nos dio libertad de toda condenación, nos dio acceso al Reino de los Cielos, nos dio el don de la Vida
Eterna, venció al diablo en cruz al llevar todo el castigo que merecíamos, venció a la muerte al
resucitar y darnos la promesa de que vendrá por nosotros también, y también venció al diablo en toda
tentación que, al igual que al primer Adán, le hizo.
Hemos podido recuperar el estado de “Bendición Total” en la forma en que Dios creo al hombre. La
mujer no tiene porque tener dolores de parto, ni malestares durantes sus periodos, tampoco trastornos
en los embarazos ni problemas con su menopausia; la mujer ha recuperado su posición de ayuda
idónea y no tiene porque vivir demandando su satisfacción y felicidad en su marido, sino en Dios. El
hombre
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puede nuevamente comer de la semilla que Dios le da en lugar de comer del sudor de su frente,
puede disfrutar de la vida y descansar también, ha recuperado su capacidad para producir
abundantemente aún y cuando fuéramos viejos.
Hemos también recuperado el derecho a vivir en el paraíso aquí en la tierra, podemos comer también
del árbol de la vida nuevamente y además hemos recibido, por el nuevo nacimiento, la ciudadanía de
los cielos.
WOW, que inmensamente privilegiados somos. Gracias al postrer Adán, Jesucristo, podemos vivir
como originalmente Dios planeó que viviera el primer Adán.
Pero hoy quisiera que pudiéramos encontrar en la Palabra de Dios los secretos para recuperar
también el propósito y destino del hombre en la tierra. El hombre fue creado para ser señor de toda la
creación sobre la tierra, ser el representante de Dios ante toda la creación, manteniendo y
multiplicando sus bienes y misericordias.
No obstante lo que vemos es totalmente opuesto. El hombre ha sido señoreado en lugar de señorear.
Es señoreado por las circunstancias, por su carácter, por sus propios deseos y también por la creación
misma: huracanes, sequías, inundaciones, terremotos. Como seres humanos hemos crecido
enseñados en que no podemos hacer nada en contra de los designios de la naturaleza. Pero eso no
es lo que Dios planeó en el principio, sino que Dios puso al hombre para que fuera señor de la
naturaleza.
Pero Jesús nos mostró a tener dominio de todas las cosas: De uno mismo, de las circunstancias, de
las riquezas y aún de la naturaleza. Si el postrer Adán pudo hacerlo y todos nosotros estamos
revestidos de Él, entonces esta capacidad es para ti y para mí. Creo que la creación entera esta
esperando por ti.
Romanos 8: 18 “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo
presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse. 19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la
manifestación de los hijos de Dios. 20Porque la creación fue sujetada a
vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en
esperanza; 21porque también la creación misma será libertada de la
esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”
Carbones encendidos nos dice la escritura que somos, llenos del fuego de Dios, fortalecidos,
habilitados y capacitados por la poderos unción del Espíritu de Dios. Esparcidos por la ciudad de
acuerdo a la mano de quien nos tomó desde dentro del altar de Dios, de Su misma Presencia para
traer una transformación en la tierra donde vivimos.
Efesios 1: 3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo, 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según
el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la
cual nos hizo aceptos en el Amado, 7en quien tenemos redención por su
sangre, el perdón de
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pecados según las riquezas de su gracia, 8que hizo sobreabundar para con
nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9dándonos a conocer el misterio de
su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,
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de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de
los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
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En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12a
fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que
primeramente esperábamos en Cristo. 13En él también vosotros, habiendo
oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo
creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14que es
las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida,
para alabanza de su gloria”
Amada Iglesia, la Palabra nos dice que gracias a la obra redentora de Jesús, Dios ya nos bendijo con
“toda bendición espiritual” desde los cielos, para que fuéramos santos y sin mancha. Quiero decirte
que Dios te ha habilitado para que seas un digno representante de Él en la tierra.
Dios ha hecho abundar en ti sabiduría e inteligencia por Su Espíritu, para que conozcas los misterios
de Su Voluntad, para que en Cristo, todas las cosas en los cielos y la tierra sean unidas. Los cielos
vienen a la tierra por ti mismo, tu eres un canal de comunicación y bendición desde los cielos para la
tierra, tu tienes la unción para bajar el poder de Dios y su bendición sobre tu tierra.
En Cristo, dice la escritura, que también ya tienes herencia, para que seas un instrumento de alabanza
para su gloria. Una y otra vez Dios te dice, tu eres mi representante en la tierra. Y si quieres una
prueba de ello, pues Dios te la ha dado siendo sellado por el Espíritu Santo que había sido prometido.
Pero de la misma forma en que hoy día mucha gente compra costosas computadoras con enormes
potenciales en memoria y procesador, capaces de correr impresionantes programas que hoy día estás
disponibles; y terminan usando solo una pequeñísima parte de ella, usándola como máquina de
escribir o tan solo para chatear, y todo ese potencial se pierde, pues no se usa; así veo yo a muchos
cristianos, que tienen todo el potencial ya dado por Dios, ya han sido bendecidos con toda bendición
espiritual en los cielos, ya han recuperado la imagen y la semejanza de Dios, Dios les dice que ya son
sus representantes, pero no explotan todo su potencial en la tierra y no se manifiestan en el poder de
los hijos de Dios que es el Espíritu Santo.
1 Corintios 2: 11 “Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino
el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido”
Muchas veces no nos manifestamos en todo el potencial que tenemos porque lo desconocemos, pero
mira bien, que el Espíritu de Dios nos ha sido dado para que sepamos todo lo que Dios nos ha
concedido. Así que hoy vas a conocer más y más del enorme poder y capacidad que Dios ha
depositado en tus manos.
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Escuché a alguien decir que la Iglesia se dedique a lo suyo y dejen al gobierno que se dedique a los
suyo también. Hasta dijeron: Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. ¡Citaron la Biblia!
Para sus propios intereses.
Entonces le pregunté: ¿Y qué es lo que le corresponde a la Iglesia y que a otros? Bueno, me
respondió: A la Iglesia le corresponde atender lo espiritual, a los psicólogos pues atender la mente, a
los maestros y universidades lo intelectual, a los doctores ver por el bien del cuerpo y al gobierno pues
desarrollar las políticas sociales y económicas que permitan un desarrollo en el país.
Así que la Iglesia, de acuerdo con sus pensamientos, se reduce a atender los problemas espirituales,
pero hasta para eso tiene competencia pues allí también quieren ministrar las meditaciones
trascendentales, el yoga, la brujería, etc. Que impresionante es lo que el diablo desea hacer:
Arrinconar la acción de la Iglesia solamente al terreno espiritual. Cuando en verdad, Dios puso al
hombre sobre la tierra para que dominara sobre todas las cosas, y ahora, por medio de Jesucristo, le
ha dado a la Iglesia su Imagen y Semejanza para recuperar el dominio de todas cosas.
Los principios de Dios nos dan el poder para recuperar totalmente el dominio de todas las cosas.
¿Quisieras recuperar tu propósito central de haber sido creado?
DESARROLLO

1. Domínate de ti mismo en lugar de ser dominado por tu interior.

2 Timoteo 1: 6 “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios
que está en ti por la imposición de mis manos. 7Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
El apóstol Pablo le escribe a su discípulo Timoteo aconsejándole que fuera avivado. Creo que Dios
nos ha estado hablando una y otra vez de la misma forma. Si tú has recibido el don de Dios que es el
Espíritu Santo como un fuego dentro de ti, Dios nos dice que necesitamos “Avivamiento”
Razones para no estar avivado y no darte a conocer al mundo como el representante de Dios, tienen
que ver con el temor y la cobardía:

a. Temor a no poder con el paquete

b. Temor a no ser dignos representantes

c. Temor a ser traicionados por nosotros mismos.

Es por ello, nos dice Pablo, que no recibimos a ese espíritu de cobardía sino al Espíritu de Dios, quien
nos ha dotado de tres unciones sobrenaturales: Poder, Amor y Dominio Propio.
Dios nos ha dado una unción de poder para trabajar sobre toda circunstancia adversa que se presente
en tu vida o en la de quienes están bajo tu autoridad y vencer encima de todas ellas. Poder sobre
enfermedades, poder en contra de la pobreza, poder para echar fuera a los demonios, poder predicar,
poder para vencer a los enemigos, unción de poder en tu trabajo que te hará muy productivo. Así que
no tienes porque tener temor de no poder con el paquete, por el contrario: Tu tienes toda la capacidad
de representar a Dios en la tierra porque has sido investido de una Unción de Poder en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo.
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Pero también hemos sido dotados de una unción de Amor, para ser dignos representantes de Dios
en la tierra, no solo con poder en milagros y maravillas, en alta productividad y prosperidad; sino
mostrando amor a todas las personas, aún a nuestros enemigos. El apóstol Juan decía que quien no
amaba a sus prójimos en realidad no había conocido a Dios puesto que la esencia de Dios es el Amor.
Quien conoce a Dios ama a los demás, está dispuesta a dar y no a demandar, no juzga a nadie, sino
que la ley del amor ha sido escrita en su corazón, se vuelve benigno, bondadoso, amable.
Ahora bien, creo que el mayor impedimento por el cual muchos cristianos en lugar de avivarse en el
fuego del don del Espíritu Santo, se han convertido en más fríos que una congelada, es porque han
visto que su vida personal no tiene muchos avances que digamos. En casa aún persisten con
problemas, quizá no has podido sobreponerte a vicios o a tu mal carácter o florido lenguaje. Pero creo
que si esa es tu situación no has echado mano de toda la capacidad que el Espíritu de Dios ya te ha
dado. No solo has recibido poder para orar por las personas, no solo has recibido amor para perdonar
a quienes te han ofendido y hacerles bien, sino que también has recibido una unción de “Dominio
Propio” para empezar a dominar primero que nada sobre ti mismo.
Si queremos recuperar el señorío de todas las cosas que Dios nos dio en el principio debemos
empezar por recuperar el dominio de nosotros mismos. En ninguna manera debemos ser
enseñoreados por nuestro carácter, por nuestros gustos o por la vanagloria de la vida. Gobernarse a
uno mismo es la máxima expresión de la libertad, y Dios te la ha dado por medio de Su Espíritu. Usa
esta capacidad, esta habilitación que viene directamente desde Dios por medio de Jesucristo.
1 Corintios 6: 12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen;
todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna”
Poder, Amor, Dominio Propio, es lo que Dios te ha dado para que te prendas, para que te enciendas
en el fuego, para que vengas a ser un carbón encendido. ¡Avívate este día! Recupera el señorío que
Dios te entregó en el principio.
2. Señorío sobre lo creado en lugar de ser señoreado por ello.
Proverbios 3: 13
“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría,
Y que obtiene la inteligencia;
14
Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
Y sus frutos más que el oro fino.
15
Más preciosa es que las piedras preciosas;
Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
16
Largura de días está en su mano derecha;
En su izquierda, riquezas y honra.
17
Sus caminos son caminos deleitosos,
Y todas sus veredas paz.
18
Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano,
Y bienaventurados son los que la retienen.
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19
Jehová con sabiduría fundó la tierra;
Afirmó los cielos con inteligencia.
20
Con su ciencia los abismos fueron divididos,
Y destilan rocío los cielos”
Atendamos a esta porción importantísima en la Palabra de Dios. La herramienta que uso Dios para
fundar la tierra fue sabiduría, uso de la inteligencia para afirmar los cielos y operó con ciencia para
hacer las fuentes de arriba de tal manera que hoy tengamos bendición en la tierra.
Pues bien, quisiera que entendieras que Dios ha puesto a tu disposición el mismo poder que Él mismo
usó para fundar la tierra y afirmar los cielos. Mira que el proverbio dice: Mil veces feliz quien ha hallado
la sabiduría y que ha encontrado la inteligencia, porque estos dos atributos son mucho más valiosos
que el oro, la plata o las piedras preciosas.
Hemos visto caer una lluvia de oro, piedras preciosas han aparecido en las bolsas o en las manos de
las personas; estas han sido maravillosas manifestaciones físicas de la unción de Dios que se está
derramando sobre la Iglesia. Pero ni la sabiduría ni la inteligencia pueden verse físicamente, pero
quien es portador de ellas, no solo es capaz de producir las riquezas, sino de dominar sobre ellas.
Mucha gente es señoreado por las riquezas, ya sea con pobreza o con riqueza, pero quien tiene
sabiduría e inteligencia no es señoreado por ellas, sino por el contrario se enseñorea de ellas.
La sabiduría y la inteligencia es árbol de vida para que tu puedas comer de sus frutos. Mira bien.
Dominar sobre la tierra, sobre el mar, sobre todo lo que existe requiere de sabiduría e inteligencia.
Isaías 11: 1 “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus
raíces. 2Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No
juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos”
Esta profecía de Isaías apuntaba claramente sobre Jesús. Muchos cristianos, por ello no han podido
percibir que también es para ellos, puesto que todos nosotros que creemos en Él somos el cuerpo de
Cristo en la tierra.
Dice que cuando el Espíritu de Dios reposara sobre él entonces Jesús estaría equipado con espíritu
de sabiduría e inteligencia, con espíritu de consejo y poder, también con espíritu de conocimiento y
temor de Dios. El Espíritu de Dios viene acompañado de toda esta habilitación.
No juzgarás con la vista de tus ojos, no vas a sacar conclusiones a partir de lo que escuchen tus oídos
sino que el Espíritu de Dios te dará toda la sabiduría e inteligencia para tener un correcto
discernimiento. Podrás ver cosas desordenadas, vacías o en tinieblas y no sacarás conclusiones
incorrectas, sino que podrás hablar con sabiduría y cambiar las circunstancias.
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Dios te ha habilitado para que señorees sobre todo lo que existe y seas su representante en la
tierra.

3. Armas espirituales.

Por último quiero darte nuevamente los secretos de las armas espirituales que tenemos para poder
también tener pleno señorío espiritual y no solo sobre la materia. Quitemos de sobre nosotros
cualquier tipo de dominio o señorío espiritual del diablo. Así que tomando la ofensiva tenemos las
siguientes armas espirituales:
a). Oración.
2 Reyes 6: 15 “Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios,
y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y
carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? 16El le dijo:
No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que
están con ellos. 17Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos
para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí
que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego
alrededor de Eliseo. 18Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a
Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con
ceguera, conforme a la petición de Eliseo”
b) Ministrar el Espíritu de Dios.
Filipenses 1: 19 “Porque sé que por vuestra oración y la suministración del
Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación”
c) La alabanza
Isaías 30: 29 “Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra
pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte
de Jehová, al Fuerte de Israel. 30Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver
el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor,
con torbellino, tempestad y piedra de granizo. 31Porque Asiria que hirió con
vara, con la voz de Jehová será quebrantada. 32Y cada golpe de la vara
justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en
batalla tumultuosa peleará contra ellos”

d) La Palabra de Dios.

Jeremías 23: 29 “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo
que quebranta la piedra?”
e). La sangre del Cordero y la Palabra del Testimonio.
Apocalipsis 12: 9 “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua,
que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al
33
mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con
él. 10Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la
salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo;
porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los
acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11Y ellos le han vencido por
medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y
menospreciaron sus vidas hasta la muerte. 12Por lo cual alegraos, cielos, y
los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque
el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco
tiempo”
f). El nombre de Jesús.
Marcos 16: 17 “7Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre
echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18tomarán en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sanarán”
Minstración.
Creo que con todo lo anterior estamos listos para recuperar el señorío que Dios pensó para el hombre.
El postrer Adán, Jesucristo, nos ha devuelto todo lo que perdimos. Así que es tiempo de señorear
sobre nosotros mismos, sobre la tierra y el agua, sobre los animales, sobre la naturaleza, sobre toda
hueste espiritual de maldad. Dios nos ha habilitado para hacerlo.
¿Te animas a tomar el reto? ¿Será el tiempo de tu manifestación?

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