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MANUAL DE CONSEJERIA PASTORAL

A MADRES SOLTERAS

Introducción.

Por años se ha creído que la Iglesia es un “castillo de la pureza” en donde


las prácticas y pecados mundanos y groseros no suceden o no tienen por
qué acontecer. Pero, la realidad es que la iglesia está compuesta por
personas imperfectas y que algunos pecados que antes no se encontraban
en su seno, de un tiempo para acá han empezado a aparecer. Tal es el
caso de las “madres solteras”.
El asunto a tratar es la respuesta y la acción de la iglesia ante este
problema. Las mujeres que sufren este problema vienen de diferentes
trasfondos -de hogares respetables, de hogares cristianos, de hogares
pobres, de hogares pudientes, de hogares suburbanos, de hogares de
‘ghetos”, etc.- Vengan de donde vengan, ellas tienen problemas, y estos
no son del tipo de problemas que se solucionan con el simple sonido de la
predicación. El embarazo y la gestación continúan su proceso implacable.
Estos problemas llevan a la acción, más que a la simple reflexión.

Planteamiento y justificación del problema.

En la iglesia cristiana ha aumentado considerablemente el número de


madres solteras durante los últimos años. Y la iglesia como cuerpo de
Cristo, participa del dolor y la verguenza de la madre así como de la
responsabilidad de educar esos niños.
Como líderes cristianos nos enfrentamos a la necesidad urgente de abrir
los ojos a esta realidad, de conocer los factores individuales, sociales y
religiosos que facilitan o inducen una maternidad solitaria, las
consecuencias que trae para la madre y el niño, así como la
responsabilidad y ministerio de la iglesia en esta situación.
Para el efecto del presente trabajo se definirá a la “madre soltera” como
la mujer joven o adulta que concibe y da a luz un hijo fuera del
matrimonio legal. Por otro lado, “una niña madre” es aquella mujer
que tiene un hijo sin haber llegado a la edad adulta y sin estar
preparada para tenerlo. Se considera prudente y necesario hacer la
distinción entre las dos definiciones ya que la mayor proporción de madres
soltertas que se dan en nuestra sociedad se encuentra precisamente
entre las adolescentes.
Las estadísticas demuestran que más de un millón de adolescentes entre
las edades de 15-19 años, y una cantidad adicional de 30,000 abajo de los
15, han llegado a quedar embarazadas cada año en los Estados Unidos.
Más del 40% de esas adolescentes no están casadas, sino que engrosan
las filas de “las madres solteras”. Entre la minoría de las mujeres, este
número rebasa al 83%. De estos embarazos, 600,000 resultan en
nacimientos.
En Guatemala, existen numerosas adolescentes con hijos. De acuerdo al
documento Mujeres Latinoamericanas en Cifras de FLACSO, el 11.5% de
las mujeres embarazadas es menor de 18 años, algunas de ellas son hijas
de familia y otras son niñas de la calle.
Volviendo de nuevo a la importancia del fenómeno social de las madres
solteras, las preguntas aparecen por lo menos en tres niveles: el práctico
(¿dónde tendrá la joven su bebé? ¿cómo será financiado el embarazo y el
parto? ¿qué se hará con el bebé?); el psicológico (¿quién será el amigo y
confidente de esa madre que espera al bebé? ¿a quién le contará la
madre sus sentimientos, sus esperanzas y sus temores?); y el moral (¿qué
acerca de todo este negocio de sexualidad circunstancial y fortuita? ¿qué
acerca del sexo pre-marital? ¿está involucrado aquí un asunto del bien y
del mal? A todo este tipo de preguntas, ¿qué respuestas deben dárseles
como creyentes en Cristo?
La iglesia está sólo empezando a ver las dificultades que esta gente joven
tiene. Estos problemas se deben a la falta de disciplina en sus familias. La
iglesia no puede hacer todo, pero Dios dijo en su Palabra que las cosas
pequeñas que ésta haga no regresarán vacías, sino que cumplirán lo que
El desea. La iglesia necesita ser un refugio y una puerta abierta para estas
jóvenes.

Las causas del problema.

1) Según una escritora cristiana mexicana, la falta de amor a sí misma por


parte de la mujer , la necesidad de compañía, el libertinaje de la sociedad
contemporánea, la libertad excesiva que los padres proporcionan a sus
hijos, una tradición machista en la que el hombre no adquiere ninguna
responsabilidad de sus actos y la verguenza de haberlos cometido, y la
falta de una educación cristiana consistente que abarque la totalidad de la
vida humana, son algunos de los factores que propician el nacimiento de
bebés en esta situación irregular.
2) Una psicóloga guatemalteca opina que la incidencia en los casos de
embarazos en jóvenes, puede tener varias razones, pero generalmente,
en las menores de 15 años sobresalen las condiciones difíciles de
vivienda, abandono y los padres se preocupan generalmente por el
sustento y no por la educación. La misma persona añade que el embarazo
prematuro se da por falta de información, inadecuada educación sexual,
en algunos casos por abuso sexual y por relaciones sexuales precoces. Las
mismas adolescentes agregan a estos factores el descuido, la inseguridad
e inmadurez.
3) En los Estados Unidos, dentro de las comunidades de raza negra, se ha
encontrado que las probables causas de que haya tantas madres
adolescentes solteras son :
a) La actividad sexual. Cuatro de cada diez adolescentes han
experimentado por lo menos un embarazo, dos de diez por lo menos han
tenido el nacimiento de un bebé, y más de una de cada siete por lo menos
han sufrido un aborto. Las estadísticas en 1979 indican que el 65% de las
adolescentes negras son sexualmente activas, comparadas con el 42% de
las blancas. Además, el promedio de las adolescentes negras empiezan su
actividad sexual a los 15 años y medio, un año antes que las blancas.
b) La influencia del medio. El medio promueve entre, y promete a,
las adolescentes una experiencia máxima con una responsabilidad
mínima. Particularmente los mensajes altamente cargados de contenido
erótico y sexual del entretenimiento contemporáneo tales como las
películas, la televisión y la música popular. Los muchachos usan el amor
para obtener sexo, y las señoritas usan el sexo para conseguir amor.
c) La pobreza. La desesperanza y la inseguridad, dos productos de la
pobreza, con frecuencia contribuyen a este ciclo vicioso. Ellas no se
relacionan con los valores tradicionales de educación, matrimonio y
trabajo duro. Su enfoque está en el aquí y en el ahora. Ellos sólo ven el
instante de la gratificación, después de todo, nada hay para ellas en el
futuro. Ellas son la subclase de los “sin esperanza”.

Efectos del problema.

1) El rechazo y críticas hacia las adolescentes embarazadas siempre


existirá y el problema que ocasiona a las jóvenes se convertirá en un
círculo vicioso que también afectará al bebé, pues las situaciones que
enfrentan hacen que se les crucen por la mente ideas de incapacidad,
falta de valor propio y depresión, difíciles de controlar.
2) Además, la falta de aceptación hacia los hombres las puede llevar a no
querer tener relación con ellos o, por el contrario, a intentar rehacer su
vida una y otra vez, incrementando sus malas experiencias. Primero
reciben el rechazo de la pareja, luego de los padres, la familia, la sociedad
y finalmente el rechazo hacia sí mismas que se representa en un
sentimiento de culpa.
3) Los comentarios que se hacen respecto a las madres solteras
generalmente son fuertes e hirientes y eso no es útil para ellas. La
sociedad generalmente recrimina a los padres, argumentando la falta de
orientación y cuidado, también se objeta la precocidad sexual de las
jóvenes que se espera que lleguen a una etapa de madurez para formar
un hogar. A veces se dice que son adolescentes con libertinaje sexual y
algunos llegan a insultarlas con palabras que no tienen ninguna relación
con la situación que viven.
4) Los estudios truncados es otro resultado del fenómeno social de las
madres solteras. Las jóvenes que enfrentan un embarazo a corta edad y
no cuentan con el apoyo de su familia, generalmente buscan un trabajo
con el cual puedan sostenerse a sí mismas y a sus hijos por lo que sus
estudios quedan truncados. Este es el caso de numerosas hijas de familia
que son expulsadas de sus hogares al verse obligadas a reconocer su
embarazo ante los demás y al no ser apoyadas por su pareja.
5) Según un pediatra, las madres adolescentes enfrentan ciertos
problemas al quedar embarazadas, entre éstos se encuentran la ausencia
de un desarrollo físico completo y las situaciones a las cuales se
enfrentan, que muchas veces les provocan problemas nutricionales y
psicológicos pues no desean mostrar su embarazo ante los demás.
6) El abandono por parte del padre tiene consecuencias que trascienden
los límites del espacio y tiempo presentes: a) En la mujer se refuerza el
concepto de inferioridad frente al hombre, se hacen presentes fuertes
resentimientos de culpa y verguenza, al mismo tiempo que de ira e
impotencia. b) En el hijo, la falta de una figura paterna presente y
responsable, y el estigma de haber sido abandonado, crean dolor,
humillación, imágenes distorsionadas de la masculinidad y feminidad y
una rebeldía que puede llegar a traducirse en actos delictuosos.

Qué dice la Biblia al respecto.

Las madres solteras de nuestras iglesias deben saber que la Biblia


menciona un caso semejante al de ellas. Agar -sierva de Sara, la esposa
de Abraham- fue obligada por la tradición, a ser mujer de su amo y
después que quedó encinta fue despreciada y abandonada en el desierto,
con su hijo para que murieran. Pero la respuesta de Dios ante la triste
situación de esta mujer y su hijo fue realmente diferente a la de Abraham
y Sara, “ dio de beber al muchacho” .cuando su madre esperaba que
muriera. Además, “Dios asistió al muchacho, el cual creció, habitó en el
desierto y fue tirador de arco” e hizo de él una gran nación (Gn. 21:14-21)
En el encuentro entre Jesús y Zaqueo, vemos un ejemplo muy bueno de la
actitud que la iglesia debe tener hacia las personas que han cometido este
tipo de errores. Antes de predicarle o sermonearle, Jesús comió con él.
Jesús le ofreció a Zaqueo una relación, y en este contexto fue que le
compartió lo errónea y equivocada que había sido su conducta hasta ese
momento.

Posibles alternativas de solución.

Los programas del gobierno y las organizaciones comunitarias civiles


tienen alternativas de solución a este problema, sobre todo en los países
desarrollados. Sin embargo, en los países de América Latina empiezan a
surgir entidades gubernamentales y civiles con programas de atención y
apoyo a madres solteras. Los esfuerzos y resultados de ambos tipos de
organizaciones son loables, aunque la filosofía no sea del todo bíblica y
cristiana. Puede decirse que cada uno de esos programas tienen como
premisa la creencia de que las madres solteras deben ser motivadas a
ayudarse a sí mismas.
En muchas maneras, esta aproximación de auto-ayuda es también usada
en las agencias cristianas, con la dinámica adicional del mensaje de
Jesucristo que transforma las vidas. Por lo tanto, puede decirse que las
siguientes son las posibles alternativas de solución:
1) La alternativa ideal es que se motive y demuestre a las madres solteras
que sí pueden sacar adelante a sus hijos.
2) Enseñar a los padres que su actitud es de vital importancia para que la
madre soltera recupere la autoestima, ya que de no hacerlo, la mantendrá
en un nivel tan bajo que puede traerle complicaciones en su vida y la del
bebé.
3) Parte de la gravedad de este problema pudiera minimizarse con un
incremento de la educación sexual dentro del hogar. Muchos países han
logrado bajar los índices de maternidad juvenil a través de la información,
sin por esto recurrir a métodos antiéticos y logrando así mayor estabilidad
emocional y económica para las familias implicadas.

Las mejores alternativas.

Como creyentes en Cristo y comprometidos con la misión de la iglesia,


creemos que ésta tiene precisamente la mejor solución a este problema
de las madres solteras. Así que empezaremos haciéndonos una pregunta
¿Cuál es el ministerio y la responsabilidad de la iglesia frente a este
problema ?
1) “Más vale prevenir que remediar”, y ésta es precisamente la
responsabilidad de la iglesia: proveer una educación cristiana consistente
que abarque de manera total, cada una de las áreas de la vida del hombre
y la mujer. Que tal educación básica y consistentemente guíe a la
interiorización y práctica de los principios cristianos. Un hombre o una
mujer que amen a Dios sobre todas las cosas, y que hayan aprendido a
traducir a términos prácticos lo que significa amarse a sí mismo y al
prójimo, difícilmente se verán envueltos en esta situación.
2) El ministerio de la iglesia para con las madres solteras debe ser similar
al de Dios para con Agar. Cuando ella fue echada al desierto y su única
perspectiva era la muerte para ella y para el niño, Dios le dio agua que
salvó sus vidas. A ella la restauró a su condición de ser humano digno y
proveyó para su hijo un pueblo y un futuro. Este es el ministerio de la
iglesia para con la madre soltera: preservar su vida, y restaurarla en
Jesucristo, a su condición y dignidad. Además, debe ser un pueblo en el
que ella y su hijo sean aceptados en amor y perdón y en donde ambos
puedan crecer en la gracia y el conocimiento de Cristo Jesús.
3) La iglesia debe tratar de construir relaciones con estas jóvenes. Sólo
habiendo hecho esto se estará en condiciones de disciplinarlas (en el buen
sentido de la palabra), hacerles una crítica constructiva en amor -como un
adulto, a un plano de iguales- y permitirles que reconozcan sus errores.
Esto es importante y crucial ya que estas jovencitas dicen “Jesús no podría
amarme”, porque ellas ven la manera en que la iglesia las ama. Ellas
asocian el amor de Jesús con el amor de la iglesia. La iglesia, sin embargo,
está fallando en amar a estas personas de la manera que Jesús las amó.
Está olvidando el marco de amor; están amándolas en una forma errónea.
Pero, si primero se les ama y ellas conocen lo que es el amor, cuando ellas
sean castigadas, dirán “lo siento, fue mi error, fue mi falta, he aprendido
que... “. Entonces ellas recibirán la disciplina
4) El ministerio que alcance efectivamente a estas jóvenes es aquel que
encuentra la manera para aliviar las penas de la desesperanza y la
inseguridad. Se recomienda el desarrollo de un ministerio de “obras de
misericordia” y de “palabras de esperanza”.
a) “Obras de misericordia”. Un efectivo ministerio a madres solteras
debería incluir los siguientes servicios prácticos:
i.- Adecuado cuidado de la salud prenatal. Con frecuencia las madres
solteras provienen de trasfondos económicos muy bajos con hábitos de
alimentación muy pobres. Además, algunas de ellas traen hábitos como el
cigarrillo, alcohol y drogas, los cuales provocan consecuencias nocivas en
los niños aún no nacidos. Es esencial, por lo tanto, conocer la salud de la
madre tanto como la del niño.
ii.- Programa de dieta. Se reconoce que cambiar un pobre patrón de
hábitos alimenticios no es fácil. No sólo se les debe orientar a seleccionar
los alimentos más nutritivos, sino también cómo prepararlos.
iii.- Ropa adecuada para la madre y para el niño. La iglesia puede ayudar
al respecto buscando donaciones entre sus miembros.
iv.- Hogar. En algunos casos las madres solteras necesitan un hogar. La
iglesia o agencia cristiana debiera poder ofrecerles “hogares pastorales” a
las madres solteras. Esto proporciona la oportunidad de ministrarles más
íntimamente.
v.- Cuidado del bebé. La mayoría de las madres solteras no dan a sus
bebés en adopción, sino que prefieren cuidarlos personalmente. Si hay un
cuidado disponible, ellas podrán regresar a sus estudios y graduarse,
preparándose así para ofrecerle un mejor futuro a sus hijos. En los casos
donde no hay cuidado a la disposición, es casi imposible que ellas puedan
regresar a sus estudios. Esta es una ayuda vital que los ministerios
cristianos pueden ofrecer a las madres solteras.
vi.- Programas educacionales. Un alto porcentaje de las madres solteras
no tiene una educación alta. Por lo tanto, los ministerios cristianos
debieran aconsejar a las madres solteras acerca de otros programas
educacionales alternos a las carreras universitarias. Las carreras técnicas
son una opción válida.
vii.- Enriquecimiento cultural. Las madres solteras deben ser expuestas
ante hombres y mujeres (o biografías de ellos) que se han sobrepuesto a
las adversidades y han salido triunfantes a pesar de provenir de estratos
bajos de la sociedad y de haber luchado ante las injusticias sociales. Esto
les hace ver el potencial que todavía hay en ellas.
viii.- El papel o rol de modelos contemporáneos. Exponerlos a testimonios
de hombres y mujeres cristianos es extremadamente importante y
esencial. Exponerlas ante un genuino e íntegro liderazgo masculino en la
iglesia también es de gran valor. Recordemos la opinión que ellas tienen
de los hombres.
ix.- Materiales de estudio. Los consejeros deben sugerir libros y panfletos
con aplicación de principios bíblicos a su situación. Si hay disponibilidad,
debieran usarse todos los recursos posibles, tales como audio y video
cassettes. Sobre todo, los ministerios cristianos deben empezar a producir
sus propios materiales.
x.- Clases de cuidado infantil. En la mayoría de los casos, las madres
solteras son ignorantes en cuanto a cómo cuidar a sus bebés. Si estos
servicios no son ofrecidos por el hospital, la agencia cristiana debiera
proveerlo.
xi.- Socias en el parto-nacimiento. Los ministerios cristianos debieran
ayudar a las madres solteras a encontrar una socia para guiarles durante
todo el proceso.
xii.- Entrenamiento para la vida familiar. Si ellas escogen cuidar a sus
bebés, es importante que reconozcan que ningún príncipe vendrá a
“rescatarlas” de sus responsabilidades familiares. Ellas necesitan
aprender el arte de ser madres en una situación menor que la ideal. Una
instrucción cuidadosa debería proveerles la ayuda para enfrentarse con su
realidad. Demasiados niños se convierten en víctimas del abuso infantil
porque un padre o una madre no aprendió cómo enfrentar esta situación.

b) “Palabras de esperanza”. Un ministerio cristiano debe


comunicar a sus atendidas que Jesucristo es el Señor de todo. El es mayor
que todas las circunstancias adversas y es capaz de ayudarlas a
sobreponerse a cada una de ellas.
Se ha descubierto que una manera sencilla de comunicarles este mensaje
es escribirlo a manera de un “credo”, el cual proyecta la firme convicción
de que “Dios es capaz”. Es difícil que bajo estas circunstancias quieran
darse el tiempo de leer largos y profusos documentos. El que se sugiere
debe tener un vocabulario limitado, simple y acorde a su necesidad y
trasfondo. Al final de este manual se ofrece un “apéndice” con el credo de
una madre soltera.

Consejería a una madre soltera.

Se sugiere un plan de cinco pasos, a saber: 1)Encontrar información


general del trasfondo. ¿quién es el padre? ¿dónde vive él? ¿estudia él o
trabaja? ¿sabe él que tú estás embarazada? ¿se lo has dicho a tus padres?
¿cómo se sienten ellos? Hay que asegurarse de que la joven embarazada
no está queriendo tener un aborto. 2) Ayudarle a restaurar su autoestima.
Evaluar o valorar su medio ambiente familiar. Se puede referirla a un
“hogar o casa para madres solteras”. 3) Examinar o revisar las
responsabilidades enfrentándolas (con el padre si está de acuerdo y tiene
voluntad). Trabajar con ellos semanalmente sobre su autoimagen ya que
frecuentemente la han perdido. 4) Conectarlos con otras organizaciones
comunitarias que provean cuidado prenatal. Si no existe un programa tal,
crea uno. Nuestra labor principalmente debe consistir en actuar como un
enlace. 5) Después de que el bebé ha nacido, hay que abrigarlo con
cuidado post-natal. estas madres solteras tienen que prometer que
empezarán un nuevo programa total que tiene como fin servir a madres
jóvenes. Ellas tienen que asistir por sí mismas al programa, de tal manera
que tengan un cuidado adecuado. Las actividades y las amistades de
estas madres jóvenes no terminan, sino que continúan cuando hay
interés.

Conclusión.
La situación actual de nuestros países latinoamericanos favorece en gran
manera la proliferación de este mal. El éxodo de la provincia a las
capitales origina que en éstas se formen grandes hacinamientos que
promueven la promiscuidad. La gente que llega a las grandes ciudades
vive en un ambiente de pobreza y de falta de preparación. Los recursos
para triunfar en la vida son muy escasos, por lo cual la desesperación hace
presa de muchas chicas quienes encuentran un aparente “apoyo” en
hombres que buscan solamente el placer sexual.
Cada vez llegan a las iglesias evangélicas personas que vienen
arrastrando este problema. Además, por la falta de una correcta
educación sexual y de una buena comunicación familiar, el número de
señoritas provenientes de hogares cristianos, que caen en este error, es
cada vez creciente.
La iglesia de Cristo debe hacer frente de una manera muy sabia a este
fenómeno social. Al igual que Jesús enfrentó a Zaqueo con amor,
compasión y firmeza, así debemos hacer con estas mujeres solas. La
iglesia debe hacer uso de los recursos humanos con que cuenta en su
seno. La particpación debe ser interdisciplinaria -médicos, trabajadoras
sociales, psicológos, amas de casa, consejeros, maestros de Biblia, etc.-
para llenar las muchas necesidades que se presentan en estos casos.
Por otro lado, la consejería a “madres solteras” debe ser muy cuidadosa y
esmerada. Necesitan ser escuchadas y comprendidas, necesitan primero
ser amadas para luego ser corregidas y disciplinadas. Los familiares de la
madre soltera necesitan un seguimiento muy especial ya que muchas
veces son criticados, mal vistos y despreciados, lo cual hace que su
autoestima e imagen bajen mucho. Los bebés sin padres que nacerán de
estos embarazos, necesitan, a su vez, una educación y un trato especial y
dedicado. Esto se hace necesario por los problemas colaterales que
surgen de la falta de la figura paterna en el hogar, tales como el
homosexualismo y la delincuencia.
Por último, es urgente e importante que la iglesia local no deje este
precioso ministerio de servicio y misericordia en manos de entidades
gubernamentales o de organizaciones paraeclesiásticas. Existen recursos
humanos, espirituales, materiales y económicos para empezar y mantener
proyectos y programas que coadyuven en la solución o disminución de
este problema. Recordemos que Jesús, nuestro Señor, no vino a ser
servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos. Sigamos su
ejemplo, pero con empatía y amor cristiano, que todo lo que hagamos a
una de estas pequeñas criaturas, al Señor se lo haremos.

Trabajo hecho por Lic. Floriano Ramos Esponda


Como requisito de la materia Consejería Cristiana
En el Seminario Teológico Centroamericano en Guatemala, C.A.
Actualmente radicado en Springdale, AR y trabajando como
Sembrador de Iglesias Hispanas en la Asociación Bautista
Washington-Madison
Apéndice.

UN CREDO PARA MADRES SOLTERAS

Somos las # 1
Dios nos ha dado la vida (Job 33:4), ¿de acuerdo? Bien, eso significa que somos los número
uno ante los ojos de Dios (Gen. 1:27; Sal. 8:5-6). Pero, ¡hay más, Hermanas! Dios nos ha
hado nuestros bebés también (Sal. 139:13-14). De tal modo que esto significa que tenemos
que protegerlos, especialmente del “hombre” que nos dijo que nos dishicieramos de ellos (los
bebés) antes de que nacieran. ¿Escuchas lo que te digo (Ex.20:13; 1 Tes. 2:7)? Escucha, si el
“hombre” te dice “Vamos dentro, niña, nosotros podemos tener cuidado de tu “pequeño
problema”; tú díle francamente: “De ninguna manera. En Jesús, Dios me ama y ama a mi
bebé. Vamos a vivir para El” (Rom. 5:8; 1 Cor. 7:14),
Realmente lo hemos echado a perder (“la hemos regado”)
Pero antes de que te sientas engreída o vayas a ser descarada, recuerda, hemos transgredido
las leyes de Dios al tener relaciones sexuales con nuestros novios y merecemos ser castigadas
(1 Cor. 6:9-10; Heb. 13:4). Y ahora que estamos embarazadas, tenemos que pagar el precio (2
Sam. 12:9-14) - Por otro lado, haber tenido sexo con nuestros novios no es lo único malo que
hemos hecho. Hemos roto las leyes de Dios de muchas maneras diferentes - mintiendo,
estafando, peleando, arruinando a nuestros familiares- somos pecadoras y necesitamos el
perdón de Dios (Rom. 3:23; Sal. 130).

Aleluya, hemos sido perdonadas.


Chicas, ¡Tengo buenas noticias para ustedes! Dios nos ha perdonado por haber tenido
relaciones sexuales con nuestros novios y por aquellas cosas sucias y repulsivas que hemos
hecho en el pasado (1 Jn. 2:1-2). Consideren esto -Dios además dice que en Jesús El no
recuerda más lo que hemos hecho -El lo ha colocado muy lejos de su mente (Sal. 25:7; Jer.
31:34).

Tenemos un nuevo hogar.


¡Pero hay más, bastante más! Dios nos ha hecho miembros de su familia. ¿Puedes creer esto?
Jesús es nuestro hermano (mc. 3:35) y Dios nuestro Padre (Mt. 6:9), y también actúa como
nuestra madre. Esto es cierto, como nuestra madre (Is. 49:15). No debemos preocuparnos
porque seamos corridas a la calle otra vez. Tenemos un hogar. Podemos sentirnos bien acerca
de nosotras mismas porque Dios nos ha invitado para ser sus parientes (Rom. 8:28-39).

Tenemos un nuevo comienzo.


Ahora que estamos seguras en los brazos de Dios, estamos aprendiendo a descansar y confiar
en Jesús para ayudarnos a mejorar nuestra vida y la de nuestros bebés (Jn. 10:10). Con su
ayuda, podemos hacerlo; sabemos que podemos hacerlo (Fil. 4:13).

Tenemos nuevos sentimientos.


Ahora escuchen atentamente. En Jesús, podemos sentirnos bien acerca de ser mujeres solas.
El nos hizo del sexo femenino, y en Jesús, esto es bello. Somos hechas a su imagen y
semejanza (Gál. 3:28; Apoc. 5:9; 7:9).

Tenemos una nueva moralidad.


Ya que El ha hecho tanto por nosotras, le hemos llegado a amar cambiando nuestra vida
sexual. Es un error para nosotras tener a nuestro novio viviendo con nosotras. No estamos
casadas con ellos. La relación marital está restringida al matrimonio: Gn. 2:24; Mt. 19:5; Lc.
10:7; 1 Cor. 6:16). Y, por otro lado, ya que tenemos a Jesús, no necesitamos a nuestros chicos
para hacernos sentir bien - tenemos a Jesús (gál. 2:20; Hch. 17:28). Escuchen, nuestros
cuerpos no nos pertenecen. Ellos pertenecen a Dios (1 Cor. 6:19). Deben usarse para
agradarle a El (Rom. 12:1).

Tenemos una nueva energía.


En Jesús, estamos haciendo cosas que antes odiábamos hacer. Somos nuevas personas (2 Cro.
5:17). Estamos aprendiendo lo que significa hacer estas cosas. Estamos cansadas de posponer
las cosas (Prov. 6:6-11).

Tenemos nuevos consejeros o tutores.


Cuando tengamos un problema, tenemos al Señor y a su pueblo para acudir a ellos (Prov. 3:5-
6). No hay necesidad de inclinarse de nuevo a la pandilla nunca más. Si necesitamos algún
consejo o asesoramiento, sabemos dónde ir.

Tenemos quien nos proteja.


Cuando estamos a punto de ser timadas o engañadas, tenemos al Señor y a su pueblo para
acudir a ellos (Sal. 146:5-7). No hay necesidad de volver a los amigos de antes (a la gentuza).
Si necesitamos protección, sabemos dónde ir.

Tenemos quien nos provea.


Cuando no estamos seguras de dónde vendrá la próxima comida o cómo pagaremos las
facturas o cuentas, tenemos al Señor y a su pueblo para ir a ellos (Mat. 6:25-34). No hay
necesidad de regresar a las calles. Si necesitamos algo, sabemos dónde ir.

Tenemos quien nos estimule y anime.


Cuando nos sentimos tristes y no podemos ver o encontrar algo dentro de nosotras mismas,
tenemos al Señor y a su pueblo para ir a ellos (Stgo. 1:2). No hay necesidad. Si tenemos una
carga, sabemos a donde ir.

¡EN JESUS LO TENEMOS TODO!


(Credo elaborado por Iain Crichton del Centro para Estudios Teológicos
Urbanos en FIladelfia, Filadelfia, U.S.A)

Bibliografía.

Cantú, Raquel. ¿Madres solteras entre nosotros?, Edificación Cristiana,


Núm. 103, Mayo Junio. 1983. Págs. 13-14.

Crichton, Iain. Out-of-wedlock Teenage Pregnancies in the Black


Community, Urban Mission, Vol. 4, Num. 2, November 1986. Pags.14-
27

Hill, Wendy. Working with Unwed Teen Mothers: An Interview, Urban


Mission, Vol. 7, Num. 2, November 1989. Pags. 29-34.
Howard, Thomas. What about unwed mothers?, Christianity Today, Vol.
XIV, Numb. 12, March 13, 1970. Pags. 11-12.

Sierra, Sofía y Claudia Massis. Madrecitas (La edad no les ha impedido ser
madres, pero la maternidad les transformó la vida), Amiga, Número
108, 4 de mayo de 1994. Págs. 12-16.

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