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CONDUCTAS DISRUPTIVAS
INTRODUCCIÓN.
Ante el comienzo de un nuevo curso ¡Cuantas expectativas de toda índole! Los medios
de comunicación saturan la mente con tantos artículos "necesarios" para que los
alumnos comiencen felizmente su curso. Infinidad de recomendaciones encaminadas, en
el fondo a incitar a la compra de toda clase de objetos "útiles", "indispensables" para
cuidar la salud física (morrales,- materiales diversos...), sin olvidar multitud de
alimentos para fortalecer la mente y el cuerpo (zumos, yogures, dulces, etc)
complementos y equipos deportivos de "última". Toda esta parafernalia conduce a tal
vanalidad interior que el niño solo piensa en llegar de nuevo a la escuela para "divertirse
y jugar con sus amigos". estudiar y trabajar no es indispensable porque al fin y al cabo
al terminar, pasarán al nivel, año o etapa siguiente sin ningún problema.
Y una vez empezado el curso aparece el verdadero y gran problema de los educadores
-"las conductas disruptivas"- Cada día suceden en muchas de nuestras aulas casos de
agresiones a profesores y alumnos, a veces tan violentas y contínuas, que llegan a influir
en la salud psíquica y física de los que son atacados y/o injuriados sin llegar a estas
acciones violentas, se repiten continuamente casos de alumnos que, por desinterés, por
conductas especiales, carencias familiares, dificultades de aprendizaje, etc. "rompen" el
desarrollo normal de las clases, crean malestar entre los propios compañeros que
pretenden aprender pero que se ven impedidos y que acaban decepcionándose y
dejándose arrastrar por el ambiente de diversión y de no estudio creado por esos
compañeros.
Y por otro lado influye en gran medida la sociedad permisiva en que están integrados y
que nos invade con sus modos, modas, jerarquía de valores, o mejor dicho,
"contravalores", tan ajenos y diferentes a los valores que propugna la educación. Y una
administración educativa y unos padres de alumnos que han despojado a los educadores
de la autoridad necesaria para mantener un mínimo de orden, respeto y competen cia
para educar.
Debemos tener en cuenta que la familia educa, la escuela forma y la sociedad modula,
es decir, la familia transmite valores con los que debe crecer el individuo, la escuela
forma para aprender a conocer, hacer y ser (Informe Delors, de la UNESCO) y la
sociedad modela todo ese aprendizaje y formación, ofreciendo modelos coherentes con
los principios democráticos que ponga los limites de lo tolerable.
CONCEPTO.
Prevención:
• Evitar los problemas utilizando gestos, mirada, invasión de territorio, proximidad, un
ligero toque o una invitación a participar.
• Ser asertivo pero no agresivo.
• Reconocer que la autoridad no es invulnerable ante el error.
• Evitar el castigo colectivo.
• Trabajar el clima del grupo clase, darle responsabilidad de sus acciones y haciéndole
participar.
• Proponer tareas, a aquellos alumnos disruptivos, que vayan a realizar con éxito.
• Reforzar la autoestima.
Intervención:
Si hay que expulsar, buscar unas condiciones concretas y posibles para su vuelta.
Las propias expulsiones de clase pueden llegar a ser una recompensa. La gratificación
puede derivarse de ser el "escogido".
Tiene efectos poco duraderos, pues el problema suele volver a reaparecer en las
siguientes sesiones.
Alivia el malestar del educador pero desplaza el problema a otro lugar.
Impide el desarrollo de otras estrategias de afrontamiento, puesto que supone un estado
de máximo enfrentamiento.
El grupo de iguales puede elevar a la categoría de "héroe", puesto que es capaz de retar
al centro educativo y centrar la atención hasta esos extremos.
Con relación al alumno expulsado puede o bien servir de toque de atención, y en dicho
caso reacciona y se integra en el grupo clase, o bien puede crear resentimiento,
sentimiento de lejanía y endurecimiento con respecto al centro escolar.
¿Qué hacer para disminuir el conflicto?