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En voz alta, cuando llueve, de pie, en


la cama, en la biblioteca, en el aula, al me-
Para
diodía, con otros, con el televisor apagado,
cuando nos duele algo, de arriba hacia aba-
jo, de un tirón, sentado en una silla, con ra-
bia, antes de dormir, en el colectivo, por
leer de
partes, con ternura, en primavera, en un as-
censor, después de almorzar, en el tren, sin
que nadie nos vea, con música, con fiebre,
cuando se corta la luz, en los recreos, cuan-
todas
do tenemos visitas, en los cumpleaños,
cuando nos aburrimos, en la terraza, por te-
léfono, en la sala de espera, aunque nos
formas
escuche sólo nuestro perro, con voz grue-
sa, si hace calor, al pie de un árbol... Antología Poética
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antología poética 2 antología poética 19

Índice Reseñas biográficas


Botella al mar / El mensaje / Cansancio 3 Antonio Machado (1875, España – Alfonsina Storni (1892, Suiza
1939, Francia): fue un poeta español – 1938, Argentina): poeta y
Inútil soy 5 modernista y comprometido con la escritora argentina. Fue muy
lucha republicana durante la Guerra amiga del escritor uruguayo
Estado de ánimo 6 Civil. Horacio Quiroga.

Oliverio Girondo (1891 - 1967, Ar- Rubén Darío (1867, Nicara-


Poética / La carencia / Las moscas 7
gentina): poeta vanguardista y artista gua — 1916, España): fue un
plástico. poeta iniciador y máximo re-
Vaca 8 presentant e del Mod ernismo
literario en lengua española.
Oda a la tris teza 9 César Vallejo (1892, Perú – 1938,
Francia): el poeta peruano considera- José Martí (1853 — 1895,
do entre los más gr andes innovadores Cuba): fue un político, pensa-
V 10 de la poesía del siglo XX. dor, periodista, filósofo, poeta
y creador del Partido Revolu-
Ama tu ritmo 11 Alejandra Pi zarnik (1936 - 1972, cionario Cubano (PRC).
Argentina): fue una poetisa argentina.
XXV / La luna con gatillo 12 Vivió algunos años en París y fue Pablo Neruda (1904 — 1973,
amiga de Julio Cortázar. Chile): poeta chileno, senadory
Fusilamiento 16 embajador en Franci a, ganador
Mario Benedetti (1920, Uruguay): del Premio Nobel en 1971.
ensayista, escritor y poeta.
LI 17
Raúl González Tuñón (1905 -
Juan Gelman (1930, Argentina): poe- 1974, Argentina) fue un po eta,
En la carpeta / Sombras de los días por venir 18
ta y periodista. Ganador del Premio periodista y viajero argentino.
Cervantes en su edición de 2007.
Reseñas biográficas 19
Federico García Lorca
Nicolás Guillén (1902 - 1989, Cuba): (1898–1936, España): fue poe-
fue un poeta, periodista y diplomático ta, dramaturgo y prosista. Mu-
comprometido con la cultura negra y rió ejecutado por los soldados
la Revolución Cubana. nacionalistas durant e la Guerra
Civil Española, por su afinidad
Para leer de todas formas con la República.
Ed. Hernán Boeykens Leónidas Lamborghini (1927, Ar-
Imagen de tapa: Patricia Metola gentina): escribió numerosos libros de Vinicius de Moraes (1913 -
Buenos Aires poesía. Exiliado durante la dictadura 1980, Brasil): fue poeta, com-
Año 2008 por su militancia peronista. positor y músico popular.
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antología poética 18 antología poética 3

En la carpeta Botella al mar

Tomé mi amor que asombraba a los astros Pongo estos seis vers os en mi botella al mar
y le dije: señor amor, con el secreto designio de que algún día
us ted crece de tarde, noche y día, llegue a una playa casi desierta
de costado, hacia abajo, entre las cejas, y un niño la encuentre y la destape
sus ruidos no me dejan dormir, perdí todo apetito y en lugar de vers os extraiga piedritas
y ella ni nos saluda, es inútil, inútil. y socorros y alertas y caracoles.
De modo que tomé a mi amor,
le corté un brazo, un pie, sus adminículos, Mario Benedetti, Inventario I (1980)
hice un mazo de naipes
y ante la palidez de los planetas
me lo jugué una noche lentamente El mensaje
mientras mi corazón silbaba, el distraído.
Como el que
Juan Gelman, Gotán (1962) arroja
una botella
al mar.

Como el que
Sombras de los días a venir la arroja
vacía.
a Ivonne A. Bordelois
Como el que
Mañana la arroja
me ves tirán con cenizas al alba, vacía:
me llenarán la boca de flores,
Aprenderé a dormir y ese es su
en la memoria de un muro, mensaje.
en la respiración
de un animal que sueña. Leónidas Lamborghini, Circus (1986)

Alejandra Pizarnik, Los trabajos y las noches (1965) Cansancio

Cansado.
¡Sí!
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antología poética 4 antología poética 17

Cansado Eran cuatro soldados


de usar un solo bazo, callados,
dos labios, y les hizo una seña, bajando su sable, un señor oficial;
veinte dedos, eran cuatro soldados
no sé cuántas palabras, atados,
no sé cuántos recuerdos, lo mismo que el hombre que fueron los cuatro a matar.
grisáceos,
fragmentarios. Nicolás Guillén, Cantos par a sold ados y sones par a t uristas (1937)

Cansado,
muy cansado LI
de este frío esqueleto,
tan púdico, Mentira. Si lo hacía de engaños,
tan cas to, y nada más. Ya es tá. De otro modo,
que cuando se desnude también tú vas a ver
no sabré si es el mismo cuánto va a dolerme el haber sido así.
que usé mientras vivía.
Mentira. Calla.
Cansado. Ya es tá bien.
¡Sí! Como otras veces tú me haces esto mismo,
Cansado por eso yo también he sido así.
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato A mí, que había tanto atisbado si de veras
y de una cola auténtica, llorabas,
alegre, ya que otras veces sólo te quedaste
desatada, en tus dulces pucheros,
y no es te rabo hipócrita, a mí, que ni soñé que los creyeses,
degenerado, me ganaron tus lágrimas.
enano. Ya es tá.

Cansado, Mas ya lo sabes: todo fue mentira.


sobre todo, Y si sigues llorando, bueno, pues!
de estar siempre conmigo, Otra vez ni he de verte cuando juegues.
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño, César Vallejo, Trilce (1922)
allí, donde me encuentre,
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antología poética 16 antología poética 5

suavem ente, con las mismas narices


para que esto cambie de una vez. y con las mismas piernas;
como si no deseara
Raúl González Tuñón, Canciones del tercer frente (1941) esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
Fusilamiento y vi vir, unos meses, adentro de una piedra.
1 Oliverio Girondo, Persuasión de los días (1942)

Van a fus ilar


a un hombre que tiene los brazos atados:
hay cuatro soldados Inútil soy
para disparar.
Son cuatro soldados Por seguir de las cosas el compás,
callados, A veces quise, en este siglo activo,
que están amarrados, Pensar, luchar, vi vir con lo que vivo,
lo mismo que el hombre amarrado que van a matar. Ser en el mundo algún tornillo más.
2 Pero, atada al ensueño seductor,
De mi instinto volvía al os curo pozo,
-¿Puedes escapar? Pues, como algún insecto perezoso
-¡No puedo correr! Y vora z, yo nací para el amor.
-¡Ya van a tirar!
-¡Qué vam os a hacer! Inútil soy, pesada, torpe, lenta,
-Quizás los rifles no estén cargados... Mi cuerpo, al sol, tendido, se alimenta
-¡Seis balas tienen de fiero plomo! Y sólo vivo bien en el verano,
-¡Qui zás no tiren esos soldados!
-¡Eres un tonto de tomo y lom o! Cuando la selva huele y la enroscada
Serpiente duerme en tierra calcinada;
3 Y la fruta se baja hasta mi mano.
Tiraron. Alfonsina Storni, Ocre (1925)
(¿Cómo fue que pudieron tirar?)
Mataron.
(¿Cómo fue que pudieron matar?)
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antología poética 6 antología poética 15

Estado de ánimo el pan ganado altivamente,


la flor del aire,
Unas veces me siento el dolor auténtico,
como pobre colina la alegría sin una mancha.
y otras como montaña
de cumbres repetidas Tengo derecho al vino,
al aceite, al Museo,
unas veces me siento a la Enciclopedia Británica,
como un acantilado a un lugar en el ómnibus,
y en otras como un cielo a un parque abandonado,
azul pero lejano a un muelle,
a una azucena,
a veces uno es a salir,
manantial entre rocas a quedarme,
y otras veces un árbol a bailar sobre la piel
con las últimas hojas del Último Hombre Antiguo,
con mi esqueleto nuevo,
pero hoy me siento apenas cubierto con piel nueva
como laguna insomne de hombre flamante.
como un embarcadero
ya sin embarcaciones No puedo cruzarme de brazos
e interrogar ahora al vacío.
una laguna verde Me rodean la indignidad
inmóvil y paciente y el desprecio;
conforme con sus algas me amenazan la cárcel y el hambre.
sus musgos y sus peces ¡No me dejaré sobornar!

sereno en mi confianza No. No se puede ser libre enteramente


confiado en que una tarde ni estrictamente digno ahora
te acerques y te mires cuando el chacal está a la puerta
te mires al mirarme. esperando
que nuestra carne caiga, podrida.
Mario Benedetti, Inventario I (1980)
Subiré al cielo,
le pondré gatillo a la luna
y des de arriba fusilaré al mundo,
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antología poética 14 antología poética 7

Cuando haya que lanzar la pólvora Poética


el hombre lanzará la pólvora.
Cuando haya que lanzar el libro De mañana oscurezco
el hombre lanzará el libro. De día tardo
De la unión de la pólvora y el libro De tarde anochezco
puede brotar la rosa más pura. De noche ardo.

Digo al pequeño cura Al oeste la muerte


y al ateo de rebotica Contra quien vivo
y al ensayis ta, Del sur cautivo
al neutral, El es te es mi norte.
al solemne
y al frívolo, Otros que cuenten
al notario y a la corista, Paso por paso:
al buen enterrador, Yo muero ayer
al silencioso vecino del tercero,
a mi amiga que toca el acordeón: Nazco mañana
-Mirad la mosca aplastada Ando donde hay espacio
bajo la campana de vidrio. Mi tiem po es cuándo.

No quiero ser la mosca aplastada. Vinicius de Moraes, Río de Janeiro (agosto de 1970)
Tampoco tengo nada que ver con el mono.
No quiero ser abeja. La carencia
No quiero ser únicamente cigarra.
Tampoco tengo nada que ver con el mono. Yo no sé de pájaros,
Yo soy un hombre o quiero ser un verdadero hombre no conozco la historia del fuego.
y no quiero ser, jamás, Pero creo que mi soledad debería tener alas.
una mosca aplastada bajo la campana de vidrio.
Alejandra Pizarnik, Las aventuras perdidas (1958)
Ni colmena, ni hormiguero,
no comparéis a los hombres Las moscas
nada más que con los hombres.
Vos otras, las familiares,
Dadle al hombre todo lo que necesite. inevitables golosas,
Las pesas para pesar, Vos otras, moscas vulgares,
las medidas para medir, Me e vocáis todas las cosas.
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antología poética 8 antología poética 13

¡Mos cas del primer hastío ni un pan,


en el salón familiar ni un muro,
las claras tardes de estío ni una silla,
en que yo empecé a soñar! ni una bota.

Y en la aborrecida escuela, Con una mesa,


raudas moscas divertidas, con un pan,
perseguidas con un muro,
por amor de lo que vuela. con una silla,
con una bota,
Que todo es volar, sonoras, no se puede cambiar el mundo.
rebotando en los cristales
en los días otoñales... Con una carabina,
moscas de todas horas. con un libro,
eso es posible.
Inevitable golosas,
que ni labráis como abejas, ¿Comprendéis por qué
ni brilláis cual mariposas; el poeta y el soldado
pequeñitas, revoltosas, pueden ser una misma cosa?
vos otras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas. He marchado detrás de los obreros lúcidos
y no me arrepiento.
Antonio Machado, Soledades (1907) Ellos saben lo que quieren
y yo quiero lo que ellos quieren:
Vaca la libertad, bien entendida.
A Luis Lacasa
El poeta es siempre poeta
Se tendió la vaca herida; pero es bueno que al fin comprenda
Árboles y arroyos trepaban por sus cuernos. de una manera alegre y terrible
Su hocico sangraba en el cielo. cuánto mejor sería para todos
que esto cambiara.
Su hocico de abejas
bajo el bigote lento de la baba. Yo los seguí
Un alarido blanco puso en pie la mañana. y ellos me siguieron.
Las vacas muertas y las vivas , ¡Ahí está la cosa!
rubor de luz o miel de establo,
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antología poética 12 antología poética 9

XXV (Fragmento) balaban con los ojos entornados.

Alfan alfiles a adherirse Que se enteren las raíces


a las junturas, al fondo, a los testuces, y aquel niño que afila su navaja
al sobrelecho de los numeradores a pie. de que ya se pueden comer la vaca.
Alfiles y cadillos de lupinas parvas .
Arriba palidecen
César Vallejo, Trilce (1922) luces y yugulares.
Cuatro pezuñas tiemblan en el aire.

La luna con gatillo Que se entere la luna


y esa noche de rocas amarillas:
Es preciso que nos entendamos. que ya se fue la vaca de ceniza.
Yo hablo de algo seguro y de algo posible.
Seguro es que todos coman Que ya se fue balando
y vi van dignamente por el derribo de los cielos yertos
y es posible saber algún día donde meriendan muerte los borrachos.
muchas cosas que hoy ignoramos.
Entonces, es necesario que esto cambie. Federico García Lorca, Poeta en Nueva York (1940)

El carpintero ha hecho esta mesa


verdaderamente perfecta
donde se inclina la niña dorada Oda a la tristeza
y el celes te padre rezonga.
Un ebanista, un albañil, Tristeza, escarabajo
un herrero, un zapatero, de siete patas rotas,
también saben lo suyo. huevo de telaraña,
rata descalabrada,
El minero baja a la mina, esqueleto de perro:
al fondo de la estrella muerta. Aquí no entras .
El campesino siembra y siega No pasas.
la estrella ya res ucitada. Ándate.
Todo sería maravilloso Vuelve
si cada cual viviera dignamente. al sur con tu paraguas,
vuelve
Un poema no es una mesa, al norte con tus dientes de culebra.
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antología poética 10 antología poética 11

Aquí vi ve un poeta. Mi vers o es de un verde claro


La tris teza no puede Y de un carmín encendido:
entrar por estas puertas. Mi vers o es un ciervo herido
Por las ventanas Que busca en el monte amparo.
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas, Mi vers o al valiente agrada:
las banderas bordadas Mi vers o, breve y sincero,
del pueblo y sus victorias. Es del vigor del acero
No puedes. Con que se funde la espada.
Aquí no entras .
Sacude José Martí, Versos sencillos (1891)
tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu manto
yo barreré los trozos Ama tu ritmo
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento, Ama tu ritmo y ritma tus acciones
yo te torceré el cuello, bajo su ley, as í com o tus vers os;
te coseré los ojos, eres un univers o de universos
cortaré tu mortaja y tu alm a una fuente de canciones.
y enterraré tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano. La celeste unidad que presupones
hará brotar en ti mundos divers os,
Pablo Neruda, Odas elementales (1954) y al res onar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.
V
Escucha la retórica divina
Si ves un monte de espumas, del pájaro del aire y la nocturna
Es mi vers o lo que ves , irradiación geométrica adivina;
Mi vers o es un monte, y es
Un abanico de plumas. mata la indiferencia taciturna
y engarza perla y perla cris talina
Mi vers o es como un puñal en donde la verdad vuelca su urna.
Que por el puño echa flor:
Mi vers o es un surtidor Rubén Darío, Prosas profanas (1896)
Que da un agua de coral.

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