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Caracas, 19/11/2010 Gerry Avella # 200906090 CI 19.548.

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Resumen de ideas: Politeia, Aristóteles


Libro quinto

Sobre la continuidad de una forma de gobierno determinada para las masas siempre se ha presentado una
interrogante muy difícil de responder, desde la revolución neolítica y hasta hoy en día, el ejercicio del mando
por consenso sobre las personas ha sido una tarea en donde generalmente termina por haber un descontento
en algún sector de la sociedad.

De entre los sistemas de gobierno que el hombre ha concebido, ninguno que se conozca ha logrado satisfacer
las necesidades de todos los que en el hacen vida, esto se debe a que siempre hay un sector que logra
imponerse sobre todos los demás, ya sea política o económicamente.

Independientemente de cuáles hayan sido los medios para lograr tal superioridad, posean o carezcan de
legalidad, sean honestos o deshonestos éticamente hablando; dentro del sector menos favorecido, que por lo
general es más amplio en número, se origina un malestar o descontento, lo cual da paso a la interrupción del
orden político establecido y a la imposición de uno distinto, es solo cuestión de tiempo para que se agote la
vida de un sistema y se le de paso a uno diferente. Este cambio, que por su misma naturaleza suele ser brusco,
es lo que conocemos como una revolución política, esto es precisamente lo que Aristóteles analiza en el Libro
Quinto de su Politeia.

Con este preámbulo, repasemos entonces las ideas más relevantes que Aristóteles plasma con respecto a las
revoluciones y la continuidad de las polis:

Sección primera: Circunstancias por las cuales se generan las Revoluciones:

-La democracia es el resultado de la creencia de que si se da la igualdad en algo se da la igualdad en todo (por
ser todos igualmente libres, se imaginan que son iguales en todo).
-La oligarquía, por el contrario, de suponer que quienes son desiguales en algo lo son totalmente (por ser
desiguales en fortuna los creen desiguales en absoluto).
-Los representantes de cada corriente tienen razón en apariencia; pero están totalmente equivocados. Por este
motivo se rebelan cuando no alcanzan la participación de poder que, según su hipótesis, a cada uno
corresponde tener.
-Los que sobresalen en méritos se rebelarían con más justificación que los demás, pero son los que menos lo
hacen, (…). Estos son los principios y fuentes, por así decirlo, de donde se originas las revoluciones.
-En todas partes la revolución se debe a una desigualdad, (…). Siempre la búsqueda de la igualdad
despierta rebelión.
-Existen dos clases de igualdad: la de número y la de mérito, refiriéndose la primera a cantidad y tamaño y la
segunda a proporción (aritmética o geométrica).
-La justicia es la igualdad según el merito, sin embargo hay discrepancia de opiniones (Democracia-
Oligarquía)
-Es una tontería organizar [la politeia] simplemente según un criterio único de igualdad. Lo prueba la
experiencia: ninguna de tales politeias es duradera. Por eso debe emplearse unas veces la igualdad aritmética y
otras la proporcional.
-Es más segura y menos expuesta a sediciones la democracia que la oligarquía.
-La politeia formada por los estamentos medios está más cerca de la democracia que la de las minorías, y es la
más segura y estable de tales politeias.
Sección Segunda: Orígenes y Causas de las revoluciones:

-Para el estudio de los orígenes y causas de las revoluciones debemos tomar en cuenta lo siguiente: -Razones
para rebelarse -Por qué causas -Cuáles son los comienzos de los disturbios políticos y de las querellas
intestinas.
-Los inferiores se rebelan para ser iguales, y los iguales, para ser superiores.
-El fin de la rebelión es provecho y honra, o sus contrarios.
-Las causas y comienzos de las revoluciones son las siguientes:
1) Provecho 5) Afán de poder
2) Honor 6) Desprecio
3) Insolencia 7) Incremento desproporcionado
4) Terror

Sección Tercera: Orígenes y Causas de las revoluciones:


-La insolencia y la acumulación de provechos tienen suma importancia como causa de sublevaciones. Cuando
los que están en el poder se ensoberbecen y ambicionan su medro [personal], [los ciudadanos] se sublevan
contra ellos y contra las politeias que autorizan tal licencia.
-Cuando un ciudadano acumula mucho poder conviene acudir al ostracismo, mas es mejor evitar tal situación
a corregirla.
- En las oligarquías, asimismo, los más se rebelan por el mal trato, por no participar en el mismo grado, según
lo antes dicho, a pesar de la [pretendida] igualdad; en las democracias, los notables, al ver que se les coloca en
el mismo nivel, no siendo iguales.
-Parece que en las polis toda diferencia crea una disensión .

Sección Cuarta: Las revoluciones también pueden comenzar por querellas entre los poderosos:

-Las revoluciones no se originan de pequeños [motivos], pero tampoco versan sobre pequeñeces; las
revoluciones [ponen en juego asuntos] grandes. Las [cosas] pequeñas influyen mucho cuando se producen en
los poderosos.
-En general, las querellas de los notables hacen que arrastren consigo la polis íntegra.
- Además se dan transformaciones en oligarquía y democracia y [aun] en politeia, como resultado del
prestigio, o por crecido influjo de poder, o por un elemento de la polis.
- En una palabra, conviene no olvidar que quienes han sido causa del acrecentamiento de
poder -[ciudadanos] privados, magistrados, files, un sector y corporación cualquiera-han suscitado revueltas:
porque envidiosos de los [que disfrutaban] honores promueven una rebelión, o ellos mismos por [sentimiento
de] superioridad han desdeñado permanecer en [los límites de la] igualdad.
- También las politeias se agitan cuando los que se creen antagonistas de una polis se balancean por parejo,
digamos los ricos y el pueblo [menudo], y la [categoría social] media no existe, o es reducida: si una de las
dos facciones es muy superior, la otra no quiere arriesgar contra la evidentemente más fuerte.

Sección Quinta: Revoluciones en Democracias:

-Las democracias se agitan debido más que todo a la desfachatez de los demagogos.
-Haciendo de sicofantes de los que tienen dinero, éstos se unen (El peligro une a los aun a los más grandes
enemigos)
-Como voceros del pueblo los incitan a la coalición.
-Las revoluciones se originan prácticamente de esta manera: De vez cuando [los demagogos], para ganarse el
favor [popular], agraviando a los ricos los unen, sea repartiendo los
bienes [de éstos], sea empleando sus ingresos para [pagar] servicios [públicos], otras veces acusándolos
falsamente a fin de confiscar sus bienes.
-Cuando el demagogo también es estratega, la democracia se transforma en tiranía.
-Los capataces, al volverse guerreros se dedicaron a la tiranía. Habiéndose ganado la confianza del pueblo, la
confianza se convirtió en odio contra los ricos.

Sección Sexta: Revoluciones en Oligarquías:

-Las oligarquías se alteran por las siguientes causas:


-Cuando oprimen injustamente al pueblo:
-Todo [el mundo] es capaz de ser líder, en especial cuando sucede que de la misma oligarquía surge el
caudillo.
-Las revueltas unas veces ocurren por parte de los propios ricos cuando están excluidos del poder y muy pocos
disfrutan de los honores. (Quienes no tienen parte en el gobierno se agitan.
-Las oligarquías también se destruyen desde dentro [trabajadas] por la rivalidad de los demagogos.
-Se dan cambios también en la oligarquía cuando [éstos] malgastan lo propio viviendo desenfrenadamente.
-Una oligarquía armoniosa no se destruye fácilmente desde el interior.
-Perecen [las oligarquías] cuando en el seno de la oligarquía se crea otra [especie de] oligarquía.
-Se dan cambios de las oligarquías tanto en guerra como en [tiempo de] paz; en guerra, al verse obligadas a
contratar tropas [mercenarias] por desconfiar del pueblo. (Se le entrega a un solo [estratega] por ventura, y
éste a menudo se hace tirano)
-En [tiempo de] paz, precisamente debido a la mutua desconfianza, entregan la defensa a los soldados y a un
arconte mediador, el cual a veces se hace dueño de ambos [bandos].
- También nacen [las] sediciones en el seno de la oligarquía por haberse excluido mutuamente unos a otros y
haber formado facciones hostiles, a propósito de bodas y litigios.
- Muchas [oligarquías] debido al demasiado despotismo de los oligarcas, han sido destruidas por resentidos en
la politeia.
- También se producen cambios ocasionalmente de la llamada politeia y de las oligarquías cuando [los] que
deliberan, juzgan y desempeñan los otros cargos [lo hacen] con base en los bienes de fortuna.

Sección Séptima: Revoluciones en Aristocracias:

- En las aristocracias se originan las revoluciones, unas [veces] porque pocos participan de los honores, lo cual se
ha dicho que agita asimismo a las oligarquías, puesto que la aristocracia es, en cierto sentido, una oligarquía (ya
que en ambos [casos] son pocos los que gobiernan, aunque no por la misma causa).
-[también se presentan revoluciones] cuando algunos, que son grandes [por el linaje] y nada inferiores en méritos,
son afrentados por ciertos [personajes] más encumbrados. O cuando un valiente no es partícipe de los honores.
- Aún más, [se presentan] cuando unos están en la extrema indigencia y otros sobre abundan [en bienes].
-En general, se arruinan las politeias y las aristocracias por la desviación de la justicia en la politeia
misma.
-A medida que hay más igualdad crece la satisfacción.
-En general, a' dondequiera se incline la politeia, hacia allá se dirige el cambio: uno de los dos se fortalece en
provecho propio, por ejemplo, la politeia [se convierte] en democracia, [la] aristocracia en oligarquía, o lo
contrario, como la aristocracia en democracia (en el caso de
que los pobres, maltratados, inciten al [extremo] opuesto), y las politeias en oligarquía. [Crece la convicción de
que] lo único estable es la igualdad proporcional al mérito, y a que tenga cada uno lo que corresponde [a cada cual].
-La mayoría de las veces pasa inadvertido el cambio de las aristocracias, porque se desbaratan poco a poco, según
antes se dijo de todas las politeias, puesto que causas insignificantes pueden determinar revoluciones.
Sección Octava: Preservación de las Politeias:

- En las politeias bien atemperadas mucho debe cuidarse que nada- se haga contra la ley, y mayormente se
vele por lo pequeño: porque pasa inadvertida cualquier transgresión [velada], igual que un gasto pequeño del
patrimonio repetido con frecuencia causa ruina [al patrimonio].
-Algunas [organizaciones] se sostienen, no sólo aristocracias sino oligarquías, y no por ser firmes las politeias
sino porque los que están en el gobierno tienen [una actitud moderada] con los que están fuera de la politeia y
con los que están dentro del politeuma, por una parte, con no agraviar a los que no participan [del gobierno],
y por otra, con admitir a la politeia a sus dirigentes, y con no injuriar a los ambiciosos en puntos de honra y, a
la mayoría, en sus intereses y en fin, con tratar demóticamente a éstos y a los que participan [del poder].
- Las politeias se preservan no sólo cuando se hallan lejos los [elementos] destructores sino, a veces, cuando
[precisamente] están cerca, pues por el miedo [de ellos] se atiende con más [firmeza] a la seguridad de la
politeia.
- Hay que velar asimismo por que las rivalidades y querellas de los notables se controlen con leyes.
-Es común en una democracia, en una oligarquía, en una monarquía, y en cualquier politeia, no engrandecer
demasiado a nadie más allá de la simetría, sino más bien procurar moderados honores durante largo tiempo,
que grandes en poco.
- En especial, tratar con leyes de controlar que nadie llegue a ser poderoso en demasía, ni por amigos ni por
dinero, de lo contrario hay que enviado fuera del país.
- Pero lo capital en toda politeia es que sea ordenada por las leyes y por algún sistema de administración, de
manera que las magistraturas no sean para obtener utilidades.
- En una oligarquía, por su parte, hay que tener mucho cuidado de tos indigentes, y asignarles los empleos de
donde (resultan) [buenas] remuneraciones; y si algún rico los ultraja, el castigo [debe] ser más severo que si
fuera contra los iguales.
- Es asimismo conveniente, tanto en una democracia como en una oligarquía, conceder la igualdad o la
preferencia en todo, excepto en las principales magistraturas de la politeia, a los que participan menos de la
politeia -a los ricos en una democracia, a los pobres en una oligarquía- y confiarlas sólo, o en su mayoría, a los
partidarios de la politeia.

Sección Novena: Condiciones que deben tener quienes vayan a asumir los altos cargos:

- Lealtad para con la politeia establecida; después, una habilidad grande en el ejercicio de las funciones [del
gobierno]; en tercer lugar, virtud y justicia en cada politeia de acuerdo con la politeia.
- Podría suscitarse la objeción de que si una persona tiene competencia [para gobernar] y lealtad a la politeia,
para qué va a necesitar la virtud: una y otra harán lo que es de [público] interés. Sin embargo, cabe la
posibilidad de que carezcan de dominio de sí aun poseyendo aquellas dos. Y como a sabiendas no se preocupa
de sí mismo, aun amando su propio interés, así nada impide que frente al [provecho] común se despreocupe.
-Es menester, pues, que el legislador y el político no desconozcan, por una parte, cuáles [medidas] entre las
demóticas preservan y cuáles echan a pique la democracia, y de igual manera dentro de la oligarquía cuáles
[echan a perder] la oligarquía. Porque no es posible que ninguna de ellas sea y continúe existiendo sin los
ricos y sin la masa; sino que cuando se introduzca la igualdad de bienes necesariamente esta politeia deja de
ser la misma, de modo que al arruinar con leyes en forma exagerada [a ricos y pobres], arruinan también las
politeias.
- Otro error se comete tanto en las democracias como en las oligarquías: en las democracias, [lo cometen] los
demagogos, donde la plebe está por encima de las leyes. (Dividiendo siempre en dos la polis, hacen oposición
a los ricos, cuando debería por el contrario parecer siempre que hablan en favor de los ricos.) En las oligarquías

[deberían] defender al pueblo los oligarcas, y prestar juramentos contrarios a los que ahora juran los oligarcas.
-El medio más importante de conservación de las politeias es la educación.
- Hay un doble [aspecto) con el cual parece definirse la democracia: que la mayoría sea soberana, y la libertad.
Se supone que justicia es igualdad, que igualdad es la voluntad de la muchedumbre, que ésta es soberana y
que libertad es lo que a cada cual se le antoje hacer. En semejantes democracias cada cual vive como le place,
o conforme se le ocurre, como dice Eurípides. Pero eso es [un sofisma] tonto. No debe pensarse que vivir
conforme a [las leyes de] la politeia es esclavitud sino libertad.
Sección Decima: De la Monarquía:

-Casi lo mismo que hemos comentado de las politeias es lo que acontece con la monarquía y la tiranía.
- La monarquía sigue la línea de las aristocracias; la tiranía, empero, es mezcla de oligarquía y democracia
extremas.
- Por eso es más perjudicial a los súbditos, combinada [como está] de dos [gobiernos] desviados: de los
abusos y errores extraídos de una y otra politeia.
- La realeza se clasifica en relación [próxima] con el [poder] aristocrático.

- El rey quiere [y debe] velar porque los propietarios no sufran injusticia en sus posesiones, y el pueblo no sea
ultrajado; la tiranía, empero, como se ha repetido tantas veces, no tiene cuidado del [interés] público si no
[está unido a] su ventaja personal. La meta del tirano es su gusto, la del rey el bien; por eso lo propio del
tirano es acumular dinero, y lo de los reyes, el honor ante todo: la guardia real [se compone] de ciudadanos;
la del tirano, de mercenarios.
- Los objetivos [de las revoluciones] son los mismos, según se dijo, en unas y otras, en las tiranías y en las
monarquías. Los monarcas abundan en riqueza y honores, los cuales todos apetecen.
-Muchas conspiraciones se han originado porque ciertos monarcas han abusado vergonzosamente de las
personas.
- Muchos también, exacerbados por malos tratos y castigos corporales, sintiéndose injuriados, han asesinado,
o intentado [hacerlo], a altos dignatarios y [a personas] del linaje real.
- De la misma manera, [se producen revueltas] a causa del miedo.
- La tiranía se arruina de manera igual a como cada una de las demás [formas de] politeia: desde fuera, si una
politeia enemiga es más fuerte.
- Son dos los motivos por los que, en general, se arruinan las tiranías: el odio y el desprecio.
- Por decirlo en líneas generales, para la tiranía deben contarse las mismas causas [de destrucción] que hemos
expuesto para la oligarquía pura y la democracia extrema. Pues éstas no son sino tiranías repartidas.
- El [gobierno] de un rey es consensual, soberano [en asuntos] fundamentales; pero hoy prevalece el igualitarismo,
y nadie supera tanto la nadie] como para que responda adecuadamente a la grandeza y dignidad del oficio. De ahí
que [los ciudadanos] no se someten de gana la semejante institución]. Y si alguien sube al trono por fraude o por
fuerza, esto ya [no es realeza] sino tiranía.

Sección Decima primera: Preservación de las Monarquías:

- Mientras menores sean las prerrogativas mayor tiempo necesariamente permanece el poder íntegro.
Los [reyes] se hacen menos imperiosos y más iguales a los vasallos en la manera [de ser] y son, en
consecuencia menos odiosos.
- De la tiranía: el impedir que descuellen los notables y los más hábiles. Lo mismo, no permitir comidas en
común ni asociación [ninguna], y educación ni nada de esa naturaleza, sino vigilar todas aquellas actividades
de donde suelen brotar dos [cosas, a saber], los acuerdos [subversivos] y la confianza.
-Sembrar mutuas discordias y que los amigos riñan con los amigos, y el pueblo con los notables y los ricos
entre si.
-Es propio así mismo de los tiranos el empobrecer a los súbditos para impedir que conspiren.
-Es asimismo amigo de guerras el tirano, [otro artificio] para que estén siempre ocupados [los súbditos] y
estándolo sientan la necesidad de un jefe.
-Los esclavos y las mujeres no conspiran contra los tiranos, sino que prosperan con [ellos]; por eso es
menester que [éstos] sean benévolos [con ellas] y con las tiranías y con las democracias, ya que el pueblo
quiere
ser tirano igualmente.
- Es propio también del tirano ofrecer comidas en común a huéspedes de su mesa y sinemereutas, extranjeros
con preferencia a los ciudadanos, como que éstos son hostiles y en cambio aquéllos no rivalizan con él.
- Todos estos expedientes tiránicos, por una parte preservan el poder, y por otra suponen no poca perversidad.
Todo ello, en una palabra; se resume en tres especies; pues la tiranía pretende tres [objetivos]: primero, que
los
súbditos tengan envilecida el alma (contra nadie conspira el pusilánime). Segundo, que los unos desconfíen de
los otros (una tiranía no se derroca antes de que haya desconfianza mutua entre todos; es la razón por la cual
[los tiranos] hacen la guerra a los hombres de bien como perjudiciales a [su] gobierno, porque Son leales a sí
mismos y a los demás, y no se delatan a sí mismos ni a los otros). Tercero, impotencia para la acción (nadie
intenta lo imposible, de modo que no [van a] al derrocar una tiranía si carecen de fuerza).
A estos principios se reducen los designios de los tiranos, y no son sino tres. Todo lo tiránico se resumiría en
estos tres supuestos: desconfianza recíproca, impotencia, pusilanimidad.

Conclusiones:

Hemos expuesto pues, a grandes rasgos, las ideas más importantes que nos plantea el filosofo con respecto a las
revoluciones dentro de las sociedades, sin un profundo estudio, también esclarece muchas cosas con respecto a la
forma de los sistemas políticos, las cuales aun mas de 2300 años después siguen teniendo una vigencia evidente.

Consideramos entonces lo siguiente: cuando vemos a nuestro alrededor, todos y cada uno de los países del mundo
aun conservan fundamentalmente las formas de gobierno que Aristóteles nos ha planteado en este libro de su
política, cada uno con sus variaciones correspondientes y salvando los anacronismos que se pudiesen presentar.
Esto indudablemente nos deja mucho para digerir y reflexionar, el sistema político por el cual se dirige una
sociedad es reflejo de las personas que en ella hacen vida, si bien algunos de los nombres que el filosofo le ha
dado a los sistemas políticos han sido alternados por otros a través de la historia es algo que no nos preocupa
mucho, sin embargo como decíamos anteriormente, todas y cada una de las ideas que se expresan en este espacio
aun siguen vigentes aunque quizá bajo formas diferentes.

Lo anterior solo puede resultar entonces en las siguientes conclusiones: primero que el hombre a lo largo de 2600
no ha cambiado mucho en su forma de convivencia fundamental, aparentemente las diferencias se marcan en los
desarrollos tecnológicos, sin embargo mucho de los cuales han sido evoluciones de ideas que ya existían hace
2000 años o más; segundo podemos decir que la teoría política fundamentalmente tiene los mismos principios que
en la historia clásica se tenían, si bien se han ido desarrollando, la base es la misma, es decir, aparte de los
sofismas que han terminado por ser el socialismo y el comunismo y sus derivados, el hombre ha tenido ya por un
periodo considerable de años en esencia los mismos sistemas políticos.

Con respecto a Venezuela, vemos entonces que cualquier parecido, sobretodo con la descripción de las tiranías y
monarquías, no es mera casualidad, si bien el estagirita en su escrito plantea porque se dan y como evitar las
revoluciones en distintas formas de arreglo político, una mente de malas intenciones puede ver en este escrito una
guía práctica para profundizar las mismas, o para constituirlas, como decíamos, cualquier parecido con la realidad
venezolana no es mera coincidencia, solo por la diferencia en el lenguaje, los modismos y la forma de expresarse
es que una persona que se encontrara con este escrito y el mismo no tuviese nombre del autor por ninguna parte
podría considerar que este libro no fue escrito hace solo un par de años, sin embargo como seguimos siendo
humanos no hemos cambiado mucho al parecer en nuestros sentimientos y por lo tanto la evolución política se ha
dado muy lentamente.

Bibliografía:
-Aristóteles, Politeia, Libro Quinto: Versión directa del original griego, prologo y notas: Manuel Briceño
Jáuregui, S.J.

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