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Su señoría, me gustaría presentar mi defensa en dos partes.

Parte 1: Lo que ellos dicen

En los últimos días he estado viendo mis películas favoritas de nuevo —aunque
no tengo acceso a algunas de ellas—, que están entre las mejores películas de
la historia del cine. Mi casa fue allanada en la noche del primero de marzo de
2010, mientras mi colega, el Sr. Rasoulof y yo, estábamos en el proceso de
rodaje de lo que pretende ser una película de arte y ensayo con conciencia
social. Las personas, que se identificaron como agentes del Ministerio de
Inteligencia, nos arrestaron junto con otros miembros del equipo sin presentar
ninguna orden judicial. Confiscaron mi colección de películas, y nunca me las
regresaron. Posteriormente, la única referencia a las películas la hizo el fiscal
asignado a mi cargo, quien me preguntó: "¿cuáles son estas películas obscenas
que usted está coleccionando?"
He aprendido a hacer cine inspirado por esas magníficas películas que el fiscal
considera obscenas. Créame que difícilmente puedo entender cómo pueden ser
calificadas como obscenas esas películas y cómo la actividad por la que he sido
arrestado puede ser vista como un crimen. Mi caso es un ejemplo perfecto de
cómo ser castigado por un crimen que aún no se ha cometido. Usted me está
juzgando por hacer un film que, al momento de nuestro arresto, había sido
filmado apenas en un 30 por ciento. Usted debe haber escuchado que el famoso
credo de "No hay dios, excepto Alá" se convierte en blasfemia si sólo se dice la
primera parte y se omite la segunda. De la misma manera , ¿cómo se puede
establecer que se ha cometido un crimen con sólo mirar el 30 por ciento de las
tomas brutas de un film que ni siquiera se ha editado aún?
No comprendo la acusación de obscenidad dirigida a los clásicos de la historia
del cine, ni entiendo el delito del que se me acusa. Si estas acusaciones son
verdaderas, usted no sólo nos está juzgando a nosotros, sino a todo el cine iraní
con conciencia social, humanística y artística. Ese cine que trata de mantenerse
más allá del bien y del mal, un cine que no juzga ni se entrega al poder o al
dinero, sino que trata de reflejar con honestidad una imagen realista de la
sociedad.
Uno de los cargos en mi contra es el de tratar de fomentar e incitar las protestas
con esta película. A lo largo de mi carrera yo he hecho hincapié en que soy un
artista comprometido socialmente, no político. Mis preocupaciones principales
son los problemas sociales, por lo que mis películas son dramas sociales, no
declaraciones políticas. Nunca quise actuar como un juez o un fiscal. No soy un
cineasta que juzga, sino uno de los que invita a otros a ver. No decido por otros
ni escribo ningún tipo de manual para nadie, por favor permítanme reiterar
intención de poner mi cine más allá del bien y el mal. Este credo le ha causado a
mis colegas y a mí mismo, un montón de problemas; muchas de mis películas
han sido prohibidas, junto con los films de otros realizadores como yo. Pero el
arresto y el encarcelamiento de un cineasta por realizar una película, además
del acoso de su familia mientras se encuentra detenido, no tiene precedentes en
el cine iraní. Este es un nuevo desarrollo del cine iraní que será recordado por
mucho tiempo
He sido acusado de participar en las manifestaciones. A ningún cineasta iraní le
fue permitido usas sus cámaras para capturar los eventos, ¡pero usted no puede
prohibirle a un artista que observe! Como artista, es mi responsabilidad observar
para poder inspirarme y crear. Soy un observador y observar es mi derecho.
Me han acusado de hacer una película sin autorización. ¿Es realmente
necesario señalar aquí que ninguna ley ha sido aprobada por el Parlamento
sobre la necesidad de un permiso para hacer una película? Sólo hay algunos
memos internos que están siendo sometidos a cambios cada vez que el
viceministro se cambia.
Me han acusado de no dar un guión a los actores. En nuestro género
cinematográfico, en el que trabajamos mayormente con actores no
profesionales, esta es una forma rutinaria de realización practicada por mí y por
muchos de mis colegas; el reparto está compuesto en su mayoría, por actores
no profesionales. De esta manera, el director no tiene la necesidad de darles un
guión. Esta acusación suena más como una broma y no tiene cabida en el
sistema judicial.
He sido acusado de haber firmado una declaración. He firmado una: una carta
abierta, firmada por 37 prominentes cineastas, a fin de expresar su preocupación
por el giro de los acontecimientos en el país. Yo fui uno de ellos. Por desgracia,
en vez de escuchar las inquietudes, los firmaron que fueron acusados de
traición. Sin embargo, estos cineastas son las mismas personas que han
expresado sus preocupaciones en el pasado acerca de las injusticias en todo el
mundo. ¿Cómo se puede esperar que permanecer indiferente ante la suerte de
su propio país?
He sido acusado de organizar manifestaciones en la inauguración del Festival de
Cine de Montreal. Por lo menos algo de verdad y la justicia debería respaldar
cualquier acusación. Yo era el presidente del jurado en Montreal y llegé sólo
unas horas antes de la apertura. ¿Cómo podría haber organizado una
manifestación en un lugar donde casi no conocía a nadie? No olvidemos que en
aquellos días la diáspora iraní se reunían en cualquier hecho relevante en todo
el mundo para expresar sus demandas.
He sido acusado de dar entrevistas a los medios de comunicación de habla
persa en el extranjero. Sé que no hay leyes que nos prohíban hacerlo.
Segunda parte: lo que yo digo

La historia testifica que el pensamiento de un artista es el pensamiento analítico


de su sociedad. Al aprender sobre la cultura e historia de su país, al observar los
eventos que ocurren a su alrededor, analiza y le presenta a la sociedad, en
forma de arte, los problemas del día. ¿Cómo puede alguien ser acusado de
ningún delito por causa de su pensamiento y de lo que pasa por su mente?
El asesinato de las ideas y la esterilización de los artistas de una sociedad tiene
un solo resultado: matar a las raíces del arte y la creatividad. Arrestarnos a mí y
a mis colegas durante la filmación de una película inconclusa no es más que un
ataque de los poderosos contra todos los artistas de esta tierra. Es un mensaje
claro, pero triste: "usted se arrepentirá si no piensa como nosotros".
Me gustaría recordar a la corte un hecho aún más irónico de mi prisión: el
espacio en el Museo Cinematográfico de Teherán donde se exhiben mis premios
en los festivales del mundo, es mucho más grande que mi celda en la cárcel.
A pesar de todo lo dicho y de la injusticia en mi contra, yo, Jafar Panahi, declaro
una vez más que soy iraní, que me quedo en mi país y que me gusta trabajar
aquí. Amo a mi país, he pagado un alto precio por este amor también y estoy
dispuesto a pagar de nuevo si es necesario. Tengo otra declaración que agregar
a la primera. Como se muestra en mis películas, declaro que creo en el derecho
del "otro" a ser diferente, creo en el entendimiento y respeto mutuos, así como
en la tolerancia, la tolerancia que me niega el juicio y el odio. Yo no odio a nadie,
ni siquiera mis interrogadores.
Yo reconozco mis responsabilidades hacia las generaciones futuras que habrán
de heredar de nosotros, este país. La Historia es paciente. Historias
insignificantes ocurren incluso sin el conocimiento de su insignificancia. Yo estoy
preocupado por las generaciones futuras.
Nuestro país es muy vulnerable. Sólo garantizando el estado de derecho por
encima de todas las cosas, sin distinciones políticas, étnicas o religiosas,
podremos evitar el riesgo real de un caótico y fatal futuro. De verdad creo que la
tolerancia representa la única solución realista y honorable ante este inminente
peligro
Respetuosamente,
Jafar Panahi
un cineasta iraní

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