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TECNOLOGÍA
Y TRANSFORMACIÓN
Maskull: “... pero hay una cosa que me confunde”.
Panawe : “¿Y qué es?”.
Maskull: “Cómo es que los hombres de aquí ignorantes de herramientas y de artes, no
tienen civilización, y sin embargo se las ingenian para ser sociables en sus
costumbres, y sabios en sus pensamientos”.
Panawe: ¿Imaginas pues que el amor y la sabiduría provienen de las herramientas?.
Pero comprendo como sucede esto. En vuestro mundo tenéis menos órganos de los
sentidos, y para suplir la deficiencia os habéis visto obligados a invocar la ayuda de
piedras y metales. De ningún modo es eso un signo de superioridad”.
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Entendido como el proceso del refinamiento espiritual humanó, de ningún
modo puede interpretarse este regreso como un abandono de la civilización, sino más
bien como el paso a una etapa más evolucionada de nuestra existencia. A fin de que
esta perspectiva no sea interpretada como una fantasía utópica neo - romántica,
revisemos la relación del armónico de onda de la historia, con la armónica galáctica,
y consideremos el postulado fundamental del Factor Maya: Lo que la luz es a la vida,
eso mismo es el Tzolkin de 260 unidades al ADN de 64 unidades.
Este postulado define la radiogénesis: Radio se refiere a la capacidad de llevar
información de luz, y de todo tipo de energía espectral radiante. Génesis se refiere a
la capacidad que posee la luz, para transformarse en un fenómeno palpablemente
plásmico y móvil llamado vida. Desde la perspectiva del Factor Maya, la relación
entre luz y vida no es una relación lineal o causal - primero es la luz y luego la vida -
sino que es una relación en la que la vida es depositada en una matriz de
posibilidades de energía radiante. Esto es lo que se describe literalmente en el
Tzolkin, en donde las 64 unidades que representan el código ADN. Ocupan la reja
central correspondiente a las 32 unidades que están a cada lado de la columna
mística, acomodando el Telar Maya en su modelo de cruce.
Supongamos que las unidades restantes que están alrededor de la reja central de
64 unidades, representan etapas del desarrollo de la luz y la energía radiante, que
simultáneamente, proceden, siguen y al mismo tiempo interpenetran la evolución del
ADN. Ya que el tablero que contiene el juego de las 64 unidades del ADN, está
dentro del gran tablero radiogenético del Tzolkin, podemos considerar que el mismo
ADN es un puente para pasar de un nivel de luz o energía radiante a otro. Por
analogía fractal, la etapa llamada historia, por medio de la aceleración tecnológica
imita esta función del ADN como un eslabón entre dos niveles radiantes. En la
proposición radiogenética, el término “historia” representa una intensificación en la
capacidad del ADN para construir artificialmente (tecnológicamente) puentes, y por
entendimiento y consumación simbiótico radiante, o sea la pre-historia, a otro, que es
la post-historia.
Dejando que los armónicos fractales actúen a plenitud, igual que en el juego de
“salto de la rana”, la etapa de aceleración tecnológica puede desenvolverse dentro de
las 64 unidades centrales del Tzolkin, cuyo conjunto debe interpretarse como una
representación de todo el tablero radiogenético. Durante el paso a través del rayo de
5.200 tun, es como si el ADN productor de tecnología estuviese completando un
circuito a través de las 64 unidades centrales del tablero. Aunque esto no se haga
evidente hasta que el circuito se complete, una vez que hayan sido recorridas las 64
unidades, digamos que se ilumina todo el tablero. La iluminación del tablero se
refiere al completamiento final del circuito de sincronización del ADN, que
corresponde a la fecha 2012 D.C., o sea 13.0.0.0.0., que es la entrada en la post -
historia.
Una distinción más entre el medio tecnológico y las fases pre y post- es la
distinción entre mito e historia, comprendidas como condiciones cualitativas de la
conciencia. El mito define la capacidad para producir una resonancia simultánea y
multi-referencial, que funde a cada ser con cada ser; la historia es la tendencia a
limitar, medir, y materializar en una dirección uni-referencial, que separa a cada ser
de cada ser.
Desde la perspectiva del mito, los rayos de luz que se cuelan a través de las
hojas en el bosque, son los dedos nutrientes de la aurora, que traen los bocados
solares a nuestras células expectantes. Para completar la experiencia, una respuesta a
la luz, emitida en forma de un cántico, y una ofrenda de humo desde un círculo de
piedras, invitando la presencia de los seres ancestrales, y de los grandes seres que
guían todas las cosas. En contraste, para la conciencia histórica, la luz que pasa a
través de los árboles, aunque para algunos representa un misterio, nos dice que ha
llegado otro día, y dependiendo de nuestras necesidades e intereses, no preguntamos
si necesitamos o no un abrigo o un sombrero, o si es o no este un buen día para un
baño de Sol.
En otras palabras, la condición mítica extrae de la experiencia un sacramento o
ritual que afianza el lazo entre la luz y las grandes fuerzas, en última instancia las
fuerzas de la luz. La mente histórica utiliza la experiencia como información que
determina los objetivos prácticos para la comodidad de las criaturas. Sin embargo, el
aspecto de la conciencia histórica que busca la comodidad para las criaturas, es en
realidad el efecto retroalimentario del impulso del ADN para producir la tecnología.
Por consiguiente, la conciencia histórica no es sino uno de los productos de un más
vasto proceso tecnológico de conexiones, que nos mueven de una simbiosis natural a
otra, de un reino de la luz a otro.
Para obtener un nivel de entendimiento aún más profundo, propongamos una
ecuación más: Mito = ADN x Luz. En esta ecuación, el mito o la condición mítica es
la capacidad de auto - sostenimiento del ADN para utilizar directamente la luz - el
espectro de la energía radiante - para lograr sus fines. Por lo tanto, en la condición
mítica, la resonancia psíquica entre organismo y energía radiante es directa, y
proporciona nutrimento primario y realidad primaria. Esta resonancia depende de una
capacidad sensitiva superior para la interacción radiante a la cual a su vez intensifica.
La experiencia de los sentidos - ojos, narices, oídos, lengua, cuerpo - no sólo es
primaria, sino afinada con matices en tanto allegan información como expanden el
deleite. En esta condición, la necesidad de incitaciones artificiales a los placeres, se
convierten en obstrucciones para la libre pureza de la experiencia sensoria en si
misma.
La historia y la condición histórica, en contraste, representan la capacidad de
contra - spin para que el ADN maximice artificialmente su potencial, en relación con
la totalidad del cuerpo de su anfitrión, o sea el-planeta, que en nuestro caso es la
Tierra. Esto da cuenta de la aparición de la tecnología - extensiones artificiales de los
órganos de los sentidos - para facilitar la culminación del mayor circuito del ADN.
Naturalmente, para las células individuales del gran organismo que es la
humanidad, el mayor objetivo del circuito del ADN, en el mejor de los casos es
percibido vagamente. Consecuentemente, la mayoría de los miembros individuales
tienden a confiar en y a volverse adictos de la retroalimentación sensoria que depende
únicamente de las extensiones tecnológicas artificiales, y de un medio ambiente
igualmente artificial. Por esta razón, en el final remoto de la historia, en el que nos
encontramos hoy, se ha obligado a la naturaleza a que compita con la televisión, - En
las palabras de la canción de la Primera Guerra Mundial: “¿Cómo puedes retenerlos
en la hacienda, después de que ellos han visto a Paris?”.
La intensificación histórica del ADN, que es la fase medida, acelerada, y
sincronizada del rayo de 5.200 tun, es sólo una transición. Sin embargo, al alcanzar
su objetivo de la relación totalmente tecnológica con el cuerpo huésped, hay una
merma en los receptores sensorios, una inmersión de los sentidos en sus propios lazos
de retroalimentación artificial. Si ha de completarse el circuito, hay una profunda
necesidad de volver a despertar los campos sensitivos, para que recuperen sus propias
facultades naturales. Como todo el mundo lo sabe, no es cosa fácil romper esos lazos
de dependencia artificial. El hundimiento de un individuo en esos lazos, es lo que
define el comportamiento neurótico y de adicción. El hundimiento de un organismo
colectivo en esos lazos, define la parálisis del paradigma. En esto radica el drama de
nuestro tiempo, es decir, la tensión que acompaña la transformación que va desde la
aceleración hasta la sincronización. Afortunadamente la tierra es una ayuda en este
difícil proceso.
La tensión critica que estamos experimentando en nuestro campo
morfogenético, se debe a las contradicciones internas de un paradigma atado a sus
propias creencias. Dominado por un sacerdocio blanco masculino y neo - protestante,
que define su “objetividad” científica mediante los juegos del poder político
planetario, esta parálisis de paradigma es en realidad un reflejo del cambio disonante
de la tierra. La aceleración tecnológica de la intensificación del ADN producido
tecnológicamente, a lo que llamamos historia, y que culmina en el deterioro sensorio
que presagia un Armagedón; es paralela al propio campo variable de la tierra. No
somos nosotros únicamente autores de nuestra experiencia, sino que somos actores en
un campo galáctico amplificado, cuyo personaje principal es la misma tierra.
Como un giroscopio armónico que gira en la tercera órbita solar, la Tierra tiene
sus propias conexiones sutiles y poderosas, para mantenerse dentro del campo
plásmico llamado el sistema solar. Al concordar con la armonía galáctica, los can-
Ibios imperceptibles de la Tierra se interconectan con los cambios de los demás
cuerpos planetarios, y sobre todo, con el mismo Sol. Así como el ADN fue acelerado
en respuesta al rayo de sincronización de 5.200 tun, por el que estamos pasando, así
también la Tierra ha sido afectada como campo íntegro de resonancia.
Todo el tiempo en que el paquete de ADN humano ha estado sosteniendo su
capacidad para volver a ajustar artificialmente el medio ambiente de acuerdo a sus
supuestas necesidades, la Tierra ha estado experimentando un desarrollo paralelo. Y,
sin saberlo, a medida que los creyentes en el paradigma dominante han intensificado
su propio entendimiento de las cosas - limitado materialmente, e inventado
mecánicamente - la madurez resonante de la Tierra ha escapado cada vez más a la
atención de la mentalidad regente. Pero esto tiene poca importancia, porque
consciente o inconscientemente, todos los organismos miembros de la Tierra han
estado elaborando el cuerpo luminoso del planeta. El paso a través del rayo de
sincronización de 5.200 tun, hasta ahora ha sido el momento culminante del viaje
galáctico de Gaia, desde el primigenio desprendimiento del Sol hasta la formación del
cuerpo luminoso de radiación consciente. Muy poco hacen los subordinados humanos
por comprender lo cerca que están al momento en que el tablero genético de su
realidad se convierta en el luminoso designio del destino galáctico.
Aquí viene una descripción de lo que ha estado sucediendo. Lentamente, y a
través de los aeones, en el núcleo de la Tierra; el imán de hierro y cristal de su
giroscopio armónico, ha estado emanando las frecuencias resonantes que la
mantienen en órbita. Estas frecuencias resonantes tienen una figura o forma
particular, porque la forma sigue a la frecuencia. Por eso Platón describió la Tierra
con una semejanza a un globo de cuero cosido con doce pedazos diferentes, creando
un dodecaedro, es decir, 12 pentágonos, cuyas caras se cubren mutuamente. Los
vértices que hay entre las doce piezas pentagonales definen la estructura del cuerpo
resonante de la Tierra a medida que las emisiones de la frecuencia alcanzan la
superficie.
Mientras la resonancia del núcleo continuamente está produciendo
emanaciones hacia la superficie del planeta, y más allá, vierte a la existencia una reja
geomagnética etérica, que forma las bases del cuerpo luminoso del planeta. Afinadas
a través de los modelos de frecuencia de su infraestructura ADN; modelos de
animales migratorios y de asentamientos humanos, tienden a conformarse las líneas y
puntos nodales de la reja. Por supuesto, esta reja es sostenida y reformada por la
actividad de la placa tectónica, por los cambios variables en la Tierra y en la
atmósfera, y por las fluctuaciones Solar y galáctica, activadas en el campo
electromagnético de la misma Tierra. Sin embargo, anclada en los polos, y
amplificada a veces por cambios para nosotros imperceptibles e imprevistos en el
programa galáctico, la pulsación continua de la reja forma lentamente la
infraestructura del cuerpo luminoso del planeta.
Así como el ADN recibió un impulso de aceleración de contra-spin
tecnológico, a medida que el planeta entraba en el rayo de sincronización de 5.200
tun, también el núcleo resonante de la Tierra recibió un impulso que ascendió a una
intensificación de la frecuencia. Las sendas neutrales de la reja terrestre que
corresponden a la estructura resonante del núcleo, entraron en hiper-actividad,
correspondiendo a la actividad vibratoria más excitada en la infraestructura del ADN
humano. La agitación continua del organismo humano, que se hace evidente en rutas
marítimas, caminos empedrados, rutas de la seda, murallas imperiales, vías férreas,
vías transitables, rutas aéreas y radares, amplificaron, y finalmente oscurecieron la
continua pulsación de la reja. Para terminar, con poca conciencia con relación a los
nexos invisibles de la Tierra, en los puntos nódicos fueron construidos templos,
zigurats, pirámides, catedrales, pagodas, mezquitas, palacios, edificios de
parlamentos, aeropuertos y plantas de energía.
Y como inmersión final en la artificialidad, la revolución global industrial
engranó su piñón mayor, y la frecuencia resonante del núcleo de la Tierra se
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intensificó a un grado sin precedentes. Esta intensificación de la frecuencia señala
hacia una estabilización inminente en una alta frecuencia, por medio de un
movimiento de contra-spin, que ocurre justo antes de la salida del rayo de
sincronización. En verdad, las señales retroalimentarias que preparan el contra - spin,
el Soltarse de la “historia”, que corresponde al regreso a la post-historia - ya han sido
recibidas en forma de radioactividad nuclear, perturbación industrial de la atmósfera,
y un desatinado bombardeo electromagnético.
Si usted hace girar un barco (especialmente uno que haya sido construido en
forma de un simple casco de navío) en sentido de las manecillas del reloj, este
continuará girando hasta que se detenga. Pero si usted lo hace girar en sentido
contrario a las manecillas del reloj, éste se detendrá lenta y desarmónicamente, y
luego comenzará a girar en sentido de las manecillas del reloj. El paso de la Tierra a
través del rayo de sincronización es análogo a un giro en sentido contrario a las
manecillas del reloj. A medida que el spin en sentido contrario llega a un alto, hay un
aumento en el balanceo, y entonces se presenta un efecto estremecedor, y después de
una pausa, comienza un spin más congruente y armónico en la dirección de las
manecillas del reloj.
Así es como hemos llegado al momento en que la tecnología se convierte en
transformación. Esto se experimenta inicialmente como una crisis, una crisis en la
que los propietarios del paradigma dominante están ciegos. Aunque los dueños
actuales del poder científico y materialista creen que el mundo es así porque ellos así
lo han hecho; en realidad ellos están desempeñando papeles que fueron especificados
por la fase de onda armónica, de la que la era actual es una función. La creencia que
ellos tienen respecto al mundo, la creencia dominante aprobada y aceptada pro las
instituciones gobernantes del actual orden mundial, es lo que define el paradigma
dominante.
La creencia en este paradigma, es decir, la perspectiva científico-materialista
del mundo, puede describirse como una casa mental. Como lo vimos en el Capítulo
6º, los fundamentos de la casa mental vigente fueron puestos en el siglo XVII,
durante los Katunes iniciales del decimosegundo Baktún. En 1756 comenzaron a
erigirse los muros de la casa mental - o sea la creencia en el progreso tecnológico y
en la democracia industrial. Entre 1874 y 1953 fue colocado el techo
electromagnético die la casa mental en boga. Finalmente, entre 1953 y el momento
actual, que es la era del impulso de la humanidad y sus pruebas de inteligencia
sensoria - artificiales en el “espacio exterior”, comienza la disolución interna de esta
casa mental. En este aspecto, debe recordarse que la noción de cambio del paradigma,
fue introducida primero por Thomas Kuhn en 1964.
Correspondiendo a esta estructura en desarrollo, está el clímax en el contra -
spin de la resonancia terrestre. La señal para este clímax fue recibida por primera vez
en 1945, con la detonación de armas atómicas. Como miembro del orden galáctico -
Solar, la respuesta de la Tierra se manifestó primero en la actividad de los OVNIS,
que en 1947 ya no pudo ser ignorada. Sin negar la validez psíquica de muchas
personas que han tenido encuentros del tercer tipo, aquí definimos a los OVNIS
corno organizadores del campo unificado; una descarga inteligente de energía
radiante, psíquicamente activa y programada galácticamente, que al mismo tiempo es
atraída y emanada por el cuerpo etérico y resonante de la Tierra. Se les define como
organizadores del campo unificado, porque ellos son una manifestación del campo
resonante unificado e intrínseco de la Tierra. Ya que este campo está realmente en una
resonancia galáctico-Solar, los OVNIS también operan en conjunto con los
armónicos de este campo. De hecho, sus “operaciones” son por completo una función
de los armónicos resonantes. Así, los veloces cambios de dirección atribuidos a los
OVNIS, son debidos a los cambios en la alineación del sobretono armónico.
Siguiendo al descubrimiento del ADN, y a la detección de los cinturones de
radiación en 1953, y a la comprobación de las placas tectónicas en 1964, ha
comenzado la disolución interna de la casa mental vigente. Todos estos
descubrimientos - ADN, cinturones de radiación, placas tectónicas - eran necesarios
para empezar a entender el paradigma que viene, o sea la nueva casa mental de la
Tierra resonante unificada. Mientras tanto, los OVNIS continuaron acompañando la
era de los ensayos nucleares masivos, y con el radar, la televisión, la radio y las
radiaciones de micro-ondas, todo el campo electromagnético del planeta entró en un
período de disonancia excesiva. El cuerpo etérico o luminoso del planeta al ser
intensificado por este “bombardeo”, aumentó sus señales a través del campo
morfogenético. Al despertar estas señales vino un interés renovado por los fenómenos
psíquicos, OVNIS, drogas psicodélicas, comunicación entre especies, y el
movimiento ecológico.
La contra - respuesta de la casa mental en disolución fue la exploración
espacial, que es la extensión del paradigma del materialismo adquisitivo en el
“espacio exterior”. La gran era de la exploración espacial, la “conquista del espacio”,
comenzó con el alunizaje del 17 de julio de 1969, seguido por las exploraciones de
Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, y finalmente, el 24 de enero de 1986, la
exploración de Urano. Durante estas “pruebas” se presentaron dos fenómenos
importantes e inexplicables. El uno fue el descubrimiento del así llamado rostro de
Marte, el 25 de julio de 1976, que fue ocultado oficialmente, y el otro las señales
altamente regulares de Miranda, la luna uraniana, como también la inclinación polar
orientada hacia el Sol, y el campo electromagnético de Urano, que es errático e
inadmisiblemente intenso.
Mientras, estos hallazgos presentaron a la casa mental vigente, enigmas que
desafiaban el paradigma tecnología espacial que se jactaba aún de ser el pináculo del
adelanto científico. Así pues, fue particularmente digno de atención, el que cuatro
días después del paso del Voyager por Urano, el 28 de enero de 1986, el vehículo
espacial Challenger explotó unos 73 segundos después del lanzamiento. Mientras
continuaban las investigaciones que intentaban ubicar con exactitud la “falla
tecnológica” que contribuyó al desastre del Challenger, los tres siguientes
lanzamientos espaciales de la NASA explotaron todos, poco después del lanzamiento.
Como si no fuera suficiente, el vehículo espacial europeo “Ariadna”, también explotó
luego del lanzamiento. Todo esto sucedió entre fines de enero y mediados de mayo de
1986. ¿Qué estaba sucediendo?.
En resonancia con las bases cambiantes de las placas tectónicas, y
sobresaturado con disonancia electromagnética, el techo de la casa mental vigente ha
comenzado literalmente a derrumbarse. Como moscas apartadas por un niño en
concentración maliciosa, los vehículos espaciales fueron sacados de sus trayectorias -
¿Por qué? La respuesta es, por ondas de disonancia disparadas erráticamente, y
emitidas por el deseo insensato de los humanos por controlar y perturbar el campo
electromagnético.
El desastre nuclear de Chernoby1 ocurrido entre abril 25 y 26 de 1986, y el
cerco tendido a aviones de la Fuerza Aérea Brasilera por trece OVNIS el 23 de marzo
de 1986, fueron dos señales más del campo resonante, anunciando al mismo tiempo
el fracaso y los límites de la tecnología, y la rápida desintegración de la casa mental
en vigencia. Hablando con la voz de los eventos, cuyos orígenes y efectos escapan a
la conciencia moderna, el núcleo resonante de la Tierra, al estar a tono con la armonía
galáctica, está preparándose para una convergencia armónica: Y esta convergencia
armónica es el punto en el que el contra - spin de la historia llega finalmente a una
suspensión momentánea, y comienza el aún imperceptible spin de la post-historia.
Para el momento en que estas palabras se lean públicamente, el evento, o sea la
Convergencia Armónica, estará sólo a unos meses de distancia. Y otros eventos de
naturaleza perturbadora e irritante habrán ocurrido recientemente, demostrando que
no sólo está bamboleándose el techo de la casa mental en vigencia, sino también las
paredes. Todo lo que quedará será la disolución de los fundamentos, o sea la roca
sólida del materialismo científico que sostiene la exclusividad y superioridad del
hombre en el universo. Mientras tanto, los contra efectos de la nueva casa mental,
actuando a través de la reja de resonancia intensificada del cuerpo luminoso terrestre,
por primera vez se manifestará como el impulso hacia un momento unificado de
sincronización colectiva, es decir, la Convergencia Armónica.
A través de la infraestructura de la nueva casa mental una - maraña de raíces
transnacionales y en colaboración con un conglomerado cooperativo global - o sea
una cooperación radial -, cantidades crecientes de humanos están experimentando las
realidades del cerebro global. La acción de los colectivos locales - o sea la acción de
los microorganismos -, actuando a través de la armonización con el conocimiento de
que el propósito no es una posesión individual, se convertirá con toda seguridad en
las cuentas ensartadas de la intención unificada sobre el sistema de la reja planetaria.
Y entonces ocurrirá la Convergencia Armónica la excepcional aceleración del
armónico de onda de la historia cuando ella pase por un momento de sincronización
sin precedentes. Como una lanzadera en un telar pasando con la velocidad de un
relámpago, cambiará la frecuencia resonante de la reja terrestre. En este cambio se
disolverán los fundamentos de la casa mental estampada con los nombres de
Descartes, Newton, Galileo, y Copérnico. Agitándose aún más profundamente a
través de la conciencia de una minoría despierta de la raza humana, sucederá la
realización de una mayor fuerza resonantemente atractiva; empezará a manifestarse
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