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LOS TRECE DEL GALLO

Por: Jesús Castillo More (*)

Según cuenta la historia, a fines de 1526, Francisco Pizarro intentó persuadir a sus desanimados
expedicionarios, a persistir en la conquista del Perú. Para ello, con su espada trazó una línea sobre la
arena: “Por este lado se retorna a Panamá a ser pobres, por este otro se va al Perú a ser ricos; escoja
el que fuera buen Castellano, lo que más bien le estuviere”. Solamente trece lo siguieron.

Pizarro y los 13, tuvieron que esperar en la isla del Gallo cinco meses por refuerzos, los cuales
llegaron de Panamá enviados por Diego de Almagro y Hernando de Luque, al mando de Bartolomé
Ruiz. Ese mismo día, Pizarro ordenó zarpar hacia el sur.

Coincidentemente, trece candidatos disputarán la Presidencia de la República del Perú, en las


próximas elecciones generales. La diferencia está en que cada uno de ellos trazará su línea para que
seamos los peruanos los que decidamos que rumbo seguir, ya no para enriquecernos conquistando a
otro pueblo, sino para vivir en paz con seguridad ciudadana, prosperidad y libertad.

Para elegir a quien seguir, quienes no estamos interesados más que en el bienestar general de
nuestro país, y de sus futuras generaciones, debemos examinar hacia donde quieren conducirnos los
candidatos, evaluando sus respectivos programas de gobierno y perspectivas, equipos técnicos con
que cuentan, ideología, coherencia en sus propuestas.

Los trece candidatos declaran ser de centro, para no asustar a los electores con extremismos de
derecha o de izquierda, aunque algunos reconocen un sesgo de centro derecha y otros de centro
izquierda. Con esto, las líneas trazadas sobre el piso por los candidatos para elegir qué rumbo
seguir, aparentemente no difieren mucho, con lo que se infiere que no es necesario tanto candidato.
Aquí está la diferencia entre partido que aglutina ideología y doctrinas y grupo político que las
dispersa. Esto también explica por qué en otros países donde no hay grandes partidos, los grupos
políticos se asocian en dos grandes bandos para permitir al elector una mayor claridad en su
elección.

Para elegir a cuál de los trece candidatos seguir, a los electores independientes no nos queda otro
camino que simplificar la lista, agrupando a los trece en dos o tres bandos y luego depurar la lista
descartando en cada bando a quienes no consideramos conveniente o no le vemos posibilidades,
para tener una mejor visión de las alternativas entre las cuales decidir, dadas sus propuestas para
abordar los temas de educación, salud, empleo, seguridad ciudadana, infraestructura, agua,
electricidad, inflación, comercio exterior, crecimiento y desarrollo económico y sobre todo libertad,
que es el don más preciado por el ser humano, que está muy por encima de las promesas
incumplidas de las dictaduras, que muchas veces surgen por la incompetencia de los (mal) elegidos.

Al final, cada pueblo o institución, tiene el gobierno que se merece.

(*) Profesor de la UDL

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