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BELEROFONTE
Plan de la película
1º Seguir con el guión teatral preexistente.
2º Preparar escenas externas añadidas:
1. Secuencia de la llegada de Belerofonte a la mansión de Preto.
2. Secuencia del viaje en barco.
3. Secuencia de la llegada de Belerofonte a Licia.
4. Secuencia de la lucha contra los bandidos.
5. Secuencia de asalto a la fortaleza.
6. Secuencia del regreso triunfal de Belerofonte.
7. Secuencias con Pegaso.
8. Secuencia de la lucha contra la Quimera.
9. Añadir mensajeros anunciando la llegada de diferentes personajes.
10. Añadir actores mudos (esclavas y esclavos)
BELEROFONTE
DRAMATIS PERSONAE
PRETO: Rey de Tirinte, hombre mayor e inseguro, gusta de cumplir a la
perfección el protocolo y el papel de rey. Muy dominado por su mujer, mucho
más joven que él.
CONSEJERO ETEONEO: Ayudante y persona de confianza del rey,
preocupado por su señor.
BELEROFONTE: Hombre arriesgado, joven fuerte y fiel a sí mismo y a los que
le rodean.
ESTENOBEA: esposa de Preto, mujer joven y muy atractiva. Desprecia a su
marido. Ardiente, orgullosa y vengativa, capaz de mentir.
YÓBATES: Suegro de Preto. Rey de Licia. Respetuoso, serio y observador.
ÁSMARIS: Prudente y juiciosa esposa de Yóbates.
DATIS: Consejero y secretario de Yóbates. Muy fiel a su señor. Activo y
diligente.
COMANDANTE ALCMÁN: Fiel militar a las órdenes de Yóbates, cuyas órdenes
cumple sin discutir.
HERALDO DE YÓBATES.
PERSONAJES MUDOS:
SOLDADOS
SIRVIENTES
BANDIDOS
GUERREROS SÓLIMOS
PUEBLO DE LIDIA.
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palacio, nadie nos verá. Ven conmigo, lo deseo, no puedo evitarlo. Eros me
domina y has de ser mío (Lo agarra violentamente de la ropal).
BELEROFONTE: (Lucha por desasirse) ¡No, Estenebea, no!
ESTENEBEA: ¿Te parezco acaso vieja o fea?
BELEROFONTE: (La coge por los hombros para calmarla) ¡No por los dioses,
pero le debo todo a Preto! No puedo traicionarle. No puedo.
ESTENEBEA: Puedes, pero no quieres. ¡Me deseas, lo estoy leyendo en tus
ojos, pero eres un cobarde! ¡Atrévete!
BELEROFONTE: ¡No, Estenebea, no! ¡No me pidas lo que no he de hacer! (Se
vas corriendo).
ESTENEBEA: (Se pasea con gesto que va desde el semblante desvalido al
orgullo y a la ira) Te arrepentirás, Belerofonte. Te lo aseguro. No vivirás para
arrepentirte.
baja, no se percata. El rey mira fijamente a Belerofonte, quien termina por alzar
levemente el rostro, sin altanería.
YÓBATES: Te agradezco, joven, la diligencia que has mostrado al traer esta
carta. Tu nombre es…
BELEROFONTE: Belerofonte, mi señor.
YÓBATES: Belerofonte, Belerofonte… Bien, bien. Aquí serás dignamente
tratado, pero estarás a mi servicio durante un tiempo. (Se vuelve y le da la
espalda, poniendo un rostro enigmático).
BELEROFONTE: Estaré muy complacido de seguir vuestra órdenes. (Se va).
YÓBATES: ¡Heraldo, heraldo! (Viene el heraldo) Haced venir al punto al
comandante Alcmán. (A los demás) Dejadme solo.
Se van Datis y Ásmaris intercambiando miradas de extrañeza. En segundo
plano, el rey. En seguida llega el comandante.
YÓBATES: Alcmán, mi fiel soldado. He de darte ¡una orden muy … delicada.
(Silencio) Y no quiero que la discutas.
COMANDANTE: Nunca he hecho tal, mi señor.
YÓBATES: Por eso sigues a mi servicio. Últimamente hemos tenido problemas
con los bandidos sólimos, ¿no es cierto?
COMANDANTE: Sí, los sólimos atacan nuestras aldeas y las saquean, y se
esconden en las montañas, dicen que en unas cuevas de difícil acceso.
YÓBATES: Pues bien, quiero que los persigáis hasta esas cuevas. Y una vez
allí…
Se ve la escena: los soldados llegan hasta la puerta de la cueva: el
comandante da la orden de entrar: “Tú primero, Belerofonte, nosotros
vamos detrás”. Pero cuando entra Belerofonte, impide entrar al siguiente
soldado, y le ordena silencio. El soldado protesta, pero obedece.
Belerofonte. Dentro de la cueva se enfrenta uno a uno con los bandidos
sólimos. Y sale con algunos de ellos atados, pisando por encima de los
cadáveres de los demás. El comandante dice: “Oímos un grito, y
pensábamos que estabas muerto…”
SEGUNDA ESCENA
El comandante Alcmán es anunciado por un heraldo.
HERALDO: Mi señor Yóbates, el comandante Alcmán ha regresado de las
montañas y pide ser recibido.
YÓBATES: Hacedle pasar… y (a los demás) ¡dejadnos solos!
COMANDANTE. Mi señor…
YÓBATES: Acércate, mi fiel Alcmán. (Espera a que se acerque para hablarle
en voz queda) ¿Has cumplido mis órdenes tal como te las dicté?
COMANDANTE: Bien, eeeh, sí, los bandidos sólimos han acabado muertos o
apresados… (Tras una pausa silenciosa) Ha sido sobre todo por obra de
vuestro valiente huésped…
YÓBATES: (Muy extrañado, pensativo) Silencio, no me importan los detalles.
Ahora escucha muy bien: quiero que lleves a tus tropas, llévate a Belerofonte
contigo y asaltaréis la fortaleza enemiga más allá de las montañas. Pero…
(Casi ente susurros) atiende claramente a cuanto te voy a decir: cuando se
inicie el asalto de las murallas…
Se ve la escena: los soldados suben hasta la muralla, el primero,
Belerofonte. Después el comandante impide subir al siguiente soldado.
Sólo cuando Belerofonte se ha hecho con la muralla, el comandante
ordena subir por la cuerda.
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