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Señor Rajoy, le escribo la presente carta para comunicarle mi baja como militante del Partido
Popular y mi dimisión como concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Oviedo.
Señor Rajoy, el primer afiliado que conocí del PP fue a mi propio padre, ya fallecido, y él
sigue siendo el líder del PP que más admiro. En 1983, fuimos ambos concejales en el mismo
ayuntamiento, él de AP de la que era fundador, yo en una lista independiente de izquierda.
Yo vivía en su casa y me enseñó el valor inapreciable de la tolerancia.
Me parece increíble que 28 años después tenga que abandonar el partido de mi padre solo
por pensar diferente, por defender a un líder histórico del partido y por pedir que se sigan las
reglas del juego tanto políticas como legales dentro del Partido Popular.
La carta, como usted mismo pudo comprobar fue extremadamente respetuosa. No obstante,
en la misma advertí que probablemente no me saldría gratis expresar mi opinión, dado el
clima que vivimos en el PP de Oviedo alrededor de esta circunstancia. Debo señalar que mi
opinión pro Alvarez-Cascos era de dominio público pues ya en 2006 me había expresado en
un artículo periodístico en el diario La Nueva España como partidario de que encabezase las
listas del PP en las elecciones autonómicas de 2007.
La represalia no tardó en llegar. 72 horas después fui cesado de todas mis funciones de
gobierno dentro del Ayuntamiento de Oviedo y víctima de una persecución ad hominem,
acusado sin fundamento de corrupción.
La realidad de los hechos cuatro meses después de lo sucedido es que ni el Partido Popular
me ha abierto ningún expediente, ni ningún servicio municipal ha emitido ningún informe
que avalara las acusaciones que se me hicieron.
La única realidad es que me han cesado con escarnio público y buscado mi muerte civil como
consecuencia de mis declaraciones a favor de Francisco Alvarez-Cascos.
Este silencio ya no me extraña viendo el comportamiento que el PP ha tenido con quien fue
uno de sus fundadores y líderes históricos como Francisco Alvarez-Cascos.
Dejo el PP porque ni cumple sus propias reglas ni es coherente con los valores democráticos
y civiles que deben caracterizar a los partidos liberales y de centro derecha.
Esta decisión es una burla a los miles de afiliados populares que firmaron la petición de que
Alvarez-Cascos fuera el candidato, a los alcaldes y a los cargos públicos que se posicionaron
en la misma línea y que denunciaron la conculcación flagrante de la legalidad estatutaria del
PP y la ausencia de la más mínima democracia interna en el PP de Asturias.
Esta decisión ignora los sondeos y las previsiones que situaban a Alvarez–Cascos como el
candidato mejor situado para ganar en beneficio de un aparato que solo defiende sus propios
intereses personales y laborales.
Esta barbaridad se ejecuta con alevosía porque Asturias es pequeña en términos políticos y
usted piensa que con la oleada anti-Zapatero será suficiente y no hace falta contar con
aquellos que somos pocos y estamos en la periferia.
Asturias es hoy una sociedad huérfana de proyecto y de liderazgo, anclada en los clichés
ideológicos del pasado y lastrada por el peso de la incapacidad de unos dirigentes políticos,
tanto en el gobierno como en la oposición, que o no saben o no se atreven a ponernos a los
ciudadanos frente a nuestra propia responsabilidad en la búsqueda de una salida a esta
dramática situación.
Y sin embargo hay muchos que vemos las cosas de otra manera, que queremos seguir
viviendo y trabajando en Asturias , que queremos recuperar el orgullo de sentirnos
asturianos, orgullo de hacer del nuestro un país viable y próspero, orgullo de pertenecer a un
pueblo milenario comprometido en la construcción española y europea.
Esta otra Asturias, la Asturias que aspira a una sociedad comprometida con la libertad, el
riesgo y la responsabilidad, la que cree que si nosotros queremos el futuro puede ser distinto
confiaba en que el PP encarnara este mensaje de renovación y fe en el futuro.
Hoy, en mi último día como concejal del PP me encuentro con que usted premia al Alcalde de
Oviedo por “buenas prácticas municipales”. Es usted libre de vincular su futuro político al de
un señor que conculca tan gravemente los valores esenciales de la libertad y del respeto a
las personas como lo ha hecho en los últimos meses Gabino de Lorenzo.
Por mi parte voy a darle al señor De Lorenzo la oportunidad de que sea fiel al “Código de
Buenas Prácticas Municipales” invitándole a que asista al menos alguna vez al Pleno del
Ayuntamiento para que yo pueda entregar mi acta de concejal de la misma forma que la
recogí, en el Pleno, ante el secretario y en presencia del Alcalde.
Atentamente