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Como uno de los granos más cultivados en el mundo, el trigo es por excelencia el cereal que ostenta
mayor arraigo y expansión en las costumbres alimentarias occidentales. En la Argentina, traspasa las
nociones productivas para convertirse en un símbolo de la identidad cultural.
Por sus características, las condiciones climáticas adversas pueden afectar fácilmente al trigo. El
ejemplo más reciente es la sequía que sufrió Rusia esta temporada y que tuvo fuertes consecuencias
en los mercados internacionales. Los factores naturales junto con el comportamiento de la oferta y la
demanda, las fluctuaciones de dólar y los precios de otros commodities, determinan las subas y bajas
en las cotizaciones de este grano, pilar de la alimentación mundial.
Fuera de la UE, los más importantes productores son China (114.500.000 tn), India (80.710.00 tn) y
Estados Unidos (60.100.000 tn). En el hemisferio Sur, sobresalen Australia (24.000.000 tn) y Argentina
(13.500.000 tn)
Los países que mostraron un mayor crecimiento en sus producciones durante este lustro son India,
Australia, Rusia y Ucrania, aunque estos dos últimos vieron un freno a su incremento en la última
temporada.
A principios de 2010 se esperaba un año sin mayores sobresaltos para el mercado del trigo, con una
producción estable. Sin embargo, la sequía que afectó fuertemente a Rusia y otros países de Europa
del Este y Asia cambió todos los pronósticos.
Como puede verse en la primera tabla, la producción mundial 2010/2011 sufrirá una disminución
cercana a los 35.000.000 de toneladas respecto a la campaña previa.
Rusia es uno de los más afectados. De las 61.700.000 toneladas de 2009/2010 pasará a 42.000.000
toneladas.
Producción en los países afectados
Algunos países, como Rusia y Ucrania, redujeron tanto su producción que optaron por limitar las ventas
externas de trigo. Las mermas en las cantidades obtenidas y las restricciones a las exportaciones
impactaron en las cotizaciones y cambiaron el panorama del mercado.
Consumo
En las últimas campañas, por diferentes factores, el consumo mundial aumentó, mientras que la
producción sufrió un retroceso. Esta situación afecta los stocks finales y las cotizaciones.
Las exportaciones de trigo se encuentran bastante concentradas. La Unión Europea, junto con Estados
Unidos, Canadá, Rusia, Australia y Argentina, representan más del 70% de las ventas totales. Por eso,
cuando uno de los principales exportadores limita su oferta, como es el caso de Rusia este año, las
repercusiones en los mercados son más fuertes.
Expectativas de mercado
El trigo es un cereal que requiere determinadas condiciones climáticas para su correcto cultivo y
cosecha, por lo cual la producción se ve fácilmente afectada por factores como las sequías o las lluvias
en exceso. La merma en las cantidades obtenidas por Rusia, uno de los más importantes productores y
exportadores, es la prueba más reciente con claras consecuencias en los precios internacionales.
En noviembre, el informe mensual del USDA sobre previsiones de cosecha estimó la producción
mundial en 642.890.000 toneladas. La estimación aumentó en 1.500.000 toneladas respecto de la de
octubre, pero aún así representa cerca de 40.000.000 toneladas menos que en las dos anteriores
campañas.
Los pronósticos para las producciones de Australia y Sudamérica son alentadores, aunque no alcanzan
a compensar las pérdidas en Rusia y otros países de Europa del Este y Asia, teniendo en cuenta que
también se espera que el consumo de China, India y Corea, entre otros, aumente.
Así, las existencias de final de campaña se reducen 2.200.000 toneladas en comparación con las
previsiones de octubre, llegando a 172.510.000 toneladas (22.900.000 toneladas menos que en
2009/10).
Con la cosecha rusa casi terminada, los guarismos dados a conocer por el Gobierno de ese país no
difieren sustancialmente con los de USDA. Rusia deja entonces un vacío en el mercado.
Estados Unidos y Europa ocupan principalmente ese espacio libre. La Oficina Francesa Interprofesional
de los Grandes Cultivos (Onigc) informó que hasta noviembre la Unión Europea expidió licencias de
exportación por 8.300.000 toneladas de trigo blando, frente a las 6.200.000 toneladas del mismo
periodo del anterior ciclo. Francia resultó uno de los países más beneficiados: durante esta temporada
tiene previsto exportar 11.000.000 toneladas.
Con este panorama, ahora la mirada está puesta en el resto de los países productores y en el
comportamiento de la demanda. Las condiciones de lluvias para el trigo de invierno en Estados Unidos
son estas semanas uno de los factores de mayor influencia en las cotizaciones.
El comportamiento del dólar, por su parte, contribuyó a reducir los precios. La firmeza frente al euro
empuja las cotizaciones a la baja al limitar la competitividad del trigo estadounidense.
Otro aspecto a tener en cuenta son las medidas que podría tomar China para contener a la inflación,
con posibles consecuencias en los mercados.
Algunos analistas vislumbran que los buenos precios se traducirán en una mayor cantidad de hectáreas
implantadas. En ese caso, las subas en las cotizaciones deberían limitarse y no llegar a formar una
burbuja como sucedió en 2008. Aunque esto no dependerá sólo del trigo, sino también de las
fluctuaciones de la soja y el maíz, entre otros.
Evolución de precios
Precios Chicago
Fuente: Reuters
Como puede verse en el gráfico precedente, los precios en el mercado de Chicago comenzaron a caer
antes de que estallara la crisis financiera en octubre de 2008. La recuperación comenzó a principios de
2010 y se profundizó en julio, con las restricciones a las exportaciones rusas y ucranianas.
Todavía no se alcanzaron los picos de comienzos de 2008. Sin embargo, tomando en cuenta un período
mayor de tiempo, los precios de trigo siguen estando “caros”. La Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asegura que, si bien las tendencias de cada mercado varían
año a año, al tomar una imagen más amplia el precio de los alimentos sube y estos se hacen cada vez
menos accesibles para la población mundial.
Consideraciones finales
La complejidad principal del mercado de trigo radica en la importancia que tiene como alimento en
diferentes países y culturas. La demanda aumenta al ritmo en que crece la población, lo que la hace
muy fluctuante.
Asimismo, las cifras de expansión o contracción económica, que inciden sobre todos los commodities de
alimentos y energía, pujan al precio internacional de este grano harinero quizás antes incluso que a la
soja o el maíz, dada la vulnerabilidad que posee el cultivo en sí mismo y su condición estratégica para
la canasta básica de alimentos.
En ese contexto, la oportunidad económica consiste en pensar que el consumo de trigo no se detiene.
El mercado siempre va a necesitar de este grano y lo demandará con la misma fuerza con que aumenta
la población mundial, fuerza expandida además por la occidentalización e industrialización de la dieta
asiática.
La crítica que por estos días se hace a la política oficial argentina tiene que ver con los cupos
exportables, que desde el sector de las patronales agrícolas es visto como un serio limitante. Sin
embargo, la raigambre cultural y alimentaria que tiene el trigo en la Argentina hace indispensable que
se garantice el consumo interno, ya que el caso contrario generaría un malestar difícil de sobrellevar.
Pueden existir soluciones alternativas al modelo actualmente en funcionamiento, pero toda decisión
que se tome debe proteger el abastecimiento.
Fuentes
USDA
http://www.usda.gov/wps/portal/usda/usdahome
Bloomberg
http://www.bloomberg.com/
Reuters
http://www.reuters.com/
FAO
http://www.fao.org/index_es.htm
BCR
http://www.bcr.com.ar/default.aspx