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Hesíodo
E
n 1967 el astrofísico John Archibald Wheeler acuñó la expresión agujero negro
para referirse a un ente del cosmos que resultaba del colapso gravitatorio de una
estrella que estuviera por encima del límite de Subrahmanyan Chandrasekhar
(una vez y media la masa del Sol)1. Podemos definir los agujeros negros como cuerpos
celestes cuya densidad es tan elevada que ni siquiera la luz puede escapar de su superficie
por su enorme campo gravitatorio (deformación espaciotemporal), razón por la cual no
pueden ser vistos por el ojo del hombre (de ahí lo de negro). Los astrofísicos nos los
describen como monstruos siderales que absorben toda la energía/materia que pasa en sus
cercanías, dando la impresión de que la misma cae por un pozo sin fondo (de ahí lo de
agujero)2.
El primer tratado sobre los agujeros negros apareció en 1783, cuando la teoría dominante
de la astrofísica era la atracción gravitacional de Newton (no la de Einstein). En palabras
de Stephen Hawking: “Un catedrático de Cambridge, John Mitchel, escribió en 1783 un
artículo, en la Philosophical Transactions of the Royal Society of London, en el que
señalaba que una estrella que fuera suficientemente masiva y compacta tendría un campo
gravitatorio tan intenso que la luz no podría escapar” (2004, p.115). Algunos años
1
Las estrellas se mantienen activas gracias al equilibrio que se produce por la presión del calor
desprendido de su combustión (fusión de sus átomos, como explicó Sir Arthur Eddington) y la atracción
gravitacional producida por su campo. Cuando una estrella, lo suficientemente masiva, acaba con su
combustible nuclear, la gravedad (que la contrae) supera a la presión térmica (que busca expandirla) y el
colapso se torna inevitable. El resultado es un agujero negro (Núñez, 2006).
2
En palabras de Mauricio Romero Leamann: “se les llama ‘agujeros’ porque los objetos pueden caer, pero
no salir de ellos, y ‘negros’ porque ni siquiera la luz puede escapar de su campo gravitatorio”. (p. 1, 2009).
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después, en 1798, Pierre Simon de Laplace (1749-1827) hizo pública una demostración
matemática de la afirmación de Mitchel (Baeza, 1998). Pero fue, en 1916, cuando Albert
Einstein acababa de terminar su Teoría General de la Relatividad3, que el físico y
astrónomo alemán, Karl Schwarzschild (1873-1916), retomó la idea y publicó un trabajo
en el que describió una solución de las ecuaciones de campo gravitatorio de Einstein en
cuerpos celestes como los descritos por Mitchel. Su trabajo, desafortunadamente, no fue
tomado en serio –incluso por el mismo Einstein4- hasta muchas décadas después, pero en
él ya Schwarzschild decía “cuán comprimida tendría que estar una estrella para que su
gravedad atrapase la luz” (Leamann, 2010, p. 1)5. En sus cálculos demostró que una
estrella del tamaño del Sol, cuyo diámetro es de 1.392.000 de kilómetros, “tendría que
encogerse a menos de 3 kilómetros de radio” (Leamnn, 2010, p. 1) para que no dejase
escapar la luz de su superficie. Luego, en 1939, los físicos norteamericanos J. Robert
Oppenheimer y Hartland S. Snyder descubrieron –y publicaron, con un trabajo titulado
On Continued Gravitational Attraction- que es posible para estrellas mucho más grandes
que nuestro Sol tronarse tan pequeñas6.
Hasta el momento, los astrofísicos saben que los agujeros negros de Schwarzschild (que
son esféricos y sin momentum angular) presentan un centro y una periferia. Al centro, de
acuerdo con los trabajos de Roger Penrose y Stephen Hawking (1965), se le llama
3
Siento necesario decir que la idea de la deformación espaciotemporal producida por la masa/energía no
es de Albert Einstein sino de Bernhard Riemann (1826-1866), quien la esbozó en 1850. Einstein la retoma
en 1913 aprendiendo de su amigo, Marcel Grossman (1878-1936), geometría riemanniana, pero es en
1915 cuando da, por fin, con las matemáticas indicadas para la descripción de la geometría
espaciotemporal (Baeza, 1998). Sin embargo, cinco días antes de que Einstein presentara sus ideas a la
Academia de Prusia, David Hilbert –uno de los matemáticos más brillantes de la época- expuso en la
Academia de Göttingen un pequeño “trabajo sobre la fundamentación de la física matemática, en el cual,
basándose en principios muy generales (principios variacionales), deduce las mismas ecuaciones de la
gravitación” (Baeza, 1998, p. 6).
4
También, cuando el ruso, Alexander Friedman (1888-1925), en 1922 y luego, el belga George Lemaître
(1894-1966), en 1927, eliminaron la constante cosmológica A de Einstein mostrando que el universo no
era estático sino que estaba en expansión, la reacción inmediata de este fue la ridiculización y el rechazo.
Asimismo, tuvo similar reacción ante el trabajo de Oppenheimer y Snyder en 1939.
5
Para entender mejor por qué Einstein, desafortunadamente, no quiso tomar en cuenta el trabajo de
Schwarzschild, veamos lo siguiente: la solución de este último de las ecuaciones de campo, para un objeto
con simetría esférica, especifica que la métrica espaciotemporal es g 11 = − 1 − 2 GM ( r
) ,
(
g 22 = 1 − 2 GM
r
−1
). Como se puede ver es muy claro el hecho de que estas ecuaciones no están
definidas ni para r = 0 ni para r = 2 GM , siendo 2 GM el radio de Schwarzschild (r s ) , que siempre
es menor que el radio del objeto que produce el campo gravitacional (r 0 ) , es decir, r`s < r0 . Einstein vio
físicamente irrelevante, estos dos casos pues siempre calculaba las ecuaciones con r > 2 GM ,
perdiendo “la oportunidad de reconocer (teóricamente) el primer hoyo negro” (Baeza, 1998, p. 8).
6
Es interesante hacer explícitas las condiciones en las que Schwarzschild realizó sus trabajos relativísticos:
“durante la primavera y el verano de 1915 sirvió en el ejército alemán en el frente ruso. En ese período
contrajo una enfermedad mortal y murió el 11 de marzo de 1916, poco antes de que apareciera su
trabajo con la solución a las ecuaciones de Einstein. Fue durante su enfermedad, mientras permanecía en
el hospital, que Schwarzschild escribió sus dos trabajos sobre relatividad” (Baeza, 1998, p. 7). ¡Y Einstein
tenías apenas dos meses de haber publicado sus planteamientos!, lo que me parece muy relevante por el
hecho de que casi nadie entendía la Teoría General de la Relatividad en ese momento.
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singularidad7 y tiene –según ambos- una densidad infinita que produce una curvatura
infinita del espacio-tiempo8; a la periferia, desde 1970, se le llama horizonte de sucesos o
de eventos y se define como la zona de un agujero negro en la que encontramos toda la
radiación fotónico-electromagnética que busca salir pero no puede9. Así mismo, entre el
resto del universo y el horizonte de sucesos hay una zona que los astrofísicos denominan
ergosfera y que definen como la región del espacio-tiempo en la que es posible alejarse
del agujero negro a pesar de ser absorbido por él, pues en donde ya no es posible hacerlo
es en el horizonte de eventos.
En el mismo sentido, también son propiedades de los agujeros negros su masa, forma,
radio, tamaño (que depende de su masa), temperatura, entropía, neguentropía, exergía,
carga eléctrica y momentum angular. De todas estas propiedades solo la masa, la carga
eléctrica (si hay) y el momentum angular (si tienen) son las que se conservan intactas una
vez producido el colapso gravitacional, es decir, de las características que presentaba el
cuerpo celeste antes de colapsar, solamente quedan sin modificar estas tres10. El radio de
un agujero negro esférico viene dado por la ecuación de Schwarzschild r = 2GM / c 2
(razón por la cual se llama radio de Schwarzschild); la entropía, por la ecuación
3 3
S = Akc ; y la temperatura, por T = hc . Así, tenemos que el radio de un
4Gh 8πkGM
agujero negro es proporcional a su masa en tanto que esta guarda una relación de inversa
proporcionalidad con la temperatura11. La entropía12 es directamente proporcional (1 / 4)
al área del horizonte de sucesos y este se incrementa con la entrada de masa/energía al
agujero negro, por lo que la entropía también es directamente proporcional a la cantidad
de masa/energía.
Pues bien, dadas estas aclaraciones básicas sobre lo que son los agujeros negros13, ahora
entremos en materia. Stephen Hawking ha declarado desde 1974 (Núñez, 2006) que los
agujeros negros no son tan negros como parece, es decir, que de ellos se desprende, en
equilibrio termodinámico, radiación electromagnética (rayos X) muy a pesar de lo que se
puede decir de los mismos con base en la Teoría General de la Relatividad de Einstein.
En sus palabras: “…la teoría cuántica implica que los agujeros negros no son
7
Los matemáticos llaman singularidad a un punto en el que no puede definirse una función, por ejemplo,
cuando en una curva no se puede establecer con claridad una tangente en uno de sus puntos. Los físicos
han extendido este concepto a su área para connotar situaciones en las que una teoría física deja de ser
válida (como en el centro de un agujero negro).
8
O lo que es igual: un campo gravitatorio con una magnitud de acción infinita, cosa muy ilógica como
veremos después.
9
Pero su nombre lo recibe por el hecho de que “es el límite de lo que pueden ver los observadores que
están fuera del agujero negro” (Núñez, 2006, p. 2).
10
A esta afirmación J. Wheeler la denominó el teorema de que ‘los agujeros negros no tienen pelos’.
11
Por lo que “…cuanto más pequeña sea la masa del agujero negro, tanto mayor será su temperatura”
(Hawking, 2004, p. 146,).
12
En 1972 Jacob Bekenstein se preguntó ‘qué sucedería con la entropía del universo si un sistema físico
cae en un agujero negro’ y llegó a establecer que los agujeros negros tienen entropía y temperatura. Con
base en los trabajos de este astrofísico, S. Hawking llegó a su planteamiento de la evaporación de los
agujeros negros y al establecimiento de la ecuación de su entropía.
13
Aclarando que no tuve en cuenta a los agujeros negros de Roy Kerr.
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completamente negros” (2002, p. 113). Esto significa que con los años todo “agujero
negro se evapora” (Hawking, 2004, p. 5) o mejor dicho, tiende a desaparecer dejando su
singularidad desnuda14, y si tenemos en cuenta las ecuaciones antes descritas, el ritmo de
su “evaporación” se incrementa con la pérdida de su masa/energía por el hecho de que
con la disminución de esta se incrementa la temperatura y se reducen tanto el área de su
horizonte de eventos como su entropía15. Pero, ¿de qué forma es posible que salgan
fotones de un holón que por definición no permite una rapidez de escape16 igual o
menor a la rapidez de la luz ( 299.792,458 Km )?
s
La respuesta que dio Stephen Hawking fue la siguiente: como en todo el espacio-tiempo
constantemente aparecen y desaparecen ondículas virtuales de energía negativa con sus
respectivas antiondículas, uno de los miembros de este par, si aparece muy cerca del
horizonte de sucesos, puede caer en el agujero negro si está más cerca que su compañera,
dejando a esta libre y haciendo que salga en sentido contrario pudiéndose escapar del
mismo. Citemos sus palabras: “En presencia de un agujero negro un miembro de un par
de partículas virtuales puede caer al mismo, dejando libre al otro miembro, que puede
escapar al infinito. A un observador lejano le parecerá que las partículas que escaparon
del agujero negro han sido radiadas por él. El espectro de un agujero negro es
exactamente el que esperaríamos de un cuerpo caliente, con una temperatura
proporcional al campo gravitatorio en el horizonte…” (2002, p.). Personalmente, no
considero consistente esta explicación. Veamos por qué:
1. Para él las ondículas virtuales no son reales hasta tanto no sean despojadas de su
compañera, dando la idea de que tienen existencia potencial y nada más lejos de
la realidad. Lo potencial es la interfaz entre el ser y el no-ser (como enseñó
Aristóteles) y algo que todavía no es no puede afectar a lo que ya es en acto. Las
ondículas virtuales son las responsables del efecto Casimir-Polder –que a su vez
es lo que ha permitido comprobar su existencia-, por ello no son potencia, sino
acto17. Además, su misma definición de ondículas virtuales como aquellas que
“no pueden ser medidas directamente con un detector de partículas” (Hawking,
S., 2006, p. 6) no obliga a pensar la mismas como si fuesen potenciales en vez de
actuales; solo nos muestra la imposibilidad que en estos momentos tienen los
experimentadores para detectarlas. Nada más18.
14
Los astrofísicos llaman singularidad desnuda a la singularidad que carece de -o no está rodeada por- un
horizonte de sucesos.
15
Sin embargo, el proceso de evaporación de un agujero negro astrofísico es muy lento. “La velocidad de
evaporación, que depende de la temperatura, es muy lenta porque la propia temperatura es muy baja
60
inicialmente. Un agujero negro de la masa del Sol demoraría unas 10 veces la edad actual del universo
en evaporarse” (Núñez, 2006, p. 8).
16
Que se define como la rapidez necesaria para escapar de un campo gravitatorio determinado. La del
campo gravitatorio de la Tierra, por ejemplo, es de 11 Km .
s
17
Además, “un efecto de los fotones virtuales es producir un pequeño corrimiento en los niveles de
energía de los átomos, que ha sido medido con gran precisión” (Núñez, 2006, p. 7).
Y esto tiene más que ver con la ενέργεια que con la εντελέχεια, ambos conceptos aristotélicos.
18
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2. Él considera –al igual que la mayoría de los físicos- que las ondículas virtuales
emergen del vacío por pequeñas violaciones del principio de Heisenberg
(interpretado ontológicamente) y, como ya dejé claro en otros escritos19, a) de la
nada, nada puede salir20 y b) ninguna magnitud es imprecisa en sí misma por
cuanto que todo holón de la creación lo es en la medida en que sus límites están
definidos. Algo impreciso es algo cuyos límites no están definidos. Así que en
vez de ver la incapacidad actual de medir simultáneamente el tiempo y la energía
(o la posición y el momentum) de una ondícula en un proceso cuántico, como
algo cuya responsabilidad está en la naturaleza misma y no en nosotros
(interpretación ontológica), debemos hacer lo contrario (interpretación
gnoseológica).
19
Remito al lector a mis artículos ¿Principio de Incertidumbre o Principio de Indeterminación? y
Gnoseología, Epistemología y Matemática, publicados en esta misma página.
20
No estoy negando la existencia de las llamadas ondículas virtuales, lo que niego es el absurdo origen
que los grandes de la física les dan: la nada, es decir, la ausencia total. Y muchos, buscando hacer
concordar las teorías cuánticas con las tradiciones espirituales de oriente, homologan la nada (ausencia
total) con el concepto de sunyata (vacuidad) budista, cayendo en una aberración conceptual espantosa.
La fluctuación es un accidente (atributo) de un ente (sujeto gramatical -’υποκείµενον−), sin el ente no
21
hay accidente. La nada es el no-ser (y Dios es el acto puro inmanifestado, por lo que no debemos
confundirlo con el no-ser) y solo hay fluctuaciones en el ser manifestado, pues los accidentes dependen
de la presencia del ser al que se apliquen. Como dijo Aristóteles: “…siempre el accidente designa el
atributo de un sujeto” (2006, p. 90). Por ello es muy absurdo hablar de accidente en el no-ser (la nada).
22
Ver Gnoseología, Epistemología y Matemática, publicado en esta misma página, para entender mejor
por qué los negativos, al no corresponder con nada de la realidad, son falsos números.
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6. El que a un observador distante del agujero negro le parezca que sea el mismo
agujero negro el que radia energía, no es un criterio válido para decir que
realmente lo está haciendo. Incluso la misma explicación de Hawking revela que
no es eso lo que sucede aunque a distancia lo pareciese. Las apariencias no son el
objetivo de las ciencias. Decir que una cosa es porque parece ser, es tan absurdo
como decir que porque dos personas que pasan cerca de mí en diferentes
momentos llevan los mismos zapatos, yo debo colegir que se trata de la misma
persona, en vez de dos.
7. En el caso de que realmente las ondículas virtuales tuviesen una energía negativa
(menor que cero, ¡menor que nada!), al entrar un miembro del par en el agujero y
anularse con una de las ondículas con energía positiva del mismo, dado que la
energía ni se crea ni se destruye sino que se transforma, ¿cómo saldría esa energía
resultante del horizonte de sucesos?
23
Sobre el concepto de consensualidad, remito al lector al libro Semántica Disensual: filosofía, lenguaje y
realidad, del Dr. Eduardo Lasprilla.
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Apéndice
Antes de finalizar, siento pertinente esbozar a modo de apéndice dos ideas relacionadas
con el tema. La primera es sobre la infinitud de la densidad en una singularidad y su
correlativa infinitud de la curvatura espaciotemporal y la segunda, sobre la información
en los agujeros negros.
Además, es un craso error decir que las divisiones por cero equivalen a infinito como
desgraciadamente los matemáticos y físicos dicen. Las divisiones por cero no son
realizables por el simple hecho de que ninguna cantidad puede dividirse por la ausencia
de cantidad, eso es como decir que es posible repartir cinco manzanas en ninguna
persona: ¡sencillamente no se pueden repartir! , ¿a quién se las vamos a dar? Por ello la
interpretación física de que 1 − 2GM = ∞(inf .) , siendo r = 0 , está equivocada26. Esto
r
revela la necesidad de desarrollar unas ecuaciones en las que estos problemas no se
presenten.
24
Remito nuevamente al lector a Gnoseología, Epistemología y Matemática.
25
Descartes diferenció lo infinito de lo indefinido. Podemos definir a este último como aquello que
teniendo límites no los podemos ver por nuestras limitaciones conscienciales.
26 2
Y lo mismo aplica para las siguientes ecuaciones de la relatividad especial: E = mc y
2
1− v
c2
2
m0 , en donde v
m = 2 c2 = 1
, pues todas la divisiones se harían por cero y es esta mala
1− v
c2
interpretación de las divisiones por cero la razón por la que se dice que cuando un cuerpo alcanza la
rapidez de la luz su energía y su masa son infinitas.
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Por otra parte, el hecho de que las ecuaciones de Einstein estén imposibilitadas para
describir lo que sucede dentro de un agujero negro no significa que, necesariamente,
tiempo y espacio desaparezcan en una singularidad con densidad indefinida. Considero
que el escritor Andrés Balaguer (1996) se equivocó al escribir: “el espacio-tiempo no
puede existir en estas circunstancias [en una singularidad]…”, porque la física conocida
no sea aplicable. De no poder matematizar algo no debe colegirse que ese algo, por tanto,
no exista. Eso es poner la matemática en un pedestal que no tiene. Así queda claro que,
por el supuesto de que en una singularidad el espacio-tiempo desaparezca, ninguna
singularidad es trans-temporal y meta-espacial, es decir, que los agujeros negros son una
entrada al nirvana o, que las singularidades son entradas a otros universos o puertas a
otras zonas de este mismo universo. Dejarse arrastrar por la especulación (teorización sin
paradigma, a decir de Ken Wilber), no es nada bueno para la investigación (en cualquiera
de los reinos del Ser [fisiosfera, biosfera, noosfera y teosfera]).
De acuerdo con Hawking, la información que entró al agujero irá saliendo poco a poco
con la radiación de este y, por principio (aunque en la práctica ahora mismo no
podamos), tendrá que ser posible recuperarla. Pero, ¿cómo va a salir la información si la
ondícula virtual que sale disparada fuera del agujero no lleva impresa la información
contenida dentro de este?
Como dije antes, la explicación es inconsistente, pero será la experiencia la que nos diga
si realmente se puede o no recuperar la información. Y en el caso de que sí se pueda, es
menester dar una mejor explicación. De todas maneras, como el conocimiento siempre va
perfeccionándose, estoy abierto a nuevos aportes.
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