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TESIS III.

EL PARTIDO COMUNISTA QUE QUEREMOS.

INTRODUCCION.

Prácticamente, desde su fundación, la situación organizativa del Partido


siempre ha ocupado preferente atención de parte de sus militantes. El XIV
Congreso nos decía, por ejemplo, de que “el Partido tiene que convertirse
en una gran Partido de Masas y de Acción, para cumplir con éxito su
misión histórica”, y reafirmaba que “el Partido es el facto decisivo de las
transformaciones”, y nos llamaba “a transformar el Partido, en un Partido
Comunista Combativo y Unitario”.

Han pasado más de una década, la política del país se ha vuelto más
diversificada en su representación social, se han universalizado ciertos
intereses, la política se ha vuelto más definida y concreta, con una
objetivación más real, con una revalorización de sus fundamentos
doctrinarios.

Sin propuestas, sin programa, sin tesis, sin objetivos políticos a corto,
mediano y largo plazo, han llevado al Partido al incumplimiento de
determinadas normas leninistas de la organización y del centralismo
democrático; en esas condiciones, ha ganado espacio el rutinarismo, la
burocracia partidaria, el quemeimportismo; en algunos casos, la
inobservancia de las normas estatutarias, la descomposición en
determinadas líneas del estilo y métodos de dirección, y al oportunismo de
todos los pelajes, en otros.

La situación de nuestro Partido se expresa, entre otros factores, en que no


hemos sido capaces de diagnosticar, con la mayor precisión posible, los
nuevos cambios en la situación internacional, de asimilar el sentido de la
lucha por la democracia de los Trabajadores y el Pueblo, en donde están
inmersos la dependencia nacional, los derechos sociales, la lucha por el
socialismo, en la situación nacional; tampoco hemos tenido éxito, en
articular una política Unitaria y de Acción, entre el Partido Comunista y las
demás fuerzas progresistas y antiimperialistas;

En las actuales condiciones, somos testigos del envejecimiento de la


militancia y la débil renovación con nuevos militantes; no contamos con
un espacio electoral, peor con un electorado; tampoco contamos con la
identidad jurídica como Partido Comunista; tenemos serias dificultades
para mantener la prensa partidaria, la educación ideológica, y el apoyo al
desarrollo de la Juventud Comunista, aunque algunas de estas actividades
se han cumplido en forma limitada o ineficientemente.

LA VIGENCIA DEL SOCIALISMO.

Conocido es el hecho, de que el capitalismo, se ha agotado y desgastado, en


medio de crisis estructurales financieras y económicas, globales y
sistémicas, declarándose incapaz de resolver las necesidades del pueblo en
la sociedad moderna. Los esfuerzos de los ideólogos del capitalismo por
maquillarlo y embellecerlo, han fracasado, y ahora más que nunca, la
alternativa socialista recobra un mayor protagonismo para las acciones
revolucionarias actuales y futuras, con la gestación de un
contramovimiento que crece en varias formas de resistencia, a favor de los
Trabajadores, Pueblos y países que luchan por un desarrollo nacional
soberano, que se expresa cada día, en los crecimientos, movimientos
democráticos, progresistas y populares antiimperialistas.

De allí que la tarea actual del Partido, es el de estar a la altura de los


acontecimientos políticos y responder a las exigencias de la época, a las
demandas más urgentes y apremiantes de los Trabajadores y el Pueblo,
pasando por la reafirmación de la alternativa socialista, que pasa por la
lucha por alcanzar el Poder, con un pensamiento revolucionario avanzado
que responda a las exigencias de la época actual, con una teoría cimentada
en la experiencia histórica del socialismo, de la experiencia de los países
socialistas, de las experiencias revolucionarias de la región, de las
tradiciones revolucionarias de nuestro pueblo y de la vigencia, ahora más
que nunca, del marxismo-leninismo.

EL PARTIDO QUE NECESITAMOS.

Para ello necesitamos un Partido que sepa unificar a todas las fuerzas
democráticas, progresistas y de avanzada, y de gran influencia política en
los Trabajadores y los Frentes de Masas que nos permitan acercar los
objetivos de la Revolución Democrática Nacional (que se están cumpliendo
parcialmente en la actualidad, en el gobierno del Presidente Correa), hacia
el socialismo.

Necesitamos un Partido revolucionario grande, renovado, internacionalista,


compuesto de una gran militancia, dirigido por cuadros comprometidos con
la nueva lucha por el socialismo, integrado a los intereses de los
Trabajadores, y en la misma línea de acción de las masas. Un Partido
capaz de articular la construcción de amplios frentes y alianza políticas
actuando en la esferas del gobierno, parlamento e instituciones sectoriales,
capaz de organizar, impulsar y dirigir las luchas de las masas, actuando con
firmeza en el campo de la lucha ideológica. Un Partido que deseche el
dogmatismo y el sectarismo, y las desviaciones de izquierda y derecha.
Para ello, la nueva Dirección que se elija en el XV Congreso del
Partido, deberá elaborar el PLAN GENERAL DE CONSTRUCCION
DEL PARTIDO, en base a las propuestas, iniciativas, e ideas que
surjan de los Delegados al Congreso partidario, en el menor tiempo
posible.

LOS METODOS Y ESTILOS DE DIRECCION.

La dispersión de nuestra militancia o a la desorientación y confusión sobre


la naturaleza y carácter de algunos objetivos políticos, al uso y abuso de
prácticas arraigadas en nuestra tradición que afectan a nuestro estilo de
trabajo y forma de actuar de los comunistas, el manejo de un estilo de
dirección altamente centralista que, en algunos casos, inmoviliza o
restringe su actividad, coarta la iniciativa y reduce su campo de acción y
sus perspectivas, así como la falta de absoluta igualdad entre sus
organismos, la rotación y alternabilidad de las direcciones, eliminando las
funciones prolongadas y el derecho de revocatoria del mandato, son
algunas de los desniveles que encontramos en la organización del Partido.

La restructuración de la organización del Partido no puede ser entendida


como un mecánico agrupamiento de la militancia dispersa y a la
reactivación de los organismos de base del Partido, si no más bien como
una búsqueda constante de nuevas formas y métodos de acción
revolucionaria, donde la sabiduría y la iniciativa creadora de los comunistas
se ponga en juego, en beneficio de las masas.

Las normas organizativas no son estáticas ni fijas; son cambiantes,


mutables en la medida en que cambian las condiciones de la sociedad que
exige mayor protagonismo, mayor capacidad organizativa y movilizadora
del Partido, desarrollando nuevas formas de relacionarse con los sectores
populares, en todas las esferas de la sociedad para enfrentar el nuevo
desafío de la política nacional e internacional.

De allí que, las labores de la Dirección, merecen una profunda renovación,


con cuadros altamente especializados, estableciendo responsabilidades
individuales y colectivas muy precisas para cada uno de sus Dirigentes, que
conlleve a la evaluación constante y la rendición de cuentas, con la rotación
y alternabilidad regulada para todos los cargos principales, y la regulación
de las reelecciones
Así, el rutinarismo, el parcelamiento y la espontaneidad de la actividad
política, de corte gremialista o localista, son la característica de la actividad
de algunos Dirigentes del Partido que actúan en los frentes de masas. La
pasividad y la dispersión, son las características de nuestra actividad
partidaria. Para superar estas falencias, es necesario rescatar, incorporar,
coptar a los mejores cuadros del Partido y destinarlos a los frentes de masas
donde mejor se conjuguen sus habilidades y experiencia política,
desarrollando y perfeccionando la educación ideológica, poniendo a
funcionar las Escuelas Políticas a todos los niveles, reivindicar las mejores
tradiciones de la militancia, como la firmeza y lealtad revolucionaria, la
conducta permanente de honestidad, de ética, de sinceridad y lucha contra
todos tipo de injusticia, por la solidaridad clasista y revolucionaria, por
encima de los intereses oportunistas de tipo personal.

EL PARTIDO Y SU INFLUENCIA SOCIAL.

El Partido debe de recuperar su personalidad, influencia y prestigio en el


seno de las masas, comenzando por una higiene integral de sus filas: no
pueden haber comunistas sueltos que no respondan a nada ni a nadie y
constituyan un peso político muerto para el Partido. No es posible que
cuadros del Partido, con mucha experiencia y capacidad, se mantengan
ajenos a la actividad y acción política del Partido, realizando cualquier otro
tipo de actividad, ajena a las que les corresponde como tales, en beneficio
del Partido.

Paciencia, disciplina, ética, honestidad, creatividad, audacia, firmeza,


lealtad y solidaridad revolucionaria, deberían ser las características de los
nuevos Cuadros de dirección del Partido. Para ello debemos desarrollar y
perfeccionar los métodos y estilos de dirección del Partido y nada mejor
que mejorando su estructura organizativa, enriqueciendo las posibilidades
del centralismo democrático, de la dirección colectiva, de la crítica y
autocrítica, de la regulación de las reelecciones y de la rendición de cuenta
de los comunistas que tienen cargos de alta responsabilidad en el Partido,.

Con toda razón Lenin nos enseña, “que la fuerza de centenares puede ser
superior a la fuerza de millares, siempre y cuando los centenares estén
organizados revolucionariamente”.

Una propuesta política puede y debe ser concebida en la forma más


perfecta posible, a la luz de los principios del marxismo-leninismo; así, la
política del Partido es concebida atendiendo los intereses más apremiantes
de las masas y de la sociedad pero, si la Dirección no encuentra “la forma”,
“el estilo”, “el método justo, certero y adecuado” para llevarla al seno de
las masas, a través de los organismos del Partido, los efectos de la
propuesta política no cuaja, no se materializa, y no se produce el efecto
dialéctico dinamizador, de facilitar el trabajo de la “correa de trasmisión”,
entre el Partido y las Masas”. En algunos casos la iniciativa de la
militancia y sus organismos inferiores, rebasan las expectativas de la
Dirección, que se queda sin ejército, en el momento en que pierde su
capacidad de dirección y de movilización. De allí, en adelante, es una
Dirección amorfa, atrofiada, convencional, que puede ser cualquier cosa,
menos una dirección revolucionaria.

EL CENTRALISMO DEMOCRATICO:

El centralismo democrático es el principio orgánico estructural de nuestro


Partido. Este centralismo representa la combinación acertada de las formas
democráticas, con la dirección centralizada y, toda la estructura del Partdio
se asienta en el mismo.

Este centralismo, en la práctica, “equivale a Programa único, Estatuto


únicos, centro único de dirección, disciplina única para todos, carácter
electivo de las organizaciones del Partido, rendición de cuentas de los
órganos del Partido ante sus correspondientes órganos superiores, y ante
sus mandantes. Las cuestiones se resuelven mediante votación y la minoría
se subordina a la mayoría”.

La otra fase del centralismo, es la democracia, que se expresa en la


igualdad de derechos de todos los militantes, la iniciativa y el trabajo
creador de los mismos y sus derechos. Es democracia, cuando el principio
de la “dirección colectiva”, descarta el individualismo y el culto a la
personalidad. Esta formulación se completa, cuando se establece que “La
dirección colectiva se realiza en combinación con la responsabilidad
personal de la tarea encomendada”. A ello se agrega el principio de la
Crítica y autocrítica y el control de las tareas y decisiones.

El uso y abuso del centralismo democrático, ha llevado a materializar un


estilo altamente centralista que, en la práctica inmoviliza o restringe su
actividad, coarta la iniciativa de la militancia y reduce su campo de acción
y sus perspectivas, la misma que puede y debe ser superada con la absoluta
igualdad de los militantes y de los organismos del Partido, sobre todo al
cumplimiento colectivo de las tareas, a discrepar, de la responsabilidad ante
la organización partidaria, a la rotación y alternabilidad de las direcciones,
eliminando las funciones prolongadas y el derecho de revocatoria del
mandato, como una forma errónea y perjudicial de cumplir las resoluciones
del Partido. De la misma forma, el uso incorrecto y deformado del
centralismo democrático, nos lleva al más perverso liberalismo al interior
del Partido, al culto a la personalidad en la Dirección, a los desenfrenados
perjuicios contra los militantes y a la “satanización” de los mismos.

La crítica y autocrítica, y la dirección colectiva, también constituyen


elementos básicos de los principios del centralismo democrático. Frente a
los problemas sociales, y a la actividad diaria del Partido, no se ha podido
desarrollar una cultura crítica y peor autocrítica de la militancia,
considerados como derechos de los militantes y organismos en las normas
estatutarias.

Pero en estos elementos, también se han producido deformaciones, abusos,


vicios y castraciones del espíritu marxista-leninista, con las cuales fueron
concebidos. No se ha desarrollado, por ejemplo, una correcta política para
el uso de la crítica y autocrítica, como una herramienta revolucionaria que
nos permita descubrir nuestros errores, deficiencias y falencias, y las
formas y métodos para superarlos. En contraposición a la crítica y
autocrítica, las deformaciones al interior del Partido, van desde el “yo, yo y
yo”, hasta el arribismo y el adulo de algunos militantes, hacia los cuadros
directivos, con lo cual, en muchos casos, la militancia comunista se
convierte en “una militancia de favores”, donde casi nunca se responde
objetivamente a los intereses generales del Partido y las masas. En esas
condiciones, el centralismo democrático, jamás puede ser convertido en
centralismo burocrático.

LA DIRECCION COLECTIVA.

Por otra parte, la Dirección como tal, debe de juzgar un verdadero papel de
liderazgo ante la sociedad. Si algo caracteriza a los comunistas es la
voluntad y el deseo colectivo de organizar la revolución por encima de
todas las dificultades y barreras. Pero esa voluntad no puede manifestarse
en forma aislada, anacrónica e imperecedera; antes por el contrario, tiene
que ser una actividad encuadrada en el principio de la Dirección Colectiva,
combinando la misma, con la responsabilidad personal.

El Dirigente comunista justifica su conducta revolucionaria, si realmente se


convierte en un verdadero líder de las masas. Hacerse conocer, querer o
respetar por las masas y la militancia del Partido, debe ser uno de los
objetivos fundamentales que debe perseguir los lideres revolucionarios.
Pero el liderazgo se lo gana con trabajo, con voluntad, con dedicación, con
firmeza y convicción revolucionaria, con respeto y tolerancia hacia la
militancia y el pueblo, con paciencia y sabiduría para determinar con
exactitud, cuáles son las necesidades políticas más apremiantes de las
masas y la sociedad y como los comunistas podemos contribuir con mayor
efectividad a la solución de las mismas.

En el Partido, pues, no hay cabida para el trabajo personalista, aislado,


débil de la Dirección, ni de ningún otro organismos del Partido, que nos
pretenda hacer creer que un solo Dirigente es capaz de todo, de saberlo
todo, de poderlo todo, lo cual no es cierto y que, al final, irremediablemente
nos lleva a la aberración del culto a la personalidad.

Pero, no solamente se trata de tener cultura política. También se trata de la


reafirmación de nuestra ideología y postulados clasistas y revolucionarios,
que obliga al Dirigente comunista a extremarse, a renovarse, a
retroalimentarse, a perfeccionarse, a no quedarse estancado en el marasmo
de las contradicciones política, como suele suceder.

El Dirigente comunista, por encima de cualquier consideración, debe de ser


“orgánico” en el mejor sentido de la palabra; debe empezar por conocer a
la militancia con todos sus defectos y virtudes, sin necesidad de establecer
limitaciones; debe rendir cuentas a los mandantes, de su accionar político,
de mantener una verdadera coordinación con todos los organismos del
Partido y de la actividad política que ellos generen, de mantener la línea
disciplinaria del Partido, incluso con su propio ejemplo, de utilizar la
herramienta de la crítica y autocrítica, como una de las normas
organizativas del Partido.

Despojándose de todo personalismo, desarrollar la democracia interna del


Partido, abrir el estudio y la discusión de los problemas más apremiantes de
la sociedad ecuatoriana y del Partido, darle a toda la militancia la
posibilidad de expresarse con sus aciertos y desaciertos, estimulado la
democracia interna.

EL PARTIDO Y LOS FRENTES DE MASAS.

Sin Programa, sin políticas ni propuestas serias, el Partido no puede


desarrollar exitosamente su accionar en el seno de las masas. Por eso
surgen las limitaciones, vicios, defectos y desviaciones que se producen en
algunos organismos donde se tiene alguna influencia, -muy débil por
cierto-, desde el punto de vista de la organicidad del Partido, como es el
caso de la CTE, la FEI, la FTAL, por decir algo. Mucho más grave es la
situación de los Frentes de Masas donde el Partido ha terminado por perder
mucho prestigio, y su relación con los Frentes de Masas es cada vez más
exiguo, débil, limitado, privándose concientemente a las masas, de la
orientación clasista y revolucionaria, que tanta falta les hacen en los
actuales momentos (petroleros, maestros, comerciantes minoristas, de la
industria del acero, transportistas, pescadores, intelectuales y artistas,
asistentes domésticas, profesionales, estudiantes, artesanos, deportistas,
transportistas, pobladores, organizaciones ecológicas, organizaciones de
mujeres, y de la juventud, etc.

El trabajo del Partido en los frentes de masas, exige conjugar las luchas
inmediatas de los Trabajadores de la ciudad y el campo por sus intereses
inmediatos, y ligarlos con la lucha política para poder construir el Partido
en el seno de ellas. Con toda razón se dice que las masas son para el
Partido, lo que el agua es para los peces. Es en medio de ellas que nuestra
política se hace realidad y, de ellas salen los futuros cuadros y militantes
del Partido. Fuera de las masas, el Partido no tendrá ninguna capacidad
organizativa ni movilizadora.

De la misma forma, los comunistas tienen la obligación de ampliar y


profundizar el trabajo entre las masas, recurriendo a las formas y los
métodos más diversos, los que son determinados por el grado de conciencia
de las masas y por las peculiaridades económicas, sociales y políticas. La
sabiduría del Partido le permite entonces, determinar cuál es la formad de
trabajo más adecuada en cada momento dado. Las formas y métodos del
trabajo del Partido en el seno de las masas dependen, ante todo, de las
tareas, por cuya solución combate el Partido y del contenido del trabajo que
realiza entre las masas.

Al utilizar tales o cuales formas de trabajo, los comunistas aprovechan las


formas tradicionales de organización de las masas. “Llenas de un nuevo
contenido, éstas responden a las tareas del Partido y sirven a los intereses
del pueblo”. Por eso, en la elaboración de la estrategia y táctica
revolucionaria, es cuando adquiere de suma importancia “la capacidad de
determinar cuando es mejor utilizar una u otra forma de trabajo, cuando
hay que sustituirla o complementarla y con qué formas. El trabajo entre las
masas es eficaz, cuando responde a las demandas del día”. Asi mismo, el
uso de una misma forma de lucha durante largo tiempo, puede hacer que la
gente pierda interés por la actividad de los comunistas.

De la misma manera, la forma de trabajo de los comunistas entre las masas,


dependen de los canales a través de los cuales el Partido está unido con las
masas (Sindicatos, organizaciones femeninas y juveniles, gremios, etc.),
incluso en organizaciones de masas dirigidas por líderes de la derecha.
Otro elemento de ligazón con las masas es la prensa comunista (periódicos,
libros, revistas, folletos, etc.), la actividad de los comunistas en los
organismos del Estado, en los Municipios, en los Consejos.

Las políticas y los métodos y estilos de trabajo cambian de acuerdo al


frente de masas donde el Partido desarrolla su acción. La experiencia
histórica nos demuestra que “cada grupo manifiesta su propia posición
frente a los problemas generales. Por lo tanto, los comunistas deben enviar
a todas partes destacamentos de sus ejércitos”. Por eso nuestro Partido
debe diseñar políticas concretas para cada uno de los sectores de la
población, objetos de la explotación y pobreza, como son las propuestas
para el trabajo en el frente OBRERO SINDICAL, en el frente
CAMPESINO, en el frente de los INDIGENAS, en el frente
ARTESANAL, en el frente JUVENIL, en el frente de las
ASISTENTES DOMESTICAS, en el frente de las MUJERES, en el
frente BARRIAL Y POBLACIONAL, en el frente CULTURAL, en el
frente de PROFESORES UNIVERSITARIOS, en el frente
INTERNACIONAL, REGIONAL, SUB-REGIONAL, etc., las que
deberán constar obligatoriamente en el PLAN GENERAL DE
CONSTRUCCION DEL PARTIDO, a aprobarse en el XV Congreso.

EL PARTIDO Y LA ACTIVIDAD ELECTORAL.

Se han sucedido siete elecciones y eventos electorales, donde el Partido no


tuvo la oportunidad de participar en dichos procesos eleccionarios ni solo,
ni acompañado, con su propia identidad electoral, candidatos y propuestas
electorales para el pueblo. Como resultado de esta falencia, no se han
promocionado nuevos y más militantes comunistas como potenciales
Candidatos Electorales del Partido en las elecciones civiles, lo que nos
obligó a refugiarnos y solo en poquísimos casos, en las Listas de los
Candidatos del Gobierno.

Así, las masas no conocen nuestras propuestas, tesis o Programa, con lo


cual ignoran políticamente la presencia y accionar del Partido en escala
nacional, con lo cual se ha dado vía libre a los Candidatos de la derecha y
del imperialismo, para capitalizar votos que, en el proceso electoral,
históricamente, son votos que, en algunas provincias, le corresponde a
nuestro Partido.

Dicho de otro modo, después de algunos años, el Partido no ha podido


diseñar una identidad electoral. En las elecciones civiles de los últimos
años, por ejemplo, no existimos como referente electoral, o como Partido
Comunista, y las últimas propuestas aprobadas por el Comité Central de
crear una nueva organización político-electoral para el Partido, no fueron
reivindicadas consecuentemente, y se las dejaron perder. En la actualidad
el Partido no tiene identidad política-electoral alguna en las Consejo
Electorales, ni a nivel provincial, ni nacional, y esta es una definición que
tiene que ser resuelta en el marco del XV Congreso Nacional del Partido.

En definitiva, la ligazón dialéctica entre las tareas organizativas del Partido


y su política, queda plenamente asegurada, cuando el plan político y su
estrategia y contenido liberador y antiimperialista, encuentran las
respuestas revolucionarias en el seno de las masas que nos permitirá unir la
teoría revolucionaria con los Trabajadores y otras capas de la sociedad
ecuatoriana, a través de la acción política del Partido, en el seno de las
mismas.

EL PARTIDO Y LA CAMPAÑA NACIONAL DE


RECLUTAMIENTO.

La primera tarea revolucionaria para los comunistas ecuatorianos, es la


construcción del Partido y unas de las formas para hacerlo, es organizando
una Campaña Nacional de Reclutamiento y Recarnetización que, no se ha
logrado potenciar, que no ha tenido una abierta socialización entre la
militancia y en todos los niveles de las organizaciones partidarias, con lo
cual se ha desperdiciado el uso de una vía para el crecimiento numérico de
la militancia.

Se olvidaron de que de ésta Campaña podían haber surgido nuevos


militantes y cuadros para repotenciar el trabajo político del Partido en todos
los órdenes. Dar la cara, como se expresan los comunistas venezolanos,
para transitar por todos los caminos que nos impone la lucha
revolucionaria, reafirmar nuestros principios doctrinarios del marxismo-
leninismo, formulando, con la mayor claridad y objetividad posible,
políticas y vías para alcanzar los objetivos estratégicos que nos hemos
propuesto, con un Partido de Masas, Cuadros y de Acción, con una práctica
revolucionaria hacia afuera, hacia las masas.

Como experiencia, en el marco de ésta concepción, los comunistas


debemos trabajar más y mejor para desarrollar y potenciar al Partido.

EL PARTIDO Y LA JUVENTUD.

Sería un error involucrar a la Dirección y militancia de la JJ.CC., en el


mismo estado de postración que padecen los Frentes de Masas, porque la
JJ.CC., por su naturaleza, contenido y estructura organizativa, es el Partido
en el Frente Juvenil.
Pero, si situación orgánica no dista mucho de la situación que padecen los
Frentes de Masas, toda vez que, en la práctica, la Dirección del partido no
ha comprendido el papel que realmente le toca jugar a la JJ.CC., y la ha
convertido en una Comisión o Subcomisión del Partido para realizar o
celebrar acontecimientos o actos testimoniales, marchas o concentraciones
de solidaridad, alejándola de sus verdaderos objetivos que son los de
organizar revolucionariamente a los jóvenes de los Frentes de Masas,
especialmente del movimiento sindical, donde su influencia es nula.

La JJ-CC., tiene actualmente buena influencia en algunos sectores


estudiantiles de Guayaquil, Quito, Azuay y en algunos Colegios
Secundarios. Su accionar político, como Juventud, está castrado, pese a
que la mitad de la población ecuatoriana son jóvenes, y que constituyen
uno de los sectores más castigados por a desocupación y el desempleo,
mientras por otro lado existen posibilidades políticas intensas para
involucrar a vastos sectores juveniles en el entorno laboral, poblacional o
del comercio informal, por ejemplo.

SOBRE LA EDUCACION, LA PROPAGANDA Y LAS FINANZAS


DEL PARTIDO.

SOBRE LA EDUCACION: La elevación del nivel ideológico y político


del partido en toda su militancia y sus correspondientes organismos, es una
tarea permanente e indispensable para impulsarla construcción del Partido,
perfeccionarlo, remozarlo.

Una condición imprescindible es desarrollar nuestra educación y


propaganda en el seno de las masas. La clave consiste en dominar la
esencia revolucionaria de nuestra política, conocer profundamente nuestras
concepciones, a fin de ampliarlas, difundirlas y defenderlas en todas las
circunstancias.

La elevación del nivel ideológico de la militancia, parte de tres fuentes:


a) El programa del Partido y los documentos fundamentales de los
últimos Congresos.
b) El estudio permanente de la teoría marxista-leninista.
c) El estudio de la Experiencia histórica del Movimiento Obrero y Com
unista Internacional.

La elevación del nivel político implica elevar el nivel de la lucha política,


en cada momento, en cada circunstancia, en cada sector de masas, en cada
circunscripción territorial, actuando todos bajo una misma línea política.
Estas luchas tienen que articularse en cada fábrica, hacienda, comunidad,
barrio con la ayuda de las organizaciones del Partido, para llevar adelante
las propuestas del Partido en todos los frentes y niveles. También es
necesario utilizar todo el potencial y riqueza de nuestra ideología para
desenmascarar a las propuestas ideológicas del imperialismo, a sus agentes,
agencias e instituciones que operen en el país.

La actividad de la educación ideológica pasa, por el funcionamiento de la


Escuela Nacional, de las Escuelas Provinciales, de los Cursos Básicos,
talleres, Conferencias, Conversatorios y toda forma que permita educar
ideológicamente a nuestra militancia, en todos los niveles de Dirección y
de Base, con la debida preparación del personal docente especializado.

Necesitamos regresar a releer a los clásicos del marxismo-leninismo, a


retroalimentarnos ideológicamente, a actualizarnos en nuestra ideología,
para estar en mejores condiciones para cumplir los objetivos trazados por la
Dirección, y desenmascarar a nuestros enemigos de clase.

SOBRE LA PROPAGANDA: La Propaganda partidaria nos exige una


mayor masificación y especialización de la misma. Para el cumplimiento
efectivo de ésta actividad, lo oportuno sería que cada organismo de
dirección del Partido, en todos los niveles, cuente con una Brigada de
Propaganda, que reúna, por lo menos, una de las especializaciones
existentes.

Relanzar y potenciar las ediciones del periódico EL PUEBLO, elevando los


tirajes en sus ediciones, conformando una Comisión de Redacción
altamente especializada, insistir en la publicación de la Revista a Teórica
BANDERA ROJA, en la creación de Fundaciones y Organizaciones
encargadas de publicar colecciones de cuadernillos de educación ideológica
popular, dirigida a los sectores más atrasados de la sociedad

SOBRE LAS FINANZAS: Toda la actividad del Partido debe ser


financiada por su militancia. El cumplimiento de las tareas política
siempre exige una cuota de gastos, cuyos ingresos deben estar asegurados
por la Secretaría Nacional de Finanzas del Partido. Si no financiamos al
Partido, si no pagados las cutas ordinarias y extraordinarias, el DIA DEL
SALARIO, si no conseguimos nuevos cotizadores para el Partido, entre
nuestros amigos y simpatizantes, estamos limitando la capacidad operativa
del partido, privando a las masas de su orientación revolucionaria,
condenando al partido a ser una secta sin mayor protagonismo político a
nivel nacional, en los respectivos Frentes de Masas.
Tenemos que pagar el alquiler de locales para el Partido, el de algunos
funcionarios, la movilización diaria y permanente de sus dirigentes, cubrir
los gastos que demanda la actividad de la organización, propaganda,
educación del Partido que, en una sociedad consumista como la nuestra
demanda ingentes gastos que tienen que ser cubiertos por la militancia. Si
queremos un Partido grande, fuerte, unido política e ideológicamente,
tenemos que financiarlo, darle los medios financieros necesarios para su
desarrollo.

SOBRE LAS REFORMAS AL ESTATUTO.

El desarrollo posterior del Partido, también necesita de una nueva


estructura jurídica que le permita cumplir a cabalidad con las nuevas tareas
que le deje el XV Congreso. La reforma estatutaria está de acuerdo y
conforme con las tendencias de desarrollo y crecimiento del partido y, en la
práctica, consiste en la carta de presentación de nuestro Partido en todas las
esferas políticas de la sociedad ecuatoriana, y a nivel internacional.

Las reformas al Estatuto, básicamente pasan, por:

1. La declaración de principios.
2. Aumento de los deberes y obligaciones del militante.
3. Reformas a la estructura organizativa del partido.
4. Las nuevas tareas individuales y colectivas del militante.
5. La creación de la Presidencia del Partido.
6. La creación de los Sub-Comites Provinciales.
7. La creación de los Sub-Comités locales, territoriales, comarcales.
8. La descentralización para algunos organismos del Partido.
9. Las medidas disciplinarias y los organismos de control.
10.Las políticas de funcionarios y cuadros del Partido.
11.Las relaciones entre militantes y Organismos.
12.La Conferencia Nacional, regional, local, territorial, comarcal.
13.Los Activos y las normas del Centralismo Democrático.
14.Las Finanzas del Partido.
15.La relaciones del Partido con la Juventud.
16. Institutos y Fundaciones del Partido.
17.Las Comisiones Auxiliares y los Coordinadores.
18.El Sistema Electoral del Partido.
Entre otros Ítems.
PROYECTO DE ESTATUTO REFORMADO
DEL PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR.

CAPITULO PRIMERO
DEL PARTIDO

Art. 1.- El Partido Comunista del Ecuador es la unión voluntaria y


combatiente de los comunistas ecuatorianos. Es el partido de la clase
obrera ecuatoriana, su vanguardia conciente, su más alta forma de
organización de clase, defiende resueltamente los intereses de ésta y de
todos los trabajadores, de la nación y del pueblo.

“El papel dirigente del Partido emana de su naturaleza de clase, de la


justeza de sus análisis y de su orientación política, de su proyecto de
nueva sociedad, de su coherencia entre los principios y la práctica y de
su capacidad de organizar y dirigir la lucha popular en conexión
permanente, estrecha e indisoluble con las masas, movilizándolas y
ganando su apoyo”.

El Partido Comunista del Ecuador guía su acción por la doctrina del


marxismo-leninismo y por su Programa aplicado a la realidad ecuatoriana,
por los principios del internacionalismo proletario como parte integrante
que es del movimiento comunista internacional, por las mejores tradiciones
de lucha de nuestro pueblo.

El Partido Comunista del Ecuador declara que su objetivo final es la


edificación de la sociedad comunista en el Ecuador pasando por la sociedad
socialista, primera fase de aquella.

En la etapa actual sus principales tareas consiste en unir y conducir bajo la


hegemonía de la clase obrera y en alianza con el campesinado, las más
amplias fuerzas antiimperialistas, democráticas y patrióticas en un gran
frente de liberación social y nacional para derrocar el poder de los
imperialistas, los oligarcas y los grandes terratenientes, defender la
soberanía e independencia del país, la paz mundial y la coexistencia
pacífica entre los Estados de diferentes régimen social; solidarizarse con
los pueblos que luchan contra el imperialismo por la liberación social y
nacional; realizar la reforma agraria democrática, mejorar la vida del
pueblo e implantar un régimen democrático de progreso e independencia,
conquistando un gobierno revolucionario, popular, democrático y
patriótico, mediante el cual se realicen los postulados de la REVOLUCION
NACIONAL DEMOCRATICA
Para alcanzar este objetivo, el Partido Comunista, contando con el aporte
activo de sus militantes y la participación de los obreros y más trabajadores
de la ciudad y el campo, se propone construir un Partido Comunista de
masas, de cuadros y de acción, estructurado y animado por las normas
estatutarias del centralismo democrático, la dirección colectiva, el pleno
ejercicio de la democracia interna, la crítica y la autocrítica, y una elevada
disciplina conciente.

CAPITULO SEGUNDO
DE LOS MIEMBROS

Art. 2.- Puede ser miembro del Partido toda persona mayor de 18 años,
que acepte su programa, línea táctica y estatutos, contribuya a su
aplicación, milite en una de sus células y pague sus cotizaciones.

Art. 3.- El ingreso al Partido se realiza en forma individual.

La persona que desee ingresar al partido presentará su petición a uno de los


organismos o a uno de los militantes del Partido.

La solicitud de ingreso debe venir recomendada y avalada con su firma por


un miembro del Partido que tenga por lo menos un año de militancia.

El organismo que reciba la petición la considerará detenidamente y


recogerá todas las informaciones necesarias sobre el solicitante en una hoja
de vida. Es obligatorio un periodo de candidatura del aspirante por un
tiempo no mayor de seis meses, que fijará dicho organismo

Cuando el ingreso sea resuelto por una célula, ésta deberá informar
inmediatamente al organismo superior para su aprobación y de ser negada
podrá, en última instancia, recurrir al Comité Ejecutivo para que decida
sobre el ingreso.

El ingreso al Partido de los miembros de la Juventud Comunista deberá ser


resuelto previa consulta con el organismo de la Juventud Comunista
inmediato superior a aquel en que milita el solicitante y la aprobación del
organismo correspondiente del Partido.

El ingreso de personas que hayan sido dirigentes nacionales de otros


partidos, será resuelta directamente por el Comité Central.

En casos especiales el Comité Central define la forma de militancia de


determinados miembros.
Art. 4.- El período de candidatura tiene por objeto hacer que los
candidatos adquieran la educación política fundamental, probar su lealtad y
comprobar sus cualidades en el cumplimiento de las tareas que se les
asignen.

Los candidatos a miembros del Partido será incorporados a la Célula por


disposición del organismo inmediato superior con la finalidad que dicha
organización controle su actividad, les asigne tareas y les ayude en su
desarrollo y formación. El candidato está sujeto a los Estatutos del Partido,
salvo en lo tocante a los derechos de los miembros que les serán
progresivamente otorgados, no pudiendo ejercer el derecho de elegir y ser
elegido, ni de apelación, mientras mantenga su calidad de candidato. Al
concluir su período de candidatura se procederá a la incorporación
individual plena de los candidatos por el organismo superior, previo
informe de la célula respectiva, y a su ubicación definitiva.

La calidad del candidato a miembro puede ser anulada si se comprueba la


inconveniencia del ingreso del candidato al seno del Partido.

Art. 5.- Todo miembro de un organismo del Partido al trasladarse a residir


a la zona de jurisdicción de otro organismo, entra a formar parte de este
último. El traslado de los miembros de n organismo a otro se efectúa de
acuerdo con las normas establecidas por el Comité Central.

Art. 6.- Cuando un organismo superior requiera trasladar a un militante de


un organismo inferior a otro organismo o trabajo, lo hará previa consulta
con el organismo en que milita el afiliado.

CAPITULO TERCERO
DE LOS DEBERES Y DERECHOS DE LOS MIEMBROS

Art. 7.- El miembro del Partido tiene la obligación de:

a) “Defender y aplicar los principios del marxismo-leninismo


como condición fundamental de la unidad orgánica del
Partido”.

b) Salvaguardar y defender la unidad del Partido, condición


indispensable de su fuerza y acción, bajo el compromiso de luchar
contra cualquier forma de fraccionalismo o divisionismo y contra el
oportunismo de derecha y de “izquierda”.
c) Participar activa y orgánicamente en la labor política del Partido y
ser un combatiente firme por la aplicación de sus decisiones.

d) Fortalecer constantemente los vínculos del Partido con las masas,


especialmente con las masas trabajadoras, estudiar sus problemas y
necesidades, luchar junto a ella por sus reivindicaciones y derechos,
fundirse con ellas, ayudarlas a elevar su combatividad y conciencia
revolucionaria, haciendo que asimilen y pongan en práctica las
orientaciones del Partido. Aprender de ellas.

e) “Ser informados regular y puntualmente de los acuerdos,


orientaciones, actividades y situación económica del Partido.
Para ello, el Partido editará un boletín informativo interno que
distribuirá de forma gratuita a su militancia”.

f) Reclutar nuevos miembros para el Partido.

g) Esforzarse por elevar su nivel ideológico, político y organizativo a


través del estudio de la teoría y la práctica del marxismo-leninismo,
aplicada creadoramente a la realidad nacional; del conocimiento de
la historia del país en el contexto latinoamericano, continental y
mundial; de las tradiciones revolucionarias de nuestro pueblo, y del
programa, línea táctica y estatutos del Partido, y ayudar a los
camaradas en esta tarea.

h) Observar la disciplina del Partido, disciplina única igualmente


obligatoria para todos los miembros, independientemente de sus
méritos o de los cargos que ocupen en el Partido.

i) Ser sincero y honrado con el Partido, no ocultar ni deformar la


verdad, combatir lo que dentro del Partido sea perjudicial a los
intereses de éste, de la clase obrera y el pueblo; observar un
comportamiento digno de un comunista en todos los ordenes de la
vida. Subordinar su vida personal a los intereses del Partido, de a
clase obrera y de la revolución.

j) Desplegar constante vigilancia y firmeza política ante el enemigo de


clase; no mantener relaciones de amistad con los expulsados del
Partido.

k) Dar solidaridad inmediata a los camaradas víctimas de la represión


y la violencia patronal y reaccionaria.
l) Desarrollar la crítica y autocrítica dentro de los organismos del
Partido, para combatir defectos y errores como el envanecimiento,
el conformismo, el embuste, el burocratismo, el rutinarismo, con el
ánimo de eliminarlos. Combatir enérgicamente todo intento de
amordazar la crítica.

m) Guardar celosamente los asuntos reservados del Partido y contribuir


a mantenerlos con una actitud discreta.

n) Hacerse acreedor al honor de portar el carnet del Partido.

o) Ejercer orgánicamente el control del cumplimiento de las decisiones


del Partido en todos sus niveles.

p) Todo militante del Partido, que por razones administrativas tenga a


su nombre valores, títulos, bienes muebles e inmuebles propiedad
del Partido, está obligado a firmar todos aquellos documentos que le
sean presentados con el fin de salvaguardar el patrimonio del
Partido.

q) “Esforzarse por atraer al Partido a los obreros, campesinos e


intelectuales, y a los mejores hombres y mujeres del pueblo”.

r) “Propagar la política del Partido en los medios donde actúe.


Ser defensor consecuente y activo de los intereses de a clase
obrera y de todos los trabajadores”.

s) “Los militantes que por causa de edad, salud o motivos


justificados, no estén en condiciones de cumplir a plenitud las
actividades partidarias, no perderán la continuidad de su
militancia en la Célula. La Célula mantendrá una vinculación
política regular con estos militantes, las que será controladas
por el Secretariado de la misma”.

t) “Participar regularmente en las reuniones de la Célula y de los


Organismos de Dirección a los que se pertenezca”.

u) “Actuar en las organizaciones de masas y ejercer la dirección de


las luchas de la clase obrera”.

Art. 8.- El miembro del Partido tiene derecho a:


a) Participar y opinar en las reuniones de los organismos y en la prensa
partidaria sobre la actividad del Partido.

b) Elegir y ser elegido para los organismos dirigentes y más


designaciones del Partido, de acuerdo con las disposiciones de estos
Estatutos.

c) Presentar proposiciones, sugerencias u observaciones sobre el


trabajo partidario a los organismos en que milite, teniendo derecho,
si no es atendido “en el plazo de un mes”, a dirigirse a los
organismos superiores del Partido, inclusive al Congreso.

d) Exigir el funcionamiento de los organismos del Partido y el respeto a


los principios de la dirección colectiva.

e) Participar personalmente en las reuniones en que se discuten y se


adoptan decisiones sobre su actuación política o conducta personal,
derecho que se pierde por abandono del Partido o no concurrencia
deliberada a esas reuniones.

f) “Rendir cuenta de su actividad partidaria”.

g) “Leer y promover la difusión y lectura de la prensa y otros


comunicados y documentos del Partido”.

h) Renovar en los plazos estipulados por la Dirección, su carnet de


miembro del Partido”.

i) “Proteger y defender los asuntos reservados de la vida interna


del Partido”.

j) Analizar críticamente en las reuniones del Partido el trabajo de


los organismos dirigentes, y de cualquier miembro del Partido,
independientemente del cargo que se desempeñe en él”.

k) “Ser informado sobre la actividad general del Partido y del


órgano de de dirección del organismo al que pertenece”.

CAPITULO CUARTO
DE LAS NORMAS DE ORGANIZACIÓN
DEL PARTIDO
Art. 9.- La organización del Partido se basa en el centralismo democrático,
principio rector de su estructura orgánica y de su funcionamiento.

Los elementos fundamentales del centralismo democrático son:

a) Elección de los organismos de dirección del Partido de abajo hacia


arriba por Asambleas para las Células, Conferencias para las
organizaciones provinciales y de zona y Congreso del Partido.

b) Obligación de todos los organismos dirigentes de rendir a sus


electores, periódicamente, informe de su gestión.

c) Obligación de todos los organismos dirigentes inferiores de rendir a


los organismos dirigentes superiores, periódicamente, informe de su
gestión.

d) Disciplina estricta del Partido. Obligación de cumplir


incondicionalmente las decisiones del Partido. Los miembros del
Partido tienen que someterse a los organismos del Partido; las
minorías a las mayorías; los organismos inferiores, a los superiores;
y todos los organismos y miembros del Partido, sin excepción, al
Congreso del Partido y al Comité Central.

e) Los miembros y organismos del Partido tienen derecho de apelar de


una resolución que no consideren justa al organismo inmediato
superior al que adoptó la resolución. Este derecho de apelación se
extiende hasta el Congreso del Partido. Pero mientras la apelación
esté pendiente la resolución debe aplicarse ineludiblemente.

f) “Con el fin de profundizar en cuestiones de interés para el


Partido, el Comité Central, los organismos regulares o
auxiliares convocarán a Conferencias o Activos Nacionales,
Regionales, Zonales, Seminarios, Talleres y otras formas de
estudio y discusión, con temas muy particulares que,
objetivamente exijan una posición del Partido al respecto,
relacionados con el Programa, línea política y Estatutos, desde
el punto de vista teórico-práctico, cuantas veces sean
necesarios”.

g) “La discusión previa a los Congresos y Conferencias del


Partido, deben ser organizadas, de modo que garanticen la más
amplia participación democrática y la mayor información”.
h) La discusión en el Partido debe ser organizada en forma tal que se
evite que una minoría pueda llegar a imponer una discusión
inacabable que obstaculice la realización de las tareas del Partido o
que sirva de pretexto para la formación de grupos o fracciones.
Para esto, adoptada una resolución sobre un asunto determinado, la
discusión de él solo puede reabrirse por decisión de la mayoría del
mismo organismo o por decisión de un organismo superior

“Cuando el debate tenga el carácter de discusión general, de


trascendencia para todo el Partido, podría ser llevado a
conocimiento público, a través de la prensa partidaria,
cuidando contribuir al prestigio y la unidad de acción del
Partido y a su capacidad de servir el pueblo”.

i) “Al interior del Partido no se permite la formación de


fracciones o tendencias organizadas, que vulneren la
democracia interna, el libre juego de opiniones y la unidad de
acción del Partido”.

Art. 10.- Los organismos del Partido deben poner en práctica el


principio de combinar la dirección colectiva con la responsabilidad
personal.

Esta es la suprema norma, todas las cuestiones importantes se deciden


colectivamente, lo que hace posible un mayor acierto en las resoluciones
y desarrolla las capacidades e iniciativas de todos los miembros.
Adoptada la resolución, se fijan las tareas personales que deben cumplir
los miembros para llevarla a la práctica.

Art. 11.- El culto a la personalidad y toda manifestación de caudillismo


son extraños a la vida democrática de Partido, lo cual no niega la
importancia de los cuadros dirigentes y su autoridad en el movimiento
revolucionario.

Art. 11.- El Partido utiliza el método de la crítica y la autocrítica para


corregir sus errores y superar sus deficiencias y debilidades. Nadie puede
oponerse a su ejercicio.

Art. 12.- Los organismos dirigentes tienen la obligación de asegurar la


democracia interna para conseguir la participación de todos los militantes
en la aplicación de la política del Partido, para permitir la más amplia
discusión de las cuestiones políticas y del Partido, de manera que todos los
miembros expongan sus puntos de vista, se desarrollen correctamente la
crítica y la autocrítica, y se robustezca la disciplina voluntaria y conciente.

Art. 13.- Una amplia discusión general de todos los organismos del
Partido sobre la política partidaria solo puede ser abierta cuando:

a) Lo solicite la mayoría de sus organismos.


b) Lo decida la mayoría del Comité Central, por considerar que no
existe suficiente unidad en las cuestiones esenciales de la política del
Partido, o cuando a pesar de considerar justa la línea táctica del
Partido, crea conveniente comprobar su certeza a través de una
discusión general.

De este modo, se impulsa la lucha ideológica y se impiden las


maniobras de los enemigos del Partido o de elementos
fraccionalistas.

Art. 14.- Ningún miembro u organismo inferior del Partido puede difundir
públicamente opiniones sobre cuestiones de política nacional e
internacional cuya decisión corresponde a un organismo superior, antes de
que éste haya adoptado una resolución. Esto no impide que los organismos
inferiores discutan en sus reuniones privadas la cuestión y hagan
propuestas al organismo superior para una acertada resolución.

Art. 15.- “La discusión democrática interna y la acción del Partido,


conforman una unidad dialéctica en su relación permanente con el
pueblo. Así, la discusión interna tiene como objetivo influir en la vida
social. La justeza de su política se comprueba en los hechos y no puede
ser avalada por dogmas o estereotipos. Todo comunista debe
participar y contribuir también a la relación del Partido con las
organizaciones sociales como integrante activo de ellas. Debe
participar y contribuir al cumplimiento, control y evaluación de las
resoluciones de los organismos y reuniones partidarias, a la
organización del pueblo y a la unidad social y política de las fuerzas de
izquierda democráticas y progresistas”.

CAPITULO QUINTO
DE LA ESTRUCTURA ORGANICA DEL PARTIDO.

Art. 16.- El Partido se estructura según el criterio territorial y de centro de


trabajo.

Los organismos del Partido en orden descendente, son:


a) Congreso del Partido
b) Comité Central.
c) Comité Ejecutivo.
d) Conferencia Provincial.
e) Comité Provincial.
f) Conferencia del Subcomité Provincial.
g) Subcomité Provincial..
h) Conferencia de Zona.
i) Comité de Zona.
j) Célula.

Entre un Congreso y otro, dirige la actividad del Partido el Comité Central


nombrado por aquél, y entre una sesión plenaria y otra del Comité Central,
el Comité Ejecutivo nombrado por éste. Asimismo, entre una y otra
Conferencia Provincial, o del Sub-comite Provincial, o de Zona, dirigen la
actividad del partido, los Comités Provinciales, de los Sub-comités
Provinciales y los Comités de Zona respectivamente, designados por
dichas conferencias, y entre una y otra asamblea de Célula, dirige el trabajo
de ésta la directiva de la Célula, designada por la asamblea de la Célula.-

Art. 17.- La creación, disolución y determinación de la jurisdicción de los


organismos del Partido son resueltos por el Comité inmediato superior.

La disolución de un organismo del Partido requiere para su efectividad la


ratificación del Comité del Partido superior al que adoptó la resolución.

Si la disolución es una decisión del Comité Ejecutivo, ésta se cumplirá


inmediatamente, debiéndose informar al Comité Central en su próxima
reunión plenaria para que decida lo conveniente.

Art. 18.- Cuando el Comité Central considere conveniente, podrá crear


Comités Regionales con jurisdicción sobre varios Comités Provinciales o
podrá extender la jurisdicción de un Comité Provincial sobre Células que
estén situadas en una Provincia diferente de la de su propia jurisdicción.

Art. 19.- En asuntos de carácter provincial, de zona o del ámbito de su


jurisdicción, los organismos correspondientes del Partido tienen derecho de
ejercer plena iniciativa y adoptar resoluciones, en aplicación del Programa,
línea táctica, Estatutos del Partido y decisiones de un organismo superior.

Art. 20.- Todos los organismos del Partido son elegidos de acuerdo con las
normas de estos Estatutos.
Las elecciones serán secretas o nominales, según lo resuelva el organismo
que realiza la elección.

La presidencia colectiva del Congreso o de las conferencias provinciales o


de las Conferencias de los Sub-Comités Provinciales o Zonales, podrá
recogiendo las proposiciones formuladas por la base o por las delegaciones,
confeccionar listas de candidatos que será presentadas al Congreso o a las
Conferencias, explicando las características de cada candidato para que
sean examinadas por los electores.

Los delegados tienen derecho a objetar cualquier candidato y a proponer


nuevos candidatos.

Toda votación nominal se hará por un solo Candidato. Se prohíbe la


votación nominal por lista completa.

Art. 21.- Cuando las condiciones del país o del Partido no permitan la
elección de un organismo dirigente de abajo hacia arriba (casos de
persecución, de desorganización de la base o de otro motivo especial), tal
organismo puede ser designado por un organismo superior hasta que
cambien aquellas condiciones que permitan la elección en forma normal.

Si existen las circunstancias anotadas y no se puede consultar al organismo


superior, un organismo dirigente puede designar los reemplazos de los
miembros faltantes en él, (cooptación), que desempeñarán sus funciones
hasta que se pueda elegir normalmente. Para la designación por cooptación
se requieren en el candidato las mismas condiciones que para la
designación por elección. El cooptado tendrá iguales facultades que los
miembros elegidos.

CAPITULO SEXTO
DE LOS ORGANISMOS MAXIMOS DEL PARTIDO

A.- CONGRESO DEL PARTIDO.

Art. 22.- El órgano supremo de dirección del Partido, es el Congreso del


Partido, y como a tal le corresponde:

a) Conocer los informes del Comité Central y resolver acerca de ellos.


b) Revisar el Programa y los Estatutos del Partido.
c) Determinar la línea táctica del Partido.
d) Adoptar todas las resoluciones que considere convenientes para la
marcha del Partido y ejercer las otras atribuciones que le señalen
estos Estatutos.
e) Elegir el Comité Central.
f) “Elegir la Comisión de Control, y las Comisiones Auxiliares”.
g) “Aprobar el Reglamento Interno de los Congresos Ordinarios y
Extraordinarios”.

Art. 23.- El Congreso del Partido se reunirá ordinariamente cada cuatro


años, convocado por el Comité Central.

Pueden organizarse Congresos Extraordinarios del Partido por iniciativa


del Comité Central o a petición de más de la mitad de los organismos del
Partido. En éste último caso, el Comité central está obligado a convocarlo
sin falta. Los Congresos extraordinarios será convocados con dos meses de
antelación.

En caso del Congreso Extraordinario, el Comité Central fijará el


procedimiento de acuerdo a las condiciones existentes.

Art. 24. El Congreso del Partido está integrado por:

a) Los Delegados elegidos por las Conferencias Provinciales


Extraordinarias, para cuya designación el Comité Central fija el número
de Delegados y su composición por cada Provincia, de acuerdo con el
número de sus militantes.

b) Para ser Delegado se requiere tener un año de militancia, por lo menos.

c) Los miembros principales y suplentes del Comité Central con derecho a


voz, a menos que sean delegados plenos, elegidos por las Conferencias
extraordinarias en cuyo caso tendrá voz y voto.

El Comité Central podrá extender invitaciones especiales con derecho a


voz.

La Presidencia Colectiva del Congreso ejerce las funciones del Comité


Central mientras duren sus sesiones.

Art. 25.- La convocatoria al Congreso del Partido y su orden del día será
anunciada y los documentos enviados a la base para su discusión, con no
menos de tres meses de anticipación a la fecha en que deba reunirse el
Congreso.
Art. 26.- Durante la preparación del Congreso del Partido se discute en
todos los Organismos del Partido los problemas que deben ser debatidos
en el Congreso. En éste período todos los organismos del Partido tienen
derecho y el deber de tomar decisión o hacer observaciones sobre los
proyectos de resolución preparados por el Comité Central para el Congreso.

Los miembros del Partido gozan en este periodo de los más amplios
derechos para discutir en los organismos del Partido sobre cualquier punto
de la política de éste, así como sobre el trabajo de los Comités dirigentes y
sobre su futura integración.

Art. 27.- El Congreso del Partido se considera válido si está representada


en él, por lo menos, la mitad de los organismos del Partido.

Las decisiones del Congreso del Partido son definitivas y no pueden ser
revocadas, sino por otro Congreso del Partido.

Todos los miembros y organizaciones del Partido están obligados a aplicar


las decisiones del Congreso del Partido y a reconocer la autoridad del
Comité Central del Partido elegido por aquél.

B. EL COMITÉ CENTRAL.

Art. 28.- El Comité Central es el máximo organismo dirigente del Partido


cuando no está reunido el Congreso. Durante las sesiones del Congreso
desempeña las funciones del Comité Central “la dirección colectiva” del
Congreso.

El Comité Central se compone de los miembros elegidos por el Congreso


del Partido, que fijará también su número.

Para ser miembro del Comité Central se requiere tener, por lo menos, cinco
años consecutivos de militancia.

Las vacantes que se produzcan en el Comité Central serán llenadas por el


mismo organismo con los suplentes del Comité Central elegidos por el
Congreso.

El Comité Central se reunirá en sesión plenaria por lo menos cuatro años.

La sesión plenaria puede ser convocada en cualquier momento, por


decisión del Comité Ejecutivo o por la mayoría absoluta de los miembros
del Comité Central.
Art. 29.- El Comité Central aplica las decisiones del Congreso y dirige
todas las actividades del Partido entre Congreso y Congreso, vela por la fiel
aplicación de la línea política y el cumplimiento de los Estatutos por todos
los organismos del Partido, representa a éste en sus relaciones con los
Partidos hermanos de otros países y Con los Partidos y otras organizaciones
nacionales, dirige la actividad parlamentaria de los comunistas en el
“Parlamento” Nacional, en los Consejos Provinciales, en los Municipios y
más organismos de elección popular, distribuye los cuadros dirigentes del
Partido en el contexto de una política de cuadros combinada con una
política de masas, cuya elaboración corre a cargo del Comité Central. Le
corresponde a éste también aprobar y evaluar sus planes de trabajo para los
diferentes frentes de masas. Igualmente el Comité Central elige de entre
sus miembros, el Comité Ejecutivo, “al Presidente”, y al Secretario
General del Partido. Designa la Comisión Central de Control, y la
Comisión Revisora de Cuentas. A los “miembros de las Comisiones
Auxiliares”, “y a los Coordinadores Zonales”. Designa y sustituye a los
responsables de los órganos centrales de la prensa partidaria y de los
Institutos que se creen en el cumplimiento de sus obligaciones. El Comité
Central deberá informar a los organismos del Partido sobre sus actividades.

Art. 30.- “El Presidente del Partido ejerce la conducción política del
Comité Central, representa al Partido en sus relaciones con las
Instituciones del Estado, con las ONGs., y con las demás fuerzas de
izquierda y capas sociales interesadas en los cambios revolucionarios”.

Art. 31.- El Comité Ejecutivo que tendrá el número de miembros que


determine el Comité Central, dirige toda a actividad del Partido entre dos
sesiones plenarias del Comité Central; pone en práctica todas las
decisiones de éste; integra de acuerdo con el Comité Central, las diferentes
Comisiones Auxiliares y las Comisiones Coordinadoras de trabajo, y es
responsable por su actitud ante el Comité Central.

Art. 32.- Los Comités Provinciales, “Comités Sub-provinciales”, y de


zona, tienen la obligación de presentar al Comité Central, con la debida
anticipación, los Candidatos del Partido, para todas las elecciones de orden
popular, “a nivel nacional, provincial, cantonal, parroquial, comunal”.

(Se suprime: “Senadores, Diputados, Alcaldes, Prefectos, Consejeros


Provinciales, Concejales Municipales”.

El Comité Central (o el Comité Ejecutivo en su lugar), tiene el derecho de


objetar esas candidaturas cuando haya razones políticas suficientes para
ello. Si no se hace uso de este derecho en tiempo oportuno se entenderá
que dichas candidaturas han sido aceptadas.

Art. 33.- El Comité Ejecutivo organiza un Secretariado, integrado por el


Secretario General y los miembros del Comité Ejecutivo que éste designe.

El Secretariado del Comité Ejecutivo tiene a su cargo el trabajo diario del


Partido, de acuerdo con las resoluciones del Comité Ejecutivo.

Art. 34.- El Secretario General del Partido preside el Comité Central, el


Comité Ejecutivo y el Secretariado de éste. “Además tiene las mismas
responsabilidades y atribuciones del Presidente del Partido, en
ausencia de éste, conjuntamente con el funcionamiento del Partido y el
cumplimiento de las resoluciones”.

En caso de faltar “el Presidente del Partido”, y/o el Secretario General, el


Comité Ejecutivo designará provisionalmente el reemplazo. Si la falta del
“Presidente del Partido”, o del Secretario General es definitiva o se
prolonga por más de tres meses por causas que no tengan que ver con una
misión del Partido, que no sean consecuencias de sus militancias políticas,
el Comité Central en sesión plenaria adoptará las medidas que estime
necesarias pudiendo designar “un nuevo Presidente del Partido titular”,
un nuevo Secretario General titular.

Art. 35.- La Comisión Central de Control estará integrada por el número


de miembros que determine el Comité Central, los que deben de tener las
mismas condiciones requeridas para ser miembro del Comité Central. Sus
designaciones están a cargo del Comité Central, incluida la designación del
Presidente de la misma, quién será miembro del Comité Ejecutivo. Este
organismo de acuerdo con el Comité Central, reglamentará las funciones de
la Comisión Central de Control.

Los Comités Provinciales, “y los Comités Sub-provinciales y Zonales, si


fuera del caso”, crearán similares Comisiones de Control, las mismas que
estarán subordinadas a la Comisión Central de Control y su
reglamentación.

La Comisión Central de Control y “sus Comisiones de Control


colaterales”, velarán por la fiel aplicación y el recto cumplimiento de la
línea táctica del Partido; se esforzarán por mantener y reforzar la unidad y
disciplina del Partido; investigarán y propondrán sanciones respecto de
problemas disciplinarios; informarán al Comité Central en las apelaciones
a sanciones disciplinarias impuestas por organismos inferiores; estudiará
los asuntos que le sean presentados por el Comité Central.

Art. 36.- La Comisión Revisora de Cuentas verificará la administración y


el manejo de los fondos del Partido. Se compondrá del número de
miembros de fuera del Comité Ejecutivo, que determine el Comité Central,
el que también reglamentará sus funciones.

Art. 37.- La Reunión Nacional de Consulta será convocada por el Comité


Central cuando juzgue necesario discutir específicamente determinados
problemas políticos y organizativos que requieran una amplia discusión y
aclaración. Estas reuniones, que tendrán siempre un carácter consultivo,
será integradas por los Delegados de los Comités Provinciales, “de los
Sub-Comités Provinciales”, de acuerdo a las normas que establezca el
Comité Central y por los miembros de éste.

Sus acuerdos necesitan la aprobación del Comité Central.

Art. 38.- “Los Secretarios de los Comités Provinciales, y de los “Sub-


Comités Provinciales”, que no sean miembros del Comité Central,
deberán participar en las sesiones del pleno del Comité Central, solo
con derecho a voz”.

Art. 39.- “El Comité Central. En el primer trimestre de cada año, debe
hacer una reunión de evaluación del trabajo de sus miembros, del
desempeño del Comité Ejecutivo, del Secretariado del Comité
Ejecutivo, y de la Comisión Central de Control, Control Revisora de
Cuentas y más Comisiones colaterales y auxiliares”.

“Esta evaluación de sus miembros realizada por el Comité Central


debe ser informada al conjunto del Partido”

Art. 40.- “Como resultado de la evaluación del trabajo de los


miembros del Comité Central y sus Comisiones, éste puede acordar la
suspensión inmediata de la calidad de Dirigente de cualquiera de sus
miembros, al que se le haya solicitado la revocación fundada de su
cargo, por incumplimiento de su responsabilidad”.

CAPITULO SEPTIMO
DE LAS ORGANIZACIONES
PROVINCIALES DEL PARTIDO
Art. 41.- El Organismo superior de dirección en una provincia, es la
Conferencia Provincial.

La Conferencia Provincial se integra por los delegados de las Células de los


Comités Provinciales, de los “de los Sub-comités Provinciales”, y de los
Comités de Zona de las respectivas Provincias, así como por los Delegados
del Comité Central, éstos sin voto.

La Conferencia Provincial se reunirá ordinariamente cada dos años,


convocada por el Comité Provincial respectivo.

La Conferencia Provincial puede ser convocada extraordinariamente por el


Comité Central del Partido por iniciativa del Comité Provincial respectivo,
o a petición de la mayoría de las Células de la correspondiente jurisdicción.

El Orden del Día de la Conferencia Provincial, así como la forma de


elección y el número de representantes a ella será fijado por el Comité
Provincial convocante y requiere para su validez de la aprobación del
Comité Central que tiene derecho ha hacer modificaciones.

La Conferencia Provincial escucha, discute y resuelve los informes y


problemas contemplados en el orden del día y elige a los miembros del
Comité Provincial, tanto Principales como Suplentes. El número de
miembros Principales y Suplentes del Comité Provincial, los fija la
Conferencia Provincial.

Para que las resoluciones de la Conferencia Provincial sean válidas, se


requiere de la aprobación del Comité Central.

Art. 42.- El Comité Provincial dirige toda la actividad de los organismos


del Partido existentes en su jurisdicción; aplica las resoluciones de las
Conferencias Provinciales y asegura el cumplimiento de las directivas de
los organismos superiores del Partido, así como el desarrollo correcto de la
crítica y la autocrítica; dirige y organiza el estudio del marxismo-leninismo
entre los miembros y candidatos a miembros del Partido.

Para ser miembro del Comité Provincial se requiere por lo menos dos años
de militancia activa en el Partido, excepto casos de Comité Provinciales
nuevos, a los que éste tiempo de militancia les puede ser rebajado por
resolución del Comité Central.

El Comité Provincial dura dos años en sus funciones.


El Comité Provincial elige de entre sus miembros, el Secretario General del
organismo y el número de miembros que juzgue necesario para que, junto
al Secretario General constituyan el Secretariado del Comité Provincial.

El Secretariado tiene a su cargo el trabajo cotidiano del Partido.

Art. 43.- El Comité Provincial, “el Sub-comité Provincial”, y el Comité


de Zona pueden, dentro de sus respectivas jurisdicciones, convocar a
reuniones de “activos de la militancia”, con fines informativos y
consultivos, para estimular las actividades de las Células y las discusión de
los problemas abordados. Los “activos de la militancia”no sustituyen las
reuniones de las Células, organismos de base que deben convertirse en
verdaderos colectivos políticos del Partido.

Art. 44.- Tanto los “Sub-comités Provinciales”, así como los Comités
de Zona. Dirigen la actividad de los organismos del Partido en sus
respectivas jurisdicciones y zonas, y cumplen con las mismas
obligaciones establecidas en el Art. 42 del presente Estatuto, para los
Comités Provinciales. Sus Dirigentes duran dos años en sus funciones
y pueden ser renovados cuando las condiciones lo ameritan, de
conformidad a las normas establecidas para el caso en el presente
Estatuto. Su actividad política, también dura dos años, que es el
mismo tiempo de militancia ininterrumpida necesaria para ser
miembro del Sub-comité Provincial”.

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