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Esta es Roy, una valiente detective.

Roy pensaba que, siendo detective, tendría una vida con muchas
emociones fuertes, pero lo cierto es que no tiene ningún caso
especialmente emocionante y lleva una vida bastante tranquila en un
barrio de las afueras de una gran ciudad.
Una tarde, a la vuelta del
trabajo, Roy estaba
tranquilamente en casa
cuando, de pronto…
Roy no sabe qué ha podido suceder y
de dónde viene ese disparo.

Al momento suena el
teléfono.

Alguien le dice que hay


una persona en peligro
de muerte.

“Tienes que ayudarla, le


dice, pero ahora no te
puedo decir quién es.
Ya te mandaré alguna
pista en cuanto pueda”.
A la mañana siguiente recibe una extraña carta.
“Esto no me
gusta nada. Si
una pipa no es
una pipa es
que no me
debo fiar de
nada.
Empiezo a
estar
preocupada.”
Roy decide poner
la tele:

“A lo mejor
me entero de
algo por las
noticias”.

“Estoy de suerte, no
han empezado. Todavía
está la publicidad.”
Pero cuando comienzan las noticias…

“!Dios mío, qué le pasa hoy a la locutora!”,


piensa Roy.
Al final, no
consigue
sacar nada
en claro del
telediario…

Cada
vez está
más
confusa.
A la mañana siguiente recibe la segunda pista:
un mapa.
“Habrá que seguirlo, piensa, quizá pueda descubrir algo”.
El lugar que indica el mapa está lejos y Roy tiene que coger un
tren.
Conforme se
acerca al
lugar
señalado
percibe cómo
las casas se
van
y cada distanciando
vez unas de otras
parecen
más
solitarias.
Esa soledadtodo
Realmente, le inquieta
parece muy solitario en ese barrio.
Busca una calle más
concurrida

Pero las personas que


deambulan por allí no
miran a nadie. Están
como absortas.

“Este lugar es deprimente”,


piensa Roy
De vuelta se acuerda de que no tiene cena y
pasa por el supermercado.

“Probaré la sopa del anuncio”


Al día siguiente recibe un nuevo mapa, pero este es más
difícil de descifrar.
“Jenny, chica, tengo un caso muy difícil y empiezo a estar
preocupada. ¿Tú sabes descifrar este mapa?”

“Roy, ese barrio que te indica no es muy recomendable”,


dice Jenny. “Ten cuidado”
Roy sigue el mapa,
pero conforme avanza
encuentra cada vez
más pobreza…
Abandono…
Finalmente llega a un
lugar donde reina la
tristeza más absoluta.
“Dios mío, piensa Roy, no sé cómo pueden vivir así… No me gusta nada este
sitio”

Decide volverse a casa y olvidar ese lugar.


De vuelta pasa otra vez
por el supermercado y
compra más latas
todavía…
Al día siguiente:

“¡Ahg! ¡Este mapa seguro que conduce a un sitio


demasiado horroroso! ¡Tengo miedo!”
“Llamaré a Jimmy. Yo no quiero seguir sola en este caso”.
“No te preocupes, muñeca. Conozco ese sitio y no es
peligroso. Te dejaré por allí cerca”.
El sitio no parecía tan malo.

Decidió continuar sola por un camino que comenzaba allí…


Finalmente, llegó a un lugar que parecía un paraíso.

Allí encontró una casa donde vivía una mujer.


Le dijo que pasara. Tenía un niño
pequeño.

“Estoy buscando un
asesino, pero es obvio
que aquí no vive.
Perdona que te haya
molestado.”

“No te preocupes, le dijo la


mujer, ya que estás aquí
quédate un rato”.

Estuvieron muy
a gusto.
Cuando salió era ya de noche. Nunca había sentido tanta
tranquilidad y nunca había visto un cielo tan estrellado.

Se dio cuenta de
que la mujer le había
introducido una carta
en el bolsillo.
En el sobre ponía:
“Dentro encontrarás
lo que buscas.
Ábrela cuando
llegues a casa”
Ahora su casa le parecía tan artificial…

Abrió la carta…
Nada!
“Bueno, caso resuelto. La víctima era yo y el asesino era mi
propia vida tan superficial, mi vacío”.
“El arte me ha enseñado que la realidad no
es siempre lo que tenemos más cerca”

“Que tenemos que aprender a mirar más allá.”


ALETHEIA
http://aletheia-informa.blogspot.com

La cultura nos humaniza

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