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Caos, despilfarro y corrupción denuncian en el Instituto Nacional de

Canalizaciones

El Instituto Nacional de Canalizaciones (INCANAL) es una institución cuya misión es


prestar un Servicio de Ingeniería orientado a administrar, mantener y desarrollar vías
acuáticas entre ellos el Canal de Navegación del Río Orinoco y el Canal del Lago de
Maracaibo. Sin embargo, permanentemente durante 56 años de de vida útil su
desempeño ha estado dirigido por oficiales de la Armada de distintos rangos que han
demostrado la carencia del conocimiento de las labores que deben desarrollarse y que
van intrínsecamente dirigidas a la misión de dragado, balizamiento e investigación.

Financiamiento

El desempeño económico y financiero del Instituto se maneja por la vía del ingreso
propio proveniente del cobro de la tasa por la carga que se transporta a través del Canal
de Navegación, cuyos principales ámbitos de desempeño e influencia son el Lago de
Maracaibo y el Río Orinoco. El monto del presupuesto de ingresos en los últimos años,
ha estado por el orden de los 67 millardos de bolívares; actualmente Bs.F. 67; sin
embargo, en esos últimos años se ha debido recurrir al financiamiento vía Ejecutivo
nacional a objeto de cubrir las principales tareas, ya que el 70% del ingreso
presupuestario, se consume en el pago de la nómina a través de la partida 401
(Personal), sin contar con que la contratación colectiva tiene 10 años de caducidad,
haciendo imposible manejar la institución con el 30% restante, el cuál está destinado a
cubrir las partidas 402 (Materiales), 403 (Servicios) y 404 (Activos).

Aunado a esta situación, la flota de producción (Dragas) y de apoyo en las actividades


de mantenimiento al Canal de Navegación (Unidades o embarcaciones menores), ya
cumplieron su vida útil por ser equipos con alto grado de obsolescencia, donde
posiblemente repotenciar cualquiera de estas unidades resulta más costoso que adquirir
una nueva, por la dificultad de conseguir repuestos, piezas y partes.

Graves pérdidas para las empresas de Guayana

Todo esto ha conllevado que los buques que transportan y traen mercancías por esta
vital vía que comunica a las industrias de Ciudad Guayana con el océano Atlántico,
tengan que anclar a la 6 de la tarde, por falta de dragado y señalización, acarreando
enormes pérdidas tanto para el sector público como privado.

Gerencia inoperante

Paralelamente hay una gerencia dedicada a realizar actividades no vinculantes a la


misión del instituto y que desconoce ampliamente el negocio que dirige, demorando la
implementación de programas efectivos dirigidos a resolver la situación, observándose
despilfarro, burocracia, corrupción, ineficiencia, negligencia e irresponsabilidad, bajo la
mirada cómplice de quien prevalido de su investidura como Presidente del Instituto,
adopta una actitud permisiva.
Sin unidades de dragado por obsoletas

El comentario obligado entre los usuarios y navegantes es que en condiciones normales,


era usual cruzarse con las unidades que realizaban trabajos de mantenimiento en el
canal las cuales brillan ahora por su ausencia debido a que todas las unidades de apoyo
logístico al mantenimiento del canal, están atracadas en el muelle de la Base Marina del
INC, en Puerto Ordaz, Ciudad Guayana, debido a que están dañadas.

Los trabajadores lo han reportado en reiteradas ocasiones a las autoridades de la alta


Gerencia, la cual ha prometido que van a contratar, que van a invertir, que van a reparar
pero siguen contratando unidades extranjeras, persistiendo los problemas.

El caos gerencial en el Canal del Orinoco

En el caso particular de la Gerencia del Canal del Orinoco, el cuál atañe a los
guayaneses, ésta ha sido manejada por un ignorante que proviene de la empresa CVG-
Alcasa, por lo demás quebrada y cuya experiencia como administrador o gerente ha sido
en el área de Vigilancia Privada (Vigilante-Edelca), aún siendo un militar de baja
graduación (Teniente de Fragata) retirado al inicio de su carrera, quien además trajo
para que lo acompañaran en su desgobierno en Comisión de Servicio y contratados a un
grupo de empleados no calificados de las empresas básicas de la CVG, de cuyo
resultado, se desprende un desastre administrativo y operativo, donde hay de todo;
personal contratado, todas las unidades inoperativas, malestar generalizado en el
personal interno o recurso humano propio, compras violentando todos las normas y
procedimientos, gastos suntuosos en demasía, despilfarro, desatención a los problemas
neurálgicos y cuyo principal enfoque está orientado hacia el trabajo político, el cual
dicho sea de paso, no es de mayor relevancia, más allá de los beneficios que han
percibido el gerente y sus acompañantes, y a los que se las ha sumado un grupito
minoritario genuflexo a cambio de prebendas, dejando a un lado el proyecto bandera del
presidente Chávez, como lo es el Eje de Desarrollo Apurinoquia.

Caótica situación del canal

Por otra parte, los usuarios de tan vital vía acuática, mediante sus permanentes reclamos
dan fe del alto grado de deterioro y el mal manejo del canal del Orinoco, lo cual
redunda en un bajo y critico calado, enfilaciones, boyas desaparecidas y muchas
apagadas, deficiencia en el balizamiento y mantenimiento de las señales de navegación,
riesgos y accidentes, hasta el punto de tener restringida la navegación nocturna desde
hace mucho tiempo.

Despilfarro y corrupción

Casos emblemáticos del despilfarro y la corrupción son los mantenimientos mayores


practicados a las dragas Guayana y Río Orinoco en la República de Cuba donde se
gastaron más de US$ dos mil millones, sin incluir los gastos mínimos de mantenimiento
del buque y su tripulación durante la travesía de ida y vuelta y la cantidad de repuestos
que sacaron de los almacenes de la Gerencia Canal del Orinoco y embarcados a bordo
de ambos buques en el momento del zarpe de los mismos. Cabe señalar que la draga Río
Orinoco, después de su retorno de la República de Cuba fue llevada a dique donde
permaneció varada durante un año.

Después de doce meses de estadía en dique seco en los astilleros Dianca, en Puerto
Cabello, tras una cuantiosa inversión, regresó navegando con un solo motor propulsor,
para ser fondeada junto con la Draga Guayana en la milla 178.0 frente a San Félix,
Ciudad Guayana, por su estado inoperativo, originando gastos significativos por el
mantenimiento del personal a bordo (abastecimiento de provisiones alimentarias,
medicina, artículos de limpieza, transporte de personal en lancha, servicio mínimo de
mantenimiento del buque (combustible, agua, lubricantes y repuestos entre otros); lo
que ha conllevado junto a la carencia de dragas propias a la contratación de dragas
extranjeras como la Vlaaderend XVIII y la Volvox Hollandia por el orden de los US$
40 millones amén de las contrataciones de toda índole, incluyendo los aportes y apoyo
logístico que el Instituto Nacional de Canalizaciones le otorga a las unidades de la
Armada.

Más despilfarro

Otros ejemplos de despilfarro y corrupción son los Buques Boyero 'Lucero' utilizado
para el mantenimiento de las boyas, en el canal. En el último año se invirtieron cerca de
dos millones de bolívares fuertes, sin obtener ningún resultado, debido a que el buque
actualmente se encuentra inoperante mientras que el remolcador Puerto Ordaz, en el
cuál han invertido importantes sumas de dinero para repararle una vía de agua por el
Sistema Propulsor y las Tomas de Fondo de Aguas de Mar o Sistema de Enfriamiento
del Sistema Propulsor, sin ningún resultado y en el cual, invertirán próximamente más
de Bs. F. 800 mil.

Innecesarias y opulentas inversiones

Asimismo, se han hecho inversiones innecesarias tales como la remodelación de la


Casona donde vive el Gerente y su familia, por un monto de Bs. F. 300 mil, aún
teniendo casa propia en Puerto Ordaz, con su correspondiente dotación de mobiliario,
comida, vehículo y electrodomésticos.

A esto se agrega la manutención de un Subgerente proveniente de otra zona del país


proveyéndole viáticos durante 365 días al año, vehículo asignado, alojamiento y comida
y que además de no tener el perfil para desempeñar el cargo, desconoce en lo absoluto
el negocio que maneja o la misión del Instituto.

Fatales consecuencias

La inoperatividad de las unidades de producción y dragado, menores y de apoyo al


sistema de señalización y balizamiento adscritas a la Gerencia Canal Orinoco, así como
la ausencia de un plan de mantenimiento menor y mayor, orientado a repotenciar las
mismas, han derivado en una cuantiosa inversión en dólares para la contratación de
unidades de producción y dragado extranjeras, lo cual, ha generado una fuerte reducción
con tendencia a agudizarse la merma de las reservas de los fondos del tesoro del INC.
Contratación de asesores en diferentes áreas, los cuales, han demostrado
fehacientemente igual que en el caso del Subgerente, el desconocimiento de la materia
para el cual fueron contratados como asesores, aún en su especialidad, llevando a la
Institución a incurrir en cuantiosos gastos producto de las equivocaciones y errores
cometidos, debilitando su ya diezmadas finanzas.

Política de terror

Por otra parte, han hecho uso indiscriminado de la política del terror contra el personal
que no comparte sus degollinas ideas, realizando cambios a todos los niveles
violentando la Ley del Estatuto de la Función Pública, causando daños económicos,
morales y psíquicos a ese personal y que en el futuro traerá graves consecuencias y
perjuicios económicos tanto para la instituto y su funcionamiento, como para ese
personal, producto del caudal de demandas que se han suscitado y suscitarán por es
concepto. Asimismo, este grupo nefasto que actualmente dirige al Instituto Nacional de
Canalizaciones, quiso implementar el famoso y fracasado plan de cogestión
desarrollado en la CVG-Alcasa, con las consecuencias ya conocidas.

Lo cierto es que los alocados movimientos de personal que realiza la actual


administración, incluyendo la incorporación de personal contratado algunos con
características de agraviadores, para realizar funciones correspondientes a cargos
reservados exclusivamente a funcionarios de carrera, en contravención a la Ley del
Estatuto de la Función Pública, aunado a los alarmantes resultados que diariamente
muestran los boletines de calado, señales apagadas, boyas desaparecidas y otras fuera de
posicionamiento; producto de la ineficacia en la ejecución de políticas y acciones
tendentes a garantizar el cumplimiento de la Misión del Instituto, parecieran hablar de
una vesánica e irresistible embestida contra la masa trabajadora, todo ello, frente a la
inoperatividad e ineficiencia de la mayoría de las unidades flotantes de la GCO, cuya
justificación es la carencia de los recursos económicos, reflejados en los proyectos de
presupuestos anuales para cada región operativa (Maracaibo, Orinoco y Puerto La
Cruz).

Consecuencias de la crisis mundial

Las políticas de desarrollo endógeno decretadas por el Ejecutivo nacional, con el


propósito de fomentar y afianzar la pequeña y mediana industria nacional han
provocado un debilitamiento decisivo de la estructura financiera del Instituto debido a la
importante reducción de los volúmenes de importación de material de hierro y aluminio
que se transportan por el Canal de Navegación del Río Orinoco. Asimismo, las políticas
de ajuste que han acompañado esta crisis derivaron en un real debilitamiento de los
ingresos del Instituto, con una consecuencia letal para el desarrollo y productividad de
la Institución y de la masa trabajadora, lo que ha sido determinante de la situación por la
cual atraviesa el INC.

¿Salida viable?

Los rasgos de la crisis que aquí se vislumbran retratan, en parte, lo que ocurre en el
INC-GCO, donde algunos aspectos son muchísimos más agudos. En efecto, atizados
por la incompetencia, el compadrazgo, la arrogancia, petulancia y en general por el
desmadre y atropello de la masa trabajadora, esta agrietando el andamiaje que sirve de
soporte al desarrollo y progreso de esta Institución y del país, son las muestras patéticas
del cuadro descrito. Finalmente, entendamos que tal propósito adquiere concreción,
propiciando un proceso acelerado de reorganización del INC, para lo cual, sería propicio
un gran acuerdo entre el Patrono y los Trabajadores y una cuantiosa inversión. (Firma
en resguardo).

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