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La responsabilidad profesional debe ir más allá de las directrices que marca la ley.
Precisamente porque es necesario dar pautas que ayuden a ir construyendo un discurso
de la responsabilidad profesional, los códigos éticos cumplen una función: la de forzar a
los profesionales a reflexionar sobre los dilemas éticos que les salen al paso y auto
imponerse las directrices que consideren coherentes con los valores éticos y los
derechos fundamentales y principios constitucionales. La ética intenta orientar la
actividad de las personas, es decir, lo que deben hacer, si quieren comportarse
verdaderamente como personas, más que lo que tienen que hacer si no quieren sufrir
una sanción.
Esta responsabilidad debe entenderse como principio ético que obliga a responder de la
actuación, aunque no haya lesión a terceros. Desde esta perspectiva se aproxima a la
vocación profesional, concepto ligado no solo a unas actitudes y preferencias
personales, sino también a la misión que uno quiere desempeñar en la comunidad en el
que vive. La deontología debe hacer presente a los ciudadanos la función social de su
profesión, y las obligaciones que supone su ejercicio.
El valor ético de la actividad profesional está vinculado a las personas con las que
surgen relaciones en el ejercicio profesional. Estas relaciones son muy abundantes y
variadas y dan lugar a la mayor parte de los temas de estudio de la Ética Profesional.
Toda relación entre personas, y también entre cada una de ellas y el bien común,
implica obligaciones de justicia y prudencia. Por eso habrá que considerar para la vida
profesional los aspectos de estas virtudes cardinales, que especialmente han de regir las
relaciones que se produzcan entre cada persona y las del entorno y hacia el bien común.
La Ley de los Colegios Profesionales, donde indica que es deber del Colegio
Profesional ordenar en el ámbito de su competencia, la actividad profesional de
los colegiados, velando por la ética y dignidad profesional y por el respeto a las
reglas debido a los derechos de los particulares y ejercer la facultad disciplinaria
en el orden profesional colegial.
1. Ámbito de aplicación.
Las presentes normas deontológicas serán de aplicación a todos los colegiados que
ejerzan la profesión en cualquiera de sus diferentes acepciones.
A continuación se desarrollarán los principios fundamentales, base para la conducta del
Ingeniero QUIMICO.
2. Principios Fundamentales
Son principios fundamentales de las normas de conducta del Ingeniero químico los
enumerados a continuación:
D) Será fiel a su empresario o cliente, pero antes a la sociedad, a quién sirve y quien le
faculta.
Son obligaciones profesionales y de relaciones del colegiado con el ámbito exterior las
enumeradas a continuación:
C) Se guiará en sus acciones por la integridad más absoluta, y admitirá sus propios
errores, sin alterar ni distorsionar hechos ni desviar culpas.
E) No aceptará mayor número de encargos, ni cargos, que aquellos que pueda atender
debidamente.
Son obligaciones colegiales de las normas de conducta del Ingeniero químico las
enumeradas a continuación:
G) Pondrá en conocimiento del Colegio los agravios que tanto él como cualquiera
de sus compañeros hubieran sido objeto con ocasión o como consecuencia del
ejercicio profesional.
6. Sanciones
Comisión Deontológica.
g) Estará constituida por colegiados que nunca han sido sancionados en ningún
colegio.
Un profesional destinado al servicio de los demás ha de ser ante todo una persona
honesta. Es un compendio de las principales virtudes morales. La honestidad se asienta
en el cumplimiento de los deberes fundamentales consigo mismo y en relación con los
demás.
La dignidad constituye un valor inherente a la persona humana que debe ser protegido y
respetado. La proyección de este valor en el ejercicio profesional es lo que proporciona
el decoro a la corporación o al colegio profesional. De esta forma, la dignidad en el
desempeño de la profesión por parte de uno de sus miembros afecta, tanto en sus
manifestaciones positivas como negativas, al decoro de los demás.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
LAS LEYES.El Ingeniero en química debe cumplir y velar por el cumplimiento de todo el
ordenamiento jurídico de aplicación en su trabajo.
INTERÉS DEL CLIENTE. El Ingeniero en química debe velar por la satisfacción de los
intereses del cliente, incluso cuando éstos resulten contrapuestos a los suyos propios. Si
se viera en una situación de insuperable contradicción con sus valores éticos o morales
podrá no aceptar el trabajo acogiéndose a la objeción de conciencia.
DEBERES
1. Se considera cliente tanto a quien tiene una relación contractual con el Ingeniero en
química como a todo aquél que será usuario del sistema de información o servicio
objeto del trabajo del Ingeniero.
10. El Ingeniero en química deberá utilizar los recursos del cliente implicados en
un proyecto de forma adecuada y autorizada.
En relación a la sociedad.