Professional Documents
Culture Documents
TRAUMA TORAXICO
DOCENTE :
DR. HUMBERTO VERA GÁLVEZ
ESTUDIANTES :
CENTURION BERRIOS ELMER FELIPE
CICLO : X 2010-II
I. Introducción
OBJETIVOS
2. Neumotórax a tensión
3. Neumotórax abierto
4. Torax inestable
5. Hemotorax masivo
6. Tamponamiento cardiaco
1. Neumotórax simple
2. Hemotorax
3. Contusion pulmonar
4. Ruptura traqueobronquial
C. Establecer una guía del manejo del trauma de tórax que permita la atención
oportuna y adecuada de los pacientes que ingresen a la institución
IMPORTANCIA
Está constituido por las vértebras dorsales, por las costillas y los cartílagos costales y por
una pieza media anterior, el esternón, al cual se unen anteriormente los 7 primeros
cartílagos costales como continente y como contenido los pulmones y el mediastino.
Se debe comprender que ciertas estructuras que pasan a través del mediastino (como el
esófago, el conducto torácico, etcétera) se encuentran en más de una subdivisión del
mediastino.
TRAUMA DE TÓRAX
Epidemiologia
El ABC sigue siendo el pilar del manejo inicial de todo paciente crítico que llega al servicio
de urgencias. Los objetivos principales son la restauración de una adecuada oxigenación
y perfusión de los tejidos vitales. La terapia inicial incluye la evaluación del ABC (vía
aérea permeable, movimientos respiratorios - ventilación , circulación con el control de la
hemorragia) iniciando la reanimación y el manejo del shock, continuando con un examen
físico completo y el tratamiento de las lesiones encontradas.
El ABC comprende :
Debido a que la hipoxia es la característica mas grave de las lesiones toraccicas , las
intervenciones tempranas se han diseñado para prevenir y corregirla.
Las lesiones que amenazan la vida en forma inmediata deben ser tratadas lo mas rápida y
sencillamente posible.
La mayoría de las lesiones toraccicas que ponen en peligro la vida se tratan a través de
un buen control de la via aérea o de la colocación apropiuada de un tubo toraccico o una
aguja.
1. Revisión primaria rápida: se inicia con la via aérea . los problemas mayores deben
ser corregidos conforme se van identificando.
B: Ventilación y oxigenación .
Existen 5 entidades que requieren tener en cuenta al momento del diagnostico y/o
tratamiento :
• Neumotórax a tensión
• Neumotórax abierto
• Tórax inestable
• Hemotórax masivo
• Taponamiento cardiaco
3. REVISIÓN SECUNDARIA:
Existen 8 lesiones potencialmente letales que habrá que tener en cuenta durante la
revisión secundaria :
• Neumotórax simple
• Hemotórax
• Contusión pulmonar
• Heridas transmediastinales
IV. ETIOLOGIA
V. CLASIFICACION
Según el mecanismo de producción, las lesiones pueden ser cerradas, en las que no
existe alteración de la piel ni de la pared torácica, o lesiones abiertas, en las que la
cavidad pleural está perforada, y esto comporta el colapso del pulmón y la pérdida de su
capacidad con la consiguiente dificultad respiratoria.
El 7-8% de los Traunatismos Toracicos son abiertos y ocasionados por arma blanca.
Son aquellos en los que existe una solución de continuidad de la pared torácica, con
disrupción de la pleura visceral, acompañándose, generalmente, de laceración y
contusión del pulmón subyacente. El 7-8% de los TT son abiertos, y están producidos
generalmente por heridas por arma de fuego o arma blanca. Los traumatismos abiertos
del tórax deben ser transformados en cerrados mediante la compresión con gasas o
compresas impregnadas en vaselina. Posteriormente el tratamiento continuará con la
colocación de un drenaje torácico para evacuar el hemoneumotórax que habitualmente
acompaña a una lesión torácica penetrante. Estará indicada la realización de una
toracotomía de emergencia si se produce una pérdida inicial de sangre por el tubo de
drenaje de 1.500 ml o si persiste un sangrado continuado a un ritmo superior a los 250
ml/h. Si el paciente está hemodinámicamente inestable o la existencia de un gran
hemotórax que no pueda ser adecuadamente evacuado con un tubo torácico, también son
indicaciones de toracotomía, aunque el momento adecuado para su realización es asunto
de controversia. Otras indicaciones para una intervención quirúrgica urgente son las
lesiones cardiacas, de aorta u otros grandes vasos, lesiones traqueales o de bronquios
principales y lesiones esofágicas. Ante cualquier sospecha de taponamiento cardiaco se
debe llevar a cabo una toracotomía de urgencia. Si la situación del paciente lo permite, la
realización de una ecocardiografía sería la exploración indicada.
1. ENFISEMA SUBCUTÁNEO
Es una patología muy frecuente ; puede ser trivial en individuos jóvenes y grave en
ancianos o en grupos de riesgo; Los arcos posteriores de la 5ª-9ª costillas son las más
afectadas.
En general puede diagnosticarse la fractura costal por la clínica. Hay Dolor torácico ( de
tipo parietal) espontáneo, o provocado por los movimientos respiratorios y por la palpación
y presión externa, que restringe la movilidad ventilatoria de la caja torácica. También hay
áreas de equimosis o hematomas que señalan la lesión. A veces crepitación ósea y
enfisema subcutaneo (si hay neumotórax).
El estudio radiográfico, en la exploración inicial, es más importante para descartar otras
lesiones internas, como neumotórax o hemotórax, que para confirmar el diagnóstico de
las propias fracturas.
Analgésicos de tipo " aines " o " aines asociados a morfínicos "o incluso morfina. Otras
opciones son la Anestesia Local (Foco Fractura), anestesia troncular por Bloqueos
Nerviosos y la Analgesia Epidural , Asi como también la fisioterapia respiratoria.
Las fracturas de las 1ras costillas: son clasificados como traumatismos de alta energía
FRACTURA ESTERNAL:
Definición
Etiopatogenia
Frecuencia
Fisiopatologia
Es la consecuencia de las fracturas en doble arco de dos o más costillas, lo cual da lugar
a un segmento osteomuscular desconectado del funcionamiento del resto de la caja
torácica y sometido sólo a la variación de presiones en ella. De esta manera, durante la
inspiración la zona afectada se deprime por efecto de una mayor presión negativa
intrapleural y por el contrario se expande durante la espiración, mientras todo el resto de
la caja efectúa el movimiento contrario. Es posible que el mediastino acompañe con un
movimiento pendular. Se produce hipoventilación de tipo restrictivo, que lleva a hipoxemia
con o sin hipercapnia.
Cuadro clinico
Radiografia
Una radiografia torácica satisfactoria, puede sugerir multiples fracturas costales, pero no
mostrar la separación endocondral.
Los gases arteriales, que sugieren falla respiratoria con hipoxia, también pueden
contribuir al diagnostico.
Tratamiento
Medidas especificas
HEMOTÓRAX
Diagnóstico:
El diagnóstico de hemotórax (con o sin aire) no es difícil con el antecedente del
traumatismo
Tratamiento:
reposición de volumen (cristaloides, coloides ó sangre) y drenaje torácico con tubo
torácico de 32 F en el 4º-5º espacio intercostal en línea media axilar. La toracotomía está
indicada si se drenan 1500 ml de sangre en los primeros momentos, especialmente si el
paciente está inestable, o si el ritmo de drenaje es de 200-400 ml/h en las primeras cuatro
horas.
deben ser tratados inmediatamente con tubo de avenamiento pleural, por las siguientes
razones:
1) permite una casi completa evacuación de la sangre del espacio pleural
2) si continua sangrando, permite cuantificar las pérdidas
3) permite disminuir la incidencia posterior de empiema
4) la sangre drenada del espacio pleural puede ser autotransfundida
5) la rápida evacuación de la sangre del espacio pleural permite disminuir la
incidencia subsecuente de fibrotórax
• Se recomienda la colocación del tubo pleural en una posición relativamente alta
(cuarto o quinto espacio intercostal) en la línea medio axilar, debido a que el
diafragma puede estar elevado como consecuencia del trauma
• Los tubos torácicos deben ser de gran calibre (diámetro interno de 8-9 mm),
teniendo en cuenta que la sangre frecuentemente presenta coágulos.
• Los tubos deben ser removidos una vez que el sangrado ha cesado, debido a que
son fuentes potenciales de infección.
Complicaciones:
Las cuatro mayores complicaciones : son la retención de coágulos en el espacio pleural,
infección pleural, derrame pleural y fibrotórax.
HEMOTORAX IATROGÉNICO
Cuando en un paciente internado se descubre un hemotórax, la posibilidad de origen
iatrogénico debe ser considerada. Las causas más comunes de hemotórax iatrogénico
son la perforación de una vena central o arteria por la inserción percutánea de un catéter
Hemotórax iatrogénico puede ocurrir luego de una punción o biopsia pleural, punción
pulmonar percutánea, biopsias transbronquiales o terapia endoscópica para várices
esofágicas.
Pacientes con hemotórax iatrogénicos deben ser manejados con tubo torácico por iguales
razones a las comentadas en hemotórax traumático.
HEMOTORAX NO TRAUMATICO
Los hemotórax no traumáticos son poco frecuentes. La causa más común es la
metástasis pleural, mientras que la segunda causa es la complicación de la terapia de
anticoagulación por embolia pulmonar. Hemotórax espontáneo puede ocurrir como
resultado de la ruptura de un anormal vaso sanguíneo intratorácico, como un aneurisma
de aorta, aneurisma de arteria pulmonar, un ductus arterioso o una coartación de aorta.
Otras causas de hemotórax espontáneo, son los desórdenes de la coagulación tales
como hemofilia, trombocitopenia, complicación de neumotórax espontáneo, secuestro
broncopulmonar, endometriosis torácica, neumonía por varicela y hematopoiesis
extramedular intratorácica .
La causa de hemotórax en algunos pacientes permanece desconocida a pesar de la
toracotomía exploradora.
Un tubo de avenamiento torácico debe ser colocado en pacientes con hemotórax
espontáneo
a fin de remover la sangre del espacio pleural y cuantificar el grado de sangrado. Si el
sangrado es persistente (más de 100 ml/hora), se debe realizar toracotomía
NEUMOTORAX
2.- Epidemiología. Es una de las patologías quirúrgicas más frecuentes del tórax. En el
Australian Incident Monitoring Study se detectaron 18 neumotorax por cada 2000
incidencias (1 %). La curva de incidencia por edad deL neumotorax es bimodal. Tiene un
pico alrededor de los 20 años y otro en la séptima década. El primero se debe
predominantemente a la ruptura de pequeñas vesículas subpleurales y el segundo es
consecuencia de la complicación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (ruptura
de bullas de enfisema).
5.- Diagnostico
Presentación clínica. Los síntomas más frecuentes son el dolor y la disnea. También
pueden existir tos seca y fiebre, aunque en menor proporción.
2) Hipersonoridad o timpanismo
De acuerdo con la cantidad de aire que se acumula y con el consiguiente colapso del
pulmón pueden distinguirse, desde el punto de vista radiológico, tres grados (fig. 30-6):
Grado III: el borde pulmonar se encuentra por dentro de la línea hemiclavicular. Otra
manera de describir la magnitud del neumotorax es hacerlo porcentualmente. Así, un
neumotorax de 100 % implica un colapso total del pulmón, mientras que uno del 50 % es
aquel en el cual el borde del pulmón está a mitad de camino entre el mediastino y la pared
torácica. Se llama neumotorax mínimo a aquel menor del 10 % (fig. 30-7).
De acuerdo con la distribución del aire, pueden clasificarse en : a) Totales, cuando el aire
se distribuye uniformemente en la cavidad pleural; y b) parciales, localizados, tabicados o
loculados, cuando existen adherencias previas entre las dos hojas pleurales y el aire se
localiza en los sectores en que las pleuras no están adheridas.
Las radiografías en espiración forzada son útiles cuando se sospecha un neumotorax que
no se puede ver claramente en las radiografías comunes (inspiradas), pues al disminuir el
volumen de la cavidad torácica pero no el del neumotorax, aumenta el colapso pulmonar.
El pulmón colapsado, al tener menos aire, aumenta su densidad y esto permite ver mejor
el borde pulmonar contrastando con el aire del neumotorax
3) Bronquitis aguda. Algunos pacientes pueden tener tos no productiva y fiebre como
síntomas de un neumotórax.
Desde el punto de vista radiológico, la confusión más frecuente de los neumotórax es con
¡os quistes y vesículas pulmonares del enfisema, ya que estas entidades nosológicas se
manifiestan en las radiografías por una ausencia de la trama broncovascular. Uno de los
elementos que ayuda al diagnóstico diferencial es la observación del borde pulmonar en
la radiografía de tórax de frente. Si éste tiene concavidad externa será más
probablemente una bulla o un quiste, y si la concavidad es interna se tratará de un
neumotórax.
7.- Tratamiento
2) Punción pleural. Está indicada en los neumotórax hipertensivos con riesgo de paro
cardiorrespiratorio. En esos casos una simple punción con una aguja gruesa (diámetro
interno mínimo: 1 milímetro) puede salvar al paciente mientras se dispone el instrumental
para colocar un avenamiento pleural.
Toracocentesis o punción pleural
Tipos de toracocentesis .
1.-La toracocentesis diagnóstica se realiza a fin de obtener líquido para su posterior
análisis (a nivel bioquímico y microbiológico). Se practica siempre que existe derrame
pleural.
Indicaciones
Toracocentesis Diagnóstica Toracocentesis Terapéutica
• Obtención de muestra en el derrame Presencia de una gran cantidad de exudado
pleural. pleural que produce dificultad respiratoria y
• En los derrames pleurales debe ser evacuado.
paraneumónicos, con el fin de filiar el neumotórax de gran tamaño (aquel que ocupa
agente etiológico y distinguir los más del 20% del volumen del hemitórax afecto
derrames no complicados de los o, a efectos prácticos, cualquiera que sea
complicados, ya que ni la clínica ni el sintomático).
estudio radiológico nos lo permiten. Presencia de signos clínicos de neumotórax a
• En derrames pleurales significativos tensión, caracterizado por compromiso
(aquellos que superan los 10 milímetros respiratorio y/o hemodinámica brusco y
de grosor en la radiografía realizada en severo. Es una situación clínica que supone
decúbito lateral). riesgo vital y requiere una evacuación
inmediata. Es un procedimiento de
emergencia.
Recién nacido que presenta sintomatología
secundaria al neumotórax pero:
• No presenta enfermedad pulmonar
subyacente.
• No precisa ventilación mecánica a
presión positiva
• No tenga fuga continua de aire.
Materiales
Técnica
Para extracción de líquido: Confirmar el nivel del líquido por matidez a la percusión;
utilizar el primer o segundo espacio intercostal por debajo del nivel, en la línea axilar
media-posterior (5.0-6.`-' espacio intercostal) o a nivel subescapular, pero no más abajo
del octavo espacio intercostal (riesgo de lesionar vísceras intraabdominales), y nunca por
debajo del borde inferior de la costilla, por riesgo de lesión del paquete vasculonervioso
intercostal.
Interpretar la llave de tres pasos entre la aguja de calibre 15 (para líquido) o de calibre 18
(para aire) y la jeringa de plástico Luer-Lok de 50 ml. Marcar la profundidad sobre la
aguja, con una segunda pinza, para impedir que penetre excesivamente. Introducir la
aguja en el mismo sitio y hasta la misma profundidad marcada con la pinza.
6. Aspiración de la muestra. Usar la conexión lateral de la llave de tres pasos para vaciar
el contenido.
Riesgos y complicaciones
Contraindicaciones
• Ventilación mecánica
• Tratamiento anticoagulante
3) Avenamiento pleural con tubo bajo agua. Es el método de elección para la mayoría de
los casos. Se realiza a través de una toracotomía mínima a nivel del tercer o cuarto
espacio intercostal, en la línea axilar media. Esta localización es mucho más estética que
la del segundo espacio intercostal, línea hemiclavicular, que también ha sido propuesta. Si
el neumotórax es parcial o tabicado, deberá colocarse el tubo de drenaje en un lugar
donde no haya adherencias. La simple maniobra de introducir el dedo suavemente a
través de la toracotomía mínima antes de hacer penetrar el tubo asegurará que la cavidad
pleural está libre y evitará lesiones del parénquima pulmonar. El objetivo de este
tratamiento es eliminar el aire de la cavidad pleural para permitir la expansión del pulmón,
y en estos casos no se actúa sobre la lesión del parénquima.
1) El pulmón se expande y cesa de salir aire por el tubo, evidenciando que la lesión de la
pleura visceral ha cicatrizado. En este caso el drenaje se deja colocado por cinco días
para que, como cuerpo extraño, provoque irritación y adherencia de las hojas pleurales, y
luego se lo retira. En el 30 % de los casos el paciente volverá a tener otro neumotórax
(recidiva), circunstancia de la que deberá estar enterado.
2) Por el drenaje no sale aire pero el pulmón no se expande. Es indispensable hacer una
broncoscopia para asegurar que la vía aérea está permeable. La presencia de un tapón
mucoso o, más raramente, de un tumor endobronquial, puede impedir la expansión
pulmonar. También puede colocarse aspiración continua al frasco bitubulado para
acelerar la expansión. Si ésta no ocurre, puede que se trate de un neumotorax crónico,
con aposición de fibrina sobre la pleura parietal que impide la expansión, en cuyo caso
habrá que intervenir quirúrgicamente.
3) Persiste la pérdida aérea por el drenaje y el pulmón está expandido en las radiografías.
Puede adoptarse una conducta expectante, ya que es probable que dicha pérdida se
interrumpa, aunque esto puede demorar varios días.
Indicaciones:
Los procedimientos
quirúrgicos mayores que pueden
utilizarse son:
Pleurodesis. La sínfisis (adherencia) entre las dos hojas pleurales puede lograrse irritando
la pleura por métodos químicos o mecánicos. La pleurectomía parietal también provoca
adherencia entre la pleura visceral y la fascia sndotorácica.
La tasa de recidivas luego de toracoscopias parece ser más alta que la de las
toracotomías en las primeras publicaciones, pero como se trata de un método de reciente
aplicación, es probable que con el entrenamiento se disminuyan esas cifras; además, aún
no hay estadísticas con suficiente número de casos y tiempo de seguimiento (Hazelrigg
SR y col., 1993).
1. Neumotórax a tensión
4. Hemotórax.
5. Neumotórax bilateral.
NEUMOTORAX A TENSION
Concepto
Lesión que perfora el espacio pleural, el aire ingresa al espacio pleural durante la
inspiración y queda atrapado durante la espiración
Etiología
Fisiopatología
Ocurre cuando se produce la pérdida de aire en una lesión que funciona como una
El aire penetra dentro de la cavidad torácica y al no tener una vía de escape, causa el
colapso completo del pulmón afectado. El mediastino es desplazado hacia el lado
opuesto, disminuyendo el retorno venoso y comprimiendo el pulmón del lado opuesto.
SIGNOS Y SINTOMAS
El neumotórax a tensión es un diagnóstico clínico , y su tratamiento no debe retrasarse
esperando una confirmación radiológica.
• Taquipnea
• Cianosis
• Taquicardia
• Ingurgitación yugular
• Hipotensión
• Diaforesis
Radiológicamente se observa
Tratamiento
• Es una emergencia
• ante su sospecha iniciar la administración de oxígeno de forma inmediata y
proceder a equilibrar las presiones sin esperar la confirmación radiográfica.
• Una vez que ha sido solucionada la urgencia por la tensión, el tratamiento ulterior
debe ser similar al resto de pacientes con episodio complicado.
Tratamiento
Además del cierre torácico definitivo del defecto de la pared torácica, las lesiones
concomitantes se tratarán de acuerdo con la gravedad y estado del paciente.
La videotoracoscopia ocupa un papel progresivamente ascendente en la cirugía del tórax,
pero se encuentra contraindicada en los pacientes con inestabilidad hemodinámica o
lesiones intraabdominales y torácicas severas, no obstante en el paciente estable
proporciona una valoración exacta de los órganos lesionados del tórax y puede ser
utilizada eficazmente en la solución de las lesiones producidas tanto por traumatismos
abiertos o cerrados del tórax.
CONTUSIÓN PULMONAR
1. DEFINICION:
2. MEDIADOR HUMORAL
3. SISTEMA SURFACTANTE
4. BILATERALIDAD
5. CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
En principio se debe tener en cuenta que si es posible determinar el shunt intrapulmonar
(producido por alvéolos con circulación y sin ventilación) o bien determinar y medir el
espacio consolidado o fisiológicamente muerto del pulmón afectado es posible determinar
la severidad de la contusión.
La contusión pulmonar genera un grado variable de hipoxemia relacionado con la
cantidad de parénquima comprometido. El grado de hipoxemia está determinado por la
caída de la relación PaO2/FiO2: relación entre la presión parcial de oxígeno arterial con la
concentración de oxígeno inspirado. La alteración de la relación PaO2/FiO2 que se
detecta realizando dosajes al ingreso y a intervalos de horas o días subsiguientes (según
manifestaciones clínicas) es directamente proporcional al volumen de parénquima
pulmonar comprometido. Hay experiencia en aceptar que una relación PaO2/FiO2 <250
en el momento de la admisión ha sido un factor de predicción, por si mismo,
independiente, de malos resultados.
6. IMAGENOLOGÍA
La identidad propia, su importancia. y la patofisiología de la CP se ha comenzado a
entender mejor en los últimos 15 o 20 años. Se puede presumir su presencia en todo
traumatismo de tórax y su extensión y por lo tanto la gravedad y complicaciones está en
relación con el volumen de la CP.
Probablemente el manejo, la comprensión y la experiencia clínica se ha obstaculizado por
el hecho de no se ha encontrado una manera exacta de cuantificar la lesión pulmonar y su
evolución ulterior.
El primer examen complementario que se realiza de rutina ante un traumatismo de tórax
es una radiografía de tórax frente, generalmente acostado.
La Radiografía de tórax es un método diagnóstico fácil de realizar en nuestro medio
inmediatamente ingresado el paciente y en la misma se detectan en un gran porcentaje
las lesiones propias de los Traumatismos de Tórax. En el específico caso de la CP por lo
tanto se intenta detectar precozmente imágenes características, teniendo en cuanta que a
mayor volumen de la CP hay una mayor tendencia de que evolucione al Distres
Respiratorio del Adulto o a la neumonía.
Hay suficiente consenso en considerar que la TAC de pulmón precoz como el es más
sensible medio para detectar y cuantificar la CP y predecir posibilidades de evolución a un
distress respiratorio. Se hace mención a la reconstrucción tridimensional factible de
realizar con TAC helicoidal como el método más fehaciente o exacto, que incluso se
utiliza para expresar el volumen de pulmón comprometido (contundido)(15) intentando
determinar en el análisis de imágenes el porcentaje y distribución de cavidades alveolares
e intersticio.
Sin embargo encontramos que por razones operativas es muy difícil estar en condiciones
de ingresar un paciente con contusión pulmonar en un equipo de
TAC durante las primeras horas y aun días de producida, por la muy frecuente gravedad
del cuadro, condicionada especialmente las lesiones asociadas, vías de perfusión, PVC y
férulas de inmovilización.
7. TRATAMIENTO DE LA CP
Las complicaciones más frecuentes son el Distres Respiratorio no reversible y la
Neumonía por infección secundaria. El tratamiento de la CP es términos generales
complejamente suportivo.
A pesar de que se reconoce lo complejo de los mecanismos fisiopatológicos, para el
tratamiento se debe considerar que la falla respiratoria aguda y las complicaciones se
sustentan en una dificultad de oxigenación generada por un shunt intrapulmonar
(alteración de la relación ventilación percusión) por conjunto de alvéolos cerrados a la
ventilación y espacios muertos funcionales.
La estrategia del tratamiento ventilatorio estará dirigida a la reducción de las áreas no
ventiladas precozmente.
En los pacientes con CP, especialmente severas, el manejo más precoz, más efectivo, y
aún más agresivo ha disminuido la mortalidad aún con lesión pulmonar y cardiaca
asociada. La actitud más efectiva se logra con evaluación por terapistas o
emergentólogos capacitados y la decisión oportuna y precoz de intubación y respiración
mecánica.
Politraumatizados con hipoxia significativa, p.e. PaO2<65 y SaO2<90%, deben ser
intubados y ventilados dentro de la primera hora después de la injuria. Sin embargo en
alguna publicación sin un fundamento lo suficientemente convincente, por lo que no
estamos de acuerdo, se propone que aun en CP significativas se realice apoyo
ventilatorio no invasivo (sin intubación).
El papel de la fibrobroncoscopía en el manejo de la CP ha demostrado ser muy
importante tanto en el rol de evacuar secreciones del árbol bronquial, como en la
evaluación diagnóstica de severidad. También se utiliza para la administración
endobronquial de fármacos (corticoides, proteolíticos, mucolíticos, trombina, adrenalina).
La fibrobroncoscopía programada con lavado del árbol bronquial se considera sumamente
eficaz en el “reclutado” de áreas consolidadas.
TRAUMA CARDIACO
INTRODUCCIÓN
El traumatismo cardíaco, tanto accidental como producto de una agresión, es hoy día
responsable de una gran cantidad de muertes, principalmente entre la gente joven, y
representa en algunos países una de las primeras causas de mortalidad en esta
población. En España, la causa más común de traumatismo cardíaco es el accidente de
tráfico. Durante mucho tiempo se asumió que el traumatismo cardíaco llevaba
irremediablemente a la muerte, ante la imposibilidad de actuar sobre el corazón.
En España, la causa más frecuente de traumatismo cardíaco es el secundario al
traumatismo torácico sufrido tras un accidente de tráfico, bien por contusión directa en la
cara anterior del tórax o por mecanismo de aceleración-deceleración con afectación
cardíaca y ocasionalmente vascular. Sin embargo, en los últimos años se ha observado,
posiblemente en relación con la utilización de mecanismos pasivos de seguridad como el
airbag en los automóviles, que el índice de lesiones secundarias a traumatismo torácico
directo ha disminuido de manera considerable. Sin embargo, en áreas de población
concretas se ha constatado un ascenso de las lesiones cardíacas secundarias a agresión
intencionada, bien sea con arma blanca o de fuego. Y, por último, es digno de citar el
ascenso importante de las complicaciones inherentes a la actuación directa, tanto
diagnóstica como terapéutica, sobre el corazón, bien sea en el laboratorio de
hemodinámica o en el quirófano de cirugía cardíaca, consecuencia lógica de la rápida
evolución de los métodos de actuación en dicho campo.
Dentro del contexto general de los traumatismos cardíacos, consideraremos dos grupos
que, por su mecanismo de acción, manifestaciones clínicas, métodos diagnósticos y
enfoque terapéutico, están completamente diferenciados. Por una parte, los traumatismos
cardíacos cerrados, sin solución de continuidad con el exterior (caídas desde altura,
lesiones deportivas, ondas expansivas y accidentes de tráfico) y, por otra, los
traumatismos cardíacos abiertos, también denominados heridas penetrantes cardíacas
(en solución de continuidad con el exterior, o bien como complicación de una
cateterización interna).
1. INCIDENCIA
2. FISIOPATOLOGÍA
Los principales mecanismos de afectación del corazón durante un accidente de tráfico son
la compresión brusca del mismo entre el esternón y la columna vertebral y el movimiento
de aceleración-deceleración, que es el origen de múltiples lesiones, tanto cardíacas como
de los grandes vasos del tórax. En alguna ocasión, la contusión miocárdica o incluso la
rotura cardíaca han sido originadas por maniobras de resucitación cardiopulmonar1. El
grado de lesión cardíaca oscilará entre la contusión cardíaca sin daño tisular ni elevación
enzimática y la rotura cardíaca. La contusión cardíaca, si es de entidad suficiente, puede
ser la causa de un daño celular con repercusión eléctrica y enzimática. Se origina una
extravasación sanguínea entre las fibras musculares del miocardio, cuya consecuencia
final es la destrucción tisular. En la superficie del epicardio se observa la aparición de
petequias, equimosis, hematomas e histológicamente existe una infiltración leucocitaria,
edema, hemorragia intramiocárdica y destrucción de las fibras miocárdicas7. En la
mayoría de las ocasiones, el proceso se resuelve mediante la reabsorción del hematoma
y la formación de una escara8. La diferencia anatomopatológica entre una contusión
cardíaca y un infarto viene marcada por el territorio adyacente, que en el caso de la
contusión es estrictamente normal mientras que en el infarto existe una zona de transición
isquémica entre la necrosis y el tejido sano. Del mismo modo, en una contusión la
necrosis tiende a ser anfractuosa, con una cicatrización irregular, mientras que en el
infarto la necrosis presenta características más regulares, con la presencia final de una
fibrosis generalizada9. La mayoría de las ocasiones las contusiones curan
espontáneamente, pero en otros casos dejan secuelas como escaras, aneurismas y
puntualmente derivan en roturas diferidas10. Del mismo modo, el traumatismo torácico
puede originar arritmias cardíacas que en ocasiones son letales, o simples bloqueos
fasciculares pasajeros.
El traumatismo cerrado sobre el pericardio desarrolla, por regla general, poca repercusión
clínica, ya que muchos desgarros que se producen en esta estructura pasan
desapercibidos, aunque ocasionalmente puede originar complicaciones como derrames
pericárdicos con o sin taponamiento cardíaco, bien de forma aguda o subaguda. En
ocasiones, la presencia de líquido se cronifica, originando con el tiempo una pericarditis
constrictiva25 que en algunos casos ha hecho necesaria la práctica de una
pericardiectomía26. Si el desgarro pericárdico es muy amplio, el corazón puede
desplazarse e incluso herniarse con las complicaciones consecuentes.
El máximo exponente del traumatismo cardíaco cerrado es la rotura cardíaca, bien sea de
la pared libre, el septo interventricular, los músculos papilares o las cuerdas tendinosas.
La rotura de la pared libre es la manifestación más frecuente del traumatismo cardíaco,
pero su diagnóstico en la mayoría de las ocasiones se realiza durante la necropsia. La
rotura traumática del septo interventricular es menos frecuente9. La disfunción traumática
del aparato subvalvular mitral origina insuficiencia de dicha válvula en mayor o menor
grado, dependiendo de si la rotura se circunscribe a una sola cuerda o es más extensa.
Más frecuente es la afectación de la válvula aórtica7, que en la mayoría de las ocasiones
se asocia a una lesión traumática de la aorta ascendente, que puede ser debida a
disección o rotura. La localización más habitual de la rotura traumática de la aorta se
circunscribe al istmo aórtico, justo por debajo del origen de la arteria subclavia izquierda.
Sólo ocasionalmente se observan lesiones múltiples ocasionadas por diferentes
mecanismos en el mismo traumatismo torácico.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
4. DIAGNÓSTICO
Por regla general, el diagnóstico resulta difícil de establecer en el contexto en el que se
encuentra inmerso el paciente; para ello, debemos apoyarnos en unos métodos rápidos,
precisos y prácticos, con el fin de llegar a un diagnóstico correcto y lo más completo
posible en un período corto de tiempo.
El electrocardiograma es el método diagnóstico inicial y para muchos autores representa
el definitivo para confirmar la presencia de una contusión cardíaca. Sin embargo, conlleva
unas lagunas importantes en lo que respecta al diagnóstico de la lesión que afecta al
ventrículo derecho, ya que la representación electrocardiográfica de éste se encuentra
completamente eclipsada por la del ventrículo izquierdo debido a la desproporción de la
masa muscular que existe entre ambos ventrículos. En la contusión cardíaca se observa
taquicardia sinusal41, que puede tener como factores desencadenantes la situación de
shock, dolor torácico o ansiedad. Muchos estudios42 demuestran la presencia de
extrasístoles ventriculares monofocales como consecuencia de la irritabilidad originada en
la zona contusionada. Son frecuentes, aunque de carácter transitorio, las alteraciones de
la conducción, principalmente los bloqueos de rama derecha. Se han propuesto las
anormalidades en la onda T y el segmento ST43, la aparición de una onda Q previamente
no existente y otras alteraciones eléctricas con el objeto de definir un patrón
electrocardiográfico para la contusión cardíaca, aunque ninguna ha demostrado ser lo
suficientemente específica. Cuando el traumatismo afecta al pericardio y provoca una
pericarditis, se objetivan los típicos cambios electrocardiográficos de la enfermedad. Si la
lesión compromete a una o varias arterias coronarias, la representación
electrocardiográfica de isquemia aparece con rapidez.
La ecocardiografía ha supuesto un paso decisivo en el diagnóstico de los traumatismos
cardíacos cerrados. Con el ecocardiograma se descubren hematomas localizados,
aneurismas, fístulas, derrames pericárdicos, cortocircuitos, lesiones regurgitantes, roturas
cardíacas y se analiza la contractibilidad global y segmentaria del miocardio, ya que las
alteraciones de la contractibilidad son relativamente frecuentes en la contusión cardíaca.
Debido a que muchos pacientes con traumatismo torácico presentan una ventana
transtorácica deficiente, la ecocardiografía transesofágica es esencial en el proceso
diagnóstico y, a diferencia de otras técnicas de imagen, puede hacerse a la cabecera del
paciente.
5. EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO
Ante un paciente con un traumatismo torácico en el que se sospecha lesión cardíaca, que
posiblemente se encuentre englobada en el contexto de un politraumatismo grave, el
comportamiento inicial es el de transferir al paciente a una unidad de observación con
monitorización continua59. La evaluación de la presión en la arteria pulmonar es necesaria
con el objeto de tener un control exacto para el manejo de fluidos.
El diagnóstico60 se basa en una serie de criterios clínicos de sospecha, como la presencia
de un traumatismo torácico importante, dolor torácico, ingurgitación yugular o situación de
shock. Posteriormente se realiza un ECG que, en el contexto de otros métodos
diagnósticos que apoyan el cuadro, tiene cierto peso específico. Siempre que el paciente
presente una estabilidad clínica y hemodinámica se practicarán estudios enzimáticos en el
momento del ingreso y cada 6-8 h; la elevación enzimática de CPK-MB en las primeras 24
h sugiere el diagnóstico de contusión miocárdica. Pero el estudio por excelencia es el
ecocardiograma, que debe ser practicado ante la menor sospecha de lesión miocárdica, y
confirma la existencia de una contusión ante la presencia de un trombo intramural o
incluso intraventricular, alteraciones de la contractibilidad, líquido libre en la cavidad
pericárdica y rotura cardíaca o de grandes vasos. También hay que citar como métodos
diagnósticos e incluso terapéuticos la pericardiocentesis y la pericardiotomía subxifoidea
que, aunque presenten un carácter muy agresivo, en ocasiones pueden ser necesarias
para la confirmación absoluta de un diagnóstico no suficientemente aclarado por otros
métodos.
Respecto a la actitud terapéutica a tomar con este tipo de pacientes, ésta dependerá del
compromiso hemodinámico que presenten. En una contusión cardíaca sin repercusión
hemodinámica debe mantenerse una actitud que incluya reposo absoluto, monitorización
electrocardiográfica y tratamiento sintomático.
1. ETIOLOGIA
La causa más común de traumatismo cardíaco abierto es la herida por arma blanca o
arma de fuego, motivo por el que reciben en global el nombre genérico de heridas
penetrantes cardíacas. En este grupo también se engloban todas las lesiones originadas
en el corazón por cateterización de sus cavidades o arterias, implantación de
marcapasos65, colocación de drenajes torácicos, instauración de cardioplejía retrógrada a
través del seno coronario y que ocasionalmente originan accidentes con perforaciones de
diversas estructuras. En algún caso son secundarios a perforación costal o esternal.
El mecanismo de acción se establece por el grado de afectación del objeto origen de la
agresión, que puede provocar desgarros pericárdicos, desgarros de la pared libre del
corazón, afectación intracavitaria, en ocasiones valvular, lesiones en las arterias
coronarias o alteraciones del sistema de conducción. Las lesiones producidas por arma
de fuego son potencialmente más letales que las secundarias a arma blanca.
Del mismo modo que en los traumatismos cerrados, las estructuras más afectadas son los
ventrículos, principalmente el derecho, involucrado en la mitad de las ocasiones, al
contrario que el septo interventricular que resulta afectado muy pocas veces. Como
consecuencia de la agresión también se pueden originar fístulas entre cavidades. La
lesión es más grave si la cámara cardíaca se encontraba llena en el momento de la
agresión.
El problema de la mayor parte de los estudios practicados sobre el tema es que son de
carácter retrospectivo y con casos, en la mayoría de las ocasiones, puntuales y sin datos
prehospitalarios (forma y tiempo de transporte, protocolos hospitalarios). La mortalidad
prehospitalaria es altísima, lo que hace imprescindible la realización de un traslado
inmediato. La mayoría de los afectados son personas jóvenes y previamente sanas, por lo
que, si el paciente llega vivo al hospital, tiene muchas posibilidades de sobrevivir, hasta
un 80-90% si es por arma blanca y 60% si es por arma de fuego.
2. FISIOPATOLOGÍA
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
4. DIAGNÓSTICO
5. ACTITUD TERAPÉUTICA
El abordaje de elección debe de ser la esternotomía media, siempre que resulte factible,
por la excelente exposición y acceso a todas las estructuras e incluso por si es necesaria
la entrada en circulación extracorpórea. También es la finalización lógica de una ventana
pericárdica por vía subxifoidea realizada inicialmente con carácter diagnóstico. La
esternotomía media puede ser inviable por cuestiones logísticas, como la falta de una
sierra en la unidad de urgencias o por la demora que supone la realización de dicho
abordaje en una situación crítica. En estas ocasiones debe emplearse la toracotomía
anterolateral izquierda, que permite un acceso rápido y directo al corazón a través de una
incisión anterior al nervio frénico del pericardio; este abordaje se puede realizar con un
material mínimo y en cualquier ubicación por parte de un personal adecuadamente
adiestrado; otra de las ventajas que presenta es la posibilidad de reconversión en una
toracotomía bilateral con sección transversa del esternón, que presenta una exposición
excelente aunque a expensas de un abordaje muy agresivo que precisa de ligadura de
ambas arterias mamarias y apertura de las dos cavidades pleurales. La última posibilidad
es el abordaje a través de una toracotomía posterolateral izquierda extensa, poco útil
excepto para la exposición de la aorta torácica descendente.
La técnica quirúrgica de la herida penetrante cardíaca consiste en la reparación de la
zona de la lesión con sutura de monofilamento 2/0 o 3/0 que, en el caso de los
ventrículos, principalmente si la lesión es anfractuosa, precisa de su apoyo en bandas de
material bioprotésico. La circulación extracorpórea se evitará siempre que resulte posible.
Si se afecta una arteria coronaria principal en su trayecto proximal se recurrirá a la
práctica de un pontaje aortocoronario, y si es en su trayecto más distal o se trata de una
arteria secundaria se procederá a su ligadura. Ocasionalmente, algunos de estos
pacientes precisan de balón intraaórtico de contrapulsación como apoyo postoperatorio.
Ante la presencia de cuerpos extraños, como balas, fragmentos de metralla, agujas o
fragmentos óseos, existe indicación de extracción de dicho material cuando está móvil
dentro de una cavidad cardíaca por el riesgo de embolismo que comporta, cuando existe
sospecha de infección concomitante, si el paciente presenta síntomas, si el objeto se
encuentra cercano a una arteria o si presenta potencial toxicidad.
El pronóstico de estos pacientes se encuentra directamente relacionado con la situación
clínica y hemodinámica que presentaban en el momento de la actuación terapéutica, el
grado de afectación global sufrido por el corazón en el momento de la agresión y,
fundamentalmente, con las posibles lesiones irreversibles concomitantes o asociadas
(encefalopatía anóxica) que sufría el paciente en el momento de la intervención. La
presencia de ritmo sinusal al incidir el pericardio es un factor de buen pronóstico. Algunos
autores ponen en entredicho la actuación indiscriminada sobre todos los pacientes que
acuden a un servicio de urgencias con una herida cardíaca penetrante con signos vitales
muy disminuidos o prácticamente abolidos y únicamente indican la toracotomía de
emergencia si existen posibilidades razonables de reversibilidad de su situación clínica.
PERICARDIOCENTESIS
INDICACIONES
EQUIPO
TECNICA
La ruta más aconsejada es la subxifoidea. Después de hacer asepsia con alcohol yodado
o yodopovidona y de anestesiar localmente con lidocaína (en los casos urgentes se omite
la anestesia local), se introduce la aguja por el lado izquierdo del xifoides en ángulo de
45°, por vía subesternal y dirigida hacia el hombro izquierdo. Se hace succión continua
mientras se introduce, deteniéndose cuando se obtenga líquido o se sientan las
pulsaciones cardiacas transmitidas a la aguja. En este último caso se ha localizado el
miocardio por lo cual se debe retirar un poco la aguja para evitar lesionarlo.
En los casos de taponamiento cardiaco por herida del corazón, la extracción de unos
cuantos centímetros de sangre mejora el retorno venoso en forma importante, siendo ésta
una medida salvadora. La sangre obtenida no coagula porque es defibrinada rápidamente
por los movimientos del corazón; si la sangre obtenida se coagula es porque fue extraída
de una cavidad del corazón.
Otra ruta que puede ser utilizada es a través del 4° o 5° espacios intercostales izquierdos,
2 cm por fuera del borde esternal de ese lado para evitar los vasos mamarios internos. Se
procede como en una toracocentesis, succionando a medida que se penetra y parando en
el momento de obtener líquido.
COMPLICACIONES
Ningún centro hospitalario posee una gran experiencia en lesiones traumáticas de aorta
torácica, ya que sólo un (10%) consiguen llegar vivos a un hospital. Sin embargo, la
mejora actual en la asistencia in situ y transporte del traumatismo severo, resultará en un
aumento progresivo en el número de casos que se atiendan futuramente en los
hospitales. Por ello, se ha de estar debidamente preparado mostrando una actitud abierta
hacia las nuevas tecnolog ías diagnósticas.
Tipos de lesiones
La deceleración y la tracción son los clásicos mecanismos que originan lesión de aorta
torácica, habitualmente localizada en el istmo (93%), al generar fuerzas de cizallamiento
entre el cayado a órtico, relativamente móvil, y la aorta descendente fija. Este tipo de
lesión es la más frecuente, entre los traumatismos vasculares descritos en la autopsia de
los fallecimientos prehospitalarios, seguida por los de la arteria innominada y subclavia.
(Tabla 1). Las lesiones venosas del mediastino son algo más frecuentes que las arteriales
del cayado aórtico, aunque son m ás inocuas.
Estrategia diagnóstica20
Si el diagnóstico y tratamiento de la lesión de aorta torácica (LAT) se efectúan con
celeridad, existe una posibilidad elevada de supervivencia (69%) . Para ello se ha de
establecer una elevada sospecha diagn óstica en todos los traumatismos torácicos
severos causados por un mecanismo de alta energía cinética21-23.
SINTOMATOLOGIA Y EXPLORACION CLINICA:
Habitualmente no están presentes signos cl ínicos de LAT. La pseudocoartación o la
hipotensión arterial en el brazo izquierdo sólo aparecen en el 5% de los casos con rotura
del istmo aórtico. Sin embargo los signos de lesión del cayado aórtico son más frecuentes
e incluyen hematoma cervical o supraclavicular, aparición de soplo aórtico y pulso
periférico débil10 .
- Radiografía de tórax10:
Está considerada como un buen test de screening inicial para LAT (recomendación nivel
II. Tabla 320), ya que en el caso
de que sea completamente normal, tiene un 98% de valor predictivo negativo. En el
supuesto que se apreciaran signos radiológicos indirectos de lesión aórtica en la radiograf
ía de tórax, ésta tiene una baja especificidad (5-10%) y valor predictivo positivo (10-15%).
No obstante, el riesgo de que exista una lesión aórtica estará aumentado y estará
indicado una aortograf ía diagnóstica si la situación hemodinámica estuviese estable.
Los signos indirectos más habituales de LAT son:
ensanchamiento mediastínico (85%)
borramiento del cayado aórtico (24%)
derrame pleural izquierdo (19%)
fractura 1ª y 2ª costillas (13%)
desviación traqueal (12%), de sonda nasogástrica (11%) o de bronquio izquierdo (5%).
En un 7% de las lesiones aórticas la radiografía de tórax puede ser normal.
- Ecograf ía transtorácica (ETT) y transesofágica (ETE):
La ETT no es un m étodo muy útil para la valoración diagnóstica de una ruptura aórtica,
ya que únicamente resulta accesible la raíz de la misma 18 . Por el contrario, la ETE18,24
permite una exploración de casi todo el trayecto aórtico, comportándose como un método
diagnóstico seguro al mostrar una sensibilidad del 93% con una especificidad y
predictibilidad del 98%25. No obstante, requiere un elevado nivel de preparación y no
siempre está tan disponible como la TAC o la angiograf ía. Conviene precisar que tiene un
3% de falsos negativos, ya que no consigue visualizar adecuadamente la parte distal de la
aorta torácica ascendente y las ramas del cayado, a causa de la interferencia con el aire
del tracto respiratorio. Su principal indicación sería en aquellos pacientes muy inestables,
con sospecha clínicoradiológica de LAT, en los que no se puede "perder el tiempo" para
realizar una angiografía.
- Tomografía axial computarizada (TAC):
La TAC tor ácica convencional tiene una mejor capacidad predictiva que la radiografía de
tórax, pero no permite visualizar las lesiones de los vasos del cayado aórtico. Con el
advenimiento esta década de la TAC helicoidal26,27, que suministra imágenes multiplano
en dos dimensiones y reconstrucciones en tres, las guías de práctica clínica están
cambiando rápidamente las indicaciones para la evaluaci ón del traumatismo torácico
contuso. La TAC helicoidal es una exploración que se lleva a acabo en unos pocos
minutos, mostrando una mayor sensibilidad diagn óstica que la TAC convencional,
permitiendo, incluso, el diagnóstico de pequeñas lesiones aórticas. Por lo tanto, en el caso
de que existiese un traumatismo tor ácico severo, en situación hemodinámica estable,
estaría indicado la realización de un TAC helicoidal independientemente del resultado de
la radiograf ía de t órax. En el caso de lesiones no vasculares asociadas, se aprovecharía
para realizar una exploraci ón cráneo-cervico-abdomino-pélvica.
- Aortografía: está considerada en la actualidad, en las guías de práctica clínica, como el
estándar de oro para evaluar
una lesión aórtica torácica en situación hemodinámica estable (recomendación nivel II
.Tabla 320) y con la que el resto de métodos diagnósticos se comparan. Proporciona
imágenes de toda la aorta torácica y de los vasos del cayado, lo que la convierte en un
método diagnóstico más sensible que el ETE y la TAC convencional. Como inconveniente
principal cabe reseñar que se trata de un método invasivo, que precisa de 1 a 2 horas
para su realización, por lo que la TAC helicoidal está adquiriendo un mayor protagonismo
como método diagnóstico.
Actitud terapéutica
Una vez que se establezca el diagnóstico de LAT, la mayoría de los autores están de
acuerdo en realizar una cirugía precoz. El tratamiento médico debe estar orientado para
controlar el estrés de la pared aórtica, para evitar su rotura en las lesiones que requieran
cirugía. Estarían indicados fármacos beta-bloqueantes IV (Labetalol, Esmolol), para
mantener una frecuencia por debajo de 90 por minuto y mantener una tensión arterial
sistólica entre 120-140 mmHg. En el caso de que no se consiguiesen tales objetivos, se
utilizarían en su lugar fármacos vasodilatadores (Nitropusiato) en aquellas lesiones no
sangrantes. Una adecuada analgesia /sedaci ón y la no movilizaci ón de la columna
vertebral completarían el tratamiento médico.
Émbolia pulmonar
Es una obstrucción de una arteria en los pulmones ya sea por grasa, aire, coágulo
sanguíneo o células tumorales.
Las causas menos comunes abarcan burbujas de aire, gotitas de grasa, líquido amniótico
o grupos de parásitos o células tumorales, todas las cuales pueden llevar a un émbolo
pulmonar.
• Quemaduras
• Cáncer
• Parto
• Antecedentes familiares de coágulos sanguíneos
• Fracturas de las caderas o el fémur
• Ataque cardíaco
• Cirugía del corazón
• Reposo prolongado en cama o permanecer en una posición por mucho tiempo,
como un viaje largo en avión o automóvil
• Lesión severa
• Accidente cerebrovascular
• Cirugía (especialmente ortopédica o neurológica)
• Uso de anticonceptivos orales o terapia de estrógenos
Las personas con ciertos trastornos de coagulación también pueden presentar un riesgo
mayor.
Síntomas
• Dolor torácico:
o debajo del esternón o en un lado
o especialmente agudo o punzante
o también se puede describir como una fuerte sensación de ardor o dolor
sordo
o puede empeorar al respirar profundamente, toser, comer, inclinarse o
agacharse
o usted puede agacharse o tomarse el pecho en respuesta al dolor
• Tos:
o que se inicia súbitamente
o puede expectorar sangre o esputo teñido de sangre
• Respiración rápida
• Frecuencia cardíaca rápida
• Dificultad respiratoria
o puede ocurrir en reposo o durante actividad
o que comienza súbitamente
• Ansiedad
• Piel azulada (cianosis)
• Piel fría y húmeda
• Vértigo
• Dolor de pierna, en una o en ambas
• Mareo o desmayo
• Presión arterial baja
• Protuberancia asociada con una vena cercana a la superficie del cuerpo, que
puede ser dolorosa
• Aleteo nasal
• Dolor pélvico
• Sudoración
• Hinchazón en las piernas
• Pulso débil o ausente
• Sibilancias
Signos y exámenes
Se pueden realizar los siguientes exámenes para ver qué tan bien están funcionando los
pulmones:
• Gasometría arterial
• Oximetría del pulso
• Radiografía de tórax
• Angiografía del tórax por tomografía computarizada
• Gammagrafía de ventilación/perfusión pulmonar
• Angiografía pulmonar
Otros exámenes que se pueden hacer son:
Tratamiento
El tratamiento para disolver los coágulos se llama terapia trombolítica. Los medicamentos
trombolíticos abarcan:
• Estreptocinasa
• t-PA
Cuando usted empiece a tomar warfarina por primera vez, necesitará exámenes de
laboratorio frecuentes para verificar la consistencia de la sangre. Esto le ayudará al
médico a ajustar apropiadamente la dosis.
Los pacientes que no pueden tolerar los anticoagulantes o para quienes pueden ser muy
riesgosos tal vez necesiten un dispositivo llamado filtro en la vena cava inferior (filtro VCI).
Este dispositivo, que se coloca en la principal vena central en el área del abdomen, impide
que grandes coágulos viajen hacia los vasos sanguíneos de los pulmones. Algunas
veces, se puede colocar un filtro temporal y quitarlo posteriormente
REFERENCIAS CONSULTADAS
• http://www.oc.lm.ehu.es/Fundamentos/fundamentos/TecnicasCM/Toracocentesis.P
DF
• http://bvs.sld.cu/revistas/mil/vol37_1_08/mil08108.htm