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Ensayos
Balance anual 3
Mantener a una mujer enamorada 5
Reprimir a un artista es delito 7
Reseñas 9
Habitantes
Pepe Pereza 18
Luis Sevilla 22
Ángel Muñoz 25
Manuel Guerrero Cabrera 28
Luisa Fernández 30
Esperanza García Guerrero 32
Adolfo Marchena 35
Adriana Bañares 37
Ana Patricia Moya 41
Visitantes
Arantza Guinea 45
Lucia Fraga 46
Marta Noviembre 48
Patxi Irurzun 51
Jesús Suárez 55
Elena Ortiz 57
Jack Farfán Cedrón 61
Remisson Aniceto 64
Rolando Revagliatti 67
Begoña Leonardo 69
Óscar Varona 72
Rubén Casado Murcia 75
Mar Benegas 77
Beatriz García 80
Néstor Villazón 84
Toni Quero 86
Velpister 88
Yolanda Martínez 92
José Ángel Parejo 95
Tomás Illescas 98
Daniel García 100
Paz Hernández 102
Tomás Rivero 104
Daniel Pulido 107
Groenlandia número diez (Enero \ Abril 2010). Directora: Ana Patricia Moya – Vicedirectora primera y administradora de la web:
Bárbara López Mosqueda – Vicedirector y caballero groenlandés de la máxima excelencia: Andrés Ramón Pérez Blanco - Portada y
contraportada: Rezgo Reis – Ilustradora de partes: Amarande Guzmán - Habitantes: Ana Patricia Moya, Manuel Guerrero Cabrera
(Córdoba), Ángel Muñoz Rodríguez, Luis Sevilla, Luisa Fernández, Valentín Valiente (Madrid), Carlos Pérez (Valladolid), Pepe Pereza,
Adriana Bañares (Logroño), Esperanza García Guerrero, (Sevilla) – Visitantes: Jesús Suárez, Yolanda Martínez, Tomás Illescas (Córdoba),
Elena Ortiz (México), Néstor Villazón (Gijón), Toni Quero (Sabadell), José Ángel Parejo (Jaén), Velpister, Marta Noviembre, Beatriz García
(Barcelona), Patxi Irurzun (Pamplona), Daniel Pulido Ortiz (Colombia), Óscar Varona, Tomás Rivero, Paz Hernández (Madrid), Lucia Fraga
(A Coruña), Mar Benegas (Valencia), Begoña Leonardo (Zamora), Rolando Revagliatti (Argentina), Jack Farfán Cedrón (Perú), Remisson
Aniceto (Brasil), Rubén Casado (Ceuta), Arantza Guinea, Daniel García (Vitoria) – Fotógrafos: Tomás Illescas (Córdoba), Ángel Muñoz
Rodríguez, Luis Sevilla, Ricardo Bórnez (Madrid) – Edita: Revista Groenlandia – Apoyos morales: Angustias Añón, Carmen Serrano
Fernández, el gran Kebrantaversos – DEPÓSITO LEGAL: CO-686-2008 – ISSN: 1989-7407
2
Los meses más fatídicos para mí son Diciembre (por recordar
diversos episodios del pasado, que siguen siendo un lastre) y
Enero (por aproximarme peligrosamente a la treintena). Los que
me conocen saben que me abstengo de dilapidar mis
paupérrimos sueldos en cosas que no necesito (las fechas
navideñas propician un consumismo detestable) y en celebrar
mis aniversarios de nacimiento (me aterra ser una solitaria
anciana más, y sin derecho a pensión); también conocen mi
hábito de hacer un balance anual de todo lo que me
concierne, en todos los aspectos. No tengo inconveniente en
compartir mis inquietudes con los lectores, así que puedo
resumirlo todo en puntos breves y concisos:
3
tenga que ver con la literatura, no será asunto de mi
incumbencia. Que se maten entre ellos pero que me dejen en
paz, ni me involucren en cosas raras. En otro orden de cosas:
vivimos en una época interesante y la gente se agita, levanta
la voz, se queja, pero siempre desde un rincón seguro: el
anonimato. Es posible el milagro: poneros nombre y apellido y
luchad por el cambio, demostrar que el sistema actual no tiene
sentido. El futuro de la poesía — en especial — está en nuestras
manos, y si no hay acción, seguiremos igual. Y si no, apostad
por la revolución individual en caso de que el resto de los
descontentos siguen dormidos, o despistados. La vida es para
los valientes, de los que aprenden de sus errores, y de los que
se hacen daño contra los muros.
4
ANA PATRICIA MOYA RODRÍGUEZ
Poetas y escritores de todas las épocas han dedicado un
incalculable número de páginas a escribir sobre el amor, cómo
lograrlo y cómo mantenerlo. Alcanzar la felicidad en la pareja
ha sido uno de los grandes anhelos de todo ser humano y, al
conseguirla, mantener esa sensación para siempre.
5
tener presente que estas disputas serán continuas, nunca cesan
y hay que estar mentalmente preparado para ello. Cuando el
orgullo juega malas pasadas y se cede a la ira, se quiebra la
confianza y cualquier relación corre peligro. En el caso de un
profesor, perder el interés de sus alumnos es uno de los mayores
baches profesionales por los que se puede pasar.
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VALENTÍN VALIENTE MORALES
Eso fue lo que escribió Egon Schiele al margen de una de sus
acuarelas cuando lo encerraron en la cárcel de Neulenbach
(Austria) por corrupción de menores. La obra de este pintor
austriaco estuvo condicionada por la pérdida de su padre en
1905, obsesionándole hasta el punto de mostrarse como un
artista transgresor y angustiado por la muerte y el sexo durante
toda su escasa vida; pero, a diferencia de su famoso coetáneo
Gustav Klimt — del que fue alumno y amigo personal — Schiele
siempre buscó a modelos demacrados entre las prostitutas y los
obreros, tratando de representar la extrema delgadez de la
clase social más baja, como metáfora contra los adinerados
burgueses a los que suponía gordos y bien alimentados. Como
resultado, mostró unos personajes desnudos, provocadores,
lascivos y con una evidente carga erótica que fue considerada
excesiva incluso en aquella sociedad vienesa de principios del
siglo XX, más acostumbrada a intuir que a ver escenas sexuales
tan gráficas y explícitas. Huyendo del recatado entorno de la
capital austriaca se instaló en el sur de Alemania con la modelo
Wally Neuzil, aún menor de edad; una convivencia que
tampoco fue bien recibida en Baviera, obligando a la pareja a
trasladarse a Neulenbach, no muy lejos de Viena. Su estudio se
convirtió muy pronto en un punto de encuentro para los jóvenes
más desinhibidos de la localidad, hasta que el 13 de abril de
1912, el padre de una de aquellas adolescentes lo denunció
por secuestro. Este cargo no prosperó, pero sí que fue
encerrado tres semanas por otros delitos: indecencia y
atentado contra la moral pública por exposición de material
pornográfico a menores; una acusación que — en aquel
momento — acabó relegándole al papel de artista marginal,
cuando el juez, simbólicamente, quemó en público una de sus
acuarelas. En 1914, la influencia de Klimt logró que Schiele se
rehabilitara socialmente con cierto éxito; e incluso llegó a
casarse con Edith, una joven de clase alta, pero la fortuna
volvió a darles la espalda: el atentado en Sarajevo contra el
archiduque de Austria-Hungría desencadenó la I Guerra
Mundial cuando el Imperio declaró la guerra a Serbia. Cuatro
años más tarde, al mes de firmarse el armisticio que ponía fin a
la contienda, un virulento brote de gripe española causó
estragos en Viena y, con unos días de diferencia — del 28 al 31
7
de octubre de 1918 — la enfermedad acabó con la vida tanto
de su esposa, embarazada de seis meses, como del pintor, con
tan sólo veintiocho años. Al igual que Egon Schiele, en la
segunda mitad del siglo XX, el pintor Otto Muehl y su
movimiento — el accionismo — también sorprendieron a la
sociedad de Viena con su idea de que la pintura debía alejarse
de los materiales tradicionales para acercarse a cualquier
superficie donde se pudiera pintar (generalmente, el cuerpo
humano); realizando unas performances que le valieron diversas
condenas por blasfemia.
8
CARLOS PÉREZ VAQUERO
El género del terror no pasa por su mejor momento en la gran
industria del cine americano: demasiados remakes y secuelas
confirman una preocupante crisis creativa. Menos mal que,
aparte de las producciones independientes del país, las
propuestas europeas atinan, con fuerza; me voy a remitir, en
concreto, a cuatro casos que me han impactado, cuatro películas
escalofriantes.
9
Cherry Tree Lane (Paul Andrew Williams, 2010)
S i c k G i r l ( Eben McGarr , 2 0 0 7 )
11
que se enfrenta a una enfermera manipuladora, un “Quijote” de
Verne o un muchacho que ve cumplidos sus deseos por las
lágrimas de San Lorenzo, son algunos de ellos. En cada relato
conocemos sus motivos para la acción y sus pensamientos, a
modo de expresa confesión del autor mediante sus personajes;
por lo que, sin pretenderlo, hemos vuelto a unir vida y obra: la
muerte es un instante y, luego, viene la nada; hay que vivir hasta
el último instante para realizar tus sueños; no hay que perder la
esperanza y actuar ante lo injusto; la libertad está en el interior de
cada uno; los deseos se cumplen, pero tienen sus consecuencias.
Al contrario, totalmente al contrario que en su poema “El finito
tiempo perdido”:
Un único aplauso
pareció el cierre de aquel libro.
Y no mereció más
la atmósfera vacía que quedó dentro.
13
Como conejos (Ralf Köning, La Cúpula, 2003)
15
Valladolid. Adriana Bañares describe con sutileza la realidad
consumista y el vacío existencial, haciendo que su voz se alce
con una contundencia insólita entre otras muchas voces. La
logroñesa pertenece a esa nueva especie de escritores: los que
no conciben la expresión sin un feedback de sus lectores, sin
publicar un pos t, sin enlazar un artículo interesante. Los
colgados, en la red. El libro supone haber pasado el límite del
blog; lanzando el diario y tirando la llave lo más lejos posible. Es
un “estoy aquí, soy real, soy esto”, asegura la propia autora.
SARA R. GALLARDO
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la mezcla no le estaba sentando muy bien. Pisó un poco más el
acelerador. La aguja del cuentakilómetros subió a ciento sesenta. Laura
no hizo caso del cuentakilómetros, ni siquiera se fijó en él. Ella sólo
miraba al frente, a esa oscuridad perpetua levemente mancillada por
los faros de su coche, a ese negro absoluto que era un fiel reflejo de su
estado emocional. La música y las lágrimas seguían fluyendo al igual
que el dolor y la desesperación. La letra de la canción decía: “Ojalá
estuvieras aquí”. Laura lloraba más y más. Cada nota de la canción era
una puñalada que le recordaba que Miguel estaba muerto, que nunca
más tendría sus besos, sus abrazos… que ya nada merecía la pena. Se
cruzó con otro coche que también le puso las largas e hizo sonar
insistentemente su claxon. Laura conducía en sentido contrario. Dos
coches más la esquivaron e hicieron todo lo posible para advertirla de
su error, pero ella seguía inquebrantable por el carril que había hecho
suyo, como un proyectil homicida impulsado hacía un futuro incierto.
Avanzando en la dirección equivocada, decidida a terminar cómo en
un guión de cine, saltando por los aires en una gran bola de fuego que
apagase con su luz la noche entera.
19
Ramiro era un jubilado que casi todas las noches salía en
busca de mensajes en las estrellas. Desde que su mujer
murió, siempre que el tiempo era propicio, salía en busca de
un mensaje que no terminaba de llegar. Observaba
atentamente los tintineos de luz de cada estrella para
apuntar de seguido en una libreta: punto, raya, raya, raya,
punto, punto… En los tres años que llevaba escrutando el
cielo nunca logró encadenar una pequeña frase en Morse
que tuviera algo de sentido. Aun así, él seguía
inquebrantable en su empeño. Antes de morir, lo último que
le dijo su mujer fue: “búscame en las estrellas, yo te hablaré
a través de ellas”. Este era el motivo por el cual Ramiro
buscaba un mensaje en el cielo. Por eso salía cada noche
esperanzado, aunque cada amanecer regresara cabizbajo
y con una fría sensación de tristeza y fracaso. Notaba la
falta de su mujer a cada segundo, después de más de
cincuenta años de matrimonio era normal que la echase de
menos. Su vida había dejado de tener sentido y sólo
aguantaba en este mundo por si las estrellas se decidían, de
una puñetera vez, a enviarle el ansiado mensaje de su
esposa. Mientras esperaba la tristeza se iba adueñando de
él y lo poseía hasta el extremo de hacerle perder las ganas
de todo. Ramiro siempre fue un hombre risueño que
contagiaba su buen humor a todos, pero desde que se
quedo viudo parecía otro. En tres años había envejecido
diez. Su pelo, que siempre fue negro, se había ido
agrisando. Su rostro y frente estaban llenos de pliegues y su
20
mirada vacía era un fiel reflejo de la tristeza que le
acompañaba siempre. Esa noche estaba siendo muy fría y
Ramiro no paraba de tiritar mientras escribía en su libreta.
Estaba enfadado con las estrellas. Hasta ese momento, todo
habían sido mensajes ilegibles y sin sentido. El vapor salía de
su boca formando pequeñas nubes blancas. De pronto, una
estrella llamó su atención. Se apresuró a apuntar en su
libreta una serie de espacios, rayas y puntos. Al principio no
le dio ninguna importancia, pero según iba anotando en la
libreta, una frase comenzó a surgir. Con cada tintineo
formaba letras y palabras completas con sentido. Ramiro
repasó el mensaje una y otra vez para no caer en errores.
Todo era correcto. Lo leyó una vez más. No cabía duda, su
mujer por fin le hablaba a través de las estrellas. Ramiro dio
gracias al cielo y saltó de alegría cómo si fuese un chaval.
Ya no habría más días tristes, de hecho ya no habría más
días. El mensaje decía: “No estés triste, mi amor. Mañana
antes del anochecer estaremos juntos”.
Pepe Pereza
21
Luis Sevilla (Madrid). Misterioso poeta, narrador, fotógrafo, crítico
literario, misántropo. Ha aparecido en diversas antologías. Mantiene el
blog: www.lacasaenpenumbras.blogspot.com.
22
I
23
O si en realidad no queremos saber nada más
Porque eso es todo cuanto queremos saber
Y las preguntas han sido cambiadas por el cuadro
Cuya belleza has dejado de contemplar.
Luis 24
Sevilla
(Leganés, Madrid, 1977). Licenciado en Historia del Arte. Poeta,
narrador, fotógrafo. Autor de: “Ya no leo Tebeos de Wonderwoman”
(Groenlandia, 2009) y “Como Ulises en una cacharrería” (Bohodón
Ediciones, 2010). Sus textos han aparecido en diversas revistas
literarias, así como en blogs y páginas webs. Tiene su espacio en Las
Afinidades Narrativas. Ha participado en multitud de recitales y
exposiciones. En breve, sus poemas aparecerán en distintas antologías
poéticas. Impulsor del proyecto poético “Poetrastros: por favor, tratad
con cariño” (La Vida Rima Ediciones). Tiene dos poemarios inéditos.
***
25
lado borraba cualquier injusticia. Esa mañana no.
Definitivamente no.
26
¿sabes?
a tu abuelo
lo quería mucho
cuando le conocí
no tenía dónde caerse muerto
y con una sábana
de mi ajuar
le cosí cuatro
o cinco calzoncillos
un hombre decente
no puede ir
con el badajo
colgando entre las perneras
y todavía
mi madre
me preguntaba
si yo quería
a ese pordiosero
como marido
que no tenía un real
ni para él
no te preocupes
le dije
si es preciso
los dineros
los traigo
yo
a casa
NIZAR KABBANI
¿Ya no te gusto?
¿Ya no te inspiro?
en mi célico vientre?
28
Y tu boca me ofrece
el alba roja,
tu cintura, el deseo
y tu pecho, azahares.
30
padrastro. Su madre había muerto cuando él tenía seis años y su padre
biológico rechazó su custodia, dejándolo totalmente desamparado en
manos de aquel verdugo que ostentaba el título oficial de padre.
Miguel había pasado por tantas instituciones psiquiátricas, que ya no
quedaba nada del muchacho que yo conocí. Ahora, mientras le veo
en la boca del metro exigiendo dinero a los viandantes para una nueva
dosis de heroína con la que apaciguar al extraño que lo habita, oigo el
crepitar de su voz como la de un viejo animal herido al que hicieron
crecer a fuerza de palos. La escucho impotente desde aquí, desde el
lado bueno de la acera.
Luisa Fernández
31
(Sevilla). Forma parte del proyecto Fahrenheit 451 (Las Personas
Libro). Sus poemas aparecen en diversas antologías: “Poemas para un
minuto” (Editorial Hipálage, 2007), “Girapoemas” (2009). Ha participado
en diversas revistas y algunas páginas Web de Literatura. Ha formado
parte del ciclo “Versos Sumados”, dentro del Festival Cosmopoética
(Córdoba, 2009).
32
libro de viajes, lo encontró una noche en uno de los
cuartos, dijo que le había servido para imaginarse
tomando el sol en esas playas doradas de las fotografías,
y creyó que podría recordarme a mi país… ahora que lo
pienso, ese ha sido el único instante agradable desde
que pise esta tierra.
33
que se agarra a la garganta, produciéndome un
insoportable amargor. En ese momento yo, que por fin he
aprendido a no oponerme, extiendo mi cuerpo en el
centro de la cama, y coloco el libro abierto cerca de la
cabecera, entonces cuando su pegajosa piel comienza
a frotarse contra la mía, giro el rostro, refugio la cara
entre las páginas, aspiro con fuerza todo su aroma, y
mientras intento impedir que mis lágrimas se mezclen con
la tinta del papel, recuerdo con ironía la frase de mi
padre: “ríe porque eres una afortunada en abandonar
esta cabaña”.
Esperanza García
Guerrero
34
(Vitoria, 1967). Codirige la revista “Amilamia”, junto a José Luis
Pasarín Aristi, con quien publica, en 1992, el libro de poesía
“Cartapacios de Lucerna” (Ediciones Libertarias / Prodhufi). Ha
publicado en revistas literarias impresas y digitales, como “Cuadernos
del Matemático”, “Río Arga”, “Groenlandia”, “Turia”, “Los Cuadernos
del Sornabique”, “Letralia”, “Océano”, “Haritza”, “El cuervo”, etc. Ha
publicado el libro de poesía “Proteo; el yo posible”. Sus poemas han
sido traducidos al alemán, francés, euskera y árabe. Ha publicado
recientemente dos libros digitales: “La reconstrucción de la Memoria”
(Groenlandia, 2008) y “Planta de Neurocirugía” (Editorial Remolinos,
2008).
en la garganta
de la traquea,
vocal de la resistencia
no dormirse en la resaca
de una mañana
35
Teclear sin pensar en la mañana
que nos abre los buzones,
las cartas atrasadas
de una vida en fuga, consumido
el reloj en el último toque
de campana de fin de siglo.
La reiteración de los surtidores
de gasolina el octanaje
del recuerdo en parábola
hacia la distancia de nuestros
presentes enquistados
en otras seducciones
de teatros sin alambiques.
Adolfo Marchena
36
(Logroño, 1988). Estudiante de Filosofía. Directora del fanzine
independiente La-Fanzine. Sus textos han aparecido en diversas
publicaciones, digitales e impresas, así como en blogs. Ha participado en
recitales poéticos y ha obtenido diversas menciones por sus poemas y
relatos. Ha publicado “El movimiento de la lagartija” (Bubok), “La
soledad del café” y “La niña de las naranjas” (Ediciones Emilianenses).
Próximamente, sus poemas y relatos aparecerán en distintas antologías.
Su blog: http://awixumayita.blogspot.com.
( Europa. Astrud)
37
qué punto puede llegar alguien a desear una muerte así.
Porque por cada calada sentía cómo me iba comiendo
parte de vida. Parezco un anuncio de sanidad. Pero te lo
digo completamente en serio. Estéril y finita. Mi destino era
morir joven. Desaparecer pronto, no dejar nada. Ni siquiera
palabras. Todo ha perdido sentido desde que escribir se ha
convertido en un hobbie para post-post adolescentes que
quedan para follar en las redes sociales. Internet nos ha
matado a todos. Agrégame al Messenger si te apetece
terminar también con esto. Ya veremos qué tal se nos dan
los silencios por escrito. Lo que no creo que te dé es mi
número de teléfono. Se me parte la mandíbula cuando trato
de hablar por hablar. No sé me dan bien los silencios.
Imagínate mi voz titubeante. La belleza de mi nombre, lo
que te llevó a escribirme, quedaría manchada y tomaría
otro sentido. Como las madres que no quieren llamar a sus
recién nacidos con los nombres de los locos de su pueblo,
descartando entonces Julietas y otros nombres que puedan
parecerte bonitos. Bonitos. Vuelvo a los nacidos. A las
madres. A la vida. Vas a pensar que estoy loca, pero
realmente no me importa porque no nos conocemos.
Necesito contarlo. Como los que advierten con un “SPOILER”
enorme en los foros de series y películas de Internet antes de
contar un final, te advierto desde aquí que, si no quieres
leer, pases directamente al próximo párrafo. X (rompemos
aquí una norma que me impuse al principio), creo que veo
el futuro, mi futuro, en las cosas que escribo y dibujo. Por
poner un ejemplo tonto, hace unos meses dibujé una sirena
y poblé parte de su cuerpo de espirales. Lo sorprendente es
que hace unas semanas llegó a mis manos una película que
trataba de una sirena enferma cuyo cuerpo se poblaba de
heridas infectadas. Lo curioso es que la herida inicial era un
cúmulo de espirales. Y yo soy piscis, X, piscis nacida en mil
novecientos ochenta y ocho, como el año en que salió esa
película. Y como a ella, a mí me está comiendo algo. Lo
noto y lo sé. Estéril y finita, X. Hace poco me topé con un
relato en el que hablaba de una mujer embarazada cuya
esperanza de vida posiblemente no alcanzaría a la fecha de
nacimiento de su hijo, porque tenía una enfermedad - no
especificaba cuál, aunque podría ser cualquier tumor- que
38
estaba comiéndose su cuerpo. Y digo comiéndose porque es
la sensación que tengo cuando hablo de metástasis. Tengo
tanto miedo de mí y de esta enfermedad que se va a comer
mis veintidós años y todo el futuro que podría engendrar,
que fumo más que nunca para acelerar el proceso y morir
antes de volverme completamente loca y dejar en mis
conocidos un mal recuerdo. ¿Qué te parezco ahora, X? ¿Te
parece tan hermoso mi nombre? ¿O he pasado a ser esa
loca cuyo nombre nunca pondrías a una de tus hijas?
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Celine Dion ha declarado la guerra a la bondad
y a la felicidad.
En el ascensor hay dibujado un pene simplificado
y alguien ha tachado el “no” que prohíbe dejar subir
solos
o bajar
solos
a los niños.
En el hueco de la escalera del tercer al cuarto piso
se besan dos adolescentes
antes de subir uno
bajar otra.
Y en el salón de mi casa un grupo de fashion’s lectores
de Maitena comentan
como serios críticos entendidos
el último disco de Christina Aguilera.
Lo que nadie sabe
ni siquiera intuye
es que Celine Dion ha declarado la guerra a la bondad
y a la felicidad.
41
“Pretty Woman”, “Cuando un hombre ama a una mujer”, “El
diario de Noah”, “Cuando menos te lo esperas”, “Memorias de
África”, “Lo que queda del día”, “Harold y Maude”, “Cuando
Harry encontró a Sally”, “City of Angels”, “Expiación”, “Love
Story”, “Ghost”, “Robin y Marian”, “El curioso caso de Benjamin
Button”, “Lo que el viento se llevó”, “Los Puentes de
Madison” … y más títulos se amontonan en el sillón. Petra está
indecisa: le gustan todas. Se las sabe de memoria, sí, pero no
se harta de visionarlas una y otra vez, de repetir escenas
favoritas y repasar, entre murmullos, los diálogos más
interesantes y apasionados mientras come palomitas frente al
impresionante equipo de televisión con potentes altavoces de
sonido (propiedad de su marido). Petra adora el ritual que
lleva practicando de lunes a viernes, desde hace cuatro años:
cuando concluye la exhaustiva limpieza de la casa — los callos
y el tacto áspero de sus manos, las dolencias en las cervicales
y el agarrotamiento de sus rodillas son la prueba irrefutable de
que se esfuerza por dejar su hogar como los chorros del oro,
bien ordenado y desinfectado —, almuerza algo ligerito — una
ensaladita, un sándwich de pavo o una pechuguita de pollo —
y va directa al salón, a escoger la película de su amplia
colección (más de cien alternativas románticas) que más le
apetezca ver ese día; y se queda durante horas y horas
ensimismada con ese viejo y genial Clint Eastwood que corteja
a una señora casada, con el caballeroso Richard Gere
transformando a una prostituta en una perfecta dama; con
una joven que sacrifica sus sueños para dar forma al guaperas
42
rubio de su novio, o con el simpático ancianito de un asilo que
lee su diario al amor de su vida. Las desventuras y desdichas
de estos galanes y princesas hacen suspirar mucho a Petra,
con la emoción se le atragantan las carcajadas, las lágrimas y
el maíz calentito. El amor es tan ideal en el cine… en esas
sucesiones de imágenes, música y palabras, Petra, en lo más
profundo de su alma, admite con amargura la patética
realidad: porque su esposo Paco no le hace el amor tan lenta
y cariñosamente, él es más de separarle las piernas y
clavársela directamente; ni le trata como a una princesa, pues
él jamás se acuerda ni de cumpleaños ni aniversarios, ni jamás
ha sacrificado su tiempo para estar con ella cuando la
ingresan en el Hospital y darle compañía en esas interminables
noches de dolor, ni tampoco estará toda su vida junto a ella…
cuando ella envejezca, posiblemente él, todo un pichabrava,
la dejará por un pastelito sin arrugas… o bien ella — y esto lo
piensa, a menudo, cuando se mira los hematomas de los
brazos y piernas — se morirá antes, machacada, y dejándolo
solo, con su miseria.
Ana Patricia
43 Moya
44
(Vitoria Gasteiz). Escritora amateur. Colabora con la revista literaria
provincial “La botica”. Ha participado en diversos recitales y una
muestra de su poesía ha aparecido en el libro “Cinco Voces”. Ha
obtenido diversos premios literarios por sus poemas. Mantiene dos
blogs y participa en Encuentros de Poetas en Red.
Arantza Guinea
45
(A Coruña, 1979). Traductora y asesora lingüística. Actualmente,
estudia psicología. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidade
da Coruña. Especialista en el área de Teoría de la Literatura; posee
diploma de Estudios Avanzados y un curso de especialización en
“Teatro, Cine y Audiovisuales”. Ha elaborado diversos trabajos sobre
escritores de lengua gallega y cine. Coeditora del proyecto de
investigación poética “Cien Años de Poesía”. Ha residido en Alemania,
donde impartió clases de literatura contemporánea y literatura
aurisecular. Miembro fundador del grupo poético “Los Vándalos”, y de su
revista “Méster de Vandalía”. Sus textos han aparecido en diversas
publicaciones: “Coolcultural Galicia, “La Bella Varsovia”, “Piedra de
Molino”, “Al otro lado del espejo”, etc. Ha participado en antologías
poéticas. Ha publicado el poemario “Nostalgia del acero”. Administra su
blog personal con poemas: http://www.luciafraga.blogspot.com.
46
Luces de coches de policía inundan las calles de espuma y vino,
De delincuentes juveniles que se pinchan heroína en los talones
Y de putas despavoridas sin papeles.
Aún queda mucha noche que quemar,
Aunque no sea entre una fogata de okupas.
La noche es una navaja afilada
Que se desliza por nuestros cuellos.
Lucia47Fraga
(Barcelona, 1976). Poeta. Licenciada en Periodismo por la Universidad
Autonómica de Barcelona (UAB). Tras trabar en prensa diaria y
televisión, se especializó en la gestión de gabinetes de prensa para
organizaciones no gubernamentales de desarrollo, actividad que ha
desempeñado hasta 2009. Ha publicado los poemarios “El código de los
heridos” (Ediciones El Primor, 2009) y “Catálogo de lágrimas” (Editorial
Poesía eres Tú, 2009).
A veces,
se me atraganta la distancia,
por eso busco el camino de vuelta a casa
en el mapa de tu cara dormida,
lo repaso despacio con un dedo imaginario,
con cuidado de no despertarte,
de no despertarme las ganas
de abrirte los ojos con los labios,
entonces,
48
Latentes, opacos, tupidos,
abiertamente cerrados
entre las ganas y los miedos,
entre las ansias y los huecos.
De piezas perdidas
o engranajes desencajados,
resquicios, fisuras,
hendiduras, grietas,
entre lo que creemos y los que sentimos,
entre lo que sentimos y lo que queremos.
Ingentes, de vértigo,
entre tú y yo,
entre mí y yo.
49
Sólo bésame.
Odio cuando guiñas un ojo para decirme adiós.
No voy a mirarte.
Odio ver como traes de vuelta la coraza.
Desnudo.
Siempre.
Marta Noviembre
50
(Pamplona, 1969). Autor de los libros: “Cuentos de color gris”,
“Cuentos sanfermineros”, “La polla más grande del mundo”, “Ajuste de
cuentos” (relatos y cuentos); “Odio enamorado”, “Cuestión de
Supervivencia”, “Ciudad Retrete” (novelas). Ha participado en diversas
antologías (“Golpes, Ficciones de la Realidad Social”, “Tripulantes”, etc),
ha coordinado algunas (como “Hank Over \ Resaca”, “Simpatía por el
relato”, etc) y también ha colaborado en diferentes medios (“El País”,
“ADN”, “Vinalia Trippers”, “Fábula”, etc). Ha obtenido diversos premios
literarios.
51
la cartera, en lugar del corazón. Detrás de los muros de las
prisiones hay otros, millones de celdas con invisibles barrotes
catódicos, el televisor, Internet, en las que se sirve un rancho de
pan y circo, de hamburguesas y fútbol, y se condena a trabajos
forzados a cambio un carrito para el híper y una papeleta cada
cuatro años.
52
pánico a decepcionar, a traicionar (mi vida ha sido una
sucesión de traiciones y huidas), a mostrar esas zonas oscuras,
como esquinas meadas en mi alma.
53
cualquiera de aquellos tipos a los que se la traía floja (quizás
ésta no se la expresión más adecuada para la ocasión), que
ella fuera una "ilegal" cuando paraban en el puticlub. Pero
sobretodo, señor juez, lo que me llevó a golpearle, haciéndole
caer al suelo, bajo las ruedas y atropellarlo fue el terror de
perder a mi amor, lo único grande que he descubierto en este
mundo de insectos y esbirros.
Patxi Irurzun
54
(Madrid, 1981). Licenciado en Filosofía por la Universidad
Complutense de Madrid, ha vivido en Córdoba algunos años. Ha
publicado “Manual de Instrucciones” (Editorial Poesía Eres Tú) y “Ése
que llaman invierno”. Ha participado en distintas revistas literarias (“El
Coloquio de los perros”, “Radicales Libres”, “Groenlandia”, “Bar Sobia”,
etc). Es colaborador, creador y coordinador de la distribuidora de
literatura libre Shiboleth. Recientemente, ha publicado un libro de
relatos. Actualmente, prepara su tercer poemario.
me sitúo en el lugar
55 55
Despido a mis neuronas
por ser tan incompetentes,
se ha acabado mi paciencia con el mundo,
quiero ser extraterrestre;
somos milagro y azar,
yo ateo y racionalista,
la sociedad una visión,
y yo invidente y autista.
Querida Anita:
Por acá las cosas siguen como siempre: la fuente de la plaza no deja
de repetir tu nombre con el correr del agua que cae
descaradamente sobre los mosaicos azules y amarillos que la visten
por dentro. Las flores comienzan a aparecer aquí y allá, los chiquillos
todo el día van de un lado para otro correteando y jugueteando
como todos los niños, y como suele suceder con las criaturas, de
cuando en cuando escupen a la cara su sinceridad tan duramente
que hasta lastiman.
¿Acaso es una locura tejer mis sueños con la madeja del optimismo?
¿O vestir la tristeza con el ropaje de una esperanza? Todo mi pecado
57
consiste en mirar al sendero anhelando el momento en que te veré
llegar, ataviada con ese vestido de flores rojas que conseguía
enloquecerme.
Añoro, eso sí, el pasado en el que fui tan feliz. Los días en que verte ir
y venir por la casa representaban lo mejor de mi vida. Me llaman
excéntrico porque despierto gritando tu nombre y en las tardes
lluviosas me siento tras la ventana esperando por ti, entonces
58
aprovecho que las gotas de lluvia resbalan por el cristal empañado y
lloro, lloro con todas mis fuerzas, delirante y furioso.
59
Nunca te amará como yo, te sentirás perdida en tus propios caminos,
incapaz de continuar; sé que, aunque no sea un profeta, que lo
abandonarás y volverás, te veré avanzar por el sendero poco a
poco, con pasos apresurados, aunque nerviosos, tendrás el temor al
rechazo reflejado en tus ojos. Entonces…
Con fervor:
Tu Jacinto.
Elena Ortiz
60
(Perú, 1973). Ha publicado “Pasajero Irreal”, “Vironte” (2005),
“Cartas” (2006) y la serie de plaquettes “Al Castor” (2007)., “Ángel”,
“Las ramas de la noche”, “El leve resquicio del amor” (2009), “La
hendidura del vacío”, “Series absurdas”, “Gravitación de amor”, “Aves
pestañas vaticinando el horror de las lágrimas” (2010). Modera los blogs
El Águila de Zaratrusta y Exquioc. Edita la revista on-line “Kcreatinn”.
Sus poemas han aparecido en revistas literarias tales como “El
Hablador”, “Letralia”, Azularte”, “La comuna de los desheredados”,
“Revista de Letras”, “Destiempos”, “Letras hispanas”, etc.
61
Asumo que hoy es martes, que he asumido hace apenas unos
segundos asumir que hoy es martes, que un reloj es un mundo
sin agujas. Siguen los días. El agua siempre baja por acción
natural y asciende dado un fenómeno geológico: los géiseres.
Qué por ejemplo. Asumo que hoy es martes, no va a pasar
nada que no gire en torno de la monotonía, a menos que hoy
no sea martes y crea que estoy soñando, no esté despierto,
que no es lo mismo y si fuera lo mismo, ¿sería el mismo martes
que supongo? No, creo que no es martes, es un día otro, girar
papel de la basura, me aniquilan de un brazo y me patean
de la otra pierna. Miran aquí así. Espejo para los escupitajos.
Fotografía: un azul no es más que la melancolía visible, como
ya he dicho nunca alguna vez, un papel azul de sumar, a la
siesta, azul traganto, a punto detener todo el mundo en un
paso hundido siendo martes, realmente aunque lo sea.
62
¿¡Que los correos terrestres...!? Ah, lo inservible del
64
la precaución y el buen tino de ser
simples y ocultos.
65
Hago poemas
en versos negros
y versos blancos
sea libre.
entre la fe y el no creer
Remisson Aniceto 66
(Buenos Aires, Argentina, 1945). Ha publicado “Fundido
encadenado”, “Propaga”, “Leo y escribo”, “Sopita”, “Picado
contrapicado” (poesía), “Las piezas de un teatro” (dramaturgia),
“Historietas del amor”, “Muestra en prosa” (relato y cuento), etc. La
mayor parte de sus obras están disponibles en formato electrónico.
Posee los poemarios inéditos “Ojalá que te pise un tranvía llamado
deseo”, “Infamélica” y Viene junto con”. Más información sobre el autor
y su obra en: http://www.revagliatti.com.ar.
67
Nació por vía de cesárea Cristina, único descendiente
que tuvieron sus padres. El nombre lo improvisaron de
apuro, por así decir; lo extrajeron de una criteriosa
galera, tras evaluar la armonía fonética junto al
apellido. Aguardaban a Juan Ramón Ernesto e irrumpió
Cristina. El desencanto se fue desplegando corrosivo en
sus ánimos.
Rolando Revagliatti 68
(Zamora). Trabajadora de la palabra, poeta siempre y sin opción,
autónoma a ratos, madre a tiempo completo. Escribe para diferentes
medios como freelance y colabora en revistas literarias, impresas y
digitales. Participa en eventos literarios y tiene su espacio en Las
Afinidades Electivas. Es miembro del REMES y sus letras aparecen en las
antologías “Esnifando Letras” y “Des-amor”; ha prologado el libro
“Cosas que nunca te diré” y ha sido finalista del primer premio de poesía
Gertrudis Gómez de Avellaneda. Ha publicado los libros de poesía:
“Respira, y luego dime que estás vivo”, “Nadie dirige las palabras” y “No
frenes la lengua de los pájaros”. Mantiene los blogs literarios “Más allá
de lo invisible” (http://pasajera67.blogspot.com) y “Dad aire a mi voz”
(http://aquinohaycerraduras.blogspot.com).
Lo oí perfectamente
y me sentí aliviada,
la espera,
las renuncias.
De nuevo,
olía a bizcocho
a tortilla de patata,
69
y el aire aterrizaba
en su cabello...
Lo oí perfectamente:
te mato.
Y él de rodillas,
pidió perdón.
70
Era la más guapa del barrio
en reventar braguetas
cuando la vi en el parque
no me saludó,
el cabello revuelto
el vestido contenido
Al sábado siguiente
llorando me abrazó.
Begoña Leonardo
71
(Madrid). Bibliotecario. Fumador empedernido. Escritor y dibujante.
Responsable de la publicación artística “Delirio”. Ha publicado los libros
“Síntesis” (compilación de relatos) y “Cómo” (novela), ambos en la
editorial Bubok. Algunos de sus relatos han sido traducidos al inglés.
A Fran
72
delicioso frenesí. A veces sonríes, estirando esos labios que
nunca me hartaré de besar, que nunca me cansaré de
acariciar; a veces, la mayoría, permaneces impertérrita,
dejando volar tu imaginación, al mismo tiempo que yo lo
hago al observarte sin que te des cuenta. Al fin y al cabo,
para eso están las vacaciones. Ya pensaremos qué hacer.
Ya haremos la comida cuando tengamos hambre. Ya
haremos el amor cuando nos apetezca. Y podría pasarme
así el resto de mi vida, sin las preocupaciones del día a día
rondando nuestras mentes contaminadas. No es momento
de pensar, sólo dejarse llevar. Acaricio tus piernas y me
miras con un gesto de agradecimiento que interrumpe
momentáneamente tu lectura. Desearía besarte, pero lo
dejaré para más tarde. No quiero molestarte. Sólo quiero
mirarte, sentirte cerca de mí, como si este momento fuese
eterno, como si nada pudiese acabar con nosotros,
contigo, conmigo. Y aunque la noche anterior hayamos
discutido, o nos hayamos metido en nuestros propios
pensamientos sin contar excesivamente con el otro, este
instante rompe cualquier maleficio, al menos por mi parte.
Te quiero. Siempre lo he hecho, incluso antes de conocerte,
antes dejarme el dinero en tequilas imbebibles y vinos
baratos con tal de poder hablar contigo, de reunir el valor
suficiente para hacerlo. Pues tu rostro de diosa alada
sacada de algún sueño imposible conseguía que la poca
fe que en mí mismo podía tener se viniese abajo. Pero lo
hic e. L a p r ueba es tá en q u e aq uí estam os, aq uí y ah or a,
73
disfrutando del primer día de vacaciones, aunque ninguno
de los dos nos demos cuenta. Mientras la ciudad se muere
lentamente y la gente abandona sus refugios. Mientras los
bosques se queman y las piscinas se llenan de niños y
familias de fin de semana. Mientras las personas hacen cola
para poder clavar su sombrilla en la playa, aunque tengan
que tomar el sol de pie. Quedan lejos los aromas a comida
precocinada y sangría de barril. Solos tú y yo. Y el niño. Y el
gato. Y la lectura del libro que te incité a comprar aquel
día en un supermercado, mientras nuestras vidas se
derrumbaban.
74
Óscar Varona
(Ceuta). Poeta. Ha publicado la plaquette “Cacagénesis” (editorial Alea
Blanca). En breve, con Groenlandia, publicará “Urbe Desta Historia”.
75
La pregunta resonó
de su sesudo contenido -
la fuera a contestar.
¿Crees en Dios?
Un sonoro pedo
retumbó hasta
las catacumbas
Católico de nuestra
la chota,
Rubén Casado
76
(Ribarroja, Valencia, 1975). Poeta, grafóloga y perito caligráfico,
estudiante de Ciencias Laborales. Sus poemas han aparecido en
distintas revistas de poesía. Ha formado parte de la publicación conjunta
de los pliegos “Manual de Instrucciones para abrir una caja fuerte”
(Fundación Inquietudes y Caudal, poetas de El Dorado, 2010). Ha
publicado el poemario “Niña Pluma Niña Nadie” (Amargord Ediciones,
2010). Ha colaborado en proyectos de videoarte y montajes poético-
teatrales. Pertenece a la Asociación Poética Caudal y participa en el blog
corporativo contra la violencia de Género (Cien Autores contra el
maltrato).
77
los niños
son lanzados por un puño cerrado
se estrellan contra las paredes,
y limpian la sangre
los niños
con bracitos de alambre
desgranan la tierra,
lombrices ciegas que braman por dentro
los niños
saltan por los aires
celebran así, con regocijo
que besaron una mina
los niños
ofrecen su sexo
como un juguete
son generosos,
sólo piden a cambio unas monedas
los niños:
los niños
no
existen
78
¿No ves el tiempo huir, con la luz entre las manos?
Mar Benegas 79
(Barcelona, 1983). Periodista de profesión, guionista a ratos y
escritora de vocación. Ha trabajado en Cadena SER, Radio Nacional y en
algún que otro medio antediluviano. Ahora sólo escribe para la revista
“Penthouse”. Ha publicado diversos relatos – sobretodo satírico – en
fanzines barceloneses, y como nunca ha ganado un concurso literario,
abomina de ellos. Valora seriamente trabajar como ghost writer y lo
único que espera de la vida es que un buen día pueda echar la vista
atrás y haber dejado un par de buenas novelas, de aquellas que el
tiempo no borra.
80
80
material volátil, y que cuanto más se aferraba a él más lo sentía
escurrirse entre sus dedos y caer con el baile de una hoja seca
sobre la moqueta de casa, el parquet de su gimnasio o el frío
asfalto de las calles para convertirse en la huella de otro. Así,
para Marino el tiempo era la marca de un 42 de suela cuarteada
en la baldosa grisácea de una oficina. Por eso, y porque la
máquina de pensar de Llull no funcionaba, los perfectos
engranajes de esta gran metrópolis, su estructura reticular, su
sincronismo mecánico, todo, ya no le revelaba verdades
absolutas, sino que se le antojaba el reflejo del eterno
imprevisible. Fue realmente una crisis de valores, una necesidad
de olvidar la razón en un mundo que no tiene lógica, lo que lo
condujo al lugar en el que se hallaba en aquel momento - un
momento que bien podrían ser horas, días o semanas-. De pie,
sobre una caja de cables, en el punto más alto del Empire State
Building, Marino concentraba su atención en el silbido del viento y
se dejaba mecer por su frío soplo, sintiéndose parte de aquella
divinidad a la que tanto había buscado y a la que hoy se ofrecía
en las alturas como muestra de constricción y excelso
anacoretismo. Ahora Marino se agachaba lentamente y, en
cuclillas, extraía otra pastilla de ácido del calcetín. “El ácido es la
única sustancia que puede hacer parar el tiempo”, le había dicho
Thomas, el día en que volvió a vivir. Lo recordaba bien: la
academia le había facilitado su quinto empleo temporal en
Brooklyn como forma de pagar las clases de inglés, y lo cierto es
que lo prefería a tener que rastrillar la grasa seca de una parrilla o
limpiar manchas de mayonesa. “ Welcome to MacDonald, sir. Can
I help you?” Aquel día Marino subió los cinco pisos del
81
destartalado edificio en el número 20 de Bedford Ave cargado
con una pesada caja que dejaba caer torpemente en el suelo
cada dos escalones para comprobar que sus pulmones seguían en
su sitio. Al final, un cartelito colgado del pomo de una puerta le
indicaba: “Would you leave the box on the floor? Thanks. God
bless you ”. Pero en vez de marchar, Marino esperó apoyado en el
pasamano, y pudo ver cómo unos brazos esqueléticos y velludos
aparecían tras el umbral para arrastrar el paquete al interior del
domicilio. A partir de entonces fue trayéndole a Thomas,
periódicamente, nuevas piezas de su Ars Magna por correo — una
reproducción seriada de la Fundación Ramón Llull -, hasta que un
buen día lo conoció. Thomas G. Peane era hijo de una
tradicionalísima familia británica — no en vano su padre era Lord -,
y había dedicado su ociosa existencia a estudiar todo tipo cultos,
desde el animismo africano a las corrientes teosóficas, hasta
convertirse en un disciplinado eremita; uno de tantos ermitaños
urbanos que cobijaba la ‘City’ y que meditaban en la soledad de
sus apartamentos de paredes agrietadas y crujir de muebles,
sobreviviendo a base de drogas de diseño y palitos de pescado
congelado. Fue Thomas quien le puso tras la pista de San Simeón
El Viejo, que permaneció 48 años erguido sobre una alta columna
antes de revelársele el Altísimo. “Escoge tu camino y expía tus
penas”, le repetía. Por eso había decidido seguir la senda de San
Simeón; por eso se encontraba subido en la gran columna del
Empire State — mucho más alta que la que había albergado a su
maestro —, alzado sobre una caja de cables en su punto más
elevado. Por fin el estilita creyó oír un sonido diferente al del
viento ¿Llegó el momento de la revelación? Las hélices de un
82
helicóptero levantaron un pequeño vendaval y Marino se
tambaleó sobre la caja de cables. Oyó una voz. ¿La voz de Dios?
“Marino Estévez, We’re the Police. Don’t move!” . (*) But Marino
didn’t mind life, because life is time and he’s time too, and time is
dead. Y en 443 metros de caída libre, Marino tuvo una revelación.
Beatriz García 83
(Gijón, 1982). Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de
Oviedo. Ha sido galardonado con el Premio Internacional de Textos
Teatrales “Lázaro Carreter” por la obra “Democracia” (ADE, 2009).
Autor de diverso textos teatrales y adaptaciones, trabaja como crítico y
reseñista para la revista teatral “La Ratonera”, además de colaborar en
publicaciones como “Clarín”, “Revista de Nueva Literatura”, el programa
de televisión “Con tres sentidos” y coordinar la sección de Literatura
para la revista “Páramo”. Sus poemas han aparecido en la antología
“Fábula de Fuentes”. Cumple con el cargo de secretario de la zona norte
de la Asociación Cultural Pigmalión, participando activamente en
diversos recitales, homenajes y lecturas dramatizadas. Ha colaborado
también en el libro de relatos “Mitología Asturiana”.
manchas en el abdomen,
o cansancio, no ver
Llamadle
como queráis,
84
pero eso sí, no me negaréis
Lástima.
Néstor Villazón
85
(Sabadell, 1978). Licenciado en Filología Hispánica. Actualmente
trabaja como editor. Su primera obra, “Los adolescentes furtivos”, fue
galardonada con el Premio Internacional de Literatura Antonio Machado
2009, traducida al francés y prologada por Pere Gimferrer. Página Web:
www.toniquero.com.
entregados a la noche.
se desgajan de su cuerpo
No retornarme nunca.
86
y el húmedo cauce de sus labios.
El nocturno lagrimal
de los árboles
humedece la vaporosa
Los adolescentes
lamen la belleza
que exhala
87
En Central Park
y coronas de difuntos.
De Pompeya a Brooklyn
Toni Quero
88
Jens Peter Jensen Silva (Barcelona, 1970). Estudió Geografía e
Historia en Ourense, Ciencias de la Información en la Complutense de
Madrid y piano en A Coruña. Músico, pintor, poeta y escritor. Ha
realizado diversas exposiciones artísticas – incluyendo recitales de
música y poesía - en diferentes lugares de Europa. Ha codirigido y
coordinado espectáculos multidisciplinares (que mezclan música, danza,
teatro y pintura). Actualmente trabaja en MUSICOPLASTIDRAMA. Ha
publicado el poemario “Transeúntes del Olvido” (Groenlandia, 2010).
89
más jugosa que existe. También patatas y ensalada. Él se
encargaba de la compra y de la cocina.
90
especialmente cuando comprobó que el niño gritaba
alentando a su padre.
Velpister
91
(Córdoba). Filóloga hispánica. Actualmente, estudia quinto de
Humanidades en la Universidad de Córdoba. Ha trabajado como
docente, auxiliar de archivo, administrativa, redactora, etc. Actualmente
trabaja como bibliotecaria en el colegio de abogados de Córdoba.
Devora libros, aprendiz de pintora, aficionada a la jardinería, animales y
cualquier evento cultural. Está preparando su primer poemario. Ha
colaborado en varias plaquettes, artículos periodísticos y ha participado
en recitales organizados en tu ciudad natal.
92
A mi hermano
Te traigo gominolas
de colores,
y caramelos,
un trocito de cielo
y mi corazón.
93
Las arterias ajadas
y los huesos roídos.
Óxido en sus mejillas
y la piel a jirones.
Yolanda Martínez 94
(Jaén, 1981). Concibe la literatura como uno de los medios de
comunicación más puros. Licenciado en Filología Hispánica por la UJA,
donde también cursó estudios de Postgrado en Literatura Comparada.
Desde el año 2004 imparte clases de Lengua Castellana y Literatura en
un centro de Enseñanza Secundaria y trata de despertar el gusto por la
lectura en mis alumnos. Posee un poemario inédito, “El eco mudo”.
95
Noche que vuela
suspendida en tus ojos
soñando el alba.
Palabra errante,
decepción susurrada
que arde en tus labios.
La niebla llega
y se posa en tus manos
como un regalo.
96
Lo único que hago
es llamarte. Llamarte
como tú sabes,
sentado al filo
de la noche más solitaria,
desde la caverna del ogro,
con una verdad
que hiede a pánico,
un grito ansioso
de llegar a tus oídos.
Te llamo a sabiendas
de que no me escucharás
desde la remota burbuja azul
que habitas, custodiado
por muros sombríos
que me rechazan.
El eco mudo.
98
Millones de seres, a estas horas, se entrecruzan en círculos
concéntricos por las carreteras de circunvalación de las
ciudades. Otros, menos afortunados, simplemente sobreviven si
pueden. Así desde el día en que nuestra codicia nos expulsó
del paraíso de la selva virgen.
Tomás Illescas 99
(Vitoria, 1983). Escritor y lector de Bukowski, Palahniuk, Puertas,
Kerouac, Dovtoieski, Fante, Reverte, entre otros. Colabora en varias
páginas, revistas, fanzines y blogs.
ni el hierro a fuego,
Detesto el fariseísmo,
la inepcia
el borreguismo.
100
Si quieres saber con exactitud
el grado de posesión,
codicia
y
avaricia
que ostenta tu esposa,
amante
o
novia,
cúbrete con una manta
después de haber echado un buen polvo,
mírate a los pies,
y
si los tienes destapados,
sabrás cómo en un futuro te va a abandonar.
Así
que
decide
o
elige.
Daniel García
101
(Madrid). Ingeniera topográfica que actualmente trabaja como gestora
administrativa. En sus ratos libres, se dedica a escribir prosa y poesía.
Ha participado en otros blogs, como “Poetízame” o en “Poetas
Anónimos”. Algunos de sus poemas han sido traducidos al catalán por
Pere Bessó y al francés por Roberto Alonso. Administra el blog “Entre
Completas y Vigilias” (www.elblogdecalipso.blogspot.com).
102
Tenía la nube perdida en sus ojos, no supo decir que no a
aquella melodía invadiendo segundos vacíos.
encelados
derramándose lento
sobre la carne
su palpito de luciérnagas
su luz
el brillo en la piel.
104
Y que no supe amar es fácil de descubrir
apenas lees
satisfacer primero
a su dueña
a su ama.
105
Ni un millón de años serán capaces de apartar de mí
tu nombre
perdonado y uncido
atándome
a tu corazón
que tiembla
estremecido.
Tomás Rivero
106
(Bogotá, Colombia, 1956). Ha publicado “Cro-nicas para la Edad del
Hombre” (2000), “Cuentos para leer en familia” (2002), “Asuntos del
Barrio” (2007) y “Las puertas del cielo” (2009). Como pintor ha
participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Como
muralista ha realizado numerosos trabajos. Actualmente, vive en León
(Nicaragua). Forma parte del grupo que edita el fanzine \ panfleto
literario Deshonoris Causa.
107
madres, ni de las hermanas, las hijas, las primas, los abuelos, las
abuelas, todos con el miedo como un puño en el tórax, la
orinadera de los nervios, la cagadera, el dolor de entrañas, el
silencio.
108
amarilla, a ser enterrados humildemente, sin lápidas de lujo,
con cruces sencillas, con misas absurdas. A los parientes les ha
quedado un diploma emitido, firmado y sellado por las
autoridades de la república, los objetos personales del difunto,
la medallita de metal con el número de serie asignado al
chavalo en el batallón; les ha quedado la expresión de
inocencia de sus hijos (los que regresaron vivos nunca más
volvieron a tener esa expresión dulce en su rostro). Les ha
quedado el recuerdo último cuando los chavalos agitaban la
mano desde el camión militar que emprendía rumbo a la
guerra, y las mamás, hermanas, cuñadas, abuelas, hijas, amigas
(los amigos ya estaban muertos, escondidos o en el frente),
novias, papás, primas, corriendo detrás de los camiones,
bañadas en lágrimas lanzándoles el último paquete de tortilla
con queso duro, de pinolillo, la última ración de chancho con
yuca o un puñito de billetes para que coman algo por el
camino.
Por eso hay que morderse los labios ocultos entre el maizal,
aguantar las picadas de los mosquitos, de los jejenes, de las
hormigas negras, quietos los chavalos flacos, pensando en su
hambre compartida, en sus parientes llorosos, mientras la bestia
que resopla se marcha a buscar carne de cañón en otras
comarcas. Y Guachimán pendiente, alistando los discursitos
pendejos, la retórica frente a los cadáveres descuartizados, el
vestido de gala para ostentar superioridad en la plaza pública
mientras las familias reciben a sus héroes sobrevivientes: - ¡En
estos momentos… después de un año en la línea de fuego
109
hacen su entrada triunfal los combatientes del glorioso batallón
N.N.N.N… recibámoslos con un caluroso aplauso! - y comienzan
a desfilar los flacos peludos, heridos, vendados, remendados,
mancos, cojos con muletas o bastón, ciegos, tuertos, inválidos
en sillas de ruedas, futuros esquizofrénicos, muertos vivientes.
Detrás aparecen los saginudos que pueden caminar, cargando
monos y chocoyos posados en los hombros y la testa, carne de
monte, cocos, cabezas de plátano guineo, cualquier cosa de
comer que no sea mierda. Ojerosos, demacrados, con la
muerte escrita en el semblante, con el maldito dolor a cuestas
esperando un abrazo, un beso del hijo que no han visto crecer,
una señal de vida, algo que justifique sus dedos en los gatillos,
los matados del otro bando, el dolor propio y de los del otro
lado de la línea de fuego.
111
También se han empleado obras de Rezgo Reis (portada y
contraportada), Amarande Guzmán (páginas 17 y 44), Felipe Solano
(111 y 112), Ángel Muñoz Rodríguez (31, 38, 45, 65, 79 y 116), Ricardo
Bórnez (29, 35, 47, 99 y 103), Velpister (88), Tomás Illescas (2 y 59) y Luis
Sevilla (19).
www.revistagroenlandia.com
http://www.scribd.com/RevistaGroenlandia
http://issuu.com/revistagroenlandia
112
Groenlandia presenta sus tres nuevos libros: el poemario “Apología de la
muñeca de Bellmer”, de Jorge Heras García (con portada y
contraportada, e imágenes de interior, de Amarande Guzmán) y dos
nuevas obras de narrativa, “Realidad Paralela”, de Ana Vega (con
prólogo de Esteban Gómez y fotografía de Ángel Muñoz Rodríguez) y
“Cuentos de la Carne”, de Ana Patricia Moya (prólogo de Pepe Pereza,
epílogo de Adolfo Marchena, portada y contraportada de Felipe Solano,
fotografías de interior de Juan José Romero). Todos los nuevos libros
digitales, ya están disponibles en las plataformas ISSUU, SCRIBD y en la
página Web oficial.
Próximamente:
Poesía
Narrativa
http://www.grietasmx.blogspot.com
Revista de narrativa
http://www.alotroladodelespejorevista.blogspot.com
114
115
, ni tampoco estará toda su vida junto a ella… cuando ella
envejezca, posiblemente él, todo un pichabrava, la dejará por un
pastelito sin arrugas… o bien ella – y esto lo piensa, a menudo,
cuando se mira los hematomas de los brazos y piernas – se morirá
antes, machacada, y dejándolo solo, con su miseria.
Un escritor es
— en nueve de de
Y, a pesar cada
que diez
Petracasos — la verídica cara del amor,
conoce
se conforma con disfrutar de e
un loco
que se salva de su propia locura
proyectándola sobre el mundo
y generalizándola a categoría
universal
Jorge Riechmann
116
.
117