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1. Presentación.
Hay quienes dicen que este tiempo de crisis no es el idóneo para impulsar un
proyecto cultural. Pero éste es un proyecto cultural que tiene como uno de sus objetivos
esenciales el de contribuir al desarrollo local. La propuesta de creación de un centro
patrimonial en La Salchi no parte de la necesidad de realizar un gasto para las arcas
municipales, sino una inversión que generará beneficios no sólo culturales sino también
sociales y económicos, convirtiéndose en nuevo motor de desarrollo para Pozoblanco.
Toda crisis es un período de cambio y ésta en la que nos encontramos lo será
también. En la actual situación económica, no sabemos hasta dónde llegarán las
transformaciones, no faltando quienes abogan en la actualidad por una radical
modificación de nuestro sistema productivo. Lo que sí parece claro es que el nuevo
modelo económico tenderá cada vez más a buscar la adecuación de los recursos
utilizados a las necesidades de producción y consumo, y a utilizar parámetros de lo que
conocemos como “desarrollo sostenible”. En este modelo de desarrollo, el patrimonio
histórico y natural están teniendo ya cada día más importancia, convirtiéndose en
generador de recursos tanto directos, a través del turismo, como indirectos, al fortalecer
la imagen del territorio y de los productos obtenidos o fabricados en él.
Vivimos en una época en la que se están desarrollando nuevas formas de ocio y
turismo. A nivel nacional, la demanda en este sector va más allá del turismo fácil de sol
y playa desarrollado desde la década de 1960. Existe una creciente demanda del turismo
llamado “de interior”, sector que desde hace un tiempo se ha consolidado como fuente
de rentas complementarias en el ámbito rural, y que hoy en día evoluciona para
convertirse en un claro generador de recursos directos en estos espacios. Por nuestra
parte, seguimos habitualmente asociando el término turismo a la imagen de suecos o
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británicos enrojeciendo al sol del Mediterráneo junto a grandes bloques de
apartamentos, como en aquellas antiguas películas de Pajares y Esteso. Películas que se
han quedado obsoletas, al igual que nuestra idea del turismo: son turistas quienes
realizan etapas del camino de Santiago, quienes hacen senderismo en las sierras
asturianas o en Cazorla, quienes se desplazan para ver el Festival de Teatro Clásico de
Mérida, los patios de Córdoba o el museo Guggenheim de Bilbao. También nosotros
participamos cada vez más en este tipo de turismo.
El crecimiento de la demanda de servicios turísticos diferentes al tradicional es
constante y es necesario actuar, tanto desde el ámbito público como desde el privado,
para aprovechar esta fuente de recursos. Un ejemplo significativo puede ser el de
Málaga, ciudad playera por excelencia que está apostando con claridad por las
infraestructuras culturales, y de forma muy destacada por los museos (no en vano su
buque insignia es el nuevo Museo Picasso), como nuevo reclamo para el turismo.
En nuestra comarca también se aprecia durante los últimos años esta tendencia. El
surgimiento de alojamientos rurales, la aparición de empresas de servicios para el ocio y
el turismo, el esfuerzo por embellecer los pueblos y el desarrollo de iniciativas tendentes
a la recuperación y puesta en valor del Patrimonio Histórico local son actuaciones
repetidas en los diferentes pueblos de Los Pedroches. De entre los muchos ejemplos
posibles, podríamos destacar la adquisición por la Junta de Andalucía del castillo de
Belalcázar, la puesta en marcha de una ruta del Camino Mozárabe -ramal sur del
Camino de Santiago-, la adquisición y rehabilitación del Convento de la Concepción por
el Ayuntamiento de Pedroche o el impulso dado por el ayuntamiento de El Guijo a la
investigación, rehabilitación y puesta en valor del importante yacimiento arqueológico
de Majadaiglesia. Además de la creación de museos locales en Villaralto, Alcaracejos y
Villanueva de Córdoba que, junto con el Museo PRASA Torrecampo, actualmente en
reforma (estos cuatro, integrados en la Red Andaluza de Museos) y otros proyectos
como el etnológico de Hinojosa del Duque o el del “museo abierto” diseñado para poner
en valor el Casco Histórico de Dos Torres, están formando una interesante red
museística comarcal.
En este contexto, Pozoblanco no sólo puede colaborar sino que debe liderar esta
apuesta comarcal por el desarrollo sostenible como modelo de conservación y fuente de
riqueza. Porque Pozoblanco es la población demográfica y económicamente más
importante de la comarca, el principal centro de servicios y, por ello, uno de los
mayores beneficiarios de estas iniciativas aunque hasta el momento, y salvo algunas
excepciones –el magnífico Teatro El Silo o la rehabilitación de la ermita de San
Antonio, por ejemplo- no ha contribuido lo suficiente al desarrollo de esta economía de
la cultura. Sólo una apuesta municipal clara puede ayudar a impulsar ese producto
turístico común que es la comarca de Los Pedroches.
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en un mercado global que se encuentra ya perfectamente asentado. En cuanto a las
producciones industriales, esta globalización de los mercados nos obliga a los europeos
a competir con calidad ante la invasión de los mercados locales con productos llegados
de los denominados países emergentes. Difícilmente podremos competir en precio con
las fábricas de China o India, por lo que para mantener nuestro nivel de desarrollo
debemos centrar nuestros esfuerzos en la calidad. Y esa idea de calidad necesitamos
trasladarla al consumidor final, creando una imagen cuya aceptación es totalmente
necesaria para asegurar el éxito en este mercado global.
La etiqueta “sostenible”, el respeto por el medio ambiente y por el patrimonio
histórico son esenciales en la creación de esa imagen. Porque lo verde vende. Esta
afirmación, que hoy nos parece ya casi una obviedad, era sólo un sueño utópico de los
ecologistas hace muy pocos años. Y en nuestra comarca podemos conseguir transmitir
una imagen muy positiva mediante un trabajo constante no sólo en la conservación (de
la dehesa, de la sierra, de nuestro Patrimonio Histórico), sino también en la difusión de
estos valores.
En este sentido, creo que la aportación que puede realizar este centro cultural es
muy importante, y lo intentaré explicar mediante uno de los muchos ejemplos posibles.
Hace unos meses, con motivo del inicio de la comercialización de jamones en América
del Norte, visitó Pozoblanco y las instalaciones de COVAP el embajador de los EE.UU.
Como no podía ser de otra forma, se llevó una imagen muy positiva de la calidad de los
derivados del cerdo ibérico fabricados en Pozoblanco. Pero esa imagen podría haberse
fortalecido con un centro en el que los visitantes pudieran conocer cómo en 1498 los
Reyes Católicos consumían productos del cerdo ibérico de Los Pedroches, o cómo las
matanzas tradicionales se realizaban minimizando el sufrimiento del animal, o cómo en
1924 se creó una sociedad que, desde el propio edificio de La Salchi, elaboraba y
comercializaba de manera industrial los productos cárnicos de la comarca y cómo,
finalmente, estos parámetros históricos de mantenimiento de un alto nivel de calidad se
continúan en la actualidad, por ejemplo, en las modernas instalaciones de COVAP.
Porque esta idea de productos de calidad elaborados en Pozoblanco, ya sean
cárnicos, aceite de oliva ecológico, textiles o de cualquier otro tipo, se transmitirá en
cada uno de los espacios específicos en que se articularía este futuro museo. Y, junto
con las posibilidades ya comentadas de articular una oferta turística y patrimonial de
primer nivel, contribuirá de forma clara al desarrollo económico de la localidad y del
conjunto de la comarca de Los Pedroches.
La Salchi fue un matadero industrial y fábrica de derivados del cerdo edificado por
Industrias Pecuarias de Los Pedroches tras su fundación en 1924. Esta sociedad, cuyo
primer presidente fue D. Moisés Moreno, pretendía mejorar el rendimiento ganadero de
la comarca al obtener el valor añadido por la transformación y comercialización de los
productos. La fábrica se levantó en un lugar próximo a la estación de ferrocarril y
funcionaba con energía eléctrica, lo que supuso todo un avance para la industria
pozoalbense del momento. Pronto la sociedad comenzaría a comercializar electricidad
como actividad secundaria.
El edificio está articulado en tres grandes naves, de casi 11 metros de anchura, que
encierran en su interior un amplio patio utilizado en origen como zona de carga y
tránsito. El cierre hacia el exterior en el cuarto lateral está formado por una reja de forja.
Dentro del patio, como elementos singulares destacables, podemos citar los dos azulejos
que representan al Gran Poder y a la Virgen de Luna, realizados por la fábrica sevillana
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de Ramos Rejano, la misma que realizaría poco tiempo después la azulejería de la Plaza
de España con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.
Las propias características de las tareas para las que fue diseñado hacen de este
edificio un espacio muy versátil. Cuenta con numerosas puertas de comunicación del
patio con el interior de las naves, quedando todo el conjunto perfectamente cerrado
mediante la verja situada en su frente. Los interiores de las naves son amplios, y las
subdivisiones de carácter estrictamente funcional, sin cumplir ninguna función
estructural, lo que permite su sustitución o modificación.
Hoy en día, este edificio, que fue una de las más sobresalientes muestras de
arquitectura industrial en Pozoblanco, es una de las escasas construcciones históricas
que se conservan en el pueblo. Más allá de su valor artístico, el edificio requiere su
conservación integral por su significado histórico y sentimental. Sentimental por el
significado casi mítico que “La Salchi” ha tenido en el último siglo de desarrollo de
Pozoblanco. E histórico porque la apertura de este matadero supuso la entrada, con la
electricidad, de una nueva fase de la Revolución Industrial en un pueblo, Pozoblanco,
que siempre había tenido una economía fuertemente ligada a la industria, la artesanía y
el comercio. Esta importancia nos obliga a conservar todos los valores presentes en el
edificio, para legarlos a las generaciones venideras de forma que todos, ahora y en el
futuro, podamos comprender mejor nuestros orígenes y las señas principales de nuestra
identidad local. Y esta conservación integral del edificio es, en mi opinión, incompatible
con cualquier uso que suponga radicales divisiones de uso o transformaciones
estructurales. No se me ocurre ningún otro uso compatible con su conservación que no
pase por su transformación en un centro cultural público. Con el desarrollo del proyecto
propuesto, el edificio de La Salchi se convertiría no sólo en el contenedor idóneo, por su
ubicación y características internas, para un centro del patrimonio histórico local, sino
que también pasaría a ser la primera y más importante pieza del discurso museológico
articulado en su interior. De esta forma, además de asegurar su conservación, ayudamos
a la correcta interpretación del edificio y de su importancia histórica.
Desde sus orígenes, Pozoblanco ha sido un pueblo industrial y comercial. Son estas
características las que han permitido su desarrollo pasando de ser una pequeña aldea de
Pedroche a inicios del siglo XV a convertirse posteriormente en el centro de la comarca.
Su economía basada en industria y comercio no es consecuencia de ostentar la
capitalidad comarcal, sino que esta capitalidad de hecho la ha obtenido por su carácter
activo y emprendedor. De esta forma, contamos con una característica que se ha
mantenido a lo largo de la historia para diferenciar claramente a Pozoblanco del resto de
las poblaciones de una comarca que siempre ha gozado de unas fuertes señas de
identidad común. Este hecho queda claramente reflejado en la documentación de su
archivo histórico municipal, en las antiguas imágenes, relatos y leyendas transmitidas
por vía oral que formarán los fondos principales del Centro de Documentación, y en los
elementos materiales que se integrarán y expondrán en el futuro museo. Todo ello,
archivo, centro de documentación y museo, en el mejor marco posible, pues es el
edificio que mejor refleja esta característica emprendedora de Pozoblanco: La Salchi.
La integración en este centro de Archivo, Centro de Documentación y Museo Local
presenta numerosas ventajas: en primer lugar, la optimización de recursos que supone
crear un servicio integrado que puede compartir determinados espacios (sala de
exposiciones temporales, aula didáctica, talleres, etc.), servicios e incluso personal
técnico y auxiliar; y en segundo término, la prestación de un servicio cultural integrado,
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de mayor calidad, ya que trabajos internos y actividades públicas de cada uno de los tres
elementos que conforman el centro pueden por una parte apoyarse en los dos restantes
para facilitar las tareas, y por otra contribuir a una más eficaz difusión y, en suma, a
mejorar el servicio que se presta a la ciudadanía. En definitiva, supone obtener más por
menos.
Por sus propias características, para el público en general será el museo la parte más
directamente visible de este centro, ya que a sus funciones de conservación,
investigación y difusión que comparte con Archivo y Centro de Documentación, suma
una especial presencia pública a través de la exposición permanente.
El tipo de museo que se propone debería ser abierto y participativo desde el propio
inicio del desarrollo del proyecto. De esta forma, se pretende que el tejido asociativo y
empresarial de Pozoblanco colabore de forma activa en el diseño y montaje de la
exposición y en la posterior programación de actividades. El museo saldría claramente
favorecido de esta colaboración, pues podría articular un discurso más real y
comprometido con la realidad local. Asociaciones y empresas, por su parte, también
podrían beneficiarse directamente del museo, al contar en él con un escaparate
privilegiado para sus actividades o productos y un marco de trabajo complementario en
sus tareas de difusión (en el caso de asociaciones) y marketing y comercialización (en el
caso de las empresas).
La línea argumental básica, como se ha señalado, estaría basada en el carácter
emprendedor de los habitantes de Pozoblanco desde sus orígenes hasta la actualidad, y
en la industria, la artesanía y el comercio local. En principio, la exposición podría
articularse en 11 grandes bloques temáticos, en los que se tratarían aspectos históricos y
etnológicos, terminando cada uno de ellos ofreciendo una panorámica general sobre la
situación actual del tema concreto en el que se centra cada bloque:
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7. Los oficios artesanales. Para exponer la historia de los sectores artesanales de
Pozoblanco, nada mejor que hacerlo con la colaboración de quienes más se han
ocupado de su estudio (Piedra y Cal) y de quienes aún defienden la artesanía
como sector económico (los artesanos, agrupados muchos de ellos en Ofiarpe).
Además, como en otros bloques, la tradición oral puede integrarse como
elemento expositivo, para lo que se buscaría la colaboración de Aliara.
8. Los oficios artísticos. Integraría la exposición de producciones artesanales de
carácter artístico, como transición entre los bloques de artesanía y Bellas Artes.
9. Bellas Artes: pintura y escultura. La presencia de este bloque está condicionada
a que el Círculo de Bellas Artes decida, en su momento, involucrarse en este
proyecto, que le permitiría por fin disponer de una sala de exposiciones abierta
al público y de unas instalaciones idóneas para el desarrollo de sus actividades.
En su diseño intervendría esta asociación de manera destacada.
10. Música. Se expondría la colección Marcos Redondo, actualmente en poder del
ayuntamiento, con la colaboración directa de la Peña Marcos Redondo. En
cuanto a la música tradicional, para completar este bloque tenemos la suerte de
contar con un patrimonio intangible de gran valor que han venido rescatando
durante varias décadas los componentes de Aliara.
11. Área de despedida. Aquí se incitaría al visitante a recorrer Pozoblanco y la
comarca, espacio para el que esta exposición habría servido como elemento
introductorio. Porque el recorrido tendría por objeto no sólo exponer nuestra
historia, sino también invitar a los visitantes a conocer el pueblo, el medio
natural en el que se integra y los recursos económicos con los que cuenta en la
actualidad.