Comunismo: un camino de beneficios sociales

La forma de ordenamiento social había sido la misma desde épocas antiguas,

siempre una división de clases entre oprimidos y opresores, no había más, con
cualquier nombre que se conociera al sistema, siempre este era su esquema de
formación. Después de cierto momento, esos oprimidos comenzaron a darse
cuenta, formando así una idea de revolución, llamada comunismo, puede este a
su vez traer beneficios o no para la sociedad.

Partamos de la idea de que antes de que el comunismo surgiera como sí,

se comenzaron a crear movimientos de obreros, lo que llevó a consolidarlo como
tal en un movimiento revolucionario que buscaba la igualdad de beneficios para el
trabajador que para el burgués. El dejar de ser sirviente para otros dando la
oportunidad de tener beneficios propios, de crecer personalmente; dejar de ser
una clase reprimida, y así convertirse en una clase de poder, el dejar de lado ese
antagonismo de clases.

En la búsqueda de estos fines se han comenzado a crear numerosos

pensamientos acerca de cómo debería ser este movimiento dando lugar así a
diferentes tipos de socialismo tales como el feudal, el pequeñoburgués y el
Alemán, también llamado verdadero, siendo así, estas diferentes formas de
pensamiento cada cual por su distinto tipo de acomodamiento social de nación. De
estos, el feudal desempeña un papel muy relevante, pues, interfiere en las
diversas ideologías creando el socialismo reaccionario, defendiendo como objetivo
al pequeño campesino, es decir al proletariado. Lo que imputan a la burguesía no
es tanto el haber hecho surgir un proletariado en general, sino el haber hecho
surgir un proletariado revolucionario1. De ahí que se defina el comunismo en
defensa de los proletarios.

Pero lo que buscamos es ver ciertos aspectos negativos de esta ideología,

por lo que consideraremos que el comunismo ha buscado abolir diversas cosas,
mencionando así la abolición de la familia, de la paria y de la nacionalidad, cosas

1
Carlos Marx, Manifiesto del Partido Comunista, Grupo Editorial Éxodo, México, p. 60.
que deberían ser indispensables dentro de la sociedad, buscando sin embargo su
erradicación. Si bien es cierto que la familia se ha convertido meramente en una
relación económica entre sus miembros, también es cierto que esta debe ser el
núcleo de la sociedad, pues en ella se basan todas las relaciones existentes, por
lo que sólo se debería considerar un cambio en ella más no el abolirla del todo
como familia burguesa.

Analizando ahora los ámbitos de la patria y nacionalidad, vemos que en el

dominio burgués se cuentan estos como algo que el proletario no posee, sin
embargo, el sentido patriótico y de pertenecer a una nación esta dictaminado por
un sentimiento de ser, de existir como miembro de un país, el tener un origen, más
bien sólo se debe tomar, al igual que la familia como punto a partir del cual crear
una nueva ideología buscando consolidar el poder político en el proletariado para
formar una clase nacional y desarrollar más el sentimiento de ser nacional
perteneciente.

Logrando estos aspectos tanto en lo familiar como en lo patriótico y

nacional, podremos construir una nueva sociedad con menor explotación de hijos,
dejar de ver a la mujer como objeto de producción, sin llegar a la abolición de
estos bienes sociales, en este camino buscando la desaparición de la lucha entre
clases dentro de las naciones. Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases
en el interior de las naciones, desaparecerá la hostilidad de las naciones entre sí 2.
Viendo así que a pesar de todo, es posible llegar a los objetivos comunes del
movimiento sin necesidad de tocar los extremos como a veces se hace.

Por tanto, llegamos a concluir que este movimiento puede tener ideologías
que resulten positivas, pero sin dejar de tomar en cuenta ciertos puntos de las
mimas que no lo sean del todo, pero no sólo depende del comunismo en general,
sino también de cómo se lleve a cabo dentro de las distintas naciones.

2
Ibid, p. 55