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4. EL REGIMEN DE LA CRISTIANDAD
El término Cristiandad, expresa un modo específico de relación entre Iglesia y
sociedad que se establece en Europa a lo largo de la Edad Media. Consiste en la
identificación entre Iglesia y sociedad, por tanto entre cristiano y ciudadano, entre
autoridad civil (emperador) y autoridad religiosa (Papa).
Engloba tanto a la sociedad cristiana, con el emperador a la cabeza, como a la
comunidad de fieles dirigidos por el Papa. La cristiandad medieval estaba regida por el
Papa y el Emperador:
- Papa: poder espiritual.
- Emperador: poder temporal.
Entre ellos había enfrentamientos por la primacía: hasta el siglo XI el poder
político predomina sobre el religioso, a partir de ahí la situación cambia y lo religioso
primará sobre lo político.
Los reyes cristianos tenían dos funciones: Gobernar su reino y proteger a la
Iglesia.
Cuando en el año 732 los musulmanes intentan invadir Francia son detenidos por
Carlos Martel, rey de los francos. Años más tarde, los Lombardos atacaron al Papa y
Pipino el Breve, hijo y sucesor de Carlos Martel, acude en su ayuda dándole al Papa los
territorios conquistados a los Lombardos en Italia, naciendo así los Estados Pontificios,
(estados que perderá el papado en 1870, cuando se consuma la unificación de Italia,
aunque conservó uno de ellos: el Estado Vaticano, por lo que el papa tiene la condición de
jefe de estado).
Carlomagno, hijo de Pipino, es coronado emperador por León III (año 800),
comenzando así un nuevo imperio basado en la alianza entre el poder temporal y el
religioso: el Imperio Carolingio.
Carlomagno se convertirá en el gran impulsor de la unidad política y religiosa de
Europa, imponiendo por la fuerza la conversión al Cristianismo a los pueblos conquistados
(esta será una de las cuestiones más negativas de su reinado) y llevando a cabo una amplia
reforma político- religiosa (establece la organización eclesiástica de los pueblos europeos
nombrando obispos y abades con el rango de altos funcionarios, crea escuelas para la
formación de sacerdotes y también para alcanzar los conocimientos elementales).
Al morir Carlomagno, su sucesor, Ludovico Pío, no consigue mantener la unidad del
Imperio y en el año 843 sus sucesores se lo reparten mediante el Tratado de Verdum. Así
el Imperio queda dividido en tres partes: Francia, Germania y Lotaringia, que serán las
raíces de las futuras naciones europeas. Además de esta división aparecen nuevos
invasores que ayudan a que el Imperio se descomponga en pequeños territorios
controlados por los señores feudales. Aparece así el feudalismo.
Para el Papado y la jerarquía de la Iglesia los siglos IX y X son uno de los momentos
más oscuros de su larga historia. El Papado cae en manos de personas indignas, hay venta
de cargos eclesiásticos y una degradación importante de la vida y costumbres religiosas
que provocan un importante escándalo a nivel popular, además de un gran desencanto.
La relación de los emperadores germanos con la Iglesia fue de dominio; nombraban a
los obispos y les concedían feudos o beneficios a cambio de sumisión y fidelidad, es lo que
se llama Investidura: Acto jurídico por el que el señor feudal concede a un sacerdote una
propiedad eclesiástica a título de beneficio.
Los sacerdotes buscaban el puesto eclesiástico no por el poder espiritual o el
servicio que podían hacer a la comunidad, sino por el poder temporal que les
proporcionaba. También se ofrecían cargos eclesiásticos a cambio de dinero (Simonía), o
se daban a algún pariente (Nepotismo).
Con los Papas la situación no era mejor, algunos fueron impuestos por los
emperadores, otros fueron elegidos mediante intrigas políticas de las familias más
influyentes. El siglo X es conocido en la historia de la Iglesia como el "Siglo de hierro" por
la gran decadencia moral y religiosa.
8. LA IGLESIA MILITANTE
En la Edad Media la expresión Iglesia militante tiene un sentido militar que
implicaba el uso de las armas frente a los enemigos de la fe cristiana.
8.2. LA INQUISICIÓN
Ya en los primeros siglos de la Iglesia aparecieron una serie de ideas, sobre todo
con respecto a la figura de Jesús, que la comunidad cristiana no aceptó como auténticas,
considerándolas Herejías. Estas vuelven a aparecer en el siglo XII.
En el regimen de la Cristiandad, la unidad de fe es la base de la sociedad. La herejía,
al producir una ruptura en la unidad religiosa, es considerada un delito grave que debe ser
castigado.
Estas herejías nacen como una protesta contra el poder y la riqueza de la Iglesia y
una gran valoración de la pobreza y la vida de comunidad.
Las herejías más importantes fueron los Cátaros y los Vadenses y sus rasgos más
importantes son los que siguen:
CÁTAROS VALDENSES