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¿Un nuevo Amanecer Hispano-Alemán?

Publicado en El Confidencial: http://www.elconfidencial.com/tribuna/2011/nuevo-amanecer-hispanoaleman-20110216-7002.html

Tras la reciente visita de la Canciller Alemana a nuestro país, en que ha tenido que ejercer de auditora
mayor de Europa, podría pensarse que esta pregunta no tiene sentido. Sin embargo, si pensamos que las
relaciones entre nuestros pueblos van mucho más allá de personajes transitorios y, que como excepción
histórica, la situación de nuestras relaciones marca cotas mínimas, podríamos entonces esperar que en un futuro
próximo nuestros asuntos comunes volverán a normalizarse: pocos países de Europa de dimensión mayor han
tenido nunca unas relaciones tan antiguas y tan fraternas. La característica común de esas relaciones ha sido
siempre de simpatía y comprensión mutua, independientemente, incluso, de las respectivas formas de
organización política de ambos pueblos o de quien, temporalmente, estuviera al frente de ellos. El hecho de que
nuestros pueblos tengan distintos valores principales, uno el Orden y la Paz y el otro la Libertad y la Seguridad
Económica, más que distanciarnos nos complementan.

No eran esperables grandes sorpresas de la visita de Ángela Merkel, ya que, salvo súbitos apremios, ni
los Estados serios ni los gobernantes serios improvisan. Era evidente que se cerraría la visita con un mensaje de
estabilidad, incluso tras algunos movimientos para capitalizar la visita en pos de intereses personales de quienes
nos han traído hasta aquí. Aparte de que España asistió a la reunión en situación de extrema debilidad por
haberse convertido en un riesgo Sistémico Global, y más allá de comentarios pícaros del tipo “¿Doctor, verdad
que no nos vamos a hacer daño?”, lo cierto es que, una vez se superen los temas importantes por su urgencia, lo
lógico es que, en un futuro, inexorablemente, se abordaren temas de interés común que benefician a ambos
países. Adicionalmente, la economía española, al ser gestionada con extrema impericia, está en una posición
muy débil pues diverge en crecimiento de la Alemana y, tras tocar su aparente fondo en la Crisis, permanece (y
más que estará) empantanada en una fase depresiva, como puede verse en el gráfico siguiente:

Las relaciones económicas y empresariales hispano-alemanas “recientes” (o del presente ciclo largo)
han vivido dos etapas claramente diferenciadas. La primera, de los 60’s a finales de los 80’s, coinciden con el
despegue de ambos países y la llegada a España de representaciones alemanas de medianas empresas y/o de
inversiones directas de sus multinacionales; en esos años, sobre todo al principio, los representantes pasaron de
ser importadores a asociarse o buscar socios locales con la intención de expandir sus producciones del mercado
hispano al internacional, pensando especialmente en la América Latina y norte de África. Esa primera etapa
termina coincidiendo, más o menos, con la toma de propiedad de Seat por el Grupo VW y con los inicios del
boom inmobiliario, que cambió los intereses empresariales españoles. Esta etapa inicial deja como curiosidad un
personaje, que siendo fugaz fue importante, pues Superlópez revolucionó los sistemas productivos de Opel,
luego GM y finalmente del Grupo VW que, por extensión, afectó al resto de las megaempresas alemanas; su
efecto disparó procesos de productividad que estilizaron los colosos alemanes, pero, también, les dejó muy
vulnerables a su pirámide de población. La segunda etapa, de los 90’s hasta hoy, se caracteriza por la
divergencia creciente de intereses, los españoles al inmobiliario y a nuestro desorden interno y los alemanes a
digerir su urgente reunificación, y luego, a continuar su expansión global, especialmente en los BRICs.

Alemania, aunque es el principal acreedor de España en la UEM, no es su principal socio comercial; el


principal socio comercial de España es Francia, como pueden ver en la última página. De hecho, si solo
atendiéramos al aspecto comercial de nuestra relación, hasta 2007-2008 España ha sido un gran mercado para
Alemania; como puede verse claramente en el siguiente gráfico:

Hemos de pensar que solo en comercio de bienes el desequilibrio español a favor de Alemania llegó al
2,5% del PIB español, equivaliendo a una cuarta parte de todo el déficit corriente español. Lamentablemente,
no está disponible el desequilibrio corriente con Alemania (que incluiría los servicios como turismo, intereses de
la deuda y dividendos, entre otros) pero, a falta de ese dato, podemos afirmar que si España quiere recuperar su
estabilidad financiera y estabilizar los balances de bancos y cajas (ver artículo sobre el particular), una de las
condiciones necesarias a cumplir (hay otras, claro) será reducir su brecha comercial con Alemania.

Ha de considerarse especialmente, y basándonos en el artículo citado en el párrafo anterior, que España


tiene la difícil tarea de, por su propio interés de bienestar y para volver a la estabilidad que requiere su
pertenencia a la UEM, crecer creando empleo y reduciendo su déficit exterior al mismo tiempo y, por razón
de su estructura productiva y de consumo actual, cuando crece, tiende a hacerlo incrementando su desequilibrio
comercial con Alemania.

Como puede verse en el gráfico de arriba, desde que entramos en la UEM, cuando España crecía, el
crecimiento interanual de las importaciones que España hace de Alemania, a diferencia de lo que ocurre con
Francia, ha sido, prácticamente todos los años, de tasas superiores al crecimiento de las exportaciones,
creándose un patrón de crecimiento con déficit comercial bilateral que es insostenible. Afortunadamente y a
pesar del deterioro de la Marca España y de la asfixia crediticia no resuelta por la dejación en la reforma
financiera, de no haber sido por el crecimiento de las exportaciones totales, casi 10% en 2010, nuestros
problemas con el sector exterior habrían agravado aún más nuestra crisis de financiamiento. Por supuesto que el
sector exterior tiene otras áreas a explorar, pero la que tiene margen de verdad es la privilegiada relación
comercial con Alemania y por ello ha de tener prioridad.

Todos los países tienen sus desequilibrios y Alemania tiene uno especialmente grave en su pirámide de
población, con lo que si realmente quiere que sus empresas mantengan sus cuotas de mercado exterior su mejor
opción y la más realista es relocalizar en el exterior parte de sus actividades internas, sean de producción,
logísticas, directivas o administrativas. Cierto que hay dificultades, Alemania tiene opciones (España también,
aunque peores) en otras áreas geográficas para paliar ese problema y que España, en estos momentos, no es un
país particularmente atractivo para los negocios y sin beneficio mutuo no hay intercambio; adicionalmente,
tenemos el riesgo del perfil cíclico alemán (y mundial) que, como muestra el primer gráfico de este artículo y
ante los ajustes fiscales pendientes en todo el Mundo, pareciera que hace la primera cima de esta predicción: ver
enlace, pero ya veríamos como se cruza ese puente si el viaje nos lleva por ese camino.

Pensamos que aunque hoy las relaciones estén muy deterioradas por encontrarse España en un peculiar
período de desorden interno, creemos que tan pronto eso se resuelva ambos países vivirán un nuevo amanecer
en sus relaciones bilaterales.

Luis Riestra Delgado y Horst Rietmüller. 09/02/2011

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