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SOBRE LA EXISTENCIA DE DIOS EN SANTO TOMÁS POR ANTONIO ALBA.

¿Por qué hay ente en vez de nada ?

Lo que es evidente, claro y distinto, no necesita ser demostrado. Se manifiesta de modo


patente el "estar ahí" de esta ciudad, Sevilla. La ciudad es existencia porque la puedo sentir
en semana santa, oler en primavera y huir de ella en verano. Mis percepciones, sensaciones,
sentimientos encontrados, mi imaginación da a esta polis su existencia. Yo, no sólo la percibo,
las capta mis amigos, compañeros, alumnos del IES Llanes, los otros distintos a mi yo, los otros
"yo-es". Al hecho de captar directamente, de forma intuitiva con mis sentidos la ciudad lo
vamos a conocer como intuición sensible. Gracias a esta facultad humana nos permite
conocer objetos " a la mano".

Ahora bien, y a continuación cierro los ojos, y pienso en Sevilla, su centro histórico con la Plaza
de España, la Giralda, la Catedral, la Torre del Oro, la Maestranza, el Ayuntamiento, el Palacio
de San Telmo, el barrio de Santa Cruz, sus gente, entonces, tengo una idea en mí de la ciudad
histórica. Tener la idea de algo, no es lo mismo que percibir con mis sentidos algo, como
objetos "a la mano". Conocer a través de mi intelecto se define como intuición intelectual o
eidética. En este caso, la idea que tengo en mi mente ha pasado previamente por mis sentidos
o experiencia. Es lo que viene a afirmar los empiristas: " No hay nada en la mente que no haya
pasado antes por los sentidos".

Resumamos, dos tipos de existencias que hemos comentado más arriba, aquella que percibo
mediante la facultad de la sensibilidad , y aquella que previamente percibida sensitivamente
he pensado como una idea. Pues, a estos dos tipos de objetos existenciales los llamaremos
reales.

La existencial real de un objeto viene dada por la facultad sensitiva del sujeto y por las
propiedades del objeto. Un objeto tiene existencial real cuando se encuentra en un marco
espacio/temporal, y acaece en el mundo natural.

Ahora bien, todo objeto real no es evidente, ni claro. Los hay que necesitan una demostración,
dar una serie de rodeos para confirmar su existencia. Se trata de los objetos reales mediatos y
se diferencian de los reales inmediatos. Nadie duda de los objetos de las Física pero, algunos
objetos de esta ciencia los constituyen elementos que no son tan evidentes, ni tan claros,
caben ejemplos como: el campo de fuerza o protón. ¿quién los ha percibido? Nadie, sin
embargo, los físicos los establecen como hipótesis y modo de trabajo, se verifican, se falsan,
experimentan y se deducen consecuencias.

Sin embargo, no toda existencial es real. Las hay también ideales.

Los objetos de existencia ideal no tienen en cuenta el mundo externo natural. No son objetos
que se encuentra en el espacio ni en el tiempo. Lo que define su existencia es la presencia en
la mente del sujeto, son objetos propios del racionalismo y del idealismo. La razón produce
ideas a priori. Este tipo de ideas es definido por Kant como trascendente del mundo
fenoménico y no se enmarcan en el espacio y el tiempo, son toralmente a priori. Las de este
tipo no pertenecen al mundo natural.
Es significativo mencionar que los seres humanos necesitamos este tipo de objetos para dar
razón a la existencia. Objetos creados a través de la imaginación, de la fantasía, de la ilusión,
de los sueños, de mis sentimientos y de mi voluntad. Los seres humanos usamos,
efectivamente objetos reales, pero también ideales. Objetos que suceden, que son eventos
del mundo natural y objetos que no pertenecen a la naturaleza.

En conclusión, dos tipos de existencias se han analizado: la real y la ideal. Ambas nos
pertenecen y ambas las necesitamos. Pero, no debemos realizar una falacia naturalista,
confundir el ser con el deber ser.

Ahora, analicemos las vías tomistas. Las cinco vías son a posteriori, es decir, parte de la
percepción sensible, de la experiencia, de la existencia sensitiva , pero concluyen con un
objeto, Dios, de naturaleza ideal. Recordemos, Dios para Tomás es trascedente, eterno,
bondad, summa, omnisciente, omnipotente, providente, lo que viene a decir, ideales de la
razón pura.

Por lo tanto, tal como hemos descrito más arriba, el Aquinate está cometiendo una falacia
continuamente en cada vía, mezcla los dos niveles: el real con el ideal, salta de un nivel a otro
sin justificación, por lo que, en este sentido todas las vías de Tomás se invalidan.

Ciertamente, Sto Tomás nos advierte que las vías son guías, orientaciones racionales para
llegar a Dios. No se trata de demostrar la existencia de Dios. Pues, su existencia es un hecho
indiscutible. Toda prueba presupone la verdad de la conclusión como principio. Es decir,
demostrar algo -Dios- tal que ese algo es patente, se muestra, y por lo tanto, no es necesario
demostrar. De nuevo cae en otra falacia "petitio principii" . Esta situación es insostenible e
incongruente, ¿ por qué demostrar algo que no necesita ser demostrado ? ¿ por qué
demostrar algo que es mostrado, evidente desde el principio de la demostración? La
característica básica de todo principio es que sirve para demostrar, pero él mismo no es
demostrado, sino ya no sería un principio de demostración.

Tomás sabe de la fuerza seductora de la razón en los hombres de poca fe, por lo que trata de
compaginar la fe con la razón. Ya que todos los hombres como es obvio , no tienen fe.
Necesitan argumentos convincentes ,racionales para que los insensatos e incrédulos acepten
la verdad de que Dios existe.

Se aceptan unánimemente que todos los argumentos tomistas se basan en dos principios: el
de la causalidad y el de razón suficiente. El principio de causalidad lo entiende Tomás por la
tradición aristotélica: " Todo efecto viene necesariamente precedido de una causa, por lo que
toda causa produce un efecto " ( principio que es aplicado de forma directa en la prima vía y la
segunda sobre la causa eficiente) Por otra parte, el principio de razón suficiente, viene a decir
que: "todo ser tiene una razón de existencia suficiente pero no necesaria"( aplicada a la tercera
vía de forma directa a la tercera vía del ser necesario, la cuarta del ser perfecto y quinta sobre
la teleología)
El problema comienza en la aplicación del principio de causalidad de objetos de existencia real,
cuando el principio es puramente formal, lógico, matemático que trata sobre objetos ideales.
El nivel de la lógica o de las ciencias formales deductivas establecen una ligazón entre sus
premisas de modo necesario, necesariamente se tiene que dar una conjunción, v.gr. si
tenemos A, y por otra parte A y realizamos un producto entre ambas fórmulas obtenemos A 2.
Es decir, siempre que se produce el producto de A por A necesariamente obtendremos A 2. Es
una necesidad formal de la estructura lógica.

Santo Tomás comete de nuevo una falacia naturalista, utiliza el mundo real empírico en una
proposición formal lógica. El hecho de que en la vida de los fenómenos que acaecen en el
mundo se produzcan una relación de causas y efecto no implica que se produzca
necesariamente. Tal como afirmaba Hume, sólo la experiencia lo confirmará. En efecto, hasta
que no pase el evento, no sabremos con seguridad que ha sucedido. Pues no sabemos con
seguridad de que mañana el sol vaya a salir por el este. En todo caso, podremos decir, que
hasta ahora ha salido por el oriente, el índice de probabilidad de acierto es bastante alto.
Tomás utilizará el principio de causalidad en un sentido material, empírico, cuando es formal y
lógico. Confunde los niveles del real empírico con el ideal falaz, el error en la aplicación de tal
principio de causalidad.

Respecto al principio de razón suficiente. Tomás parte de la base de la existencia de los seres.
Todo ser existe por algo y para algo. Hay una causa y finalidad en todo ser. Cuestiones que le
lleva a la existencia de una Providencia o inteligencia rectora de tradición estoica.

¿Por qué necesitamos un por y un para? Los hombres necesitamos una seguridad y
aborrecemos la existencia como caos. Necesitamos un apoyo de donde partir, necesitamos un
orden racional en el universo. Admitir a Dios como origen implica rechazar el mundo como
absurdo y caótico. Es saber donde uno agarrarse y no caerse en el abismo del infinito, no
llegar al anonadamiento.

De ahí que Santo Tomás afirme:" Si hay seres contingentes tiene que haber un ser necesario. Si
hay grados de perfección tiene existir el ser más perfecto. Si todos actuamos por un fin tiene
que darse el ser de todos los fines"

Y si se dice todo así por la necesidad de encontrar un apoyo, un punto de partida, de arranque,
pensemos por un momento en el sentido contrario, ¿ y si no hay donde apoyarnos, es todo un
vacío, no hay principio, ¿ y si la vida es un caos?, y ¿ si somos puro azar como defiende muchos
materialismos e irracionalismos? ¿ y si no hay una dirección determinada sino que hay
direcciones infinitas?

Las teorías de la física sobre la gran explosión presentan también la modalidad del "regressus"
cósmico en un eterno retorno mítico. La física teórica nos habla de la incertidumbre, el
indeterminismo, el relativismo frente a la necesidad mecánica determinista. ¿ Existe un puro
casualismo en nuestra existencia ?, ¿Pudo haber sido nada y no un ente? Si aceptamos la
hipótesis de que "algo sale de algo" tal como defendían los clásicos griegos no se aceptaría su
contrario "de nada sale algo" lo cual produciría un "horror vacui". Por lo tanto, siempre tiene
que haber existió algo, algo eternamente.
El problema sobre la identificación de ese inicial es hoy por hoy insoluble. Desde el campo de
la ciencia punto cero hasta campo religioso, como en Tomás, Dios.

Podemos aventurarnos un poco más lejos, y remontarnos al mito órfico del eterno retorno:
"volveréis a ser alumnos, lectores, compañeros, amigos, enemigos, queridos y odiados,
eternamente míos".

Sevilla, 25 de abril de 2004

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