Professional Documents
Culture Documents
Título del
DISFUNCIONES ORGANIZACIONALES
trabajo
CIDAC: Jaime Balmes Nº 11, Edificio “D”, 2º piso, Los morales polanco,
Dirección méxico, D.F. C.P. 11510, Teléfono 53 95 88 44; fax: 53 95 91 74
Justicia penal
Derecho procesal penal
Palabras Reforma judicial
Clave Procuración de justicia
Organizaciones de justicia
Seguridad pública
Política criminal
Derecho penal
POLÍTICAS DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA:
DISFUNCIONES ORGANIZACIONALES*
PLANTEAMIENTO
La constitución como ley fundamental que refleja los grandes consensos sociales
y políticos de la sociedad mexicana, ha establecido la estructura de un sistema de
justicia penal que se inserta en la tradición histórica del proceso acusatorio que se
caracteriza principalmente por una rígida separación entre el órgano juzgador y la
entidad encargada de ejercitar y sostener la acusación, la igualdad entre la parte
acusadora y la defensa, la publicidad y oralidad en el juicio, carga de la prueba a
cargo de la parte acusadora y la consecuente presunción de inocencia en favor del
* Este trabajo forma parte del estudio "Justicia, crimen y derechos humanos en México" del
proyecto sobre Instituciones del Estado de Derecho en México que se desarrolla en Centro de
Investigación para el Desarrollo. Se agradece a la fundación Tinker el generoso apoyo para la
realización de esta investigación.
* Profesional asociado del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC); www.cidac.org
gzepedal@megared.net.mx
2
procesado1; en oposición al sistema procesal inquisitivo en el que el juez procede
de oficio a la búsqueda, recolección y valoración de las pruebas, llegándose al
juicio después de una instrucción escrita y secreta y con desigualdad entre la parte
acusadora y la defensa2.
En el texto constitucional (art. 17) se prohibe la defensa por propia mano, es decir,
la autojusticia, la venganza privada; en cambio, prevé un sistema de procuración
de justicia (art. 21) y de tribunales (art. 17). De esta forma, el Estado releva, en
materia penal, a los ciudadanos que han sido víctimas de un delito, de su legítima
pretensión de ser resarcidos patrimonial o moralmente por los efectos perjudiciales
del ilícito perpetrado en su contra. Además de evitar la venganza privada, la
intervención de la autoridad busca defender el interés social y el orden público,
evitando que los responsables de los ilícitos sigan delinquiendo agraviando a la
sociedad y al castigar a esos responsables se da un efecto demostración que
disuade a potenciales delincuentes de actuar en contra del patrimonio o de la
integridad física de sus conciudadanos.
Para cumplir con esta misión de relevar a los particulares de sus expectativas de
justicia y de velar por el interés social y el orden público, el propio constituyente
estableció las directrices para la conformación de instituciones y servidores
públicos especializados en el esclarecimiento de los hechos presuntamente
delictuosos, en la recolección de evidencias y en capturar y, en su caso, acusar a
los presuntos responsables ante las autoridades judiciales. Para el cumplimiento
de estas funciones se constituyeron las procuradurías de justicia y en particular la
figura del ministerio público.
1 Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón: Teoría del garantismo penal, Editorial Trotta, Madrid, 1995, pp.
563 y 564.
2 Idem.
3
dignidad e integridad del indiciado y no se contraríe la presunción de inocencia en
favor del procesado. En nuestro ordenamiento estas restricciones a la actuación
de los órganos públicos se encuentran contenidos en los artículos 16, 18, 19, 20 y
22 constitucionales.
DIAGNÓSTICO
a) Sabotaje a la constitución.
4
por una parte da una presunción de validez a los actos de una de las partes, en
este caso la parte acusadora. Si la defensa considera que hubo alguna
irregularidad en la actuación del ministerio público tendrá que combatir esa
presunción de validez asumiendo la carga de la prueba, que como vemos es
contrario al sistema acusatorio. Por último al darle valor pleno mina la libertad de
convicción del juzgador, quien, en caso de que no se haya desvirtuado por la
defensa la presunción del Código en favor del ministerio público, tendrá que
considerar la actuación de la parte acusadora como la verdad legal3.
Quizá este uno de los más graves pasivos de las procuradurías es su ineficiencia
en el esclarecimiento de los hechos aparentemente delictuosos. De cada 100
averiguaciones previas vigentes durante 1997 en el ámbito local de todo el país
3 Como ha señalado un procesalista al referirse al valor probatorio pleno, "...en este sistema el
legislador de antemano le fija al juez reglas precisas y concretas para apreciar esta prueba, que se
traslucen en una verdadera tasa de pensar y del criterio judicial; por este camino se convierte al
juez en autómata constriñéndolo a reglas abstractas preestablecidas e indicadoras de la conclusión
a que debe llegar forzosamente ante la producción de esta prueba" Cfr. Díaz de León, Marco
Antonio, Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal Comentado, Editorial Porrúa,
S.A., México, 1990, p. 490.
4 Sobre estas distorsiones puede consultarse el libro Abuso y desamparo: Tortura, desaparición
forzada y ejecución extrajudicial en México, Human Rights Watch, Nueva York, 1999.
5
(alrededor de 2.3 millones) sólo se logro concluir 14.4%; únicamente 3% de esas
100 averiguaciones concluyeron con la consignación de presuntos responsables
ante una autoridad judicial; en 3.5% de esas averiguaciones la procuraduría de
justicia se declaró incompetente para conocer del caso (por tratarse de menores
de edad, materia civil o del consumidor, etc.); y el restante 7.9% (de los casos que
integran el referido 14.4.% de las concluidas) se mandaron a archivo definitivo (por
no ejercicio de la acción penal, perdón de la víctima, prescripción de la acción
entre otros).
5 En este caso podría hablarse de una alta efectividad toda vez que siempre se da una respuesta a
la expectativa ciudadana de justicia. En caso de que el denunciante o los afectados consideraran
que se evaluó mal el caso, puede impugnarlo.
6 Cfr. Fionda, Julia, Public Prosecutors and Discretion: A Comparative Study, Clarendon Press,
Oxford, New York, 1995 y Criminal Justice in Europe: A Comparative Study, editado por Phil
Fennell et. al, Clarendon Press, Oxford, 1995.
6
las comisiones de derechos humanos de las 32 entidades federativas. De ellas
dos de cada cinco correspondían a corporaciones policiacas y a procuradurías de
justicia. En ese mismo año las comisiones de derechos humanos emitieron poco
más de mil recomendaciones de las que un 50% correspondieron a las
procuradurías de justicia y 20% a corporaciones policiacas y centros de
readaptación social8.
7 Conferencia de Rafael Ruiz Harrel sobre pena de muerte, ITESM, campus estado de México,
abril de 2000.
8 Anuarios estadísticos de las 32 entidades federativas. Base de datos del proyecto Justicia,
Crimen y Derechos Humanos en México del Centro de Investigación para el Desarrollo, CIDAC.
7
A esta facultad de “ayudar” en el proceso se le llama coadyuvancia y se ha
convertido en una figura kafkiana por la cual, la víctima deviene asistente del
ministerio público. Este trato generalizado a las víctimas evidencia que los
funcionarios de las procuradurías no perciben el relevar a la víctima de su
pretensión como la misión constitucional de las procuradurías; por el contrario se
considera que el denunciante es sólo una persona que por descuido o
imprudencia ha sido víctima de un delito y es su principal fuente de trabajo, por lo
que, si se desea algún avance del caso, es el denunciante quien debe hacer llegar
al escritorio de los funcionarios las evidencias para impulsar “su” caso. En casos
de lapsus institucionalizado se le llega a denominar a la víctima (incluso en
formatos oficiales) como el “interesado”.
9Lo mismo ocurre cuando se denuncia el robo de un vehículo. En este caso, además se denuncia
como primer paso para cobrar el seguro correspondiente (lo mismo ocurre con el robo de teléfonos
celulares).
8
responsabilidad, pero nada se hará por recuperar lo robado ni mucho menos en
capturar a los presuntos responsables en beneficio de la ciudadanía10.
10 Por ejemplo, en Baja California durante 1997, se recibieron 61 mil denuncias de robo; sin
embargo, sólo se abrieron 19,662 averiguaciones por ese delito. Por ser zona fronteriza, se da una
alta incidencia de robos de pasaporte para tratar de pasar ilegalmente la frontera. Miles de estas
denuncias se archivan como “extravío de documentos”. Es decir, no se reconoce una alta
incidencia delictiva; se prefiere pensar en “extravíos” o distracción de los denunciantes.
11Sobre la teoría de las organizaciones aplicadas a temas de justicia penal puede consultarse el
excelente texto de Stan Stojkovic, David Kalinich y John Klofas, Criminal Justice Organizations:
Administration and management, 2a. ed., West/Wadsworth Publishing Company, Nueva York,
1998.
9
Desde luego la baja efectividad de las procuradurías y sus enormes rezagos
tienen muchos que ver con insuficiencias de recursos en las instituciones12, pero
también con falta de incentivos para impulsar de oficio (sin que los particulares lo
soliciten) las averiguaciones, la corrupción o negligencia.
PROPUESTAS
El servicio civil de carrera es determinante para establecer los incentivos para que
el ingreso, permanencia y promoción de los funcionarios de procuración de justicia
12 Por ejemplo un ex subprocurador de justicia del Distrito Federal señalaba que con los recursos
de que disponía la dependencia sólo podría dar atención al 8% de las averiguaciones previas
recibidas. Cfr. “Desarticulada y corrompida, la procuraduría de justicia es un apéndice de
gobernación y el DDF: Romero Apis” artículo de Raúl Monge, en Proceso Nº 1096, 2 de noviembre
de 1997.
10
estén vinculados a criterios objetivos e indicadores de eficiencia, profesionalismo,
honradez y respeto a la legalidad (criterios establecidos por el propio art. 21
constitucional). Estos mecanismos de monitoreo deben evaluar el desempeño
presente así como el desarrollo de habilidades que permitirán mejor desempeño
futuro13. Es importante subrayar la necesidad de criterios objetivos (como número
de órdenes judiciales cumplidas o consignaciones o sentencias no revocadas,
cursos o especializaciones concluidas, etc.), no necesariamente todos numéricos,
pues esquemas vigentes en la actualidad piden sólo antigüedad o recomendación
del superior inmediato (que favorece la integración de camarillas).
b) Rediseño organizacional.
Una de las medidas más interesantes que se ha tomado para terminar con las
facultades discrecionales de los ministerios públicos es la obligatoriedad de ejercer
la acción penal en todo caso denunciado, aunque después se pida la absolución o
el archivo del expediente14. Con esto se busca sacar el asunto de la penumbra de
las oficinas de los agentes investigadores y hacerlo del conocimiento del poder
judicial para supervisar el expediente. Esta medida, impecable en su diseño y en
lo que se busca obtener, no se podría instrumentar en nuestro país en el corto
plazo; antes, tendría que fortalecerse la independencia judicial y los criterios
judiciales que evitaran (y no convalidarán como sucede actualmente)
procesamientos injustificados.
13Cfr. Gibson, James, John Ivanicevich y James Donnelly, Las organizaciones: comportamiento,
estructura, procesos, 8a. ed., McGraw-Hill/Irwin, Santafé de Bogotá, 1997,caps. 2, 5, 6 y 7..
14 Este diseño existe en Italia. Cfr. Di Federico, Giuseppe, "La independencia del ministerio fiscal y
el principio democrático de la responsabilidad en Italia: análisis de un caso anómalo desde una
perspectiva comparada", en Revista del Poder Judicial, tercera época, N° 48, cuarto trimestre
1997, y Luigi Ferrajoli, Op. Cit. Pp. 567 ss.
11
derechos humanos. También al interior del proceso deben darse más recursos
para combatir actos discrecionales de los ministerios públicos. La procedencia del
amparo contra el no ejercicio de la acción ha sido entre nosotros un buen paso,
pero aún no existe recurso contra el archivo de las averiguaciones.
Mucho puede hacerse para reducir los índices delictivos con tareas preventivas
desde ámbitos metajurídicos, como la economía y la política. Está demostrado que
indicadores económicos como el desempleo, la pobreza o la pérdida del poder
adquisitivo están asociados con el incremento en delitos patrimoniales; mientras
que variables sociales como la desigualdad inciden en los niveles de violencia16.
Un sistema económico y político que permita crecimiento económico, mayor
empleo y una distribución del ingreso más equitativa haría mucho por la reducción
15 Por ejemplo, en la actualidad para que un ministerio público que obtuvo una orden de
aprehensión la haga cumplir debe enviar un oficio al coordinador de averiguaciones previas, éste al
subprocurador correspondiente, éste al director de la policía judicial, éste al jefe de grupo, quien,
finalmente, se la asignará a uno de sus elementos para que cumpla la orden. Además de ir contra
el espíritu de la Constitución (que la policía debe depender directamente del ministerio público),
genera problemas de comunicación, pérdida de tiempo valiosos e incentivos a la negligencia o a la
corrupción.
16 Cfr. Ayres, Robert L., Crime and Violence as Development Issues in Latin America and the
Caribbean, World Bank Latin American Studies, Washington, D.C., 1998, y What Causes Violent
Crime?, Pablo Fajnzylber, Daniel Lederman, Norma Loayza, Office of the Chief Economist Latin
America and The Caribbean Region, The World Bank, Washington, D.C., 1998.
12
de las tasas de criminalidad, debido a que uno de los elementos por los que un
individuo decide delinquir es la carencia de expectativas en la actividad productiva
formal o legal de la sociedad.
Se debe recurrir a los beneficios que puede brindar la tecnología para el manejo y
control de los expedientes y las comunicaciones entre dependencias,
organizaciones y usuarios. Ya existen programas de computo que permiten
13
manejar en medios electrónicos actuaciones judiciales y permite “encriptar”
información para que no pueda ser modificada y sirva como evidencia o
constancia procesal. En Quintana Roo, por ejemplo, ya se contempla la posibilidad
de recibir la notificación de algún acuerdo del tribunal vía correo electrónico.
Es apremiante reducir los costos que enfrentan las víctimas, debe hacerse
realidad los derechos de las víctimas a la asesoría jurídica y orientación. Deberían
ser funcionarios y/o prestadores de servicio los que elaboraran los inventarios o
escritos adicionales que suelen ser solicitados (sólo para firma o, en su caso,
rectificación de los testigos o víctimas) y por supuesto, corresponde a las
autoridades la indagación y acopio de pruebas. Los sistemas de protección a
víctimas y testigos deben ser una línea prioritaria del combate a la delincuencia y
en este sentido la procuraduría debe anticipar cualquier molestia de la que el
coadyuvante (víctima o testigo) pueda ser objeto y no limitarse sólo a una
protección reactiva17.
Estas son algunas de las medidas posibles que ya han sido ensayadas con éxito
en otros sistemas y en varios estados de la república. No todos son aplicables a
nuestra realidad en el corto plazo, pero puede integrarse un programa integral de
reformas que incrementen la efectividad de las instituciones del sistema de justicia
penal y vinculen la actividad de los funcionarios a la misión social que tiene
encomendada la procuración y administración de justicia en materia penal.
Debemos reconquistar los espacios públicos de la procuración de justicia y del
proceso penal que actualmente están orientados a prácticas corruptas, intereses
de grupo e inmersos en la lógica del impulso procesal a cargo de los particulares.
17 En Inglaterra, desde 1976, las víctimas de delitos sexuales son mantenidas en el anonimato
durante el proceso y sólo se permiten preguntas personales en las audiencias cuando resultan de
relevancia para el caso, de acuerdo con el criterio del juzgador. En algunos países los datos
personales del denunciante (dirección, teléfono) permanecen en resguardo de la autoridad y sólo
son utilizados cuando se requiere información adicional o se convoca a audiencias. Como es
sabido, existen amplios sistemas de protección de testigos para delitos federales o vinculados con
terrorismo, tráfico de inmigrantes o de estupefacientes, como en Estados Unidos.
14