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INTRODUCCION

¿ QUE ES EL DOLO ?

Significa querer el resultado tipico, para querer el resultado tipico es indispensable el


conocer los elementos objetivos del tipo penal, es decir saber lo q la norma prohibe.

EVOLUCION DEL DOLO EN LOS SISTEMAS CAUSALISTAS Y FINALISTA.

Es necesario tener claro que para que una conducta se adecue a un tipo es necesario que
se haya llevado a cabo con la finalidad tipica de dolo: cada tipo doloso requiere un dolo
determinado. Consecuentemente, el tipo penal presenta dos aspectos: uno objetivo y otro
subjetivo. El dolo, que es el núcleo central de la parte subjetiva del tipo, comprende
tambien dos aspectos: uno intelectual y otro volitivo. Dolo es ,pues, el querer del
resultado tipico abarcando y siendo dirigido u orientado por el conocimiento de los
elementos del tipo objetivo. De esta manera se entiende que para que una conducta
pueda calificarse de dolosa se requiere que haya una armonia en cuanto a los dos
aspectos de la tipicidad (el objetivo y el subjetivo), o la llamada “conguencia tipica”.
Una conducta sera tipicamente dolosa cuando se opere la congruencia tipica, mas nunca
podra serlo cunado no se opera.

El sistema causalista mantiene el dolo en la culpabilidad y opera con un concepto distinto


de dolo que es diferente al del finalismo. El dolo para el finalismo abarca un contenido
intelectual al lado del volitivo. Para el causalismo tambien, pero su extensión es mayor,
en tanto que para el finalismo el dolo abarca el conocimiento del aspecto objetivo del
tipo, para el causalismo comprende el conocimiento del tipo (que para ellos es objetivo),
aunque tambien abarca el de los conocimientos subjetivos, cuando se dan y de la
antijuridicidad, o sea, de la contradicción efectiva de la conducta con el orden juridico.
Asi para el finalismo hay una conducta dolosa cuando el sujeto sabe que esta matando a
su enemigo; para el causalismo recien habra dolo cuando sepa que esta matando
antijurídicamente a su enemigo.
El dolo tipico del finalismo no abarca el conociendo de la antijuridicidad: una conducta,
para el finalismo, es dolosa aunque sea justificada.
De allí que en tanto que el finalismo opera con un concepto de dolo avalorado (que no
abarca el conocimiento de la antijuridicidad, que para el finalismo pertenece a la
culpabilidad y, por ende, al reproche de dolo), que quiza fuera mas exacto llamar “dolo
no reprochable” o “dolo no culpable”, el causalismo opera siempre con un dolo culpable.
A la posición causalista (la conciencia de la antijuridicidad pertenece al dolo) se le
conoce como teoria del dolo; el postulado finalista (la conciencia de la antijuridicidad
pertenece a la culpabilidad) como teoria de la culpabilidad.

Pero el dolo finalista no es el de la teoria tradicional. El dolo de la teoria tradicional es un


dolus malus; el del finalismo, un dolo neutro. El dolo forma de culpabilidad, el dolus
malus del sistema anterior al finalismo se compone de conocimiento y voluntad de los
elementos del tipo, por una parte; y, por otra, de conciencia de la antijuridicidad.
Mientras que para el causalismo el dolo aparece en la culpabilidad integrado por
conocimiento del tipo y de lo injusto, para los finalistas en la culpabilidad solo se
examina la conciencia de la antijuridicidad, pues el dolo—el dolo neutro—ha quedado
incorporado a la tipicidad.

CONSECUENCIAS EXPOSITIVAS Y DIDACTICAS

Una consecuencia de este <<nuevo sistema del Derecho penal>> es que quien estudia la
Parte General por el metodo finalista llega antes en la tipicidad al dolo que por el otro
sistema, pero ello no tiene, en si, mayor trascendencia: lo que le importa a quien quiere
estudiar Derecho Penal es que el dolo ( con sus distintas clases) se lo expliquen alguna
vez; y esto antes o después los dos sitemas lo hacen. Y por lo que al aspecto didactico se
refiere, creo que tanto con uno como con otro modelo estructural se puede ensenar
Derecho Penal: lo supo ensenar muy bien Mezger (tradicional); y lo saben ensenar ahora,
tambien muy bien, MAURACH Y JESCHECHK (finalistas). Por consiguiente y
resumiendo: El finalismo no abandona la tradicional triparticion: tipicidad,
antijuridicidad, culpabilidad. Ni siquiera introduce o suprime nuevos datos; mantiene los
mismos, pero los separa y los redistribuye de otro modo entre los tres estratos de la teoria
del delito.

Para ser mas precisa:

a) el dolo es voluntad final tipica y conocimiento del tipo objetivo;


Para el b) el dolo esta en el tipo subjetivo;
finalismo c) el conocimiento de la antijuridicidad pertenece a la culpabilidad y
no el dolo.

a) el dolo es voluntad del fin, conocimiento del tipo y conocimiento


Para el de la antijuridicidad;
causalismo b) el dolo esta en la culpabilidad;
c) el conocimiento de la antijuridicidad pertenece al dolo.

Como el causalismo ubica el dolo en la culpabilidad, dolo y culpa son dos formas o dos
grados o dos componentes distintos, según el autor y teoria de la culpabilidad. Para el
finalismo, en vez hay dos grandes estructuras tipicas: los tipos dolosos y los tipos
culosos.
Ahora bien, el causalismo es normativista, ya que hoy quedan pocos psicologistas en el
mundo y pese que su origen y coherencia logica es psicologica, pero sigue sosteniendo
que el dolo esta en la culpabilidad, o sea que, si bien la culpabilidad es reprochabilidad,
igualmente sigue formando el dolo parte del reproche mismo.
El finalismo, por su parte, como ubica al dolo en el tipo, deja a la culpabilidad reducida a
su categoría de reproche y pasa, de este modo, el dolo al objeto de reproche (al injusto).

Como la posibilidad del conocimiento de la antijuridicidad no pertenece al dolo para el


finalismo, el error que recae sobre la antijuridicidad de la conducta no afecta a la
tipicidad dolosa de la misma. Este error se llama error de prohibición.

• El error de tipo elimina siempre al dolo


• El error de prohibición nunca elimina el dolo

El error para el causalismo siempre elimina el dolo.

ALGUNAS OBJECIONES DEL CAUSALISMO AL FINALISMO

El finalismo no explica el dolo eventual. Esta critica es infundada. Pues al explicar el


concepto final de conducta se sabe que el autor al seleccionar los medios considera los
efectos concomitantes y es ahí donde cabe el tratamiento del dolo eventual que, si bien
sigue presentando dificultades, estas son las mismas que tampoco logra superar el
causalismo.

ALGUNAS CRITICAS FINALISTAS AL CAUSALISMO

El causalismo no puede explicar los elementos subjetivos del tipo. Si el tipo no es


totalmente objetivo, sino que ocasionalmente contiene elementos subjetivos, y el dolo de
la culpabilidad abarca el contenido del tipo, o sea que, ocasionalmente el dolo debera
abarcar el contenido del de los propios elementos subjetivos, esto es, ciertos “animi”,
particulares direcciones de la intención, etc. El dolo debe replegarse sobre la propia
subjetividad del autor. Este conocimiento de los propios momentos subjetivos genera lo
que Beling llama “figura atormentada”. Si bien es posible, ya que se dan en la reflexion
cuando el pensamiento se “enrosca” sobre si mismo no puede pretenderse en el dolo, toda
vez que habria dolo, cuando el tipo contiene elementos subjetivos, sin reflexion acerca de
los elementos subjetivos.

CONCLUSIONES:

Creo que el finalismo resulta mas coherente (menos contradictorio o lógicamente mas
completo) que el causalismo. El finalismo no es una novedad que rompe que rompe con
toda la tradición. El causalismo, considerado “clasico”, no es tal, sino que data apenas
desde fines del siglo pasado y comienzos del presente, como hijo dilecto en sede juridico-
penal del positivismo filosofiico, en tanto que el finalismo entronca con los conceptos
anteriores y, en cierto sentido, no puede negar su raigamente aristotélica en lo que hace a
la estructuracion logica empleada por la estagirita en su Etica Nicomaquea.
DOLO DIRECTO

I. CONCEPTO DE DOLO

En la actualidad el dolo se concibe como la conciencia y voluntad del sujeto de realizar el


hecho tipificado objetivamente en la figura delictiva. En el caso del homicidio quiere
decir, por ejemplo, que el sujeto sabe que utilizando un arma de fuego sobre una parte
vital del cuerpo humano causara la muerte de otro, y dispara el arma porque quiere
matarlo. Es este un concepto natural de dolo, que se proyecta exclusivamente sobre los
hechos tipicos y que no toma en cuenta si el sujeto conoce la significación juridica de su
actuar.

II. CLASES DE DOLO

El elemento cognoscitivo y el volutivo del dolo se pueden dar con distintas intensidades
respectivamente. La combinación de sus variantes nos permiten diferenciar diversas
clases de dolo: dolo directo y dolo eventual.

III. DOLO DIRECTO

Nos hallamos ante el dolo directo cuando el resultado tipico o la accion tipica es el
objetivo perseguido por el sujeto: lo que quiere es matar a otro y lo mata. En ocasiones al
realizarse la accion tendente al resultado se producen otros hechos que aparecen a los
ojos del autor y de cualquier observador como necesaria e inevitablemente unidos al
principal , por ejemplo, quiere matar a su enemigo mediante una bomba lapa y lo hace,
causando ademas inevitablemente la destrucción del vehiculo. Por estas razones se habla
de un dolo directo de primer grado y de segundo grado, pero ambos son igualmente dolo
y de igual gravedad.

IV. DOLO DIRECTO DE PRIMER GRADO Y DOLO DIRECTO DE SEGUNDO


GRADO.

De acuerdo con Roxin el dolo directo de primer grado se puede asimilar con la intencion,
y “bajo el concepto de intencion o proposito cae lo que el sujeto persigue; por el dolo
directo (de segundo grado) son abarcadas todas las consecuencias que, aunque no las
persigue , el sujeto preve que se produciran con seguridad; y con dolo eventual actua
quien no persigue un resultado y tampoco lo preve como seguro, sino que solo preve que
es posible que se produzca, pero para el caso de su producción lo asume en su voluntad.

En Espana Mir Puig ha expuesto con gran claridad las diferentes clases de dolo,
presentando simultáneamente los problemas que ofrecen:

a) En el dolo directo de primer grado el autor persigue la realización del delito. Por eso se
designa tambien a esta clase de delito como ‘intencion’. En cambio, es indiferente en el:
1) que el autor sepa seguro o estime solo como posible que se va a producir delito; 2) que
ello sea el unico fin que mueve su actuación; el delito puede ‘perseguirse’ solo como
medios para otros fines, y seguira habiendo dolo directo de primer grado.

b) En el dolo directo de segundo grado el autor no busca la realización del tipo, pero sabe
y advierte como seguro (o casi seguro) que su actuación dara lugar al delito.
Aquí el autor no llega a ‘perseguir’ la comision del delito , sino que esta se le presenta
como consecuencia necesaria (o prácticamente necesaria). Pero no bastaria un ‘saber’ no
actualizado en la conciencia del sujeto: no bastaria un saber olvidado o del que no fuera
consiente el sujeto al actuar.

Ejemplo: En el famoso caso Thomas, sucedido en 1875, el autor hizo cargar un explosivo
en un barco para cobrar el seguro previsto para caso de hundimiento. Aunque no tenia
ningun interes en causar la muerte de ninguna persona, sabia que ello seria inevitable, por
que habia tripulacion abordo.

¿Deben incluirse tambien en el dolo directo de segundo grado las consecuencias


necesariamente unidas a la consecución de una meta que se persigue pero que no es
segura, si se alcanza dicha meta y con ella sus consecuencias necesarias? Aunque aquí las
consecuencias no son seguras, puesto que dependen de una meta incierta, como el autor
persigue esta meta a conciencia de que conduce a aquellas consecuencias, estas han de
considerarse sin duda abarcadas por la voluntad. Sin embargo, no puede decirse ni que el
sujeto las persiga (dolo de primer grado) ni que sepa seguro o practicamente seguro que
van a tener lugar (dolo directo de segundo grado). Se trata, en puridad , de un caso de
dolo eventual.
c) Si el dolo directo de segundo grado el autor se representa el delito como consecuencia
inevitable, en el dolo eventual (o dolo condicionado) se le aparece como resultado posible
(eventual). En esto hay acuerdo en la doctrina.
Pero las opiniones se separan profusamente a la hora de precisar este punto de partida, de
modo que sea posible distinguir el dolo eventual de la culpa consciente (modalidad de
imprudencia). Como se vera al estudiar el tipo imprudente, esta clase de culpa supone
tambien que el autor se representa el delito como posible. Notese, pues, que el dolo
eventual y la culpa consiente parten de una estructura comun que hace defectuosa su neta
diferenciación:

A) en ninguno de ambos conceptos se desea el resultado;


B) en ambos reconoce el autor la posiblidad de que produzca el resultado.

Las citas anteriores aclaran suficientemente las diferentes clases de dolo y su


problemática , la cual se soluciona en los supuestos de dolo directo de primer grado y de
dolo directo de segundo grado, con los desarrollos del concepto y elementos del dolo
antes realizados.

Otros autores afirman que el dolo directo se descompone en una doble intencion: a) la de
realizar la conducta causal; y b) la de producir con ella un resultado delictivo. La suma de
ambas intenciones configura esta forma del dolo. Asi, por ejemplo, en el delito de
homicidio, el delincuente ejecuta intencionalmente el disparo (intencionalidad del acto
casusal) con el proposito de privar la vida (intencionalidad del resultado).

Y dicen que para que se integre el dolo directo es necesaria la conjuncion de las dos
intenciones, por que aisladamente consideradas no basta para configurar esta forma de la
culpabilidad. En efecto, en el ejemplo citado, el solo disparo (excluido el caso de obras
culposo) no puede ser incriminado si fue hecho sin proposito delictivo y, por otra parte, el
simple animo de cometer la infraccion siin la correspondiente conducta causal, tampoco
puede configurar el dolo que nos ocupa: el sujeto quiere dar muerte a su enemigo, pero
este cae accidentalmente bajo las ruedas del automóvil que aquel conduce.
Se ve, pues, que la integración del dolo directo requiere la suma de la intención de
ejecutar la conducta causal y el proposito de producir con esta el delito. \

Asi el dolo directo se encuentra enunciado como la intencion de realizar la conducta


causal de un resultado delictivo que el agente ha querido.

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