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Las Lógicas de La Comunicación
Las Lógicas de La Comunicación
ÍNDICE
1.1.1 Ciencia
1.1.2 Método y metodología
1.1.3 Teoría
1.1.4 Conocimiento
1.2.1.1 Funcionalismo
1.2.1.2 Estructuralismo
1.2.1.3 Materialismo histórico-dialéctico
1.2.2 Disciplinas
1.2.3 Teorías
El tema central de este trabajo es el estudio de las lógicas de organización del conocimiento
en torno al análisis y estudio del proceso de comunicación humana y de los medios de
comunicación de masas. Sobre el particular se ha trabajado y escrito mucho, sin embargo,
esa variedad de tratados y estudios más que unificar criterios han provocado una polifonía
alrededor, tanto de la noción de comunicación como del entendimiento del quehacer de los
medios de comunicación. Por lo tanto, las formas de dar cuenta de la pluralidad y
fragmentación de este campo de observación científica que, a decir de Armand y Michèle
Mattelart (1997), históricamente, se ha situado en tensión entre las redes físicas e
inmateriales, lo biológico y lo social, la naturaleza y la cultura, los dispositivos técnicos y el
discurso, la economía y la cultura, la micro y macro perspectivas, la aldea y el globo, el
actor y el sistema, el individuo y la sociedad, el libre albedrío y los determinismos sociales.
También se presentará un panorama general de las tipologías que se han desarrollado para
intentar clasificar los estudios que sobre la comunicación y los medios de comunicación se
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han generado, puesto que la diversidad de investigaciones recorren una amplia gama de
temáticas como: los tipos de comunicación, los modelos y formas comunicacionales, el
análisis de los discursos, el lenguaje, los soportes técnicos, las funciones y los efectos de los
medios; se estudian a los emisores, los mensajes y a los receptores; así también a cada
medio en particular, la prensa, la radio, el cine y la televisión, ahora a las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación. Y así podríamos extender la lista de
temáticas y contenidos de las investigaciones sobre la comunicación. Y que decir de las
disciplinas, pues la comunicación como proceso es estudiada por las matemáticas, la física,
la economía, la sociología, la psicología, antropología, lingüística, semántica, semiología,
entre otras.
Hacer un recorrido por las tipologías de estudio entre la producción teórica en lo social y lo
comunicacional nos permitirá ir ubicando las formas y maneras metodológicas en que los
estudios de lo social marcan las directrices en los paradigmas en el estudio de lo
comunicacional; es decir la comunicación como objeto de estudio de las ciencias sociales y
las humanidades ha sido analizada, descrita, reconocida e investigada conforme a los
paradigmas teórico-metodológico que han regido el trabajo propio de las disciplinas que la
han estudiado.
1.1.1 Ciencia
En principio, ciencia viene del latín Scientia que significa conocimiento, el cual implica el
proceso que incluye a la percepción sensorial y a la razón, fenómenos a través de los cuales
conocemos, pero hablar de ciencia no sólo nos remite a pensar sobre el conocimiento, sino
que tiene una implicación mayor que es el sentido de verdad, la ciencia busca la verdad del
conocimiento sobre la realidad de la naturaleza y lo social.
Sobre el vocablo ciencia se ha generado una capa mística que no permite visualizar de
manera integral o completa su contenido. Frecuentemente hablar de ciencia permite
afirmar, negar, cuestionar y rechazar el conocimiento y los razonamientos de otros sujetos.
De tal modo que cuando afirmamos decimos que la afirmación es científica, cuando
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negamos decimos que no lo es, cuando cuestionamos se dice que lo cuestionado no está
apegado a las normas y las leyes científicas y cuando rechazamos se argumenta que falta
rigurosidad científica. Cuando intentamos realizar un trabajo de investigación se nos exige
que seamos científicos y se cuestiona el grado de cientificidad de los esfuerzos realizados.
Esto es lo que genera la capa mística alrededor de la ciencia. Por lo que hay que empezar
por lo elemental para poder descubrir la cortina que no nos permite ver con claridad ¿qué es
la ciencia? ¿qué es lo científico?
Las preguntas son simples pero las respuestas complicadas porque como ya mencionamos
no hay una sola forma de definirlas y por consiguiente de explicarlas. El concepto de
ciencia ha tenido una serie de variaciones que responden a los momentos históricos en los
que se contempla. En la antigua Grecia ya se explicaba la ciencia como una actividad del
pensamiento humano que entiende y explica la realidad exterior de una manera clara y
precisa cuya validez trasciende el tiempo y el espacio. Es Platón en sus Diálogos quien
expone está idea y explica que: “la ciencia no reside en las sensaciones sino en el
razonamiento sobre las sensaciones, puesto que, según parece, sólo por el razonamiento se
puede descubrir la ciencia y la verdad, y es imposible conseguirlo por otro rumbo” (Platón,
Teetetes: 1977).
En ese sentido hay quienes piensan que mientras los animales inferiores sólo están en el
mundo el hombre intenta entenderlo y, sobre la base de su inteligencia imperfecta pero
perfectible construye un mundo artificial el cual debe ser lo más confortable posible.
Ese creciente cuerpo de ideas llamado ciencia, que puede caracterizarse como
conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente, falible.
Por medio de la investigación científica el hombre ha alcanzado una
reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y
exacta… La ciencia como actividad –como investigación- pertenece a la vida
social; en cuanto se le aplica al mejoramiento de nuestro medio natural y
artificial. (Bunge, Mario: 1975 a: 9).
Así, la ciencia ha servido no únicamente para entender la naturaleza, sino para su dominio y
explotación a todo nivel. Esto ha hecho que para algunos pensadores como: M. B. Kedrob y
A. Spirkin (1968), la ciencia se clasifique, una de las más comunes taxonomías es la que
divide en ciencias empíricas o fácticas y no empíricas o formales, también está la de las
ciencias naturales y sociales o en ciencias duras y las del espíritu.
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Las ciencias empíricas o fácticas son aquellas cuyo objeto de estudio es la realidad
material, objetiva, tangible, en suma el universo en que vivimos, es decir, las ciencias
naturales que estudian los objetos inertes, pasivos, no racionales; la flora y fauna, mineral y
vegetal, terrenal y sideral. Estas ciencias establecen leyes que se observan, se verifican, se
experimentan. Dentro de las ciencias empíricas o fácticas se contemplan toda esa gama de
objetos de conocimiento que se clasifican, dividen, sistematizan y encubren bajo el
concepto de ciencia.
Por otro lado tenemos a las ciencias no empíricas o formales que se abocan al estudio de los
aspectos no tangibles, etéreos, simbólicos, cuya finalidad es estudiar las propuestas
derivadas del pensamiento humano, es decir estudian el ámbito de las representaciones
culturales, simbólicas, las representaciones mentales del ser humano que son
sensorialmente aprehensibles.
Los conocimientos precientíficos son aquellos que se adquieren en la infancia y es así como
se van adquiriendo los datos empíricos sobre sí mismo y el mundo que nos rodea. Los
conocimientos precientíficos nos llevan al descubrimiento por casualidad o accidente de
los elementos del universo, la casualidad se antepone a la intencionalidad, el
descubrimiento accidental a la razón aplicada, la identificación factual a la construcción
conceptual.
Teniendo esto en cuenta, la ciencia obtiene esa categoría cuando llega a establecer una
diferencia entre el conocimiento simple del hecho y la conceptualización en la construcción
teórica que se realice del hecho.
La interpretación de los hechos es una de las partes importantes para la ciencia, porque no
son simples y comunes, sino que tiene que explicarse el por qué de estos, por qué han sido
seleccionados, clasificados, generalizados y explicados. Y es ahí donde radica la fuerza de
la ciencia, por otra parte, la tarea del conocimiento científico consiste en explicar la
aparición de determinados hechos, explicar su importancia esencial, ya que la ciencia no
busca únicamente su registro, sino su sistematización, generalización e interpretación.
El método que emplea la ciencia está conformado por los empíricos y los teóricos. El
conocimiento empírico y teórico está estrechamente relacionado. En lo empírico, la ciencia
actúa por medio de la observación, medición, estadística, y experimentación de los datos
que se le presenten al investigador, y así se pueda realizar una generalización con ayuda de
la lógica inductiva y/o deductiva que permita encontrar los nexos regulares existentes en los
objetos.
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construcción conceptual que acceda a explicar las causas y las esencias del objeto de
investigación.
No hay que detenerse únicamente en conocer el objeto de estudio, pues hay una
multiplicidad y variedad que de acuerdo a la complejidad del mundo cognoscible, y a cada
objeto de estudio corresponde una estructuración de una ciencia que se aboque al
conocimiento de las leyes, desde su búsqueda hasta la construcción teórica, que descubra y
explique la esencia de los fenómenos seleccionados. No hay que quedarnos con la ciencia
de conformidad, hay que ir más allá de la naturaleza del objeto de estudio, explicarnos cada
una de las dudas que giran en torno a él, para así poder hacer las construcciones teóricas, y
con ello explicar su origen y su ser.
Cada una de las ciencias se ha dado a la tarea de investigar, elaborar sus propios conceptos,
construir su ley fundamental o su raíz, para así crear sus propias teorías y poder explicar las
problemáticas que se le presentan. La ciencia tiene su origen en la práctica, y como su base
tiene la experiencia sensible.
Conforme a este criterio sobre la ciencia hay que ubicarla en un nivel de conocimiento
superior al del sentido común, lo cual permite su división y clasificación y por consiguiente
la apropiación de una porción cognoscitiva de la realidad social y natural.
Las ciencias naturales han desarrollado una tremenda actividad y han reunido
una masa siempre creciente de datos. Pero la filosofía ha permanecido ajena a
estas ciencias, así como ellas han permanecido ajenas a la filosofía. Su
acercamiento momentáneo fue sólo una ilusión fantástica. Había un deseo de
unión, pero faltaba la capacidad para estructurarla. La historiografía misma sólo
toma en cuenta accidentalmente a la ciencia natural, considerándola como un
factor que contribuya a la cultura, dotada de utilidad y capacitada para grandes
descubrimientos particulares. Pero las ciencias naturales han penetrado
prácticamente en la vida humana a través de la industria. (Marx, Carlos: 1979:
111).
La idea de Marx sustenta que el universo es uno, y que en esa unidad se encuentra una
multiplicidad de elementos interrelacionados entre sí. La humanidad ha logrado conocer la
naturaleza en el sentido amplio de la expresión a través de la percepción sensible y la razón,
lo que le ha permitido aprovechar ese conocimiento para, inicialmente satisfacer las
necesidades vitales y posteriormente aquéllas que se vayan generando en el proceso
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histórico de las sociedades. “Por tanto la ciencia es una totalidad en la que se conjugan
todos los elementos de la realidad que rodean al ser humano finito, histórico, específico,
social y se le representan como algo digno de conocer para satisfacer sus necesidades.”
(Gutiérrez, Pantoja Gabriel: 1984:95).
Desde esta perspectiva la ciencia es obra de la humanidad y por tanto social. Su desarrollo
es un hecho histórico ininteligible sino es considerada unida al conjunto del desarrollo de la
humanidad. Puesto que para responder a las necesidades concretas de los sujetos han
requerido investigar las leyes de los procesos naturales.
Hasta aquí hemos expuesto someramente las propuestas fundamentales para ubicar las
concepciones que sobre la ciencia se encuentran vigentes.
Cabe señalar, que es común oír hablar sobre método y metodología y en ocasiones se trata a
ambos vocablos como sinónimos; sin embargo existen diferencias conceptuales entre
dichos términos. Lo cierto es que hay una estrecha relación entre ambos aspectos y son
inseparables, tienen una mutua implicación. En el ámbito de las ciencias sociales siempre
escuchamos decir que para llegar a conocer en forma cabal la realidad social, trátese la del
grupo social inmediato a nosotros, la nacional, regional o mundial, debemos desarrollar una
metodología, entendiéndose, por el momento, en cómo otros sujetos han sugerido o
propuesto que se conozca, pero que de esa forma, tanto nuestro conocimiento como la
interacción con los diversos grupos sociales se sustenten procedimientos coherentes y
consistentes lógicamente que nos sirva para validar nuestra experiencia.
Por ello es frecuente oír cuando se está desarrollando una investigación sobre lo social,
¿qué metodología estás utilizando? Y si se enuncia alguna, dependiendo lo que se entienda
por ella, está validada nuestra investigación, de no ser así, nos justificamos explicando que
nos hace falta una metodología y que estamos en su construcción.
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El propósito de este apartado es la exposición de algunos criterios básicos por los cuales se
han definido, tanto al método, como a la metodología, inclusive propuestas generales que
nos dicen cómo creen que se debe vincular el pensamiento con la realidad.
Hablar de método y metodología nos lleva a deslindar cuáles son las acepciones con las que
se utilizan dichos conceptos. En primera instancia podemos ver que en ocasiones se suele
hablar de metodología como la aplicación del método, utilizándose ambos términos como
sinónimos. Sin embargo, recientemente se ha bifurcado el contenido de cada concepto y el
método se convierte en objeto de estudio de la metodología, y ésta adquiere una dimensión
más amplia al concebirse como la estrategia que permite enlazar coherentemente las
herramientas o instrumentos de recolección de información o datos, las técnicas de
procesamiento de dicha información, aspectos vinculados directamente a un método, el cual
está unido o corresponde a una teoría determinada que permitirá la interpretación y el
análisis de la información, dicho sea así de forma muy general. Para entender estas
connotaciones revisemos aunque sea de manera sintética la evolución que han tenido los
conceptos en cuestión.
El método ha sido objeto de estudio desde la antigüedad. Grandes filósofos han centrado su
atención y han debatido sobre el tema. El concepto tiene su origen en la Grecia antigua;
formado por las raíces etimológicas Methodos que significa meta y Odos que significa vía,
literalmente se traduce como la vía para llegar a una meta. El método es un procedimiento
que se sigue para investigar y conocer, y que se utiliza para la búsqueda, el descubrimiento
y el logro de objetivos ya trazados. Con esa amplitud se conoce el concepto de método y
como sinónimo el de metodología, al respecto se decía:
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verdadera determinación especulativa, lo que implica que con el conocimiento empírico se
debe hacer una reflexión sobre el objeto para, ya sea, aceptar, corregir o transformar la
concepción que se tiene de él y, por medio del pensamiento comunicable, exponer las
características que se le han encontrado; y por último, d) el cuarto paso es, examinar,
analizar con el pensamiento el objeto estudiado y determinado, esto quiere decir volver
sobre el resultado obtenido para verificar empíricamente su validez. Esto es para Aristóteles
el método: el procedimiento que lleva a un cuestionamiento empíricamente verificado con
carácter axiomático, entendiendo por axioma una verdad que se muestre evidente y por
evidente sea irrefutable. Este sistema es conocido como método de síntesis que va de lo
simple conocido a lo complejo desconocido; por medio de este método Aristóteles enseña
un doble movimiento, pasar de la experiencia a la teoría y de la teoría a la experiencia.
Euclides parte del mismo método de síntesis al que le imprime un mayor rigor a la
exposición de los elementos matemáticos y crea los elementos de su base geométrica.
Posteriormente entre los filósofos medievales se entablaron discusiones en torno al modelo
establecido por Aristóteles y Euclides. Pero en ese período el objetivo fue impulsar los
métodos inductivo y deductivo para vincularlos al desarrollo del conocimiento científico. A
decir de Alexander Koyré, fue Roberto Grosseteste quien ligó el método en forma directa a
la investigación experimental. “Grosseteste parece haber sido el primer escritor de la Edad
Media en reconocer y tratar los problemas metodológicos fundamentales de la inducción y
de la verificación y falsación que se plantearon cuando la concepción griega de la
demostración geométrica fue aplicada al mundo de la experiencia.” (Koyré, Alexander:
1977:55).
Es en ese período cuando se dieron los primeros pasos para darle validez y valor al método
otorgándole la rigurosidad que sirviera de base para cualquier tipo de investigación. De tal
modo que adquirió el rango de científico, que se consolidó en los siglos posteriores.
El rasgo distintivo del método científico del siglo XVII, si se le compara con el de
la Grecia antigua, era su concepción de la manera en la que una teoría debía
estar vinculada a los hechos observados que se proponía explicar, la serie de
pasos lógicos que comportaba para construir teorías y someterlas a controles
experimentales… Con esta revolución apareció en el mundo latino occidental una
noción clara de la relación entre teoría y la observación, noción en la que se
fundan la concepción y la aplicación política moderna de la investigación
científica y de la explicación, un conjunto claro de métodos que permiten tratar
los problemas físicos.” (Koyré, Alexander: 1977:52).
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…primero, no admitir como verdadero cosa alguna, como no supiese con
evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la
prevención y no comprender en mis juicios nada más que lo se presentase tan
clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiere ninguna ocasión de ponerlo en
duda. El segundo, dividir cada una de las dificultades que examinaré, en cuantas
partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución. El tercero,
conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los más simples y
más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el
conocimiento de los más compuestos, e inclusive suponiendo un orden entre los
que preceden naturalmente. Y último, hacer en todos unos recuerdos tan
integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de omitir
nada. (Descartes, René:1976: 47-48).
Bacon consciente de ese problema propuso solucionarlo mediante dos maneras: la precisión
en las observaciones; y el establecimiento de una ley general para la naturaleza. A este
respecto Ramón Xirau dice sobre estas alternativas: “La deducción implica certidumbre y
exactitud, la inducción, probabilidad.” (Xirau, Ramón: 1977:221).
Como podemos observar hasta ese momento del establecimiento de las bases del método
científico experimental, la metodología y el método eran conceptos que se utilizaron
indistintamente formándose como un procedimiento análogo al proceso de investigación.
Sin embargo, desde su configuración, el método científico experimental, comenzó a tomar
una importancia especial y a ser estudiado separadamente con la finalidad de crear los
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preceptos fundamentales del método científico. De ese modo, método y metodología se
separaron y el primero se subsume en la segunda. El método conserva su papel de
procedimiento; mientras que la metodología, término compuesto por los vocablos griegos
Métodos procedimiento, y Logos tratado se convierte en una disciplina que estudia, analiza,
promueve y depura al método, mismo que se va multiplicando y particularizando de
conformidad con las ramas de las disciplinas científicas existentes.
1.1.3 Teoría
Tal y como lo hemos visto con los conceptos anteriores, en el caso de la teoría no existe
una unidad de criterios de lo qué es y la función de la teoría.
El concepto teoría proviene de la raíz etimológica griega Theoria que significa observación,
examen o investigación. Trata de explicar la forma en que a través de los sentidos se refleja
como una generalidad, la realidad en el pensamiento. A pesar de que en esta definición se
parte de esa generalidad, en las reflexiones filosóficas se le da principalmente una doble
acepción: la primera concibe la teoría como una ciencia del saber en general, la actitud
eminentemente reflexiva del ser humano que se diferencia de cualquier actividad práctica.
En este aspecto no existe una separación radical entre teoría y práctica, pues en la teoría se
desarrolla la base de la práctica; pero no solamente la reproduce tal y como se percibe sino
que incluso descubre las relaciones de los elementos que en la simple percepción no se
manifiestan. De ahí que podamos decir que la teoría es la actividad reflexiva del ser
humano sobre sus acciones, y en ese nivel se diferencian teoría y práctica. Frecuentemente
a este tipo de teorías se le denomina: La Teoría General.
Una de las definiciones más conocidas sobre lo que son las teorías es la que describe Karl
R Popper quien explica: “las teorías son redes que lanzamos para apresar aquello que
llamamos „el mundo‟: para racionalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de que la
malla sea cada vez más fina.” (Popper, Karl R: 1973:57)
Para este autor las teorías científicas son enunciados universales, las considera como a toda
representación, sistemas de signos o símbolos y es esta condición -simbólica- lo que hace
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que no haya necesidad de diferenciar entre teorías universales y enunciados particulares
diciendo que estos últimos son concretos, en tanto que las teorías son únicamente fórmulas
simbólicas, pues de los enunciados concretos puede decirse exactamente lo mismo. Para
Popper no hay diferencia entre teorías universales y particulares, pues cualquier tipo de
teoría son fórmulas o esquemas simbólicos en los cuales se representa, cada vez con mayor
amplitud, el mundo exterior en el pensamiento del ser humano.
De todo esto podemos desprender que las teorías son probables, ya que no se tiene la
certeza de que tenga que ser únicamente falso o verdadero. Lo que permite subsistir a una
teoría es su posibilidad de contrastación Popper propone: 1) la comparación lógica de las
conclusiones unas con otras, 2) el estudio de la forma lógica de la teoría, 3) la comparación
con otras teorías, y 4) contrastarla por medio de la aplicación empírica de las conclusiones
que puedan deducirse de ella.
Otro autor, en el mismo contexto del círculo de Viena, que define a la teoría es Rudolf
Carnap, una síntesis de su pensamiento lo encontramos en Albretch Wellmer (1979) y
explica que una teoría consiste en una serie finita de postulados formulada en el lenguaje
teórico y se concibe como conjugación lógica de tales postulados. Toda teoría -explica
Carnap- es, ante todo un sistema ininterpretado, puesto que los términos teóricos conllevan
una interpretación empírica, incompleta y solamente indirecta, debido a que algunos son
puestos en contacto con predicados de observación, valiéndose de pautas de
correspondencia, y el resto se vincula con aquellos a través de postulados teóricos. De
donde las pautas de correspondencia hacen posible la deducción de proposiciones
observativas a partir de proposiciones teóricas, o bien a la inversa de proposiciones teóricas
a partir de proposiciones observativas.
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El principio que rige la construcción de Carnap nos indica que las teorías científicas
han de tener un contenido pronosticador e intersubjetivamente comprobable. La
intersubjetividad -incluso la del lenguaje teórico- la garantiza Carnap mediante un
lenguaje observativo, físico, ejercitado en forma práctica e intersubjetivamente
unívoco. (Wellmer, Albretch: 1979: 23)
Mario Bunge nos habla de teorías empíricas que suelen diferir en varios sentidos como en
los tipos y entidades que postulan, en su estructura lógica y en su capacidad explicativa y
predictiva; en su contrastabilidad empírica y en su conformidad con la masa principal del
saber científico. Las teorías se construyen mediante diferentes formas, cada una se
construye por medio de un sistema de hipótesis que tienen como base o sustento la
predicción y explicación de los fenómenos reales… “entendiendo por teoría un sistema de
hipótesis precisas susceptibles de contrastación.” (Bunge, Mario: 1975 b: 130).
Bunge propone que la teoría científica debe cubrir una serie de requisitos para que se
distingan los síntomas de la verdad en las teorías factuales y se puedan clasificar en cinco
grupos: sintácticos, semánticos, epistemológicos, metodológicos y filosóficos.
Los requisitos sintácticos comprenden: la corrección sintáctica y la sistematicidad o unidad
conceptual. Los semánticos: la exactitud lingüística, la interpretabilidad empírica, la
representatividad y simplicidad semántica. En relación a los epistemológicos tenemos: la
consistencia externa, la capacidad explicativa, la predictiva, la profundidad, la capacidad
unificadora, la fecundidad y la originalidad. Los requisitos metodológicos son:
escrutabilidad; refutabilidad, confirmabilidad y simplicidad metodológica. Y finalmente los
filosóficos son: parsimonia de niveles, solidez metacientífica y consistencia desde el punto
de vista de la concepción del mundo.
La teoría está compuesta por hechos; y estos son empíricamente observables, no hechos al
azar, tienen un sentido de existencia y teóricamente congruentes. Son los propiciadores para
iniciar una teoría, además llevan a la reformulación o al cuestionamiento de la teoría
existente; son causa de rechazo de la teoría aquellos hechos que no concuerdan; cambian el
rumbo de orientación de la teoría; y son aquellos que aclaran y redefinen nuevamente a la
teoría.
La teoría como orientación es aquella que ayuda a elegir aquellos hechos que concuerden,
sean adecuados y congruentes con la realidad que se está cuestionando. La teoría como
conceptualización y clasificación es aquella que hace los procedimientos necesarios para
adecuar los conceptos y reclasificarlos de acuerdo al desarrollo y avance de la ciencia.
Cabe señalar que hasta aquí se han dado a conocer los postulados sobre la teoría desde una
cosmovisión científica, pero existe otra perspectiva en la que teoría y praxis no se escinden
pues ambas están interaccionadas. La teoría y la práctica suelen estar de la mano, ya que
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toma sentido -la teoría- cuando transforma al mundo y hace trabajar a la conciencia de los
hombres. La teoría adquiere valor mediante la práctica. Los principales puntos de esta
concepción sobre la teoría son los siguientes:
El principal representante de la teoría crítica fue Max Horkheimer quien postuló que el
conocimiento no es una simple reproducción conceptual de los datos, objetivos, sino una
transformación y reconstrucción auténtica de la realidad. (cfr. Gabán, Raúl y Habermas:
1980: 21).
En un intento por explicar la diferencia entre la teoría tradicional y la teoría crítica Max
Horkheimer señala:
…la ciencia misma no sabe porque ella ordena precisamente en esa dirección los
hechos y se concentra en determinados objetos y no otros. La ciencia carece de
autorreflexión para conocer los motivos sociales que impulsan hacia un lado, por
ejemplo, hacia la luna, y no hacia el bien de la humanidad. Para ser verdadera,
la ciencia debería conducirse críticamente para consigo misma y para con la
sociedad que ella produce. Aunque no quiere decir que las cosas que hoy figuran
en primer término no sean necesarias (quizá para nosotros, en los estados en los
que vivimos es necesario que se produzcan instrumentos para ser superiores a los
estado enemigos, para competir con ellos), pero al menos se debería ser
conciente de estos motivos y de estas relaciones. (Horkheimer, Max: 1976: 57).
Como vemos la teoría crítica toma distancia de la teoría tradicional ya que ésta parte de la
división del paralelismo entre el sujeto que observa y el objeto que se representa como
verdad contemplada. Según la Escuela de Frankfurt, el conocimiento está mediado por la
experiencia y la praxis concreta de una época la que se encuentra guiada por los intereses
de los grupos sociales, lo mismo rechaza al materialismo que no es intermediado por la
actividad humana que al positivismo en especial el positivismo lógico del círculo de Viena.
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Hasta aquí se describieron algunas de las distintas concepciones que hay sobre lo qué es la
teoría, para recapitular podemos regresar al primer planteamiento el cual nos dice que las
teorías se pueden dividir en generales y particulares; las primeras se identifican con las
propuestas positivistas de la teoría, mientras que las segundas cuando se vinculan a la
praxis, se identifican con las propuestas histórico-dialécticas.
Con lo expuesto hasta aquí podemos observar que las teorías y la lógica, la ciencia y la
ideología, como actividades del pensamiento humano, no se dan al margen de la
metodología sino que son parte de ella. En el caso particular de la teoría, su identificación
dentro de una propuesta metodológica es correlativa al ámbito de la realidad que intente
exponer y la forma en que pretenda hacerlo. Esto quiere decir que en la construcción de una
teoría si se parte inicialmente de diferentes supuestos metateóricos, estos -supuestos-
configuran diferentes maneras de concebir y captar lo social, podemos también suponer que
con los mismos supuestos metateóricos es posible construir teorías que se encuadren dentro
de la misma óptica o posición acerca de lo social. Sin embargo, eso no quiere decir que
toda investigación realizada dentro del mismo paradigma y definiendo el mismo objeto de
estudio concluya en dos trabajos iguales.
1.1.4 Conocimiento
En este sentido hablamos del conocimiento del sentido común, del que necesitamos para
convivir en el día a día, pero aquí intentaremos hablar del conocimiento teórico o científico,
que como hemos venido explicando está relacionado con la metodología y la teoría, de esta
manera aparte de considerar lo qué se conoce y el quién conoce, hay que agregar el porqué
y el para qué se lleva a cabo el conocimiento.
En esta vertiente vemos que en el universo existe unidad, pero su conocimiento siempre se
divide; de tal manera que una forma de conocerlo será con los principios idealistas, o sea
que se parte de la idea, del pensamiento de los sujetos; otra consiste en el materialismo, el
conocimiento se da cuando hay una interacción constante entre los sentidos y el
pensamiento del sujeto y el objeto, ya sea social o natural que se desea conocer.
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El conocimiento es aquella forma por la que el ser humano actúa y ajusta las condiciones
para vivir de manera constante con el mundo que le rodea. Es uno de los elementos básicos
en la existencia de la humanidad, puesto que le ha permitido conocer el mundo natural,
social y asimismo como individuo y sujeto social. Dominar a la naturaleza y dar respuesta a
las interrogantes que se plantea ante fenómenos que en distintas etapas han rebasado su
capacidad comprensiva. Si para los primeros sujetos del orbe el sol, la lluvia, el fugo eran
hechos inexplicables; ahora en los inicios del siglo XXI también hay muchas interrogantes:
cómo curar el SIDA, cómo erradicar la pobreza, el hambre, cómo canalizar adecuadamente
la agresividad humana, y cómo conquistar el universo. Su avance es gradual con relación a
la historia del ser humano, diferentes etapas conforman el conocimiento. Es objeto de
reflexión y cuya reflexión crea la función básica de la teoría. Mucho se dice de la teoría del
conocimiento como encargada de hacer una exposición de los problemas que suscita la
relación entre un sujeto y un objeto, en la acción cognitiva o de conocimiento del primero
ya sea de manera conciente o no.
Una pregunta que surge es ¿existe una sola forma de conocer? A la cual se le han dado
múltiples respuestas a lo largo de la historia, pero ante todas las respuestas que se han dado
se puede proponer de manera sintética lo siguiente: el conocimiento es una habilidad
preponderantemente humana en la que se relaciona un sujeto que conoce con un objeto por
conocer. En relación a las formas de conocer, son los sentidos los que perciben las
características de los objetos de conocimiento. Esta idea tan sencilla conlleva una gran
cantidad de interpretaciones que nos trasladan del conocimiento, como expresión de una
habilidad humana, al proceso de conocimiento como una rede de funciones, experiencias,
capacidades, intenciones e intereses de los seres humanos.
Está claro que las formas de conocer trascienden el límite específico de la interacción entre
sujeto y objeto, lo que nos conduce al campo de la reflexión filosófica que busca dar
respuesta al proceso de conocimiento y los resultados han permitido construir la teoría
sobre dicho proceso, o lo que se conoce como teoría del conocimiento.
Cabe señalar que el concepto de teoría del conocimiento, tal y como lo hemos esbozado, en
otras latitudes y tiempos se le ha denominado de forma diferente, con otros términos pero la
naturaleza y la esencia de los conceptos es el mismo, sobre el particular, Gabriel Gutiérrez
Pantoja (1984) condensa el origen de las denominaciones de la teoría del conocimiento.
Explica que: la primera aparición del concepto se encuentra en el siglo antepasado y fue
Ernst Reinhold quien en 1832 habló de Theorie der Erkenntnis (Teoría del Conocimiento).
Más adelante, en 1862 el historiador de la filosofía Eduard Zeller, utiliza la misma
expresión para ilustrar los diferentes procesos del conocimiento a través de las ideas de los
filósofos que exploran el tema. (cfr. Kropp, Gerhard: 1961).
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A pesar del uso común del término en los cursos universitarios, su utilización no es
universal, salvo en alemán que se expresa comúnmente Erkenntnistheorie cuyo significado
literal es: teoría del conocimiento, en inglés se utiliza la forma: Epistemology, concepto
cuya raíz griega es episteme que significa ciencia y logos, tratado. Este término fue
introducido por J. F. Ferrier en 1854 en su texto Institutes of Metaphisics.
De forma breve expondremos las corrientes de pensamiento que se han generado para
intentar explicar los orígenes del conocimiento:
A. Racionalismo
Esta perspectiva sostiene que el conocimiento tiene su origen en el pensamiento, fuente
verdadera y base fundamental del conocimiento humano: El pensamiento es posible por la
existencia de objetos que provocan el conocimiento, por lo cual el conocimiento real es
originado por el pensamiento, y lo real es cuando un objeto es asimilado tal y como es y no
de otra manera, si es aceptado este principio entonces los juicios cumplen la satisfacción de
una necesidad lógica y su validez es universal. De ahí que el pensamiento sea el origen del
conocimiento; pero el pensamiento es una actividad del sujeto que le es dada, esa facultad
le viene del exterior a través de la iluminación divina. Desde esta perspectiva, el
pensamiento es la gracia otorgada por la divinidad para que el sujeto por conducto de los
sentidos y la razón pueda conocer.
B. Empirismo
Esta corriente explica que el único origen del conocimiento es la experiencia pues el
pensamiento en un principio es una tabla rasa desprovista de cualquier conocimiento, sobre
la cual la experiencia va construyendo. El empirismo fundamenta su postura diciendo que
el individuo se va forjando en hechos concretos que propician un proceso establecido por la
experiencia externa (sensación) y la experiencia interna (reflexión). Así la percepción
sensorial de los objetos da paso al proceso de conocimiento y la reflexión acerca de lo
captado es lo que lo consolida.
C. Intelectualismo
Esta orientación sostiene el principio de que la razón y la experiencia son fuente del
conocimiento en forma conjunta, pero su entendimiento es todo un proceso en el cual en
17
primer instancia se reciben imágenes sensibles de objetos concretos, la razón se activa
como entendimiento, separa lo esencial del todo percibido. El entendimiento potencial
recibe el razonamiento activo lo esencial y sobre eso formula sus juicios. De estos se
forman los conceptos elementales de los que se parte para realizar un Conjunto de
operaciones en el entendimiento potencial que promueven la formulación de los conceptos
más generales con los cuales se pondrá la base para el establecimiento de las leyes lógicas
del pensamiento.
D. El apriorismo
En esta última propuesta se dice que tanto la razón como la experiencia son las que
promueven el origen del conocimiento, en esta postura se encuentra conjuntado el
racionalismo y el empirismo. Su punto central consiste en considerar que siempre existe un
a priori y sus elementos son independientes a la experiencia, pero vinculados a la razón por
lo que el conocimiento encuentra su base en la razón antes que en la experiencia. El
apriorismo se distingue del intelectualismo en cuanto que determina una división entre la
razón y la experiencia diametralmente opuesto; esto es que no se requiere que
necesariamente se de una experiencia, una interacción sensorial con un objeto para que se
origine el conocimiento, ya que se puede originar a través de la actividad pura de la razón.
El dogmatismo (dogma doctrina fija) tiene como principio la idea de que existe en los
sujetos una capacidad innata (absoluta) para conocer, por lo cual todo objeto puede ser
conocido. La posibilidad del conocimiento radica en la razón humana, puesto que los
objetos son asimilados por los individuos directamente sin que haya algún tipo de
mediación. Por lo tanto la posibilidad del conocimiento es inmediata.
Como apuntamos al inicio de este apartado el debate sobre la esencia del conocimiento
tiene en la actualidad una bifurcación radical entre propuestas subjetivistas y las objetivas
que también se identifican como idealismo y materialismo, alrededor de estas posturas se
18
han creado fundamentaciones filosóficas que orientan las maneras del pensamiento,
reflexión, posición política y acción social.
Ya hemos mencionado que los elementos que se conjugan en el proceso del conocer son el
objeto por conocer el sujeto que conoce y el conocimiento como resultado de la relación
sujeto-objeto. Pues bien, en la esencia del conocimiento se pondera por un lado, al sujeto y
por otro, al objeto como el elemento principal para que se de inicio al proceso de
conocimiento. De tal forma, para el idealismo, el sujeto o bien las ideas del sujeto son la
esencia del conocimiento. Mientras tanto para el materialismo es el objeto en donde recae
dicha esencia. Estas posturas son las que dan como resultado las direcciones filosóficas.
Entendiendo por direcciones filosóficas las tendencias de pensamiento que postulan, ya sea
al objeto o al sujeto como elemento iniciador del proceso de conocimiento. Los
involucrados en el debate del cual de ellos es la esencia del conocimiento asumen una
dirección filosófica.
La filosofía idealista postula que lo primero es la conciencia, la acción que lleva a cabo la
persona para vincularse al mundo que le rodea. Así las sensaciones producidas por la
percepción y en general el uso de los sentidos, surgen de una energía interna del propio
individuo. El pensamiento que se deriva de la conciencia cognoscente tiene sus propias
leyes para recrear la naturaleza que únicamente puede ser conocida en un momento dado,
pues el pensamiento no refleja el objeto que se le presenta sino que estructura al objeto a
través de la acción sensorial que él mismo realiza.
A estas dos posturas en la actualidad se suma una tercera vía que es la conocida como la
interacción histórica. Este tercer modelo rechaza que se resalte el objeto sobre el sujeto y
viceversa, considera esa discusión como estéril y sugiere que se elimine para ponderar que
el conocimiento es el resultado de una interacción permanente entre objeto y sujeto
alternadamente (S-O, O-S), sin que exista una predominancia de alguno de ellos. El
conocimiento se producirá como resultado de esa relación, conforme a las experiencias
individuales, en donde la práctica personal y social tendrá un papel importante.
Finalmente podemos decir que el conocimiento ha sido a través de la historia uno de los
problemas fundamentales de la reflexión humana y desde esa perspectiva, las teorías sobre
el conocimiento, las reflexiones en torno a la percepción sensorial y el razonamiento no
pueden darse de una manera acabada y absoluta.
19
1.2 Las tipologías en el estudio de lo social y lo comunicacional
En este punto trataremos de explicar de manera breve los diferentes tipos de estudio que
sobre la comunicación y los medios se han realizado, hay que tomar en cuenta que la
comunicación como proceso social, tecnológico y como habilidad y capacidad individual se
ha estudiado tanto por las ciencias naturales como las sociales, disciplinas como la
fonología, la neurología, la psicología clínica; así como la matemática, la informática, la
ingeniería en transmisiones y telecomunicaciones entre otros, se ocupan del estudio de la
comunicación; pero nosotros nos centraremos en el estudio de la comunicación y los
medios en su accionar en el seno de la sociedad y sus repercusiones en el ámbito cultural,
político, económico, psíquico y social. En este sentido el análisis de lo comunicacional
como objeto de estudio social siempre está ligado a las formas metodológicas y
paradigmáticas de las ciencias sociales, es decir, sus orientaciones teóricas son el resultado
de los modos en que se plantean y se llevan a cabo los estudios y sobretodo, las
convicciones fundamentales que los sustenten, las utilidades que se les asignan son algunos
de los aspectos esenciales a la hora de realizar alguna investigación. Por lo tanto conocer
cómo se ha venido estudiando la comunicación implica saber cuáles son las lógicas de
estudio de lo social.
Esta tarea de organizar cómo se estudia la comunicación es independiente del debate que
hoy en día se da acerca de que si el estudio de la comunicación puede llegar a ser una
disciplina la comunicología o bien si es como proceso social transversal la comunicación
un objeto de estudio multi, inter y transdisciplinar. Lo cierto es que su estudio y análisis se
ha venido realizando de manera plural en cuanto a método, disciplinas y orientaciones
teóricas con cosmovisiones encontradas y contrapuestas.
20
No obstante, si estos dos tipos de estudio tienen sus grandes diferencias también hay que
señalar que actualmente se tiende a reconocer que las investigaciones administrativas
requieren soportes teóricos y que la investigación académica necesita de datos empíricos
para fundamentar y apoyar sus juicios emitidos.
En ese mismo sentido, también se pueden clasificar de manera específica por el tipo de
métodos que se utilicen en una investigación y suele hablarse de estudios cuantitativos y
cualitativos; en donde los primeros se distinguen por utilizar instrumentos como el
cuestionario, las técnicas de la encuesta para recoger datos y con el método estadístico
medir frecuencias en el tipo de respuestas que se relacionan a variables que se quieren
conocer (conducta observable); en tanto que los estudios cualitativos más que medir
frecuencias intentan interpretar y analizar valoraciones, creencias a través de instrumentos
como la entrevista a profundidad, la observación participante con técnicas como el análisis
del discurso, psicográfico, etc. Y con un método etnográfico interpretar la forma en que los
sujetos construyen su visión de la realidad social (conducta no observable, forma de
pensar).
Si nos atenemos a cómo el estudio de lo social está estrechamente vinculado con la forma
en cómo se ha estudiado a la comunicación y los medios tenemos que hablar de las
cosmovisiones que aportan una serie de conceptos con los cuales se permite explicar con
fundamento metodológico la realidad social, desde esta perspectiva se puede clasificar a la
investigación según los paradigmas metodológicos que en el estudio de lo social se han
desarrollado; también disciplinariamente, así como reconocer algunas de las teorías que de
esas cosmovisiones paradigmáticas y del trabajo disciplinar se han desarrollado. Iniciemos
con los paradigmas metodológicos.
1.2.1.1 Funcionalismo
El funcionalismo inicia con las ideas que desarrollo Emile Durkheim, sociólogo francés
cuyos trabajos, en los que abordó el tema, los escribió en la última década del siglo
antepasado. Durkheim se ocupó de ampliar el concepto de función que ya había sido
esbozado por el filósofo inglés Herbert Spencer cuando explicaba la evolución de las
sociedades.
21
Emile Durkheim establece el concepto de función en analogía al organismo biológico,
especificándola como la satisfacción de una necesidad, lo que significa que lo mismo un
sistema social como un orgánico tienen determinadas necesidades de cuya satisfacción
depende su supervivencia. Si la función es la satisfacción de una necesidad; en el
organismo vivo la satisfacción fisiológica es lo que mantiene la vigencia de una
corporeidad; en el organismo social , su vigencia e integridad dependen del establecimiento
de una armonía general, de un orden.
Durkheim piensa que las necesidades de los sujetos se originan por la tradición y ésta no es
una actividad mental de un solo individuo; por el contrario del conjunto de las diferentes
conductas que coinciden como acción social, misma que resulta de ese conjunto y norma lo
mismo al colectivo social como al individuo. “La sociedad no es una simple suma de
individuos, sino que el sistema formado por su asociación, representa una realidad
específica, con caracteres propios. Sin duda no puede producirse nada colectivo si no están
dadas las conciencias particulares.” (Durkheim, Emile: s/f: 85). La acción de la sociedad es
un hecho colectivo que norma las acciones personales, y esa acción normadora venida de
las individualidades para formar la conciencia colectiva Durkheim la identifica como un
hecho social.
La función, siendo el objeto que nos ocupa, está orientada a la satisfacción de las
necesidades sociales y se logra si se tiene algún fin social, a su vez este fin es el
mantenimiento de la convivencia, de la armonía, del orden social.
De esta manera la función es la actividad que lleva a cabo cada individuo en una sociedad
dada, dicha función se complementa para conjugar la relación orgánica entre cada uno de
los roles; por ejemplo: en el ámbito familiar cada sujeto tiene un status y desempeña un rol
(padre, madre, hijos, nuera, primos, etc.), en el laboral también (director, jefe, empleado,
22
secretaria, etc.) y así en cualquier otro ámbito. En suma, la totalidad orgánica la constituyen
las funciones desempeñadas. De ahí que según Radcliffe-Brown función es la contribución
que una actividad particular hace a la actividad total de la cual es parte.
Son cuatro los elementos que componen su serie consecutiva, el primero es la función, el
segundo su teoría de las necesidades, el tercero su concepto de problemas universales y el
cuarto que es el concepto de sistema interconectado.
23
naturaleza, y en segundo lugar las necesidades que se van configurando por el mismo ser
humano en su devenir histórico. De ahí que por función se entienda la participación de los
distintos grupos institucionales en una cultura, mismas que satisfacen las diversas
necesidades existentes.
Los rasgos de estos tres autores se mantienen en las ideas sobre el funcionalismo; en esta
postura metodológica no hay un énfasis evolucionista ya que las interpretaciones se llevan a
cabo en las funciones existentes y actuales, pues interesan principalmente los fenómenos
presentes. No hay un interés por los hechos del pasado para entender el presente. Bajo estos
principios se elimina el tiempo como base importante de la interpretación de lo social, no
interesa ni el pasado ni el futuro.
Merton, aunque da por sentado el principio funcionalista, lo niega como verdad absoluta y
realiza nuevos aportes que contribuyen a consolidar la noción a partir del supuesto de que:
“todo conflicto social procede de alguna tirantez de las partes, alguna disfuncionalidad.”
(Merton; Robert K.: 1957)
24
Bajo estos principios la comunicación ha sido ha sido estudiada y ha analizado tanto al
emisor como al receptor y al mensaje. Charles R. Wright, uno de sus principales exponente
afirma en relación al funcionalismo. “trata de esclarecer las condiciones para la
investigación funcional de los medios de comunicación masiva estableciendo las funciones
que pueden atribuirse a cada medio y la manera en que pueden atribuirse a través de la
investigación.” (Wright: 1972: 20).
Por su parte, Harold Lasswell añadió: “El funcionalismo parte de una metodología que
tiene su origen en cinco preguntas básicas: quién dice, qué dice, en qué canal, a quién, con
qué efecto.” (Laswell: 1984: 13). Estas preguntas son la base para analizar cualquier tipo
de investigación que se realice desde el punto de vista funcionalista. Como ya
mencionamos, el concepto funcional de la cultura pone énfasis en el principio de que “toda
civilización, toda costumbre, objeto material, idea y creencia desempeñan alguna función
vital…” (Merton: 1980: 104). En suma, el funcionalismo estudia las funciones y
disfunciones, conflictos y el equilibrio dentro de la sociedad y la estructura social. Se puede
decir que para estos teóricos de la comunicación el concepto más importante fue el de
función, mismo que a decir de Robert K. Merton, está dirigido a las consecuencias
observables y no a las disposiciones subjetivas (motivos, propósitos, finalidades).
Con el fin de establecer una distinción entre lo que es funcional, disfuncional y afuncional
en u n organismo, ya sea biológico o social, se adoptó la tesis de Spencer en el sentido de
que todo estímulo que contribuya al aseguramiento de la función asignada al órgano es
funcional, y todo aquél que rompa el desempeño de esa función es disfuncional. Y, los
estímulos que no afectan a las funciones socialmente necesarias se consideran afuncionales.
25
sistema axiológico. Merced a dicho sistema, el emisor puede establecer comunicación con
sus receptores y asegurar su respuesta.
Los efectos que el funcionalismo toma en cuenta son las representaciones que los mensajes
inducen en el público receptor. A estas representaciones se les suele llamar opinión pública
o estado de opinión, y marcan el aspecto organicista de la concepción de los efectos.
También incluye los efectos que expresan el comportamiento social mensurable como
votar, comprar, escuchar -música, radio- sintonizar -canales de TV, programas- fumar o
beber, entre otros.
Wright considera que son cuatro las principales funciones que genera la comunicación
masiva en el seno del sistema social, las cuales afectan al individuo y a la misma sociedad.
a) El tratamiento de la información
b) La distribución de la información relativa a los sucesos que se producen en el
entorno y la prescripción de las conductas de adaptación a los sucesos relatados
(correlación)
c) La enculturización, es decir, las actividades destinadas a la comunicación de la
herencia de normas sociales, informaciones, valores, etc. De un grupo a otro o de
una generación a otra (transmisión cultural)
26
d) Finalmente el entretenimiento, es decir las comunicaciones destinadas a distraer al
público y ocupar su ocio.
1.2.1.2 Estructuralismo
En el punto anterior se utilizó el concepto estructura, que fue la base del estructural-
funcionalismo (principio metodológico de la sociología estadounidense), ahora bien, el
concepto de estructura del que se desprende la propuesta metodológica del estructuralismo
tiene otra génesis y desarrollo que se asienta en Europa, en particular en Francia.
El término estructura cuya raíz latina es struere, que significa construir. Hoy se entiende
por estructura el modo en que las partes de un todo se conectan entre sí. Para descubrir la
estructura es necesario realizar un análisis interno de la totalidad, diferenciando el sistema
de sus relaciones. Aparece así la estructura, que es el esqueleto del objeto estudiado, la que
permite distinguir lo esencial de lo accesorio, y ver el mecanismo de su funcionamiento.
Una estructura es un sistema de transformaciones, con sus leyes, y que por el juego mismo
de esas transformaciones se conserva o se enriquece, sin llegar más allá de sus fronteras o
recurrir a elementos extraños. Vista así la estructura comprende tres caracteres que son el
de la totalidad, transformación y autorregulación.
27
transformaciones. Pero el enclaustramiento no es absoluto con relación al exterior, pues si
bien en el interior de la estructura se busca la preservación de los elementos, hacia el
exterior se puede vincular con otras estructuras, lo que implica integración y conocimiento
de estructuras más grandes, las subestructuras no se modifican sino que se enriquecen con
la ampliación de sus fronteras.
Saussure utiliza el término sistema en la misma forma que Levi-Strauss, medio siglo
después lo utilizara como estructura. Esos conjuntos o sistemas que se presentan como
unidad al sujeto para su identificación cognoscitiva, crean la preocupación fundamental de
aprehender objetivamente la realidad, y para transformar lo real en objeto de la ciencia. O
sea, el objeto existe en la realidad como algo expuesto, dado en sí, pero sólo tiene
significatividad en el momento en que el pensamiento pueda descubrir y explicar su
estructura, la misma es inmanente al objeto pero no manifiesta.
Levi-Strauss hace suyas esas observaciones como punto de partida para proponer el método
estructuralista cuando afirma “la explicación comienza únicamente cuando hemos llegado a
construir nuestro objeto.” (Levi-Strauss, Claude, en Louis Mollet et all: 1975: 40). La
contribución al análisis científico según este autor debe avanzar en tres etapas: 1) la
observación de lo real; 2) la construcción de los modelos y; 3) el análisis de su estructura.
El estructuralismo tiende a ser un método general, una lógica vinculada a todos los sectores
del conocimiento; es un método que ha servido de unión a las diferentes ciencias. El
epistemólogo Jean Piaget dice que se puede hablar de estructura cuando cada uno de los
elementos que la componen depende, parcial o totalmente de esas características de
totalidad.
28
El sociólogo considera a la sociedad como una totalidad, la encara como un todo, diferente
a la suma de sus partes, ya que la relación entre individuos la modifica, constituyendo un
sistema de relaciones, esto es, una totalidad. Esta totalidad está formada por distintos
componentes: personalidades individuales, la interacción social de esos individuos, las
variables relativas a la disposición espacio-tiempo de los grupos, las actividades como tales
independientemente de quienes las realizan, el comportamiento cultural referido a ideas,
normas, valores y creencias, y por último, los mecanismos de interacción de todos estos
componentes.
Para Lacan la fuerza combinatoria del pensamiento a través de los significantes constituye
la realidad humana pues el inconciente está estructurado como lenguaje. La estructura del
inconciente surge por la yuxtaposición que tiene con el lenguaje, y el lenguaje es el medio
simbólico que expresa la estructura del inconciente. De ahí que la estructura no forma parte
de la conciencia, debe buscarse en el inconciente a través del lenguaje.
29
de los interlocutores. Los códigos, tanto en su uso como en su adquisición ontogénica, no
podrían disociarse del desempeño del conjunto de las instancias psíquicas. Este enfoque ha
sido estimulado por el psicoanálisis, en cuya óptica el vínculo con los códigos sería al
menos doble: conciente e inconciente¸ la práctica con los códigos implicaría entonces una
imbricación de determinaciones que comportan el entrejuego de ambas instancias.
Otra de las perspectivas metodológicas que han adquirido gran auge entre los estudios de
las ciencias sociales es el materialismo histórico-dialéctico. Utilizamos ese concepto
compuesto porque en la configuración inicial de este paradigma, las partes integrantes; la
concepción materialista de la realidad, la particularidad del momento histórico y la
dinamicidad del movimiento dialéctico, están estrechamente unidos.
Los postulados principales del materialismo dialéctico se presentan como leyes generales
que gobiernan la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Sostiene que lo material y lo
ideal constituyen una unidad contradictoria, donde lo material es lo básico o fundamental.
La materia puede existir al margen e independientemente de la mente, pero no puede
ocurrir lo contrario; la mente surgió históricamente de la materia y no puede existir sin ella.
La sensaciones que recibe el espíritu humano corresponden a una realidad exterior
verdaderamente existente, y las ideas y los conceptos son el reflejo en la mente de objetos
exteriores susceptibles de ser aprehendidos por la inteligencia: la realidad es cognoscible.
Lejos de ser algo estático, la realidad constituye una unidad contradictoria que, en virtud
del conflicto entre sus componentes antagónicos, se encuentra en un proceso de cambio
histórico progresivo y constante. Estos cambios, que pueden ser graduales, revolucionarios,
30
a saltos, continuos o discontinuos, requieren de leyes lógicas dialécticas para ser explicadas
dada la insuficiencia de la lógica formal para hacerlo.
El materialismo histórico ha sido caracterizado por Engels como esa concepción de los
derroteros de la historia universal que ve la causa final y la fuerza propulsora decisiva de
todos los acontecimientos históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad,
en las transformaciones del modo de producción y de cambio, en la consiguiente división
de la sociedad en distintas clases, y en las luchas de estas clases entre sí (cfr. Engels,
Federico: 1975). El materialismo histórico constituye la interpretación marxista de la
historia y de la sociedad.
La fuerza motriz que impulsa los cambios sociales es la lucha de clases, concepto
fundamental del materialismo histórico. “La historia de todas las sociedades que han
existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clase”. (Marx y Engels: 1975). La
clase social está compuesta por un conjunto de individuos definidos por el lugar que ocupan
en el proceso productivo en razón de su relación con los medios de producción; por
ejemplo, en el capitalismo hay propietarios y no propietarios de dichos medios de
producción. Los integrantes de una clase social “viven bajo condiciones económicas de
existencia que los distinguen por su modo de vivir, por sus intereses y por su cultura de
otras clases, y los oponen a éstas de un modo hostil” (Marx: 1975). El triunfo o fracaso
final de una clase determinada está condicionado por su relación con las fuerzas
productivas; tendrá su hegemonía asegurada aquella clase que tenga aptitud de favorecer el
desarrollo de dichas fuerzas.
31
El Estado es considerado por el marxismo como una institución superior a las demás, cuya
función es la de instrumento de la clase dominante a fin de mantener su dominio y la
sujeción de las clases oprimidas.
La conciencia no surge de manera espontánea sino como resultado del intercambio social.
“No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia”.
(Marx y Engels: 1974: 26).
Este enfoque paradigmático planteó sus principales problemas al estudiar las relaciones
sociales de producción y el papel que desempeñan los medios de comunicación en la
difusión de una ideología determinada. El descubrimiento de una ideología que impone una
falsa conciencia trae consigo la búsqueda de una forma de revertir el proceso.
32
redescubiertas y su influencia se puede ver que sobre la teoría crítica contemporánea han
hecho a) la teoría cultural inglesa y b) la escuela latinoamericana de comunicación.
Stuart Hall (1980) fue el primero en desarrollar la idea de los medios como un foro público
en el que varias fuerzas luchan para dar forma a las percepciones de la realidad cotidiana.
La Escuela de Lester retomó la mayoría de las propuestas teóricas de la Escuela de
Frankfurt. Pero los ingleses se propusieron profundizar en el análisis de la problemática
cultural y de la política económica que involucra a los medios de comunicación.
Entre otras cosas, este grupo de estudiosos planteó que el análisis de los mensajes masivos
se debía realizar en el contexto en el que estos se producían. Las comunicaciones masivas
no se pueden estudiar de manera aislada, sino dentro del contexto del sistema social y
cultural en el que se producen. En esta escuela se reunieron investigadores como Raymond
Williams, Gram. Murdock, Meter Holding y James D. Hallorand. (cfr. Hall, Stuart: 1982).
En este contexto también se recibieron aportaciones de Roland Barthes, quien denunció que
los lenguajes siempre contienen los intereses de la clase o grupo social que los emite y
corresponden a sus formas de ordenar y percibir el mundo y la realidad.
1.2.2. Disciplinas
33
estas características se reflejan directamente en los modos de estudiarse. Por un lado, la
complejidad desemboca en la multiplicidad de perspectivas desde donde se observa la
comunicación. No es fortuito que encontremos estudios con enfoques de tipo lingüístico,
psicológico, sociológico, político, estadístico, jurídico, económico, entre otros.
Por ello hay quienes en un intento por llevar a cabo una taxonomía de los estudios de
comunicación agrupan los estudios por las disciplinas que la han estudiado. De hecho
mucho antes de que en las universidades surgiera el establecimiento de la carrera de
ciencias de la comunicación, ésta ya era objeto de estudio de ciertas disciplinas, por lo que
se ha denominado ciencias y no ciencia de la comunicación.
También cabe señalar que la tendencia en el estudio científico de la realidad, tanto natural
como social, a la inter, multi y transdisciplina, esto es que hoy en día las fronteras clásicas
entre las ciencias sociales se diluyen; ya no hay más exclusividad en los objetos de estudio.
Es de tal grado la complejidad de la realidad que aproximarse a su cabal comprensión
requiere, un mismo proceso o fenómeno ser analizado y estudiado de forma integral y sin
perder la visión del contexto y la historicidad del objeto a estudiar. Es decir, la acción
política, por ejemplo, puede ser estudiada desde la perspectiva de la ciencia política, pero
también como un proceso sociológico, las implicaciones económicas que dicha acción
tendría o analizarla desde su perspectiva discursiva, cómo será tomada por la ciudadanía,
entonces desde una perspectiva de opinión pública, etc.
Por lo tanto trataremos de mencionar las principales disciplinas que han contribuido con la
construcción de un acervo que ha permitido darle sistematización al estudio de la
comunicación y los medios. Sabedores del riesgo que esto implica ya que podemos dejar
fuera u omitir algunas disciplinas, pero el ejercicio tiene como propósito únicamente
abundar en presentar un panorama que permita dimensionar la necesidad de contar con
indicadores para la constitución de un campo teórico firme y reducir la generalidad y
ambigüedad de este campo de trabajo.
Aquí nos surge un concepto del cual se derivan una gran cantidad de implicaciones,
el concepto de información. Originariamente se entendía por comunicación la
acción de transmitir y percibir la información por cualquier medio entre dos o más
individuos; posteriormente el término, dentro del auge de la teoría de sistemas tomó
un status de objeto adecuado para la elaboración y procesamiento tecnológico. En
todas las áreas de la producción, el comercio, la administración, la educación, etc.;
la comunicación era necesaria, pero una comunicación adecuada requería de
pensamientos e informaciones igualmente adecuados, lo que se podía lograr con el
avance tecnológico sobre el cual se pueden crear líneas de montaje de información y
líneas de montaje de pensamientos codificados. La persecución de este logro originó
34
un despliegue cada vez mayor de equipos electrónicos destinados a la
comunicación.
Entre las ventajas que ofrecen las máquinas electrónicas de comunicación está la
recuperación inmediata de información que además puede recombinarse, estudiarse
paso a paso o dentro de bloques de información abarcar una selectiva cantidad de
datos en un breve resumen. Este modelo de archivo y recuperación de información
ha sido el resultado de la fusión de la concepción originaria de la comunicación con
la aplicación de los avances en la tecnología electrónica a la que Norbert Wiener
llamó: cibernética. (cfr. Deutsch, Kart W.: 1971).
En palabras de Wiener:
35
La sociología ha incidido en los estudios de opinión pública, de la propaganda
política y los procesos electorales en general.
Pero así como la sociología funcionalista desarrolló toda una tradición en el estudio
de la comunicación y los medios, surgieron y se desarrollaron escuelas de
pensamiento crítico, ya hemos hablado de la Escuela de Frankfurt, también del
movimiento estructuralista nacido en Francia y los llamados cultural studies, en la
Gran Bretaña.
Cabe apuntar que de los estudios de los medios de comunicación que llevan a cabo
los representantes de la Escuela de Frankfurt surge el concepto de industria cultural;
aludiendo a la producción industrial de los bienes culturales como movimiento
global de producción de la cultura como mercancía. Pensadores como Herbert
Marcase y Jürgen Habermas prosiguen con el trabajo desarrollado por Max
Horkheimer y Theodor Adorno sobre la teoría de la cultura de masas, estudios de la
personalidad autoritaria; así como sobre la manipulación de la opinión, la
estandarización, la masificación y la individualización del público.
En Francia los trabajos de Georges Fridman, Edgar Morin, Abraham Moles, entre
otros, hacen aportes a la investigación de la comunicación y centraron su atención
en el análisis de las relaciones entre la sociedad global y las comunicaciones de
masas.
36
Más tarde en la década de los 20 da inicio el dispositivo conceptual de lo que se
conocerá como la Mass Counication Research con los trabajos de Harold D.
Laswell. En sus estudios prevalece la idea de que la audiencia es un blanco amorfo
que obedece ciegamente el esquema estímulo-respuesta. Se presume que los medios
de comunicación actúan como si fueran una aguja hipodérmica -término
acuñado por el mismo Laswell- al producir un impacto directo e indiferenciado
sobre los individuos atomizados.
D) Economía es una más de las disciplinas que sin duda ha aportado visiones
importantes en el análisis para la comprensión de los medios de comunicación, ha
intervenido en el estudio de las empresas del sector comunicativo del análisis de
mercado de los productos y de los derechos, en el estudio de los recursos de los
diferentes medios. El marketing proporciona elementos para entender la lógica del
encuentro entre demanda y oferta, con el fin de determinar las modalidades de esta
última.
37
confrontación, por un lado, de las políticas gubernamentales de de democratización
cultural y la idea de servicio y monopolio públicos, por otro, con la lógica comercial
de un mercado en vías de internacionalización. Se trató de entrar en la complejidad
de estas diversas industrias para intentar comprender el proceso creciente de
valoración de las actividades culturales por el capital.
De igual forma la economía ha permitido conocer las relaciones que se dan entre la
publicidad como formas de financiamiento de los medios y las lógicas de los
contenidos de los mensajes. El estudio del régimen de propiedad de los medios que
también deduce su comportamiento y objetivos de los consorcios; así como los
niveles de concentración, de fusión y desarrollo de los conglomerados empresariales
de los medios a nivel mundial.
38
Hay investigadores que están interesados en trabajar una dimensión etnográfica y
analizar los valores y significaciones vividas, las formas en que las culturas de los
distintos grupos se comportan frente a la cultura dominante, las definiciones propias
que se dan los actores sociales de su situación, de las condiciones en las que viven.
39
La sociolingüística se diferencia de la lingüística en la medida en que ésta describe
la estructura del lenguaje y/o explica mecanismos vinculados con situaciones ideales
de producción, sin considerar el contexto social en el cual el lenguaje se aprende y
se usa.
La influencia saussureana sobre las ciencias que se ocupan de objetos tales como la
sociedad, la cultura, las costumbres y los mitos de los pueblos, aparece en la obra
del sociólogo Claude Levi Strauss sobre el parentesco y el análisis de mitos de
pueblos diferentes, definiendo al hombre como un conjunto de sistemas simbólicos.
40
1.2.3 Teorías
41
3) Los cambios en los regímenes políticos y económicos en los países. Los gobiernos
están comprometidos en promover y proteger la democracia, la pluralidad y
diversidad cultural y los medios son elementos necesarios para el formato de dichos
objetivos.
Los cambios paradigmáticos resultado de estos factores han provocado cuatro etapas
importantes en las teorías de la comunicación: 1) la etapa de la teoría de la sociedad de
masas, 2) la etapa de la perspectiva científica, 3) la etapa de la teoría de los efectos
limitados y 4) la etapa de la teoría cultural.
Los diarios y revistas de circulación masiva, el cine y la radio adquirieron relevancia social,
política, económica y cultural en las primeras décadas del siglo XX. Se ha iniciado una era
de cambios profundos en la organización social, la división del trabajo, el crecimiento de la
producción en serie, las fábricas son algunos rasgos que caracterizan la industrialización, lo
que trae consigo la urbanización, el desarrollo de centros poblacionales multitudinarios; se
inician procesos migratorios densos del campo a la ciudad. Los gobiernos se preocupan por
la alteración en el status quo. Las ciudades albergan cada vez a un mayor número de
personas con diversos hábitos y demandantes de necesidades sociales para una mejor
sobrevivencia y convivencia social. Al desarrollo de grandes urbes que acompaña un
incremento en la criminalidad, así como las inquietudes sociales y políticas. A la irrupción
de las multitudes en la ciudad se forma la problemática de la sociedad de masas y de los
medios de difusión de masas que son su corolario.
La masa se presenta como una amenaza real o potencial para toda la sociedad este riesgo
justifica que se introduzcan dispositivos de control. Se fomentan los estudios sobre las
patologías, las crisis y los desequilibrios del orden social. Surge la psicología de las
multitudes que establece el contagio, la sugestión y la alucinación como conceptos que
permiten explicar el comportamiento del hombre-masa, el cual se transforma en autómata y
sonámbulo cuando forma parte de un acto multitudinario. Así el estudio de multitud,
muchedumbre, público, masa se hace necesario para intentar comprender la acción social
de los sujetos en las nuevas formas de organización social.
42
Para este autor la democracia y la propaganda son situaciones que están íntimamente
ligadas. La propaganda constituye el mejor medio para promover la adhesión de las masas:
no representa tanto gusto económico y político como la violencia, la corrupción u otras
artimañas de gobierno en este renglón. Los medios son simplemente instrumentos que lo
mismo se pueden utilizar para fines loables o nobles o para la manipulación inmoral o
causas perniciosas. Esta idea instrumental proporciona una representación de omnipotencia
a los medios al ser considerados como instrumentos capaces de fijar en la mente de los
sujetos ideas y de poder controlar su conducta. La idea que se tiene sobre el uso de la
propaganda por parte de los gobiernos totalitarios en Europa, en particular por el Partido
Nacional Socialista de Alemania (los nazis), otorgó evidencia contundente del poder
abrumador de los medios.
Es así que el mismo Harold Lasswell sugiere que los medios actúan como una aguja
hipodérmica, representando la metáfora de que inyectan en la mente de los sujetos la
información. Se denomina la teoría de la aguja hipodérmica o teoría de la bala mágica.
Esta hipótesis es reforzada por teorías psicológicas como la psicología de las masas de Le
Bon; el conductismo de John B. Watson; las teorías del condicionamiento de Ivan P.
Pavlov. Enfoques que emplean métodos empíricos basados en las ciencias naturales.
Sin embargo, investigaciones realizadas por la Universidad de Princeton mostraron que fue
una parte (importante) de habitantes que se asustaron con la transmisión, pero la gran
mayoría que escucharon el programa no reaccionaron igual, finalmente fueron más los que
no se asustaron que los que sí, lo que dejó claro que el poder de influencia por parte de los
medios, hacia las personas dependía de diferentes factores. (De Fleur, Melvin: 1982). Los
trabajos de investigación se llevaron a cabo con métodos estadísticos apoyados en
encuestas con cuestionarios estructurados compuestos por ítems cerrados y en menor
medida con procedimientos clínicos como el psicoanálisis (entrevistas a profundidad o
depth interviews, por ejemplo) y de la antropología cultural.
43
características, tanto individuales como sociales que hacían que los medios influyeran o no
en el público. La idea que surgió fue que la posible influencia de los medios era limitada
por las diferencias individuales como: la inteligencia, el nivel de escolarización, la
ocupación, la edad, el sexo, etc.; y sociales como la religión, la afiliación política, la
empresa, los sindicatos, entre otras, e inclusive las relaciones personales como el grupo de
amigos y los familiares. Así pues las teorías que se propusieron de esta era del primer
estudio sistemático y científico de los efectos de los medios, ahora se conocen en conjunto
como teorías de los efectos limitados.
De hecho la aparición de esta nueva teoría de los intermediarios o teorías del flujo en dos
etapas; es decir se descubre -como innovación- que hay un elemento intermediario entre el
punto inicial y el punto final del proceso de comunicación; es un producto reconocido de
esta era y un ejemplo de una teoría de los efectos limitados.
La noción de los efectos limitados de los medios y las diferentes teorías que la apoyaban
tuvo su momento de mayor auge durante y posteriormente a la Segunda Guerra Mundial.
44
Universidad de Yale, este grupo de investigadores desarrollo trabajos que influyeron en el
desarrollo de la llamada teoría del cambio de actitudes, consistente en los modos de
mejorar la eficacia de la persuasión de masas, explicando la forma en que crean, conforman
y cambian las actitudes de las personas a través de los medios de comunicación y cómo
influyen en el comportamiento. (cfr. Hovland, C.I., et all: 1953).
En la teoría del cambio de actitud persisten las ideas que se identifican con los procesos
denominados de disonancia cognoscitiva y selección. La teoría de la disonancia
cognoscitiva fundamenta sus principios explicando que un individuo cuando se expone a la
información nueva o conflictiva experimenta algún grado de incomodidad mental, una
disonancia. Por lo tanto desarrollan a nivel conciente y subconsciente procesos cognitivos
para reducir o contener dicha incomodidad por medio de tres procesos selectivos
entrecruzados. Son estos procesos los que ayudan a seleccionar la información que se
consume, recuerda e interpreta de forma personalmente ideosincrática y significativa.
b) La retención selectiva alude a que los individuos recuerdan mejor y por más tiempo
los mensajes que no se contraponen con sus actitudes y creencias preexistentes.
Conforme a los procesos selectivos la idea de que el poder de influencia de los medios es
limitado, se debe a que el contenido se filtra de forma selectiva para producir el menor
cambio de actitudes posible. Principalmente cuando el contenido de los mensajes es
informativo; pero no es tan limitado cuando es preponderantemente simbólico.
Dentro del paradigma de los efectos limitados está presente la teoría de reforzamiento
desarrollada por Joseph Klapper, quien en 1960 publicó el libro: Los efectos de la
comunicación masiva. Básicamente en la evidencia científica anterior a 1960 dicha teoría
tuvo un impacto significativo en el ámbito de estudio de los medios de comunicación.
Quizá su fuerte aceptación se debió a que en ese tiempo la rápida urbanización, la
industrialización, el progreso generado durante la posguerra hizo que se tuviera la idea de
que las tecnologías de los medios sólo podían generar cosas buenas, y así se confió en las
propuestas de Kappler en el sentido de que los medios reforzaban la socialización llevada a
cabo por la iglesia, familia y escuela.
45
Con esta postura se dio un distanciamiento de las teorías de los efectos directos (la hipótesis
conductista y sus variables) y se intentó ir más allá de la teoría de los efectos limitados. Al
poner énfasis en los motivos de la audiencia para elegir las opciones de consumo concretas
y las consecuencias del uso de dichos medios intencionales, suele pensarse que se favorece
a la industria mediática al considerar que los mensajes de poca calidad ética, artística y
moral son el resultado de la selección hecha por la audiencia y se absuelve de
responsabilidades a los medios. Se da lo que la gente pide y demanda. Esta corriente se
profundiza en la década de los 80 en su noción de que la audiencia hace una lectura de los
mensajes mediáticos negociada: el sentido y los efectos se gestan de la interrelación de los
mensajes y las funciones asumidas por los receptores. Las interpretaciones se relacionan
con la implicación que la audiencia les da. El sentido que se le da a los textos depende de la
manera en que cada cultura construye la función del receptor.
Lo que se puede destacar de esta teoría de los usos y gratificaciones es el hecho de poner en
el escenario de las investigaciones la importancia del sujeto en el proceso de comunicación
masiva porque eligen el contenido, le dan significado y actúan con base en ese significado.
Durante la etapa de los efectos limitados surge también la teoría de la Agenda Setting o del
establecimiento de la agenda (campaña de opinión), los estudios de la agenda sugieren que
los medios de comunicación nos dicen no lo que hay que pensar sino en qué hay que pensar
y en que no hay que hacerlo; cumplen la función de guía y marcan un temario que establece
cuáles deben ser los problemas susceptibles de ser debatidos en una sociedad determinada.
Estas teorías se llaman teorías de efectos limitados porque la imposición de una agenda
setting no impide a las redes de relaciones interpersonales cumplir su función de mediador.
La selectividad de la audiencia es un obstáculo a la influencia de los medios; hay
intermediarios, no puede ser directa; el proceso de influencia requiere tiempo, por lo tanto
no puede ser inmediata. (cfr. Katz, Eliu: 1990).
46
La teoría de la dependencia del usuario estima que los sujetos dependen cada vez más de
los medios y sus contenidos para entender su realidad inmediata, aprender a comportarse de
forma significativa y evadir su propia realidad.
Cuando se hacía más fuerte el encuentro entre las teorías de los efectos limitados con las
ideas de la agenda setting y la teoría de la dependencia, más se expandía la teoría
cognoscitiva social. Sus inicios se pueden rastrear hacia los años 40 con el movimiento
cibernético y la teoría de la información, y el desarrollo de la lógica matemática para
describir el funcionamiento del sistema nervioso y de razonamiento humano. Le siguieron
con hipótesis cognoscitivistas a partir de la mitad de la década de los 50, según las cuales la
inteligencia humana es similar a una computadora, tanto que la cognición puede definirse
como la computación de representaciones simbólicas, entendiendo por símbolos los
elementos que representan aquello con lo que se corresponden. Es pues su objetivo conocer
cómo se conoce o se aprende.
La teoría cognoscitiva social explica que los individuos siguen patrones de conducta que
asimilan y el modelado se lleva a cabo por dos vías: la primera por imitación, que es la
réplica directa de un comportamiento observado; la segunda es a través de la identificación,
es decir, una manera sutil de imitación, en la cual dos observadores no “copian”
estrictamente igual lo que ven, sino que realizan un comportamiento más generalizado
aunque relacionado con el observado.
Estas ideas han sido llevadas al estudio de los medios en general y a la televisión en
particular, por el hecho de que los medios difunden normas, pautas y patrones de conducta,
así como valores estéticos, morales y sociales, entre otros.
Hacia finales del siglo XX fueron varios los factores que se sucedieron para provocar
cambios paradigmáticos en el estudio de la comunicación y los medios. La repercusión
clara y visible que tiene la televisión en la vida diaria de las sociedades, la complejidad y
concentración de medios en sólo algunas megaempresas, la diversificación de los
consumidores de medios, el abaratamiento aparente de los procesos políticos, la demanda
emergente de que se controlen las nuevas tecnologías de la comunicación y la información
(el cable, internet, el satélite, la telefonía móvil, las redes de computación, etc.) entre otros,
son sólo un ejemplo de dichos factores. Lo que llevo a reconsiderar la influencia de los
47
medios de comunicación en el seno social. Es claro que las nociones de las teorías de la
sociedad de masas y de los efectos limitados no bastan para analizar y describir las
repercusiones de los medios; aunque no han desaparecido en su totalidad dichas visiones.
Sin embargo, las teorías que tomaron fuerza desde principios de los 60, por diversos grupos
de investigadores de la comunicación son las que aceptan el potencial de los medios para
tener efectos más agresivos y persistentes en los individuos y en la vida política y
socioeconómica de los países. Se refieren a un potencial que puede ser aumentado o
minimizado según los propios medios y sus intereses. Las teorías culturales son
importantes para este enfoque sobre la interacción entre los medios y la audiencia.
Este centro toma por definición de la cultura una concepción antropológica en donde la
cultura es ese proceso global a través del cual las significaciones se construyen social e
históricamente y la literatura y el arte -en general- no son más que parte de la comunicación
social. Estudian la relación entre la cultura y las demás prácticas sociales, e inician un
debate sobre la supremacía de la base con relación a la superestructura que reduce la cultura
al dominio y la determinación social y económica. Critican el determinismo tecnológico y
sostienen que la historia está hecha de luchas, tensiones y conflictos entre culturas y modos
de vida, conflictos íntimamente ligados a las culturas y a las formaciones de clases. El
centro tiene como fundadores y reconoce los trabajos de Hoggart, Williams y Edgard P.
Thompson.
Otra noción que se ha trabajado desde la perspectiva de los estudios culturales es la teoría
de la construcción de la realidad, la cual postula que los individuos que comparten una
cultura están inmersos en una misma correspondencia continua de significado. En otras
palabras las cosas por lo general significan lo mismo para unos y otros sujetos de una
misma cultura. Berger y Luckmann llaman símbolos a las cosas que tienen un significado
“objetivo” y signo a lo que se le da un significado subjetivo. Así por ejemplo un auto es
48
símbolo de movilidad; pero una marca y modelo determinado puede ser signo de status
(cfr. Berger y Luckmann: 1979).
A lo largo del tiempo, los individuos por medio de su interacción en y con la cultura
acumulan lo aprendido acerca de los signos y símbolos para conformar los esquemas de
tipificación, que son todo un acervo de significados asignados a ciertos procesos o
situaciones. Dichos esquemas de tipificación forman un reservorio mental para la
interpretación de las situaciones, acciones y en general la interacción de los individuos con
otros individuos y con las instituciones y en algún modo guían el comportamiento de los
sujetos. Algunos estudios argumentan que los componentes básicos para la construcción de
las realidades provienen principalmente de los medios de comunicación (cfr. Ahumada
Barajas, Rafael: 2007).
Quien desarrolló el análisis del cultivo fue el investigador George Gerbner y sus colegas
(Gross, Jackson-Beek, Jefferies-Fox y Signorielli, 1978) a partir del estudio de los efectos
de la violencia en la televisión, posteriormente se a aplicado a diversas realidades
elaboradas por la televisión como los modelos de belleza, roles sexuales, religión, procesos
jurídicos y el matrimonio. En todos los casos el argumento principal es que la televisión
elabora las realidades, en especial para los espectadores que pasan muchas horas frente al
televisor.
Finalmente a partir de la década de los 80, el español Manuel Martín Serrano planteó la
existencia de sistemas que se afectan mutuamente dentro de un entorno o microsistema,
proceso al que llamó mediación, en dicho microsistema existen diversos factores que lo
equilibran, como la autorregulación, que es producida por el propio sistema. El proceso de
mediación puede dar paso a la heteroregulación que sale del entorno para buscar otro
equilibrio, por lo tanto se puede pensar en la heteroregulación como una manera de
regulación donde el sistema y el entorno se autorregulan al enfocar estos principios de
equilibrio a la comunicación y la cultura (cfr. Martín Serrano, Manuel: 1977). Dichos
planteamientos se relacionan con la teoría general de sistemas como parte de un eje rector
que proporciona postulados para la investigación de la comunicación.
Hasta aquí un panorama muy general de las principales teorías que sobre la comunicación y
los medios se han desarrollado. Como pudimos apreciar las teorías se pueden entrecruzar
con posturas metodológicas y con el desarrollo de ciertas disciplinas e incluso con miradas
multi, inter y transdisciplinarias. Hay encuentros y puntos de concordancia, pero también
existen diferencias muy marcadas entre las teorías, es necesario desarrollar categorías
amplias que permitan ubicar a las metodologías, las disciplinas y las teorías de tal suerte
que se puedan apreciar los encuentros y desencuentros entre las posiciones y tendencias que
se presentan en el estudio de la comunicación y los medios, lógicas de organización del
conocimiento que eviten la dispersión y la atomización de las investigaciones y puedan dar
49
una visión completa e integradora para el desarrollo de la investigación. Tarea que
intentaremos desarrollar en los siguientes capítulos. Aquí sólo esbozamos un panorama
muy general y sintético de los modos en que se ha estudiado a la comunicación y los
medios.
La pretensión de incluir en este texto un punto que hable del vínculo entre la teoría y la
formación profesional en la escuela, no es de ninguna manera con un interés de desarrollar
una filosofía de la educación o la formación e inclusive desarrollar una perspectiva
psicológica, simplemente es llevar a cabo una reflexión sobre la formación de los
comunicadores y/o comunicólogos , pues esta tarea se está llevando a cabo de una forma
sesgada, por las condiciones macrotextuales del entorno económico y político actual. Es
decir, la formación de los estudiantes de comunicación se da en condiciones valorativas
determinadas por cuestiones de tipo económico como: necesidades del mercado laboral y
políticas del tipo vinculación escuela-empresa que marcan y establecen una presión a los
educadores para que se privilegie el desarrollo profesionalizante de las carreras
universitarias.
Está claro que la carrera de comunicación surge en el momento histórico cuando la prensa,
la radiodifusión y el cine empezaron a vivir una evolución como industrias y las labores
periodísticas y de producción, transmisión y evaluación de la circulación de los contenidos
de estos medios requerían una profesionalización. Sin embargo, como toda disciplina la
comunicación se desarrolla, nutre y abastece su masa crítica por el cultivo y generación de
conocimiento disciplinar producto de la investigación científica y por la experiencia en el
hacer profesional.
50
tendencia a favorecer el conocimiento útil, el que tiene alguna aplicación práctica, pero se
olvida que ese conocimiento empírico cuando es descrito o representado alcanza el nivel
teórico.
Sin embargo, la experiencia demuestra que la mayoría de los egresados de las universidades
son capaces de integrarse con el adiestramiento práctico adecuado a los equipos de trabajo
dentro de los medios ya que no sólo poseen conocimientos prácticos sino que son
conocedores de la realidad y la problemática de los medios. Porque así como se cuestionaba
el “exceso” de teoría, también se reconocía la importancia del binomio teoría-práctica; ya
en los años 60 se ponderaban entre los aspectos fundamentales de los planes de estudio en
los centros de enseñanza del periodismo, la inclusión de materias que ampliaran el espectro
cultural y especializaron al estudiante en la problemática de los medios. De este modo
tenemos como ejemplo lo que el profesor Ángel Benito, en la Universidad de Navarra
sugería:
51
4. Un conocimiento concreto de los problemas específicos de la prensa y demás
medios informativos, en los órdenes nacional o internacional…(Benito, Ángel:
1967: 27-28).
Ya Hemos apuntado que la ciencia tiene sesgos ideológicos, pues contiene de forma
inherente en su forma de construcción, valoraciones. No obstante ello no debe entenderse
como una “cuartada para la flojedad epistemológica, la pérdida del rigor metodológico o la
apelación de un especia de ausencias de restricciones y exigencias”. (Follaron, Roberto A.:
2007) Este comentario es a propósito de la falta de una formación sólida en materia de
teoría en los estudiantes y más aún en los de posgrado que inician una actividad
52
investigadora en forma más profunda; si en los alumnos de licenciatura es importante la
teoría, pues los dota de elementos que les hacen comprensible y los acerca más a las
actividades prácticas permitiéndoles desarrollar una habilidad creativa para transformar y
evolucionar el saber-hacer; en el caso de los de posgrado parafraseando a Manuel Martín
Algarra , se tiene que ir más allá de sólo conocer las teorías, sino que se debe fomentar que
aprendan el uso de ellas en sus trabajos de investigación, por eso es determinante que se
especialicen, tanto metodológicamente como teóricamente. (Martín Algarra, Manuel:
2007).
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Aires, Editorial Paidós.
56
CAPÍTULO 2
Con lo esbozado en el capítulo anterior quedó asentado que el análisis de las teorías de la
comunicación social requiere tomar en cuenta diversas dimensiones, debido a que en la
evolución histórica de su estudio se presentan distintas disciplinas sociales e incluso
algunas ciencias naturales.
Los medios de comunicación requieren ser analizados por sus características ontológicas,
deontológicas y por su acción en el seno de la sociedad en general, por el derecho, la
sociología la ciencia política, la psicología, las relaciones internacionales, la economía, la
pedagogía, la semiología, entre otras, así como también en sus dimensiones técnicas.
Para ello partimos de la filosofía y la epistemología como materias que nos permitirán
identificar las categorías lo más amplias posibles para poder llevar a cabo una taxonomía de
las teorías de la comunicación y sus nexos tanto con las disciplinas como con las vertientes
paradigmáticas. Así se explicarán en un primer momento las lógicas epistémicas que nos
remitirán a los tipos de ciencia o modos de organización del conocimiento según sus
perspectivas teórico-metodológicas, las disciplinas y finalmente las teorías.
De tal modo que se expondrán los elementos suficientes para analizar las distintas y en
ocasiones encontradas escuelas de pensamiento que se han dirigido a la investigación sobre
la comunicación y los medios.
57
Si bien el propósito es conocer el modo de organización del conocimiento que en el campo
de la comunicación en general y de los medios en particular se ha desarrollado, entonces la
filosofía es la materia que sirve de fuente para conocer e identificar las distintas corrientes
de pensamiento que han dado lugar al análisis de lo comunicacional, pues las teorías hacen
referencia y se fundamentan en principios postulados por alguna corriente filosófica. Por lo
tanto se hace necesario entender algunas de las aportaciones, que como área de estudio de
la filosofía, hace la epistemología.
Cabe aclarar que iniciamos con el esbozo de la filosofía porque el manejo de algunas
nociones aportadas por ésta son importantes en el esclarecimiento de nuestro objeto de
estudio (teorías de la comunicación), pero como no es el objeto del presente trabajo no debe
esperarse una visión extensa y profunda sobre la disciplina filosófica, tan sólo serán
algunos presupuestos mínimos para que se continúen posteriormente, en una tarea de
estudio permanente sobre el análisis general de la disciplina filosófica.
Una cierta inteligencia de sí mismo y del universo anima de continuo la acción del hombre
adulto. Esta espontánea orientación de la existencia constituye su filosofía precientífica.
Tiene un cuño instintivo y sentimental, pero no por eso deja de ser un conocimiento
resultado de un pensamiento inscrito en la conexión de la vida, no está aislado ni formulado
desligado de la experiencia sensible. Más allá de ese conocimiento, el sujeto se siente
impulsado hacia un saber seguro, sistemático, detallado y dotado de claridad lógica, acerca
de lo real, precisamente hacia la filosofía científica. (cfr. Brugger S.I, Walter: 1972).
58
Su objeto puede perfilarse con mayor nitidez contraponiéndolo a las demás ciencias. Al
igual que éstas, la filosofía es también un saber por las causas, pero de índole enteramente
peculiar.
Todas las otras ciencias son ciencias particulares, porque se limitan a un sector
de la realidad e investigan únicamente las razones últimas dentro de este círculo
(relativas, por lo tanto) La filosofía, en cambio, es una ciencia universal, porque
abarca la totalidad de lo real, y penetra hasta sus razones absolutamente últimas.
(Brugger S.I, Walter: 1972: 233).
El punto de partida más íntimo de la filosofía lo constituye el ser humano, única causa
inmediatamente dada al sujeto, en la que se revela su yo y todo lo demás. Considerada
desde este ángulo, la filosofía entera se presenta como una interpretación de aquel
hacer humano llevada hasta sus más profundas raíces. En sentido amplio, es punto de
partida filosofar cualquier saber acerca de lo real que preceda a la filosofía, no sólo el
implicado en la vida cotidiana y en la la creación cultural, sino también el
proporcionado por las restantes ciencias. Si éstas sirven a la filosofía, también ella les
presta servicio, aclarando y asegurando sus bases últimas.
Sobre el origen de la filosofía, éste se ubica en la Grecia clásica con los presocráticos,
se transformó en tiempos de los sofistas y alcanzó sus versiones más elaboradas en el
pensamiento de Sócrates, Platón y Aristóteles. (cfr. Escotado, Antonio: s/f).
En gran parte esto fue posible por las características estructurales de su lengua. Toda
vez que fue en Grecia en donde se utilizaba el verbo ser; el idioma griego realizaba la
conjugación intransitiva, permitiendo hacer la pregunta que propició el desarrollo del
pensamiento filosófico: ¿qué es el ser?
59
En la filosofía griega clásica (a partir del siglo VI a.C.) se pueden ubicar tres etapas: a)
en el pensamiento presocrático, que busca la naturaleza (Phycis) el fundamento último
del conocimiento y el elemento que mueve al mundo y el universo, por ello puede
decirse que es un pensamiento que en primera instancia busca la trascendencia; b)
posteriormente aparecen los sofistas que hacen referencia a lo inmanente al aquí y al
ahora, promueven el diálogo y la opinión (la doxa). Su característica es que no buscan
la verdad sino el convencimiento y la argumentación como elemento fundamental de la
polis (ciudad estado) y de las relaciones humanas. Cabe comentar que los sofistas le
otorgaban una gran importancia al azar, a lo que escapa a la voluntad de los sujetos,
como algo fortuito y, c) la tercera etapa se da con Platón y Aristóteles, dándose un
regreso al pensamiento trascendente; no obstante esta vuelta está regida por el hacer en
el mundo del sujeto , es decir, los actos y el hacer del ser humano no dependen de una
fuerza fuera del sujeto, de su voluntad, sino de sus acciones y decisiones, aunque
tienen planteamientos de la naturaleza como motor del mundo.
60
celestium, hasta 1638, fecha en la que ven la luz los Discorsis de Galileo… No
habrá que buscar tanto la sustancia subyacente a los fenómenos cuanto las leyes
matemáticas que nos desvelen la estructura real del mundo físico. Galileo será un
típico representante de la nueva mentalidad que cambia las explicaciones físicas
cualitativas de Aristóteles por las formulaciones matemáticas de Arquímedes.
(Mardones y Ursúa: 1983: 18-19)
Como podemos advertir, la necesidad de hacer una revisión del saber filosófico es una
condición vital para poder construir un marco de referencia de lo qué es, se tiene que hallar
su génesis en las obras y en los hechos históricos, en tanto que lo sucedido en el pasado
influye en los criterios y percepciones para analizar el presente y señala la forma en que ha
de comprenderse y explicarse el pasado. (cfr. Gadamer, Hans-Georg: 1991)
61
adelante lo que son las lógicas epistémicas que son elementos importantes en la estructura
de las lógicas de organización del conocimiento, tanto en lo social como en lo
comunicacional. Pues bien la palabra epistemología tiene dos significados diferentes. El
primero muy utilizado por los autores anglosajones y que entre los filósofos llaman teoría
del conocimiento. Su objeto es el fundamentar todas las formas del conocimiento humano,
considerando a éste como el resultado de la experiencia, la percepción y los procesos
cognitivos. Se trata de una disciplina perteneciente al campo de la filosofía, no obstante
estar relacionada con estudios efectuados en psicología, sociología, análisis del discurso,
del lenguaje y otros temas. La segunda acepción se refiere exclusivamente al conocimiento
científico, a su producción, estructura y validación. Esta definición deja ver que la
epistemología (también llamada gneosología) se dedica a estudiar el conocimiento en tanto
evidencia y posibilidad. Investiga lo que los sujetos conocen, los procesos a través de los
cuales generan dicho conocimiento y la coherencia lógica entre las herramientas, las
técnicas y los métodos empleados para construir un objeto de estudio, las conclusiones y las
afirmaciones o juicios obtenidos. (cfr. Ditella, Torcuato S.: 2001)
Por lo explicado hasta aquí se puede decir que la epistemología analiza a la explicación
científica, por lo tanto, surge la necesidad de cuestionar los usos latentes o manifiestos de
las nociones de ley, teoría, observación, experimentación y verificación.
62
Para referirse a un saber particular entre los saberes, Luis Martín Santos utiliza el concepto
de epistémico y se distingue por ser “…ocasional, eliminativo, momentáneo, que brota
frente a la praxis del saber. Es efímero, válido y o formalizable. No es transitivo sino una
tarea. No es empírica, sino racional”. (Martín Santos, Luís: 1991: 11)
Respecto a ésta definición de epistémico, cabe hacer hincapié en que su acción está
centrada en el ámbito de la razón, en otras palabras no le compete el contenido de las
investigaciones que sobre un objeto de estudio se realizan, lo que es de su interés es
analizar el proceso (saber) de cómo se conoce.
Debido a que la epistemología ha encontrado dentro de las disciplinas y las teorías que son
resultado de perspectivas teórico metodológicas distintas, diferencias en las categorías y
conceptos utilizados en sus propuestas teóricas, se afirma que su interés está en conocer
cómo se construyen y organizan esas formas particulares de conocimiento. Por ello también
se dice que la epistemología se concentra en develar la genética (Piaget) de los conceptos,
mismos que son las unidades fundamentales de la teoría.
1) Analiza las ciencias en cuanto al alcance y legalidad del conocimiento que éstas
aportan, sea en, a) su organización y orden conceptual interno, b) en la forma en que
son considerados -en las distintas corrientes- los datos de la realidad, c) en el
examen de los resultados -proposiciones de validez- que pretendieran establecerse
con el manejo de determinadas informaciones.
2) Analiza los fundamentos del conocimiento científico, es decir, la probabilidad de
generar conocimiento y la validez de los saberes obtenidos.
3) Establece críticas a las maneras de concebir la realidad que soslayen la razón y las
proposiciones de validez; asimismo, esta crítica se extiende a los sistemas de
pensamiento cerrados sobre sí mismos, que no admiten el cambio ni la refutación de
sus principios ante los nuevos descubrimientos aportados por las ciencias.
4) Es una disciplina filosófica y con un status marginal en relación con otras ramas de
la filosofía como la metafísica o la ética. Igual que la historia de la ciencia es
marginal en relación con la gran historia. (cfr. Mardones y Ursúa: 1983).
63
Es así que para comprender la estructura interna del conocimiento y su proceso de
construcción, la epistemología resulta indispensable. Ya explicamos someramente en el
capítulo anterior la necesidad de utilizar un método para la realización de toda
investigación, y es aquí cuando se elige uno u otro método que empiezan las diferencias.
Estos elementos son los conceptos y las teorías. De ahí que la epistemología coadyuve para
conocer la validez, la lógica y la congruencia de las construcciones teóricas. Toda vez que
las teorías se constituyen con conceptos, los que conforman nexos entre el pensamiento y la
realidad estudiada.
Los conceptos se pueden definir como las nociones o ideas que sobre un objeto se
construyen y forman las unidades con las que estructuran las proposiciones, en tanto que
las teorías se conforman por un conjunto de proposiciones vinculadas lógicamente entre sí
y tienen los mismos referentes. Por ello las teorías son modos particulares de comprender y
explicar la realidad. Aquí las entendemos como aproximaciones comprensivas del mundo,
sólo de esa manera pues no son irrefutables ni infalibles.
Condensando lo hasta aquí expuesto tenemos que la filosofía es una fuente de información
imprescindible para el entendimiento de las corrientes del pensamiento contemporáneo. La
epistemología contribuye al análisis de los paradigmas o grandes modos de organización
del conocimiento, que aquí llamamos lógicas epistémicas que se han desarrollado a lo largo
de la historia. Estas lógicas se encuentran presentes en tres perspectivas o posturas de
ciencias, mismas que son el fundamento de distintas visiones teóricas metodológicas que a
su vez nutren a diversas disciplinas de estudios e investigación que generan un amplio
64
espectro de teorías sobre lo social en general y la comunicación en particular. Dichas
teorías se componen de constructos mentales denominados células o proposiciones
formuladas con conceptos y este proceso le da el status de científico al conocimiento
teórico así generado.
En principio se puede valer de la epistemología para conocer cómo están organizadas las
diferentes lógicas de pensamiento que han dado lugar al análisis y estudio de la
comunicación. A la vez que puede aportar elementos para fundamentar criterios válidos
para estimar si determinada teoría contribuye para la explicación de un fenómeno
comunicativo o si han generado nuevas explicaciones que permiten superar o dar visiones
diferentes al fenómeno en cuestión. Toda vez que el campo de estudio de la comunicación
está sujeto a cambios permanentes y repentinos provocados por los cambios políticos,
económicos y tecnológicos que suceden en la sociedad.
También puede aportar elementos para la construcción de una pedagogía de las teorías de la
comunicación, pues permite tener una visión amplia de todo el espectro de estudios e
investigaciones en relación a la comunicación en general y los medios en particular, con lo
cual se favorece la organización del conocimiento generado en la materia y se pueden
establecer ciertos lineamientos para su exposición y explicación. Derivando en una
formación plural respecto a las diversas propuestas teóricas existentes.
65
El hecho de que se busque un reconocimiento y el status de ciencia al trabajo desarrollado
por muchos investigadores alrededor del mundo que dedican su trabajo al estudio de la
comunicación y los medios no debe entenderse como una pretensión patrimonialista sobre
el análisis de la comunicación humana. Hay que reconocer que hubo un momento en el
desarrollo de las humanidades que la fragmentación o segmentación de los procesos
sociales para su estudio permitió que cada parcela de conocimiento tuviera el status de
ciencia. En la actualidad la ciencia se reconfigura y por necesidades metodológicas para
generar visones más integrales y completas de los hechos de la realidad los campos de
conocimiento requieren tratamientos inter, trans y multidisciplinares dando como resultado
las interciencias y multidisciplinas: Esto pone a las ciencias de la comunicación a trabajar
en dos vertientes: primero en definir sus campos de estudio y las líneas de investigación, y
segundo establecer los nexos de estudio con las disciplinas del área social como la
sociología, psicología, semiología, economía, informática, derecho, antropología, entre
otras.
En términos generales las teorías que se han generado para explicar los procesos de la
comunicación social en lo general y los medios de comunicación en lo particular establecen
que la comunicación es posible -en la forma en que hoy se da- por construcciones sociales,
tecnológicas e individuales que provocan una práctica de interacción, convivencia,
conflicto y conocimiento entre dos o más personas. A su vez las formas de difusión y
amplificación que permiten el registro y flujo de información de uno o más puntos
geográficos transformando la noción de tiempo y espacio es lo que identifican como
medios de comunicación que poniéndolo en términos socio-antropológicos son los signos
de identidad, los imaginarios colectivos, los valores, normas y pautas de conducta
institucionalizados, así como los símbolos, el lenguaje y la informática en general lo que se
constituye en medios y modos de comunicación.
66
2.1.4 Las lógicas epistémicas
Para ir completando la plataforma que nos permitirá llegar a las lógicas de organización del
conocimiento en lo social y lo comunicacional, es necesario definir qué entenderemos por
lógica epistémica. En primer lugar diremos que una lógica epistémica por ser una
derivación de la epistemología tiene como propósito central el análisis del conocimiento
generado, ya sea por medios objetivos o subjetivos. Existen diferentes lógicas epistémicas,
cada una representa un complejo nudo que vincula modos de pensamientos afines entre sí,
coherentes en sus procesos de investigación, sistemáticos en sus argumentos y
fundamentos.
Por tanto, las lógicas epistémicas se constituyen como la lógica que alberga los grandes
modos de organización del conocimiento, ya que al conformarse como un universo de
pensamiento (forma de razonar el mundo), en su interior se estructuran sus elementos
conforme a una determinada lógica que les da orden y cohesión.
Recapitulando, el conocimiento está organizado del mismo modo que las ciencias se
fundamentan de acuerdo con las perspectivas teórico metodológicas de las cuales se derivan
disciplinas que se centran en determinados objetos de estudio y generan las teorías que son
articuladas conforme a la organización que se estableció para comprender y analizar al
mundo.
Por ello, los diferentes modos de conocer dependen de una organización lógica y dinámica
interna determinada y las lógicas epistémicas son las encargadas de identificar esos modos
de conocer, lo que las convierte en el fundamento de las diversas ciencias generadas en la
historia.
Para aclarar un poco más podemos esquematizar y hacer una analogía entre una lógica
epistémica y el lenguaje humano.
67
Las posturas o ciencias son las aplicaciones generadas de una determinada lógica
epistémica, como es un idioma en particular: español, inglés, francés.
Es preciso señalar que la propuesta taxonómica que se expone surge de la clasificación que
propone Mardones y que éste retomó a su vez de Habermas. Según la cual desde el trabajo
científico y los descubrimientos de Galileo a la fecha se han gestado tres grandes posturas o
ciencias. A saber son la postura o ciencias empíricas analíticas; postura o ciencia
fenomenológica-hermenéutica y lingüística (aquí las denominaremos interpretativas,
siguiendo el criterio de Miguel Rodrigo Alsina) y la postura o ciencias sistemáticas de la
acción. (cfr. Mardones y Ursúa: 1983; Habermas, Jürgen: 1982, Rodrigo Alsina, Miguel:
2001).
Otra característica básica de esta postura es que el conocimiento generado debe sustentarse
en lo observable, medible y cuantificable de los procesos o fenómenos estudiados, para
lograr construir leyes que describan y expliquen el movimiento universal y buscar predecir
la evolución y el producto de una acción o evento determinado.
68
Es la linealidad del tiempo y la historia, así como la noción del desarrollo y el progreso, los
principales supuestos de estas ciencias. Locke, Turgot, Condorcet y Spencer son los
investigadores identificados como los primeros en postular que en la ciencia social se
podrían encontrar las respuestas a los grandes problemas de la humanidad, que conocer
científicamente a la sociedad posibilitaría dirigirla con orden hacia el progreso y la
evolución social, a través de su perfeccionamiento constante.
Los preceptos recurrentes en estos investigadores son las nociones de que la sociedad está
conformada por diversas estructuras, las que tienen una función específica que cumplir para
el buen funcionamiento de la sociedad. Si por alguna razón no funcionan cabalmente,
69
entonces se da una disfunción y el sistema social entra en un desorden y la evolución de la
colectividad se frena. Por ende, la perspectiva teórico metodológica denominada como
funcionalismo forma parte de estas ciencias empírico analíticas y desde esta postura se
analizan y estudian objetos y procesos propios de la comunicación política, mercadotecnia,
publicidad y comunicación organizacional, entre otras.
Este segundo grupo o postura está conformada por ciencias del tipo de la fenomenología,
lingüística y hermenéutica. Sus antecedentes más remotos los podemos encontrar en la
filosofía de los griegos clásicos. Los precursores de esta cosmovisión retoman principios de
la filosofía de Platón y en mayor medida de Aristóteles en especial sus estudios sobre
lógica, estética y retórica. Hay que recordar que en la Edad Media al retomarse a
Aristóteles y la tradición educativa griega, en las escuelas y monasterios las ciencias
instituidas fueron: las matemáticas, la retórica, la gramática y la lógica.
Lo que caracterizó a esta época es el intento por explicar los fenómenos de manera integral,
es decir abarcando los diferentes ámbitos de la vida social y espiritual tomando en cuenta
inclusive el análisis del lenguaje y los signos. La postura asumida intentó interpretar su
presente con base en el pasado histórico. Un ejemplo de un pensador que desarrolló un
conocimiento sobre los signos y los conceptos del mundo occidental fue Santo Tomás.
Para el siglo XVIII comienza a darse una reacción en contra de que en el ámbito de lo
social se aplique el mismo método de estudio que en las ciencias naturales, esto es el
conocido “método científico”, pues deja de lado la parte espiritual de los sujetos y produce
un pensamiento objetivizante (cosificador). El movimiento que intenta generar una forma
alternativa de la visión positivista sobre los procesos sociales se gesta principalmente en
Alemania con disciplinas como la lingüística, historiografía y la filosofía.
Dentro de esta corriente y por sus aportaciones a la Antropología Social destaca Claude
Levi Strauss, quien junto con otros estudiosos intentan explicar el proceso de la
70
comunicación humana dentro de su contexto cultural, como un universo simbólico. Otro eje
central en la construcción de estas ciencias es la lingüística estructural de Ferdinand de
Saussure, poniendo al lenguaje en el núcleo del pensamiento de los sujetos.
Con el trabajo desarrollado por Dilthey, Rickert, Windelband, Gadamer, Schütz, entre
otros, se determina que los procesos sociales no deben ser analizados con un método que se
fundó para el estudio de lo natural y otorgan a las denominadas ciencias del espíritu de un
status científico distinto y nuevo que establece una perspectiva ampliada de la realidad.
Como lo explica Dilthey al referir que el objeto de estudio de las ciencias sociales n el
mundo del hombre, es decir, un producto del espíritu humano y en consecuencia algo
producido históricamente. “Desde este punto nuclear se derivan consecuencias
metodológicas inevitables: la comprensión (Verstehen) es el método adecuado para captar
un mundo significativo, intencional”. (Mardones y Ursúa: 1983: 149)
Toda esta corriente de pensamiento se concreta hasta el siglo XX con el método propuesto
no se orienta únicamente a describir los hechos, sino que intenta analizar el sentido de la
acción de los individuos y las instituciones sociales, esto es, desarrollar una visión integral
que involucre el ámbito de la vida social de los sujetos, por ende se tiene que estudiar la
religión, el lenguaje, la historia, inclusive la economía y la política. Esta propuesta recibió
el nombre de sociología comprensiva.
Otro autor que prosigue esta tradición metodológica es Alfred Schütz, para él el verstehen
se puede entender como el método de las ciencias sociales, puesto que a través de éste es
posible generar conceptos objetivos sobre la subjetividad de las acciones sociales.
Una rama de esta lógica epistémica que le da un sesgo hacia el lenguaje como elemento
fundamental para conseguir la comprensión de la acción social es la experiencia
hermenéutica desarrollada profusamente por Gadamer sobre la base de las propuestas de
Dilthey y Heidegger. Gadamer postula que la comprensión no consiste en ponerse en la
posición del otro, sino en acordar con el otro sobre el objeto analizado y explica que ese
proceso de comprensión en última instancia es un proceso lingüístico.
71
Comprender lo que alguien dice es, como ya hemos visto, ponerse de acuerdo en
la cosa, no ponerse en el lugar del otro y reproducir sus vivencias. Ya hemos
destacado también cómo la experiencia de sentido que tiene lugar en la
comprensión encierra siempre un momento de aplicación. Ahora consideraremos
que todo este proceso es lingüístico. No en vano la verdadera problemática de la
comprensión y el intento de dominarla por arte -el tema de la hermenéutica-
pertenece tradicionalmente al ámbito de la gramática y de la retórica. El
lenguaje es el medio en el que se realiza el acuerdo de los interlocutores y el
consenso sobre la cosa. (Mardones y Ursúa: 1983: 181)
Queda claro que existen diferencias muy marcadas entre las ciencias empírico-analíticas y
las interpretativas (fenomenológicas, hermenéuticas y lingüísticas). En concreto estamos
ante dos concepciones diferentes del mundo, en otras palabras son dos lógicas epistémicas
distintas. Para las ciencias interpretativas no es posible analizar y estudiar al mundo de la
vida social a través del mismo método con el que se conoce la vida natural. Debido a que el
mundo social, cultural no puede ser evaluado con los mismos instrumentos y
procedimientos, ni con la misma concepción que el del natural.
72
Así para comprender al hombre social deben surgir ciencias sociales que investiguen sobre
la memoria histórica de los hombres en la evolución de sus formas de pensamiento y de
organización social, política y económica, en su producción artística, comprender el
presente como condensación del pasado y predicción del futuro. Esto implica centrar la
atención en el conocimiento del significado y el sentido de las formas de pensamiento y los
procesos producidos por la cultura. Si el hombre es social, su estudio supone ciencias
sociales, y éstas deben comprender las múltiples relaciones entre el pensamiento y la
cultura en diferentes estadios de la historia.
La humanidad es lo que ha sido y lo que puede llegar a ser, esto quiere decir
fundamentalmente el drama de lo humano, el cómo y el porqué se piensa lo que se piensa, y
cómo ha ido cambiando ese pensar en el transcurso del tiempo.
En el pensamiento de Heráclito destaca el mito del destino con su idea del devenir (la
realidad entendida como proceso o cambio) Y en Platón el mito del origen (por lo que
postula la noción de la decadencia y la necesidad de establecer la república perfecta).
Hacia la Edad Media es San Agustín quien retomando algunas ideas del pensamiento de
Platón pondera la noción de que el ser humano y su capacidad de raciocinio pueden
transformar al mundo. El hecho de poder pensar un mundo posible, establece las
condiciones para poder instaurarlo pues si tiene la capacidad de proponer una vida mejor,
esa idea muestra de manera fehaciente la presencia de Dios en el mundo.
Ya instalado el siglo XIX, Karl Marx a través de Hegel recupera la noción del devenir y del
cambio y apoyándose en el mito del destino, lleva a cabo el establecimiento de una
corriente de pensamiento que se distingue por su crítica a la modernidad y un análisis
profuso del sistema capitalista de producción.
Uno de sus principales postulados, apoyado en las leyes de cambio histórico y el que la
historia resultara una constante lucha de clases, refirió que las contradicciones propias del
sistema capitalista derivarían en una toma de conciencia del proletariado de su condición de
explotación y alienación y se instalaría la sociedad sin clases.
73
Una influencia importante en el pensamiento marxista fue la obra de Feuerbach, quien
desarrolló una crítica a la filosofía de Hegel por su idealismo radical y en contrapartida
expresó que la realidad se compone de materia. Idea retomada por Marx. Su método se
semeja a la orientación dialéctico-hermenéutico, debido a que se acentúa el carácter
intencional, teleológico e interpretado. “Sus explicaciones científicas exigen la captación de
las conexiones intrínsecas de los fenómenos y sobretodo el desvelamiento de su finalidad”.
(Mardones y Ursúa: 1983: 196)
Representantes de esta lógica epistémica son Engels y Lenin, otros autores que
desarrollaron dicha postura teórica fueron: Trotsky, Heller y Luckas, entre otros.
Cabe señalar que el materialismo dialéctico se distingue por su orientación hacia el análisis
de la situación económica básicamente, hasta la segunda década del siglo pasado, no
obstante hubo autores que abordan diferentes problemas desde la perspectiva del
materialismo histórico. Un ejemplo es Györgi Luckas, quien llevó a cabo una serie de
estudios sobre la historia y la estética. Este autor influyó en el denominado círculo
intelectual de la Universidad de Budapest, del cual destacan autores como Karl Kosik y
Agnes Heller.
Un panorama representativo de las realizaciones de este centro de estudios -y, por tanto de
la índole de preocupaciones de la escuela- debe tener en cuenta los diversos focos
temáticos de su amplia producción y la variedad de disciplinas involucradas, desde la
74
literatura y la música hasta la política y la economía, pasando por la historia, la psicología,
la sociología y la comunicación de masas.
Otra tradición que se vincula con la lógica epistémica de las ciencias sistemáticas de la
acción es la llamada “estudios culturales”, que representa a una de las líneas de
investigación emergentes. La aparición de una jerarquización de las formas culturales había
preocupado desde largo tiempo atrás a intelectuales británicos. La división tripartita de la
cultura en refinada, mediocre y brutal se debe al inglés Mathew Arnold en su trabajo
Culrure and Anarchy (publicado en 1869 y reeditado por la Universidad de Cambridge en
1935).
Finalmente diremos que este grupo de perspectivas teórico metodológicas reunidas en las
ciencias sistemáticas de la acción centran su búsqueda en la red de intereses económicos
que determinan el funcionamiento de los medios de comunicación, pero también se
plantean cómo construyen una ideología a partir de sus discursos y cómo esto incide en la
sociedad.
De tal modo, de cada tipo de ciencias o lógicas epistémicas surgen las perspectivas teórico-
metodológicas, las cuales se constituyen por: a) una serie de conceptos y categorías de
75
análisis organizados coherentemente dando forma a un cuerpo teórico y proponiendo una
forma de pensamiento que se vuelve una cosmovisión del mundo; y crea una metodología
de trabajo e investigación estructurada por los instrumentos, las técnicas de procedimiento
y el método del que el investigador se vale para conocer e interpretar el objeto de estudio.
Las disciplinas son campos de conocimiento específicos cuyo objeto de estudio, si bien
forma parte de otras teorías, disciplinas y perspectivas teórico-metodológicas, ha sido
ubicado en el tiempo y el espacio. En el tiempo porque supone un trabajo con regularidad
sobre uno o varios objetos de estudio, de ahí que surjan expertos especialistas de alguna
parcela de la realidad.
La importancia de las disciplinas radica en que son espacios en los cuales se desarrolla la
producción intelectual y empírica para la comprensión y predicción de los procesos sociales
y culturales. Las disciplinas se nutren de las perspectivas y su organización y lógica interna
se debe al tipo de ciencia de la cual forman parte.
76
2.3.1 Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas en las ciencias
empírico-analíticas
A partir de Galileo se genera una lógica epistémica cuya visión del mundo da forma y
consistencia a las ciencias empírico analíticas. Las cuales estudian e investigan lo social
con base en el método científico, confían en el poder de la ciencia para el desarrollo
humano y tienen esperanza en la contribución de la ciencia para alcanzar ideales como: la
igualdad, educación, libertad y justicia. Pensadores como Spencer, Condorcet, Turgot y
Comte comparten en líneas generales una idea, según la cual el hombre con el
advenimiento de las ciencias y sus aportaciones, por fin está en el camino de un continuo y
ascendente progreso.
Entre las perspectivas teórico metodológicas derivadas de este tipo de ciencias están: el
sensualismo (L. Da Vinci y D. Hume), organicismo (H. Spencer), empirismo (J. Locke),
evolucionismo (J. A. Condorcet), el positivismo (A. Comte) y el funcionalismo (E.
Durkheim). Cada una de estas perspectivas posee una estructura teórico conceptual, es decir
una visión del mundo y un método de trabajo para describir y analizar la evidencia
empírica. En estas perspectivas sólo lo observable, lo medible, cuantifcable y comprobable
puede ser objeto de estudio de la ciencia.
Bajo este grupo de argumentos, entre las disciplinas sociales que surgen de las perspectivas
teórico-metodológicas que forman parte de las ciencias empírico-analíticas están: la
sociología empirista (Comte y Durkheim); el análisis de contenido (Berelson); la psicología
conductual (Skiner y Pavlov); el mass media comunication research (Lasswell, Katz, Mc
Luhan) y otras disciplinas recientes como psicología laboral; publicidad; mercadotecnia;
relaciones públicas, comunicación organizacional; comunicación política; diseño gráfico y
audiovisual y una serie de estudios cuyo instrumento central de análisis es la estadística
social.
77
sociales, en suma condensa una cosmovisión del mundo. A través del lenguaje se pueden
conocer las creencias, los mitos, las ideas y posturas de una colectividad social.
Como puede apreciarse estas disciplinas y algunas interdisciplinas suponen un interés sobre
diferentes aspectos del lenguaje humano y en lo general de los sistemas de comunicación
que los sujetos emplean de manera cotidiana. Esto no significa que los autores de tales
disciplinas piensan lo mismo, sino que han articulado una manera de comprender las cosas
que supone una lógica epistémica en mayor o menor medida específica.
78
humanidad llegará a la sociedad sin clases. Bajo estos lineamientos, el interés del
conocimiento está dirigido hacia la emancipación humana, es decir minar la condición de
explotación económica y la alienación ideológica que impone un sistema basado en la
propiedad de los medios de producción.
Los investigadores que hacen suya esta perspectiva tiene la convicción de que estudiar lo
social desde una perspectiva crítica es para aportar elementos para cambiar el orden
existente a través de reformas al sistema social capitalista.
Las disciplinas que se encuentran inmersas en estas perspectivas son: la filosofía (Luckàs);
la historia (F. Engels); economía política (Paul Beran); sociología crítica (Mattelart,
Moragas) y el psicoan{alisis (Wilheim Reich).
Hay que señalar que desde estas perspectivas se han realizado diversos trabajos de
investigación sobre la comunicación mediática. Los medios se identifican con los grandes
capitales nacionales e internacionales, por lo que están al servicio de la ideología de la clase
dominante, acortan el ciclo económico a través de la publicidad y generan la sumisión de
los individuos al poder y la dominación, además de generar procesos de transculturización.
A manera de repaso condensaremos algunos aspectos sobre la teoría pues continuando con
la lógica de exposición planteada, corresponde analizar las teorías ubicándolas según sea la
perspectiva teórico-metodológica, disciplina o ciencia que la genere.
Teoría se usa las más de las veces en oposición a práctica, significando con esto al
conocimiento puro, que es mera consideración contemplativa, mientras que práctica denota
cualquier clase de actividad fuera del conocimiento mismo. Sin embargo, no hay práctica
alguna (ni en sentido ético ni técnico) sin teoría. Pues toda práctica está ligada a
79
condiciones previamente dadas e inserta en un orden dado de antemano que debe conocer y
tomar en cuenta si no se quiere fracasar.
Por lo tanto una teoría es un entramado comprensivo cuya lógica de articulación se expone
a través de construcciones conceptuales que idealmente deben corresponderse entre sí.Una
teoría puede definirse como un conjunto sistemático de proposiciones vinculadas con
coherencia, las cuales designan los nexos de causalidad entre dos o más eventos.
Hay que señalar que una teoría constituye un discurso formal que organiza la realidad y
representa la condensación de una serie de experiencias y eventos sistematizados de
diferentes maneras, ya sea por su regularidad, su frecuencia o bien por su carácter
permanente en lo social.
Ahora bien, un mismo fenómeno, proceso u objeto puede ser estudiado y analizado desde
diferentes perspectivas teórico-metodológicas y las respuestas o resultados variarán. Esto es
la causa de por qué existen tantas teorías y el que éstas no coincidan.
Estas aseveraciones generales nos apoyan para diferenciar a qué perspectiva teórico-
metodológica y a qué disciplina pertenece cada teoría y con ello tratar de comprender el
sentido y significado de cada una. El ubicar dentro de su perspectiva y disciplina cada
teoría, habla ya de que puede abordarse con mayor claridad e intuir cuáles son los
principios de los que parte el autor y comprender lo que quiere decir.
Ya se ha dicho que una teoría no proporciona una explicación absoluta o final respecto a los
objetos de estudio que trata. A pesar de concentrar las redes de vinculación de los
elementos de causalidad entre dos o más eventos, la teoría adopta un carácter provisional.
Si se entiende a la teoría como una aproximación comprensiva de la realidad pueden
marcarse como sus principales características:
80
adoptado refleja el órden también en que surgen las teorías en las mentes de los
científicos individuales. (Nagel, Ernest: 1980: 94)
Las teorías pueden comprenderse de dos maneras: como elaboraciones que pueden
comprometerse con alguna finalidad ética o política y como sistemas de pensamiento, en
otras palabras, modos de comprender y analizar la experiencia presente en lo que se conoce
como realidad.
Por ello hay que recordar que la teoría crítica es entendida como el momento reflexivo de
una intervención práctica y es, por eso, promotora de una conciencia crítica respecto de las
condiciones de poder externas a los sujetos (condiciones heterónomas) en que se
desenvuelve la vida social. Esta visión está dirigida contra una concepción tradicional de
teoría que entiende a ésta como una acumulación sistemática de saber cuyo supuesto es la
autosuficiencia lógica del acto de conocimiento e ignora o considera irrelevante su
inherencia a procesos sociales y formas de vida históricas.
Las teorías comúnmente denominadas funcionalistas forman parte de las ciencias empírico-
analíticas, tienen como perspectiva teórica-metodológica al organicismo, el análisis de
contenido, de sistemas, el sensualismo, el evolucionismo, el positivismo y el empirismo y
surgen de disciplinas como: la sociología empirista o funcionalista, la mercadotecnia, la
publicidad, la psicología conductista, la cibernética e informática, el mass media
comunication research, entre otras.
81
Bajo estos supuestos los investigadores adscritos a la sociología empírica norteamericana y
la psicología conductista, entre otras disciplinas desarrollaron sus estudios. Autores como
Shannon, Katz, Berelson, Lasswell y Mc Luhan son algunos de los que se identifican o se
relacionan con el paradigma funcionalista, que como hemos visto no es una sola sino varias
perspectivas teórico-metodológicas que comparten una lógica de organización del
conocimiento propia de las ciencias empírico-analíticas.
Es así que las teorías pertenecientes a esta lógica epistémica tenga en forma implícita y
latente nociones propias del evolucionismo, organicismo, empirismo, positivismo e incluso
lógico-abstractos (Círculo de Viena) como las matemáticas y la cibernética. Intentando
describir la estructura del proceso de comunicación y sus medios. Otro aspecto importante
de señalar es que la constante en el desarrollo de dichas teorías es la aplicación de un
método racional y sistemático de observación y análisis de los hechos sociales. Es decir,
fundamentan sus investigaciones en el acucioso examen de la evidencia empírica y en
mayor parte aplican instrumentos o aparatos de investigación como la estadística social.
Algunas de estas teorías son: teoría de la sociedad de masas, la aguja hipodérmica o bala
mágica, cambio de actitudes, del flujo en dos etapas, teoría de la información, usos y
gratificaciones y la teoría de la agenda setting, entre otras. Únicamente mencionamos las
más representativas según la literatura sobre la temática.
El conocido estructuralismo busca localizar núcleos duros comunes a toda sociedad en una
lógica transhistórica, de tal suerte que el lenguaje, en tanto sistema universal, formal,
convencional y lógico de signos y símbolos, es una de las fuentes para sus construcciones
comprensivas y modelos racionales sobre el mundo.
Se han desarrollado en cada una de las disciplinas de este modo de organización del
conocimiento múltiples teorías. Sobre el ámbito de la comunicación podemos identificar a
las teorías del lenguaje y su relación con el pensamiento, la teoría del interaccionismo
simbólico, la construcción social de la realidad, los aparatos ideológicos del Estado y
teorías sobre el poder y control social.
Estas ciencias interpretativas se desarrollan buscando una lógica epistémica diferente a las
ciencias naturales, su constante es analizar y comprender lo social con una metodología
eidética.
82
2.4.3 Las teorías en las ciencias sistemáticas de la acción
En esta postura la teoría aparece sobre el plano de una interacción permanente con la
práctica. No generaliza sino que va más allá y pretende develar nuevas relaciones y
aspectos del objeto y con ello ayudar a la práctica. La teoría es empleada como un
conocimiento con forma definida resultado de la investigación científica y cuyo fin es la
transformación y el cambio social.
En el materialismo histórico se propone una relación dialéctica entre teoría y praxis del
conocimiento, de tal forma que la concepción revolucionaria, en tanto que descubierto las
leyes de la historia, debe pasar al plano de la práctica para probarse en ésta y enriquecerse.
Otro aspecto importante en esta lógica epistémica es la relación dialéctica que coincide con
la establecida entre sujeto y objeto de conocimiento. . La transformación sobre lo sensible
(lo concreto) repercute en los nexos del individuo con el mundo y el cambio en la
conciencia de los sujetos (lo abstracto) también puede desencadenar (como conciencia en sí
y para sí) la modificación de las condiciones existentes en la organización social.
83
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Brugger S. I., Walter, (1972), Diccionario de filosofía, Barcelona, 7ª ED., Ed. Herder.
Di Tella, Torcuato S., et all, (2001), Diccionario de ciencias sociales y políticas, Buenos
Aires, Argentina, Emecé Editores.
Escotado, Antonio, (s/f), De Phycis a polis (la evolución del pensamiento filosófico griego
desde Tales a Sócrates), España, Ed. Anagrama.
Martín Santos, Luis, (1991), Diez lecciones sobre epistemología, España, Ed. Akal.
Verneaux, Roger, (1985), Epistemología general o crítica del conocimiento, Barcelona, Ed.
Herder.
84
CAPÍTULO 3
Continuando con la propuesta metodológica para este trabajo se han agrupado diferentes
teorías sobre la comunicación y los medios para diferenciar las posiciones que sobre la
sociedad, la política, la cultura y en especial de la comunicación y sus medios existen entre
las diferentes posturas. Corresponde en este apartado abordar las teorías de la comunicación
que se han generado desde las perspectivas teórico-metodológicas y disciplinas inscritas en
las ciencias empírico analíticas.
Es necesario aclarar que el ordenamiento de las teorías que serán descritas en este capítulo
no es arbitrario, responden a criterios basados en los elementos epistemológicos
presentados en los apartados anteriores, aunque esta acción taxonómica tiene sus riesgos y
pudieran presentarse discrepancias con alguna teoría y su ubicación según las lógicas
epistémicas presentadas. No obstante, si surgiera alguna diferencia por la ubicación de
algún autor y su teoría, esto no significa que se pretenda estigmatizar bajo algún criterio o
prejuicio a algún investigador y su trabajo.
85
algunos estudiosos de lo social se dieran a la tarea de analizar sistemáticamente la
comunicación masiva conformándola en un objeto de estudio y generando un campo
teórico al respecto.
Una de las tendencias que gestó toda una tradición y dominó el ámbito del estudio de la
comunicación en general y los medios de comunicación en particular se deriva de las
ciencias empírico-analíticas. Sus estudios e investigaciones en sus inicios se fundamentaron
en el análisis causal y en la medición de los procesos sociales, centrando su atención en
cuatro grandes ejes.
Las movilizaciones políticas llevadas a cabo por líderes como Mussolini, Hitler y Lenin
provocaron una reflexión teórica que indagó e intentó explicar las características de la
propaganda política. En dicha reflexión teórica intervinieron disciplinas como la historia, la
psicología y la sociología.
Por ello los primeros estudios sobre los efectos de los medios de comunicación en la
sociedad se asocian al surgimiento de los movimientos masivos, las ideologías políticas
fascistas y nacistas, y se dirigen al estudio de la propaganda política. “El concepto
propaganda política puede reservarse para las acciones organizadas de persuasión que
aparecen con el advenimiento de la sociedad industrial y la comunicación de masas,
sobretodo con la aparición de la radio y, por lo menos, hasta la aparición de la televisión”.
(Moragas, Miguel de: 1985a: 11)
86
Los investigadores empírico-analíticos de ese tiempo llegaron a suponer, ante la evidencia
de la historia, que los medios de comunicación eran estructuras e instituciones sociales
omnipresentes y omnipotentes, atribuyéndoles poderes y características que sólo después de
décadas serían desmitificadas. A través del tiempo las investigaciones se han ido
desplazando de los supuestos efectos directos de los medios sobre el individuo a teorías que
suponen efectos indirectos partiendo de conceptos como manipulación, persuasión, hasta
llegar a la influencia.
Uno de los aspectos que tienen en común estos autores es la metodología que siguen en sus
investigaciones que es partir de hipótesis que deben ser comprobadas mediante el examen,
la medición y la comprobación de los fenómenos sociales, es decir de la evidencia
empírica. De ahí que el interés del conocimiento que dirige las investigaciones de estos
autores está en la comprobación de los hechos de las hipótesis de trabajo.
Otro hecho que resalta de esta postura es la influencia del método de las ciencias naturales,
así como la noción de que en lo social en muchos de los casos está presente el principio de
causa y efecto, lo que hace que el conocimiento generado por este tipo de ciencias pueda
tener un nivel de predicción. Por ejemplo, en el caso de las encuestas electorales donde un
grupo de investigadores aplican determinados instrumentos (cuestionarios) y procesan esa
información mediante un método matemático (estadística) con la intención y objetivo de
predecir con un alto nivel de certidumbre el resultado de una elección; es evidente que se
87
persigue comprobar en los hechos la predicción que a partir de sus resultados realizan. Si el
resultado final no coincide con el predicho el error es imputable al diseño de la
investigación, ya sea en su parte metodológica, en el uso de las herramientas de
investigación causal o en el sistema de procesamiento y construcción de resultados.
3.1.1 Evolucionismo
Una de las construcciones teóricas que nutren el desarrollo de las ciencias empírico-
analíticas es la perspectiva teórico-metodológica denominada como el evolucionismo que
se originó con argumentos de pensadores como Jean-Antoine Condorcet (1743-1794).
Este autor es considerado uno de los fundadores de esta corriente de pensamiento y pilar de
la noción del progreso de occidente. Condorcet asevera que las sociedades evolucionan de
un estado primitivo hacia otros superiores mediante su desarrolló histórico. El fue un
filósofo publicista, matemático, economista y político que desarrollo en su enfoque sobre lo
social, los principios de sus maestros Rousseau, D‟Alambert, Voltaire, Diderot y el
economista Turgot.
Espera entre otras cosas la erradicación de los prejuicios que establecidos entre los dos
sexos producen una desigualdad de derechos, espera que se erradiquen la criminalidad y la
indefensión: espera la superación higiénica y médica de la miseria y la enfermedad; cree
que ha de llegar un tiempo en que la muerte ya no será sino sólo el efecto de accidentes
extraordinarios. (cfr. Habermas, J.: 1989: 203)
88
Condorcet estableció grandes líneas de la noción del progreso y del compromiso de la
razón, así como del conocimiento para conseguir los más altos fines humanos. Una de sus
principales tesis es que las sociedades evolucionan con el apoyo de las ciencias hacia su
continua perfección; de ahí que el conocimiento generado por las ciencias deba ser
vinculado con la visión del progreso, marcándole como misión y tarea ser un apoyo de
auxilio e instrumento del avance social. Las consecuencias de enlazar las ciencias sociales a
un determinado modo de organización del poder únicamente serán evidentes varias decenas
de años después.
De lo más importante de las tesis de Condocert son las ideas que trazan un compromiso
entre la sociedad y la ciencia confiriéndole con ello una utilidad al conocimiento. La
ciencia por lo tanto debe servir a determinadas causas propias de un modo de civilización.
Por otro lado, sus tesis apuntan hacia un conocimiento riguroso de los acontecimientos de
la historia. El espíritu de la Ilustración en sus tesis se manifiesta en una vocación empirista,
comprometida con el análisis de la materia. En otras palabras, con lo que es y está, de ese
modo se tejió otro lazo de una perspectiva teórico-metodológica que desde el siglo XVI ya
alcanzaba a historiadores y otros estudios de lo social.
3.1.2 Positivismo
Las aseveraciones de Augusto Comte (1798-1857) son significativas para las ciencias
empírico-analíticas en el estudio de lo social. Es el fundador y propulsor del pensamiento
positivista y se ha considerado el padre de una disciplina de estudio e investigación como lo
es la sociología. Comte postuló que para mejorar la sociedad era necesario crear una ciencia
teórica a la que denominó Física Social. “Poseemos una física terrestre, una física celeste,
una física vegetal, pero todavía necesitaremos una última física: la social”. (Comte,
Augusto: 1972: 19)
89
Estos factores son básicos para la etapa intelectual más elevada del género humano, el
estudio positivo. Para Comte la humanidad ha pasado por tres estadios; el primero fue la
etapa teológica y militar:
Con esa cosmovisión, Comte explica y justifica la creación del nuevo orden social y el
impulso al progreso. Los antiguos conceptos revolucionarios los compatibiliza con los
nuevos conceptos institucionales. A la idea revolucionaria de una libertad sin límites opuso
la idea de una libertad ordenada, que únicamente sirviera al orden. A la idea de la igualdad
opuso la jerarquía social. Este puesto social no podía estar determinado a la forma como lo
hacía el antiguo orden, esto es, por la gracia de Dios o de la sangre, sino por el trabajo. En
este nuevo orden todos los hombres reconocerían lo justo de su puesto en la sociedad,
porque este puesto dependería de las capacidades de cada sujeto; pero no implicaría un
desacuerdo social sino simplemente el reconocimiento de que todas las clases son
necesarias, de que todos tienen unas determinadas obligaciones que cumplir. Comte
considera que es necesario que haya en la sociedad sujetos que dirijan y trabajadores que
obedezcan. Superiores e inferiores deben estar subordinados a la sociedad. La sociedad
debe estar por encima de los intereses de los individuos. En ella los filósofos y los sabios
90
bien preparados deberán dirigirla dentro del orden más estricto, conduciéndola hacia el
progreso más alto. (cfr. Zea, Leopoldo: 1981: 45)
Por tanto, podemos definir un hecho positivo como el que es susceptible de ser
experimentable, verificable, repetido, que implica una ley natural, la cual a su vez se
convierte en una científica.
En la triada orden, ciencia y progreso se reúnen las bases de la filosofía positivista en la que
la posibilidad del conocimiento se reduce a la experiencia obtenida a través de los datos,
por lo cual es imposible pretender llegar más allá de ese límite. En esa base se apoya el
positivismo lógico del círculo de Viena. Este círculo se formó en 1929 y entre sus
miembros destacan Rudolf Carnap, Maurice Schlick, Otto Neurath, Hans Reichembach y
Hans Hahn. Aunque no existe precisamente una coincidencia exacta entre los principios
doctrinarios de cada uno de sus miembros si hay generalidades que los identifican, como
son: el interés de crear una sola ciencia unificada que incluyera tanto a las ciencias
naturales como a las sociales, pero con la peculiaridad de que el único objetivo de esa
ciencia es la descripción de lo inmediatamente dado. Las únicas proposiciones
significativas son las matemáticas que se reducen a tautologías. Toda proposición científica
debe ser verificada, ya que una proposición verificable es verdadera. La metafísica debe ser
rechazada sistemáticamente. La única lógica posible de la ciencia es la que se encuentra en
la física con leyes y principios consumados (fisicalismos). En suma, para el círculo vienés,
la única base teórica es la verificabilidad de la experiencia sensible. En el positivismo se
afirma que el conocimiento debe sujetarse sólo a lo que se percibe positivamente, a los
hechos inmediatos que se adquieren por la experiencia y la experiencia supone que lo
probable se aproxima a lo verdadero.
3.1.3 Organicismo
91
Hacia la mitad del siglo XIX se quería profundizar en los análisis sobre la sociedad, había
elementos que escapaban a la interpretación tales como los movimientos sociales. La
revolución francesa, por ejemplo, provocó un cambio radical en el equilibrio existente y
tuvieron que buscarse nuevas perspectivas para su interpretación.
Carlos Roberto Darwin, célebre naturalista y fisiólogo inglés (1809-1882), escribió en 1859
su obra Del origen de las especies por medio de la selección natural, en la cual expone sus
ideas sobre la naturaleza en la que se da una selección natural mediante la manera en que se
forman y reproducen los entes vivos y una supervivencia del más apto ya que los menos
aptos no logran sobrevivir.
Estas ideas que contravenían las concepciones sobre la creación de las especies, tuvo tan
fuerte impacto para crear, derivada de su estudio, una cosmovisión metodológica para
interpretar y explicar los diversos fenómenos.
En las ciencias sociales, la teoría darwinista tuvo un efecto profundo, pues el conglomerado
social se le podría entender e interpretar como a un organismo vivo, como a un cuerpo
social que dispone de un proceso constantemente evolutivo, en donde se da tanto la
selección natural como la supervivencia del más apto.
La adopción de las propuestas darwinistas a las ciencias sociales fueron impulsadas por el
filósofo inglés Herbert Spencer (1820-1903) quien expuso la semejanza que había entre los
principios más generales del evolucionismo de Darwin y los grupos sociales. El principio
general más importante que establece es la dependencia mutua existente entre el todo y sus
partes integrantes. En el organicismo el todo también tiene una importancia relevante pero
ese todo es la unidad orgánica del objeto determinado que se compone de múltiples
particularidades las que interaccionadas logran su evolución.
Para Spencer toda sociedad es un organismo y como los conjuntos orgánicos crecen, así la
sociedad también crece. Todos nacieron por evolución en algún momento, tanto los cuerpos
vivos como las sociedades presentan en su desarrollo un aumento minúsculo pero
constante, de su masa, lo que es otro de los principios más generales del organicismo. En el
caso de los organismos, muchos crecen a lo largo de toda su vida y otros solamente en
algunos momentos del impulso; en el caso de las sociedades, éstas crecen de manera
constante hasta que se dividen o se hunden. (cfr. Etzioni, Amitai y Minerva: 1974: 19)
92
Todo organismo vivo mientras aumenta de tamaño aumenta de estructura pues sus partes se
multiplican y se diferencian, lo mismo pasa con las sociedades al aumentar las poblaciones,
las divisiones y subdivisiones aumentan la estructura. Spencer dice que:
El mantener unido un grupo compuesto implica un jefe del conjunto a la vez que
jefes de partes; y una diferenciación parecida a la que originariamente produjo
un jefe produce ahora un jefe de jefes. En ocasiones se hace la unión para
defenderse de un enemigo común y en ocasiones es consecuencia de la victoria de
una tribu sobre las demás. En este último caso, la tribu predominante, al
mantener su supremacía desarrolla mucho más su carácter militar,
diferenciándose así de otras.
Después que los grupos de grupos se han consolidado, tanto, que sus fuerzas
unidas puedan ser manejadas por una agencia gobernante, vienen las alianzas
con otros grupos de grupos, el sometimiento de los mismos, lo que de vez en
cuando termina en fusión. Cuando esto ocurre, resulta una complejidad todavía
mayor de la agencia gobernante, con su rey, sus gobernantes locales y sus
pequeños jefes; y al mismo tiempo, aparecen divisiones de clase más marcadas:
militares, sacerdotes, esclavos, etc. Es evidente, pues, que la complicación de la
estructura acompaña al aumento de tamaño. (Spencer, Herbert: 1974: 20)
Y continúa diciendo que cada hombre, a la vez guerrero, cazador y constructor de sus
propias armas, de su choza, etc., con una mujer, que en todo caso, tiene que realizar las
mismas tareas, necesita ponerse de acuerdo con sus compañeros únicamente en la guerra y,
hasta cierto punto, en la caza; y, salvo para luchar, vale tanto el acuerdo con la mitad de la
tribu como con toda ella. Aún cuando existe la ligera diferenciación que implica una
jefatura, son pocos los inconvenientes resultantes de la separación voluntaria forzosa.
Agrega el autor que antes o después emigra una parte de la tribu, algunos individuos se
convierten en jefes y recomienza una vida social todo lo elemental posible, al respecto
93
Spencer indica que como los conjuntos evolutivos, en general, las sociedades muestran un
proceso de integración, tanto por aumento simple de la masa como por fusión y refusión de
masas. Considera que hay multitud de ejemplos del paso de la homogeneidad a la
heterogeneidad, desde la tribu simple, igual en todas partes, hasta la nación civilizada, llena
de diferencias estructurales y funcionales. Establece que paralela a la integración y
heterogeneidad progresivas es la cohesión creciente. Vemos al grupo errante dispersarse,
dividirse sin que lo mantenga unido ningún vínculo.; la tribu -sentencia Spencer- con partes
a las que da cohesión la subordinación a un individuo dominante; los grupos de tribus
unidas en una trabazón política bajo un jefe con subjefes; y así hasta la nación más
civilizada, bastante verificada para mantenerse junta durante mil años o más. Determina
que simultáneamente se produce una precisión creciente. La organización social es vaga al
principio; el progreso trae reajustes establecidos que se van haciendo más precisos poco a
poco; las costumbres se convierten en leyes que a la vez que adquieren fijeza se hacen
también más específicas en sus aplicaciones a diversidad de acciones; y todas las
instituciones al principio confusamente entremezcladas se separan lentamente, al mismo
tiempo que cada una de ellas diferencia más claramente sus estructuras componentes. Así
se realiza en todos sus aspectos la fórmula de la evolución. Concluye explicando: hay
progreso hacia un tamaño, una cohesión, una multiformidad y una precisión cada vez
mayores. (cfr. Spencer: 1974: 22-23)
Sobre los aspectos relativos a la analogía del cuerpo humano con la sociedad, están los
estudios de Paul Lilienfeld y de Albert G Schäffle; Lilienfeld sostiene que:
Por su parte Schäffle en su texto Estructura y vida del cuerpo social expone que:
94
...los edificios y las carreteras son el esqueleto y el cuerpo social; las mercancías
acumuladas son la subsistencia intercelular; la economía es la nutrición, el
cambio de mercancías y de personas es la locomoción; el equipo técnico es el
sistema muscular; los símbolos y las comunicaciones son el funcionamiento del
sistema nervioso; la minoría, la colonización y la propaganda corresponden a la
auto afirmación y el crecimiento del organismo. (Schäffle, Albert: 1977: 125)
Acerca del criterio de la selección natural darwiniana, cuyo simil se aplicaba a la sociedad,
fueron sociólogos como Walter Begehot, Ludwing Gumplowicz y Jactes Novicow, los que
la reprodujeron.
Bagehot, diluye al individuo en la sociedad y expone que la lucha social se da entre grupos
en la que los grupos compactos tienen superioridad sobre los que están unidos débilmente.
La diferencia entre los grupos compactos o civilizados y los no civilizados es similar a la
que existe entre los animales domésticos y los silvestres respectivamente. Los grupos más
compactos sobreviven y forman naciones, los no compactos se desintegran, siendo esto
reconocido como la aptitud para la supervivencia.
Según Gumplowice, toda evolución es eminentemente una lucha entre grupos sociales en la
que sólo los más aptos sobreviven. Por su parte Novicow sostiene que el mecanismo central
de la evolución es la lucha por la existencia, pero distingue cuatro etapas necesarias: en la
primera esta lucha es fisiológica y persigue, por consecuencia, el exterminio del enemigo;
la segunda es una lucha económica en la que se combinan varios aspectos de la coacción
física. En la tercera la lucha es política y se da entre Estados; y la cuarta es una lucha de
carácter intelectual en la que a veces el enfrentamiento se da como guerras religiosas o
como actividad revolucionaria, pero en esencia se persigue el predominio de las ideas. (cfr.
Timasheff, Nicolás S: 1977: 123)
La analogía organísmica, si bien se perfiló como una cosmovisión metodológica, fue
adquiriendo matices que dieron pautas a otro tipo de análisis, constituyéndose como
alternativas teórico-metodológicas para el estudio de lo social.
3.1.4 Funcionalismo
El funcionalismo ubica sus orígenes en las ideas que expone Emile Durkheim (1858-1917),
sociólogo francés cuyas obras, en las que aborda el tema datan de la última década del siglo
XIX. Este autor se preocupó por exponer de manera amplia el concepto de función que ya
había sido utilizado por Spencer al explicar la evolución de las sociedades. A Durkheim se
le deben contribuciones importantes tanto al estudio de lo social como a la conformación
metodológica para su estudio. En primera instancia porque subrayó la existencia de un
campo de estudio de lo social que exigía un método propio y autónomo en el desarrollo del
conocimiento. Para este autor y una buena parte del pensamiento de su época era
95
fundamental el concepto de ciencia y de lo científico, de ese modo busca establecer que la
investigación social tenga un status científico, un método e instrumento de trabajo propios.
“La sociología no es un anexo de ninguna otra ciencia; es a su vez una ciencia diferenciada
y autónoma y el sentimiento de lo que tiene de particular la realidad social es a tal extremo
necesario para el sociólogo”. (Durkheim, Emile: 1972: 183). Sus objetos de estudio son los
hechos sociales, los cuales tienen como caracteres distintivos: en primer lugar su
exterioridad con respecto a las conciencias individuales. En segundo término la acción
coactiva que ejerce o es susceptible de ejercer sobre estas mismas conciencias. Y
finalmente desde otra perspectiva, su estado de independencia en relación a sus
manifestaciones individuales.
A un hecho social también se le puede definir “…por la difusión que presenta en el interior
del grupo, con tal que, teniendo en cuenta las precedentes observaciones, se tenga cuidado
de añadir, como segunda y esencial característica, que existe con independencia de las
formas individuales que toma al difundirse”. (Durkheim, Emile: 1972: 49). Una regla para
analizar los hechos sociales consiste en que deben ser tratados como cosas.
Los hechos sociales son los datos inmediatos de la ciencia. Las ideas por lo tanto no son
directamente dadas, surgen del método y del análisis científico, el cual parte de la
objetividad y continúa a través de la sistematización de lo real. En estas tesis se manifiesta
la influencia del empirismo, el naturalismo, el sensualismo y el positivismo, las cuales
convergen en las hipótesis de que el conocimiento humano es en principio el resultado de
los datos que los sentidos arrojan a la conciencia.
Dado que sólo es objeto de la ciencia el dato y la evidencia, deben desterrarse de ésta -la
ciencia- las prenociones. Los hechos deben agruparse según sus caracteres exteriores
comunes, intentando para ello ser lo más objetivo posible. Un medio para conseguir esto
último es tomar a los hechos sociales por el lado en que se manifiestan aislados de sus
manifestaciones individuales. (cfr. Durkheim, Emile: 1972)
96
decisiones y elecciones de los sujetos en ambientes espacio-temporales definidos y
acotados. La relevancia de Durkheim para estos estudios también se derivó del hecho de
que este autor planteó en obras como El Suicidio, un método de análisis causal basado en la
medición y el cálculo estadístico, superando con ello la especulación y sosteniendo
argumentos con base en las percepciones individuales de los sujetos de la acción social.
En relación con el concepto de función en la sociología para Durkheim sólo lo que es útil
puede mantenerse, resultando la utilidad en relación directa con lo estable que pueda ser
una sociedad, tanto en el interior de sí misma como con otras sociedades, lo que se logra
con la satisfacción de ciertas necesidades , siendo ésta la función social. Por tanto, para este
autor, la sociedad logra la satisfacción de sus necesidades mediante la función o rol, como
también la denomina, y en esa actividad, en esa forma de movimiento, es posible entender
los fenómenos sociales.
Por su parte, Robert K. Merton (nacido en 1910), aunque da por sentado el principio
funcionalista, lo niega como verdad absoluta y realiza nuevos aportes que contribuyen a
consolidar la noción a partir del supuesto de que todo conflicto social procede de alguna
tirantez entre las partes, alguna disfuncionalidad. (cfr. Merton, Robert K.: 1980)
En términos generales las disciplinas y teorías inscritas en este tipo de ciencias no plantean
análisis de contradicción en términos estructurales o emancipatorios al modo que lo hacen
las ciencias sistemáticas de la acción, pues el universo de lo real regularmente es aceptado,
97
identificando la función de las instituciones y de las estructuras sociales entre la diversidad
de conductas; también busca respuestas al para qué sirven o qué actividades realizan esas
estructuras e instituciones desde un aspecto relativamente micro-social. Asimismo debe
recordarse que esta postura del conocimiento sí genera críticas a la sociedad capitalista y
hace eco de sus contradicciones, sin embargo, el sentido y el alcance a la crítica es distinto
al planteado en otras lógicas epistémicas y posturas del conocimiento.
El teorema elemental funcional preescribe que: un sistema social real es aquel en que las
partes desempeñan funciones esenciales para la subsistencia, expansión y fortalecimiento
del todo; por lo tanto, las partes que integran el todo son interdependientes e integradas.
Así bajo esta lógica epistémica se busca explicar el equilibrio social. Pondera que la
socialización de las necesidades individuales y su integración con la colectividad favorecen
el progreso. En materia de comunicación esta corriente busca responder al para qué de la
existencia de los medios y pretende establecer el fin o función de estos en la sociedad para
mantener el status quo.
A partir de la revolución industrial surgen una serie de necesidades por reorganizar las
fuerzas productivas y en consecuencia una modificación de las formas de vida existentes.
En el siglo XIX se generan esfuerzos por reestructurar las cadenas productivas, y el
98
fordismo y el taylorismo serían centros reguladores en la nueva organización y distribución
del trabajo.
La división del trabajo representó un primer elemento teórico para ubicar a la comunicación
en el plano científico. Es con el economista Adam Smith (1723-1790), quien expresa que la
comunicación contribuye a organizar el trabajo colectivo en el seno de la fábrica y en la
conformación de los espacios económicos. “En la cosmopólisis comercial del laissez-faire,
la división del trabajo y los medios de comunicación (vías fluviales, marítimas y terrestres)
van parejas con la opulencia y el crecimiento”. (cfr. Mattelart, Armand: 1997)
Tanto la división del trabajo como el modelo de flujos de materiales (se trata de la
circulación de mercancías y de la mano de obra merced de las vías de comunicación)
aportan elementos a la escuela de economía inglesa en especial a John Stuart Mill (1806-
1873), que perfilan un esquema cibernético de los flujos de materiales con los flujos de ida
y vuelta (feedback) del dinero como información.
Se hace la analogía entre las noticias con las descargas nerviosas que comunican un
movimiento de un habitante de una ciudad a otra.
De tal modo que se va fraguando la noción del desarrollo (evolución, progreso, civilización
de las sociedades) y con ella el origen del análisis de los sistemas de comunicación y sus
medios como los vehículos que podrían difundir las ideas de la modernidad y el progreso.
Las teorías difusionistas formulaban que el progreso sólo puede llegar a la periferia
irradiado por los valores del centro. Al final del siglo XIX el modelo de biologización de lo
social se ha transformado en idea general para caracterizar los sistemas de comunicación
como agentes de desarrollo y civilización.
99
Y es que paralelamente a la expresión de la industrialización se forman núcleos de
desarrollo o ciudades donde las formas de organización y convivencia cambian
sustancialmente y es la aglomeración y el aumento de la densidad demográfica que genera
la problemática de la sociedad de masas y de los medios de difusión de masa como
resultante.
El proceso de crecimiento demográfico (la masa) es visto como una amenaza real o
potencial para cualquier sociedad y ese peligro justifica que se introduzca un operativo de
control estadístico de los eventos judiciales y de los flujos demográficos.
Esta nueva cara de la sociedad provoca que se inicie un análisis y estudio de las llamadas
patologías, crisis y los desequilibrios del orden social. El aumento de la criminalidad
requiere medidas higienistas de vigilancia y de normalización de las clases peligrosas. Se
realizan cuadros, no sólo de mortalidad sino también de criminalidad y se intenta extraer
índices de inclinación al crimen según el sexo, la edad, el clima, la condición social con la
que se pretende poner de manifiesto las leyes de un orden moral que sería paralelo al orden
físico.
Hacia finales del siglo XIX hacen su aparición las ciencias criminales y su apoyo teórico se
funda en el cálculo de las probabilidades y en nomenclaturas e índices estadísticos que
perfilan a los sujetos. Son estas nomenclaturas e índices las que sirven a jueces, policías y
médicos forenses para codificar y cumplir su cometido higienista de vigilancia y
normalización de los grupos sociales llamados peligrosos.
100
La masificación de la sociedad provoca la extrapolación de la psicología individual a la
psicología colectiva o social. Surgen fenómenos propios de la masa como las huelgas, las
manifestaciones multitudinarias y disturbios públicos. El sociólogo italiano Scipio Sighéle
(1868-1913) publica en Turín en 1891 su ensayo: La multitud criminal, en su obra establece
que la sugestión explica el por qué del comportamiento de los individuos cuando forman
parte de una masa. Considera que en la masa hay hipnotizadores e hipnotizados, dirigentes
y dirigidos, y es la sugestión la que hace que los dirigidos sigan ciegamente a los dirigentes.
Esta noción es trasladada a las nuevas formas de sugestión, los medios de comunicación
representados en ese momento por los órganos de prensa y Sighele define a los periodistas
como dirigentes y a sus lectores como dirigidos, posteriormente se generaliza esta idas a los
medios electrónicos.
En suma la psicología y sociología de las masas son propensas a ver en las conductas
individuales reacciones a algo dado y determinado por cosas exteriores. Definen su objeto a
partir de lo instituido y de las estructuras, tales como el Estado, la familia, las clases, las
iglesias, las corporaciones y los grupos de interés.
101
unidireccional en el conjunto. Es decir, la suma de los efectos individuales traería consigo
un efecto colectivo homogéneo.
Esta teoría postuló que los individuos eran indiferentes ante la diversidad manifiesta entre
los distintos medios, por lo cual los sujetos carecían, hasta cierto punto, de individualidad y
sentido de la dirección; todos responderían de forma parecida a estímulos uniformes de
naturaleza emocional. De tal modo que los medios tenían la capacidad de inyectar mensajes
a los individuos-masa, y moldear su opinión y comportamiento.
102
c) Ubica sociológicamente las funciones de cada factor del proceso, esto significa que
en sociedad, preguntas como quién dice qué, deben contestarse considerando el
poder, la jerarquía y de los actores comunicacionales dentro de la organización
social.
Por otra parte, lo que las personas dicen es analizado por Lasswell al establecer lo que
denominó intencionalidad en el proceso comunicativo; tal intención la ejerce un emisor
activo sobre una masa pasiva, atacada y desprovista de sentido discriminatorio. El efecto de
la comunicación, por tanto, puede observarse y medirse con relación a una intencionalidad.
Lasswell puede considerarse junto a Berelson como uno de los fundadores del análisis de
contenido, hizo trabajos sobre la propaganda y la comunicación política.
103
Estas precisiones condensan un tipo de análisis que en la actualidad aún tiene vigencia. Los
autores introducen dos preocupaciones, la primera consiste en conocer la forma en que
están ordenados los mensajes, en un sentido lógico-estructural y la segunda, en analizar el
uso correcto de las palabras. Orden y significado son factores sin los cuales resulta
improbable que la intención de un mensaje sea correspondiente con sus efectos.
Las técnicas que desarrolló fueron: análisis de contenido, análisis de efectos y análisis de la
audiencia. Sostuvo que los excesivos alcances y efectos de la comunicación colectiva
provocaron el surgimiento de la sociedad masificada, pues debilitaba los vínculos sociales,
alienaba a los individuos y los impulsaba a un consumo exacerbado. Contando con la
colaboración de Robert Merton, desarrolló una clasificación de las funciones de los medios.
2. Función de reforzar las normas sociales: Dar publicidad a las conductas desviadas,
acortan la distancia entre la moralidad pública y las actividades privadas, ejerciendo
presión para que se establezca una moral única.
104
Lazarsfeld es uno de los primeros investigadores en comunicación que establece de manera
lógica y ordenada la función de los medios masivos de comunicación en la sociedad
atendiendo a criterios sociológicos basados en el examen de un conjunto de acciones
individuales que guardan patrones y que tienen existencia afectiva, a la vez que incorpora
elementos psicológicos que se refieren básicamente a códigos de comportamiento legítimos
dentro de la sociedad industrial. En suma, Lazarsfeld no se ocupa propiamente del estudio
de los nexos entre la interioridad subjetiva, las estructuras sociales y en particular los
medios de comunicación, sino de manera en que manifiestan los contenidos psicológicos de
los sujetos con relación en los medios.
Robert Merton (nacido en 1910) fue un colaborador y colega de Lazarsfeld, este autor
considera que las estructuras sociales son básicas para estudiar, los medios de
comunicación. Coincide con Lazarsfeld en postular que los medios confieren un estatus,
incorporan normas sociales (valores y estereotipos), manejan una realidad y una historia.
Sus investigaciones se concentran en la revisión de contenidos y estructuras de los
mensajes. En oposición a Malinowski; explica que considerar que un elemento, ya sea
cultural o social, por el simple hecho de existir ya es indispensable, es olvidar que una
misma necesidad social, psíquica o fisiológica puede ser satisfecha por elementos culturales
diversos y en ocasiones intercambiables. De ahí que así como un elemento puede tener
varias funciones también una sola función puede ser realizada por elementos
intercambiables.
El papel de los medios en la sociedad, en primera instancia -según Merton- podría ser
explicado si se atienden los contenidos que estos difunden. Que los medios pueden
satisfacer necesidades y que se les considere como transmisores de cultura, se representa un
ejercicio teórico novedoso en las investigaciones sobre los medios, porque muestra la
capacidad que tienen para querer formas comunes de percepción y comportamiento, lo que
inevitablemente les proporciona una posición privilegiada dentro de los otros sistemas
culturales; pero de todo esto resulta central la propuesta de que existen intercambios en la
satisfacción de las necesidades sociales, de tal forma se rompe una relación unívoca
respecto a los sistemas de elección de los sujetos a partir de las prácticas y efectos de la
comunicación masiva.
Por otra parte, Merton define a la propaganda como “(…) todos y cada uno de los conjuntos
de símbolos que influyen en la opinión, las creencias o la acción sobre cuestiones que la
comunidad considera convertibles. Los símbolos pueden ser escritos, impresos, hablados,
pictóricos o musicales. Pero si el asunto se considera fuera del debate, no es objeto de
propaganda”. (Merton, Robert: 1984:595)
Así, cuando existe una cuestión discutible, la propaganda puede hacerse posible, empero,
“(…) la propaganda no tiene ninguna relación necesaria con la verdad o la falsedad (…). Si
nos rendimos a la opinión de que la propaganda y la falsedad son lo mismo estamos en el
camino hacia el nihilismo”. (Merton, Robert: 1984:595). Merton adjudica un contenido
extenso al concepto de símbolo, esto es prácticamente como cualquier sistema o forma
comunicacional.
105
En sus trabajos sobre propaganda, Merton considera que las respuestas de los receptores
pueden calcularse, o bien que la observación de las reacciones del público constituye una
evidencia empírica, que si es sistematizada puede aportar un conocimiento general de la
manera en que pueden ser aceptados o realizados los mensajes., “en general, los escritores
de propaganda pueden saber cómo responderán los públicos a su material confiando
meramente en la intuición u observando sus otras reacciones. [Sin embargo, lo anterior no
excluye la necesidad del análisis puesto que:] (…) las implicaciones emocionales y morales
buscadas por los productores de las películas pasan inadvertidas para el auditorio (…)”
(Merton, Robert: 1984:517), es necesario analizar por un lado, las películas y emisiones en
general que con objeto de propaganda se realicen, con el fin de poder determinar los efectos
presentados; y por otro lado, es necesario, conocer las reacciones realmente suscitadas y las
discrepancias entre las reacciones previstas y los efectos reales. Lo anterior conduce a
Merton a plantear respectivamente: el análisis de contenido y el análisis de la reacción.
Para Merton estos dos tipos o núcleos interactivos de investigación permiten comprender,
planear o calcular una estrategia propagandística. Qué deben decir los medios para lograr
determinadas reacciones, viene a ser de alguna manera, el supuesto de este investigador.
Por lo que se refiere al análisis de contenido tipifica sus distintas clases de análisis.
106
social, etc. Y relaciones personales (amigos y familiares). La teoría que representa
esta visión se denomina teoría del doble flujo o en dos etapas de la comunicación.
Esto es, la influencia de los medios está condicionada por factores intermedios como las
relaciones interpersonales y de manera particular con líderes de opinión. Los efectos están
mediados por cuatro factores: la diferente exposición a los medios, el potencial persuasivo
de estos, el contenido de los mensajes y las predisposiciones y actitudes previas de la
audiencia.
Las personas que inicialmente consumen el contenido de los medios (líderes de opinión)
sobre los temas de interés particular para ellos los interpretan de acuerdo con sus propios
valores y creencias y después lo transmiten a los seguidores de opinión, personas como
ellos pero que tienen menos información o se exponen menos a los medios.
La teoría del flujo o en dos etapas podría resumirse según el siguiente modelo:
b) Las respuestas a los mensajes de los medios no son directas sino que están mediadas
por las relaciones grupales.
Lewin estudió la decisión de grupo, el fenómeno de líder, las reacciones de cada miembro
en su seno ante un mensaje comunicado por diferentes conductas. El grupo cara a cara
podría ser una familia o familias, un grupo de alumnos, un grupo de amigos de trabajo.
107
Sus investigaciones las desarrolla durante la segunda guerra mundial. Su atención se dirige
a probar estrategias de persuasión con el propósito de cambiar las actitudes de las amas de
casa sobre regímenes de alimentación. “A lo largo de estos experimentos se va precisando
la noción de gatekeeper o controlador del flujo de información, función que asegura el
„líder de opinión‟ informal”. (Mattelart, Armand: 1997:38)
Psicólogo pero formado en ciencias físicas y matemáticas también, Lewin introduce los
conceptos de “topología” y “vectores” y hace uso profuso de diagramas para simbolizar o
representar su teoría del campo de experimentos. El campo es ese espacio-vida donde
tienen lugar los vínculos de un organismo y su entorno y en el que se define la conducta del
individuo como resultado de sus relaciones con el medio físico y social que actúa sobre él y
en el que se desarrolla. Cruzando las dimensiones mentales y físicas, el enfoque topológico
analiza la forma en que la fuerza o vectores de intensidad y dirección variadas, que se dan
entre individuo e individuo entran en acción para tratar de resolver la tensión producida por
ciertas necesidades de un organismo.
108
En la teoría del refuerzo se considera que es tal la cantidad de factores intermediarios en el
proceso de influencia medio-receptores, que los mensajes son regularmente reducidos a
meros agentes cooperadores. Fundamenta sus explicaciones en el papel que desempeñan
factores como las categorías sociales y las relaciones sociales de los receptores. La
comunicación de masas no constituye, normalmente, causa necesaria y suficiente de los
efectos producidos sobre el público.
Klapper se inserta en una línea de análisis sociológico de los medios, reconociendo la
existencia de relaciones sociales que afectan en importante medida las conductas y
percepciones individuales. De esa manera, los medios vendrían a reforzar patrones de
conducta preexistentes, su enfoque es uno de los primeros que desmitifica el poder de
manipulación de los medios y, relativiza sus efectos con relación a las características
heterogéneas de los grupos humanos.
Haciendo énfasis en su teoría madura (década de los 60), McLuhan plantea una nueva
versión del mito cristiano, posibilitándole centrarse en la construcción de una psicología y
ecología de los nuevos medios de comunicación. El núcleo de su pensamiento lo establecía
el impacto que según él ejercía la tecnología de los medios de comunicación sobre “lo
sensorial humano”.
En su trabajo la Galaxia de Gutemberg (1962) expone una meditación sobre los resultados
que sobre lo sensorial y cultural trajo consigo la alfabetización fonética y la imprenta. En
109
este contexto, el libro impreso provocó una intensificación de la fragmentación de la vida
sensorial producida por el alfabeto fonético, el cual, en su momento incrementó las
propensiones visuales. En esa obra McLuhan pretende transmitir la idea de que cada nueva
tecnología de los medios poseía el poder de hipnotizar porque aislaba los sentidos.
La década de los 70 constituía para McLuhan la nueva galaxia sensorial en que los medios
electrónicos sacudirán la sensibilidad tal y como en su momento lo hiciera la prensa. De tal
forma, en su obra Comprendiendo los medios (1964), teniendo en cuenta las históricas
perturbaciones causadas por la alfabetización y la imprenta, sería su guía educacional para
facilitar la conversión psíquica a la nueva era, esta vez de tendencia orgánica y no
mecánica, puesto que en lugar de extender nuestra visión extendía nuestros sistemas
nerviosos centrales; desde su teoría, “los efectos de la tecnología de los medios de
comunicación no corren al nivel conciente de la opinión y de los conceptos sino al nivel
subliminal de las relaciones de los sentidos y los patrones de percepción; (por lo tanto, para
McLuhan), el medio es el mensaje”. (Czitrom, Daniel J.: 1985:203)
Una de las aportaciones que más alcanzan la década de los 90 es por el planteamiento de
que los medios están generando una aldea global en donde la información resulta
instantánea, convirtiéndose además en una extensión de los sentidos; de allí que los teóricos
que apoyan la proliferación de los medios electrónicos en sus versiones miniatura como las
televisiones portátiles, la telefonía celular, los i Pod, internet y los sistemas de realidad
virtual, recurran a las tesis de Mc Luhan para sostener sus aseveraciones en pos de una
sociedad informatizada.
110
mensaje es lo que la persona o institución emite a la población; 3. receptor es quien recibe
el mensaje, ya sea por medios mecánicos o electrónicos. La teoría de las categorías sociales
subraya la existencia de diferentes modos de percepción en lo social, que pueden ser
conocidos en mayor o menor medida con base en el sistema de preferencia de los sujetos
que viven en determinadas condiciones económicas y culturales. Lo social como posición,
se convierte en un criterio de análisis para conocer los efectos probables de un mensaje
dirigido a un grupo poblacional.
En evidencia, este argumento traza una distancia respecto de aquellas teorías que suponían
reacciones homogéneas ante un tipo de mensaje. Esta teoría se convertiría en una de las
bases del desarrollo de la publicidad desde la investigación en comunicación.
El centro de esta propuesta teórica radica en el mensaje que debe estudiarse para definir la
forma de estructurarlo adecuadamente y con base en ello producir efectos óptimos en el
receptor, para lograr tal fin considera la formación y la subjetividad de las personas en tanto
elementos importantes para lograr un efecto persuasivo. “Desde el momento en que existen
diferencias individuales en las características de la personalidad, entre los miembros del
público, es lógico deducir que en los efectos habrá variantes correspondientes a dichas
diferencias individuales”. (De Fleur, Melvin: 1982:22)
El anterior enunciado centra su argumentación en que los individuos no son iguales por lo
que no actúan en la misma forma. La diversidad en la interpretación generaría en su
momento respuestas distintas frente a un mismo mensaje; de allí que este último deba
estructurarse “adecuadamente”. La persuasión será posible sólo si la forma y la
organización del mensaje es “adecuada” a los factores personales de interpretación. Es
decir, tiene que estructurarse de acuerdo a los individuos. Ante esto se forman dos
vertientes o coordenadas de investigación teórica: Los factores relativos a la audiencia y los
vinculados al mensaje.
111
- Los factores vinculados al mensaje: aquí se agrupan los elementos de credibilidad
del comunicador, el orden de las argumentaciones, exhaustividad de las
argumentaciones y explicitación de las conclusiones.
Tales preguntas dentro de una teoría que se centra en las diferencias individuales, conducen
a plantear soluciones en función de factores relacionados con la estructura del mensaje y
con los medios por los que se dará. La idea de fondo consiste en que los medios de
comunicación sirven para satisfacer determinadas necesidades. Así, es relevante establecer
la organización, la repetición, el formato (apoyos visuales, gráficas, efectos, orden), del
mensaje; simultáneamente la elección del comunicador y el tono del discurso, entre otros
factores.
Si bien se sostiene que la credibilidad puede ser fuente importante de influencia de los
medios, para otro autor como es Kelman, existen en particular tres procesos básicos de
influencia social: conformidad (cuando una persona acepta la influencia de otra en espera
de una respuesta favorable); identificación (cuando la conducta asumida está en relación
satisfactoria con otra persona o con el grupo); e internalización (cuando hay coherencia en
el sistema de valores). De esta forma, Kelman considera que la credibilidad del agente de
cambio es un elemento necesario en la internalización que se ve facilitada si el producto es
garantizado por alguien a quien el sujeto a persuadir percibe como el poseedor de un
sistema de valores similar (cfr. Reardon, Kathleen: 1994)
En lo general, los estudios sobre la persuasión, además de haber aportado elementos para el
desarrollo de la publicidad y la propaganda, han servido como base para el estudio de los
mensajes y sus mecanismos de inducción al conocimiento, o bien, a su verdad. La
persuasión sustituye el concepto de manipulación, no propiamente como una consecuencia
112
teórica sino como un proceso de racionalización de los nuevos eventos en el mundo de las
décadas de los 60 y 70, En Las cuales Estados Unidos, Inglaterra, Francia, México y otros
países viven la contracultura y la insurgencia de los jóvenes.
Dos son las preguntas formuladas por el propio Mc Quail, cuando trata las cuestiones
principales de los medios: ¿Qué es lo que hacen en realidad los medios de comunicación
por la sociedad y sus audiencias? Y ¿Qué deberían hacer? Su respuesta se ubica en que la
función única de los medios consiste en proporcionar tanto a la industria como a la
sociedad una coherencia, una síntesis de la experiencia, una conciencia de la globalidad que
no destruya la especialización requerida por la realidad. (cfr. Mc Quail, Denis: 1983)
Lo antes mencionado genera una perspectiva relacionada con la importancia de los medios
en los procesos de socialización, misma que reconoce Mc Quail al referirse al:
En relación con estos objetivos sociales, Denis Mc Quail distingue los intereses de la
sociedad asignando a los medios las siguientes funciones:
113
que comparten tesis de otras perspectivas tales como el empirismo, el evolucionismo y el
organicismo.
La preocupación por los efectos y funciones de los medios en lo social, ha pasado por
distintos momentos, manifestando su peso relativo, el cual no puede soslayarse de allí que
aún a la fecha los investigadores se aboquen al conocimiento de otras posibles funciones
que estos pudieran tener en la vida cotidiana de las personas.
Los estudios empíricos sobre los efectos limitados de los medios buscan determinar la
relación entre los procesos de comunicación y el contexto social. Este tipo de estudios con
distintos ritmos e intensidades e interconexiones teóricas tienen especial vigencia en países
como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y en algunos países de América
Latina.
2. El estudio del contenido social y de los efectos de los medios. Parte de que la
eficiencia de los medios estaría determinada -más allá del contenido que difunden-
por las características del sistema social que los rodea, y por lo tanto, dependerían
de las fuerzas sociales dominantes en un determinado momento histórico. El objeto
de estudio no lo constituyen los medios en sí, sino el proceso por el que se forma la
opinión en determinadas comunidades sociales.
114
El análisis de los públicos conduce a una nueva interpretación del papel que desempeñan
los medios en la sociedad; esta corriente busca conocer porqué algunos públicos eligen y
consumen determinados mensajes, con esta interrogación se desmitifica la capacidad de los
medios para hacer que los sujetos crean cualquier cosa, o bien para manipular sus acciones
de una u otra forma.
Este tipo de análisis plantea centralmente que públicos diferenciados eligen mensajes
distintos, elección que depende de las preferencias y formas organizacionales practicadas y
que son base para formar una opinión pública. Si algunos mensajes tienen efectividad se
debería a la existencia de una serie de percepciones y valoraciones correspondientes en
mayor o menor medida con los contenidos de esos mensajes.
Durante la era de los efectos limitados se desarrollaron varias ideas importantes que
empezaron a poner en duda la suposición de que la influencia de los medios en los sujetos y
culturas era mínima. Estas ideas se respetan y estudian hasta la fecha. Entre las más
influyentes se encuentra la teoría del establecimiento de la agenda o campaña de opinión, la
cual sostiene que los medios no te pueden decir cómo pensar pero sin duda si te indican en
qué sí y en qué no pensar. Con base en su estudio del papel que en 1968 desempeñaron los
medios durante la elección presidencial en Estados Unidos, Maxwell Mc Combs y Donald
Shaw escribieron en 1972:
Al elegir y presentar las noticias, los editores, el personal del centro de noticias y
y las emisoras contribuyen de manera importante en la formación de la realidad
política. Los lectores no sólo aprenden de un tema determinado ; también
aprenden a asignar importancia al mismo a partir de la cantidad de información
que les proporcione una noticia y la postura política que en ésta se asuma… los
medios de comunicación masiva bien pueden determinar los aspectos
importantes; es decir, los medios pueden establecer la “agenda” de la campaña.
(Mc Combs y Shaw: 1972:176)
Para los fines de esta teoría es posible la existencia de dos formas básicas de realidad: 1)
con la que se tiene o puede tener contacto sin demasiados costos, y por tanto, existe una
capacidad para interactuar y para ser testigo; 2) con la que no es posible tener evidencia o
nexos personales sobre esta, el principal contacto disponible está constituido por los medios
de comunicación.
En esta versión, los actores y las fuerzas del poder real encuentran la capacidad para
establecer con mayor o menor éxito los temas de discusión y para imponer con diferentes
ritmos e intensidades una jerarquía de los mismos en función de sus intereses. Por lo tanto,
los medios de comunicación constituyen un filtro por el que se puede medir y ordenar los
115
contenidos transmitidos, generando una lógica del discurso a favor de los intereses de
poder.
Dentro de esta perspectiva, la agenda setting se ha constituido el concepto que designa una
manera y una capacidad para ordenar o darle una organización a la realidad.
En el contenido de esta hipótesis se localiza una idea relevante: los medios no procuran
persuadir sino precisar una realidad externa y fijar los elementos sobre los cuales el público
receptor deberá establecer una opinión. Si bien se señala que todos los medios tienen la
cualidad de establecer los temas de la agenda y su jerarquización, el modelo distingue, de
acuerdo a las cualidades de los diferentes medios, la posibilidad de conseguir efectos a
largo o corto plazo. En este caso, por sus características, los medios impresos afectarían a
largo plazo por su capacidad para tematizar la realidad, es decir, para crear agendas y
establecer temas de relevancia.
Por su parte, la televisión tiene una capacidad más inmediata y restringida para crear la
llamada agenda setting, por ello a través de la televisión es como se logran los efectos a
corto plazo. “El análisis de la agenda setting del medio televisivo está centrado no en
conceptos específicos, articulados y definidos en su importancia sino sobre ámbitos
simbólicos más amplios y genéricos. (Wolf, Mauro: 1990:171)
Del mismo modo, es conveniente mencionar que con base en el conocimiento de las
posibilidades conjuntas de los medios impresos y de la televisión, es posible argumentar
que esta última, una vez jerarquizada la realidad a través de los medios impresos, puede
tener la capacidad para enfatizar, es decir, para establecer los elementos de relevancia sobre
los temas preestablecidos.
Esa teoría es uno de los enfoques empíricos desarrollados por los Estados Unidos, y de
alguna u otra manera sus tesis se comparten en los países en que la opinión pública es
relevante para la discusión de la agenda del gobierno. En los países democráticos es en
donde los grupos de interés emplean los medios no sólo para conducir la opinión pública
(opiniones públicas) hacia determinada creencia u opción, sino que se cuenta con la
capacidad para incidir en los temas tratados en el espacio público.
La capacidad de los medios para generar una mirada sobre el mundo se convierte
paulatinamente en la capacidad de establecer cuáles son los temas relevantes sobre ese
mundo, si los medios focalizan un acontecimiento y lo publican constantemente, de manera
inevitable provocan por lo menos dos situaciones, a) incidirán en la discusión pública,
orientándola hacia ese tema o conjunto de temas , b) otros acontecimientos serán
116
desplazados, los cuales pueden ser tanto o más importantes para la vida pública de un país o
bien para el público mundial.
El hecho de que los medios de difusión tengan el poder para construir la realidad es un
problema y una condición preocupante, pues si los intereses y los temas de las naciones
más poderosas son los que se transmiten por esos medios, queda la pregunta de dónde
quedarán los intereses y problemas de las naciones periféricas.
Cabe decir que en evidencia existen diferentes agendas, las cuales son propuestas por los
medios de comunicación colectiva, sin embargo, en esta evidencia también es importante
considerar el peso del medio; una cadena de televisión que tiene repetidoras y
corresponsales en múltiples países del mundo tiene mayor capacidad para perfilar los temas
de discusión en el espacio público e incluso para incidir en materia de políticas públicas por
la presión que determinados temas pueden ejercer sobre los gobernantes.
Durante los años 70 y en franca competencia con las tesis macluhianas y el enfoque de la
teoría crítica de la sociedad, cobra fuerza una nueva propuesta interpretativa sobre las
funciones de los medios de comunicación: la teoría de los usos y gratificaciones. Esta teoría
se orienta hacia el conocimiento de la forma en que los individuos usan los medios y hacia
las gratificaciones que las personas buscan encontrar en los mensajes de la comunicación
colectiva. Esta teoría abandona la idea del individuo pasivo, víctima de los estímulos
transmitidos por los medios. Visión que es reemplazada por el estudio de los contextos e
interacciones sociales, y por una concepción en la que los receptores son agentes activos
que eligen mensajes, medios y los vinculan a sus propias necesidades.
117
El análisis de Laswell (1948), sobre las tres funciones principales desarrolladas por
la comunicación de masas: a) proporcionar informaciones; b) vigilar el entorno; c)
expresar los valores culturales y simbólicos propios de la identidad y la continuidad
social.
Esta teoría centra su atención en las características de la conducta del receptor, las
relaciones sociales en que vive, así como la interacción y cultura de una sociedad, todo ello
con relación a los medios de comunicación. Existen en evidencia algunas proposiciones
teóricas de orden psicológico básicamente en el sentido de que el receptor desarrolla un
sistema de preferencias que afectan las elecciones que realiza cuando está frente a los
mensajes.
Esta capacidad para discriminar los contenidos de los mensajes constituye una aportación
central para el posterior desarrollo teórico de la comunicación en esta corriente de
pensamiento. El receptor no será visto como una víctima de los medios sino como un sujeto
que maximiza o que es gratificado por medio de la elección de algunos contenidos.
Gratificación que está mediada por el entorno social.
En franca contraposición con el modelo de los efectos -en cualquiera de sus variantes- la
teoría de usos y gratificaciones no se pregunta qué le hacen los medios de comunicación a
las personas, sino qué es lo que las personas hacen con los medios, para qué los consumen,
qué uso hacen de ellos. Se trata pues, de un giro sustantivo, un cambio drástico de
perspectiva. Los supuestos básicos de los que parte la teoría han sido formulados como
sigue:
118
La corriente de los usos y gratificaciones profundiza en los años 80 en su propia noción de
lectura negociada: el sentido y los efectos nacen de la interacción de los textos y las
funciones asumidas por las audiencias. Las codificaciones se vinculan con la implicación
de éstas; la implicación depende a su vez de la forma en que las diferentes culturas
construyen la función del receptor.
Cabe señalar que desde la perspectiva de los usos y gratificaciones, la implicación es una
dimensión de la variable “actividad de la audiencia”. En este sentido, implicación
significaría que se establece una conexión personal (psicológica) entre la audiencia y el
contenido de los medios. Sin embargo, la implicación se ha asimilado de diferentes
conceptos como: no distraerse realizando otras actividades (leer, conversar, comer)
mientras se produce la recepción de un programa específico de televisión, el grado de
atención que se presta al contenido del mensaje, el grado de reflexión que se produce
durante la recepción de algún programa de televisión, la reacción emocional que se produce
durante la visión de la televisión, y la interacción parasocial con los personajes de
televisión.
Como la teoría de usos y gratificaciones hace énfasis en los motivos de la audiencia para
elegir opciones de consumo específicas y las consecuencias del uso de dichos medios
intencionales, a veces se considera que favorece demasiado a la industria de los medios. Es
decir, al considerar que los efectos negativos de los medios son resultado de las elecciones
y el uso de los medios por parte de la audiencia, se absuelve a la industria de los medios de
la responsabilidad por el contenido que producen o transmiten. Los medios simplemente
dan a los sujetos lo que ellos quieren. Otra crítica a esta teoría se basa en que no sólo asume
que los individuos saben por qué seleccionan el contenido de los medios en la forma en que
lo hacen, sino que también pueden expresar con claridad las razones de usos y
119
gratificaciones a los investigadores. Una teoría crítica es que su método no toma en cuenta
el hecho de que mucho contenido de los medios no se consume voluntariamente y una
cierta crítica es que se ignora el papel cultural que desempeñan los medios en la formación
de las elecciones y el uso de los medios que las personas hacen.
De ahí se deducen estrategias de estudio y de acción con las tipologías de los objetivos y
los escalones que han de superarse. Entre los campesinos hay innovadores, adaptadores
precoces, una mayoría precoz, una mayoría retrasada y rezagados.
120
Unos veinte años más tarde, Rogers revisó esta teoría. Juzgándola demasiado vinculada con
la teoría matemática de la información, la criticaba por su tendencia a olvidar el contexto, a
definir a los interlocutores como átomos aislados y sobretodo a descansar en una causalidad
mecánica, de sentido único. A cambio proponía una definición de la comunicación como
convergencia, “un proceso en el que los participantes crean y comparten información a fin
de llegar a una comprensión mutua” (Rogers y Kincaid: 1981) Sustituía el viejo modelo
difusionista por el análisis de la red de comunicación (communication network analysis) .
La rede se compone de individuos conectados unos con otros por flujos estructurados de
comunicación.
La red sirve para hacer olvidar una sociedad profundamente segregada y para proponer una
visión armónica de ésta.
Actualmente, inaugurando una antropología de las ciencias y las técnicas, Bruno Latour y
Michel Callon, dos investigadores del Centre de Sociologie de L‟innovation de la École de
Mines de Paris, elaboraron un modelo de la red oponiéndose al modelo difusionista y
proponiendo el modelo de la traducción o de la construcción socio-técnica. (Callon: 1995;
Latour: 2000) Frente a la idea de que la técnica y la ciencia vienen dadas, proponen
captarlas en acción, estudiar cómo se construyen. En ellas ven un doble conjunto de
estrategias, un juego de fuerzas: una estrategia de movilización de los actores humanos.
“Traducir es poner en la red elementos heterogéneos; mediante la traducción se captan
elementos heterogéneos y se los articula en un sistema de interdependencia. Los
innovadores deben hacerse aliados, convertirse en portavoces, con tácticas de captación del
interés que llevan a sus interlocutores, humanos y no humanos, a nuevas redes, nuevas
series de alianzas. Así es como se hace creíble un enunciado científico particular.
Esta gestión se niega a enfocar lo “social puro” limitado a las relaciones entre los humanos
y postula la interpretación de los vínculos de los hombres con la naturaleza y los objetos
técnicos. El lazo social entra en la máquina.
Otro campo afín con este modelo del lazo social con la máquina son las denominadas
ciencias cognitivas, cuyo propósito es conocer el acto de conocer, su campo es la
cognición, el conocimiento no como estado o contenido, sino su actividad.
121
Hay procesos que tienen lugar tanto en el mundo vivo como en el de las máquinas llamadas
“inteligentes”, que estudian los mecanismos de formación de los conocimientos. Su origen
no puede desligarse de la tecnología cognitiva, de las máquinas de pensar que reproducen
las actividades mentales (del orden de la comprensión, de la percepción o de la decisión).
Estas ciencias no constituyen un saber unificado sino una amplia encrucijada en la que
convergen diversas disciplinas (la neurología, la biología, la psicología, la lingüística, la
antropología) y en el seno de éstas unos enfoques no forzosamente compatibles.
Las ciencias cognitivas se forman en los Estados Unidos en los años 40, con el movimiento
cibernético, contemporáneo del advenimiento de la teoría de la información y el desarrollo
de la lógica matemática para describir el funcionamiento del sistema nervioso y del
razonamiento humano. Prosiguieron con la hipótesis cognitivista a partir de la segunda
mitad de los años 50, según la cual la inteligencia (incluida la humana) se asemeja tanto a
una computadora que la cognición puede definirse como la computación de
representaciones simbólicas, definiéndose los símbolos como elementos que representan
aquello con lo que se corresponden. La inteligencia artificial será su proyección literal. En
el centro de la hipótesis cognitivista, la noción de representación induce una manera de
comprender el funcionamiento del cerebro como dispositivo de tratamiento de información
que llega del mundo exterior. La inteligencia artificial considera a la organización como un
sistema abierto en constante interacción con ese entorno, con inputs (entradas) y outputs
(salidas).
Con las nociones de red, la globalización, término tomado directamente del inglés , se
extiende en los años 80 a partir de la geoeconomía y de sus redes de transmisión de la
información en tiempo real. La acción que la desencadena es la globalización financiera,
esa reestructuración internacional que consagra la ruptura de contacto de los mercados de
capitales respecto de los estados-nación y la dependencia acrecentada de los sistemas
productivos nacionales del mercado mundial. Y, de hecho, la construcción de un espacio
planetario parece más avanzada en este sector de las actividades económicas, a pesar de los
signos de inestabilidad crónica.
122
“estandarización universal”, en cuyos agentes se convierten estas nuevas unidades
económicas. De ello resulta que la única forma de organización capaz de diezmar a los
competidores en un mercado supercompetitivo es la empresa global, que opera como si el
mundo entero fuera solo una entidad, que piensa en términos globales sus productos, sus
servicios, su distribución, su comunicación. En este modo de pensamiento global u holista
que recicla las analogías de lo vivo organizado, la empresa es un todo dinámico, un sistema,
y su globalización un asunto a la vez interno y externo. Por una parte la empresa global
pretende poner fin, en su seno a las rígidas jerarquías y a las formas de autoridades
piramidales heredadas del modelo de organización fordiana y tayloriana donde la retención
de la información era fuente de saber-poder y adopta un modelo de gestión comunicativa,
en red, supeditado a la necesidad de la libre circulación de los flujos (concepción,
producción, distribución, sinergia de las competencias, captación de los saber-hacer e
interacción en la organización del trabajo). Por otro lado, es un modo de puesta en relación
con el mercado mundial. La globalización se convierte en una plantilla cibernética del
mundo y del nuevo orden mundial en gestación. Aún cuando no todas tengan posiciones tan
extremas, algunos recuerdan que la segmentación de los mercados y los objetivos es tan
importante como la de la estandarización.
Es claro que en los inicios del siglo XXI la tecnología de la comunicación es ponderada
como la base de los procesos políticos y económicos. No obstante también los sistemas
tecnológicos de comunicación alcanzan el corazón de la vida cultural de los países, por
ende se considera que las tendencias que la comunicación colectiva asume bajos sus
123
diferentes aspectos tecnológicos son las que determinan las formas que adopta la
organización social. Los monopolios de saber determinados por la tecnología supeditan la
distribución del poder político entre los grupos sociales. El poder es asunto de control del
espacio y del tiempo. Los sistemas de comunicación dan forma a la organización social
porque estructuran relaciones temporales y espaciales. En la historia se distinguen dos
formas de medios de comunicación que dan lugar a dos formas de imperio. La primera,
ligada al espacio simbolizada por la imprenta y la comunicación electrónica, conduce a la
expansión y al control de un territorio. La segunda, ligada al tiempo, llevada por la cultura
oral y el manuscrito, favorece la memoria, el sentido de la historia, de las pequeñas
comunidades y de formas tradicionales de poder. La primera pretende la centralización; la
otra, lo contrario. La constitución de un monopolio del saber ligado al tiempo y el espacio,
fundamento del poder absoluto, representa una amenaza.
Para oponerse a los efectos del determinismo de la tecnología moderna, que reduce el
campo posible de las respuestas y las discusiones por parte de las audiencias, hay que
establecer la tradición oral, despertar la memoria y crear las vías de una participación
democrática, todos ellos elementos que constituyen la base de otra forma de la
comunicación.
124
El principio de la noción de información es indisociable de las investigaciones de los
biólogos. Tanto el término información como el de código son utilizados para explicar los
modelos de desarrollo del individuo contenidos en los cromosomas, el código genético.
De esta forma se observa al sistema como un conjunto de partes interrelacionadas, esto es,
un sistema en que la relación entre éste y el entorno es constante. Donde sus elementos
posean en sí una cohesión interna o isomorfismo.
(…) una correspondencia de uno a uno entre los objetos de sistemas diferentes
que preserva la relación entre los objetos. Los isomorfismos se sustentan en la
125
idea de que los distintos fenómenos tienen similitudes considerables por lo que se
pueden encontrar leyes que tengan una estructura análoga en los diferentes
campos, circunstancia que permite a los investigadores emplear modelos
sencillos o de más fácil conocimiento para fenómenos complicados de trato más
difícil. Partiendo de su objetivo, el concepto de isomorfismo tiene una utilidad
particular en los estudios interdisciplinarios y en la identificación de
correspondencias funcionales en los principios y procesos de los distintos
sistemas. (Young, Oran R.: 1972:40)
El isomorfismo busca las estructuras similares de las entidades que parecen ser
intrínsecamente distintas por sus complejos elementos que están en interacción.
El tercero de los conceptos fundamentales es el denominado de los sistemas
interconectados, los que se refieren a efectos a escala y a la asociación vertical o jerárquica
de los sistemas. El descubrir las relaciones de la interconexión entre varios sistemas es de
suma importancia para analizar los sistemas individuales y los conjuntos de sistemas.
Existen otros grupos de conceptos que tienen como finalidad describir los sistemas; entre
ellos tenemos los siguientes:
El otro grupo de conceptos se refiere a los sistemas que sufren cambios significativos. De
ellos tenemos dos tipos: el referente a la dinámica que lleva el cambio y aquel que se refiere
a la destrucción del sistema.
126
En el primero se consideran los procesos de cambios generados internamente o por medios
de respuestas a las condiciones resultantes de la modificación del ambiente. Estos cambios,
a su vez, pueden ser de dos formas: reversibles, cuando no se han fortificado las
características del nuevo status e irreversibles cuando ello se ha logrado. Entre los
conceptos complementarios que se utilizan aquí están los de adaptación, aprendizaje y
crecimiento.
La ciencia de los sistemas comprende la posibilidad de abarcar los sistemas como un todo y
totalidades, por lo que deben ser explotados y explicados con las bases propias de cada
ciencia. En el avance del conocimiento hay una serie de experiencias que la teoría sistémica
no soslaya; si originalmente la ciencia clásica aislaba los elementos del objeto estudiado,
para que el conocimiento de las partes al reunirlas conceptual o experimentalmente se
tuviera el conocimiento íntegro del todo, ahora para comprender la totalidad se ha
determinado que no sólo se requiere el conocimiento de los elementos aislados, sino incluso
sus relaciones particulares y globales que nos lleven al descubrimiento de la base
isomórfica permitiendo la unión de los elementos en la totalidad. En resumen, la ciencia de
los sistemas debe identificar las correspondencias o isomorfismos generales que son
comunes a los sistemas. Como apoyo al trabajo descrito para la ciencia de los sistemas, se
han creado una serie de mecanismos novedosos que técnicamente permiten una
sistematización y recuperación dinámica de la información, esto desemboca en la
tecnología de los sistemas.
La tecnología de los sistemas recoge los últimos avances para sistematizar la información
partiendo de principios matemáticos que se conjugan en la alimentación de computadoras.
Según el razonamiento de Bertalanffy, tanto la tecnología como la sociedad moderna han
adquirido tal nivel de complejidad que los medios tradicionales de ordenamiento son
insuficientes. Ante la naturaleza compleja se requiere una percepción holista que permita el
127
control científico de un gran número de variables y esto sólo se puede lograr con auxilio de
la cibernética, base técnica de la teoría de sistemas.
Finalmente, como paradigma científico, a teoría de los sistemas expone un visión del
mundo y una reorientación del pensamiento, para ello se vale del establecimiento de los
principios metacientíficos que permiten consolidar una filosofía de los sistemas. Por lo
tanto, la teoría de sistemas tiene en su sustento filosófico tres partes que le dan unidad
orgánica; la primera de ellas es la ontología de los sistemas, orientada hacia la
identificación de la naturaleza del sistema, es decir, qué son y cómo están plasmados los
sistemas en el mundo observable. La necesidad de una ontología surge de la dificultad para
dar una respuesta a lo que hay que definir y describir como sistema, puesto que las
entidades percibidas en la observación e inferidas de ésta, que existen independientemente
del observador, no se exponen como sistema sino que de acuerdo a su unidad orgánica y
relación isomórfica se les designa como tal. Esa designación es por tanto un esquema
conceptual que refleja la realidad como sistema. La ontología de los sistemas podrá hacer
claramente la distinción entre los sistemas reales dados a la observación y los sistemas
conceptuales.
La tercera parte de la filosofía será el estudio de los valores cuyo objetivo es conciliar en
una realidad última, en una sola verdad, la realidad como una jerarquía de totalidades
organizadas y la imagen que el humano tenga de ella.
Con este enfoque, la teoría general de sistemas adquiere, según Bertalanffy, un sentido
humanístico y evita que se convierta en una propuesta teórica-metodológica eminentemente
mecanicista, rompiendo así la visión restringida y tradicional de otras propuestas. De esos
parámetros se han derivado múltiples enfoques que amplían la perspectiva de la teoría de
sistemas, entre ellos está la teoría de la comunicación.
Bertalanffy usa el término función relacionándolo con los procesos vitales u orgánicos en la
medida en que contribuyen al mantenimiento del organismo. El sistemismo y el
funcionalismo comparten, por tanto, un mismo concepto fundamental: el de función, que
denota la primacía del todo sobre las partes.
Las ciencias políticas constituyen uno de los primeros campos del sistemismo a las
problemáticas de la comunicación de masas. La vida política se considera como un sistema
128
de conducta; el sistema se distingue del entorno social en el que se encuentra y está abierto
a sus influencias; las variaciones acusadas en las estructuras y los procesos dentro de un
sistema pueden interpretarse como esfuerzos realizados por los miembros del sistema con
objeto de regular o afrontar una tensión que puede proceder tanto del entorno como del
seno del sistema; la capacidad que éste último tiene de dominar la tensión depende de la
presencia y la naturaleza de la información que regresa (feedback) a los actores y a los que
toman las decisiones. La política se concibe como un sistema de entradas y salidas
(input/output, acción/retroacción) labrado por interacciones con su entorno y que responde
adaptándose mejor o peor a él. Las respuestas del sistema dependen de la rapidez y de la
exactitud de la recolección del tratamiento de la información. Esta caracterización del
enfoque de la teoría de sistemas es obra del politólogo norteamericano Davis Easton en A
Framework for Political Analysis (1965), una obra significativa del progreso de la
información como instrumento de investigación para el estudio comparado de las formas
políticas.
Otro politólogo de la misma nacionalidad, Karl W. Deustch, emprendía, en los años 50,
este proceso de apropiación de la referencia de la información y la aplicaba a las relaciones
internacionales (Nationalism and Social Communication, 1953). Diez años más tarde
presentaba otra aplicación del esquema sistémico en The Nerves of Government. Models of
Political Communication and Control. (cfr. Mattelart, Armand: 1997)
El modelo diseñado por Shannon y Weaver, presentado en 1949, muestra en el lado del
“transmisor” la parte y su mensaje, el cual con la ayuda de un emisor es enviado en su
129
forma física de señal a un receptor, quien reconstruye la señal en otro mensaje, el cual
finalmente alcanza su destino. En su camino, la señal puede ser más o menos distorsionada
por ruido interferente, lo que significa que la señal recibida por el receptor no es
necesariamente idéntica a la enviada por el emisor. (cfr. Mc Quail, Denis y Windahal,
Sven: 1997).
Así cualquier señal emitida, como un impulso nervioso, puede interpretarse como
comunicación. En esos términos, dos de los principales objetivos de la teoría de la
información son: 1) identificar las fuentes de ruido posible en los procesos
comunicacionales y 2) como consecuencia, encontrar las soluciones viables para eliminar
las fuentes de ruido.
En esta lógica, ruido es cualquier elemento o circunstancia que corrompe la integridad del
mensaje: los ruidos atmosféricos en un aparato de radio, las alteraciones de un texto
impreso, la deformación de la imagen en una pantalla de un televisor. Los canales de
comunicación están expuestos al ruido, limitante esencial de la transmisión efectiva del
mensaje. Hay dos tipos principales de ruido en comunicación: de canal y sistemático.
Esto significa que desde la fuente hay que incluir cierta cantidad de redundancia en el
mensaje. Shannon demuestra además que existen códigos que contienen el orden ante un
desorden comunicacional general y son estos códigos los que permiten la transmisión de
mensajes casi perfectos, a condición única de que los codificadores utilicen los códigos
adecuados en la elaboración del mensaje. (cfr. Campbell, Jeremy: 1982)
130
información para regularse a sí misma. Este concepto ha tomado una especial significación,
pues ha pasado a convertirse en parte de la jerga, y se llega a considerar como un proceso
continuo entre personas, cuando se refiere a un proceso interno de máquinas o en una
relación hombre-máquina.
Este es, en efecto, una de las principales tareas planteadas por la teoría de la información:
de qué manera pueden ser identificados los errores, la interferencia o los ruidos en la
información, y no sólo cómo pueden ser identificados, sino que se plantea cómo corregirlos
automáticamente en el instante en el que se presentan.
Así visto, el feedback puede entenderse como un elemento de retroalimentación que las
computadoras o las máquinas automatizadas utilizan para corregirse a sí mismas, es una
especie de capacidad para adaptarse a las dificultades que presenta la propia máquina o
computadora. En el momento de estar funcionando.
Dentro de la teoría de la información, la cibernética puede considerarse como una teoría del
mantenimiento del orden en un sistema ya sea natural o artificial (sistema en el sentido de
sistema de información). Esta idea del orden, al mismo tiempo conduce al concepto de
entropía el cual obliga a hacer uso de la estadística, ciencia auxiliar en los estudios de la
teoría de la información.
131
Dentro de la teoría de la información a pesar de la disparidad entre la información
semántica y la información técnica, es posible asignarle una medida en dígitos binarios de
información a cualquier tipo de comunicación que se pasa en práctica entre dos personas,
entre una persona y una máquina o inclusive entre máquinas.
132
En síntesis, pueden enumerarse todos los procesos comunicativos que le interesan a la
teoría de la información:
Todo esto a su vez puede resumirse en que la teoría de la información busca medir y
verificar las condiciones óptimas para la transmisión de mensajes. Estas condiciones
requieren:
2. Que se seleccione el canal más apropiado para hacer circular más a la información y al
mayor número de usuarios.
3. Que se construya el código más rentable para el mayor número posible de mensajes y
con la mayor ambigüedad en su determinación.
Si se considera que las diferentes teorías acerca de la información son parte de las ciencias
empírico-analíticas, no está por demás recordar que la noción de información en esta teoría
133
tiene un carácter fundamentalmente técnico, noción que supone la existencia de señales,
que dentro de la información, implican:
a) una materia sobre la que un agente (emisor) aplica un quantum de energía en virtud
de la cual su materia resulta modificada.
c) La posibilidad de que las energías moduladas por dicho intercambio salven una
distancia espacio-temporal entre un agente emisor y un agente emisor.
Debe recordarse que la teoría de la información basa sus estudios en la cibernética, la cual
realza una homología entre el hombre y la máquina, homología instalada en el seno de la
teoría de la información, y se basa en tres elementos:
b) Los sensores, circuitos y otros dispositivos como partes de sus órganos electrónicos
con unidades binarias de información o bits.
134
complejos informáticos. Se trata de una teoría que aporta elementos para optimizar, regular
y generar accesos a diferentes acervos de información.
Aunque el proceso de la comunicación está relacionado con los vínculos que ponen en
juego máquinas, seres biológicos u organizaciones sociales, responde a este esquema lineal
que hace de la comunicación un proceso afectado por fenómenos aleatorios entre un
emisor, que es libre de elegir el mensaje que envía y un destinatario que recibe esta
información con sus obligaciones; en todo caso ésta es la visión a la que llegan
investigadores pertenecientes a numerosas disciplinas después de la publicación del texto
de Shannon. De él toman las nociones de información, transmisión de información,
codificación, descodificación, remodificación, redundancia, ruido disruptivo y libertad de
elección. Con este modelo se transfiere el presupuesto de la neutralidad de las instancias
emisora y receptora a las ciencias humanas que se valen de él.
Esta concepción del proceso de comunicación como línea recta entre un punto de partida y
un punto de llegada; sin que tome en cuenta el significado de los signos, es decir, el sentido
135
que les atribuye el destinatario, ni la intención que preside su emisión; impregnará escuelas
y corrientes de investigación muy distintas, incluso radicalmente opuestas sobre los medios
de comunicación.
Aunque las reflexiones sobre la hoy llamada comunicación política pueden remontarse a los
clásicos del pensamiento occidental, su configuración como un campo específico dentro de
las ciencias del hombre comienza en los Estados Unidos hacia la década de los 50 del siglo
pasado, bajo el auge de las ciencias de la conducta (behavioral sciences/conductismo) y con
un tema dominante en las primeras investigaciones: el comportamiento electoral. Si para el
estudio de las relaciones sociales el marco teórico reivindicaba con fuerza una mayor
atención a los aportes de la biología y la psicología y el uso de técnicas predominantemente
cuantitativas, las elecciones se presentaban como un objeto de estudio particularmente apto
para aplicar esta teoría y estas técnicas de investigación. Los estudios pioneros se
concentraron así en los efectos de los mensajes. Los mensajes más estudiados eran aquellos
que llegaban al votante por los medios de comunicación masiva. Esos efectos eran
limitados porque los votantes seleccionaban los mensajes procedentes de aquellos
candidatos que ya gozaban de su simpatía.
El nexo macromedios-elecciones ha perdurado como campo primordial de investigación,
pero las corrientes teóricas que han venido dando forma a la sociología política no
quedaron ancladas en el conductismo. Más que generar una teoría sistemática, la
comunicación política fue desarrollándose mediante la proliferación de “cuasiteorías” o
aproximaciones. Primeramente estos enfoques se orientaron hacia los actores, después
hacia los mensajes, más tarde hacia los medios. Seis aproximaciones se destacaron del
conjunto:
136
de conciencia frente a ciertas opciones políticas, socializar de acuerdo con
las normas del régimen y con ciertas disfunciones: narcotizar, privatizar.
Las críticas latinoamericanas aluden a una cuestión central que de todos modos ya se ha
planteado en el propio ámbito de los teóricos que trabajan en estados Unidos: ¿dónde se
encuentra el poder en el proceso de la comunicación política? Nimmo y Sanders (1981)
observan con razón que cada período en la historia de esta actividad académica ha deparado
una respuesta diferente. Para los teóricos de la retórica clásica, de la propaganda y el
cambio de actitudes (durante la primera década que siguió a la Segunda Guerra Mundial),
el poder reside en las variables de la fuente emisora y el mensaje. Para los partidarios de un
determinismo tecnológico a lo McLuhan, el poder está en las variables del canal: fuentes y
mensajes se transforman cuando pasan por el entorno del canal, cambiando así el poder de
aquellas; del medio deviene el mensaje. Para quienes postulan una audiencia activa,
dirigida hacia una meta, o se concentran en la comunicación como proceso, el poder está
dentro de la audiencia política; la audiencia es el mensaje, la realidad es creada dentro de
las mentes de los individuos, véanse ellos como emisores o como receptores.
Para los teóricos de los efectos limitados, que creen que una de las razones para la
impotencia de mensajes macrocomunicados se encuentra en que las sociedades están bajo
influencias históricas inexorables e irresistibles, el poder no se encuentra en ninguno de los
elementos del proceso de comunicación sino en las fuerzas políticas, económicas e
históricas que construyen y llevan consigo los actores políticos; la comunicación sólo sirve
para reforzar o modificar ligeramente estas fuerzas, no es una fuerza creativa sino una
fuerza recreativa, que siempre opera como la sierva de tendencias históricas poderosas. Sin
137
tomar posición neta por ninguna de estas respuestas, Nimmo y Sanders entienden que cada
elemento del proceso puede ser visto como ejerciendo influencias, y que ello depende de
las circunstancias. Un discurso político elocuente puede tener un efecto importante. El
medio es a veces el mensaje. Las audiencias a veces se dirigen con fuerza hacia una meta.
Y hay tiempos durante los cuales lo trascendente son las fuerzas que rodean al momento.
Aparentemente, el poder no permanece de manera inmutable en ningún elemento singular
del proceso. (cfr. Nimmo y Sanders: 1981)
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141
CAPÍTULO 4
Las ciencias interpretativas inician cuando el hombre descubre que no todo puede ser
conocido por el hecho de que las cosas puedan tocarse o medirse, pues existen figuras
ideales y espirituales más allá del tiempo y de los hechos. Este tipo de ciencias se ocupan
de lo espiritual del hombre y lo social de la interpretación de la historia y de la vida, del
sentido del discurso, y del conocimiento especulativo. En lo general esta tradición científica
se nutre de las fuentes filosóficas del lenguaje.
Otra labor intelectual de la que surgirán algunos elementos retomados por diferentes
estudiosos al interior de la lógica epistémica interpretativa, es la exégesis bíblica: el
conocimiento del significado de los textos sagrados. Desde la fundación de la nación judía
esta labor no se ha detenido porque la religión constituye una de sus fuentes de
organización social. En ese sentido, el conocimiento de la verdad y lo correcto y lo
142
incorrecto a través de la interpretación mediada por la fe en un texto, constituye una manera
de colocarse en el mundo, esto es, no existe verdad sino que es preciso aproximarse a ésta y
constituirla en cada momento y situación de la historia.
Sin olvidar la portentosa obra de Santo Tomás sobre los signos y los conceptos en la Edad
Media, otra fuente de los autores que se ubican en esta postura de las ciencias, es la
filología. Esta disciplina consiste en el estudio sistemático y científico de cualquier tipo de
texto pasado o antiguo, con el interés de conocer el sentido de las palabras del autor en
determinado contexto histórico social. Como a través del tiempo cambian los usos
gramaticales, fonéticos y semánticos de las palabras, la labor del filólogo es reconstruir el
sentido original del texto aportando comentarios y notas para que esa obra pueda ser
interpretada en nuestro tiempo con su sentido original.
Es en ese siglo -XIX- que George Wikheim Friederich Hegel es el creador de un complejo
sistema en el cual presenta una síntesis de la producción filosófica anterior, hasta llegar a
una nueva concepción del hombre, la sociedad y el Estado. En su obra: La fenomenología
del espíritu hace un seguimiento de la experiencia de la conciencia en la historia, en ese
sentido, sistematiza el camino ascendente del espíritu hacia su realización, este espíritu de
la conciencia está constituido por espíritus reales de la historia.
A partir de ello Hegel sentenciaría que todo lo real es racional y que todo lo racional es
real, de esa manera surge la propuesta para la objetivación y realización de la idea. Hegel
renuncia a la inmediatez del conocimiento empírico y emprende la búsqueda de las fuerzas
universales que dan consistencia a la parte y al todo. A través de una dialéctica que supone
la superación del pasado y el ascenso hacia modos de organización social superiores
inaugura el camino de la espiritualidad humana cambiante, contradictoria dinámica.
Gadamer dará forma científica a la hermenéutica, ese autor combina los métodos de la
exégesis bíblica, de la filosofía y la lingüística para proponer que la interpretación histórica
a través de un método que incluya las representaciones mentales, los símbolos y los
imaginarios sociales permite acceder a la comprensión de las verdades de los pueblos.
143
Gadamer es un pensador contemporáneo que rompe con el concepto de linealidad del
tiempo y la historia impuesto por las ciencias duras (Galileo, Copérnico, Newton) y que
fuera retomado por los estudios de lo social (Turgot, Condorcet, Spencer y Comte). Este
autor en cambio, responde con la necesidad de conocer interpretando, comprendiendo y
especulando sobre las singularidades y los pasados vividos. Sin ser un romántico recupera
la tradición filosófica del conocer por medio de horizontes amplios e indiferentes, en los
cuales el mundo intersubjetivo y lo intangible deben considerarse.
Finalmente debe mencionarse a Max Weber sociólogo, historiador y político que entre
múltiples aportaciones, encontrará una forma de vincular comprensión y explicación. Por la
primera se entienden el conjunto de categorías y conceptos que el investigador emplea para
aproximarse al conocimiento de la realidad, sólo que estas categorías son tipos, es decir,
una racionalización ideal de las cosas, por lo tanto no dan cuenta ni explican objetos
específicos. Por la segunda se entiende el conjunto de causas, efectos, cifras, datos y
lugares que constituyen la evidencia empírica o la causalidad de un fenómeno o proceso. Al
vincularse lo ideal y lo tipológico de las categorías aplicándolas al conocimiento de un
evento singular y concreto se estará haciendo sociología comprensiva.
Esta lógica epistémica pretende tomar distancia de las ciencias empírico analíticas bajo el
siguiente grupo de argumentos:
b) rechaza que el conocimiento sólo pueda adquirirse por el contacto real con los
hechos;
c) propone que interpretar y comprender la historia, la cultura y el ser humano son vías
propias y legítimas de las ciencias que se ocupan de conocer lo que conoce el
sujeto;
e) centra su interés sobre el proceso y el problema del lenguaje, y del sentido del
discurso como accesos a formas de conocimiento posible.
144
mencionar a algunos autores de estructuralistas, sin considerar que en realidad forman parte
de un modo de organización del conocimiento más amplio es caer en un equívoco. De
igual modo es establecer que existe una diferencia epistémica entre el estructuralismo y el
conocido estructural-funcionalismo. Sentado lo anterior conozcamos un poco más a fondo
las características del pensamiento estructural, tal y como es comprendido dentro de los
estudios acerca de la comunicación en lo general y los medios en particular.
En principio la palabra estructura tiene su origen en el latín struere, que significa construir,
disponer y ordenar. Durante el siglo VII, el concepto de estructura se utilizó como un
término arquitectónico y para el siglo XVI se empleó para denotar las relaciones entre las
partes de un todo, principalmente en los estudios sobre anatomía.
Para Jean Piaget, “una estructura está formada en verdad, por elementos, pero estos se
encuentran subordinados a las leyes que caracterizan al sistema como tal, y dichas leyes
que confieren al todo propiedades de conjunto distintas de las de los elementos”. (Piaget,
Jean: 1971:12)
145
relaciones, las interacciones que hay entre tales elementos así como la función que
desempeña el sujeto dentro de la sociedad.
146
mundo del hombre, un producto del espíritu humano, algo creado históricamente
por el hombre. (Mardones y Ursúa: 1983: 149)
Podemos decir que el estructuralismo es una perspectiva teórico metodológica que analiza
la comunicación humana y los medios de comunicación colectiva al interior de las
diferentes formas culturales, simbólicas e históricas que dan origen a la existencia del
sentido, esto e, a una dirección, una intencionalidad y a un fin que provocan la acción
comunicativa. Esta perspectiva utiliza como base el conocimiento del lenguaje desde una
óptica en que, además de ser un sistema, también contiene los discursos del poder, de la
convivencia y de lo representativo para un grupo humano. El lenguaje expresa la
condensación de una cultura. Los sujetos no son otra cosa que su lenguaje y su silencio.
4.1.1 El lenguaje
147
Es una estructura fundamental en todo grupo social. Algunos autores consideran que es
producto de la socialización, y por tanto, básicamente aprendido, mientras otros sostienen
que no es exclusivo de los humanos, sino que también los animales tienen sus propios
lenguajes, aunque no se expresan a través del aparato fonatorio mediante palabras
articuladas, ejemplo de ello el lenguaje de las abejas, de las hormigas, de los delfines y de
otros animales.
La lingüística es la ciencia que estudia la lógica, la estructura, las reglas, los significados y
la evolución del lenguaje. Es una ciencia relativamente reciente que como tal se conoce
desde la mitad del siglo XX; no obstante, su origen se encuentra prácticamente desde los
griegos, quienes se dedicaron a estudiar el parentesco de las lenguas hindúes. (cfr. Leroy,
Maurice: 1974). Este fue el punto de partida para crear una clasificación de los de los
fonemas de las lenguas indoeuropeas; teorías sobre la raíz y la formación de palabras; el
estudio del parentesco entre el sánscrito y las lenguas europeas; el estudio de las lenguas
durante el humanismo en el siglo XV y el origen de corrientes diversas durante el siglo
XVI, es decir, durante el Renacimiento.
En el análisis del lenguaje se parte del principio de que éste es un medio de comunicación y
al mismo tiempo una construcción histórico-cultural que da cuenta de la mentalidad -en
tanto idea y cosmovisión- de un pueblo. El estudio del lenguaje ha sido una constante en los
teóricos de diferentes épocas; cabe mencionar a Santo Tomás, quien aportara profundos
conocimientos sobre la lógica de ordenación de los signos y de los conceptos, y a
Rousseau, quien expone argumentos sobre el origen del lenguaje. (cfr. Leroy, Maurice:
1974)
Dentro del estudio lingüístico está presente el análisis del sentido, este factor sentido
implica diferentes universos comunicacionales, porque el sentido de las acciones de los
sujetos se comprende en el hecho de su lenguaje y en los contenidos que transporta ese
lenguaje; esto implica una noción totalizadora por la que pretendiera explicarse toda acción
humana, sólo reconoce la existencia de núcleos duros de conocimiento, conducta,
148
pensamiento y organización que son generados en el desarrollo cultural de un pueblo. (cfr.
Roca-pons, Joseph: 1973)
Los imaginarios colectivos, el intercambio de valores en el mercado político, los mitos, los
ritos, las tradiciones y en sentido amplio, la cultura, constituyen fuentes significativas que
modelan los ambientes en que las personas crean e interpretan los mensajes; esta
interpretación, o bien la forma en cómo se entiende lo que se ve, escucha o simplemente se
percibe, no es lineal, al estar mediada por una serie de relaciones que actúan de manera
simultánea. El proceso comunicacional es complejo y multidimensional, pues en éste
intervienen construcciones culturales e históricas. Cada momento comunicativo expresa la
manera n cómo están organizadas diferentes estructuras de sentido. (cfr. Martín Barbero,
Jesús: 1999)
149
personas, la palabra dicta los alcances y los límites. (cfr. Veron, Eliseo: 1995) El lenguaje
constituye la base para la creación de un discurso que rige la conducta, el cual establece un
pertinente recuerdo de lo que debe hacerse.
La dominación existe cuando las personas hacen suyos los contenidos de un relato
dominante. Todo rompimiento con el orden implica una mutación de los contenidos de un
relato mediante la creación de nuevas formas de pensamiento y de acción. Es en el ejercicio
de la palabra en donde los sujetos encontraban sus respuestas y preguntas.
La acción política ha sido históricamente el espacio para imputar el sentido a las acciones
de quienes ocupan o buscan ocupar el poder. El lenguaje es el espacio más próximo e
inmediato de la conciencia, y por lo tanto, la expresión primera de la reflexión, el poder del
lenguaje alcanza su realización cuando se convierte en un relato.
Autores como Barthes, Foucault, Levi-Strauss y Humberto Eco han mostrado preocupación
por el conocimiento de las estructuras del poder y la manera en que actúa precisamente
como un relato; esta categoría -la del relato- como se ha visto, surge concretamente de la
investigación lingüística, hermenéutica y fenomenológica y actualmente tiene una
relevancia singular por lo que se refiere a los nuevos estudios sobre la modernidad y
posmodernidad.
Los individuos se conducen con base en normas que legitiman un tipo de conducta y
sancionadas sus desviaciones y rompimientos. El poder se produce y reproduce a través de
un lenguaje principalmente el hablado (constituido en sustancia y contenido como un
relato) y también por medio de mitos, códigos, ritos y liturgias, todo ello en instancias de
socialización como la familia y la escuela o a través de los órganos coercitivos de las
estructuras de dominación. Con base en lo anterior, resultaría necesario conocer los
mecanismos por los cuales las personas se imponen costos racionales o valorativos por
transgredir el orden.
El poder del lenguaje estriba en que encierra todos esos conceptos sobre las formas
legítimas de la conducta. El poder está en el alcance de los medios de comunicación
colectiva que transmiten, por lo general, los contenidos legítimos del comportamiento, de
vocabulario y de acción. El lenguaje puede ser una cárcel si no cuenta con los contenidos
de la emancipación, la libertad y la justicia: un lenguaje que desconoce la posibilidad y el
sentido del cambio, impone altas posibilidades de dominio.
Por otra parte, también es posible encontrar la figura de la dominación en la manera en que
está ordenado el saber humano en la legitimidad de determinados relatos científicos,
políticos e ideológicos, y en la validez de lo que en una época se ha llegado a considerar
ciencia.
150
El estudio de los complejos sistemas que constituyen el lenguaje ha sido atención de
autores como Noam Chomsky, Stephen Pinker, Jean Piaget, Dan I. Slobin y otros autores
que cuentan con un amplio conocimiento dentro del campo lingüístico y que sin duda han
contribuido en el desarrollo de la ciencia de la semántica, considerada por los lingüistas una
de las más importantes funciones de su tarea en el terreno del saber.
Ferdinand de Saussure retoma a inicios del siglo pasado el estudio del lenguaje desde la
perspectiva lingüística. A partir de entonces, otros autores se dedicaron a desarrollar los
postulados iniciales de Saussure. Así la lingüística a lo largo del siglo XX amplió su
universo de estudio y formuló posibles relaciones entre la lingüística, la sociología,
antropología social y la psicología, creándose la sociolingüística, No obstante, a partir de
1970 aproximadamente, algunos autores replantearon la situación de la lingüística,
principalmente en sus fundamentos teóricos y el lugar que ésta ocupaba dentro del campo
de la ciencia, llegando unos a decir que esta disciplina en realidad se había extraviado y
carecía de una real sistematización y delimitación de sus objetos de estudio (cfr.
Berrendonner, Alain: 1987)
Como causa de este fenómeno, Berrendonner señala que la lingüística intentó pasar del
análisis de la lengua (sistema cerrado, con una estructura axiomática y sistematizable) a un
estudio de la relación que establecía con su medio enunciativo. Al hacer esto, la lingüística
se vio obligada a abandonar sus premisas teóricas iniciales que le permitan evidentemente
analizar a la lengua por sí misma.
1. Semántica lógica, que se ocupa del estudio del significado puro (lógica
simbólica); 2. La semántica lingüística, que analiza la forma y el sentido de
los signos lingüísticos (el problema del sentido de las palabras); 3. La
semántica psicosocial, que estudia los signos lingüísticos y no lingüísticos en
relación con sus usuarios. (Giraud, Pierre: 1960: 22)
A este último apartado, Morris lo denomina pragmática, dentro de la división que hace de
sintáctica, semántica y pragmática. Así derivando de Morris, la pragmatolingüística “es la
ciencia que estudia la relación entre los signos y sus intérpretes”.) López Villegas, Virginia:
1990: 281)
151
J. Habermas, partiendo de la reformulación que realiza Appel de la pragmatolingüística
trascendental kantiana, es uno de los autores más importantes en el terreno de los estudios
sobre pragmatolingüística. Appel plantea una razón dialógica, misma que en consecuencia
debe verse reflejada en cierta racionalidad discursiva basada en la ética.
Retomando estos planteamientos, Habermas asumirá que la razón discursiva es una razón
que requiere de la acción comunicativa para poder existir, y “ese mismo acto del habla debe
ser entendido como actuar, el actuar intencional significa actuar concientemente con un
fin”. (López Villegas, Virginia: 1990: 282)
Habermas agrega que es necesaria la existencia de dos sujetos que compartan los mismos
códigos de significación para que pueda llevarse a cabo la acción comunicativa, en otras
palabras, que sean sujetos de competencia comunicativa. “Por lo tanto, la
pragmatolingüística universal debe sentar su reflexión teórica sobre el actuar lingüístico y
sobre las características particulares en cuanto se basa el habla en el diálogo y la
comprensión”. (López Villegas, Virginia: 1990: 282)
“Pragmática como doctrina del uso de los signos (análisis semiológico, pragmática como
lingüística del diálogo (el problema del sentido); y pragmática como teoría de la acción
lingüística (acción comunicativa), planteamiento de Habermas” (López Villegas, Virginia:
1990:285)
Estos planteamientos llevan hacia el centro de una discusión teórica profunda y actual. Y
permite acceder al entendimiento de los sucesos comunicativos a un nivel social (caso de la
semiología) por medio del análisis de la producción de signos de un determinado contexto
de la vida. Por otro lado, brindan la posibilidad de analizar al sujeto de la acción y sus
relaciones con los signos, así como los procesos de interpretación y producción individual
del habla.
Los estudios de la disciplina semiológica han sido realizados por autores que se inscriben
en las ciencias interpretativas y retoman elementos de la lingüística y la hermenéutica. Los
primeros tratados que versaron sobre el análisis de los signos pueden remontarse hasta la
época clásica griega; posteriores a ellos se encuentran diversos pensadores latinos, llegando
a San Agustín, quien elaboró un estudio singular sobre los signos. (cfr. San Agustín: 1980)
Después viene el primer tratadista de los signos y del lenguaje, Santo Tomás de Aquino,
seguido de John Locke, quien introdujo el término “semiótica” en el sentido de “doctrina de
los signos”. Así continuaron desarrollándose los esfuerzos por explicar la consistencia de
los factores sígnicos y de los elementos que intervienen en la comunicación humana.
A inicios del siglo XX comenzó a tomar fuerza un renovado y profundo interés por estudiar
el fenómeno de la comunicación, y dentro de ella los elementos de significación que la
152
componen. De esa manera llegó a consolidarse un aparato teórico metodológico e
instrumental que a los analistas les permitió abordar de una manera científica el estudio de
los signos. Esta nueva disciplina fue llamada por unos semiología, y por otros, semiótica.
Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno
de la vida social. Tal ciencia sería parte de la psicología social, y por
consiguiente de la psicología general. Nosotros la llamaremos semiología (del
griego semiôn “signo”). Ella nos enseñará en que consisten los signos y cuáles
son las leyes que los gobiernan. Puesto que todavía no existe, no se puede decir
qué es lo que ella será; pero tiene derecho a la existencia, y su lugar está
determinado de antemano (…) Las leyes que la semiología descubra serán
aplicables a la lingüística, y así es como la lingüística se encontrará ligada a un
dominio bien definido en el conjunto de los hechos humanos. (Saussure,
Ferdinand de: 1979: 34-35)
153
metodológicas de la orientación semiótica como exigencia previa.” (Carontini, Enrico y
Daniel Peraya: 1979:29)
Con ello, Saussure recolocó en la mesa de la discusión dos grandes cuestiones, una, el ya
mencionado método científico para el análisis de los signos, y otra, si la semiología debía
surgir como una parte de la lingüística, o si por el contrario, la lingüística debía someterse
como una parte de la nueva ciencia de la semiología.
Es Roland Barthes (1915-1980) quien intenta dilucidar la exposición iniciada por Saussure
en relación a qué disciplina -si la lingüística o la semiología- absorbían a cuál.
Barthes expone que en el mundo de los significados no hay otro sentido que el nombrado y
que al mismo tiempo el mundo de los fenómenos de significación, no es otro que el mundo
del lenguaje. Para Barthes, el semiólogo, a pesar de que sus estudios rebasan el campo del
lenguaje, tarde o temprano se topará con él, no sólo en tanto modelo, sino también como
significado o componente.
“Será pues Barthes quien lleve a su plena explicación la inversión planteada por Saussure al
afirmar: la lingüística no es una parte, ni menos aún la parte privilegiada de la ciencia de los
signos; es la semiología la que forma parte de la lingüística: precisamente la parte
encargada de las grandes unidades del discurso”. (Carontini, Enrico y Peraya, Daniel: 1979:
33). La inversión que Barthes propone viene a dar un nuevo impulso a la semiología puesto
que intenta sentarla sobre un riguroso análisis científico-metodológico y, además le
proporciona la posibilidad de los fenómenos no lingüísticos, abarcando con ello los
fenómenos de la comunicación no verbal.
Por otro lado, Buyssens fue uno de los primeros en poner las bases para una semiología que
se constituirá en la ciencia de todos los sistemas de comunicación no lingüísticos. “La
semiología puede definirse como el estudio de los medios utilizados para influir a otro y
reconocidos como tales por el que quiere influir”. (Carontini, Enrico y Daniel Peraya:
¡979:37)
154
contenidos así como la significación de esos contenidos en los distintos sistemas de
comunicación.
Desde otra perspectiva, Charles Sanders Peirce (1839-1914) realizó profundos estudios
dirigidos igualmente al problema de la significación. Pierce enfatizó que su análisis había
descubierto no a la semiología sino a la semiótica, a la que definía de esta manera:
De esta manera puede apreciarse hacia dónde se dirigía la problemática; por un lado los
semiólogos que pretendían estudiar los procesos de significación “en el seno de la vida
social”; y por otro los semióticos, quienes partían del presupuesto de una lógica universal
del conocimiento, misma que permitía la estructuración coherente de pensamientos y en
consecuencia se obtenía la posibilidad de la comprensión de los sistemas de significación.
Al final de estas posturas lo que queda claro es que a los semiólogos y semióticos lo que les
interesa estudiar son los modos de producción de significación social; de los cuales la
comunicación interpersonal (lingüística o no) configura una de sus tantas expresiones; sus
formas de manifestación y sus efectos.
En el ámbito de la semiótica Charles Morris (nacido en 1901) que junto con Peirce
constituyen básicamente los pilares de las teorías semióticas. A partir de sus estudios sobre
la lógica formal, psicología, antropología, epistemología y filosofía, Morris comenzó a
desarrollar una serie de postulados; como el que “la semiosis -el proceso en el cual algo
funciona como un signo- consta de tres componentes: el vehículo signo (el cual actúa
como un signo); el designado (al cual se refiere el signo), o el significado si el signo se
refiere a un objeto actual; y la interpretación (el efecto del signo sobre algún intérprete)”.
(Nosnik, Abraham: 2007:46); por medio de los cuales se intentó en el campo de la
semiótica, considerándola desde sus perspectivas; una, en la que se le considera como una
ciencia ocupada del estudio de todos los signos y los procesos de significación; y la otra, en
155
la que considera a su disciplina desde la capacidad analítica de ésta o en su competencia
metalingüística. Para el autor, la semiótica es una disciplina que nació como un movimiento
tanto poderoso como importante, sobretodo lo segundo. “Importante como disciplina y por
derecho propio y también por la luz que arroja sobre el hombre en su calidad de supremo
“animal simbólico”. (Morris, Charles: 1985:16)
Uno de los principales fenómenos que analiza Morris es la semiosis, aquello en lo que algo
funciona como signo. En este proceso intervienen tres principales componentes: el vehículo
sígnico, designatum y el interpretante. Morris llega a formular una definición de semiótica:
“La semiótica, por tanto, no se ocupa del estudio de un objeto particular, sino del estudio de
los objetos ordinarios en la medida en que (y sólo en la medida en que) participan de la
semiosis”. (Morris, Charles: 1985:28)
Otra de las aportaciones de Morris a la semiótica es la subdivisión que de ella plantea. Las
tres ramas de la semiótica son: la sintáctica, la semántica y la pragmática. La sintaxis es
formulada a partir de una concepción formal del lenguaje; la semántica se enuncia a partir
de la apreciación de las relaciones entre los signos y los objetos denotados y; la pragmática
surge de la observación de que hay una cierta relación entre los signos con los intérpretes.
La obra de Eco tiene varias tesis centrales, que a pesar de su amplitud pueden resumirse en
un proyecto de semiología general. En síntesis, Eco pretende “explorar las posibilidades
teóricas y las funciones sociales de un estudio unificado de cualquier clase de fenómeno de
significación y/o comunicación”. (Eco, Umberto: 1988:23)
Sobre los conceptos de semiología o semiótica, para Eco son equivalentes y él mismo
explica: “A pesar del origen histórico diferente de los términos „semiología‟ (línea
lingüística-saussureana) y „semiótica‟ (línea filosófico-peirciana y morrisiana), en este libro
adoptamos el término semiótica como equivalente a semiología, entre otras razones para
atenernos a la carta constitutiva de la International Association for Semiotic Studies –
Association Internacionale de Semiotique, 1969”. (Eco, Humberto: 1988:23)
156
funciones en lugar de sólo derivarse de ellas. (Norberg-Schulz, Christian:
2007:100)
El proyecto de Eco es ambicioso y pretende incluir toda una teoría de los códigos de
significación y una teoría de la producción de los signos; esta última abarcaría fenómenos
como el uso de los lenguajes, las relaciones comunicacionales estéticas, los tipos y las
transformaciones de los códigos, el uso de los signos y otros muchos más.
Para Eco, la semiótica constituye una teoría inspirada en el deseo de conseguir algo, y ese
algo es sin duda una práctica que permita la interpretación crítica constante de los
fenómenos de significación, es decir de los fenómenos de la semiosis. Esta práctica se basa
igualmente en una especie de principio de indeterminación “puesto que significar y
consumir son funciones sociales que determinan la organización y la evolución cultural
„hablar‟ de los „actos del habla‟, significar la significación o comunicar sobre la
comunicación tienen por fuerza que influir en el universo del hablar, del significar, del
comunicar”. (Eco, Humberto: 1988:59)
Eco afirma esto debido a que parte del supuesto de que el advenimiento no nace del deseo
puro de conocer sino fue por el contrario, está siempre motivado por una necesidad del tipo
que ésta sea. Para el autor, la ciencia no es más que una de las formas que adopta la práctica
social y la semiótica no es una excepción.
4.1.3 La fenomenología
El registro más antiguo que se tiene del uso documentado del vocablo “fenomenología” -
que etimológicamente significa el estudio o la ciencia del fenómeno- se encuentra en la
obra titulada: Nuevo órgano, de J. H. Lambert, publicado en 1764 (cfr. Muñoz, Jacobo:
2003). En la cual se intenta responder a la pregunta por la existencia o inexistencia de
ilusiones capaces de fascinar los ojos de la inteligencia e impedir al sujeto la percepción de
la verdad, lo que recibe el nombre de fenomenología. Por lo que Lambert entiende como
teoría de la apariencia o de la ilusión.
Para Hegel el significado del concepto fue diferente, para él la fenomenología venía a
convertirse en una suerte de pormenorizada descripción de las diferentes formas, momentos
o fenómenos o estadios de la conciencia hasta llegar al saber absoluto. En la fenomenología
del espíritu se expone la historia de la experiencia humana en la que subyace el sentimiento
de no poseer la verdad absoluta, pero esta obra tiene la intención de recoger la verdad toda
157
la filosofía anterior y con esa verdad o conjunto de verdades, toda la experiencia
acumulada por la humanidad en su ya larga marcha hacia la realización de la libertad.
El saber que se sabe es un nivel superado sobre la certeza sensible, es estar conciente de
que se tiene conciencia, el logro de la autoconciencia. La autoconciencia tiene una doble
finalidad, el saber que se sabe y el saber que se es, el es, es tener conciencia de la acción
que se realiza, que transforma y crea. La autoconciencia es tener el dato, pero también
ejercer la acción, el trabajo que ejecuta el humano para satisfacer sus necesidades.
Así como el uno sabe que sabe y sabe que es, el otro también lo sabe, por lo que la
contradicción ya no se encuentra sólo en el uno sino también en el otro.
158
propiedad, resultado de la necesidad humana de poseer y el contrato social por el que se
llega a la libertad entendida racionalmente, por voluntad colectiva. La moralidad, que es la
realización de la voluntad de lograr objetivos generales de la sociedad, tiene como fin la
felicidad de los individuos. Esos objetivos generales de la voluntad social conduce al
estado, el que se convierte en la razón de la sociedad, ya que cada sujeto renuncia a su
libertad individual para otorgarla a la regulación ejercida por el dominio objetivado de la
razón que ostenta el Estado. Estos elementos se encuentran, según Hegel, en la vida ética de
los pueblos, cuyos momentos están en la ciudad griega, el imperio romano, la Edad Media
y la Revolución Francesa. (cfr. Serrano Caldera, Alejandro: 1976)
Pero no son estos usos del concepto “fenomenología”, u otros similares los que cabría citar
para dilucidar el significado dominante que a lo largo del siglo XX y hasta nuestros días
rige. Lo que se entiende hoy por fenomenología es principalmente el movimiento fundado
por Edmund Husserl (1859-1938), filósofo frente a Kant y Hegel, no cabe disociar el
sentido del ser y el sentido del fenómeno. Razón por la cual su fenomenología es definida
por él como una ciencia rigurosa, es ante todo un método y un modo de ver.
Para Husserl la percepción humana sólo es posible por el establecimiento de dos polos
relacionales inseparables, el de que observa algo y el del que es observado en este acto. La
comunicación está construida y la fenomenología la elucidará como acontecimiento
producido. Ella no es fundante pero depende de la estructura intencional.
No haremos aquí una exposición interpretativa de toda la obra de Edmund Husserl, sino tan
sólo indicar tres niveles de representación que interactúan y que son una base para la
comprensión de la teoría de la comunicación en la fenomenología.
En primer instancia tenemos a) el retorno a las propias cosas; afirmar que en Husserl
“intencionalidad” significa el movimiento de la conciencia en el sentido de ser siempre
“conciencia de algo” equivale a ubicar a Husserl al lado de Brentano, que afirmaba el
absolutismo de la intuición inmediata de la conciencia interna (por eso algunos creen que el
retorno a las propias cosas se realiza a través de una percepción natural, inmediata, que
revelaría al observador la verdadera realidad que se examina. Pero Husserl no quiere
conocer los fenómenos y su interrelación y sí las leyes estructurantes que permiten la
intencionalidad). (cfr. Katz, Chaims: 1980)
Husserl reafirma la excentricidad del hombre, es decir, el hombre está siempre vuelto hacia
alguna cosa de afuera, externa a él; pero quiere saber cuál es la estructura de la relación que
159
se establece intencionalmente, quiere salir de la relación de los fenómenos para estudiar el
modo de la construcción de la intencionalidad. Esto es afirmado en su artículo publicado en
1911, “la filosofía como ciencia estricta” (1962 a), donde demuestra la diferencia entre una
ciencia exacta que se vuelve para crear sus hechos en relación a los hechos del mundo y
una ciencia rigurosa que procura explicar el modo de producción de estos hechos en las
ciencias que dicen el mundo.
Husserl dice que el sujeto posee la capacidad de significar “de dotar de sentido”
(sinngeben) a las cosas mediante la unificación de la multiplicidad de las apariencias. El
fundamento de la unidad sería el interés: Un automóvil no es lo mismo para su conductor,
para un transeúnte que lo observa, a otro transeúnte que es por él atropellado y para un
guardia de tránsito que intenta detenerlo. En cada una de estas “visiones de lo que el
automóvil es” se presenta una perspectiva, un perfil (Abschattung) distinto. El dotar de
sentido es lo que permitirá unificar un “objeto” bajo el rótulo de “automóvil”. Las varias
representaciones serán estructuradas a nivel del habla y de la percepción bajo formas únicas
que permitirán referencia y relación. Este nivel significante (Meinen), que Husserl
denomina noético, se vuelve hacia sus correlatos intencionales a través de modos distintos:
aprehensión, imaginación, voluntad, juicio, emoción, atención, retención, opinión, creencia,
evaluación, etc. Estos modos no pueden ser buscados en los correlatos intencionales, desde
que se basa en el significante.
b) El fenómeno; es todo lo que tiene relación con lo noético (o lo que la filosofía tradicional
llamaba “objeto”). Es importante destacar que Husserl señala que los datos inmediatos de la
conciencia intencional son los datos que proveerán el material sensorial a la relación
noética-noemática (significante-significado). Toda vez que una conciencia observa un
“objeto”, lo hace manifestar una serie de condiciones. Pero paralelamente a la multiplicidad
de perfiles, “el objeto” tiene su representación propia. El observador intencional de la
conciencia no crea el ser de su objeto, pero le establece las relaciones (el polo que es
observado será llamado noemático, o del significado, Meinung).
160
la imaginación). Los fenómenos siempre se dan significativamente importando poco si es
hacia una conciencia ingenua (en la que el hombre ve el mundo a través de su contacto
inmediato), o hacia una ciencia. Pero la conciencia -cualquiera sea su nivel- no crea
correlatos (un pequeño paréntesis: el acto de dar significación -die sinngebung- ¿podría
ser reducido únicamente al hombre? Cuando el hombre trata sobre las hormigas como
significados él puede descubrirles sentidos antropomórficos. Por otro lado, gracias a la
imposibilidad comunicativa, las hormigas sólo podrían ser objetos teóricos para el hombre
dentro del discurso científico. No se pueden verificar las estructuras propias del sistema y
del sentido formicular. Incluso cuando se quiere hablar de la constitución de una ciencia
que estudiaría a los hombres como hormigas, es decir, en su sistema, esto es imposible en
relación a las propias hormigas).
c) La “puesta entre paréntesis”; para analizar los fenómenos no hay que aislarlos para que
aparezcan “naturalmente”. De acuerdo con los otros dos niveles de interpretación, la
epohké (término griego que significa “puesta entre paréntesis) no es la suspensión de las
manifestaciones fenoménicas, sino al contrario el examen que mostrará cómo ellos se
constituyen a través de sus relaciones. Mediante el método de las reducciones, Husserl
mostrará como se constituyen las relaciones intencionales. La conciencia siempre se vuelve
hacia los fenómenos dándoles sentido; este sentido no es único, pudiendo situarse en
niveles distintos. Por ejemplo, el sentido de una conciencia ingenua: el sujeto interpreta el
mundo a través de su sensibilidad, por la convicción del ser y de la existencia. O el sentido
de la ciencia: verificar no sólo los modos de relación de los significados sino cómo el
significante establece los modos de relación de los significados. Las reducciones -sensible,
eidética, trascendental- podrán fundamentar los niveles constituidos mostrando el cómo de
su constitución.
Al mismo tiempo que mi yo empírico hará lo mismo: el yo no es originario sino que recibe
sentido del yo trascendental. Con esto queda establecido el estatuto teórico de la
comunicación intersubjetiva: sólo puedo constituir el otro después de aprehenderlo en la
esfera de mi propia constitución, por la preferencia al yo trascendental que permite el
movimiento de constitución. Y sólo se puede observar la existencia de “mi yo”
concomitantemente con la existencia del “yo del otro”: el yo trascendental implica
161
inmediatamente la intersubjetividad. El punto de partida de Husserl será el de que la
comunicación sólo es posible porque los hombres forman parte de un sistema que los hace
posible.
En esta tradición se desarrollan los métodos cualitativos más que los cuantitativos, se
privilegia la comprensión del sentido más que el dato o la cifra. El centro de su
metodología es el lenguaje, a través del cual el pensamiento es objetivado, es la única
forma de expresión que tiene el sujeto para exteriorizar sus pensamientos. Sus técnicas son
pragmáticas, etnográficas, hacen uso de las entrevistas a profundidad, de la observación
participante entre otras formas cualitativas.
Hemos dado cuenta de que en los Estados Unidos surgió la sociología funcionalista y que
marcó una hegemonía en el estudio de la comunicación en general y los medios en
particular; sin embargo, anterior a los trabajos de Laswell y Lazarsfeld, en la primera
década del siglo XX nace la conocida Escuela de Chicago como una corriente de psicología
social contraria a los presupuestos dominantes en el conductismo mecanicista de Watson,
que planteaba una aproximación reduccionista, aislada y formalizante de los fenómenos
psicosociales. El interés de la Escuela de Chicago lo constituyen los procesos sociales que
tienen lugar en los Estados Unidos de Norteamérica del primer cuarto del siglo XX, cuando
fue intensa la influencia de comunidades inmigrantes de europeos y orientales de muy
diversas culturas a las ciudades de dicho país.
Entre los miembros de la mencionada escuela destaca la figura de Roberto Ezra Park (1864-
1944), quien ve a la ciudad como un espectroscopio de la ciudad y la convierte en un
“laboratorio social”, donde resulta posible observar dinámicas de mestizaje, adaptación,
conflicto e interacción grupal de una forma pragmática concreta.
162
información, la profesionalidad del periodismo y la diferencia que lo distingue de la
propaganda social o publicidad municipal. (cfr. Park, Ezra: 1922)
Para estos autores tres elementos definen una comunidad: una población organizada en un
territorio, más o menos enraizada en éste y cuyos miembros viven en una relación de
interdependencia mutua de carácter simbiótico. En esta ecología humana, la lucha por el
espacio es la que rige las relaciones interindividuales. Esta competición es en principio
organizativo. En las sociedades humanas, competición y división del trabajo conducen a
formas no planificadas de cooperación competitiva, que constituyen las relaciones
simbióticas o el nivel biótico de la organización humana. Este nivel subsocial es la
expresión de esta web of life”, de esta red de la vida que vincula a las criaturas vivas a
través del mundo entero en un nexo vital. Esta comunidad orgánica, cuya población se
distribuye territorial y funcionalmente mediante la competición, puede ser observada en sus
distintas fases o edades sucesivas. Park aplica este esquema para dar cuenta del ciclo de
relaciones étnicas (competición, conflicto, adaptación, asimilación) en las comunidades de
inmigrantes. (cfr. Park, Ezra: 1936)
Park opone lo biótico a un segundo nivel, una especie de superestructura erigida sobre la
subestructura biótica y que se impone a ella como instrumento de dirección y control: el
nivel sociocultural. De este nivel se hacen cargo la comunicación y el consenso (o el orden
moral), cuya función consiste en regular la competición y permitir así a los individuos
compartir una experiencia, unirse a la sociedad.
La ecología humana concibe todo cambio que afecte a una división del trabajo existente o a
las relaciones de la población con el suelo en el marco de una idea del equilibrio, la crisis y
la vuelta al equilibrio: “Estudia los procesos por los que, una vez adquiridos, „la balanza
biótica‟ y el „equilibrio social‟ se mantienen, así como aquellos por los cuales, tan pronto
163
como uno y otro se ven perturbados, se opera la transición de un orden relativamente
estable a otro.” (Park: 1936 citado por Mattelart, Armand: 1997: 25)
El individuo, por tanto, define el mundo en función de su experiencia vivida, reforzando los
aspectos y procesos que se demuestran útiles y relegando aquellos que no resultan
equilibrados conforme a las expectativas y costes de realización.
Esta concepción implica asumir que la mente, el sujeto y el mundo no son realidades
estáticas sino más bien procesos que interactúan constituyéndose entre sí. El énfasis
pragmático en el que el mundo es en función de cómo lo vive y cómo lo define el sujeto
que interactúa con él, marcará a la escuela de Chicago y planteará la importancia del
régimen simbólico en la interacción con el mundo: los signos, en definitiva, permiten una
definición de los objetos que determinará nuestra interacción con ellos. Junto con los
signos, la otra gran fuente de interés para la Escuela de Chicago serán las redes de
relaciones afectivas y su influencia motivacional.
Esta corriente surge también en el primer cuarto del siglo XX, de la mano de Max
Wertheimer y Wilhelm Wundt, como un movimiento en respuesta al conductismo
mecanicista. Para la Gestalt (que significa literalmente, configuración o totalidad) el estudio
de la percepción de las formas es el punto de partida para la constitución de su razón de ser.
El todo es más que sus partes.
164
− La motivación
− El contexto
− Las instrucciones previas
− Las experiencias y expectativas asociadas
− La emoción
− La cultura
− La singularidad
La atención a estos factores de incidencia será recogida por la escuela de Chicago y los
estudios posteriores en psicología social como base del condicionamiento motivacional.
(cfr. Aguado Terrón, J. M.: 2004)
d) Ley de la continuidad: las figuras dispuestas conforme a una línea recta o curva
abierta tienden a ser percibidas como parte de una misma forma.
165
Aunque el pragmatismo ha marcado al conjunto de la Escuela de Chicago, ha influido sobre
todo en Charles Horton Cooley (1864-1929), quien precedió a Park en el análisis de los
fenómenos y de los procesos de comunicación. Cooley, que comenzó estudiando el impacto
organizativo de los transportes, se dedicó más tarde a la etnografía de las interacciones
simbólicas de los actores, siguiendo los pasos de Mead y fue el primero en utilizar la
expresión “grupo primario” para denominar a los grupos que se caracterizan por una
asociación y una cooperación íntima cara a cara. Son primarios en muchos sentidos pero
principalmente porque se encuentran en la base de la formación de la naturaleza social y de
los ideales del individuo. (cfr. Cooley, Charles H: 1909). En la tensión entre la sociedad y
el individuo, este nivel de análisis ya le parecía básico para evaluar los efectos del nuevo
“orden moral” traído por las concentraciones urbanas e industriales y los nuevos medios de
organización social que son los dispositivos de la comunicación psíquica y física. Criticaba
así las interpretaciones unilaterales del proceso de urbanización que permitían creer en la
desaparición de los grupos primarios y hacían abstracción de las interacciones entre las
tendencias uniformadoras de la ciudad y lo vivido por sus habitantes.
La propia opción etnográfica está a su vez supeditada a una concepción del proceso de
individualización de la construcción del yo mismo (self). El individuo es capaz de una
experiencia singular, única, que su historia vivida traduce y está sometido al mismo tiempo
a las fuerzas de nivelación de los comportamientos. Encontramos de nuevo esta
ambivalencia de la personalidad urbana en la concepción que la Escuela de Chicago tiene
de los medios de comunicación, a la vez factores de emancipación, de ahondamiento en la
experiencia individual y precipitadotes de la superficialidad de las relaciones sociales y de
los contactos sociales, de la desintegración. Sí existe comunicación, es en virtud de Las
Diversidades individuales. Y si bien es cierto que el individuo está sometido a las fuerzas
de la homogeneidad, tiene sin embargo la capacidad de sustraerse a ella. Encontramos aquí
la tensión subyacente en las investigaciones de Dewey, para quien la comunicación es al
mismo tiempo la causa y el remedio de la pérdida de la comunidad social y de la
democracia política. (cfr. Dewey, John: 1927)
Para la Escuela de Chicago los procesos sociales de comunicación ocupan un lugar central,
en tanto son a la vez producto y fuente de la diversidad individual. En consecuencia, a
propósito de los incipientes medios de comunicación masivos, advertirán la dinámica de
homologación identitaria como una amenaza de desestructuración de las relaciones
individuales y, por extensión, de las instituciones democráticas.
− Sienta las bases para la concepción de la cultura y el universo simbólico como nexo
de articulación entre individuo y sociedad.
− Anticipa algunas de las grandes cuestiones de las teorías sobre los efectos de los
medios de comunicación de masas (la de la comunidad como filtro de la influencia
del medio).
166
Cabe mencionar a otro autor que representó una voz disidente frente a la sociología
funcionalista y que desde la década de los 50 realizó severas críticas. Se trata de C. Wright
Mills (1916-1962), profesor en Columbia. Este investigador desarrolló un discurso
diferente sobre la comunicación, ya no positivista como venía siendo el discurso en los
Estados Unidos.
Wright Mills no acepta separar el ocio del trabajo, al considerar el ocio como un problema
perteneciente a otro ámbito. Su concepción del entrenamiento es distinta a la noción
funcionalista, la cual quita cualquier especificidad cultural e histórica, impidiendo una
reflexión sobre el ocio auténtico, desprovisto de las múltiples formas de la cultura
comercial. Un ocio que no haga del individuo un autómata alegre, satisfecho de su
condición a pesar de la constante coacción de que es objeto por parte de un aparato cultural
cada vez más centralizado.
En ese periodo de tiempo (década de los cincuenta) Mills se hace la pregunta ¿qué tipo de
hombre tiende a crear la sociedad? (cfr. Mills, C. W.: 1969). Es la misma pregunta que
obsesiona al filósofo francés Henri Lefebvre (1901-1991) y a la que responde en una obra
sobre la modernidad hedonista comercial como horizonte de la felicidad humana, “Critique
de la Vie Quotidienne”. Ambos están de acuerdo en denunciar la alienación de las
sociedades representadas por las dos superpotencias (en ese tiempo) a uno y otro lado del
mundo.
4.2.2 Constructivismo
167
varios cuerpos teóricos distinguibles por notables diferencias. En cierto sentido sería más
coherente hablar del interaccionismo simbólico como una corriente de pensamiento
relacionada con la antropología pero también con la psicología social y la sociología, no
excesivamente sistematizada pero, sin embargo, enormemente influyente en el terreno de
los medios.
Uno de los conceptos más importantes en las ciencias sociales ha sido el de acción social.
Tomando como referencia la obra de Max Weber, la acción y la interacción social han sido
ejes en torno a los cuales se han desarrollado postulados en diferentes perspectivas teóricas
como el interaccionismo simbólico, la sociofenomenología, el existencialismo y hasta la
teoría de la acción comunicativa.
La conducta del individuo está directamente relacionada con su medio social. Si para el
conductismo mecanicista el individuo era una “caja negra” de la que sólo se podían
considerar los aspectos observables de la conducta (conducta externa), para Blumer y Mead
el individuo constituye la clave para la explicación del substrato social de las conductas y,
por ello, prestarán especial atención a las “conductas internas” en las que el significado
resulta determinante.
Así de acuerdo con Blumer, los supuestos de partida del interaccionismo simbólico serían
los siguientes:
a) Los sujetos actúan sobre los objetos de su mundo y en relación con otros sujetos a
partir de los significados que estos tienen para ellos.
168
d) La distinción entre conducta interna y externa implica la presuposición de que el
individuo también es capaz de interactuar consigo mismo (formación del yo social
autoconciente).
Los procesos humanos de interacción con el entorno y con los otros aparecen, pues,
fundamentalmente caracterizados por su naturaleza simbólica. El símbolo permite al
hombre responder activamente a la realidad que le rodea. (cfr. Mead, G. H.: 1993)
169
Weber y su enfoque racional-instrumental, por el que la acción orientada a fines
constituye la acción social por excelencia.
A partir de Parsons y Weber, otros autores contemporáneos como Giddens, Bourdieu, etc,
tienden a separar las ideas de acción social y comunicación, otorgando un carácter más
amplio a la primera.
La tendencia general es, pues, considerar la acción social como la clase general de la acción
dotada de significado y orientada al otro en un sentido general (acción social=acción
intersubjetiva). Como un subtipo de la acción social específicamente orientada a influir en
el otro mediante la transmisión de un conocimiento o una información (contenido
significado).
Se puede observar que este enfoque clásico es una extensión de la distinción clásica entre
actos ejecutivos (dirigidos a transformar el entorno del sujeto) y actos expresivos (dirigidos
a transformar la conducta de otros sujetos). Así la acción social equivale, en cierto sentido,
al desarrollo común (intersubjetivo) de actos ejecutivos (esencialmente actos técnicos),
mientras que la comunicación equivale al desarrollo de actos expresivos.
170
Según ellos, la complejidad de la más mínima situación de interacción es tal que
resulta inútil querer reducirla a dos o más “variables” trabajando de forma
lineal. Hay que concebir la investigación en materia de comunicación en términos
de nivel de complejidad, de contextos múltiples y de sistemas circulares. (Winkin;
Yves: 1984:12)
A la noción de comunicación aislada como acto verbal conciente y voluntario que sustenta
la sociología funcionalista, se opone la idea de la comunicación como proceso social
permanente múltiples modos de comportamiento: la palabra, el gesto, la mirada, el espacio
interindividual. Así este grupo de investigadores se interesan por la gestualidad (quinésica)
y el espacio interpersonal (proxémica) o muestran que las faltas del comportamiento
humano son reveladoras del entorno social. El análisis del contexto se sobrepone al del
contenido. Concebida la comunicación como un proceso permanente a varios niveles, el
investigador debe, para captar la emergencia de la significación, describir el
funcionamiento de diferentes modos de comportamiento de un contexto dado.
En 1959 uno de los miembros del grupo de trabajo, Edgard T. Hall, publica una obra
titulada: The silent lenguaje. Basándose en sus experiencias personales durante la guerra
como oficial de un regimiento compuesto por negros y posteriormente como formador del
personal diplomático, analiza la dificultad de las relaciones interculturales y destaca los
múltiples lenguajes y códigos, los “lenguajes silenciosos”, propios de cada cultura (los
lenguajes del tiempo, del espacio, de las posesiones materiales, de las modalidades de
amistad, de las negociaciones de acuerdos) sentando así las bases de la proxémica. Todos
los lenguajes informales están en el origen de los choques culturales, de las
incomprensiones y de los malos entendidos entre personas que comparten los mismos
códigos, que no atribuyen, por ejemplo, a las reglas de organización del espacio o de
gestión del tiempo la misma significación simbólica. (cfr. Hall, Edgard T.: 1989)
171
En su enfoque parten de dos conceptos tomados de Gregory Bateson. El primero se refiere
al interés por la pragmática de la interacción humana, esto es por el análisis de
consecuencias concatenadas que caracterizan las interacciones en el marco social. Este
interés constituye la base de la aproximación del grupo de Palo Alto a la comunicación
desde la psicología y la teoría de sistemas y anticipa la estrecha relación que ellos plantean
entre conducta y comunicación. El segundo se relaciona con la idea de
“deuteroaprendizaje” (aprender a aprender): según Bateson los procesos de desarrollo
cognitivo y de socialización (procesos de aprendizaje) deben ser necesariamente reflexivos,
es decir, deben también estar dirigidos hacia sí mismos. Así no sólo aprendemos sobre
nuestra relación con el entorno (desarrollo cognitivo y socialización), sino que también
aprendemos acerca del modo en que aprendemos a relacionarnos con el entorno. De este
modo los procesos de aprendizaje y socialización poseen un amplio margen de
autocorrección. (cfr. Bateson, Gregory: 1984)
Siguiendo a Roman Jacobson, los autores de Palo Alto conceden especial atención a dos
funciones de la comunicación humana: una función referencial y una función pragmática.
La función referencial expresa la propiedad de referirse al objeto y se concreta en el
contenido de los mensajes (lo que decimos acerca de las cosas). La función conativa
expresa las relaciones entre los objetos y el acto de comunicar y constituye, de hecho, una
comunicación que incluye o afecta a la comunicación. Por ello recibe el nombre de
“metacomunicación” (y esta dada por la ideología o la cultura). En otras palabras, el nivel
de contenido, actuando así como metacomunicación, como una comunicación sobre la
comunicación. Por ejemplo: una mujer pregunta a otra ¿son auténticas esas perlas? En el
nivel de contenido tenemos un enunciado que interroga acerca de la autenticidad de las
perlas. Sin embargo, el nivel de la metacomunicación nos informa acerca de cuál es el tipo
de relación entre los interlocutores (rivalidad, envidia…) y afecta al sentido del nivel de
contenido (sabemos, entonces, que más que una pregunta es una afirmación acerca de la
falsedad de las perlas y sobre la idea que una mujer tiene de la otra, así como de su
relación).
172
Para un observador, una serie de comunicaciones puede entenderse como una serie de
intercambios en la que los participantes organizan los patrones de interacción, de modo que
establecen iniciativas, reacciones, puntos significativos, ritmos de intercambio, etc. Se
corresponden con lo que podríamos denominar “orden típico de las situaciones
comunicativas”. La puntuación de la secuencia de hechos afecta al significado de los
mensajes y a la interpretación global de la situación comunicativa.
En resumen, para el grupo de Palo Alto, la comunicación y conducta son sinónimos: no hay
conductas no comunicativas. En su formulación extrema, el individuo no comunica, sino
que participa en una comunicación. La comunicación se lleva a cabo en múltiples niveles,
no siempre de un modo conciente. La comunicación es siempre recursiva (un instrumento
para conseguir algo), cuando menos en el nivel de la metacomunicación.
La escuela de Palo Alto plantea un nexo entre algunos de los supuestos centrales del
interaccionismo simbólico y de la teoría de sistemas.
Del interaccionismo simbólico toma en cuenta la relación y complementación del self (yo
mismo), esto es, la concepción de que el yo se constituye en la interacción social y que no
es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa.
173
Hacia los años sesenta, las corrientes agrupadas bajo la denominación de ciencias
interpretativas (interaccionismo simbólico, fenomenología social y etnometodología) que se
fueron desarrollando en países anglosajones abrieron debates entre las sociologías atentas a
los microprocedimientos y las sociologías denominadas estructurales, concentradas por las
acciones sociales exteriores al individuo y que consagran la primacía de la sociedad sobre
el individuo; de la estructura sobre la práctica; del macro contexto sobre el micro contexto.
En los trabajos de Parsons, el saber del actor tiene muy poca importancia; aunque su
estudio sobre la racionalidad indica que aquel ocupa implícitamente un lugar en sus
análisis, los cuales suponen que el actor social adquiere un conocimiento válido del mundo
aplicando criterios empírico-lógicos que le permiten situarse en la escena social. Es la
naturaleza y las características de ese saber que los sujetos requieren para aplicarlo a sus
circunstancias de vida y la necesidad de conceptualizar lo que lleva a Harold Garinkel
(1917-1987), alumno de Parsons en Harvard y posteriormente docente en la Universidad de
California, a realizar un análisis más profundo de la acción social y funda la
etnometodología con su trabajo titulado Studies in Ethnomethodology y publicado en 1967.
174
cuenta de lo qué es y de lo qué hace en acciones cotidianas y en contextos de interacción
diversos. La etnometodología renueva profundamente la concepción de la relación entre
una acción social y su contexto. El contexto influye en el contenido de la acción y ésta, a su
vez, contribuye también al sentido progresivamente elaborado del contexto de la propia
situación.
El hecho social por lo tanto, ya no viene dado. Es el resultado de la actividad de los actores
para dar sentido a su práctica cotidiana. El esquema de la comunicación reemplaza al de la
acción.
175
Existe un acervo de conocimientos sociales que se compone de tres tipos: además de las
tipificaciones y guiones, el conocimiento de técnicas y el conocimiento útil.
176
cuanto huellas mnésicas y en cuanto actualizado en las prácticas sociales, es, en
sentido durkheimiano más “interior” que exterior a sus actividades. Lo
estructural no sólo es coacción, es la mismo tiempo coactivo y habilitador. Esto
no impide que las propiedades estructurales de los sistemas sociales se extiendan
en el tiempo y en el espacio, bastante más allá del control que sobre ellas pueda
ejercer cada actor. (Giddens, Anthony: 1998:15)
Durante el siglo XX tiene lugar en la filosofía un súbito interés por la cuestión del lenguaje.
Esta orientación del pensamiento filosófico hacia el lenguaje ha recibido el nombre
genérico de “giro lingüístico”. El término “giro lingüístico” remite fundamentalmente a un
punto de partida común: los problemas del conocimiento son esencialmente problemas de
índole lingüística. En otros términos, para discutir acerca de cómo conocemos, debemos en
primer lugar, volver nuestra mirada hacia el lenguaje. Esta nueva mirada, no obstante tiene
diferentes versiones.
Es preciso, en primer lugar, tener en cuenta la estrecha relación existente entre lenguaje y
lógica para los teóricos del giro lingüístico. Ello supone la aceptación implícita, en mayor o
menor grado, de un cierto paralelismo entre las estructuras del lenguaje y las del
pensamiento. A todo esto, obviamente subyace una hipótesis general acerca del doble
aspecto sentido/significado: el significado constituye tanto el núcleo del pensamiento como
el núcleo del lenguaje.
Podemos establecer de acuerdo con estas dos corrientes generales dentro del giro
lingüístico que corresponden obviamente a dos modos de entender esa relación
pensamiento/lenguaje como contexto de producción de significados. Esta distinción, a su
vez aparecerá asociada a la distinción entre lenguajes naturales y lenguajes formales.
2) Una concepción pragmatista que rechaza el concepto de un lenguaje ideal y que por
el contrario, concibe los lenguajes naturales y, en general, las acciones del lenguaje
(el uso cotidiano y socialmente contextualizado) como el ámbito en que tienen lugar
los procesos de producción del significado.
Resumiendo de una forma general, podemos distinguir -siguiendo a García Suárez (1997)-
tres modos de concebir el significado:
177
b) El significado como condición de verdad (referencia a objetos). Aquellas teorías que
explican el significado como un resultado de la verdad u objetividad de los
enunciados por su adecuación a los caracteres perceptibles del objeto. Teorías
referenciales o veritativo condicionales del significado.
- El lenguaje es una acción que se enmarca en conjuntos de acciones que tienen lugar
en situaciones socioculturales concretas.
Aarón V. Cicourel en 1980 propone realizar una amplia alianza interdisciplinaria entre la
sociología, la antropología, la lingüística y la filosofía en torno a una antropo-sociología”.
Reconociendo las aportaciones de las nuevas filosofías del lenguaje, su proyecto expresa al
mismo tiempo los escollos que han de superarse para que este acercamiento se efectúe: la
dificultad metodológica de pasar de un análisis limitado a actos de habla muy concretos
(por ejemplo prometer, dar órdenes, felicitar) al de situaciones complejas de interacción; la
dificultad de pasar de un análisis centrado en el locutor a un análisis que tenga en cuenta a
los receptores como colocutores; la necesidad de considerar otros “actos del habla”, otras
formas de comunicación además de aquellas que permiten las lenguas naturales (gestuales,
icónicos, etc.). Otro desafío consiste en la manera en que la sociología puede recoger y
desarrollar la noción de “competencia comunicativa” que se halla en el centro de la teoría
de los actos del habla y que permite ejecutar las distintas “enunciaciones” realizativas en
situaciones determinadas de comunicación. El principal obstáculo es el escaso interés que
los lingüistas y la teoría de los actos de habla manifiestan por las formas de organización
social complejas (cfr. Cicourel; Aarón en Armand Mattelart: 1997).
178
Finalmente expondremos brevemente la vertiente que dentro de las ciencias cognitivas
desarrollaron dos biólogos chilenos, Humberto Maturana y Francisco J. Varela, quienes
refutan la concepción del sistema abierto que postulaba la cibernética según la inteligencia
artificial, que como se explico en el capítulo anterior , la inteligencia artificial (la
computación de representaciones simbólicas) considera a la organización como un sistema
abierto en constante interacción con el entorno, con inputs (estímulos) y outputs
(respuestas). La propuesta de ambos biologos es la noción de autopoiesis y de sistema
autopoiético (del griego autós, uno mismo y poiên, producir, crear).
Para las escuelas representacionistas, una entidad cognitiva hace siempre referencia a un
mundo existente. En cambio la información en el enfoque autopoiético no está
preestablecida como orden intrínseco sino como un orden emergente de las propias
actividades cognitivas. Lo propio de nuestra actividad cognitiva cotidiana es el hacer
emerger, creador de un mundo. La cognición es el acto a través del cual un sujeto hecha
mano de su conocimiento conjunto que tiene sobre el mundo y una noción a partir de la
historia de las diversas acciones que cumple un ser en el mundo. La enacción es el término
elegido por Maturana y Varela para denominar dicha acción.
Si bien las ciencias cognitivas tienen su origen en los Estados Unidos y de manera
particular en el MIT, la teoría de la autopoiesis y la enacción pretenden tomar distancia de
una corriente de pensamiento que rompe o no toma en cuenta la experiencia humana y con
la forma en que el individuo percibe las cosas. Por lo que se interesa por la integración
corporal del espíritu, para lo cual establece un diálogo con la psicología meditativa del
budismo, y retoma la tradición fenomenológica, así como la crítica de la representación
hecha por Foucault, esto es incorporar a pensadores que se han preocupado del fenómeno
de la interpretación por entero, en su sentido circular de vínculo entre acción y saber, entre
el que sabe y lo que se sabe. De esta circularidad acción/interpretación quiere dar cuenta la
expresión “hacer emerger”. (cfr. Mattelart, Armand: 1997)
Luhmann distingue tres tipos de sistemas autopoieticos, es decir, sistemas que se producen
a sí mismos: sistemas vivos, sistemas psíquicos y sistemas sociales. Cada uno de ellos
aparecerá caracterizado por una operación autopoiética específica, es decir, por un modo
característico de autorreproducción: respectivamente, la vida, la conciencia y la
comunicación. Consecuente para Luhmann la comunicación es la operación que permite a
la sociedad constituirse como sistema autopoiético y, por tanto, autorreproducirse. (cfr.
Luhmannn, Niklas: 1996)
179
Al ser minoritario este enfoque en el conjunto de las ciencias cognitivas que pretende
estudiar la participación del individuo en los universos sociales tiene el mérito de recordar
que las capacidades cognitivas del sujeto están vinculadas no sólo a un cerebro sino
también a un cuerpo, a diferencia de algunas vertientes de las ciencias cognitivas que
reducen la inteligencia humana a un sistema mecánico. La inclinación de estos últimos
hacia conceptualizaciones totalizadores los expone a avanzar muy retirados en la
biologización de lo social. Allí están los desafíos contradictorios que las ciencias de la
organización de lo vivo lanzan a las ciencias sociales de la comunicación.
4.2.3 Estructuralismo
Regresamos a los años sesenta para dar cuenta de la influencia específica en el terreno de
los estudios sobre comunicación de masas que tuvo una corriente de pensamiento de
extraordinaria relevancia en el pensamiento europeo y de la que ya hemos dado cuenta en
páginas anteriores, se trata del estructuralismo.
Esta tradición teórica comienza a perfilarse en la primera mitad del siglo XX, a partir de la
lingüística (Saussure, Jakobson), la psicología de la Gestalt y se concreta de forma
definitiva a partir de los años sesenta en la obra del antropólogo Claude Levi-Strauss, la
semiótica de Roland Barthes, en la revisión del psicoanálisis llevada a cabo por Jacques
Lacan y en la filosofía de Michel Foucault y Pilles Deleuze, entre otros.
El texto es, para los estructuralistas, la ventana a la coherencia profunda de las estructuras
significantes de una sociedad. Pero -y esto es decisivo en tanto que marca una diferencia
con otros enfoques como la teoría crítica o los estudios culturales- el estructuralismo se
centra exclusivamente en los textos, a los que trata como objetos inmanentes y
autosuficientes, sometiendo a las leyes del texto la significación de cualquier otro elemento
de los procesos sociales. Obviamente, bajo semejantes premisas, el enfoque estructuralista
dirige pronto su atención a los medios de comunicación de masas como instancias
productoras de sentido.
180
Claude Lévi-Strauss expone su método en Antropología estructural en el año de 1958. El
análisis del antropólogo, que juega un papel fundamental en la extensión del modelo
lingüístico a otros campos, trata sobre los mitos como forma de lenguaje. Múltiples y
heterogéneos, pueden sin embargo reducirse a variaciones centradas en estructuras
universales. Los mitos concretos, los “mitemas” sólo tienen sentido combinados, a
semejanza de los “fonemas” vocálicos o consonánticos, unidades básicas del lenguaje.
Estas reglas combinatorias forman una especie de gramática que permite ir más allá de la
superficie del lenguaje para descubrir un conjunto de relaciones, una lógica que constituye
el sentido de este mito. Esta puesta de manifiesto de las relaciones sirve también para tratar
los sistemas totémicos o las relaciones de parentesco que se convierten en redes de
comunicación, en códigos que permiten transmitir mensajes. (cfr. Lévi-Strauss, Claude:
1968)
La antropología estructuralista de Lévi-Strauss sienta las bases del papel que juegan los
procesos de comunicación en las estructuras sociales como procesos de intercambio en tres
niveles interrelacionados (intercambio de objetos, intercambio de parentesco, intercambio
de significados? La economía por ejemplo, o las estructuras de poder se explican en estas
formas de intercambio. A través de la coordinación entre ritos y mitos se organiza un
sistema de prohibiciones y trayectorias de conducta que configuran los procesos sociales.
Retomando los principios de Saussure y los planteamientos de Levi Strauss, Roland
Barthes desarrolla los postulados de la semiología a la que define como:
La semiología tiene como objeto todo sistema de signos, cualquiera que sea su
sustancia, cualesquiera que sean sus limites: las imágenes, los gestos, los sonidos
melódicos, los objetos y los complejos de estas sustancias que se encuentran en
ritos, protocolos o espectáculos constituyen, si no “lenguajes”, si al menos
sistemas de significación. (Barthes, Roland: 1970:10)
181
De este modo coloca a los medios de comunicación en el centro de la creación de los mitos
modernos a través del uso del lenguaje corriente, pero con fuertes implicaciones
ideológicas. Los mitos naturalizan la realidad y su función política (la función connotativa
del lenguaje). La semiología es la crítica de las connotaciones ideológicas presentes en el
sistema de signos de la lengua. Por lo tanto, la semiología ofrecerá instrumentos para
desenmascarar el aprovechamiento burgués de la cultura de masas.
Es uno de los primeros en reflexionar sobre la importancia que adquieren los medios de
comunicación y en cavilar acerca de los valores de esta nueva cultura. Concentró su interés
en la cultura cotidiana a la que considera olvidada por los sociólogos e intelectuales
europeos. En este sentido es uno de los primeros investigadores que considera a la cultura
de masas como una cultura completa o no una sub o pseudocultura. Apunta que los medios
de comunicación han originado una nueva cultura que obtiene su peculiaridad por la
organización industrial de la producción, distribución y consumo de los objetos culturales.
Se organiza según modelo burocrático-industrial que provoca cambios significativos tanto
en el emisor como en el receptor de la cultura de masas. Respecto al primero, la
organización industrial se sitúa como un filtro entre el creador y el productor. Dos
consecuencias de la naturaleza industrial de la cultura de masas son la despersonalización
de la creación y la desintegración del poder cultural fundado en la tradición, produciéndose
una tensión entre las tendencias estandarizadotas y la innovación. (cfr. Morín, Edgar: 1966)
182
significado de la cultura producida por los medios de comunicación de masas. Para ellos
toma en cuenta dos niveles. Uno que podría llamar superficial -contenido manifiesto- en el
cual se trata de detectar los temas recurrentes en los contenidos: el amor, la juventud, la
felicidad. En segundo nivel -semántico- se buscan los marcos de contenido en los que se
insertan estos temas.
Años más tarde, a principios de los años setenta, su visión sobre la cultura de masas es
matizada, después de la crisis abierta desde 1968, los cambios sociales y culturales inciden
en una nueva perspectiva teórica de Morín. Así cuestiona la eficacia de los movimientos
sociales de ruptura ante la capacidad del sistema para integrarlos en su lógica. Las
características de la cultura masiva han perdido su vigencia. Al igual que se ha observado
en otras escuelas, Morín niega los papeles clásicos asignados al emisor y al receptor en el
proceso de la comunicación: los productos mediáticos han perdido aquel poder absoluto
para influir sobre una audiencia pasiva. La cultura de la sociedad capitalista en crisis se
caracteriza por los siguientes rasgos:
La distinción entre alta cultura y cultura de masas ha perdido vigencia. (cfr. Morín,
Edgar: 1975)
183
Abraham: 1975: 134) La situación canónica implica los siguientes elementos: un emisor, un
canal físico, un receptor, un repertorio de signos que codifican y decodifican y unas
recepciones comunes que constituyen la comunicación efectiva.
La teoría de la comunicación de Moles se reduce a los mass media, sino que habla de
diferentes tipos de interacción: comunicación próxima, telecomunicación, comunicación
bidireccional, unidireccional, interpersonal y de difusión, Así en el artículo titulado
“Ecología de la comunicación: redes, mensajes y transacciones” (Moles, Abraham: 1975)
plantea la necesidad de que la comunicación de masas se analice dentro de un marco más
amplio de modelos comunicativos y, por lo tanto, lo que le interesa al autor es investigar las
relaciones que existen entre las diversas formas de comunicación (especies comunicativas)
dentro de una sociedad y la estructura que se deriva de esas conexiones. La ciencia de la
comunicación -según Saperas- se estructura en dos ámbitos: a) el estudio de las
interacciones comunicativas producidas por el individuo en el espacio y en el tiempo y, b)
la organización de los sistemas de transacción a gran escala que establecen los individuos
considerados en su conjunto. (Saperas, E.: 1992). El objeto de investigación no es el
contenido ni sus funciones ideológicas, sino los modelos comunicativos. (Moles, Abraham:
1975)
184
ponen en circulación los contenidos (ahora con una alta carga de redundancia) en un amplio
entorno social. La sociedad absorbe estos mensajes que se convierten en conocimiento
común. El ciclo cultural se cierra cuando los creadores culturales -que no viven aislados de
la sociedad de masas- elaboran nuevas ideas a partir de los culturemas antiguos
procedentes de los medios. Moles retoma el concepto de industria cultural al describir cómo
los creadores culturales individuales se ven sometidos a la lógica de las empresas
mediáticas, lo cual les obliga a mantener un equilibrio constante entre originalidad y
estandarización. (cfr. Moles, Abraham: 1978)
En torno al CECMAS gravitan personalidades tan diversas como Julia Kristeva, Christian
Mtz, Violette Morin, André, Glucksmann, Pierre Fresnault-Deruelle, Jules Griti, Eliseo
Veron y A. J. Greimas, pero también investigadores vinculados a la industria publicitaria
como Jacques Durand Y Georges Péninou, que estudiarán como la máquina retórica puede
ponerse al servicio de la creación.
En esa misma época se crea en Milán un centro comparable, el Instituto Agustino Gemelli,
fundación independiente de la Universidad de Milán, como reacción a la supremacía de la
sociología norteamericana de los medios de comunicación. Los italianos se dedicarán de
manera más constante que los semiólogos franceses a investigaciones sistemáticas de los
fenómenos de la comunicación y de la cultura de masas. Como testimonio tenemos los
trabajos de Humberto Eco, Paolo Fabbri, Giafranco Bettetini y más recientemente de
Francesco Casetti.
La semiología italiana aparece como una corriente que puede superar las tendencias
metodológicas de la sociología funcionalista y la interpretación macrosociológica del
análisis de contenido. Su incursión significa una revuelta en el campo de la ciencia de la
comunicación, ávida de instrumentos metodológicos para la interpretación de la cultura de
masas. La escuela italiana desarrolla estudios de tipo socioeconómicos, de la sociología de
185
la organización, de la teoría de producción de significados, en definitiva de investigaciones
acerca del poder del emisor. (cfr. Moragas, M. de: 1985)
Para 1970 publica un ensayo titulado: “Ideología y aparatos ideológicos del estado”, obra
que tiene una profunda repercusión en la teoría crítica de la comunicación, tanto en Francia
como en el extranjero. Ahí Althusser devela los instrumentos represivos del estado
(ejército, policía) que ejercen una coerción directa, y los opone a los aparatos que cumplen
funciones ideológicas y que denomina “aparatos ideológicos de Estado (AIE). Estos
aparatos significantes (escuela, iglesia, medios de comunicación, familia, etc.) tienen la
función de asegurar, garantizar y perpetuar el monopolio de la violencia simbólica y las
relaciones sociales de producción, la cual es ejercida en el terreno de las representaciones,
disimulando lo arbitrario de esta violencia bajo la cobertura de una legitimidad
supuestamente natural. Y gracias a ellos actúa concretamente la dominación ideológica,
esto es la forma en que una clase con poder (sociedad política) ejerce su influencia sobre las
demás clases (sociedad civil).
En esa misma época, Pierre Bordieu (1930-2002) reflexiona también sobre la violencia
oculta. Sus análisis de las actitudes y las prácticas culturales se basan en la noción de
hábitos, término que designa ese sistema estable y de disposiciones que se perciben y se
actúan, que contribuye a reproducir con todas sus desigualdades un orden social establecido
(cfr. Bordieu y Passeron: 1970). La sociedad o la formación social se definen como un
sistema de relaciones de fuerza y de sentido entre grupos y clases. Analizando los usos
sociales de la fotografía demuestra cómo una práctica de ocio que podría parecer
independiente de los códigos de representación dominantes y susceptibles de liberar la
expresividad de cada uno, significa el triunfo del código y la convención. (Bordieu, Pierre,
et al: 1989)
Por último, presentamos a Jacques Lacan (1901-1981), quien realiza una compleja relectura
de Freud, aportando un sistema conceptual que permite reintroducir el concepto de deseo en
el análisis de los procesos que caracterizan a la cultura y a la comunicación de masas. A
diferencia de Marcase, quien fija el símbolo (y la producción de sentido) como mecanismo
esencial en el proceso de construcción individual y de sublimación del deseo. El símbolo -
para Lacan- es la instancia que se interpone entre el yo y el objeto y entre el yo y el otro. La
producción simbólica (y por extensión, los productos de la comunicación de masas),
incluyendo los ritos sociales, constituye el mecanismo de condensación y orientación de los
deseos. El texto y el sentido devienen así eterna promesa de satisfacción (goce) del deseo
que, precisamente por eso, nunca puede ser cumplido.
186
El estructuralismo ha tenido una gran influencia en los análisis de la cultura de masas. De
hecho, puede afirmarse que es gracias al estructuralismo como se pasa de un análisis “desde
fuera” de la cultura de masas a un análisis “desde dentro”, es decir, desde los propios
productos de la cultura de masas. El cambio de perspectiva es importante en territorios
teóricos afines como el de los estudios culturales, pero también en territorios distantes
como el neofuncionalismo de la teoría de los usos y gratificaciones porque abrirá las
puertas a una consideración más compleja de los productos y complejos de los productos y
procesos de la cultura y de la comunicación de masas.
A finales del siglo XIX los teóricos sociales y los intelectuales vieron nacer un sistema de
medios de comunicación que cambiaría el funcionamiento y la naturaleza misma de las
sociedades y de las acciones de los individuos en esa sociedad. En la actualidad, a las
teorías de la comunicación como disciplina se le ha presentado un reto similar al que
tuvieron los pensadores del novecientos. La cuestión principal a la que deben enfrentarse es
la de elaborar un esquema de análisis que permita conocer y explicar cómo funcionan y qué
papel cumplen los medios de comunicación en una sociedad en transformación, bien se le
llame posmoderna, de la información, de capitalismo tardío o posindustrial. Previamente no
se puede dejar de mencionar que todas las reflexiones en torno a los medios de
comunicación no están liberadas del debate entre modernidad y posmodernidad que
impregna a las ciencias sociales en la actualidad.
187
acarreaba la actitud modernista. En el curso de la década siguiente, el término no sólo fue
más allá del ámbito del arte y de la literatura -asociándose con planteos teóricos más
globales- sino que escapó también a las fronteras de la cultura norteamericana. Así fue
referido a la mutación que estaban sufriendo las sociedades altamente modernizadas (el
advenimiento de la “era posindustrial”) o bien, con argumentos más culturales que técnico-
económicos a los fenómenos que estarían revelando la crisis de la modernidad y sus
valores. El sustantivo derivado, posmodernidad, aloja todos los elementos provenientes de
ese recorrido por contextos discursivos y nacionales diferentes.
Aún ante el progreso y la evolución humana de estos siglos, las criticas a las consecuencias
que los cambios sociales, económicos, políticos y culturales que se han realizado no han
parado y, de hecho han ido siendo cada vez más severos en la medida en que las
contradicciones generadas por la modernidad tienden a exacerbarse.
La revuelta contra las consecuencias de una modernidad instalada sobre la idea del
progreso, el imperio del concepto, el reinado de la razón y la ciencia, así como en el uso
irracional de la técnica, comenzó a hacerse manifiesta en diversas facetas de la vida del
hombre. Ya en el siglo XIX, por ejemplo, movimientos como el romanticismo en el arte, el
marxismo en la economía y en la filosofía, y más tarde en el nihilismo y el
existencialismo, comenzaron a cuestionar el reinado de la razón y de lo “moderno” en la
vida de occidente, no sin caer en ocasiones en contradicciones, excesos y sin sentidos.
Para la tercer década del siglo XX, las vanguardias artísticas (el expresionismo, el
surrealismo, el cubismo, etc.) junto con algunas corrientes y escuelas filosóficas develaron
la máscara que encubría el sufrimiento humano que había resultado de la práctica de una
mentalidad y de unos valores que llevaron a la humanidad al atentado más grande cometido
en la historia: el holocausto judío en la Alemania nazi.
Llegadas las décadas de los 60 y 70 comenzó una transformación radical en las formas de
pensar y de actuar de las personas que promovieron revueltas contra la situación de
188
angustia e infelicidad en que se encontraba la humanidad. El avance de la pobreza, la
desigualdad, la destrucción y la muerte acechaban bajo la efigie de la bipolaridad y la
posibilidad de una guerra nuclear. Todo esto generó un ambiente de inconformidad y una
profunda crisis de las mentalidades a un nivel generacional, surgiendo movimientos de
diversa índole, algunos de los cuales reivindicaron los valores de igualdad, libertad y
fraternidad entre los hombres y mujeres.
Después de que los movimientos juveniles de protesta (el hipismo, el rock, el pacifismo,
movimientos artísticos como el pop art y el op art, etc) fueron cooptados, reprimidos o
eliminados; desde la década de los 80 se ha generado una nueva crisis cuya característica
central tal vez consista en un aparente vaciamiento de sentido en occidente.
Esta religión que por su contenido y desempeño se aproxima a una ideología religiosa,
invoca a la disipación, relajación y a una idea del disfrute y la confianza en el futuro mejor.
En esta religión se combinan elementos presuntamente científicos (diabética), la meditación
trascendental, el ecologismo, una música y elementos teologales que van del cristianismo
hasta las religiones orientales. Asimismo cabe señalar que el new age se ha puesto en boga
desde mediados de los 80 y su número de adeptos crece exponencialmente. El new age
acepta al mundo tal y como es, no se propone un cambio definido, traza una fuga con la
realidad, y básicamente apuesta a la realización personal en un marco de significación
donde se exalta la libertad individual y la sensación de bienestar.
Este estado de cosas es lo que algunos autores han dado en llamar “la condición
posmoderna”, condición presente en diferentes aspectos de la vida social, que lleva
finalmente hasta el planteamiento de una periodicidad histórica, es decir, afirman que asiste
una nueva era: la posmodernidad. Desde la mirada de algunos autores, la modernidad
experimenta su completo agotamiento sin poder hacer nada, así se ha abierto paso una
forma distinta de asumir la vida y de ver el mundo. De este modo una tesis básica de
algunos de estos autores es que vivamos en sociedades informatizadas, vivimos en
sociedades posmodernas. (cfr. Vattimo, Giani: 1990)
189
Esto se traduce en una crítica a la concepción de una historia lineal que habría de encontrar
en algún momento su realización, esto es, Vattimo refuta las ideas del progreso, del avance
sostenido, de una civilización ascendente y de una historia que se reconcilia consigo misma
en el momento que afirma su capacidad de generar “lo nuevo”.
No debemos suponer que Vattimo afirma a la manera de Fukuyama que la historia termino
debido a la caída del socialismo, el avance de la tecnología y el imperio de la información y
la economía, entre otras cosas, con Vattimo se trata de una crítica al concepto lineal y
tendiente a la reconciliación del tiempo y con este de la historia.
Se trata finalmente de asumir que no hay sentido, que la historia no se encamina a ninguna
parte, que el futuro es hoy, allí se derrumba el sentido de lo moderno pues sus promesas
pierden significado para convertirse en “cuentos” en “fábulas” del absurdo y de la no
posibilidad. La modernidad esta muerta porque los grandes relatos que la mantenían son los
que la han condenado, nada es cierto, el universo navega en el mar de la entropía, en el
resquebrajamiento de un imaginario inalcanzable, una quimera del alquimista. Por otra
parte, los pensadores posmodernos, retomando distintas fuentes, afirman que esta
“disolución de la historia” obedece al fenómeno de que los hombres se han dado cuenta de
que no hay una historia sino muchas historias, la historia que conocemos no es más que
nuestra historia entre otras historias. (cfr. Vattimo, Gianni: 1995)
190
pensamientos y valores, esto es los discursos ordenadores de la realidad y las ideas sobre
esa realidad se han trastocado al perder su efectividad metarranativa en lo social.
Los que toman decisiones políticas intentan en palabras de Lyotard, adecuar esa variedad y
colocarla en situaciones de conmensurabilidad, es decir, a la disposición constante del
sistema. En ese sentido, la condición posmoderna vuelca, por un lado, el aumento de su
poder, y por otro, le permite a la sensibilidad humana convivir con las diferencias y, al
mismo tiempo fortalece nuestra capacidad para soportar lo conmensurable. (cfr. Lyotard,
Francois: 1993)
Otra advertencia es sobre el pos que acompaña a la palabra modernidad, el cual en muchas
ocasiones puede entenderse en el sentido de una época posterior a la moderna o
simplemente como un espacio dentro de la periodización histórica; de ahí la importancia
(para los posmodernos) de utilizar más bien la idea de “condición” antes que periodo, carga
significante que está precisamente en las antípodas del pensar posmoderno. (cfr. Vattimo,
Gianni: 1990) Así como una primera aproximarse puede decirse que la posmodernidad es el
folklore de la sociedad posindustrial.
La crítica que Lyotard y posteriormente Vattimo elaboran se vuelca sobre tres grandes
“historias” que, finalmente constituían los pilares principales de la modernidad. Estos tres
metarrelatos son: la idea de la historia, la idea del progreso y la irrupción de la sociedad de
la comunicación. La idea de la historia ha sucumbido -explica Vattimo- en tanto ha sido
vista por los hombres como un proceso lineal, como un proceso evolutivo que se ha
desenvuelto uniforme y unilateralmente.
Por otra parte, según Vattimo, la idea de progreso ha sido abandonada porque durante
varios siglos significó la esperanza de la realización de la civilización occidental hasta
culminar en la evidencia de su fracaso, es decir, la idea de progreso le ha negado al hombre
moderno la posibilidad de ver más allá de los avances de la ciencia, esto ha generado una
ausencia de toda crítica sustancial y consistente a favor de la emancipación de los hombres.
(cfr. Vattimo, Gianni: 1990)
Otro de los ejes en torno al cual gira la “nueva condición posmoderna” consiste en
despojarse de toda metafísica. Este esfuerzo que pide no asirse más a los principios
metafísicos se basa en un argumento: ya no es posible plantearse la emancipación y la
liberación del hombre a partir de un principio universal y absoluto.
191
La apuesta posmoderna va a favor de la diversidad de principios; esto es, una vez que ha
caducado la idea de una racionalidad central que gobierna la historia, la cultura y que
gobierna en todas las manifestaciones de la vida humana, el mundo de la comunicación se
presenta como una “multiplicidad de racionalidades” locales, con su propia organización y
estructura que rebasa toda manifestación irracional espontánea.
La superación de la metafísica -dice Vattimo- no podría ser posible sino hasta que se haya
dado un verdadero debilitamiento del ser, entendido como lo estable, como lo inamovible y
que está regido por estructuras estables que llevan a la búsqueda constante del
“fundamento”. (cfr. Vattimo, Gianni:1995)
Con todo y esto, es preciso señalar que Vattimo expresa una diferencia con Lyotard.
Vattimo piensa que si bien la modernidad se encuentra agotada, no es posible abandonar
por completo todas las metahistorias o narraciones de occidente: “las grandes narraciones
legitimantes, la filosofía de la historia, no han pasado y desaparecido del todo como quería
Lyotard; se han vuelto problemáticas, pero así y todo, constituyen todavía el único
contenido de nuestro pensamiento y de nuestra cultura”. (Mardones, J. en Vattimo: 1990)
El pensar posmoderno teje una comprensión, según la cual, en las sociedades de masas se
genera el advenimiento y la expansión de las redes de medios de comunicación masiva, hoy
con capacidades ampliadas gracias a los desarrollos tecnológicos que permiten los paquetes
multimedia, la colaboración de satélites, los ambientes sintéticos y el internet, por citar
algunos. (cfr. Vattimo, Gianni: 1990)
192
b) Que estos medios no contribuyen a la formación de una sociedad más
conciente de sí, en cambio la caracterizan como una sociedad más compleja
y caótica.
c) Que precisamente en este relativo caos residen las esperanzas (de los
posmodernos) para la emancipación de la humanidad. (cfr: Vattimo, Gianni:
1990)
Como se menciono líneas arriba, autores como Vattimo consideran entre los elementos
fundantes de la posmodernidad más importantes, a los medios de comunicación masiva:
son fundacionales y causa determinante de la disolución de los grandes relatos. Este autor y
otros considerados a sí mismos como posmodernos, afirman que los medios de
comunicación, al contrario de generar una homologación en las formas de ser y de pensar
de los sujetos, o provocar un fenómeno de estereotipación generalizada dentro de la
sociedad, han producido por el contrario, la multiplicación y diversificación de las
concepciones del mundo. Los medios de comunicación, al ser vehículos de mensajes
multisignificantes, provocan en los receptores efectos que van en diferentes sentidos debido
a la carga significante con la que está dotado el sujeto, generando así la pluralidad de las
visiones de la realidad y del mundo de la vida.
Para los estudiosos que sostienen la idea de posmodernidad, lo que existe en el mundo o
mundos posibles de ser imaginados, resulta en términos estéticos y retóricos, objeto de
comunicación o comunicación en sí misma. Esto se debe a una estructura social en donde
la mayoría de los fenómenos obedecen a una lógica de mercado. La lógica del mercado de
la información hace que todo devenga en objeto de la comunicación.
Por lo anterior, tal concepción ampliada de la comunicación permite una posibilidad real de
emancipación porque en lugar de proponerse un ideal emancipatorio modelado sobre el
despliegue de la autoconciencia o sobre la conciencia perfecta de quien sabe cómo están y
cómo deben ser las cosas en el mundo (Vattimo hace referencia a la concepción del
193
“espíritu absoluto” de Hegel o al hombre liberado de la ideología de Marx), se abre camino
más bien a un ideal de emancipación que tiene como base la ya mencionada pluralidad.
Aquí es necesario apuntar que en la llamada “posmodernidad”, como en todas las corrientes
y principios de pensamiento existen puntos comunes en lo expresado por autores que son
adscritos o se autoadscriben a la corriente en cuestión, no obstante, entre los mismos
autores existen diferencias.
Lyotard ha ubicado la problemática dentro de las transformaciones que, a partir del empleo
de herramientas nuevas en la producción y en la transmisión del saber, ha sufrido la ciencia
y la filosofía. La relación antigua entre proveedores y usuarios del conocimiento pierde su
razón de ser (su razón en sí misma). En el momento en que el saber es producido para ser
vendido, ha perdido por completo su valor de uso, ha dejado de ser en sí mismo su propio
fin. El conocimiento ha sido “empaquetado” , sujeto a diferentes codificaciones, distribuido
vía discos, DVD, internet, entre otros soportes técnicos y puesto a operar en realidades
virtuales.
194
En su obra, Lyotard introducía una problemática que no ha dejado extenderse sobre la
jerarquía del saber y los procesos que afectan a los modos de pensar, de enseñar y tratar la
información en la era de la digitalización del signo y de la nueva alianza entre el sonido, la
imagen y el texto. Lo atestigua la gestión de Pierre Lèvy, quien apostando por la
emergencia de nuevos modos de escritura supeditados a la “plasticidad numérica”, pone sus
esperanzas en el advenimiento de una “inteligencia colectiva” gracias a las “autopistas de la
información” de la era posmedios de comunicación, que se convierten en los soportes de
una última utopía de la comunicación, la de la “democracia en tiempo real”. (cfr. Lèvy,
Pierre: 2004) Otros con mayor distancia crítica se dedican a dibujar una nueva economía
política de la inteligencia, reflexionando sobre las consecuencias del razonamiento del lazo
entre las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y las nuevas tecnologías
intelectuales, por ejemplo en el campo de la formación y la organización del trabajo. (cfr.
Girsic: 1994)
Existe otro autor, Règis Debray, cuyo proyecto en Francia es fundar una “mediología
general”. Su análisis de lo intelectual en su función de transmitir, su función de oficiante de
los aparatos de transmisión ha constituido el punto de partida de este enfoque mediológico,
que pretende establecer una correlación sistemática entre, por una parte, las actividades
simbólicas: ideologías, política, cultura y, por otra, las formas de organización, los sistemas
de autoridad inducidos por talo cual modo de producción, de archivo y transmisión de la
información. Retoma las intuiciones de Marshell McLuhan, quien ha contribuido
poderosamente a quebrar un postulado heredado de la cultura del “hombre tipográfico”, el
de la prioridad del contenido sobre la forma, insistiendo en el hecho de que el propio medio
determina el carácter de lo que se comunica y conduce a un nuevo tipo de civilización.
Guardándose de exaltar un determinismo técnico el mediólogo quiere, ante todo, despejar
las determinaciones objetivas de los accesorios del pensamiento. (cfr. Debray, Règis: 2001)
Pensadores como Paul Virilo, Gianni Vattimo o Jean Baudrillard ponen en duda la
posibilidad de utilizar los medios de comunicación con fines convenientes. Los escritos de
Varili marcan su desafío con respecto a la posibilidad misma de una teoría de la tecnología.
Es la aceleración de los cambos que experimenta esta última lo que motiva un pensamiento
que él sitúa bajo el signo de una “dromología” (de dromos, velocidad). Una aceleración
inversamente proporcional a la inercia que se convierte en el horizonte de la actividad
humana. Lo que hasta ahora parecía el signo de la desventaja y de la invalidez (incapacidad
de moverse para actuar) se convierte en el símbolo de progreso y de dominio del medio. La
inercia domiciliaria, el confinamiento doméstico a través del complejo de pantallas que
permite hacerlo todo en casa, son la otra cara de la búsqueda de la ubicuidad, de la
instantaneidad y de la recepción. Lo que se pierde es el sentido de la duración del tiempo, el
movimiento del cuerpo y también la vida social. Dice Virilo, cuando ya no hay tiempo para
compartir, no hay democracia posible. (cfr. Virilo, Paul: 1999)
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La idea de comunicación y de transparencia ha acompañado la creencia de la Ilustración en
el progreso social y la emancipación de los individuos. Hoy esta idea es sospechosa: la
comunicación es víctima de un exceso de comunicación (Baudrillard). Ese exceso de
comunicación ha producido la implosión del sentido, la pérdida de lo real, el reino de los
simulacros. Para el filósofo italiano Gianni Vattimo, ya lo hemos expuesto, la sociedad de
los medios de comunicación está lejos de ser más ilustrada, más educada, más conciente de
sí. En cambio es más compleja, incluso más caótica, y nuestras esperanzas de emancipación
residen en ese caos relativo. Ya no hay historia, no hay realidad ni verdad. El mundo de la
comunicación estalla con el empuje de una multiplicidad de racionalidades locales, étnicas,
sexuales, religiosas. Y esta liberación de las diversidades es tal vez la:
Oportunidad de una nueva manera de ser (¿por fin?) humano. (En la sociedad
mediática) en lugar de un ideal emancipador moldeado sobre la autoconciencia
desarrollada, sobre el perfecto discernimiento del hombre que sabe cómo suceden
las cosas… Se instaura un ideal de emancipación basado más bien en la
oscilación, la pluralidad y, en definitiva en la erosión del propio “principio de
realidad”. (Vattimo, Gianni: 1994:72)
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Las propuestas posmodernas sobre la comunicación pueden resumirse como sigue:
Como señala Mardones, hoy la ciencia se debate en la encrucijada establecida por los
posmodernos, que también intentan realizar una severa crítica al proyecto ilustrado y que ve
en los proyectos de universalización la posibilidad de la coerción y la disciplina
generalizada (como ha sucedido en el caso soviético); y se encuentra también un nuevo
grupo de pensadores “neoilustrados”, cuya tendencia critica se dirige igualmente a la razón
ilustrada, pero que teme de la posmodernidad la negación y la traición al proyecto moderno
de la ilustración, así como una práctica al parecer neoconservadora.
En esta línea el mismo autor -Mardones- se pregunta ¿cuáles son las razones que avalan a
los teóricos críticos para tachar de neoconservadores a los posmodernos? Y ¿qué se
encuentra en realidad en el fondo de esta disputa entre posmodernos y neoilustrados? La
respuesta la proporciona el mismo Mardones:
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comportamiento y una praxis con pretensiones humanas, justas, racionales y
universales. Es decir, si tenemos la capacidad para distinguir y criticar la
libertad de la tiranía, la falsedad de la verdad, lo justo de lo injusto o estamos sin
razones ante la opresión de los poderosos o el poder existente. (Mardones, J.:
1990:21)
Vattimo por su parte, dice que ante la tendencia objetivante y positivante del pensamiento
es necesario un adelgazamiento del sujeto, un debilitamiento del sujeto para que pueda
acceder “al poder auroral” (Nietzche) de lo puramente nuevo, a la fruición y al goce de todo
aquello que nos pone en las manos la vida. Vattimo lleva a cabo una inversión lógica
peligrosa, en la cual rehuye el debate acerca del ser para instalarse sobre la categoría de
existencia.
El riesgo que Mardones señala es que con una estatización general de la vida y con un
debilitamiento del sujeto lo que puede suceder es el arribo de un sujeto tan débil y
desmesurado que no tenga la capacidad para recordar la barbarie y a los reventados de la
historia. Este tipo de sujeto no puede percibir la dureza de la vida, así se instalaría un sujeto
sin pasión por el sufrimiento de la humanidad y sin moral.
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La postura posmoderna internamente supone el olvido de principios éticos universales, sin
considerar que finalmente la pretensión de universalizar valores éticos no determina el
contenido de la norma ética. Los posmodernos no contemplan que debe haber un principio
que hoy permita decirle a un “skinhead”, con respecto a las salvajes golpizas que le propina
a los turcos y a los judíos, que hay algo dentro de los seres humanos capaz de condenar y
rechazar tales actos.
Sin llegar al dictado de que el ser es, está, es bueno y es uno, resulta necesario reconocer
algún principio ético por el cual el valor de la vida en el drama humano sea la misma de
toda la existencia.
Los llamados posmodernos no consideran tampoco que en el mundo de los hombres existen
dos instancias inseparables: la razón y la pasión. Ambas rigen y mueven el comportamiento
de los seres humanos y, como ya lo avizoraba Russell desde mediados del siglo pasado, los
fines por los que el hombre actúa generalmente son producto del deseo, de la parte de
“sentido” que habita en los sujetos y, la elección de los medios para alcanzar esos fines, esa
sí que esta determinada (la mayoría de las veces) racionalmente.
Así, puesto que la razón y la pasión actúan (aún no se sabe en que proporción) la una al
lado siempre de la otra, es necesaria la existencia de la ética. Ese “metarrelato
universalizante” -como dirían los posmodernos- no puede ser fugado del mundo y sus
historias. “La ética y los códigos morales les son necesarios al hombre a causa del conflicto
entre inteligencia y el impulso. Si sólo hubiera inteligencia o sólo impulso no habría lugar
para la ética. (Russell, Bertrend: 1976: 16)
¿Porqué acentuar de manera tan radical el problema de la ética? Porque hoy es necesario
ante una memoria instalada en su fragilidad, retomar el sentimiento trágico de la vida
(Unamuno) sentimiento que conduce necesariamente al imperativo categórico. Se trata del
imperativo en que la libertad sea el fundamento (Heidegger) y que a la vez asimile de sí la
problemática moderna sin representar una negación del principio fundamental de la razón.
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En efecto, ese imperativo categórico consiste en el llamado que siguiendo a Adorno hace
Habermas: ¡Qué Auschwitz no se repita! Eso es lo que está en juego en los inicios de este
milenio y no es un juego. En el seguimiento de una “nueva condición”, no debe
abandonarse la metafísica, la poética y la filosofía para sustituirlas por la retórica, ni evadir
el fundamento universal que permita construir una sociedad armónica en su conflictualidad.
Retomando a Horkheimer, “Para que hoy la moral tenga razón de ser tiene que estar
habitada por la compasión” (citado en Mardones, J.: 1990: 37), ese valor al que Russell
calificó de emoción que nunca puede ser al menos ni cruel ni destructiva. (Russell,
Bertrand: 1976: 11)
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