“UN ANSIA INFINITA

DE CARICIAS”

Revista de educación física

Silvia Hernández Bolinches

“La mujer es un ansia infinita de
caricias.”

Antonio Machado
¿Únicamente las mujeres son las únicas
capaces de buscar o regalar caricias?
¿Que pasa con los hombres?,¿Pueden
hacerlo también?
Phyllis Davis sostiene que todos
somos sensibles a las caricias y
que en nuestra cultura confundimos
deseo con afecto y sexualidad con
amor...
Hacia mediados del siglo XX aún
moría un 15% de bebés a los que
desaconsejaban tocar en exceso
pues se creía que esto malcriaría al
niño.
Es posible expresar amor
sin corromper, y podemos
tocar sin contribuir -desde
la mas tierna infancia- a
fomentar el complejo de
Edipo.
Complejo de Edipo: Según la Teoría
Psicoanalítica de Sigmund Freud, el complejo
de Edipo designa una etapa del desarrollo
sexual, entre los 3 y 5 años, que es revivido
nuevamente durante la pubertad.
El hecho de que Machado empleara la
frase citada al comienzo revela la
capacidad inagotable de la mujer para
el goce, a la par que no focaliza el
placer en una determinada parte del
cuerpo, tendencia en la que si cae el
hombre y por razones culturales: si no
puedes llorar porque eso te haría
menos macho ¿cómo te dejarías
acariciar y a su vez acariciar por pura
diversión?
Phyllis Davis nos demuestra que muchas
patologías y violencias proceden de una falta
de caricias. Por ejemplo, acariciar a un
anciano puede prolongar su vida ofreciéndole
ese sentimiento que todavía mantiene, el
afecto..
La alegría de compartir, de ser tocado por
otros sin más interés que el de disfrutar de
calor humano nos sobrecoge, aunque en
nuestro interior sabemos que necesitamos
alguna caricia que demuestre que no
estamos solos o aislados.
Por tanto hay que confiar en la
generosidad de aquel o aquella que nos
ofrezca una caricia para poder disfrutar
de un infinito mas simple al alcance de
las manos.
Ningún mal hay en ello cuando
nada malo haya en nosotros.
Puedo decir en mi opinión que nada sobra
en una señal de cariño: un beso, un
abrazo, una caricia, un gesto que te haga
sentir querido, que te haga ver que no
estas solo y que hay gente que te quiere,
que te apoya, que te ofrece su mano...

No escatimes en ofrecer cariño, piensa que

quizá mañana no se lo puedas mostrar a
las personas que más quieres, no digo que
les digas todos los días que les quieres,
pero sí que se lo demuestres.