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4. Tratado de cicatrices (Calambur, 2006) 5.

La hora azul (Visor, 2007)


El volumen, compuesto de 35 poemas, está dividido en
NOSTALGIA DE LOS CUERPOS tres partes bien diferenciadas: Las horas, Los lugares y Las
ENCUENTROS
excusas. En cuanto al título, confiesa la autora que «el azul LITERARIOS
Tienen algunos cuerpos la cualidad del agua. es mi color favorito y se refiere a las horas más importantes
Como ella, transparentes o turbios se deslizan de mi vida».
suaves pero imparables. Van dejando sus rastros,
como una huella húmeda, en los huecos DE LA SED
más descubiertos de nuestra memoria, Quitadme incluso el mar;
en las grietas del alma, y acomodan incluso el apretado cauce de los arroyos,
sus perfiles, olores y cadencias las acequias ruidosas de insectos, los estanques
donde queda un resquicio de nostalgia. donde los peces muerden la soledad del agua;
quitadme la tormenta,
los carriles de lluvia resbalando en el vidrio,
SEPTIEMBRE (II) el rocío que preña de gotas los jarales,
la humedad de la noche lastimando los trigos.
Alguna vez el mundo olvida sus fronteras Quitadme incluso el mar.
y en un lugar del Sur el otoño establece
una estampa de fríos y nórdicos países. (La única sed que temo es la sed de su boca.)

NO HAY EDAD FAVORABLE


Una música extraña, la lluvia, la tristeza
han descubierto en medio de una plaza mojada
apetecible asilo donde asentar sus reinos. No hay edad favorable
para el amor: todas le son contrarias,
porque el dolor no cuadra en ningún tiempo
Y esta mesa en que sorbo un café con desgana,
ni contenta la angustia a cuerpo alguno.
donde te echo de menos con absurda insistencia
Huiré de tu mirada y del incendio
-ah tu voz, tu sonrisa, la trampa de tu boca-
que causas, de la muerte y la locura,
es la lejana isla o un pozo entre la hierba,
mientras me queden fuerzas. No merezco
en tanto tú, nereida del mediodía, esquiva, tanta desolación.
sabrá Dios qué otros mares más templados transitas, Hágase el día.
qué olas ciñen y asedian tu cuerpo de sirena,
MIENTE UN SUEÑO
y si en este desorden podré un día encontrarte.
Miente un sueño el amor, y casi siempre
EL DORMIDO PRETÉRITO Y PLUSCUAMPERFECTO acierta a conmoverte con sus brumas;
una mentira altísima, una imagen
Devuélvete a tu pura adorable te ofrece; tú sospechas
silueta de dormido, que no es cierto: no existen sino sombras,
a tus piernas perfectas recogidas, humo y temblor. Escrito sobre el agua,
a tu gesto inocente el nombre amado dura lo que un soplo.
rendido en la almohada,
Pero es tan dulce entrecerrar los ojos,
a las horas de siesta en que te hallabas
hacer como que crees y entregarte.
al alcance de mis ensoñaciones.
Devuélveme a ese niño ME HUELES DIFERENTE
que a solas descubrí tras la vigilia,
devuélveme tus párpados, quisiera Me hueles diferente cada vez que te pienso.
Hoy me has olido a enredadera
ANTOLOGÍA POÉTICA
contemplarte de nuevo, ahora te comprendo.
Y ha crecido tu nombre, veraz y vigoroso,
Para apoyarse en mí JOSEFA PARRA RAMOS
Como un muro
1. ELOGIO A LA MALA YERBA (Visor, 1996) 2. GEOGRAFÍA CARNAL (Diputación de Cádiz, 1997) El recuerdo y sus malas jugadas

“La autora nos ofrece una perspectiva múltiple y amplia, no Has cambiado otra vez el curso de los ríos… El recuerdo me impide dejar atrás tu rostro
tanto en lo material como en lo ideológico, del mundo y la bellísimo, y tu boca donde el mundo se abre
cultura. Partiendo de una amorosa contemplación, pretende Has cambiado otra vez el curso de los ríos como un cáliz profano.
comunicar cuánto de hermoso, cuánto de valioso y digno y has hecho trasladarse todas las cordilleras Si la memoria no fuese tan terca,
tienen los personajes y actitudes que ha captado, incluso ( o con sólo la mirada de tus ojos de escarcha yo te habría vencido.
quizá más aún) aquellos que se consideran fuera de norma. y el roce de tus dedos sobre los mapamundis. Pero el recuerdo es áspero enemigo:
Prostitutas y filósofos, necrófagos y juerguistas, caínes y Señor de los amores y de la geografía, es fuerte como fuerte la desdicha,
espirituales serenamente por estos poemas”. grandísimo truhán y Todopoderoso como fuerte el amor. Y aún en mis manos
inconsciente, ahora tienes que rescribir los libros la huella de las tuyas se dibuja
La infidelidad irremediable con dulzura tenaz,
y en mi cuerpo desnudo
es tu deber marcar de nuevo las fronteras. si por unos momentos el vino o la añoranza
Si, al final, me hacen pensar en ti.
ha de comer la tierra tus delicados huesos,
3. ALCOBA DEL AGUA (Quórum, 2002)
y ha de dormir tu boca como una orquídea tierna
debajo de raíces y lianas, qué importa “(En el libro se) construye un mundo donde lo clásico y lo actual Cosas que no tendremos
que estés tan descubierto y accesible, van de la mano, pasando por su particular filtro y donde el amor
que encauces tu saliva en otros surcos, es, ante todo, pasión. Leer a Pepa Parra es adentrarse en un Cosas que no tendremos:
que te des a pedazos cada noche universo en el que priman las sensaciones intensas que sacuden
como Profana, y Cruel, y Santa Forma. desde dentro, y nos dejan en herencia el sabor de la melancolía, Las mañanas de abril largas de amor y sueño.
Si, al final, el dolor, pero también el haber amado y disfrutado”. Las tardes de noviembre con lluvia interminable.
has de ser a despecho de tu carne radiante Las noches del verano tercamente estrelladas.
y de todo el deseo con que te he coronado Te explico la diferencia Todas las madrugadas dulcísimas de otoño.
espléndido despojo que posea la muerte...
Puedo pasar la vida Cosas que me he perdido:
contando los exactos lunares de tu vientre,
Poemas prohibidos II siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando No sabré del sabor de tu boca dormida.
tus fantasmas; si quieres, siéndome un poco tú. No acunaré a tus hijos. No beberé tu vino.
Lo innominado Puedo pasar la vida. No lloraré contigo viendo ningún ocaso.
Pero vivir, amor, es mucho más que eso; No me amanecerá tu vientre entre las sábanas.
es crecer y dormir y envejecer contigo,
Lo sabíamos ambos, reñir y bromear, y no vernos a veces, Tengo todo un tesoro de lagunas y ausencias,
por eso era superfluo repetirlo -también eso o vernos como extraños alguna madrugada. un muestrario completo de páginas en blanco.
sabíamos-, Es la recia costumbre que de pronto fulgura
aunque a veces la noche se encarnizara en darnos con una hermosa lumbre de pasión y demencia. Buenos días, tristeza
las palabras más bellas, por si acaso crecían.
Esas veces que faltaba un mal minuto De los sueños A veces llega la tristeza. Trae
para que hubiese chispas rodando por el suelo, las alas suaves de conformidades,
y había que apartar los ojos, y amarrarse ¿Qué dirías si hoy te invitara a mis sueños? los ojos bajos y la piel desnuda,
los lazos casi sueltos de la triste cordura. Tus labios de manzana y parece tan fácil entregarse,
Porque también sabíamos que era cosa de locos, sobre la piel golosa de mis ingles despojarse, poner bajo sus plantas
desvarío extremado (aunque, sí, delicioso) toda la noche -di, ¿qué pensarías?-, el reino, los poderes y las armas,
y que era necesario extirparlo de golpe, tu saliva frutal levemente aromando el amor sobre todo, y esos últimos
o sacarle los ojos, o cortarle las manos, el hambriento contorno de mi vientre... retales que nos quedan de alegría.
para que no saliese Qué cosecha tan dulce A veces gana la tristeza; entonces,
a la luz y mostrase (semillas y caricias y extravíos) qué lujo de matices su victoria,
su inocencia perfecta, que no iba a entender nadie. para un mundo sin sol. qué fasto de sus grises y sus pardos
Dime, ¿no acudirías ocupándolo todo.
si también esta noche te convoco a mis sueños?

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