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Francisco de Quevedo.
Esperanza Toral
Con su dominio del Golfo de México, Veracruz fue, si no la primera, sí la región de más
profundo e intenso contacto entre los primeros españoles y los antiguos mexicanos. Se
convirtió en una zona privilegiada para el mestizaje físico y cultural. Maíz, frijol y chile,
local. Sólo que es preciso mencionar que la calidad y variedad de estos tres alimentos
importantes. Se unen de maravilla platillos que son herencia indígena, española, negra,
árabe y a los que con el paso de los siglos se les ha agregado el particular “sazón” de
macho, la yuca o el coco. Panes, postres y dulces son fina muestra de un arte culinario
al que se incorporan las exuberantes frutas que se cultivan con particular cuidado y éxito
de la dieta de los nahuas y popolucas. Las frutas que actualmente se consiguen son la
luego, el nanche. Los antiguos mexicanos de la zona del Golfo, le decían: “nan-chin”,
Quizá uno de los escritos más antiguos, posterior a las cartas y relaciones que
(…)Y de frutos silvestres se da una especie que nombran pitahaya, encarnada y amarilla del
tamaño de un aguacate mediano, dulces y gustosas, que por frescas aprovechan y se cosechan
por septiembre. También hay mucho árbol silvestre, de madera muy fuerte y altura igual a la
palma, y da una fruta como de la avellana, agridulce como el tamarindo, que se da por junio.
Y otro árbol mediano nombrado nanche, que da una fruta amarilla y dulce, menor que la
aceituna, pero de completo redonda, encarnada y de pulpa muy blanca.
Hay muchas piñas y una especie de fruta anteada y dulce, semejante al melón aunque
más pequeña, a la que nombran papaya. Y también se dan buenos melones y caña de azúcar, de
que hacen panela y melado.
En esta región hay mucha naranja dulce, hay mucha lima y limones. Y otra especie de
fruta semejante a la chirimoya nombrada anona, muy dulce, blanca y morada que se cosechan
por junio. Y muchas palmas de coco que se cosechan en todo el año (…).
El árbol de nanche, abuelo de madera recia, juega con los niños y canta su música
verde y en esferas, desde la cima de su fronda. El viejo sabio desinfecta las heridas, cura
el empacho y los resfriados, baja las fiebres y desaparece las dolencias estomacales.
También ofrece agua fresca, bolis, nieve, dulces, compotas y mermelada, y con los
adultos brinda y les desea salud. A las señoras les desinflama los ovarios y les facilita el
parto.
A. Carrillo. Otro ejemplo es Loma del Nanche, en Cotaxtla y, desde luego, Nanchital de
resuelto en gozo, es una gota de sol que embriaga las papilas de la noche, cuando la
semillas han bebido tanto que duermen su borrachera hasta el fondo de la botella. El
más tacto.
El licor de nanche es luz de ámbar que lubrica la garganta, para que ardan en
llamas las palabras y acalorados los labios se desnuden. Los ojos ahora son de azúcar
sensorialmente, pues sacia la sed de espíritu, la gula del olfato, la curiosidad del tacto, el