La desfibrilación es un procedimiento de emergencia y es la única terapia
efectiva para el manejo de la fibrilación ventricular. La desfibrilación eléctrica libera corriente en gran cantidad al miocardio, despolarizándolo y terminando la fibrilación ventricular y otras arritmias. La desfibrilación eléctrica no es más que la despolarización masiva del miocardio con el fin de producir por un instante una homogeneidad eléctrica cardiaca que lleve a la reanudación de un ciclo normal, como respuesta del automatismo.
Un desfibrilador es un aparato que suministra un choque eléctrico en forma
controlada, permitiendo al operador seleccionar una corriente variable en el momento oportuno, de acuerdo con la condición del paciente.
La fibrilación es la forma más importante de paro cardiaco si se tiene en
cuenta que aproximadamente el 80% de los adultos con paros no traumáticos se encuentran en esta situación. En los niños la fibrilación es un evento menos común, lo cual se cree debido principalmente al tamaño cardiaco, ya que estudios en animales comprueban que se requiere una masa miocárdica crítica para mantener activa la arritmia.
Desde el punto de vista pronóstico, la fibrilación ventricular es la forma
menos grave de paro cardiaco, ya que si se logra instaurar un tratamiento en el primer minuto, la tasa de sobrevida puede ser mayor del 90%; por cada minuto de retraso en la desfibrilación la sobrevida disminuye aproximadamente en 10%.
Desde el punto de vista clínico, la fibrilación ventricular tiene iguales
repercusiones negativas sobre la perfusión y la oxigenación que las otras formas de paro, ya que esa pobre actividad eléctrica del corazón no se traduce en efecto mecánico; por lo tanto, todas las medidas complementarias de la terapia eléctrica que son comunes a cualquier forma de paro cardiaco se deben realizar en estos casos.
Como cualquier otra fuente de energía eléctrica, un desfibrilador posee dos
terminales denominadas paletas o electrodos, las cuales tienen una polaridad definida y son el sitio de contacto eléctrico entre el aparato y el paciente, o sea el elemento de entrega de la energía de desfibrilación. El mecanismo por el cual el desfibrilador almacena una energía eléctrica consta de unos elementos denominados condensadores, los cuales reciben corriente proveniente de unas baterías que a su vez permanecen cargadas de electricidad mediante la alimentación permanente de la corriente alterna. Cuando el operador carga el desfibrilador, los condensadores se “llenan” de electricidad y la mantienen disponible hasta descargarla en el paciente una vez se accione el botón de mando adecuado.
Los desfibriladores son realmente seguros para el operador y para el
paciente, siempre y cuando se usen de acuerdo con las instrucciones del fabricante y se apliquen las normas generales para la terapia eléctrica.
En lo referente al paciente, éste debe estar completamente aislado de un
contacto a tierra tal como un elemento metálico de la cama o camilla, ya que esto no sólo desvía la corriente de descarga haciéndola menos efectiva, sino que puede producir una quemadura en el sitio de contacto. De la misma forma, es recomendable retirar cualquier elemento metálico del paciente (cadenas, relojes, anillos, etc.) antes de la desfibrilación.
En cuanto al operador, el contacto con las paletas no es peligroso, aun
después de la carga del desfibrilador, porque la energía solamente se libera una vez se accione el comando específico para este fin. Algunos desfibriladores se descargan internamente al cabo de 30 segundos de la orden de carga, lo cual aumenta más la seguridad del equipo. Esta descarga interna no ofrece riesgo para el operador. Una vez separado del paciente e inmediatamente antes de accionar los botones de descarga, el operador debe advertirlo en voz alta, con el fin de que el resto del personal suspenda temporalmente cualquier procedimiento en el paciente.
Los reportes de accidentes del personal indican que generalmente son de
mínimas consecuencias, aunque se debe tener en cuenta que además de la sensación muy desagradable, existe el riesgo inherente a cualquier accidente eléctrico como arritmias, asistolia o paro respiratorio.
Para mantener plenamente operativo el desfibrilador, debe tenerse
presente:
Tenerlo conectado permanentemente a la corriente alterna, ya que
con esto se garantiza la carga continua de las baterías de corriente continua, con las cuales realmente funciona el equipo
Realizar rutinariamente la prueba de la energía de descarga del
desfibrilador, para lo cual cada equipo cuenta con un sistema de evaluación que permite verificar la correlación entre la energía seleccionada y la suministrada por el equipo. Para esto se carga el aparato con una energía determinada y se descarga sobre el mismo equipo, generalmente sobre unas placas metálicas, registrándose en la pantalla el valor real de la energía liberada. Esta prueba se debe realizar al menos cada 24 horas
Las paletas se colocan en el tórax del paciente, de modo que la línea
imaginaria que las una atraviese el corazón y que la distancia entre las mismas sea al menos de 10 cm, con el objeto de optimizar la corriente de desfibrilación.
La dosis inicial de desfibrilación en un adulto con fibrilación ventricular o
taquicardia ventricular sin pulso es de 200 joules. La respuesta debe ser inmediata; de lo contrario, se aplica una segunda dosis con 200 ó 300. La tercera y subsiguientes descargas se deben hacer con 360 joules.
En la población pediátrica la fibrilación ventricular como causa inicial de
paro cardiaco es un evento relativamente infrecuente (menos del 15% de todos los paros); sin embargo, ante la presencia de esta arritmia la desfibrilación eléctrica tiene la misma importancia que en el paciente adulto; a diferencia de este último, en el niño la energía de desfibrilación se calcula de acuerdo con su peso; la dosis inicial recomendada en niños menores de 8 años es de 1-2 joules por kilo de peso, las siguientes descargas en caso de ser necesarias deben ser de 3-4 joules por kilo de peso. En niños mayores de 8 años se utilizan los mismos protocolos del adulto.
En la embarazada se utilizan los mismos protocolos de desfibrilación, ya
que está demostrado que la energía que logra alcanzar al feto es insignificante y no ofrece ningún riesgo para el mismo; además, en estos casos es prioritario solucionar el problema de la madre.
En el paciente hipotérmico la respuesta a la desfibrilación puede ser muy
pobre, más aún cuando la temperatura por debajo de los 28 grados centígrados produce fibrilación ventricular espontánea. Ante el paciente hipotérmico y en fibrilación ventricular se debe proceder de igual forma que en los otros casos, pero si luego de la tercera descarga no hay respuesta adecuada, se debe calentar al paciente hasta un mínimo de 30 grados centígrados antes de intentar una nueva desfibrilación.
En casos de desfibrilación directa sobre el corazón (tórax abierto), las dosis
se reducen al rango entre 5 y 15 joules, porque en esta situación se ha eliminado por completo la impedancia torácica; para esto se deben utilizar electrodos especiales
Los desfibriladores automáticos o semiautomáticos externos facilitan la
aplicación de la terapia eléctrica por el público general en el propio sitio del paro cardiaco. En los países desarrollados estos aparatos están disponibles al público en estadios, centros comerciales, aeropuertos, estaciones de metro, etc. El funcionamiento de estos equipos se basa en la incorporación de un sistema identificador de ritmos cardiacos con una alta sensibilidad y especificidad, que permite la aplicación de la descarga eléctrica una vez que el aparato autorice al operador (desfibrilador semiautomático), o aplicándola sin la mediación de un operador (desfibrilador automático).
Otra innovación tecnológica de estos equipos es la onda bifásica de
desfibrilación, o sea que la corriente eléctrica viaja en dos direcciones entre los dos electrodos (en los desfibriladores convencionales la onda es monofásica, esto es en una sola dirección), lo que le permite ser más efectiva y por lo tanto utilizar menor energía (150 a 175 joules). La utilización de estos aparatos sólo requiere un mínimo entrenamiento previo y su uso se facilita porque el operador sólo debe encender el equipo, conectar los dos electrodos adhesivos en el tórax del paciente, activar el analizador de ritmo y esperar la orden para activar la descarga del paciente (en los automáticos la descarga la hace el equipo sin acción del operador).
También se usa la aplicación de la terapia eléctrica para el manejo de
arritmias diferentes de la fibrilación ventricular, como el flutter auricular, fibrilación auricular, taquicardia paroxística supraventricular o taquicardia ventricular refractarias a tratamiento
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Protocolo de atención de enfermería en la preparación y administración dela
nutrición parenteral total en la unidad de terapia intensiva neonatal y pediátrica Dr. Manual Díaz Villegas / Protocol of infirmary attention in the preparation and administration of the nutrition total parenteral in the unit of therapy intensive neonatal and pediatric Dr. Manual Díaz Villegas. Fonte: La Paz; s.n; 2005. 84 p. tab, graf. Idioma: Es. Tese: Apresentada a Universidad Mayor de San Andrés. Facultad de Medicina, Enfermería, Nutrición y Tecnologia Médica para obtenção do grau de Especialista en Medicina Critica. Resumo: La elaboración del presente trabajo de i nvestigción está dirigido a la enfermeras profesionales para un mejor desempeño en el desarrollo de sus funciones respecto a la preparación y administración de la Nutrición Parenteral Total, por que en los pacientes críticamente enfermos se hace necesario identificar los requerimientos nutricionales. Nutrición como fenómeno biológico desempeña un rol fundamental en lo que concierne a la recuperación integral del paciente , además de fomentar su crecimieto y desarrollo por lo tanto su bienestar. La nutrición Parenteral Total se constituye en un recurso mediante el cual es posible administrar líquidos macro y micro nutrientes a través de una vena central, ya que su mecanismo de alimentación y tubo gastrointestinal en estos pacientes no son capaces de asimilar una nutrición adecuada para us necesidades metabólicasd, esta medida permite aportar los elemetos necesarios que no puedan ser administrados por otras vías y así satisfacer los requerimientos nutricionales en estado critico. Por lo tanto pretendemos unificar criterios para los diferentes procedimientos que guién el accionar de la enfermera en la preparación y administración de la Nutricion parenteral total por medio de un protocolo y de esta anera aporta con un grano de arena a la literatura Resumen de la presentación al 1º Seminario Nacional sobre Indicadores – Julio 2001 Pág. 1 Autor Dr. Galesio, A. Título Indicadores de Calidad en Cuidados Intensivos Los indicadores de calidad en Medicina Intensiva pueden ser clasificados como en cualquier otra área de servicios en aquellos que miden estándares de: 1. Estructura 2. Proceso 3. Resultados Los estándares e indicadores de estructura, entendiendo por tales diseño edilicio, recursos humanos y tecnológicos y descripción de la organización de las unidades de cuidados intensivos, han sido descriptos en las normas de categorización de unidades que la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva entregara oportunamente al Gobierno nacional y que fuera aprobada por resolución 318/2001 y publicada en el Boletín Oficial con fecha: 6 de Abril del 2001, dada la extensión de dichas normas, remitimos a dicha publicación a aquellos que se encuentren interesados en las mismas. Los indicadores de mayor utilidad son los que miden los resultados globales y algunos aspectos parciales pero trascendentes del proceso de atención. Entre ellos podemos citar: 1. Mortalidad referida al escore APACHE 2. Reinternaciones. 3. Incidencia de neumonía asociada al respirador. 4. Sepsis asociada a catéter endovenoso central. 5. Infección urinaria asociada a cateterización de la vejiga 6. Incidencia de escaras. 7. Horas de cuidados de enfermería por paciente día En la Unidad de Terapia Intensiva de Adultos del Hospital Italiano hemos utilizados estos indicadores, unidos a un sistema de categorización de pacientes y al cálculo del escore de TISS 28 para otorgar horas diarias de cuidados de enfermería. La monitorización continua de estos índices ha permitido introducir ciclos de mejora da la calidad que en general han permitido mejorar los resultados. Los indicadores de referencia son: 1. Categorización diaria de pacientes. Establece la complejidad de la población de pacientes internados. Responsable de la categorización y registro: Médico del plantel dedicado a la implementación del programa de control de calidad. Los pacientes son clasificados en las siguientes categorías: a) Críticos: Necesitan el sostén de por lo menos un órgano para sobrevivir. b) Críticos Prolongados: Igual al punto a) con mas de 72 horas de soporte de un órgano vital. c) Alto Riesgo: Paciente que no necesita de soporte vital, pero que por su comorbilidad o patología subyacente es de alto riesgo de que sufra la falla de un órgano vital. d) Monitoreo: Pacientes que requieren monitoreo continuo electrocardiográfico, de la saturación de oxigeno arterial por oximetría de pulso y/o capnografía. Resultado de Categorización para todo el año 2000: Categorización Días Camas % MONITOREO 1471 30.43% ALTO RIESGO 921 19.31% CRÍTICO 713 14.95% CRÍTICO PROLONGADO 1684 35.31% 2. Mortalidad de acuerdo a APACHE. Indica resultado global del proceso de atención frente a un outcome duro como es mortalidad. Mortalidad: 13.83% APACHE: 11.98. 3. Episodios de neumonía asociada al respirador por cada 1000 días pacientes ventilados. Indicador de mucha importancia que establece un resultado general del proceso de atención tanto médico como de enfermería en pacientes ventilados. Se halla relacionado a la complejidad de la patología que se recibe: Resumen de la presentación al 1º Seminario Nacional sobre Indicadores – Julio 2001 Pág. 2 Tasa año 1999: 11.85 episodios cada 1000 días pacientes ventilados. Tasa año 2000: 7.32 episodios cada 1000 días pacientes ventilados. Percentilo 90 del mismo indicador publicado por el CDC de EE.UU: 17.8 episodios cada 1000 días pacientes ventilados. 4. Episodios de infección por catéter asociado a la colocación de catéter venoso central por cada 1000 días pacientes cateterizados. Indicador que mide el resultado global del proceso de atención tanto medico como de enfermería en relación a los cuidados de prevención de infección: Tasa año 1999: 9.29 episodios cada 1000 días paciente con catéter venoso central. Tasa año 2000: 7.54 episodios cada 1000 días paciente. Paciente con catéter venoso central. Percentilo 90 del mismo indicador publicado por el CDC de EE.UU: 9.8 episodios cada 1000 días pacientes paciente con catéter venoso central. 5. Episodios de infección urinaria asociados a la colocación de sonda Foley por cada 1000 días pacientes cateterizados. Indica un resultado global del proceso de cuidado de enfermería: Tasa año 1999: 12.06 episodios cada 1000 días paciente con sonda. Tasa año 2000: 18 episodios cada 1000 días paciente con sonda. Percentilo 90 del mismo indicador publicado por el CDC de EE.UU: 10.7 episodios cada 1000 días pacientes paciente con sonda Foley. 6. Tasa de reinternaciones en porcentaje de pacientes dados de alta de la unidad. Indicador de resultado de la adecuación del alta medica del paciente. Debe ser relacionado a un escore de gravedad como el APACHE. Tasa de reinternaciones: 5.86% No hay un acuerdo internacional cierto respecto a este valor. 7. Provisión de horas de cuidados enfermería de acuerdo al escore de TISS (Therapeutic Intervention Score System). Indica complejidad del proceso de cuidado. Responsable del cálculo de cada paciente: Jefe del turno de enfermería correspondiente. Este escore utilizado universalmente desde 1983 fue utilizado en su versión simplificada de 28 ítem en nuestro servicio para calcular la necesidad de horas de cuidados de enfermería de acuerdo al siguiente esquema: a) Pacientes con escore de TISS ≤16 y categorizado como d monitoreo: 1 enfermera cada 4 pacientes: 6 hs. de cuidado de enfermería paciente día. b) Pacientes con escore de TISS 16 y ≤44: 1 enfermera cada 2 camas. 12 hs. de cuidado de enfermería paciente día. c) Pacientes con escore de TISS 44 o paciente trasplantado en ventilación mecánica o paciente en aislamiento por indicación de las normas del Comité de Infecciones: 1 enfermera por cama. 24 hs. de cuidado de enfermería paciente día. La media de cobertura de horas de cuidado de enfermería de nuestra unidad es 13.2 hs./paciente/día. La recomendación internacional es de 12/hs./paciente/día. Los indicadores presentados hasta este punto son universalmente aceptados. Casi todos ellos integran el Proyecto de Control de calidad de Atención de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva que se pondrá en practica en el curso de este año. Los indicadores 3, 4 y 5 se ajustan en el calculo por la técnica PRODE. Esta técnica que no se describe por falta de espacio es publicada por el CDC de EE.UU. Para mayor información consulte las otras referencias presentadas.