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Constitución y Derechos Humanos

Veinte años de Constitución y diez años de refundación1

Por
Rafael Rincón P.

El problema de fondo de los derechos humanos


no es tanto el de justificarlos como el de protegerlos, es
un problema no filosófico sino político.
―Norberto Bobbio―

La Mesa de Derechos Humanos y Convivencia de la Comuna Seis de


Medellín promueve este foro con el ánimo de motivar no sólo a la academia
sino principalmente a la ciudadanía a hacer una reflexión en torno a dos
ejes de la vida pública: la Constitución Política y los derechos humanos.

Lo hacemos conscientes del vigésimo aniversario de la promulgación de


una Constitución que consagró una amplia carta de derechos y un
conjunto de mecanismos y acciones constitucionales para su protección.

Hablar de Constitución hoy es retomar el hilo institucional que fijaron los


constituyentes del 91después de una pausa arbitraria de la cual parece
que estamos emergiendo. Pausa que lleva casi una década y en la que un
puñado de narcotraficantes y paramilitares, aliados con políticos
tradicionales tomaron la decisión de refundar al país. Refundación basada
en cuatro millones de personas desplazadas, persecuciones sindicales,
altos índices de desempleo, seis millones de hectáreas expoliadas y miles
de personas asesinadas por la simple razón de no aceptar el absolutismo y
oponerse a que se quebranten los valores democráticos.

Veinte años de Constitución y una década de refundación nos dejan un


balance que el líder de la propuesta arbitraria los asimila a tres huevitos:
la seguridad democrática, la inversión extranjera y la cohesión social. Lo
cierto es que la década de arbitrariedad nos deja inequidad que en la
Comuna Seis se traduce en niveles de desempleo del 65%; violencia, que
escoge a los jóvenes como sus principales víctimas; armamentismo, que se
erige como el símbolo del poder; droga, altos índices de consumo.

1
Palabras de apertura al Foro: Constitución y Derechos Humanos.
Hablar de Constitución en la Comuna Seis es una propuesta para que
gobernantes y gobernados, como extremos de la relación política,
conduzcan sus debates desde la apuesta común de ciudadanía
democrática y no orientados por el pragmatismo de la falsa seguridad, a
veces llamada democrática.

Evaluar nuestra Constitución desde los derechos humanos nos permite


situarnos en un debate amplio. Hoy los derechos humanos no son una
especialidad del conocimiento sino una no especialización, un saber de
todos. Desde muy diversos ángulos se reclama igualdad o se reclama
libertad.

Constitución y derechos humanos parecen dos temas para este foro, pero
realmente son solo uno con dos nombres. Cuando decimos Constitución
decimos derechos humanos y viceversa, cuando decimos derechos
humanos decimos Constitución.

Cuando nos referimos a la Constitución hablamos del poder del Estado y


el poder de los ciudadanos, más que de poder de las limitaciones al
ejercicio de éste, del imperio de la ley, de separación del poder, de
garantías de los derechos humanos, de gobierno de las leyes, de Estado de
Derecho. Hablar de Constitución es remontarnos al pensamiento platónico
que concibe la supremacía del gobierno de las leyes sobre el gobierno de
los hombres.

Organizamos un foro de derechos humanos para reafirmar que toda


persona tiene dignidad humana y que el Estado no es el que la otorga o
confiere sino el que la reconoce.

La Mesa de DD. HH. y Convivencia de la Comuna Seis de alguna manera


se propone llevar a cabo el ideario de los revolucionarios franceses cuando
en 1789 afirmaron: El objetivo de toda asociación política es la conservación
de los derechos fundamentales e imprescriptibles del hombre. En otra
palabras lo que el ideario liberal de los derechos humanos ha propugnado
es que el Estado esté al servicio del ciudadano y no éste al servicio del
Estado.

Sin embargo, no es un Estado de Derecho lo que más reclama la


ciudadanía, el clamor fundamental es el de un arraigo del Estado Social de
Derecho. Lo que la gente quiere no es tanto un Estado legal sino un
Estado justo, un Estado que le permita vivir dignamente, en ejercicio de la
autonomía, en condiciones materiales dignas, y en pleno goce de la
integridad física y espiritual.
El Estado de derecho urge de opciones constitucionales que impidan el
ejercicio arbitrario del poder, que eviten el ejercicio ilegal del mismo, pero
el Estado Social de Derecho urge de un proceso que concrete los derechos
sociales, que los tome como fundamentales, que garantice su exigibilidad y
su judicialidad, para que ellos no sean meros enunciados y retórica hueca.

En síntesis y de manera conclusiva la construcción de los derechos


humanos en la Comuna Seis son un proceso constitucional que pasa no
solamente por las declaraciones y los reconocimientos de los derechos
humanos sino por fijación de sus garantías y en particular por
establecimiento de las garantías de los derechos sociales.

Creemos que este foro y el proceso de la Mesa de DD. HH. hacen parte del
proceso constituyente iniciado hace dos décadas, un proceso que
reconoció la diversidad y se propuso como fundamento la dignidad
humana.

Medellín, 28 de febrero de 2011

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