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Fase de formación de la polis griega durante el siglo VII y ya en siglo VI fase de plena
expansión con la colonización mediterránea. Es una fase de ascenso cultural.
La Escuela de Creta es del s.VII y en ella destaca Dédalo, considerado el "inventor de la escultura"
porque se dice que es el primero en abrir los ojos y separar las piernas.
Cuerpo aplastado.
Pies y manos juntos y muy grandes, ambos pies apoyados en el suelo.
Cintura muy alta y marcada.
Caras demasiado geometrizadas, muy triangulares y con la frente ancha.
La Dama de Auxerre
Es pequeña, de algo más de medio metro. Conserva muy pocos restos de la policromía. Está muy
trabajada, especialmente la túnica. Viste el chitón recogido en la cintura con un gran cinturón muy
elaborado. La falda aunque es lisa, lleva una decoración formando cenefas, dando muestras de la
laboriosidad del borde. Por detrás no hay decoración, sino que se cubre con un pequeño manto.
Tiene una actitud religiosa.
Los brazos están separados y la anatomía marcada, especialmente en el pecho. El pelo le cae en
tirabuzones muy rígidos con líneas horizontales marcando recuadros. El cabello también tiene
forma triangular.
O más exactamente escuela jónica. Es del s.VI y presenta unas características que nos acercan
más a una escultura más evolucionada: las superficies no son tan lisas, las telas están más
estudiadas y es más naturalista.
Hera de Samos
De los talleres de Samos. Está realizada en mármol, le falta
la cabeza, y es mucho más estilizada. Muestra un especial
cuidado en el ropaje. Los pliegues son muy menudos y
verticales, se estrecha hacia la parte inferior. . El manto tiene
pliegues diagonales. La anatomía está muy ligeramente
marcada.
Escultura Arcaica
Las korai posiblemente también eran exvotos. Se han encontrado en santuarios, muchas en la
Acrópolis de Atenas. Son figuras femeninas vestidas con una túnica larga que llega hasta el suelo
(xitón) encima del cual llevan el peplo, que da una cierta simetría ya que cae vertical y está
formado por una tela gruesa que forma pliegues rectos y verticales. Muchas veces también llevan
un manto o himation, que da a la escultura una riqueza plástica ya que es una tela más fina y
delicada que forma pliegues diagonales que dan movilidad.
Estas telas se transparentan y dejan ver parte de la anatomía. También tienen la sonrisa arcaica y
suelen estar tocadas por una diadema u otra especie de tocado, un sombrerillo pequeño que se
ajusta a la cabeza. El pelo es muy semejante al de los kuroi, pero tratado con más delicadeza y
más abundante. Suelen llevar en la mano derecha una ofrenda y la izquierda a la cadera o
sujetando la ropa. Han quedado restos de policromía en la ropa.
La Victoria de Delos
Es del s.VI y es antecedente de otras victorias. Muestra una gran movilidad. Está corriendo aunque
en una postura algo extraña, de cintura para abajo está de perfil mientras que de cintura para
arriba está de frente. En la parte superior lleva el peplos liso, mientras que la túnica en la parte
inferior lleva pliegues que se recogen de manera muy convencional entre las piernas dejando al
descubierto una de ellas. En la cara, tiene las mismas características que las korai.
Cloebis y Biton
Son dos figuras exactamente iguales y de grandes dimensiones que se realizaron hacia el año 600.
Eran dos hermanos gemelos de la mitología que transportaron a su madre en un carro al santuario
de Hera y la madre agradecida pidió a Hera la felicidad eterna para ellos y Hera lo que hace es
darles el sueño eterno. Llevan un pie adelantado, quizá por influencia egipcia, los puños cerrados,
como es usual, la sonrisa poco marcada, la boca es casi lineal.
El Moscóforo
Realizado alrededor del 570 en mármol, esta figura supone una de las obras maestras de la
escultura arcaica que permite ver la relación con lo anterior pero también con lo que vendrá.
Tiene una actitud de caminar, pero llevando en sus hombros a un ternero, probablemente para
realizar una ofrenda. Ambas figuras están proporcionados. La anatomía del joven está muy
marcada, la sonrisa es muy convencional y los ojos probablemente estaban rellenos de otra
materia. El pelo era muy semejante al de Cleobis y Biton, muy geometrizado. Aunque es una figura
frontal, pierde algo de rigidez por la postura de los brazos, que están sujetando las patas del
ternero. La anatomía de éste es muy realista.
El Apolo de Tenea
Es algo anterior, pero también del s. VI, alrededor del 570. Tiene las mismas características.
Musculatura con una geometrización muy marcada en la parte del vientre y de las rodillas. El
cabello cae todo sobre la espalda y en vez de tirabuzones verticales se pueden ver ondulaciones
horizontales. Es la misma geometrización que en otras figuras pero con una menor minuciosidad.
La sonrisa arcaica está incluso más marcada.
Kuros de Aristodikos
Más tardía, alrededor del 500 a.C. Se cree que tiene un carácter funerario y que representaría al
muerto, Aristodikos. Sigue la forma del kuroi, pero con un estudio anatómico mucho mejor, con una
suavidad de las formas, una menor geometrización y rigidez, etc. Los brazos también caen a
ambos lados del cuerpo, pero están curvados y algo separados. El pelo es corto y muy pegado a la
cabeza, de manera que los rizos forman una especie de corona. Los ojos son menos oblicuos y la
sonrisa menos marcada.
Efebo de Kritios
Supone el inicio de la época preclásica, se realizó hacia el 450. Lo más novedoso es la postura,
precedente del contraposto: dobla una rodilla para apoyar todo el peso del cuerpo en una sola
pierna. La anatomía es más realista, aunque el pelo sigue en la misma línea, con el pelo corto. La
cabeza no está totalmente recta, sino un poco girada y ligeramente inclinada hacia abajo. Los ojos
no son saltones ni oblicuos y estaban rellenos. No tiene sonrisa.
Efebo Rubio
Se realizó en trono al 480 a.C. y se llamó así por la coloración amarillenta que tenía en el pelo.
Sólo se conserva la cabeza. Tiene una expresividad suave y melancólica, pero más natural y real.
Los ojos todavía son abultados, especialmente los párpados, pero más reales, ya no son oblicuos.
Hay proporción, armonía y movilidad, pese a ser sólo una cabeza, ya que está inclinada y ladeada,
que hace perder la rigidez. El pelo todavía es muy convencional, parece un casco.
Manteniéndose la geometría y la simetría, las formas no son tan rígidas. Tiene características
similares a la Euthydikos y son de la misma época, por lo que se especula con un posible mismo
autor.
La Esfinge
Es llamada así quizás por el gesto misterioso que muestra el rostro. Se trata de la kore 674. Pierde
el marcado convencionalismo de las korai anteriores. Las formas son más reales y suaves y es
algo más esbelta que las anteriores ya que tiene el cuello más largo. El cuerpo es similar al
anterior. El chiton sobre el hombro forma unos pliegues muy minuciosos. El pelo es también muy
minucioso y detallado y está sujeto con una diadema que está rota. Conserva restos de policromía.
Es un periodo muy breve, que se desarrolla entre el 480 y el 450 a.C.. Se consiguen algunas notas
que se desarrollarán aún más en los siglos V y IV en cuanto a anatomía, expresión, postura, etc.
de las figuras. Éstas estarán siempre proporcionadas y habrá una búsqueda de realismo. Se
conservan esculturas de frontones y metopas pero también exentas, y algunas de carácter público,
como:
Los Tiranicidas
Es el primer monumento público griego, fue colocado en el ágora de Atenas. El original está
perdido, sólo queda una copia romana ya que se la llevaron los persas. Representa a Harmodios,
el joven imberbe, y a Aristogeiton, el barbado, que dieron muerte a un tirano entre el 476-4 a. C.,
los autores de este grupo son Kritios y Nesiotes, su ayudante. Las figuras tienen actitud triunfal y
mantienen posturas distintas y complementarias: Harmodios está inclinado hacia atrás con las
piernas abiertas y un brazo hacia arriba y hacia atrás; Aristogeiton está movido hacia delante, con
las piernas también separadas pero con una de ellas inclinada y el brazo hacia delante. Las
cabezas son similares a la del Efebo de Kritios y al auriga de Delfos. Aristogeiton lleva una tela en
el brazo, quizá para ver el contraste entre la tela y la anatomía. También hay un contraste en las
cabezas, uno imberbe y otro barbado. Ambas figuras descargan bien el peso, ya no tienen los pies
fijados al suelo.
El Auriga de Delfos
Se realizó en el año 474 a.C. y no se sabe su autor, se cree que fue Pitágoras de Región. Es la
única escultura conservada en bronce hueco, es el original. Es lo que queda de un monumento
también público mandado por un hombre que ganó una carrera de caballos (falta el carro y los
caballos). Hay quien dice que es desproporcionado porque es muy alto, pero esto es más un efecto
óptico por la túnica de pliegues muy verticales que caen con una cierta regularidad, aunque al final
hay entrantes, hacia el suelo. Esta verticalidad está contrastada por los pliegues de la parte
superior, también verticales y diagonales pero mucho menos rígidos. En los hombros hay más
pliegues. Los brazos están hacia delante, en actitud de sujetar las riendas. La cabeza se mantiene
muy serena. Se conserva el relleno de los ojos y la plata de la boca. El pelo tiene rizos suaves y
una diadema muy bien anudada, deja la nuca sin pelo.
El Poseidón de Artemisón
Es así llamado por el lugar donde se encontró. Se realizó hacia el 460 a.C., en bronce hueco. Es
una obra llena de dinamismo. Se conserva muy bien. La figura está en el momento de lanzar el
tridente. Tiene una musculatura no demasiado marcada. Es una figura, que rompe el espacio. La
cabeza está girando, mirando en dirección contraria a la del resto del cuerpo. El rostro está
tranquilo, sereno y concentrado, y tiene barba.
Época Arcaica.
Las primera imágenes humanas aparecen en el siglo VII y son
las xoana o imágenes religiosas en madera, de carácter hierático y de
clara influencia oriental. Son conocidas por algunas copias en piedra
que se hicieron posteriormente. La Dama de Auxerre es una figura
de líneas elementales, actitud exvota, escultura bloque. De cintura
para arriba se intenta dar un cierto naturalismo femenino. Se
descubrió en Creta. Otra xoana en piedra es la Hera de Samos, ya de
la primera mitad del s. VI y con características similares.
En el siglo VI las prácticas de juegos atléticos se generalizó en
todo el territorio helénico. Estos juegos van familiarizando a los
griegos con el desnudo. Desnudo=belleza y poco a poco empieza esa
exaltación del cuerpo humano. El Kurós (Kuroi en plural) son atletas
vencedores en los juegos, héroes desnudos y representados de pie, con
los brazos pegados al cuerpo y la pierna izquierda adelantada. Todavía
Enrique VALDEARCOS, "El arte griego", Clio 33 http://clio.rediris.es ISSN: 1139-6237
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son figuras demasiado estáticas e inexpresivas, acusando un cierto frontalismo de influencia
oriental,
con los ojos demasiado prominentes y el pelo es una masa compacta surcada por líneas
geométricas
que caen sobre la espalda. Estos Kuroi irán evolucionando hacia un naturalismo y una
elegancia cada
vez mayor.
La Koré es la escultura femenina (Koroi en plural), procedente casi siempre del
siglo VI y de la Acrópolis de Atenas. Se las representa sonrientes, vestidas y con el
cabello recogido en la nuca. Su evolución se evidencia sobre todo
en la mejor organización de los pliegues de su vestido y de los
cabellos, así como una mayor expresividad. Tanto el Kurós como
la Koré iban siempre policromados. A esta época pertenece el
Moscóforo, un kurós llevando como ofrenda un becerro sobre sus hombros.
También se encontró en la Acrópolis de Atenas y conserva aún detalles muy
arcaizantes: sonrisa estereotipada, ojos saltones, esquema compositivo en X muy
geométrico, etc.
El Estilo Severo
La tipología de Kurós y Koré evoluciona en formas anatómicas, en pliegues de los vestidos,
en
peinados, se elimina poco a poco ese hieratismo, esa sonrisa arcaica inexpresiva. Así
llegamos al
primer tercio del siglo V donde la escultura atraviesa una fase de transición que preludia la
época
arcaica. La producción artística del estilo severo se caracteriza por una cierta idealización
de la figura
humana pero mucho más cercana a la realidad, expresión seria de la figuras (como
contrapunto a la
sonrisa arcaica), el equilibrio, la serenidad y la dignidad en el tratamiento de las
divinidades.
El ejemplo más representativo del estilo severo es el
Aúriga de Delfos. En esta época las técnicas del bronce
adelantan a las del mármol (cera perdida). Esta es una obra en
bronce atribuida a Pitágoras de Samos. Es la única figura del
grupo que se conserva y muestra al conductor de una cuádriga victoriosa. Vemos
en él todavía una cierta rigidez pero el naturalismo es muy superior al kurós
arcaico. Otro ejemplo de este período es el grupo de los Tiranicidas del broncista
Kritios. En ellos vemos una gran evolución en cuanto al estudio de las anatomías,
con poses muy definidas.
Enrique VALDEARCOS, "El arte griego", Clio 33 http://clio.rediris.es ISSN: 1139-6237
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En cuanto a relieve destaca el tímpano del frontón del templo de
Zeus en Olimpia. En él se relatan temas mitológicos: la lucha de lapitas y
centauros presidida por Apolo en el centro. Son escenas de gran
movimiento y violencia y este dinamismo contrasta con la quietud de las
figuras anteriores en bronce. Ello es debido a que el relieve en mármol
permite una mayor libertad de movimientos que la figura de bulto
redondo. La sonrisa arcaica ya ha desaparecido y las actitudes son más
naturales. Las posturas de los personajes se adaptan al esquema espacial del frontón
triangular,
abandonando la composición con escalas en descenso hacia las esquinas del tímpano.
Estas figuras guardaban un gran parecido con las esculturas egipcias que habían
servido de modelo.
Periodo Arcaico: las estatuas eran de madera a las que se le rendía culto. Las maderas
utilizadas eran olivo, ébano y encina. La escultura arcaica muestra sobriedad sobretodo las
primeras. La de los atletas presentan líneas vigorosas y la de las muchachas una sonrisa
rígida y primitiva.
Periodo de Transición: es una época que participa del arcaísmo anterior y anuncia ya la
perfección del periodo clásico. Pertenecen a este periodo los relieves de los frontones de los
templos.
La Cerámica Griega
Durante el periodo arcaico se mostraba cerámica de figuras en negras sobre fondo rojo. En el
periodo clásico predominan las figuras rojas sobre fondo negro brillante.
Las cerámicas del período griego arcaico son muy importantes dentro de la historia del arte no sólo
por lo que nos enseñan del saber técnico y de la fabricación que permite el paso de un tipo a otro,
sino también porque constituyen básicamente las únicas formas de arte conservadas en cantidad
suficiente para poder extraer conclusiones en lo que respecta a la cultura, prácticas religiosas y vida
cotidiana. El primer problema que plantean estas producciones es el de los artistas y los talleres.
Conocemos las dinastías de escultores de este período no sólo por sus firmas, sino también por sus
producciones; en el campo de la cerámica, las firmas conservan igualmente el nombre de pintores y
de talleres que, por otra parte, pueden detectarse bien por sus producciones; en el campo de la
cerámica, las firmas conservan igualmente el nombre de pintores y de talleres que, por otra parte,
pueden detectarse bien por sus particularidades estilísticas. El historiador del arte intenta ver a través
de esas pinturas y de su aspecto monumental un reflejo de lo que debió ser la decoración mural de
los monumentos públicos y privados. ¿Hasta qué punto podemos deducir una de la otra? Lo que
parecen manifestar claramente los ejemplares conservados es la diferencia esencial que existe, en
todas estas obras, entre el ceramista, el artesano que ejecuta el objeto, o por lo menos el
responsable del taller, y el pintor a sueldo.
Dos tipos de recipientes dominan generalmente el mercado. El primero, el más lujoso, es la copa
ancha y poco profunda puesta sobre un pie sólido y bajo que ofrece al decorador un espacio de gran
amplitud, tanto en el interior como en el reverso. El segundo, más artesano, esta constituido por
producciones más groseras y de uso cotidiano: lequitos y esquifos. Las cráteras estaban muy de
moda, sobre todo la nueva variedad llamada estamno, con dos asas cortas, un cuello bastante bajo,
y probablemente una tapa. Otras formas, como el apeliké, también son corrientes. Gracias a esta
gran variedad se difunde una iconografía del placer cotidiano (bailes, cantos, banquetes, deportes),
las escenas de guerra, las leyendas mitológicas y las representaciones épicas. Estas dos últimas
ilustran, sin embargo, preferentemente el tiempo presente; las imágenes son, privilegiadas,
responsables a un tiempo de las conquistas y de la prosperidad económica.
El estamno es una vasija de tamaño grande, de amplia embocadura y gran concavidad. Son
características sus asitas horizontales, que están implantadas en su parte mas ancha. Al igual que
otros recipientes griegos, como la cratera o el escifo el estamno también está relacionado con el
vino, ya que se usaba no solo para almacenarlo, sino también para algo que puede llamarnos más la
atención.
Conscientes de los riesgos que podía tener beber vino puro en grandes cantidades, los griegos
preferían rebajarlo con agua y añadirle miel para suavizar su sabor.
Aparecen también decoraciones animales de formas muy esquematizadas: caballos, perros, ciervos, etc.
En algunos vasos de Dypilon hay decoración guerrera a demás de funeraria. Esta forma de cerámica influirá
desde Atenas en toda Grecia.
- "Ánfora de Dypilon", con escenas funerarias y de plañideras. Es de figura negra sobre fondo ocre (color
de la cerámica). Cuerpos esquematizados de tradición geométrica.
2º.- CERÁMICA DE INFLUENCIA ORIENTAL
En el siglo VII a. Cto. se produce la llegada de influencias orientales a la cerámica griega, de esta manera
aparece la decoración de animales fantásticos y figuras humanas que cada vez son más realistas. Mientras va
disminuyendo el número de franjas.
Se introduce ahora de forma más general la utilización del color blanco y de temáticas de tipo mitológico y
religioso.
- "Vaso MacMillan" con forma de cabeza de león, pertenece a estos ejemplos de la segunda mitad del siglo
VII a. Cto.
En Atenas se realizan ánforas de gran tamaño, como:
- "Crátera del Louvre", con decoración de animales,... las figuras son muy esquemáticas que son herencia
de la época anterior.
A partir del siglo VI a. Cto. aparece una nueva modalidad de cerámica denominada " de figuras negras" y
"de figuras rojas". Hasta ahora solo habíamos visto cerámica de figura negra, ahora alternarán con la moda
de realizar la figura en rojo.
CLITIAS (S. VI a. Cto.): La forma estilística de Clitias influirá en todos los artistas decoradores de cerámica de
su época.
- "Vaso Francoise", siglo VI a. Cto. Es una crátera de volutas en la que hay figura negra sobre fondo rojo.
Representa una carrera funeraria en honor de Patroclo y escenas de caza. Las figuras comienzan a perder la
esquematización y a ser realistas.
Destacan en esta época varios Kilix, o vasos de vino decorados tanto en el exterior como en el interior, con
temas dionisiacos (Dionisios: dios del vino), que datan del siglo VI a. Cto.
En otros vasos se añaden temas más bucólicos a los ya
vistos, como la decoración floral, de pájaros, vegetales,...
o hay mejor escaparate de la vida y la cultura griega que la cerámica. Basta con esto
para comprender la importancia del tema y el interés de su estudio, que puede ser
abordado desde diversas perspectivas sin que ninguna defraude, porque siempre aflora
el genio en su faceta más pujante y atractiva. Se ha señalado en más de una ocasión,
pero no está de más repetir, que detrás de un vaso griego, además de una forma
airosa y de una decoración bellísima, hay una función específica. Hay vasos para el
ritual del agua y para el ritual del vino -contenerlo, mezclarlo, escanciarlo, beberlo-;
hay tarros para perfumes; hay cajas. Muestras tan variadas atestiguan el refinamiento
alcanzado por la sociedad en la época arcaica, en especial por los sectores
acomodados, que son la principal clientela.
Este aspecto de la cuestión, lejos de ser banal, pone de manifiesto la relación de la
cerámica con las artes monumentales. No es una relación de igualdad, pues se trata de
una producción más barata, más industrial y en grandes cantidades; pero son
manufacturas muy apreciadas y solicitadas, conservadas durante largo tiempo, sobre
todo, si su calidad va refrendada por artistas cotizados.
Las figuras no suelen tener muchos detalles pero ganan en expresividad
por sus ademanes y posturas más verosímiles y más gráciles.
Lyssípides: ánfora Kylix: Atenea
Lékythos nº 2 Hidria: soldados
Herakles y Minos contra los Gigantes
530 a.C, Col. Politis cegando a Polifemo
Atenas, 525 a.C. Ática, 525-500 a.C.
Mº Arte Cícladas 530 a.C.
Mº Bellas Artes, Boston Mº Arq. Barcelona
En las vasijas se representan a menudo monstruos fabulosos, como la quimera que escupe fuego, una criatura con cabeza de león, cuerpo
de cabra y cola de dragón. En el periodo arcaico medio, Atenas saturó el mercado mediterráneo de objetos cerámicos. La popularidad de
la cerámica ateniense se debió a su carácter práctico, sus be llas proporciones, su acabado aterciopelado, negro como el azabache*, y a las
escenas narrativas con que estaba decorada. La decoración de las vasijas cerámicas con la técnica de las figuras negras, que llegó de
Corinto a Atenas hacia el 625 a.C., se combinó con el antiguo estilo ateniense, más lineal y de mayor tamaño. La decoración se realizaba
en engobe* negro sobre el color rojo de la arcilla. Los detalles se grababan por incisión y a veces se destacaban y se les daba profundidad
con el uso de reflejos de color rojo y blanco. A partir de este momento, las escenas representadas en los vasos cerámicos y los artistas que
las pintaron se pueden identificar por ciertas inscripciones. Los vasos decorados con la técnica de las figuras rojas se hicieron por primera
vez el año 530 a.C., por iniciativa del ceramista Andocides.
La decoración se realizaba con una técnica pictórica a la inversa, es decir, el fondo se pintaba de negro, dejando las figuras en el color
rojo de la arcilla. Los detalles, en lugar de hacerse por medio de incisiones en la arcilla, se dibujaban con engobe negro, que a menudo
formaba un relieve sutil. Se utilizó también un nuevo color, el castaño dorado, obtenido al diluir el barniz negro. Los pintores atenienses
desarrollaron hacia el 540 a.C. un nuevo estilo. Estas innovaciones, además de mostrar un creciente interés por la anatomía humana,
trajeron una nueva concepción del espacio que se hizo patente en la utilización del escorzo* y en el uso de una capa de color marrón para
crear sombras. Este fue el inicio de un tipo de pintura en el que la ilusión de tridimensionalidad se consigue tanto por el sombreado de las
figuras como por el contraste de manchas de color. Aunque el estilo de las figuras negras continuó siendo el dominante durante todo el
periodo arcaico, la producción en el estilo de figuras rojas se fue incrementando poco a poco.
0.4.3. CERÁMICA
Durante el siglo VI el lenguaje griego continúa extendiéndose por el Mediterráneo y alfareros áticos toman de
los corintios la nueva técnica, desarrollándose magistralmente con una riquísima cerámica de figuras negras,
donde se señalan mediante incisiones los detalles interiores de cuerpos o vestidos. La nueva técnica permite
agrupar varias figuras y obtener así una mayor complejidad narrativa. Sófilo será el primer artista ático de
nombre conocido, que trabaja hacia el 580 aX.
Talleres locales estimulados por la competencia y desarrollando una amplia tipología y repertorio
decorativo
Cerámica combinando el aspecto decorativo del vaso con el interés de la narración mítica
Línea curva ganando campo a las formas rectas del anterior período geométrico
Vegetales y animales invadiendo la decoración, mientras que de Oriente llegan flores de loto, palmetas y
rosetas. Además leones, panteras o ciervos pueden alternarse con animales fabulosos (esfinges, sirenas o
grifos) dispuestos en fila o afrontados, como el caso de la olpe corintia del Museo Arqueológico Nacional.
Monocromía del periodo geométrico dando paso a la policromia, con el púrpura y el blanco enriqueciendo
la apariencia de los vasos
Reproducción más científica y rigurosa de la realidad, que lleva a sustituir las siluetas por contornos de
líneas, utilizadas para las zonas más significativas de un ser vivo, como el rostro o las garras de una fiera
Coexistencia de dos concepciones: grandes vasos funerarios decorados con figuras monumentales, con un
espíritu similar a las esculturas, y diminutos frasquitos de perfumes (aribalos) o copas áticas de mediados del
siglo VI adoptando un estilo miniaturista, donde el estrecho labio de las copas, las bandas entre asas o el
medallón interior, son una oportunidad para una diminuta iconografía, cuya minuciosidad recuerda la técnica
del grabador de gemas.
Destaca especialmente el Vaso FranÇois, del alfarero Ergótimo y el pintor Clitias, mostrando la asociación de
ambos oficios y donde la firma no tiene sólo carácter decorativo sino el deseo de atestiguar la personalidad.
Es una obra cumbre de la cerámica griega por sus proporciones armoniosas y la decoración con 270 figuras y
numerosas inscripciones, dispuestas en registros superpuestos que se interrumpen a la altura de las asas,
salvo la que recorre todo el vaso con el tema central: las bodas de Tetis y Peleo. El dibujo extraordinario y la
calidad de las incisiones hacen de Clitias un maestro sin rival en la época.
La Copa de Exequias muestra a Dionisos navegando en compañía de delfines sobre un mágico mar de vino,
mientras del cuerpo recostado del dios brota una inmensa rama de vid que inunda el vaso. Exequias será
alfarero y pintor y su estilo personalísimo se condensa en su obra más conocida: el ánfora del Vaticano, con
dos temas que decoran sus asas: Aquiles y Ajax jugando a los dados y el regreso de los Dioscuros, Cástor y
Polux, donde apreciamos el virtuosismo en la reproducción de detalles, la manifestación de la tensión interior
de los personajes, la claridad lineal y la perfección del dibujo. Representa el límite insuperable de la cerámica
de figuras negras.
La técnica de figuras rojas surge a finales del siglo VI como una inversión de la técnica anterior. El fondo se
cubre de barniz negro brillante y se reservan las figuras en el color anaranjado de la arcilla. Los detalles
interiores ya no se graban sino que líneas negras en ligero relieve los dibujan, ganando así las figuras en
corporeidad. Se abandonan los temas fabulosos y animalísticos e interesa cada vez más la imagen del
hombre.
La obra cumbre es la crátera de Eufromio representando a Hipnos y Thanatos (el sueño y la muerte), dos
hermanos alados que recogen piadosamente en presencia del dios Hermes y de dos guerreros el cadáver de
un príncipe licio caído en el campo de Troya, y lo trasladan a su tierra de origen para recibir sepultura. Como
en la escultura templaria la narración épica ocupa el interés decorativo de la cerámica griega.
PINTURA ARCAICA
n el período arcaico ( siglos VII y VI a. C. ), se incluyó la figura humana, de un
grafismo muy estilizado. En medio de las nuevas tendencias naturalistas, ésta cobró
mayor importancia al servicio de la representaciones mitológicas.
La cerámica griega alcanzó un importante desarrollo. A lo largo del siglo VI a. C. los
ceramistas atenienses impondrán su estilo, caracterizado por las figuras negras sobre
fondo rojizo. El cuerpo del vaso sirve para representar toda clase de temas,
imponiéndose lo narrativo sobre lo decorativo.
Con el paso del tiempo, las figuras se fueron enriqueciendo progresivamente hasta
cobrar volumen. Aparecieron, entonces, los primeros dibujos de plantas y animales
enmarcados por guardas denominadas "meandros".
Sobre fondo claro se pintan las figuras en negro y marcan los detalles mediante incisión.
Conocemos dos estilos dentro de esta técnica: miniaturista y monumentalista, en función del
Algunos artistas les conocemos porque firmaban sus obras, como el Pintor de Neso (Heracles con
El vaso Francois
En Italia se ha hallado el famoso vaso Francois (que pertenece a la época del 570 aC.) del Museo Arqueológico
de Florencia, quizá la obra mas importante de la producción ática de figuras negras. Se trata de una crátera con
volutas, obra del alfarero Ergótimo y pintada por Clitias, en la que se representa, distribuida en diferentes
zonas, una carrera funeraria en honor de Patroclo (uno de los personajes de la Iliada) y una escena de caza.
Posee 250 personajes y 128 inscripciones, con una continuidad iconográfica que demuestra la existencia de
programas decorativos coherentes ejecutados por encargo.