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FRAGMENTOS DE LA ILIADA

CANTO II

Pasando el muro los troyanos, por diversas partes, matan a los aqueos, cuando Poseidón
conmovido por la calamidad en su interior por Zeus, se acerca a los que defendían las
naves (1-42). Oculto bajo forma humana para animar a los que se detenían, exhorta
primero a los dos Áyax y después a los demás capitanes (43-124). Así los Áyax y otros,
rechazan a Héctor de la matanza de las naves en plena fila de combate (125-205); al
poco, Idomeneo, movido por Poseidón a combatir, habiéndose unido con Merión, socorre
por la izquierda a los afligidos aqueos (206-329). Después se traba un feroz combate en
el que Zeus favorece a los troyanos y Poseidón a los aqueos. Sobresale entre éstos, el
valor de Idomeneo (330-662). Éste, da muerte a Otrioneo, Asio y Alcátoo y asimismo, en
compañía de Merión, Antíloco y Menelao lucha con superioridad contra Eneas, Deífobo,
Héleno y Paris (363-672). También detiene a Héctor quien hacía poco se hallaba en el
centro del lugar y de tal modo lo apremian los Áyax y otros grupos, que ya se retiran los
troyanos: pero fortalecido Héctor por el consejo de Polidamante, conduce repentinamente
contra el enemigo a los que había reunido (673-808). Áyax da comienzo a un nuevo
combate y se pelea por ambas partes con grandes clamores (809-837).

CANTO XIV

Néstor, atemorizado por el clamorío del combate, sale de su tienda en la que aún se
curaba Macaón, para explorar los hechos en el lugar en que se realizaban (1-26).
Agamenón, Odiseo y Diomedes, doliéndose aún por las heridas, le salen al encuentro
cambiándose de lugar por la misma causa; el primero de los cuales angustiado por el
éxito de la guerra y viendo ahora abierta la muralla, reflexiona sobre la huida (27-81).
Odiseo reprueba esta determinación, y así Diomedes persuade a todos a que vuelvan a la
batalla y que con su presencia ayuden a todos, dándoles certidumbre y consejos; al
mismo tiempo Poseidón conforta a Agamenón que ya se iba y da fortaleza al ejército (82-
152). Mientras tanto Hera, para elevar la moral de los aqueos, se arregla en su persona y
se prepara delante de Zeus en el monte lda para atraerlo con todos los halagos de una
esposa; para lo cual se coloca el cíngulo de Afrodita y hace venir desde Lemnos al dios
Sueño, quien lo entretiene en el estado de descanso (153-351). Poseidón había puesto
asechanzas en este tiempo, mediante el consejo de Sueño, la suerte de los aqueos que
les devolvió auxiliándolos prontamente (352-401). Héctor, herido por el golpe de la piedra
que le había lanzado Áyax, estaba sin alientos y fue transportado y curado por sus
soldados (402-439). Combatiendo los aqueos a los troyanos, elevados ya sus fuerzas y
espíritu de combate, los alejan de las naves, persiguiéndolos en primer término Áyax el
menor (440-522).
FRAGMENTOS DE LA ODISEA

CANTO I

El poeta invoca a la musa para que empiece el relato del héroe que estuvo peregrinando
por largo tiempo después de la destrucción de Troya. Durante el concilio de los dioses con
la ausencia de Poseidón, quien ha perseguido a Odiseo durante muchos años. El cual
está detenido en la isla de Calipso. Atenea habla en favor de que Odiseo regrese a su
hogar. Zeus y los demás dioses están de acuerdo. Atenea disfrazada del rey Mentes
desciende a Itaca para arengar a Telémaco, hijo de Odiseo, a que vaya a buscar a su
padre. Su casa está llena de los pretendientes de su madre, Penelopea, quien ha
retrasado la decisión de volverse a casar. Telémaco le explica a Atenea en la figura de
Mentes, que los pretendientes destruyen su casa y sus posesiones. Mentes predice el
regreso de Odiseo y le dice que actúe como un hombre y que presente su caso a la
asamblea. Penelopea oye desde lo alto de la casa una canción que la entristece y baja a
pedirle al bardo Femio que deje de cantar. Telémaco aprovecha la ocasión para
reafirmarse a sí mismo y le dice a su madre que suba a sus habitaciones y le deje esos
asuntos a él pues tiene el mando de la casa.

CANTO II

Telémaco convoca a la asamblea, siendo la primera vez que se hace desde la partida de
Odiseo veinte años atrás; les pide a los pretendientes que dejen de desperdiciar sus
bienes y demanda que se vayan de su palacio. A lo que Antínoo y Eurímaco le responden
con burlas y desprecio, que Penelopea podría resolverlo si escoge un nuevo marido.
Haliterses les vaticina el regreso de Odiseo y la matanza que de ellos hará. En el ágora
no le proporcionan el barco a Telémaco para ir en busca de noticias sobre su padre, por le
que le pide ayuda a Atenea, quien en su disfraz de Mentor, viejo amigo de su padre y
responsable del cuidado de sus propiedades, le consigue prestado el barco y a una
tripulación. Telémaco parte a hurtadillas y de noche.

CANTO IV

Telémaco y Pisístrato son hospedados por el rey Menelao y la reina Helena, quienes les
relatan sus experiencias con Odiseo de la guerra troyana. Al siguiente día, Menelao les
cuenta como el dios Proteo, el viejo del mar, le reveló que Odiseo era cautivo de Calipso.
Mientras tanto, en Itaca, los pretendientes se dan cuenta que Telémaco zarpó y hacen
planes para emboscarlo y matarlo cuando regrese. Penelopea se postra de terror al
enterarse de estos planes, pero Atenea la calma a través de un sueño.

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