Professional Documents
Culture Documents
FP
CÉDULA DE
NOTIFICACIÓN
21000042306555
21000042306555
TRIBUNAL: JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL, SITO EN
SAN LORENZO 89
42017518/2010 PENAL N N N
N° ORDEN EXPTE. N° ZONA FUERO JUZGADO SECRET. COPIAS PERSONAL OBSERV.
San Rafael, de marzo de 2021.
AUTOS Y VISTOS:
SAN RAFAEL”,
Y CONSIDERANDO:
Que de la ampliación de imputación formulada tanto por el Dr.
Ricardo Alejandro Ermili, en su carácter de representante de la Asociación
Civil Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) filial San
Rafael –Querellante en autos–, como por los Dres. Dante Vega y Pablo
Garciarena, en representación del Ministerio Público Fiscal, sumado a los
elementos de prueba reunidos en esta causa como en otras en las que se
investigan o investigaron delitos caracterizados como de “lesa humanidad”,
“prima facie” surgiría la existencia de nuevos hechos imputables a FRANCO
REVERBERI, los que seguidamente se detallarán.
Cabe consignar que los nuevos hechos objeto de investigación
surgen de las presentaciones formuladas en autos tanto por la Querella, como
el Ministerio Público Fiscal, sumado a las constancias de esta causa y lo
sostenido en los Autos 42019612/2012 “BAEZ MALBEC, MIGUEL ANGEL
Y OTROS s/PRIVACION ILEGAL DE LIBERTAD. …”, FMZ 15.358/2015
#8780246#283814770#20210326110712684
s/INF. ART. 144 BIS INC.1 Y ULTIMO PARRAFO SEGÚN LEY 14.616
donde, al momento de dictar el auto de procesamiento contra otros imputados
por similares hechos, se indicó la prueba que acreditaría tales sucesos,
conforme surge de las copias de dichas actuaciones que tengo a la vista y los
elementos de convicción allí reunidos reservados en Sala de Secuestro del
Tribunal.
HECHO Nº 1 – ROBERTO ROLANDO FLORES
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
interrogado. En una oportunidad, mientras lo habrían estado interrogando y
torturando, se le habría corrido la venda de los ojos y habría podido ver a
LOPEZ, MUSSERE, LABARTA y a unos militares sentados atrás de un
escritorio. Allí lo habrían golpeado con lo que tenían a mano, incluso con armas
y le habrían apuntado a la cabeza mientras le decían “a este hay que matarlo”.
Que en los calabozos de Tribunales habría permanecido detenido
hasta el 28/10/1976, fecha en la que habría recuperado su libertad desde la
Bodega “Fradeva”, junto a Hugo Adelmo Riera.
Que las constancias del Libro de Novedades de Infantería
identificado con el N° 2 surge que la aludida víctima figura como detenido los
días 13 y 14 de abril de 1976 y, consecutivamente en los posteriores constes de
fechas 15, 16, 17, 18, 19, 20 hasta el conste de fecha 21 donde, a las 18:15,
figura su traslado a Tribunales junto a HUGO RIERA y MARIO
BRACAMONTE por orden del Jefe de “URII” (fs. 107 y vta. del Libro de
Novedades de Infantería Nº 2).
Que tal versión, además encuentra correlato en los testimonios
prestados por distintas víctimas con las que habría compartido detención el
encartado, tales como MARCOS ANTONIO VALDEZ; GERMÁN RÍOS;
ISIDRO CALIVAR; LUIS ALFREDO BARAHONA y SERGIO SEGUNDO
CHAKI, cuyos testimonios también se encuentran reservados en Sala de
Secuestro como efectos de la referida causa. Que a esos testimonios cabe
agregar también el de ARMANDO DAUVERNE, quien, por ser cuñado de
Riera, habría estado presente al momento en que les habrían otorgado la
libertad a ambos.
Con relación a Franco Reverberi, en la audiencia celebrada el 18
de agosto del año 2010 en el marco del juicio celebrado en los autos 2365–M
#8780246#283814770#20210326110712684
caratulados “Menéndez, Luciano B. y otros p/ Av. Inf. Arts. 144, 142, 292 y 293
del C.P.”, (ver fs. 15/19) Roberto Flores refirió que a la Departamental, iban
Mussere, Daniel López y el “Colorado” Suárez y también el cura Reverberi y el
Dragoneante Díaz.
Expresó también que Reverberi iba a la Departamental, era un
“habitué” de las torturas que sufrían, iba con Mussere, Suárez y López, en una
oportunidad les dijo que tenían que colaborar con la Justicia para tener alivio
espiritual. Que varias veces los maltrataron, los golpeaban, los tiraban al piso,
que a Tomás Chacón y a Chaki los golpeaban muchísimo, que Reverberi no los
golpeaba, pero si presenciaba las torturas, que no lo vio “armado” pero si con
una biblia en la mano, que iba con pantalón, camisa y zapatos negros, cuello
blanco y un saco, nunca lo vio de sotana, una vez tenía puesta una manta beige
sobre su ropa porque era invierno.
Que describió a Reverberi, diciendo que tenía una estatura de
1,72 a 1,75, trigueño y de pelo negro.
Que según surge del testimonio del nombrado Flores, prestado en
fecha 16 de abril del año 2015, en el debate oral y público llevado a cabo en los
Autos 93002704/2010, cuya copia se encuentra reservada en Sala de Secuestro
del Tribunal, como perteneciente a los Autos FMZ 15.358/2015, en una fecha
patria había ido, por primera vez, el cura que era Franco Reverberi, junto a
Mussere, Díaz, Labarta, López, el “Colorado” Suárez. Y con respecto al episodio
del 9 de julio de 1976, agregó que esa fue la paliza brutal, desde la mañana
hasta últimas horas de la tarde, la cual tiraban agua en las cubetas de
Bomberos, y los hacían levantar el agua con las manos, y después secar el piso
con el cuerpo, era continuo, hacer saltos vivos, que ellos le llamaban, flexiones,
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
arrastrarnos, todo tipo de vejaciones, que no cualquier ser humano, en estado
normal y emocional puede hacerlo.
HECHO Nº 2 – SERGIO SEGUNDO CHAKI
militancia en el partido “peronista” y habría sido detenido el día 29 de marzo
de 1976 por tres uniformados, mientras se encontraba trabajando en la
Fiscalía Correccional N° 2 de la Segunda Circunscripción Judicial de Mendoza.
Que posteriormente, habría sido conducido a la Sede de la Departamental
donde habría permanecido hasta el día 4 de agosto de ese mismo año. Que allí,
habría sido sometido a una continua tortura psicológica, llegando a padecer un
simulacro de fusilamiento.
Según su testimonio, mientras habría estado alojado en dicho
establecimiento, solían llegar de noche a “bailarlos” –haciendo referencia a sus
captores– para no dejarlos dormir, y que en una oportunidad fue el teniente del
ejército GUEVARA el que los “bailó”.
También refirió haber visto a LABARTA y a FIERRO mientras
estaba siendo interrogado y al padre REVÉRBERI en la Departamental. Que
habría sido liberado junto a Marcos Valdez, en fecha 4 de agosto de 1976,
oportunidad en que los habrían invitado a ir a la Municipalidad para que les
extendieran una certificación de detención, que en dicho lugar no los habría
podido atender Stuhldreher, por lo que habrían concurrido a la Bodega
Montilla, según lo que les habrían indicado, donde les habrían extendido tal
certificado, en el que decía que recuperaban la libertad por haber desaparecido
las causas de sus respectivas detenciones.
Que diversos testimonios prestados ante esta Sede y en los
debates oral y público llevados a cabo en los Autos 2365M y FMZ
#8780246#283814770#20210326110712684
93002704/2010, cuyas copias se encuentran en soporte digital reservadas en
Sala de Secuestro, corroborarían los dichos de la referida víctima, entre ellos
ALFREDO PORRAS, quien habría compartido detención con el encartado;
MARCO ANTONIO VALDEZ, quien habría recuperado su libertad junto a
Chaki; MARTA SUSANA AGAZZINI –esposa de Chaki– que también estuvo
detenida; DOMINGO ALBERTO MAURICIO, TELIO RIVAMAR y TÍNDARO
FERNÁNDEZ quienes dieron cuenta del momento en que habría sido detenida
la referida víctima en su lugar de trabajo. A los que caben también agregarse
MARIO HÉCTOR BRACAMONTE; RAMÓN ANDRÉS PERALTA; HUGO
RIERA; ROBERTO FLORES; ROBERTO ROSALES, quienes también habrían
compartido detención o lo habrían visto en dicho lugar de alojamiento.
Que según el Libro de Novedades de la Casa Departamental que
va desde el 23/12/75 al 11/04/76, cuya copia digitalizada se encuentra
reservada en la Sala de Secuestro del Tribunal, surge que en fecha 10/04/76 a
la hora 12:35 se retiró el Dr. Ruiz habiendo examinado a unos detenidos, entre
ellos, el encartado Chaki.
Que SERGIO SEGUNDO CHAKI registró decreto de detención Nº
1116 del 28/6/76 donde se dispone su arresto a disposición del Poder Ejecutivo
Nacional.
Que con respecto al encartado FRANCO REVERBERI, declaró la
aludida víctima (ver fs. 1/7 Acta Nro. 19 del debate oral y público llevado a
cabo en los Autos 2365M, caratulados: “Menéndez, Luciano B. y otros p/ Av.
Inf. Arts. 144, 142, 292 y 293 del C.P.”), expresando que lo vio pasar un día al
capellán del Ejército, de apellido Reverberi, quien a veces iba solo y que éste no
le daba consuelo espiritual, no recuerda si cuando él los visitaba alguno de los
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
detenidos tenían muestras de haber sido torturado. Creería que el Capellán
“andaba calzado”, ya que además tenía grado militar.
HECHO Nº 3 – HUGO ADELMO ANTONIO RIERA
Que el ciudadano HUGO ADELMO RIERA, al llegar al domicilio
de sus suegros en fecha 12 de abril de 1976, habría tomado conocimiento que
se habían llevado detenida a su esposa e hijo de un año y medio
aproximadamente de edad. Que allí habrían estado dos personas de civil,
quienes le habrían dicho que el Mayor Suárez le quería hacer unas preguntas,
por lo que se habrían dirigido al Correo y allí en la parte de arriba de las
oficinas habría quedado detenido. Que el nombrado había trabajado en la mina
Huemul, en Malargüe, donde había sido encargado de personal.
Que luego de ser detenido habría sido trasladado a Infantería,
lugar en el que habría permanecido detenido por unos doce días en unas
“casuchas” de chapa, lugar en el que habría sido interrogado por un militar de
apellido Cuervo, acerca de la actividad que tenía, puesto que era secretario
general de ATE y también le habrían preguntado por Susana Sanz y por
Santucho. Que de Infantería habría sido trasladado a Tribunales junto con
Flores, Bracamonte, Magallanes y Rosales y los habrían alojado en la celda del
medio, donde habría permanecido detenido por aproximadamente 7 meses
desde abril hasta fines de octubre de 1976.
Que allí lo habrían sometido a interrogatorios, casi siempre por
Daniel López, en los que le preguntaban lo mismo, por su filiación política, que
hacía, etc..
Que un día lo habrían sacado junto con Flores, que los habrían
llevado a la Bodega de “Montilla”, que actualmente es “Pico de Oro”, que allí
#8780246#283814770#20210326110712684
habrían estado el médico Ruiz y Cuervo, quienes les habrían dicho que se iban
en libertad.
Que esta versión se corrobora con los dichos también vertidos por
Roberto Rolando Flores conforme lo ya sostenido en el Hecho Nro. 1 de la
presente.
Que según surge de las constancias del Libro de Novedades de
Infantería de la Policía de Mendoza, que va desde el 12/04/76 al 24/04/1976)
cuya copia digital se encuentra reservada en Sala de Secuestro del Tribunal,
surge que el nombrado HUGO ADELMO RIERA, entre otros, se encontraba
allí detenido entre el 13 y el 21 de abril de 1976. También existen otras
constancias en dicho libro, de fecha 20/04/1976, una de ellas da cuenta que a la
hora 11:40 Riera fue revisado por el Dr. CRISTOBAL RUIZ y la otra a la hora
13:55 que indica que salió el dragoneante Raúl Ávila, con Riera entre otros
detenidos.
Del mismo modo, el día 21/04/1976 a la hora 18:15 surge el
traslado de HUGO ADELMO RIERA junto a otros detenidos al Poder Judicial.
Que en Sala de Secuestro del Tribunal se encuentra reservado el
decreto Nro. 1116, de fecha 28/06/1976, mediante el cual se ordenó el arresto a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional, entre otros de HUGO ADELMO
RIERA.
Que con respecto a FRANCO REVERBERI manifestó al momento
de prestar declaración testimonial en el marco del debate oral y público llevado
a cabo en la referida causa 2365M (ver fs. 8/14) que conoció a un cura
Reverberi que era Capellán y que lo vio en Infantería, con la policía, no con los
detenidos, que no lo vio en la Departamental, aclarando que le cuesta hilvanar
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
las secuencias porque en aquel momento habían pasado 34 años de los sucesos
en cuestión.
HECHO Nº 4 – MARIO HÉCTOR BRACAMONTE
sido detenido en fecha 16 de abril de 1976, tras presentarse en la sede de la
Municipalidad ante un requerimiento efectuado por el capitán
STUHLDREHER, puesto que previamente, militares habían allanado su
domicilio particular y detenido a su esposa EPIFANÍA TORRES.
Que en la Municipalidad habría sido recibido por efectivos del
Ejército quienes lo habrían conducido al baño de aquella repartición, donde lo
habrían golpearon severamente.
Luego habría sido trasladado en un vehículo “Ford Falcon” hasta
el predio de Infantería, donde habría permanecido tres o cuatro días
aproximadamente.
Que posteriormente habría sido transportado a la Sede de la
Departamental, lugar en el que permaneció por un período de cinco meses. En
ese centro de detención habría sufrido malos tratos, golpes y vejaciones,
muchas veces en presencia de SUÁREZ, GUEVARA, MUSSERE, LÓPEZ,
FIERRO, LABARTA, STUHLDREHER y del capellán FRANCO REVERBERI.
Que mientras estuvo detenido allí, un guardia cárcel de apellido
ROMERO le habría vendado los ojos y atado las manos para trasladarlo a una
dependencia del edificio de Bomberos donde habría sido interrogado mediante
torturas.
Que día 26 de septiembre de 1976 habría sido trasladado a
Mendoza y luego a la Penitenciaría de la ciudad de La Plata, sitio en el que
habría permanecido detenido hasta el día 4 de marzo de 1977, oportunidad en
#8780246#283814770#20210326110712684
que habría hecho uso de la opción de salir del país.
Que la versión de BRACAMONTE, conforme se sostuvo en el
citado auto de procesamiento recaído en los Autos FMZ 15.358/2015, se
encuentra avalada por distintos testimonios brindados por otras víctimas que
compartieron lugar de detención, tales como ALFREDO PORRAS; HUGO
ADELMO RIERA; ROBERTO ROSALES; SERGIO SEGUNDO CHAKI; como
así también por el de su esposa EPIFANÍA TORRES.
También tales hechos se ven corroborados por distintos asientos
del Libro de Novedades de Infantería, tal como fuera sostenido al momento de
analizar lo relacionado a la víctima ROBERTO ROLANDO FLORES,
figurando MARIO HÉCTOR BRACAMONTE como detenido en dicho lugar de
detención.
Que el Poder Ejecutivo Nacional mediante resolución de fecha
28/06/1976 decretó el arresto a disposición del mismo del nombrado
Bracamonte, entre otros.
Que según el acta de debate Nro. 31 labrada al momento de llevar
cabo el juicio oral y público en los Autos 2365M y que glosa a fs. 36/42, la
víctima MARIO HÉCTOR BRACAMONTE, declaró entre otros detalles que
casi todas las noches llegaban al lugar de detención sito en el edificio de
Tribunales, el Mayor Suárez, con Fierro, Mussere, Labarta y Guevara, junto a
Reverberi, oportunidad en que los sacaban al pasillo donde les hacían hacer
flexiones y los golpeaban, que en una de esas oportunidades Guevara les dijo
“pídanle al flaco” señalando una cruz, ya que se creían superiores a Dios.
En tal testimonio hizo referencia también Bracamonte a un
episodio ocurrido el 9 de julio de 1976, donde les pegaron “una paliza” de
cuatro horas, que a Castro de la U.O.M. le metían la cabeza en un balde y se la
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
sacaban y allí vio al padre Reverberi mirando, que al darse cuenta los captores
que Bracamonte había visto esa secuencia, le dieron una patada y le dijeron
“que miras negro”.
Expresó allí Bracamonte además, haber visto a Reverberi en
cuatro oportunidades hasta el 26 de septiembre de 1976 que lo trasladan a La
Plata. Que ese día los sacan a bañarse y allí Berón –haciendo referencia a José
Guillermo– le manifestó tener miedo.
Agregó Bracamonte que Reverberi era Capellán del Ejército y que
lo conocía de cuando iba a la iglesia, ya que por ser católico concurría a la
Catedral.
Que MARIO HÉCTOR BRACAMONTE, también en su testimonio
cuya copia glosa a fs. 45/46, hizo referencia a las visitas que recibían de noche
en el lugar de detención, por parte de los nombrados Mussere, Suárez, Fierro,
López y Reverberi y también Stuhldreher, que los hacían hacer cuerpo a tierra
y “esas cosas”. Que Reverberi observaba lo que hacían y lo vio en dos
oportunidades vestido de militar, una cuando le dieron “el baile” y después
cuando fue con el intendente, haciendo referencia a Stuhldreher.
HECHO Nº 5 – LUIS ALFREDO BARAHONA
Que LUIS ALFREDO BARAHONA, habría sido detenido el día 28
de abril de 1976 por personal de la Policía de Mendoza, en su lugar de trabajo,
puesto que era delegado gremial en la fábrica siderúrgica GRASSI en
Malargüe y desde allí habría sido trasladado a la sede de Infantería en esta
ciudad, previo paso por la Seccional 24º de Malargüe.
Que luego, en fecha 29 ó 30 de abril en horas de la noche, habría
sido trasladado a la Municipalidad por parte de MUSSERE –quien iba vestido
de uniforme– y otras personas. Que le habrían vendado los ojos y allí lo
#8780246#283814770#20210326110712684
habrían golpeado, como así también, lo habrían hecho subir y bajar las
escaleras a salto de rana, mientras le pegaban, además le habrían aplicado
corriente y le habrían preguntado por SANTUCHO y otras personas de Buenos
Aires. Que en un determinado momento se le habría corrido la venda de los
ojos y habría podido reconocer a SUÁREZ, ALONSO y que el resto de los
presentes serían militares.
Que luego habría sido trasladado nuevamente a Infantería donde
habría permanecido alrededor de una semana más y luego habría sido
conducido a la Departamental donde habría continuado su detención.
Que en fecha 26 de noviembre de 1976 habría sido trasladado a la
Penitenciaría de Mendoza, donde habría estado hasta el 06 de diciembre de
1976, oportunidad en que habría sido llevado a la Unidad 9 de la Plata, desde
donde habría recuperado su libertad el día 12 de junio de 1977.
Que tales hechos se ven corroborados por los testimonios
brindados por las distintas víctimas con las que habría compartido detención,
tales como ALFREDO PORRAS; ARMANDO DAUVERNÉ; GERMÁN RÍOS;
HUGO ADELMO RIERA; MARCOS ANTONIO VALDEZ; MARIO HÉCTOR
BRACAMONTE; NILO TORREJÓN; ROBERTO ROSALES y SERGIO
CHAKI.
Que también tales circunstancias se corroborarían con prueba
documental, tales como constancias del Libro de Novedades de la URII que va
desde el 27 de abril de 1976 al 31 de mayo de 1976, cuya copia digitalizada se
encuentra reservada en Sala de Secuestro del Tribunal, de donde surgiría la
conducción de Barahona en fecha 28 de abril de 1976 y su traslado al Cuerpo
de Infantería.
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
Que el Dr. ALFREDO RAFAEL PORRAS, habría sido detenido el
mismo día del golpe de estado, en su casa por personal militar y policial. En su
condición de abogado, habría presentado algunos habeas corpus en favor de
detenidos que militaban en la rama de la tendencia revolucionaria.
Que en Infantería compartió cautiverio con TRIPIANA, LÓPEZ –
militante del Partido Comunista– y OSORIO, permaneciendo allí por dos o tres
días. Luego fue trasladado a los calabozos de Tribunales (Departamental),
donde permaneció por aproximadamente cuatro meses. Siendo posteriormente
trasladado al Tercer Cuerpo del Ejército en Mendoza y finalmente a la Unidad
#8780246#283814770#20210326110712684
Carcelaria nro. 9 de La Plata, Provincia de Buenos Aires, en donde estuvo
recluido por aproximadamente 8 ó 9 meses.
Que habría recuperado su libertad el mismo día que la aludida
víctima BARAHONA –esto es, el 12/06/77–.
Que habría sido sometido a interrogatorios donde se le
preguntaba por MASSINI y otras personas. Que en la denominada Casa
Departamental los malos tratos infringidos por policías y militares eran
habituales, recordando un episodio en el que un día de mucho frío los militares
y policías los hicieron limpiar el piso con los cuerpos, empapándose, mientras
les decían que se arrastraban como víboras que eran.
Que a fs. 249/250 del Libro de Novedades de la Departamental
que va del 23/12/1975 al 11/04/1976, surge un asiento del día 25 de marzo de
1976 a la hora 06:15 que da cuenta del ingreso como detenidos e
incomunicados de varias personas, entre ellos el nombrado Dr. ALFREDO
RAFAEL PORRAS.
Que según lo sostenido en el auto de procesamiento dictado en los
Autos FMZ 45582/2017, la detención del nombrado, también se tiene por
corroborada con los testimonios de HÉCTOR ROSENDO CHÁVES; HUGO
ADELMO RIERA; JUAN CARLOS BERÓN; JULIO ARNOLDO PONCE; LUIS
ALFREDO BARAHONA e ISIDRO HUMBERTO CALÍVAR, en el debate oral
y público llevado a cabo en los Autos FMZ 93002704/2010, los que se
encuentran grabados en discos compactos reservados en Sala de Secuestro del
Tribunal, siendo todos contestes en afirmar haber compartido detención en la
denominada Casa Departamental.
Allí, además se valoraron los testimonios brindados por OMAR
RODOLFO LÚQUEZ y CARLOS ALBERTO MASINI, al haber relatado el
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
primero que supo por comentarios que estuvieron detenidos entre otros el
nombrado PORRAS y, el segundo, que pudo ver en el patio de Bomberos,
también, entre otros, a la aludida víctima. Lo declarado por SERGIO
SEGUNDO CHAKI, quien refirió que entre los detenidos de la otra celda
estaba PORRAS; y por MARÍA ESTHER DAUVERNÉ, quien indicó que
mientras estaba detenida en La Departamental, vio un domingo a la tarde que
llegó detenido PORRAS, entre otros.
La versión dada por LUIS ALFREDO BARAHONA, quien indicó
que estuvo detenido en la Departamental junto a PORRAS, entre otros, luego
trasladado a La Plata, de donde salió en libertad en el año 1977, también junto
al nombrado PORRAS.
Además, en Sala de Secuestro del Tribunal se encuentra
reservada la copia del Decreto Nro. 1116 de fecha 28/06/1976, mediante el cual
se ordenó el arresto del encartado a disposición del P.E.N., momento al que ya
llevaba más de 3 meses detenido.
HECHO Nº 7 – MARCOS ANTONIO VALDEZ
#8780246#283814770#20210326110712684
debido a no poder acreditar la totalidad de aportes realizados al sistema
jubilatorio. Conforme su declaración, fue primeramente llevado a un calabozo
en el Destacamento del Nihuil, siendo luego trasladado a Infantería, donde
permaneció 13 ó 14 días aproximadamente. Posteriormente, fue conducido a la
sede de la Departamental donde fue sometido a vejámenes tales como secar el
piso mojado arrastrándose con sus únicas prendas en pleno invierno. Obtuvo la
libertad, el día 5 de agosto de 1976, mediante un acta firmada por el teniente
primero Mario Ocampo en la Sede de la Municipalidad.
Que al momento de dictar el auto de procesamiento en los Autos
Principales Nro. FMZ 42019612/2012, cuya copia debidamente protocolizada se
tiene a la vista, también se sostuvo que a fs. 313/315 de los Autos A17.487 y
sus Acumulados, obran las constancias respectivas mediante las cuales la
Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación informó que
mediante decreto Nro. 1116 de fecha 28/06/1976 se ordenó el arresto, entre
otros, de MARCOS ANTONIO VALDEZ, a disposición del Poder Ejecutivo
Nacional.
HECHO Nº 8 – ROBERTO ROSALES
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
ROBERTO ROSALES fue trasladado a la Casa Departamental hasta que fue
alojado en un centro clandestino de detención perteneciente al VIII Grupo de
Infantería de Montaña con sede en la calle Boulogne Sur Mer de la Ciudad de
Mendoza donde estuvo varios meses hasta que le otorgaron su libertad.
Posteriormente, en fecha 07 de abril de 1976, ROBERTO
ROSALES habría sido nuevamente detenido en su domicilio particular,
trasladado a Infantería y de allí conducido a la Casa Departamental, dónde
habría sido sometido a torturas y posteriormente trasladado a la VIII Brigada
de Infantería de Montaña, dónde habría permanecido detenido hasta fines de
octubre de 1976, en que habría recuperado su libertad.
Que tanto Roberto Rosales, como su hermano y los demás
detenidos habrían sido golpeados, picaneados y torturados en forma
sistemática en los centros de detención aludidos.
Lo que se viene sosteniendo respecto a este caso, se corrobora con
los propios dichos vertidos por las aludidas víctimas RAMÓN EMILIO
ROSALES y ROBERTO ROSALES, como así también por NILO LUCAS
TORREJÓN; NILDA BRITO; NORMA LAURA ROSALES; cuyos testimonios
vertidos al momento de prestar declaración testimonial en el debate oral y
público llevado a cabo en los Autos FMZ 93002704/2010, se encuentran
grabados en los respectivos discos compactos reservados en Sala de Secuestro
del Tribunal.
Que en el referido auto de procesamiento recaído en la causa ya
citada FMZ 45582/2017, también se sostuvo que se suma al cuadro probatorio
que permite tener por acreditado lo que se viene sosteniendo, los dichos que
también vertió el referido testigo NILO LUCAS TORREJÓN, al igual que
MARIO HECTOR BRACAMONTE, en el debate oral y público llevado a cabo
#8780246#283814770#20210326110712684
en los Autos 2365M, glosando copias de las actas Nro. 41 y 31 labradas al
respecto a fs. 1/5 y 64/70 de los Autos FMZ 42017630/2010, que se tienen a la
vista; además en dichos autos a fs. 38 y vta.; 52/56; 57/60; 105/106 y 134 y vta.,
glosan los testimonios prestados por NORMA LAURA ROSALES; JUAN
CARLOS BERÓN; HUGO ADELMO ANTONIO RIERA; NILDA BRITO y
CARMEN NOEMI GAUNA, todos contestes en afirmar distintas
circunstancias de las detenciones ilegítimas que sufrieron las aludidas
víctimas.
Asimismo, los Decretos del PEN Nros. 1003 y 2716 de fechas 14
de marzo de 1976 y 1 de noviembre de 1976, respectivamente, cuyas copias se
encuentran reservadas en Sala de Secuestro del Tribunal, surgiendo del
primero que se decretó el arresto a disposición del PEN de RAMÓN EMILIO
ROSALES y del segundo que se deja sin efecto el arresto de ROBERTO
ROSALES LOBOS.
Que las detenciones de los hermanos Rosales y el traslado de
Ramón Rosales a Mendoza, están registrados en el Libro de Novedades de
Infantería de la Policía de Mendoza y en el Libro de Novedades de la URII de
dicha Fuerza de Policía, cuyas copias digitalizadas se encuentran reservadas
en Sala de Secuestro del Tribunal.
Respalda lo sostenido en cuanto a la segunda detención de
ROBERTO ROSALES, los registros del Libro de Novedades de Infantería de
Mendoza, que dan cuenta que el nombrado se encontró allí detenido, tal cual
surge de fs. 6 (guardia del 13 al 14 de abril de 1976); 19 vta. (guardia del 14 al
15 de abril de 1976); 34 vta. (guardia del 15 al 16 de abril de 1976); 49 vta.
(guardia del 16 al 17 de abril de 1976) y así sucesivamente en las siguientes
guardias hasta que según constancia de fs. 107 vta., en fecha 21 de abril de
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
1976 es traslado junto a otros detenidos al edificio del Poder Judicial, por
orden del Jefe de la URII.
HECHO Nº 9 – ISIDRO CALIVAR
Que ISIDRO HUMBERTO CALÍVAR habría sido detenido en la
vivienda particular de sus padres, la madrugada del día 23 de marzo de 1976,
e inmediatamente llevado a unos calabozos de chapa ubicados en la calle
Deoclesio García y Maza pertenecientes a Infantería. De allí, habría sido
conducido a la Departamental, donde afirmó haber sido golpeado por el Mayor
Suárez, quien además continuamente amenazaba con matarlo.
En ese lugar, habría estado alojado casi dos meses hasta el 20 de
mayo de 1976, día en que fue liberado en el edificio de la Municipalidad.
Que luego de ser liberado, habría sido detenido por segunda vez,
pues al solicitar un certificado de detención para justificar los días de ausencia
en el trabajo, le fue ofrecida una certificación que indicaba una fecha de
detención posterior a la real y, tras negarse a recibir dicho documento, le fue
indicado que volviera al día siguiente por otra constancia, ocasión en la cual
habría sido nuevamente detenido, permaneciendo durante sesenta días en uno
de los sótanos de la Departamental, dónde sólo de noche se le permitiría
concurrir al baño de Bomberos, siéndole concedida la libertad nuevamente el
20 de julio de 1976.
Que tales circunstancias se tienen por acreditados por los propios
dichos de la víctima cuyo testimonio prestado en los debates orales y públicos
llevados a cabo en los Autos 2365M y FMZ 93002704/2010, se encuentran
reservados en Sala de Secuestro del Tribunal, tanto en copia de la respectiva
acta de debate labrada y en disco compacto donde se encuentra grabada la
audiencia llevada a cabo en fecha 16 de abril de 2015.
#8780246#283814770#20210326110712684
También con el certificado de detención oportunamente entregado
al nombrado, cuya copia también se encuentra reservada en Sala de Secuestro
del Tribunal.
Que a fs. 249/250 del Libro de Novedades de la Departamental
que va del 23/12/1975 al 11/04/1976, cuya copia digitalizada se encuentra
reservada en Sala de Secuestro del Tribunal, surge un asiento del día 25 de
marzo de 1976 a la hora 06:15 que da cuenta del ingreso como detenidos e
incomunicados de varias personas, entre ellos ISIDRO CALÍVAR.
Que en Sala de Secuestro del Tribunal, se encuentra reservada la
copia del informe de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la
Nación que da cuenta que no hay antecedentes de la puesta a disposición del
Poder Ejecutivo Nacional (P.E.N.) de la aludida víctima.
También se tiene por corroborada la detención del nombrado por
los testimonios prestados por ALFREDO PORRAS; HUGO ADELMO RIERA y
MARÍA ESTHER DAUVERNÉ, en el debate oral y público llevado a cabo en
los Autos FMZ 93002704/2010, los que se encuentran grabados en discos
compactos reservados en Sala de Secuestro del Tribunal, siendo todos
contestes en afirmar haber compartido detención en la denominada Casa
Departamental.
Con respecto a Franco Reverberi, Calívar manifestó, en la ya
señalada audiencia de debate, que en la Casa Departamental vio al sacerdote a
través de una mirilla.
HECHO Nº 10 – JOSÉ GUILLERMO BERÓN
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
fiesta de cumpleaños en calles Comodoro Py y Paula Albarracín y habría sido
trasladado a la Comisaría 8va. de la Policía de Mendoza.
Que en fecha 30 de agosto de 1976 habría sido conducido desde
esa comisaría a Infantería para luego ser trasladado a la Sede de la
Departamental.
Que su padre habría podido verlo en la Comisaría 8va., donde su
hijo le manifestó que había sido torturado por personal policial.
Que el padre de JOSÉ BERÓN le habría llevado comida hasta que
el día 8 de octubre de 1976 un “imaginaria” de apellido PEDERNERA le habría
dicho que su hijo había sido trasladado en un camión del comando.
Que su padre se dirigió entonces junto con su hija MATILDE
BERÓN al Comando de calle Castelli y Urquiza donde el teniente GUEVARA
le habría preguntado en qué cosas raras andaba su hijo y luego MUSSERE le
habría señalado que en dos horas sería puesto en libertad y desde entonces no
se tuvo más noticias sobre el paradero del nombrado.
Para la época de los hechos, JOSÉ GUILLERMO BERÓN era
militante de base en la Juventud Peronista.
Que tal hecho encontraría respaldo probatorio en los testimonios
brindados por distintas víctimas, tales como HUMBERTO RAMÓN ROCA,
quien habría estado alojado en la misma celda con JOSÉ GUILLERMO
BERÓN y que a mediados de octubre de 1976, se habría ordenado que JOSÉ
BERÓN y HUGO MONTENEGRO preparan sus pertenencias pues serían
trasladados, no teniendo otras noticias sobre el mismo desde entonces.
Asimismo, de DANIEL NAVARRO junto a quién habría sido
detenido JOSÉ GUILLERMO BERÓN y con quien se dedicaba a hacer
pintadas y pegar carteles con símbolos del E.R.P.
#8780246#283814770#20210326110712684
También los testimonios de GERMÁN RIOS; ROBERTO
ROLANDO FLORES, HUGO ADELMO RIERA; etc., quienes compartieron
detención con JOSÉ GUILLERMO BERÓN.
Que el hecho en trato también encuentra sustento en diversa
prueba documental que en copia digitalizada se encuentra reservada en Sala
de Secuestro del Tribunal, tal como en el Libro de Novedades de la Comisaría
8º (que va desde el 18 de junio al 17 de agosto de 1976), donde surge el ingreso
en fecha 29 de agosto de 1976 a la hora 03:45, de JOSÉ GUILLERMO BERÓN
y DANIEL NAVARRO. Que a este último y otros detenidos le habrían dado la
libertad en fecha 30 de agosto de 1976 a la hora 03:00.
También del libro de novedades de la Guardia de los calabozos de
la Casa Departamental surge un registro de fecha 30/08/1976 a las 20:55
dando cuenta del ingreso del detenido JOSÉ GUILLERMO BERON a
disposición del Jefe de la Sub Área 3315 Mayor LUÍS FAUSTINO SUAREZ, no
existiendo registro del día de salida o liberación.
Que según actas de notificación, de reconocimiento médico y
libertad, en fecha 08 de octubre de 1976, en el Puesto de Comando de la
Municipalidad de San Rafael se habría liberado a JOSÉ GUILLERMO
BERÓN, consignándose las firmas atribuidas al puño escritor del causante y
las de CRISTÓBAL RUIZ, RAÚL EGEA y LUIS SUÁREZ.
Refirieron los Representantes del Ministerio Público Fiscal que en
relación a la prueba de estos hechos, no puede dejar de mencionarse y
valorarse, que el mismo fue oportunamente ventilado en los autos Nº2365M
caratulado “Menéndez, Luciano Benjamín y otros p/ Av. Inf. Arts. 144, 142, 292
y 293 del C.P., en los cuales recayó sentencia del Excmo. Tribunal Oral en lo
Criminal Federal N° 2 de Mendoza N° 1186 y confirmada por la Cámara
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
Que conforme los hechos precedentemente detallados, la conducta
que correspondería atribuir a FRANCO REVERBERI resultaría ser la
participación secundaria en los delitos de Homicidio doblemente agravado por
alevosía y por mediar concurso premeditado de dos o más personas por 1
hecho, en perjuicio de José Guillermo Berón (art. 80 inc. 2° según redacción ley
11.221 y 4° según redacción ley 20.642 del C.P.); privación abusiva de la
libertad agravada por mediar violencias y amenazas y por haber durado más
de un mes por 10 hechos, en perjuicio de Alfredo Rafael Porras, Roberto
Rosales, Roberto Rolando Flores, Hugo Adelmo Riera, Sergio Segundo Chaki,
Mario Héctor Bracamonte, Luis Barahona, Marcos Antonio Valdez y José
Guillermo Berón (art. 144 bis inc. 1º conf. Ley 14.616 agravado por el artículo
142 inc. 1º y 5º, según44 ley 21.338 del C.P.) e Isidro Calívar (art. 144 bis inc.
1° conf. ley 14.616 agravado por el art. 142 inc. 1° y 5°, según ley 20.642 del
C.P. por la primera detención de la víctima y art. 144 bis inc. 1º conf. Ley
14.616 agravado por el artículo 142 inc. 1º y 5º, según ley 21.338 del C.P. –por
su segunda detención), como así, de Tormentos agravados por la condición de
perseguidos políticos de las víctimas, por 10 hechos, en perjuicio de Roberto
Rolando Flores, Sergio Segundo Chaki, Hugo Adelmo Riera, Mario Héctor
Bracamonte, Luis Barahona, Alfredo Rafael Porras, Marcos Antonio Valdez,
Roberto Rosales, Isidro Calívar y José Guillermo Berón (art. 144 ter. 1º y 2º
#8780246#283814770#20210326110712684
párrafo del CP, ley 14.616) y como autor del delito de asociación ilícita en
calidad de integrante de la misma (artículo 210 bis del C.P., según redacción
actual).
Que los elementos de prueba que permitirían sostener tal
ampliación de imputación resultarían los ya detallados, especialmente los
testimonios prestados por ROBERTO ROLANDO FLORES, quien afirmó que
Reverberi –mientras permanecían ilegítimamente detenidos– pedía
colaboración para con los militares para tener alivio espiritual, que no los
golpeaba, pero que presenciaba las torturas y lo recordó presente en una gran
golpiza generalizada del 9 de julio de 1976; SERGIO SEGUNDO CHAKI quien
indicó ver pasar al capellán del Ejército, de apellido Reverberi, quien a veces
iba solo, que aparentemente “iba calzado” y que estuvo presente mientras los
“bailaban”; HUGO ADELMO RIERA quien manifestó haber visto a Reverberi
en el Centro Clandestino de Detención que se encontraba ubicado en la sede de
Infantería de la Policía de Mendoza, aunque no lo vio con los detenidos sino
junto al personal policial; MARIO BRACAMONTE quien expresó que el 9 de
julio de 1976 les pegaron una “paliza” que duró como 4 horas, estando presente
Reverberi y que lo vio en cuatro oportunidades hasta el 26 de septiembre de
1976, fecha en que lo trasladaron a la ciudad de La Plata, que ese día, JOSÉ
GUILLERMO BERÓN le dijo que tenía miedo de lo que podría sucederle; e
ISIDRO CALIVAR, quien también fue conteste en afirmar haber visto al
nombrado FRANCO REVERBERI en el Centro Clandestino de Detención y
Tortura conocido como “Casa Departamental”.
Es decir que el aludido imputado FRANCO REVERBERI, habría
tenido conocimiento tanto de las detenciones ilegitimas, como de las torturas a
las que habrían sido sometidos los nombrados y también LUIS BARAHONA;
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
ALFREDO PORRAS; MARCOS ANTONIO VALDEZ y ROBERTO ROSALES,
quienes habrían compartido detención con las aludidas víctimas en la
denominada Casa Departamental, por lo menos en fecha 9 de julio de 1976,
momento en el que habrían sufrido tormentos generalizados presenciados por
el nombrado y hasta el 26 de Septiembre de 1976 que habría sido la última vez
visto allí por el nombrado Bracamonte. También habría tenido conocimiento
respecto del homicidio del nombrado JOSE GUILLERMO BERÓN, quien en
esa misma fecha le habría manifestado a Bracamonte temer por lo que le
pudiera suceder.
Que conforme lo que se viene sosteniendo se impone ampliar el
auto de competencia dictado a fs. 33 y vta., haciéndolo extensivo a los hechos
precedentemente descriptos y manteniendo la delegación de la dirección de la
investigación en el Ministerio Público Fiscal, conforme lo allí ordenado (arts.
33 inc. 1º ap. c); 34 y 37 del C.P.P.N.
También corresponde estar a la declaración de rebeldía y pedido
de inmediata detención ordenado a fs. 311/312, punto 1º) “in fine” y sin
perjuicio de ello ordenar su captura nacional e internacional y reiterar el
pedido de extradición oportunamente formulado en dicho interlocutorio,
haciéndolo extensivo a la ampliación de imputación más arriba descripta, ello
a efectos de recibirle declaración indagatoria, a los términos del art. 294 del
C.P.P.N., con relación a los delitos ya mencionados.
En tal sentido y si bien las autoridades judiciales de la República
Italiana, rechazaron el anterior pedido de extradición, las nuevas
circunstancias reseñadas imponen reiterar formalmente tal pedido, en virtud
de los nuevos hechos atribuidos al causante. Consecuentemente deberán
implementarse los recaudos pertinentes para dar operatividad a tal trámite de
#8780246#283814770#20210326110712684
extradición, para lo cual deberán tenerse presentes las pautas contenidas en la
Convención de Extradiciones entre la República Argentina y la República
Italiana, suscripta en Roma el 09 de diciembre de 1987, aprobado por Ley N°
23.719.
A tales efectos se impone requerir de las Autoridades Judiciales
en Materia Penal de la República Italiana, por intermedio del Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación, la
extradición del causante de conformidad a las previsiones del citado Tratado.
Para dar cumplimiento a la previsión del art. 12, inc. 2) del citado
Tratado, se indicará pormenorizadamente los hechos que se le imputan a
FRANCO REVERBERI, conforme lo indicado más arriba y haciendo una
relación de los hechos por los cuales se pide la extradición, la fecha y el lugar
de su consumación y su calificación jurídica; debiendo acompañar copia de las
disposiciones legales aplicables incluso las referentes a la prescripción y los
datos disponibles descriptivos de la persona reclamada y cualquier otra
información apta para determinar su identidad y nacionalidad.
Por otra parte, deberá hacerse constar que la acción penal no se
encuentra extinguida conforme la normativa de la República Argentina (que
deberá remitirse en copia certificada), ya que, los episodios que se investigan,
han sido calificados como delitos de lesa humanidad, por resultar actos de
Terrorismo de Estado, por lo que resulta imprescriptible su persecución
judicial.
En punto a esta última cuestión, debe tenerse presente el criterio
sustentado por la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación, Máximo
Tribunal de la República, en distintos Fallos en los que sostuvo que "Los
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
personas, homicidio y cualquier tipo de actos dirigidos a perseguir y
contra la humanidad, porque atentan contra el derecho de gentes...".
(Corte Sup., causa 259 Arancibia Clavel, Enrique, A.533 XXXVIII, rta. el
24/8/2004, del voto de los Dres. Zaffaroni y Highton de Nolasco); y que "Los
delitos contra la humanidad son imprescriptibles" (Corte Sup. Priebke,
rta. el 2/11/1999, JA 1996I325/365).
La citada posición tiene en cuenta que "El fundamento común
del instituto de la prescripción independientemente del objeto al que
aluda de la acción o de la pena, es la inutilidad de la pena en el caso
concreto, en los que el transcurso del tiempo entre el hecho y el juicio, o
entre la condena y su ejecución, hace que la persona imputada no sea
pierda vigencia vivencial conflictiva, para pasar a ser un mero hecho
histórico anecdótico... la excepción a esta regla está configurada para
aquellos actos que constituyen crímenes contra la humanidad, ya que
nacionales sino también para la comunidad internacional misma" (…)
"El fundamento de la imprescriptibilidad de las acciones emerge ante
fuera del control del derecho penal, es decir, huyendo al control y a la
contención jurídica. Las desapariciones forzadas en nuestro país las
#8780246#283814770#20210326110712684
cometieron las fuerzas de seguridad o las fuerzas armadas operando
en función judicial... no es muy razonable la pretensión de legitimar el
Enrique, A.533 XXXVIII, rta. el 24/8/2004, del voto de los Dr. Zaffaroni y
Highton de Nolasco).
Asimismo, se declara que no se dan en el caso las previsiones del
art. 7 inc. c) de la Convención de Extradiciones entre la República Argentina y
la República Italiana, firmado en Roma el 9 de diciembre de 1987 y ratificado
por Ley 23.719 y que el imputado FRANCO REVERBERI no ha sido juzgado,
ni penado, ni ha cumplido condena por los delitos que motivan el presente
pedido.
Que tal pedido se realizada a fin de cumplimentar las previsiones
del art. 294 del Código Procesal Penal de la Nación, esto es, llamado a
indagatoria de una persona. Se hace esta salvedad por cuanto, conforme a la
normativa procesal vigente en la República Argentina, no puede dictarse auto
de procesamiento o de prisión preventiva sin escuchar previamente al
imputado en declaración indagatoria, acto éste último ineludible por ser un
acto de defensa. Actuar de otro modo haría que cualquier resolución que valore
en definitiva la conducta de un imputado, sería insanablemente nula por
aplicación de lo dispuesto por el art. 307 del Código Procesal Penal de la
Nación, que impide cualquier acto de procesamiento y/o prisión sin cumplir con
el acto de la indagatoria, penalizando de nulidad la inobservancia a esta regla.
Es por ello y conforme las consideraciones que se vienen
realizando sobre la presunta vinculación criminosa del imputado con los
episodios que se le enrostran, lo son al sólo efecto de fundar la sospecha
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
requerida por el art. 294 del Código Procesal Penal de la Nación. Pero bajo
ningún punto de vista, estas consideraciones deben interpretarse como actos
de valoración requeridos por el art. 306 del Código citado, ya que el encartado
Reverberi no ha sido escuchado en indagatoria. Es por ello que las
consideraciones hechas lo son con la provisoriedad de criterio propia de la
etapa por la que transita la causa.
Por lo expuesto, de conformidad a lo solicitado por la Querella y
por el Ministerio Público Fiscal y de acuerdo a las previsiones de los arts. 52;
53 sgtes. y ccdtes. del C.P.P.N.; arts. 62; 63 sgtes. y ccdtes. de la Ley 24.767 y
Convención suscripta entre las Repúblicas de Argentina e Italia, en fecha
09/12/87, ratificada por Ley 23.719:
RESUELVO:
haciéndolo extensivo a los episodios criminosos descriptos en los considerandos
(arts. 33 inc. 1º ap. c); 34 y 37 del C.P.P.N).
2º) ESTESE a la REBELDÍA e INMEDIATA DETENCIÓN
NACIONAL E INTERNACIONAL. Debiendo oficiarse a donde corresponda.
3º) EXTRAER copia de los elementos de prueba detallados en los
considerandos que pertenecen a las causas también indicadas en las que se
investigan delitos de lesa humanidad y reservarlos en la Sala de Secuestros,
como pertenecientes a estos autos.
4º) REITERAR un nuevo formal pedido de EXTRADICIÓN por
la vía diplomática correspondiente del imputado FRANCO REVERBERI, ap.
24/12/1937 en Parma (Italia), soltero, alfabeto, cura párroco, D.N.I. 8.325.759,
#8780246#283814770#20210326110712684
domiciliado en calle Antonio Vivaldi Nro. 22 de la Comuna de Sorbolo (Parma
– Italia)
5º) GIRAR EXHORTO vía diplomática, a través de la
debiéndose adjuntar los requisitos informativos que hacen a las formalidades
extraditorias, conforme lo indicado en los considerandos.
6º) Póngase en conocimiento de lo precedentemente dispuesto al
Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina.
7º) En su oportunidad y extraditado que sea el encartado,
recíbasele declaración indagatoria, a tenor de lo dispuesto por el art. 294 del
C.P.P.N., en averiguación infracción a los siguientes delitos como participe
secundario: Homicidio doblemente agravado por alevosía y por mediar
concurso premeditado de dos o más personas por 1 hecho, en perjuicio de José
Guillermo Berón (art. 80 inc. 2° según redacción ley 11.221 y 4° según
redacción ley 20.642 del C.P.); Privación abusiva de la libertad agravada por
mediar violencias y amenazas y por haber durado más de un mes por 10
hechos, en perjuicio de Alfredo Rafael Porras, Roberto Rosales, Roberto
Rolando Flores, Hugo Adelmo Riera, Sergio Segundo Chaki, Mario Héctor
Bracamonte, Luis Barahona, Marcos Antonio Valdez y José Guillermo Berón
(art. 144 bis inc. 1º conf. Ley 14.616 agravado por el artículo 142 inc. 1º y 5º,
según44 ley 21.338 del C.P.) e Isidro Calívar (art. 144 bis inc. 1° conf. ley
14.616 agravado por el art. 142 inc. 1° y 5°, según ley 20.642 del C.P. por la
primera detención de la víctima y art. 144 bis inc. 1º conf. Ley 14.616
#8780246#283814770#20210326110712684
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE SAN RAFAEL
agravado por el artículo 142 inc. 1º y 5º, según ley 21.338 del C.P. –por su
segunda detención) y Tormentos agravados por la condición de perseguido
político de la víctima por 10 hechos, en perjuicio de Roberto Rolando Flores,
Sergio Segundo Chaki, Hugo Adelmo Riera, Mario Héctor Bracamonte, Luis
Barahona, Alfredo Rafael Porras, Marcos Antonio Valdez, Roberto Rosales,
Isidro Calívar y José Guillermo Berón (art. 144 ter. 1º y 2º párrafo del CP, ley
14.616) y como autor del delito de asociación ilícita en calidad de integrante de
la misma (artículo 210 bis del C.P., según redacción actual).
8°) REQUERIR la certificación de mi firma en el exhorto
Oficial Traductor el Lic LUIS DARIO ACCIARDI, oportunamente requiérase
al mismo la traducción al idioma italiano de toda la documentación a enviar en
cumplimiento de lo ordenado en el punto 4º) de la presente.
PROTOCOLÍCESE Y HÁGASE SABER.
nds.
#8780246#283814770#20210326110712684
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
I. OBJETO
Que en el marco de las presentes actuaciones venimos a solicitar se amplié
la imputación contra Franco Reverberi y se lo vuelva a citar a prestar declaración indagatoria,
USO OFICIAL
con relación a los hechos que oportunamente se detallarán; ello con la finalidad de que sea
alcanzado por la garantía de defensa en juicio (art. 18 C.N.), debiendo así exponérsele tales
hechos y las pruebas que, entendemos, permiten sostener que existen “motivos bastantes”
para atribuirle prima facie los delitos que se detallarán en el acápite correspondiente de esta
presentación (arts. 196, 213 inc. a. y 294 del CPPN).
Para mayor claridad expositiva, además del presente punto, estructuraremos
esta requisitoria de conformidad con el siguiente orden: II) contexto y estructura general del
aparato represivo en cuyo marco se desarrollaron los hechos que integran esta solicitud de
citación a prestar declaración indagatoria; III) fundamentos que sustentan esta presentación;
IV) calificaciones legales y detalle de la imputación que se solicita; V) pedido de captura y
extradición y, por último, VI) petitorio.
1
lugar a su carácter notorio de conformidad con la jurisprudencia en la materia y en
concordancia con lo señalado por la Cámara Nacional de Casación Penal mediante Acordada
N° 1/12- (punto 2), para luego, y sin perjuicio de lo anterior, hacer una breve mención a la
estructura general que tuvo el accionar represivo en el territorio nacional (punto 3),
abocándonos finalmente a la forma en que dicho aparato estatal se organizó para la represión
en la Provincia de Mendoza y, particularmente, en San Rafael (punto 4).
1 “Hecho notorio es aquel que se conoce como cierto pacíficamente, en un medio determinado, en un ambiente determinado,
en un grado de cultura determinada” Isidro Eisner “La prueba en el proceso civil”, Buenos Aires 1992,
2
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
Fuerzas Armadas diseñaron un plan sistemático para eliminar físicamente a los opositores -a
quienes llamaron delincuentes subversivos- e inmovilizar a través del miedo al resto de los
habitantes del país. El plan terrorista consistió en el uso de la violencia tanto desde las
instituciones públicas como desde las estructuras clandestinas creadas por el propio Estado
para la sistematización de la detención ilegal, tortura y asesinato de miles de personas.
Entre los militares golpistas circuló un documento de carácter secreto
denominado “Orden de batalla” del 24 de marzo de 1976, que contenía la metodología
represiva que emplearía el Estado terrorista. Los jefes militares acordaron que, para “derrotar
la subversión”, no alcanzaba con la represión basada en las nuevas leyes impuestas después del
golpe: también consideraban necesario desarrollar una estrategia clandestina de represión, para
que los opositores no sólo fueran neutralizados, sino también exterminados.
La metodología de este plan fue similar en todo el país. Se trató de un
esquema que respondía a una cadena de mandos vertical, cuyo vértice era la Junta de
Comandantes. Sin embargo, por su carácter ilegal y clandestino, los grupos operativos que
realizaron la represión actuaron con relativa autonomía. A estas bandas de represores se los
USO OFICIAL
llamó Grupos de Tareas (en adelante “GT”) y su función era capturar a los ciudadanos a
quienes los servicios de inteligencia identificaban como “guerrilleros”, “izquierdistas”,
“activistas sindicales” o, más genéricamente, “subversivos”. El GT los secuestraba y los
encerraba en un Centro Clandestino de Detención o “chupadero” (en adelante “CCD”), por
lo general una comisaría, un establecimiento militar o un edificio acondicionado a tal efecto,
en donde los torturaban para que proporcionaran información que permitiera realizar nuevas
detenciones.
4
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
5
instalaciones de Infantería, la Municipalidad, Cuadro Nacional y la Bodega Garbín, como así
también, el destacamento de Bowen o la Seccional 14º de General Alvear. Con respecto a la
citada bodega, cabe aclarar que –conforme surge de las pruebas recolectadas en diversas
causas (A-14245, A-14230, A-14093 y A-19047), como así también del ya referido informe del
"Programa Verdad y Justicia" y de los testimonios brindados en el debate del juicio oral en los
autos Nº 2365-M, se desprende que el centro clandestino que allí fue montado dependía del
Ejército Argentino y de de la Sección San Rafael del Destacamento de Inteligencia 144.
6
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
el marco de los autos FMZ 93002704/2010 caratulados “Báez Malbec, Miguel Ángel y otros
s/ privación ilegal de la libertad y otros”) quien manifestó que la actividad política consistía, en
realidad, en trabajo social, “lo que aprendimos de Eva Perón, ser solidarios y teníamos una unidad básica
donde estaban Ortemberg, Berohiza, Rosales, Flores, Porras”.
Por su parte, Susana Sanz, en la audiencia del 14/05/15 del mencionado
juicio oral y público, también da cuenta de la militancia de Flores al manifestar que a “los
hermanos Flores yo los conocía del barrio, creo que eran de Barrio Usina, que nosotros decíamos, de Barrio
Constitución sí, claro que los conozco”.
En la audiencia celebrada el día 16 de abril del año 2015 del citado juicio
oral y público, Roberto Flores relató que la persecución hacia su familia comenzó antes de
1976, cuando personal de la Brigada de Investigaciones y de la Seccional 8ª los detenían y
hostigaban por cualquier motivo, siendo que “después del golpe fue mucho más duro”.
Así las cosas, fue detenido la madrugada del día 6 de abril de 1976 en su
domicilio particular y posteriormente alojado en un calabozo con chapas de zincs
perteneciente a Infantería. Indicó Flores que el operativo que culminó con su detención y la de
Vitalio Acuña fue realizado por un grupo de militares y policías quienes irrumpieron
violentamente en el domicilio en el que ambos se encontraban, derrumbando a golpes la
puerta de acceso a la casa y una vez adentro los esposaron sobre la cama y comenzaron a
interrogarlos.
Señaló que durante el desarrollo del operativo reconoció a los policías
Labarta, Daniel López y Mussere y que éstos ya conocían la habitación donde lo detienen ya
que en febrero de ese mismo año habían detenido a su hermano Orlando y a sus padres.
Posteriormente fue sacado con los ojos vendados al tiempo que lo
7
golpeaban. Manifestó que los efectivos que lo detuvieron no llevaban orden de allanamiento
alguna, que hicieron todo tipo de destrozos y que les robaron joyas a su madre y a su hermana.
En Infantería permaneció quince días recibiendo todo tipo de golpes y
malos tratos, los que consistían en llevarlo a un caserón viejo donde le preguntaban por sus
compañeros de militancia mientras lo golpeaban.
Agregó que no tenían donde dormir, que hacía mucho frio y que los
primeros días no comían, “por ahí tomábamos un yerbeado”. Allí, recordó haber visto a Ruiz
Soppe, como así también “mucho movimiento de soldados y policías”.
Marcos Antonio Valdez, en la audiencia celebrada el día 16/04/15 en el
marco de los autos FMZ 93002704/2010 caratulados “Báez Malbec, Miguel Ángel y otros s/
privación ilegal de la libertad y otros”, señaló que en “Infantería estuve 13 días aproximadamente,
había un galponcito de adobe crudo, ahí estaban Barahona, Bracamonte, Flores Roberto”.
Desde allí fue trasladado a la Departamental. En los calabozos de
“tribunales”, relató un suceso ocurrido en una fecha patria cuando los detenidos que allí se
encontraban fueron obligados a secar el piso con su cuerpo, mientras que Castro, Chacón y
Masini sufrieron “el submarino”.
El paso de Flores por la Casa Departamental es corroborado por los
testimonios de Germán Ríos (audiencia del día 25/06/15), Isidro Calívar (audiencia del día
16/04/15), Luis Alfredo Barahona (audiencia del día 16/04/15) y Sergio Segundo Chaki
(audiencia del día 10/04/15)(todas audiencias correspondientes al juicio celebrado en los autos
FMZ 93002704/2010 caratulados “Báez Malbec, Miguel Ángel y otros s/ privación ilegal de la
libertad y otros”).
Así Germán Ríos afirmó que en la celda de la Departamental conoció a
“Rubio, Barahona, Roca, Flores”.
Chaki dijo que en la Departamental estuvo “con el Negro Bracamonte, Luis
Chacón, Hugo Magallanes, Hugo Riera y Flores (…) el más chico”
Más tarde sería trasladado a la sede de bomberos, donde –según señaló- fue
torturado con “mucha furia y violencia” por Mussere, López, Suarez y Labarta.
Bracamonte al respecto señaló que en Bomberos “también torturaron a Chacón,
Ponce, Porras, Flores, Rosales (…)”.
Le fue concedida la libertad el día 28 de octubre de 1976 desde la Bodega
Fradeva (actualmente perteneciente a la familia Garbín) junto a Hugo Adelmo Riera, previo
firmar un papel que le extendió el médico Ruiz.
A la salida estaba se encontraba el Dr. Armando Dauverné, que había ido a
buscar a su cuñado Riera, por lo que Flores subió al vehículo del primero de los nombrados a
fin de alejarse del lugar.
Al respecto, Dauverné afirmó (audiencia del 23/04/15 del ya mencionado
juicio oral) que cuando le otorgaron la libertad a su cuñado (Hugo Adelmo Riera) le
8
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
manifestaron que debía tener mucho cuidado ya que se la iban a otorgar por la noche desde la
Bodega Pico de Oro (Fradeva). Al llegar al lugar, se sentó en una silla y en ese momento se
encontraba Roberto Flores, quien estaba “muy nervioso, muy aterrorizado”. Agregó que le
refirió a Flores “mira, no des un paso afuera por favor”, porque ya en esa época sabíamos que daban la
libertad ponías un pie afuera te “chupaban” y desaparecían” (…) Yo lo agarre a mi cuñado, lo agarre a este
chico Flores, del brazo y salimos rápidamente hacia el auto mío; en esa época era un auto bastante rápido, salí
como vi que me empezaron a seguir dos patrulleros, acelere a fondo el auto y el patrullero atrás, di una vuelta
grande los perdí de vista y cuando llegaba a la zona la sexta, dos cuadra de acá, Flores me pega el grito
"déjeme acá" y se larga se mete en unos matorrales, después me entere que estuvo en ese matorrales hasta el otro
día”.
Con relación a Franco Reverberi, en la audiencia celebrada el 18 de agosto
del año 2010 en el marco del juicio celebrado en los autos 2365–M caratulados “Menéndez,
Luciano B. y otros p/ Av. Inf. Arts. 144, 142, 292 y 293 del C.P.”, Roberto Flores dijo que a la
Departamental, iban también Mussere y Daniel López, el colorado Suárez, iba también el cura Reverberis y el
Dragoneante Díaz. Dice que Reverberi iba a la Departamental, era un “habitué” de las torturas que sufrían,
USO OFICIAL
iba con Mussere, Suárez y López, en una oportunidad les dijo que tenían que colaborar con la Justicia para
tener alivio espiritual. Dice que varias veces los maltrataron, los golpeaban, los tiraban al piso, dice que a
Tomás Chacón y a Chaqui los golpeaban muchísimo, dice que Reverberis no los golpeaba, pero si presenciaba
las torturas, dice que no lo vio armado pero si con una biblia en la mano, dice que iba con pantalón, camisa y
zapatos negros, cuello blanco y un saco, nunca lo vio de sotana, una vez tenía puesta una manta beige sobre su
ropa porque era invierno (…) Aclara que cuando Reverberis les dijo que tenían que colaborar era con las
fuerzas armadas, no como dijo antes con la justicia (…) Reverberis era de estatura de 1,72 a 75, trigueño, de
pelo negro.
Asimismo, en la ya señalada audiencia del día 16 de abril del año 2015,
Flores afirmó que, mientras se encontraba privado de su libertad en la Casa Departamental, en
una fecha patria, también había ido, por primera vez, el cura que era Franco Reverberi, que ya lo he dicho en
otras ocasiones, él como iba vestido, él también iba junto con la patota, con Mussere, Díaz, Labarta, López,
El colorado Súarez, ellos eran habitúe de ahí, en esas ocasiones. Y con respecto al episodio del 9 de
julio de 1976, agregó que esa fue la paliza brutal, desde la mañana hasta últimas horas de la tarde, la
cual tiraban agua en las cubetas de Bomberos, y nos hacían levantar el agua con las manos, y después secar el
piso con el cuerpo, era continuo, hacer saltos vivos, que ellos le llamaban, flexiones, arrastrarnos, todo tipo de
vejaciones, que no cualquier ser humano, en estado normal y emocional puede hacerlo (…) Ellos estaban
sacados de sí, y lo que hacían sabían que tenían la voluntad, y eran dueños de la vida de cada uno de nosotros,
por eso hay tantos desaparecidos.
Comprueba de manera fehaciente el hecho precedentemente reseñado, la
siguiente prueba documental:
a) El libro de novedades de “Jefes de Día” del 28 de mayo de 1975 al 20 de
mayo de 1976 donde consta el siguiente asiento “El 7 de abril consta el Operativo de la Seccional 32ª
9
que se cumplió esa UOP con las novedades a que se hace mención en informe adjunto, a foja 141”.
b) El libro de Infantería del 12 al 24 de abril de 1976 donde consta que:
1. El 20 de abril a las 13:20 se retiró Pierino David, a foja 94.
A las 13:55 salió el dragoneante Raúl Ávila con Roberto Flores, Roberto
Rosales, Alejandro Giraud, Hugo Magallanes y Hugo Riera, a foja 94.
2. El 21 de abril a las 18:15 se trasladó a Roberto Flores, Roberto Rosales,
Hugo Magallanes, Hugo Riera, Mario Bracamonte y Orlando Escobar al Poder Judicial, (fs.
107).
A fs. 19.258/60 de los autos FMZ 93002704/2010 caratulados “Báez
Malbec, Miguel Ángel y otros s/ privación ilegal de la libertad y otros” obra la copia del
decreto Nº 1116 de fecha 28/06/76, mediante el cual se ordenó el arresto, entre otros, de
Roberto Rolando Flores a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
10
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
Dr. De Quiroz me avisa que lo iban a detener e inmediatamente entró el Of. Trentini y en el pasillo había
unos soldados y de ahí salió Chaki. Yo tenía una auxiliar que se había asustado mucho y después fui a
preguntar… Habían tres oficiales de la policía asignados al grupo comando: Trentini, López y Musere,
asignados de forma permanente a ese grupo comando…”
Marco Antonio Valdez dijo que “…En la Departamental permanecí hasta que
recuperé la libertad, el 5 de agosto, salí en libertad con Chaki. El certificado de libertad me lo dieron en la
municipalidad. De la departamental me llevaron a la Municipalidad y de ahí me dieron la libertad. Estaba
con Chaki…”
En el mismo sentido, Telio Rivamar manifestó que “…yo estaba encargado de
intendencia de la Casa Departamental, encargado de todo Tribunales. Cuando lo van a detener a Chaki yo vi
pasar a tres militares, no me acuerdo el año, era setenta y pico. Fue un día hábil como a las diez de la
mañana, yo estaba parado en el pasillo, vi pasar a los militares cuando lo traen a Sergio Chaki como si fuera
el peor delincuente, dos lo llevaban de los brazos y otro lo iba apuntando en la cabeza. Paso por al lado mío y
lo llevaron a los calabozos de la planta baja. Nadie hizo ninguna gestión por Chaki, yo tampoco. Todo el
mundo vio que se lo llevaron a Chaki...Ignoro si algún juez o fiscal se movió. No me acuerdo si algún Juez o
Fiscal intento ingresar a los calabozos. No me consta si podían recibir a algún abogado”
Tíndaro Fernández manifestó que “Recuerdo la detención de Chaki, donde está el
juzgado correccional era un hall, vi como Trentini lo llevaba detenido junto con dos militares que lo iban
apuntando. Yo vi ese episodio”.
En cuanto a Franco Reverberi, en la audiencia del 11 de agosto de 2010,
celebrada en el marco del juicio en los autos 2365–M caratulados “Menéndez, Luciano B. y
otros p/ Av. Inf. Arts. 144, 142, 292 y 293 del C.P.”, Sergio Chaki dijo que lo vio pasar un día al
capellán del Ejército, de apellido Reverberi, quien a veces iba solo, sabe que este sacerdote actualmente vive y
11
que es conocido en San Rafael. Manifiesta el declarante que a él no le daba consuelo espiritual, no recuerda si
cuando él los visitaba alguno de los detenidos tenían muestras de haber sido torturado. Creería que el Capellán
“andaba calzado”, ya que además tenía grado militar.
Chaqui, en la ya señalada audiencia del 10 de abril de 2015, añadió que
durante su cautiverio lo vio al sacerdote del Ejército, Reverberi, que aparentemente iba “calzado” y estuvo
presente y vio cuando nos bailaron.
En cuanto a la prueba documental, podemos señalar la siguiente:
El Libro de Novedades de la Casa Departamental que va del 23 de
diciembre de 1975 al 11 de abril del 1976, el que da cuenta que:
-El 10 de abril a las 12:35 se retiró el doctor Cristóbal Ruiz habiendo
examinado a la señora Marta de Chaqui, Sergio Chaqui y Osvaldo Montenegro, ver foja 297.
Finalmente, obran incorporadas, las constancias remitidas por la Secretaría
Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación informando que mediante decreto Nro. 1116
de fecha 28/06/1976 se ordenó el arresto, entre otros, de Sergio Segundo Chaqui a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional (fs. 19.258/60 de los autos FMZ 93002704/2010
caratulados “Báez Malbec, Miguel Ángel y otros s/ privación ilegal de la libertad y otros”)
12
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
Guevara. Refirió que José Martín Mussere le pegó patadas cuando se encontraba en el suelo.
También se refirió al “submarino” a que fue sometido Juan Carlos Castro –señalando que
éste, durante las torturas, solicitaba que lo mataran-.
Recordó que en otra oportunidad –en la que hacía mucho frio- les
inundaron la celda y les hicieron secar el piso con la ropa que llevaban puesta. También
recordó que una noche varios detenidos, que compartían cautiverio con él, eran sacados de la
celda y trasladados vendados con toallas a Bomberos para ser sometidos a tormentos.
Al igual que ocurrió en Infantería, Riera compartió el cautiverio en la Casa
Departamental con numerosos presos políticos (Flores, Bracamonte, Magallanes, Chaki,
Rosales, Angélica, Dauverné, López, Calívar, Montenegro, Barahona, Masini, José Guillermo
Berón, entre otros).
El día 28 de octubre de 1976 fue trasladado junto con Flores a la Bodega
Fradeva (actualmente conocida como “Garbin”), donde fueron revisados por el Dr. Cristóbal
Ruiz y posteriormente se les concedió la libertad con la condición de no salir de la provincia
sin autorización de la Policía de Mendoza, conforme les fuera notificado por el Dr. Cuervo.
USO OFICIAL
13
En cuanto a Reverberi, en la audiencia llevada a cabo el día 17 de agosto de
2010, celebrada en el marco del juicio en los autos 2365–M caratulados “Menéndez, Luciano
B. y otros p/ Av. Inf. Arts. 144, 142, 292 y 293 del C.P.”, Hugo Riera afirmó que conoció a un
cura Reverberi, que era capellán, dice haberlo visto en Infantería con la Policía, no con los detenidos.
Por otra parte, y en relación a la prueba documental aportada que verifica la
existencia de los hechos con los extremos relatados, podemos referir la siguiente:
Las constancias de fs. 5/7, 18/20, 33vta/35, 67vta/69, 78/79vta, 90vta/97
y 102vta/104 del Libro de Novedades de Infantería (que va del 12/04/76 al 24/04/76) que
confirman a Riera como detenido en las guardias del 13 al 21 de abril de 1976.
En el mismo sentido, del Libro de Novedades de Infantería (que va del 12
al 24 de abril de 1976) consta que:
a) El 20 de abril de 1976 a las 11:40 horas consta que el doctor Cristóbal
Ruiz revisó a Hugo Riera a quien diagnostican hemorroides agudas por lo que aconseja que no
haga esfuerzos físicos (fs. 93).
b) Ese mismo día, a las 13:55 horas, salió el dragoneante Raúl Ávila con
Roberto Flores, Alejandro Giraud, Roberto Rosales, Hugo Magallanes y Hugo Riera (fs. 94).
c) El 21 de abril de 1976 a las 18:15 horas trasladaron a Roberto Flores,
Roberto Rosales, Hugo Magallanes, Hugo Riera, Mario Bracamonte y Orlando Escobar al
Poder Judicial (fs. 107).
Por otro lado, a fs. 6319 de los autos 93002704/2010 obra el certificado de
libertad de Hugo Adelmo Riera, como así también a fs. 19.258/60 se encuentra glosada la
copia del decreto Nº 1116 de fecha 28/06/76, mediante el cual se ordenó el arresto, entre
otros, de Riera a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
14
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
el pasillo y nos hicieron secar el agua con el cuerpo. Estaba el Mayor Suárez, Guevara, Labarta, Mussere y el
capellán Reverberi. Ahí le hicieron el submarino a Castro. Sabían llegar el mayor Suarez con toda su comitiva
y Guevara decía “pídanle al flaco” y señalaban un crucifijo”.
Mientras estuvo allí detenido, un guardiacárcel de apellido Romero le vendó
los ojos y le ató las manos para trasladarlo a una dependencia del edificio de Bomberos donde
fue interrogado mediante torturas. Refirió Bracamonte que: “Me pusieron el arma en la cabeza y me
preguntaban si era Montonero, si conocía a Susana Sanz de Llorente. …Después me torturaron en Mendoza
y La Plata. En bomberos también torturaron a Chacón, Ponce, Porras, Flores, Rosales…”.
El día 26 de septiembre de 1976 fue trasladado a Mendoza y luego a la
Penitenciaría de la ciudad de La Plata, sitio en el que permaneció detenido hasta el día 4 de
marzo de 1977, oportunidad en que hizo uso de la opción de salir del país. Fue torturado
cunado estuvo en Mendoza, en el traslado a La Plata y también cuando estuvo alojado en la
Unidad 9 de esa Ciudad
Los hechos padecidos por Bracamonte se ven corroborados por numerosos
testigos/victimas que declararon en el debate de mención, los cuales compartieron con él el
cautiverio ilegal y los tormentos. Así, tenemos la declaración de Alfredo Porras, el 17/4/2015,
quien señalo “En tribunales estuve con Chaki, Cardozo, Bracamonte, Barahona, Masini, Ismael López,
Calivar, Martínez Baca, el cuñado de Dr. Dauverné, el padre de Dauverné, la hermana de Dauverné”; la
declaración de su mujer, Epifanía Torres, brindada el 10/4/2015, a la cual remitimos. La
declaración brindada por Hugo Adelmo Riera el 23/4/2015, quien fuera detenido el 12 de
abril del 76, y que refirió: “A cinco nos trasladaron a tribunales Bracamonte, Roberto Rosales, Roberto
Flores, Hugo Magallanes. En Tribunales nos meten en la celda del medio”
15
En el mismo sentido declaró Isidro Calívar, el 23/4/2015, los hermanos
Jorge Valentín y Luis Abelardo Berón, en audiencias del 28/5/15 y 8/4/15 respectivamente;
Marco Antonio Valdez, en audiencia del 16/4/15 refirió en relación a su detención ocurrida el
14/4/76: “De ahí nos trasladaron a Infantería….había un galponcito de adobe crudo, ahí estaba Barahona,
Bracamonte, Flores Roberto…”.
Resulta relevante lo relatado por Roberto Rosales, en audiencia del 8 de
abril de 2015, no solo a los efectos de acreditar la detención de Bracamonte, sino también las
condiciones de la misma. Rosales manifestó que “Me llevaron a Infantería y luego de tres o cuatro días
me llevan a Tribunales. Estaba Barahona, Valdez, Hugo Riera, Hugo Magallanes, Orlando Escobar, Juan
Domingo Chacón, Roberto Flores y Mario Bracamonte, Juan Carlos Castro, Chaqui, Quinteros, Ítalo
Carrozo, el Flaco López y estaban Alfredo Porras y Héctor Masini. Todos sufrimos torturas. Eran siempre
de día. En una oportunidad en junio o julio, en un pasillo, fuimos todos torturados”.
También resulta relevante las declaraciones de Sergio Segundo Chaqui,
brindadas el 10/4/15: “…Ahí hice amistad de por vida porque pasamos momentos duros. Hugo Riera,
Bracamonte, Flores, Riera, Hugo Magallanes, Flores el más chico, Chacón, Castro, Stroham, Quesada, un
dirigente de la construcción que no recuerdo el apellido… En ningún momento fue ningún funcionario judicial a
verme. Tuve un interrogatorio en el sector de archivo… El mayor Suarez, Guevara, Mussere nos bailaban
todas las noches, no nos dejaban dormir”.
Con respecto a Franco Reverberi, en la audiencia del 8 de septiembre de
2010, celebrada en el marco del juicio llevado a cabo en los autos N° 2365-M caratulados
“Menendez, Luciano Benjamin y otros s/ Av. Inf. Arts. 144, 142, 292 y 293 del C.P.”, Mario
Héctor Bracamonte señaló que en la noche llegaba el Mayor Suárez, con Fierro, Mussere, Labarta y
Guevara y (…) Franco Reverberis, casi todas las noches y los sacaban al pasillo donde les hacían hacer
flexiones y los golpeaban. Dice que Suárez iba la mayoría de las veces ebrio. Dice que en una oportunidad,
llegó Suárez con Guevara y éste les dijo “pídanle al Flaco, señalando una cruz”, ya que se creían superiores a
Dios.
También recordó que el 9 de julio le pegaron una paliza durante cuatro horas, a
Castro de la UOM le metían la cabeza a un balde y se la sacaban, y allí vio al padre Reverberis, mirando y
cuando lo vio le dieron una patada y le dijeron “que mirás negro”; los tuvieron cuatro horas secando el piso.
Dice que vio al padre Reverberis en cuatro oportunidades, hasta el 26 de septiembre que lo trasladaron a La
Plata; ese día Romero los sacan a bañarlos, allí Berón le dijo que tenía miedo, a lo que éste le dijo que no se
preocupara. Recordemos que José Guillermo Berón continúa desaparecido.
En esa oportunidad, Bracamonte añadió que Reverberi era capellán del
Ejército, el día que le pegó era con ropa de fajina militar, todas las otras veces que lo vio iba de oscuro y tenía
la biblia; conocía a Reverberi cuando iba a la Iglesia ya que el declarante es católico. (…) y que estaba
seguro de haber visto a Reverberi en la Departamental presenciando los bailes, los golpes y las torturas.
Pero Bracamonte, desde la primera vez que prestó declaración testimonial,
denuncia el rol del sacerdote. Así, el nombrado, el día 21 de noviembre de 2007, dijo, sobre la
16
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
golpiza del 9 de julio de 1976, que mientras que le estaban dando golpes y les hacían secar el piso con el
cuerpo levantó la cabeza y vio al capellán Reverberi. Estaban también Mussere, Suárez, Stuhldreher, Fierro,
López, Guevara. Cuando levantó la cabeza le dieron una patada y le dijeron “que tenés que mirar negro” y le
pegaron un culatazo en la cabeza (…) Una noche lo fueron a visitar Mussere, Suárez, Stuhldreher, Fierro,
López, el capellán del ejército Franco Reverberi. Los nombrados iban todas las noches y les hacían hacer cuerpo
a tierra y esas cosas (…) El reverendo observaba lo que hacían.
Por su parte, Bracamonte en la ya señalada audiencia del día 23 de abril de
2015, sostuvo que cuando iba el Mayor Suárez en las noches a Tribunales, y el señor Labarta estaba,
torturaba de las 2 de la tarde hasta las 6 de la tarde; estaba también Reverberi.
Finalmente, con el objeto de completar el cuadro probatorio en relación a
este hecho, nuevamente cabe citar las constancias de los libros de las dependencias
policiales/CCD por donde transitó Bracamonte.
Así tenemos:
El Libro de Novedades de Infantería (que va del 12/04/76 al 24/04/76) del
cual surge a fs. 68/69, 78/79 y 91/92, que en las guardias de los días 18 al 19, 19 al 20 y 20 al
USO OFICIAL
21 de abril de 1976, estaba allí detenido, entre otros, el ciudadano Mario Héctor Bracamonte.
También surge de mismo libro surge que:
a) El 21 de abril a las 15:50 el jefe de la UR II ordenó el traslado de los
detenidos al Poder Judicial, ver foja 106.
b) A las 16:15 llego Pierino David, a foja 107.
c) A las 18:15 se trasladaron al Poder Judicial a los detenidos Roberto
Flores, Roberto Rosales, Hugo Magallanes, Hugo Riera, Mario Bracamonte y Orlando
Escobar, en foja 107.
Concluyendo, también obra en autos el Decreto P.E.N. Nº 1116, de fecha
28 de junio de 1976, donde Bracamonte, entre otras víctimas, queda detenido a disposición del
Ejecutivo Nacional (fs. 19.258/60 de los autos FMZ 93002704).
17
En horas de la noche del día 29 o 30 de abril, el oficial José Mussere junto a
otros efectivos lo trasladaron a la Municipalidad de San Rafael, donde le hicieron subir las
escaleras haciendo saltos de rana al tiempo que lo golpeaban.
Manifestó la víctima, que allí fue vendado, desnudado, torturado con picana
eléctrica y golpeado. Dichas torturas se prolongaron durante 5 horas. Relató Barahona, que en
dicha oportunidad pudo reconocer al Oficial Alonso y al Mayor Suárez quien lo amenazó con
arrojarlo al Nihuil.
Luego de la tortura, lo trasladaron nuevamente a Infantería donde llegó en
muy mal estado de salud (sus compañeros de detención tuvieron que darle comida y no podía
ir al baño). Allí estuvo por el lapso aproximado de una semana.
Posteriormente fue conducido a la Departamental donde estuvo casi 8
meses. Recordó Barahona que el día 9 de julio fue sometido a toda clase de tormentos por
parte de efectivos del Ejército, los golpearon, les hicieron secar el piso mojado con sus
cuerpos y, en especial, al detenido Castro le hicieron un submarino, mientras pedía a los gritos
que lo mataran porque ya no soportaba la tortura. Esta circunstancia, como hemos visto, es
recordada con exactitud por la mayoría de los detenidos políticos que la padecieron.
En la Departamental compartió cautiverio con Alfredo Porras, Mario
Héctor Bracamonte, Sergio Chaqui, Isidro Humberto Calivar, José Guillermo Berón, entre
otros.
Finalmente, el 26 de noviembre fue conducido a la Penitenciaría de
Mendoza lugar donde permaneció hasta el día 6 de diciembre del año 1976 que fue trasladado
a la Unidad 9 de La Plata, desde donde recuperó su libertad el día 12 de junio de 1977.
Los dichos referidos por Barahona se verifican por numerosos testimonios
vertidos en el debate de mención, a saber: Alfredo Porras (17/04/2015), Armando Dauverné
(23/04/2015), Germán Ríos (25/06/2015), Hugo Adelmo Riera (24/04/2015), Marco
Antonio Valdez (16/04/2015), Mario Héctor Bracamonte (23/04/2015), Nilo Torrejón
(09/04/2015), Roberto Rosales (08/04/2015) y Sergio Chaki (10/04/2015).
De los testimonios señalados, resulta relevante citar alguno de ellos:
Alfredo Porras sostuvo que “Yo estuve detenido con Barahona y este me dijo que lo
habían torturado en la Municipalidad”.
Por su parte, Hugo Riera afirmó que “también estuvo Barahona con nosotros, que
venía también bastante maltrecho. Barahona nos relata que lo había llevado a la Municipalidad y que les
hacían subir las escaleras del consejo deliberante a las patadas y se si caía tenía que empezar de nuevo”.
Marcos Antonio Valdez recordó que “en la municipalidad estuve una hora, y vi a
Barahona, lo tenían sentado en una silla mojado con una picana lo estaban torturando. De ahí nos trasladaron
a Infantería estuve 13 días aproximadamente, había un galponcito de adobe crudo, ahí estaba Barahona,
Bracamonte, Flores Roberto”
18
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
Por otra parte, han podido corroborarse los hechos por la numerosa prueba
documental obrante en autos, así tenemos el Libro de Novedades de la U.R. II (que va del 27
de abril de 1976 al 31 de mayo del 1976) donde consta que:
a) El 28 de abril del año 1976 a las 22:30 horas se presentó el dragoneante
Raúl Martínez conduciendo a Luis Barahona. Acto seguido fue trasladado al Cuerpo de
Infantería a disposición de la UR II (fs. 8).
Por otro lado, del Libro de Novedades de Infantería (que va del 23 de abril
al 7 de mayo de 1976) consta que:
a) El 28 de abril del año 1976 a las 22:47 horas ingresaron los agentes Raúl
Martínez y José Marín conduciendo al detenido Luis Barahona a disposición del jefe de la UR
II (fs. 46/7).
b) El 29 de abril del citado año a las 22:25 horas salieron dos agentes con
carabina llevando a Luis Barahona en el móvil P 12 al Puesto Comando (fs. 55).
c) El 30 de abril a las 2:30 horas regresaron del Puesto Comando dos
agentes en móvil P 12 con Luis Barahona (fs. 56).
USO OFICIAL
d) Ese mismo día, a las 22:12 horas, se retiró el doctor José Ruiz quien
examino a Luis Barahona (fs. 64).
En el mismo sentido, del Libro de Novedades de la Casa Departamental
(que va del 17 de noviembre del 1976 al 19 de marzo de 1977) consta que:
a) El 25 de noviembre a las 1976, a las 7:10 horas, llegó José Martín Mussere
con la camioneta de la Seccional 32° de la Policía de Mendoza y se retiró con los detenidos
que se encontraban en esta alcaldía: German Ríos, Luis Barahona, Francisco Flores,
Humberto Ramón Roca a la ciudad de Mendoza por orden del Teniente Miguel Ángel Báez
(fs. 25).
Finalmente del Prontuario Penitenciario de la víctima (Nº57.285) surge que:
a) Oficio de Tamer Yapur, 2° Comandante VIII Brigada de Infantería de
Montaña del 26/11/76, dirigido al director de la Penitenciaría de Mendoza, remitiéndole
cuatro detenidos: Luis Barahona, Francisco Flores, Germán Ríos y Humberto Roca.
b) Constancia de traslado a la Unidad 9 de La Plata el 6/12/76
Finalmente, obra incorporada en autos, informe del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos de la Nación donde señala que Luis Alfredo Barahona registra decreto de
detención Nº 1116 del 28/6/76 el cual dispone su arresto a disposición del Poder Ejecutivo
Nacional (fs. 19.258/60 de los autos 93002704/2010).
19
corpus en favor de los militantes políticos y militaba en la Juventud Peronista (audiencia de
debate del día 17/04/15 llevada a cabo en el marco de los autos FMZ 93002704/2010).
Fue detenido la noche del 23 de marzo de 1976 en su domicilio particular
de calle Tirasso al 400, por personal militar y policial. Luego de ese operativo el oficial que
estaba a cargo le informó que quedaba detenido a disposición del Ejército Argentino previo
hacer un acta con una máquina de escribir que habían llevado a los efectos.
Luego de ser detenido fue trasladado a la sede de Infantería donde
compartió cautiverio junto con Tripiana, el militante del partido comunista López, y el ex
gobernador Martínez Baca entre otros, permaneciendo allí por tres días. Luego fue llevado a
los calabozos de la Departamental. Tiempo después Alfredo Porras fue trasladado a la ciudad
de Mendoza y finalmente a la Unidad Carcelaria Nro. 9 de La Plata donde estuvo recluido
hasta el mes de junio del año 1977.
Dijo ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 en la ya señalada
audiencia de debate que “a medida que nos íbamos trasladando de un lugar al otro, tomábamos dimensión
de lo que ocurría. A mí cuando me ponen en lo que parecía un gallinero (por Infantería), viene personal del
Ejército y dice quién es Osorio y quien es Porras y nos llevan a sentarnos a otro lugar, luego viene otro soldado
y pregunta quién era Osorio y se lo llevan y nunca más supe nada”.
Del mismo modo presenció cuando le dieron “la libertad” a Tripiana, al
respecto manifestó que “vino un militar y le dijo a Tripiana prepara tus cosas que te vas. Miramos por la
mirilla de la puerta y había toda una aparatología de personal militar y estaba el medico Cristóbal Ruiz quien
le pregunto si le habían pegado, y le dicen que le daban la libertad.”
Una vez en la Departamental indicó que eran custodiados por personal del
Ejército y de la Penitenciaria, que Suarez, Mussere, Stuhldreher y Alonso concurrían a la
madrugada y que por una mirilla insultaban a Martínez Baca contra el cual había una especial
saña, le decían “así que vos sos el gobernador de los montoneros”.
A efectos de corroborar el hecho padecido por Porras, entre la prueba
documental incorporada podemos señalar la siguiente:
El libro de novedades de la Guardia de la Casa Departamental que va del 23
de diciembre de 1975 al 11 de abril del 1976 donde consta que:
-El 25 de marzo de 1976 a las 6:15 horas ingresaron por orden delMayor del
Ejército Luis Faustino Suarez del Sub área 3315 en calidad de detenidos incomunicados Carlos
Villas, Osvaldo Montenegro, Abel Arabia, Aldo Bernales, Francisco Raúl Oviedo, Juan
Stroham, Juan Antonio Pérez, Thelmo Zapata, Dardo Osvaldo Campi, Alberto Juan Martínez
Vaca, Roberto López, Alfredo Raúl Porras, Francisco Tripiana, Isidro Molina -Calívar-, y
Josefina M. González de Osorio los cuales quedaron alojados en los calabozos Nº 1-2-3 del
Poder Judicial (ver fojas 249/50).
-A las 9:45 se acompañaron las requisas efectuadas en la División Cuerpos
de los ciudadanos: Carlos Villas, Osvaldo Montenegro, Abel Arabia, Aldo Bernales, Francisco
20
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
Raúl Oviedo, Juan Stroham, Juan Antonio Pérez, Thelmo Zapata, Dardo Osvaldo Campi,
Alberto Juan Martínez Vaca, Roberto López, Alfredo Raúl Porras, Francisco Tripiana, Isidro
Calívar, y Josefina M. González de Osorio (a foja 250).
Por otro lado, son numerosos los testimonios que acreditan la detención
ilegal de Porras, entre ellos, tenemos las declaraciones testimoniales brindadas en el juicio oral
de mención de Héctor Rosendo Chaves (14/05/15), Hugo Adelmo Riera (23/04/15), Juan
Carlos Berón (26/03/15), Julio Arnoldo Ponce (14/05/2015), Luis Alfredo Barahona
(16/04/2015), Isidro Humberto Calívar (16/04/15), etc.
Así, por ejemplo Isidro Calívar, en relación a su detención, relató que en los
calabozos de Infantería “estábamos Porras y yo solamente. Nosotros vemos cuando a Osorio se lo llevan y
no volvió más. Ahí estuvimos tres o cuatro días y nos llevan a la Departamental. Estaba con Porras,
Bracamonte, Martínez Baca, Héctor Dauverné, Flores. Era una dependencia policial…”
También contamos con el acta de reconocimiento médico y libertad de
Alfredo Porras obrante, junto al de otras víctimas, a fs. 728/743 de los autos A18543
(Tripiana).
USO OFICIAL
21
Del Municipio siguieron camino a Infantería, donde estuvo detenido entre
12 o 13 días, hasta el 30 de abril. Allí estuvo alojado en “un galponcito de adobe crudo” y
compartió cautiverio con Barahona, Bracamonte y Roberto Flores. En ese lugar conoció
también a Tripiana a quien nunca más vio nuevamente.
Continuó su detención ilegal en la Departamental, lugar donde fue sometido
a malos tratos y torturas. En las declaraciones brindadas precedentemente obrantes en autos y
la escuchada en el debate, Valdez recuerda con precisión la noche del 9 de julio de 1976, en la
que fueron obligados a arrastrarse por el piso mojado de la celda con las únicas prendas que
vestían y en pleno invierno. Fue “para secar el piso” refirieron sus captores. El que “no secaba
el piso” recibía golpes y patadas. En este lugar recuerda haber compartido cautiverio con Juan
Carlos Castro, Rafael Porras, Hugo Riera, a Chaqui y Masini
Finalmente fue trasladado nuevamente a la Municipalidad, desde donde
recuperó su libertad, el día 5 de agosto de 1976, mediante un acta firmada por el teniente
primero Mario Guillermo Ocampo. Junto con él recuperó también la libertad Chaqui.
Una semana más tarde fue reincorporado a la fábrica. Aún hoy Valdez no
sabe porque fue detenido y torturado por más de dos meses y medio, aunque cree que fue por
ser peronista.
Los hechos padecidos por Valdez han podido ser corroborados, no solo
por la prueba documental incorporada y a la cual ya referiré, sino por numerosas declaraciones
que hemos escuchado a lo largo del mencionado debate.
Así, Hugo Adelmo Riera, en audiencia del 23 de abril de 2015, al referir su
propia detención, recordó haber compartido la celda con Valdez en la departamental, entre
otros detenidos. “Estuve desde abril hasta fines de octubre de 1976”, refirió textual Riera, siendo
coincidentes con las fechas señaladas por Valdez.
Pero no solo Riera recuerda a Valdez, el propio Barahona, en esta sala, el 16
de abril del 2015, refirió a la tortura padecida en la departamental aquella noche de invierno:
“….Un 9 de julio fue cuando la tortura, vinieron diez militares y ahí nos bailaron, nos pegaron, hicieron toda
esa clase de trabajo con nosotros. Nos hicieron secar el piso con el cuerpo. Fue a uno o dos, a Castro le hicieron
un submarino. El gritaba que lo mataran porque lo estaban torturando demasiado. Estaba Riera, Valdez,
creo que estaba Roca también”
Además de Riera y Barahona, en sendas declaraciones, las víctimas Sergio
Segundo Chaqui (10/04/15) y Roberto Rosales (08/04/15), se refirieron a Valdez. Chaqui
recuerda haber obtenido la libertad junto con Valdez, y Rosales también lo recuerda de su
estadía conjunta en la Departamental y de aquella fría noche de julio donde “tuvieron que secar el
piso con sus cuerpos”
Continuando, y para tener plenamente acreditado el hecho, cabe referir que
todo el raid ilegal padecido por Valdez, no fue ajeno a las constancias que sus captores
22
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
volcaban minuciosa y prolijamente en los libros de cada dependencia, o siendo más preciso, de
cada centro clandestino.
Así tenemos mencionado a Valdez en los siguientes libros:
a) En el Libro de Novedades de Infantería (que va del 23/04/76 al
16/06/76) obra un asiento del 30/04/76 a las 10,50 horas que da cuenta que se hace presente
“los soldados Oscar Badilla y Rodolfo Rodríguez en el móvil P2 conducido por el Agte Raúl Tapia
conduciendo detenidos a los ciudadanos don Marcos Antonio Valdez, argentino, Hijo de Don Arturo y de
Carmen Muñoz, nacido el 20/08/1943 en El Manzano, Malargüe, casado, alfabeto, empleado, con
domicilio en calle Cabildo Nº 967, L.E. Nº 8.023.658, Tomas Valdez (…) y Ramón Carlos Florencio
Peña (…). Acto seguido se retiran los soldados en dicho móvil” (fs. 60 y vta)
b) En el mismo libro, en la apertura de guardia del 01/05/76 al 02/05/76,
surge que entre los detenidos se encuentra Marcos Antonio Valdez y como Jefe de Día,
Tomás L. Rojas, (fs. 67/68). Esta misma circunstancia se repite los días 3 a 4/05/76, con
Pedro Humberto Torres como Jefe de Día (fs. 88/89 vta) y día 5 al 6/05 con Isidoro Freire
como “Jefe de Día” (fs. 110/111 vta)
USO OFICIAL
23
uno para luego ser torturados, tal como relató Ramón Rosales en este debate, quien dijo que
cuando se abría una puerta les sacaban la capucha, que había una luz muy potente que les
enfocaban la cara y que los interrogaban por la Organización Montoneros. En el mismo
sentido su hermano Roberto manifestó que en Infantería lo torturaron y le preguntaron por la
militancia de sus compañeros.
El día 10 de marzo de 1976, Ramón Rosales fue trasladado con el resto de
los detenidos a los que ya hice referencia, al Departamento de Informaciones de la Policía de
Mendoza, en la Ciudad de Mendoza donde permaneció hasta el 16 de marzo del año 1976, día
en que fue trasladado a la Penitenciaría de Mendoza lugar donde permaneció hasta el día 27 de
septiembre del año 1976 que fue trasladado a la Unidad 9 de La Plata. Allí estuvo hasta
mediados de octubre de 1977 cuando fue trasladado a la Cárcel de Caseros, lugar desde donde
el día 20 de diciembre de 1977 hizo uso del derecho de opción de salir del país vía México.
Por su parte, su hermano Roberto corrió otra suerte. Así, el mismo 10 de
marzo de 1976, fue conducido por personal de la policía de San Rafael a la UR II, lugar desde
el cual recupera su libertad.
Sin embargo, el 7 de abril del mismo año, es detenido nuevamente por
fuerzas conjuntas del Ejército Argentino y de la Policía de Mendoza junto con Roberto Flores
y Vitalio Acuña, oportunidad en que se encontraban en su domicilio particular. Fue llevado a
Infantería y, luego de tres o cuatro días, lo trasladaron a la sede de Tribunales, donde
compartió cautiverio junto con Luis Barahona, Marcos Antonio Valdez, Hugo Riera, Hugo
Magallanes, Orlando Escobar, Juan Domingo Chacón, Roberto Flores, Mario Bracamonte,
Juan Carlos Castro, Sergio Chaqui, Pedro Ítalo Carrozo, Alfredo Porras y Héctor Masini.
Manifestó que todos sufrieron torturas. Esta segunda detención se extendió hasta fines de
octubre de ese mismo año
Esta segunda detención, resulta acreditada por del libro de novedades del
Cuerpo de Infantería (que va del 12/04/76 al 24/04/76) folio 107, allí surge constancia del
traslado realizado el día 21 de abril de 1976 a los detenidos políticos Roberto Flores, Roberto
Rosales, Hugo Magallanes, Hugo Riera, Mario Bracamonte y Orlando Escobar al Poder
Judicial.
Mientras que a fs. 117vta. del mismo libro, en la misma fecha, se deja
constancia que siendo las 20:30 horas, “el Sr. Jefe de la Unidad Operacional Nº 336, Mayor del
Ejército Luis Faustino Suárez, que los detenidos Roberto Rosales, Aldo Fagetti, Ricardo Ríos, Vitolio
Acuña, Oscar Tapia Vargas y Manuel Calderón Olivares, que se encontraban detenidos a disposición de la
autoridad militar por presuntas actividades subversivas, mediante notificación personal y previo reconocimiento
médico legal, son dejados en libertad”.
Posteriormente, Roberto Rosales fue trasladado a la VIII Brigada de
Infantería de Montaña, con sede en la calle Boulogne Sur Mer de la Ciudad de Mendoza,
24
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
donde estuvo varios meses hasta que le otorgaron su libertad, como dijimos, lo últimos días de
octubre.
De la segunda detención de Roberto da cuenta otra víctima y testigo,
Rolando Flores, quien en audiencia de fecha 16/04/2015, recordó: que fue detenido el 6 de
abril de 1976 a la noche, en su domicilio junto con Vitolio Acuña, por fuerzas conjuntas del
ejército y la policía de Mendoza. En el camión que lo traslada se encontró con Ramón Rosales,
también detenido.
Debe considerarse la versión brindada por las víctimas, los testimonios de
Nilo Lucas Torrejón (09/04/15); Norma Laura Rosales, Juan Carlos Berón (09/04/15); Hugo
Adelmo Riera (23/04/15); Mario Héctor Bracamonte (23/04/15); Nilda Brito (09/04/15),
entre muchos otros.
Finalmente, se encuentra incorporada en autos, copia del Decreto del Poder
Ejecutivo Nacional Nº 2716, de fecha 1 de noviembre de 1976 que dejó sin efecto el arresto
de Roberto Rosales Lobos, mientras que, a fs. 100 glosa el informe de la Secretaría Legal y
Técnica de la Presidencia de la Nación, haciendo saber que Ramón Emilio Rosales Lobos fue
USO OFICIAL
puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional mediante decreto Nº 1003 el día 14 de
marzo de 1976.
25
otros detenidos, entre ellos a Osorio, Alberto Martínez Baca y la esposa de éste, a Roberto
López y al Dr. Porras. Allí permaneció por espacio de tres o cuatro días.
Posteriormente, fue conducido junto con los otros detenidos en un móvil
de la policía al que todos conocía como “el cuartito azul” a la Casa Departamental, donde tal
como manifestó la víctima, había tres celdas y fue alojado en la del medio.
Todo ello resulta corroborado por la prueba documental. Así, del Libro de
Novedades de la Guardia de la Casa Departamental (que va del 23/12/75 al 11/04/76), surge
un asiento que da cuenta que el día 25 de marzo de 1976 a las 06:15 hs., “De división Cuerpos
URII”, ingresaron en calidad de detenidos e incomunicados por orden del Jefe de Sub Area
33-51 Mayor de Ejercito Don Luis Suarez, Isidro Calívar, junto a otros ciudadanos (fs. 249 y
vta) y a las 9:45 se acompañaron las requisas efectuadas en la División Cuerpos.
Calívar agregó que mientras permanecía detenido en los calabozos de
Tribunales ingresó varias veces Labarta, como así también el Mayor Suárez quien muchas
veces iba acompañado del Teniente Guevara. Puntualmente relató Calívar que en una
oportunidad el Mayor Suarez derramó dos baldes con agua en la celda y le indicó que debía
secar el agua con el cuerpo, y ante la resistencia de la víctima, lo golpeó duramente.
El día 20 de mayo, es decir casi dos meses después de su detención, fue
conducido a la Municipalidad a fin de darle la libertad. Allí lo esperaba el Mayor Suarez y el
Dr. Cuervo, este último detrás de un escritorio con una máquina de escribir. El Sr. Calívar
solicitó una constancia para poder justificar las inasistencias en su trabajo. Sin embargo, le fue
ofrecido un certificado que indicaba una fecha de detención posterior a la real. Según señala,
tras negarse a recibir dicho documento, le fue indicado que volviera al día siguiente por otra
constancia, ocasión en la cual fue nuevamente detenido.
Efectivamente, al día siguiente, cuando volvió a la Municipalidad, el Dr.
Cuervo junto con el Mayor Suarez le entregaron el mismo certificado que había cuestionado
sin ningún tipo de corrección y acto seguido Suarez ordenó que lo llevaran nuevamente
detenido en el móvil de la Policía a la Casa Departamental. Así, fue conducido por el Dr.
Cuervo y dos asistentes de la Policía, quienes una vez allí lo hicieron subir por unas escaleras
hasta la planta alta del edificio y lo encapucharon con una frazada y lo dejaron alojado en una
sala de calderas del edificio que funcionaba como archivo permaneciendo allí por 60 días.
Debe valorarse que la víctima ha hecho específica mención a las
consecuencias psicológicas que este episodio le provocó. Relató asimismo que sólo de noche
se le permitía concurrir al baño de Bomberos, razón por la cual se veía obligado a satisfacer
sus necesidades en una lata o en un balde. Manifestó también que dormía sobre un banco de
cemento y que estaba encapuchado con una frazada atada con cordones de borceguí. La
libertad le fue concedida nuevamente el día 20 de julio de 1976 (de conformidad con esta
fecha, y atento a que habría permanecido detenido 60 días, es que puede deducirse que esta
segunda detención tuvo inicio inmediatamente después cesada la anterior).
26
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
Masini, Ismael López, Calívar, Martínez Baca, el cuñado de Dr. Dauverné, el padre de Dauverné, la
hermana de Dauverné…”
Por su parte, Hugo Adelmo Riera (audiencia del 23/04/15) sostuvo que en
la Departamental “estaban mi suegro, el flaco López, Calívar, Porras, a ellos se los habían llevado en otra
oportunidad…”
En igual sentido se manifestó María Esther Dauverné (audiencia del
09/04/2015) quien refirió que “…en la departamental Isidro Calívar estaba detenido en la celda del
medio con Martínez Baca, Porras, el Flaco López y Suarez llego pasado de vino y los torturó…”.
27
agosto de 1976 en una fiesta de cumpleaños llevada a cabo una vivienda ubicada en la
intersección de las calles Comodoro Py y Paula Albarracín de esta ciudad. Luego de su
detención, fue trasladado a la Comisaría 8va. de la Policía de Mendoza.
El día 30 de agosto de 1976 fue conducido desde esa comisaría a la sede de
Infantería, para luego ser trasladado a la Casa Departamental. Su padre pudo verlo en la
Comisaría 8va. donde su hijo le manifestó que había sido torturado por personal policial. El
padre de José Berón le llevó comida hasta que el día 8 de octubre le informaron que su hijo
había sido trasladado en un camión al comando. Se dirigió entonces -junto con su hija Matilde
Berón- al Comando Militar ubicado en las calles Castelli y Urquiza, donde el Teniente Aníbal
Alberto Guevara le preguntó en qué cosas raras andaba su hijo y luego José Martín Mussere le
señaló que en dos horas sería puesto en libertad. Desde entonces, no se tuvo más noticias
sobre el paradero de José Guillermo.
Asimismo, contamos con el acta de reconocimiento médico y libertad de
José Guillermo, la cual indica que a las 20 horas del día 8 de octubre de 1976, Berón
compareció al puesto comando de la Municipalidad, en presencia del médico de la policía y del
asesor letrado Dr. Raúl Egea Bernal conforme lo ordenado por el jefe del área 3315, Mayor
del Ejército Luis Suárez y le fue otorgada la libertad.
Tal como ha ocurrido en otros casos, es sabida la absoluta falsedad de estas
“actas” que pretendían en lo formal desligarse de la responsabilidad sobre la suerte del
detenido, cuando ésta ya había sido definida, y muy lejos estaba –por cierto- de la
recuperación de la libertad. No podemos dejar de mencionar el grado de cinismo y perversión
que significó esta conducta: no solo se lo detenía ilegalmente y se lo torturaba, sino que
además se lo ultimaba y como “corolario”, se labraba un “acta” con todas las formalidades de
la ley en la cual rezaba que Berón había recuperado la libertar en perfecto estado de salud. Una
verdadera puesta en escena con médico, abogado, militares, incluso haciendo firmar a la
propia víctima.
La circunstancias de la detención y su posterior estadía en los distintos
C.C.D., hasta su desaparición, se encuentra acreditada por numerosos testimonio brindados en
el mencionado debate, así tenemos las declaraciones de: Daniel Elías Navarro (25/05/2015),
Epifanía Torres (10/04/2015), Germán Ríos (25/06/2015), Hugo Adelmo Riera
(23/04/2015), Jorge Valentín Berón (28/05/2015), Juan Carlos Berón (26/03/2015), Laura
Berón (26/03/2015), Luis Abelardo Berón (08/04/2015), Luis Alfredo Barahona
(16/04/2015), María Ester Dauverné (16/04/2015), Mario Héctor Bracamonte (23/04/2015),
Matilde Berón (08/04/2015), Nicolasa Soria (28/04/2015), Pedro Sandoval (15/04/2015),
Roberto Flores (16/04/2015), Rosa Berón (08/04/2015) y Walter Ríos (21/05/2015).
No referiremos cada uno de estos testimonios, aunque si aquellos que
consideramos especialmente relevantes.
Así, Daniel Elías Navarro manifestó que “Yo era muy amigo de Pepe Berón,
28
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
éramos vecinos… Yo iba a la juventud peronista con los Berón…. En la fiesta estaba el chileno Berohiza, un
boliviano, y llegó la policía y nos detuvo a todos y nos llevó a la Comisaría 8°. Nos llevaron a Infantería, ahí
estuvimos, unos quince días…. Me citaron del Comando, ahí declaré, no leí la declaración me la leyeron. En la
Octava lo vi a Pepe y de ahí no lo vi más.”.
En el mismo sentido, Epifanía Torres refirió que “En algún momento en que yo
lleve de comer a mi marido había un unimog de la policía que le decían el cuartito azul y que estaba esposado
un chico que después supe que era José Berón, Pepe Berón. Podría haber sido en septiembre. El Pepe me dijo
Hola Doñita. Lo acompañaron dos personas de verde. No alcance a ver si había alguien más. Con el
transcurso del tiempo y por fotos e hice memoria y dije es el chico que vi ese día. Era un chico joven, Berón por
los rasgos. Lo sacaron de Tribunales. Asumo que son militares”.
Por su parte, Juan Carlos Berón sostuvo que “Mi hermano era un pibe de
trabajo, siempre se buscaba la vida, por ahí salía. Nunca lo vi armando a mi hermano… José Guillermo
siempre tenía problemas de que se lo llevaban detenido, porque tenía pelo largo, arito. También lo perseguían
por su ideología. Porque pertenecían a la Juventud Peronista Revolucionaria. En varias pintadas lo
acorralaban y lo llevaban detenido. En dos oportunidades lo llevaron a él” (…) “José Guillermo estaba
USO OFICIAL
trabajando en Arroyito y se quiso volver. Un día fue a una fiesta y tuvo un problema con una gente y ahí lo
llevan detenido a su hermano y a Elías Navarro y después se entera que su hermano había desaparecido. Rosa
Mirta fue a buscar a José Guillermo a donde supuestamente le habían dado la libertad y ya no estaban. Sus
padres comenzaron a dar vueltas para buscarlos pero nada. A su hermano José Guillermo lo detienen en
agosto.”
Asimismo, Luis Abelardo Berón manifestó que “José Guillermo Berón estaba en
el Sur trabajando de Camionero y se volvió a Mendoza por nuestras detenciones. Me voy para allá y que me
caguen matando los milicos, dijo. Y cuando llego fue a una fiesta, aproximadamente en julio de 1976 y se lo
llevaron detenido a los calabazos de Tribunales. Al Pepe lo detienen con un muchacho más y que los largaron a
los otros y lo dejaron a él solo. Estaba aterrorizado”.
Luis Barahona dijo que “Yo estuve con un Pepe Berón, no recuerdo bien en que mes
llegó a Tribunales y estuvo dos o tres meses. Un día hubo unos traslados y quedó Berón con nosotros y no sé
qué día, unos primeros días de noviembre o anteriormente lo trasladaron a Berón, a la una o dos de la
mañana, era de noche. Fueron a la celda, lo llamaron por el nombre. Cuando despertamos ya se había ido.
Después nos enteramos que desapareció”.
Por otro parte, además de los numerosos testimonios que se refirieron, se
encuentra incorporada a la causa, diversa prueba documental que verifican lo hechos relatados,
así:
El Libro de Novedades de la Guardia de la Comisaria 8° (que va del 18 de
junio al 17 de agosto de 1976) donde consta que:
a) El 29 de agosto de 1976 a las 3:45 horas ingresó el sub comisario Isidoro
Freire y el Oficial Ayudante Lino Morales en el móvil P 14 con los detenidos José Guillermo
Berón y Daniel Navarro, para averiguación de antecedentes y medios de vida (fs. 110).
29
b) El 30 de agosto de 1976 a las 3:00 horas salieron en libertad Daniel
Navarro, Enrique Coronel, Pablo Leguizamón, Luis Ramírez y Raúl Mamaní por orden del
sub comisario Isidoro Freire.
c) Posteriormente a las 9:20 horas del mismo día se dejó constancia que a
las 3:45 horas salió en libertad el ciudadano José Guillermo Berón por orden superior.
El Libro de Registro de Detenidos de la Comisaría 8va (que va del 2 de
enero de 1974 al 23 de febrero de 1979) donde consta:
a) Registrados entre los números 227 a 233 los siguientes internos: José
Guillermo Berón, Enrique Coronel, Daniel Navarro, Pablo Leguizamón, Luis Ramírez, Raúl
Mamaní y Néstor Camacho. Se aclara que se los detuvo el 29 de agosto de 1976 a las 3:45
horas con intervención del ejército.
Finalmente y en relación a la prueba de estos hechos, no puede dejar de
mencionarse y valorarse, que el mismo fue oportunamente ventilado en los autos Nº2365-M
caratulado “Menéndez, Luciano Benjamín y otros p/ Av. Inf. Arts. 144, 142, 292 y 293 del
C.P., en los cuales recayó sentencia del TOF N° 2 de Mendoza N° 1186 y confirmada por la
Cámara Federal de Casación Penal el 8/2/2013, en la causa N°14.282 –Sala III – C.F.C.P
“Labarta Sánchez, Juan Roberto y otros s/recurso de casación”. En dicho proceso se acreditó
la existencia de la detención y desaparición de José Guillermo Berón y fueron condenados los
imputados que oportunamente se les reprochó penalmente dicha conducta.
30
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
artística, social, estudiantil o gremial del país, a fin de individualizar a aquellos que, por ser
considerados “enemigos internos de la patria”, debían ser eliminados. Esta actividad de
inteligencia era previa al secuestro y posterior detención o desaparición forzada de esos
“blancos”.
b) El modus operandi del aparato represivo estatal en San Rafael fue el
mismo que en el resto del país: se trató de procedimientos donde prevaleció la nocturnidad;
en el que actuaban un número variable de efectivos, fuertemente armados y sin identificación
alguna (en algunas ocasiones hasta grotescamente disfrazados) quienes previa “liberación de
zona” se dirigían a los domicilios particulares de las víctimas, ya identificadas de antemano por
las labores de inteligencia. Allí las secuestraban y, tras rapiñar cuanto objeto de valor
encontraban a mano, procedían a trasladarlas en autos sin identificación. Luego algunas de
ellas serían “blanqueadas” mientras que otras desaparecerían para siempre.
c) Asimismo las torturas a que fueron sometidas las víctimas –también en
los términos señalados en el acápite vinculado a la existencia material de los hechos- deben
considerarse como una expresión más del plan criminal mencionado.
USO OFICIAL
31
C. RESPONSABILIDAD CONCRETA DEL IMPUTADO
Comprobada la existencia material de los hechos y señalados los diversos
elementos que permiten atribuir tales delitos al aparato represivo estatal, corresponde ahora
determinar si el imputado debe responder penalmente por los mismos y en qué carácter.
Se encuentran agregados a las presentes actuaciones, copia del legajo
personal del sacerdote Franco Reverberi del Ejército Argentino, donde se da cuenta de su
desempeño como capellán auxiliar del Escuadrón de Exploración de Montaña VIII de San
Rafael, el que conforme decreto del Ministerio de Defensa, sería desde el 10 de septiembre de
1980. No obstante ello, en una nota agregada a fs. 52, Reverberi reconoce que venía prestando
funciones con anterioridad a su nombramiento, lo que permite suponer fundadamente que a la
fecha de los sucesos el sacerdote colaboraba con las fuerzas militares, como lo señalan los
testigos referidos en el acápite anterior (fs. 48/71 de las presentes actuaciones).
En este sentido, son contundentes las declaraciones testimoniales de las
víctimas del terrorismo de estado que estuvieron en cautiverio en la Casa Departamental, que
dan cuenta de la participación del sacerdote Reverberi en las torturas e interrogatorios y, en
algunos casos, entablando diálogos con los detenidos instándolos a que colaboren con los
militares. Recordemos.
i) Flores sostuvo que Reverberi le pidió colaboración con los militares para
tener alivio espiritual. Reverberi no los golpeaba, pero que presenciaba los torturas y lo recordó
presente en la gran golpiza generalizada del 9 de julio de 1976.
ii) Sergio Chaki afirmó que lo vio pasar al capellán del Ejército, de apellido
Reverberi, quien a veces iba solo. Y añadió que aparentemente “iba calzado” y estuvo presente y vio cuando
nos bailaron.
iii) Hugo Riera manifestó haber visto a Reverberi en el Centro Clandestino
de Detención que se encontraba ubicado en la sede de Infantería de la Policía de Mendoza,
aunque no lo vio con los detenidos sino junto al personal policial.
iv) Mario Bracamonte señaló, sobre el famoso 9 de julio de 1976, que le
pegaron una paliza durante cuatro horas, a Castro de la UOM le metían la cabeza en un balde y se la
sacaban, y allí vio al padre Reverberi, mirando y cuando lo vio le dieron una patada y le dijeron “que miras
negro”. Añadió que vio al sacerdote en cuatro oportunidades, hasta el 26 de septiembre de
1976, que lo trasladaron a la ciudad de La Plata. Ese día, José Guillermo Berón le dijo que
tenía miedo de lo que podría sucederle.
Explicó que el día que le pegó era con ropa de fajina militar, todas las otras veces que lo
vio iba de oscuro y tenía la biblia; conocía a Reverberi cuando iba a la Iglesia ya que el declarante es católico.
(…) y que estaba seguro de haber visto a Reverberi en la Departamental presenciando los bailes, los golpes
y las torturas.
v) Isidro Calívar afirmó haber visto a Franco Reverberi en el Centro
Clandestino de Detención y Tortura conocido como “Casa Departamental” a través de una
32
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
mirilla.
De los testimonios reseñados precedentemente surge que Franco Reverberi
tenía conocimiento pleno de las detenciones ilegales de los nombrados y de las torturas a las
que fueron sometidos; asimismo ha quedado debidamente probado que el imputado se movía
con autonomía en la Casa Departamental y que Flores, Chaki, Riera, Bracamonte, Barahona,
Porras, Valdez, Rosalez y Calívar se encontraban detenidos en dicho centro clandestino el 9 de
julio de 1976, momento en que ocurrieron los tormentos generalizados de la que el imputado
fue parte.
En los centros clandestinos de detención, los secuestrados fueron
interrogados, en la casi totalidad de los casos, bajo tormentos, a través de métodos de tortura
similares. Sólo pueden señalarse pequeñas variantes de tácticas o de modos, pero el pasaje de
corriente eléctrica, los golpes y la asfixia, se repiten en casi la totalidad de los casos
investigados, ya sea que el centro clandestino dependiera del Ejército o de la Policía de
Mendoza.
La descripción de las condiciones de detención en la Casa Departamental,
USO OFICIAL
donde Franco Reverberi llevaba a cabo su labor, fueron especificadas en la sentencia N° 1575,
donde quedó establecido que “inmediatamente después del secuestro, las víctimas eran trasladadas con
violencia física y verbal –en general con los ojos tapados y golpeadas- y depositadas en los CCDyT en ninguno
de los cuales tuvieron visitas o contacto con el exterior; las condiciones de detención eran inhumanas y, muchas
veces, sólo se alimentaban si su familia llevaba comida. Además de la tortura física y psíquica -golpes, picana,
arrastrarse por el suelo, submarino, etc.- padecieron amenazas de muerte, absoluta indefensión ante los
represores, en pésimas condiciones de higiene, ingreso nocturno a las celdas para torturar, interrogar, amedrentar
o simplemente interrumpir el descanso y nula atención médica, salvo para asegurar que podía continuar la
tortura. (…) Cuando se produjo el golpe, Infantería era el paso previo de las víctimas antes de ir al mayor
campo de concentración de la zona sur: la Casa Departamental, conocida como “Tribunales” o “Colegio
de Martilleros” porque eran los calabozos del subsuelo de los tribunales provinciales. El ingreso de secuestrados
alteró su función: la Departamental recibió cautivos desde el día del golpe hasta el 8 de diciembre de 1976, que
dejó de funcionar. Estaba bajo control del Ejército -a cargo de Guevara- y la custodia tanto militares como
policías y penitenciarios” (fs. 26/27 de la sentencia N° 1575 dictada por el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal N° 2 de Mendoza, en el marco de los autos 93002704/2010 caratulados
“Báez Malbec, Miguel Angel y otros s/ privación ilegal de la libertad y otros”).
Así, las acciones llevadas a cabo por Reverberi implican:
a) Tomar parte voluntaria en el aparato criminal (motu propio, no por
pertenecer a una fuerza en particular toda vez que ya lo hacía desde antes de ser ordenado
capellán). Esto le agrega un mayor contenido de antijuricidad a su conducta.
b) A lo anterior hay que sumar el aporte que hace, que no radica en el solo
hecho de presenciar las torturas, sino que suma su presencia como sacerdote a los
torturadores materiales, lo que en sí aumenta el sufrimiento de las víctimas, que abandonados
33
de todo, ya ni siquiera pueden confiar en Dios: un “representante” suyo está presente en ese
infierno. Con su presencia, Reverberi aporta un significado simbólico a los tormentos y
aumenta el sufrimiento de las víctimas al generar la impresión de que están verdaderamente
libradas a su suerte.
c) Pero a ese aporte simbólico suma otro material: intentar convencer a
algunas víctimas para que hablen, amenazarlas directamente. En este sentido, los dichos de
Roberto Flores son elocuentes, sostuvo que el sacerdote les dijo que debían colaborar con las
fuerzas de seguridad para tener alivio espiritual.
d) Ese aporte, entendemos, sería secundario, ya que es posible afirmar que
el secuestro y las torturas lo mismo se habrían consumado sin el aporte de Reverberi, pero éste
le sumó el significado antes expresado. Además, y si bien no puede afirmarse que sus
sugerencias hayan conducido a que las víctimas hablaran, el sólo hecho de intentar
convencerlas valiéndose de su ministerio es un aporte material.
Por otro lado quedó demostrado, con abundancia probatoria, que el
imputado tenía cabal conocimiento que los lugares donde cumplía la alegada función pastoral
eran centros clandestinos de detención, que las personas allí detenidas eran víctimas de la
aplicación de diferentes tormentos, que abarcaba tanto violencia física y/o la incertidumbre
misma de la posibilidad de ser sometido a torturas físicas -pasaje de electricidad por zonas
sensibles del cuerpo, asfixia, etc-, las condiciones inhumanas y oprobiosas de detención -sin
higiene, sin comida, vendados, atados, entre otros tratos inhumanos-, las vejaciones, la tortura
psicológica, entre otras graves circunstancias que han sido descriptas por las víctimas de autos.
En efecto, es tan torturador el que enchufa el cable en la pared como el que
enciende la radio para que no se escuchen los gritos, el que pasa la picana por los genitales de
la víctima, o el que llega después a “aconsejarle” que hable para no ser torturado nuevamente.
Ahora bien, cuando el que llega después a dar consejos, es además un sacerdote que se maneja
con autoridad ante los demás miembros del aparato represivo, entrando y saliendo a su antojo
del centro clandestino, no es un torturador cualquiera, es uno calificado.
En este punto es importante recordar lo expuesto por la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Ciudad de Buenos Aires en la
emblemática causa 13/84, cuando sostuvo que ‘Se otorgó a los cuadros inferiores, una gran
discrecionalidad para privar de libertad a quienes aparecieran, según información de inteligencia, como
vinculados a la subversión; se dispuso que se los interrogara bajo tormento y que se los sometiera a regímenes
inhumanos de vida, mientras se los mantenía clandestinamente en cautiverio. Se concedió, por fin, una gran
libertad para apreciar el depósito final de cada víctima, es decir, el ingreso al sistema legal (puesta a disposición
del Poder Ejecutivo Nacional o de la Justicia Militar o Civil), la libertad, o simplemente, la eliminación física
...El sistema puesto en práctica -secuestro, interrogatorio bajo tormentos, clandestinidad e ilegitimidad de la
privación de libertad y, en muchos casos eliminación de las víctimas-, fue sustancialmente idéntico en todo el
territorio de la Nación y prolongado en el tiempo” (capítulo XX causa 13/84).
34
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
trabajaba durante muchas horas al día y pudo ver, en varias oportunidades, entre los años 1976
y 1978, que al edificio de enfrente, donde funcionaba una sede de la Sección 144 de
Inteligencia del Ejército, acudían con cierta frecuencia el Dr. Roldán, el Sr. Ferreyra y el cura Reverberi.
(…) Al cura Reverberi, lo conocía desde chico por cuanto vivía cerca de la casa de una tía del declarante. (…)
Que luego y ya como cura, lo conoció cuando el deponente era “boy scout” en la Iglesia de Lourdes y el
nombrado Reverberi era una especie de capellán de ese grupo y con quien hacían actividades, iban de
campamento, etc. (fs. 441 de las presentes actuaciones).
En este sentido, en la sentencia N° 1575, dictada el día 28 de agosto de
2017, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de Mendoza destacó el rol preponderante
que tuvo la inteligencia militar en la lucha antisubversiva. Allí quedó plasmado que la autoridad
operativa a cargo de la sub zona era la BIM VIII, a la que le correspondía conducir la
inteligencia en la jurisdicción. El departamento de Inteligencia –G2- no estaba en condiciones
de llevar adelante tamaña tarea. Para cubrir las exigencias de apoyo de inteligencia a la Brigada,
el Destacamento de Inteligencia 144 –con sede en la ciudad de Mendoza- instaló una sección
en San Rafael (Sección de Inteligencia 144), la que estuvo a cargo del Mayor Luis Ricardo Rizo
Avellaneda. Como expuso Guerrero Toledano, el sacerdote Franco Reverberi colaboraba con
dicha Sección, para ello concurría a las oficinas que esta tenía en la calle Almafuerte de la
ciudad de San Rafael, a brindar los datos que extraía de sus visitas al centro clandestino de
detención.
Por otro lado, tal como fuera expuesto por el Dr. Ricardo Ermili,
querellante en representación de la Asociación Civil Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos (APDH) filial San Rafael, de los dichos de Mario Bracamonte se puede afirmar que
la fecha cierta más tardía en que Reverberi fue visto en la Casa Departamental fue el 26 de
35
septiembre de 1976, ocasión en que la víctima fue traslada a la ciudad de La Plata. En ese
testimonio, Bracamonte dijo que vio al padre Reverberi en cuatro oportunidades, hasta el 26 de
septiembre (…) ese día Romero los sacan a bañarlos, allí Berón le dijo que tenía miedo.
Durante el período en que Reverberi fue visto dentro de la Casa
Departamental, José Guillermo Berón ingresó al citado centro clandestino de detención (el 28
de agosto de 1976), de donde desapareció el 8 de octubre de 1976. Como sostiene la querella
Reverberi estuvo simultáneamente en el CCDyT con una persona que luego sería desaparecida.
Así, se desprende de los testimonios analizados que Franco Reverberi fue
visto en la Casa Departamental conformando el aparato represivo. A su vez, ha quedado
probado que dentro de este sistema de detención, la clandestinidad en que se hallaban las
víctimas constituye el carácter ilegal de la privación de la libertad. La pertenencia activa de
Reverberi al aparato represivo, lo vinculo de manera irrefutable a la responsabilidad por las
privaciones ilegales de la libertad sufridas por las víctimas de autos, en algunos casos por
haberse contactado directamente con ellas y en otros, por la sola circunstancia de su presencia
comprobada en forma contemporánea con los detenidos y la libre circulación del imputado
por dicho centro clandestino de detención.
La prueba hasta aquí reseñada resulta ser contundente en relación al rol que
asumió el imputado dentro del sistema represivo pergeñado por el gobierno de facto. Su
compromiso con el plan criminal fue absoluto y estuvo totalmente consustanciado con tales
objetivos, por lo que le cabe responsabilidad penal por los hechos anteriormente reseñados.
36
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
37
militancia, o por tener alguna relación de amistad o cercanía con quienes tenían ese perfil político
en forma directa –lo cual, como dijimos, era suficiente para que el aparato represivo
arremetiera también contra ellos/as-). En cuanto al dolo, entendemos se encuentra
suficientemente acreditado el conocimiento de los imputados respecto a los padecimientos
físicos y psíquicos a que fueron sometidas las víctimas privadas de su libertad y su significado
típico, a lo que debe agregarse que tales conductas conformaban una práctica sistemática
implementada en los centros clandestinos de detención con la finalidad de quebrantar la
voluntad de quienes se encontraban allí prisioneros, para obtener información relacionada con
su filiación política o con cualquier otra actividad que pudiere tener relevancia para el aparato
represivo o por otras motivaciones que resultan independientes a los fines de la configuración
del tipo subjetivo de la figura.
En este orden de ideas, entendemos que corresponde descartar el delito de
vejaciones agravadas. Ello así por cuanto las torturas o tormentos implican la causación de
dolor físico o psíquico de mayor intensidad que la simple vejación. En este sentido, tiene
dicho la doctrina que “lo que define la tortura es la intensidad del sufrimiento de la víctima, que la
distingue objetivamente de las severidades o vejaciones” (cita textual de Creus, E. Donna, Derecho
Penal Parte Especial, Tomo II-A, p. 193) por lo que existe un desplazamiento de la figura de
las vejaciones agravadas por una cuestión de concurso aparente de tipos penales.
Cabe aquí agregar que, en esta presentación, este Ministerio Publico
considera acreditada la figura de tormentos agravados en muchos casos en los cuales, pese a
que las víctimas no han señalado expresamente haber sido torturadas, se verifica que han sido
sometidas a condiciones que per se implican la configuración del referido tipo penal. Así, el
hecho de ser secuestrados/as violentamente, alojados/as en centros clandestinos de
detención, con total incertidumbre sobre su destino o el de sus familiares o amigos/as, en
condiciones deplorables de hacinamiento, higiene y alimentación, sometidos/as
continuamente a presenciar gritos, sufrimientos y tormentos de sus compañeros/as de
cautiverio, entre otras muchas características inherentes a las modalidades de secuestros y
detenciones a que fueron sometidas las víctimas del terrorismo de estado, resultan sin duda
alguna configurativas del delito de tormentos.
Para no abundar aquí sobre la amplia doctrina y jurisprudencia nacional e
internacional que avala esta posición, baste con decir (conforme surge de la compilación
efectuada en el documento “Tratamiento Penal de las Condiciones de Detención en los Centros
Clandestinos frente al Tipo Penal del art. 144 ter, CP”, realizado por la Unidad de Coordinación y
Seguimiento en causas por violaciones a los Derechos Humanos, Procuración General de la
Nación) que los órganos de protección de los Derechos Humanos, al determinar si la
afectación física o psíquica sufrida por una persona es lo suficientemente grave o intensa
como para ser considerada tortura, han valorado criterios tales como los malos tratos a los que
son sometidos/as, los medios y métodos empleados, los efectos físicos o psíquicos causados,
38
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
la repetición de los actos y la duración total del sometimiento, e incluso las características
personales de la víctima como la edad, el sexo, la salud, la contextura corporal y mental, etc,
(cfr., CIDH, Informe N° 35/96, Caso 10.832, Luis Lizardo Cabrera, República Dominicana, 7 de abril
de 1998, par. 85; TEDH (plenario), lreland v. The United Kingdom, sentencia del 18 de enero de 1978,
par. 162; también la opinión separada del juez Zekia, punto A; TEDH, Campbell and Cosans,
sentencia del 25 de febrero de 1982. par. 26; Soering v. United Kingdom, sentencia del 7 de julio de 1989,
pars. 110 y 111; Selcuk and Asier v. Turkey, sentencia del 24 de abril de 1008, par. 76; entre otros). En
el mismo sentido, han señalado que el grado de estigmatización provocado es también un
factor a tener en cuenta para la configuración del delito (TEDH (plenario), keland v. The United
Kingdom, sentencia del 18 de enero de 1978, par. 167; Aydin v. Turkey, sentencia del 25 de septiembre de
1997, par. 82) y que la especial vulnerabilidad en la que se encuentra una persona detenida
debe ser tenida en cuenta para evaluar si un acto constituye una infracción en los términos del
art. 3 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales -TEDH, Rihitsch v. Austria, sentencia del 4 de diciembre de 1995, par. 38- y del art. 5
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos -Corte IDH, Loayza Tamayo vs. Perú,
USO OFICIAL
sentencia del 17 de septiembre de 1997 (fondo), par. 57; "Niños de la Calle" (Villagrán Morales y otros) vs.
Guatemala, sentencia del 19 de noviembre de 1999, par. 166, entre otros-.
En definitiva, queda claro que las condiciones inhumanas de detención que
eran impuestas a las víctimas del terrorismo de estado, tenían por finalidad crear en ellas un
estado de coacción psicológica permanente, particularmente materializada mediante la
amenaza explícita o implícita de sufrir torturas o de morir, todo lo cual creaba una atmósfera
de sufrimiento sumamente intenso, alzándose así en una pieza esencial del funcionamiento del
aparato de terror estatal tendiente, en última instancia, a la destrucción de la personalidad y a la des-
estructuración de la identidad (para mayor abundamiento, véase el citado informe de la Unidad de
Coordinación, de la Procuración General de la Nación).
Finalmente, cabe señalar que –además de lo hasta aquí dicho- abundante
jurisprudencia nacional ha receptado sustancialmente estos mismos criterios. Así, y sólo por
citar algunos ejemplos, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
Federal ha señalado que aclaró que "la tesis (…) de considerar genéricamente a las condiciones de
cautiverio como tormento (…) resulta acertada en aquellos casos en que los padecimientos sufridos lo configuren
(…); (l)a amenaza de tortura, el escuchar durante lapsos prolongados los gritos de quienes estaban siendo
atormentados, el relato de vejaciones a personas de íntima relación o la promesa de hacerlo constituyen, a modo
de ejemplo, formas de tormento psicológico (…)” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional Federal, Causa 44/84, sentencia del 2 de diciembre de 1986).
En similar sentido, otros tribunales han indicado que “se avalará la aplicación
de la figura prevista en el artículo 144 tercero, primer párrafo del Código Penal, a los casos en que se encuentre
a priori acreditada la privación ilegítima de una persona en condiciones inhumanas de cautiverio generalizadas
y sistemáticas (…), basta recordar que los detenidos eran sometidos a tabicamiento, engrillamiento, supresión de
39
la identidad, condiciones de cautividad en tubos o leoneras, supresión de toda forma de comunicación humana,
castigos permanentes, amenazas de torturas, deficiente alimentación, falta de higiene, exposición en desnudez y
otros padecimientos (…)” (Causa n° 38.732, caratulada "Del Cerro. Juan Antonio y otro(s) si
procesamiento", registro n° 1055, del 28 de septiembre de 2006) [sin perjuicio de este precedente,
útil para ilustrar sobre la aplicación del delito de tormentos, valga aquí precisar que en esta
presentación –y según ya lo hemos señalado-, habiendo quedado establecido el sesgo político
de las detenciones, corresponde –en realidad- aplicar el segundo párrafo de la mencionada
norma.
c) En relación con el delito de asociación ilícita, es postura de este
Ministerio Público en diversos precedentes el considerar que quienes integraron un aparato
organizado de poder estatal incurrieron en este tipo penal desde el mismo momento en que ese
aparato se transformó en una organización criminal (cuando lo integraban con anterioridad) o desde el
momento en que se sumaron dolosamente a él.
Es preciso aclarar que aún cuando el texto del tipo penal en análisis alude a
la intervención de una “banda” ello no implica asimilar el concepto de asociación ilícita con el
de “banda” que califica como agravante el delito de robo, toda vez que estos no son
coextensivos. Cada uno de ellos tiene su propia denotación. Ello es así pues el concepto de
“banda” que califica como agravante el delito de robo hace referencia al modo de ejecución del
injusto, en tanto exige que en el la comisión del robo participen tres o más personas con el fin
común de realizarlo. Por el contrario el delito de “asociación ilícita” previsto en el art. 210 del
C.P. requiere, para su configuración, “unidad de acuerdo y pluralidad de contextos delictivos a realizar
sucesivamente, mientras que la banda (que también debe estar integrada por tres o más personas) constituye la
agravante de otro delito y es para esta postura, una mera agrupación circunstancial eventual, fugaz, transitoria”
(cfr. D’Alessio Andrés; C.P. comentado y anotado, ed. La Ley Bs. As., 2006, pág. 687).
c.1) Dicho esto, corresponde dilucidar si la asociación ilícita de la que
formó parte el procesado corresponde a aquellas asociaciones que se encuentran reguladas en
el art. 210 bis del C.P. o si corresponde enmarcarla en la figura básica del art. 210 del mismo
Código (teniendo siempre en cuenta los textos legales vigentes a la época de los hechos).
Entendemos que corresponde aplicar el artículo 210 bis del C.P., por las siguientes razones:
En un primer nivel de análisis, y en lo que respecta a la sucesión de leyes
penales en el tiempo, tratándose la asociación ilícita de un delito permanente corresponde
entender que cuando tienen lugar modificaciones legislativas entre el momento del inicio y el
momento del cese de la comisión del ilícito en cuestión, es la ley vigente al momento del cese de
comisión del delito la que debe aplicarse.
Es decir que teniendo en cuenta que la conducta desplegada por el
procesado como miembro de una asociación ilícita se extiende indudablemente más allá de la
fecha en que la Ley 21.338 introdujo el tipo específico del art. 210 bis (01/07/1976), esta
figura más gravosa es la que debe ser aplicada. En efecto, se ha sostenido que “en los supuestos en
40
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
que se producen modificaciones de la ley que rige el caso, entre el momento de inicio y del cese de la comisión,
dado el carácter de delito permanente de la asociación ilícita, la aplicación del principio de la ley penal más
benigna no se justifica, pues dicho principio tiende a regular los casos en los que la diferencia se plantea entre la
ley vigente al momento del hecho y la del momento del juzgamiento, y no alcanza a las modificaciones
producidas durante la comisión misma del hecho” (Patricia S. Ziffer, El Delito de Asociación Ilícita, Ad
Hoc, Primera Edición –Agosto 2005, Bs.As., pág . 222). Específicamente, se ha destacado que
si durante la comisión del hecho, “una nueva ley agrava la pena prevista para el delito de asociación
ilícita, no existe ninguna razón para no aplicar la nueva ley más gravosa, en la medida en que el autor
continúa cometiendo el delito bajo el imperio de la nueva legislación” (op. cit., pág . 222).
Es decir que, a tenor de lo prescripto por la norma en examen el delito de
“asociación ilícita” exige la existencia de un acuerdo de voluntades de carácter estable y con
atributos de cohesión y organización, entre tres o más personas imputables, con la finalidad de
cometer delitos indeterminados, sea que estos reconozcan, o no una misma modalidad
delictiva.
La configuración de la figura en estudio demanda un minino de cohesión
USO OFICIAL
dentro del grupo un cierto grado de organización estructurada. Ello implica la existencia de
algunas reglas vinculantes para todos los miembros con respecto a la formación de la “voluntad
social”. Para que la agrupación funciones como tal es requisito la aceptación común de dichas
reglas y sus miembros se deben haber comprometido a cometer los hechos en forma
comunitaria (como propios de la asociación). Consecuentemente los requisitos para afirmar la
existencia de una asociación ilícita son: 1) el acuerdo entre tres o más personas para el logro de
un fin (cometer delitos indeterminados); 2) la existencia de un estructura para la toma de
decisiones aceptada por los miembros; 3) la actuación coordinada entre ellos con un aporte
personal de cada miembro y 4) la “permanencia” del acuerdo. Aspectos que no deben
concurrir para la configuración de la banda como agravante del delito de robo.
c.2) Aclarado ello y como la redacción del artículo 210 bis fue modificada
en 1984 por la ley 23.077, resta determinar qué redacción del artículo mencionado
corresponde aplicar: si la vigente al momento de los hechos (ley 21.338) o la introducida una
vez restablecida la democracia.
En este punto sí tiene relevancia el principio de la ley penal más benigna en tanto se
trata de dos cuestiones distintas: una es la ley que corresponde aplicar al delito de la asociación
ilícita en sí en cuanto delito permanente y la otra es, en definitiva, una cuestión puramente
regulada por el artículo 2 del Código Penal.
c.3) En este punto corresponde señalar que para quienes resulten jefes u
organizadores (ya Ricardo Núñez señalaba que "son jefes los que comandan la asociación cualesquiera
que sean la jerarquía y el modo de su participación en el ejercicio del mando", mientras que organizadores son
quienes "han participado en las tareas del establecimiento u ordenamiento de la asociación”) surge la
41
cuestión de si debe aplicárseles el artículo 210 bis según redacción de la ley 21.338 o si
corresponde aplicarles dicho artículo según la modificación introducida por la ley 23.077.
En efecto, la conducta desplegada por el imputado encuadra en el tercer
párrafo del artículo 210 bis según la redacción de la ley 21.338 (para la cual se preveía una pena
de 8 a 25 años de reclusión o prisión). Además los restantes elementos del tipo penal –según la
redacción señalada- también resultan de aplicación a los jefes u organizadores, en particular la
disposición de armas de fuego, o la utilización de uniformes o distintivos o la conformación de la
asociación ilícita como una organización de tipo militar (primer párrafo), o la disposición de armas
de guerra y de una organización de tipo militar (segundo párrafo), todos aspectos inherentes a los
aparatos organizados de poder propios de la dictadura.
En su redacción actual, el artículo 210 bis al no distinguir entre cabecillas,
jefes u organizadores comprende todos los integrantes de la asociación delictiva. Los restantes
elementos del tipo penal actualmente vigente se encuentran también acreditados y son, como
se dijo, inherentes a la asociación ilícita conformada por el aparato represivo; asociación que,
como reza actualmente la norma, debe contribuir a poner en peligro la vigencia de la Constitución
Nacional, a la vez que debe reunir por lo menos dos de las características que enumera
taxativamente, entre ellas la de disponer de armas de guerra o estar organizadas militarmente
(contenidas también en la redacción anterior).
Cabe concluir en que para estos casos corresponde aplicar el artículo 210 en
su redacción actual, en tanto reviste la calidad de ley penal más benigna. En otras palabras:
para quienes revistan el carácter de cabecillas, jefes u organizadores de la asociación ilícita, la
anterior redacción preveía una pena de 8 a 25 años de reclusión o prisión; en cambio, la actual
redacción no hace distinciones y establece en forma general una escala penal que va de 5 a 20 años
de reclusión o prisión; además de introducir un requisito para que se configure el tipo penal
(contribuir a poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional) que antes no existía, otro
supuesto de ley penal más benigna que comúnmente menciona la doctrina.
d) En relación con el delito de homicidio calificado por alevosía y por el
concurso premeditado de dos o más personas, es criterio de este Ministerio Público Fiscal que
las privaciones ilegítimas de la libertad y posteriores desapariciones forzadas de las víctimas
deben ser también calificadas como tales.
La jurisprudencia nacional e internacional es unánime en este sentido.
Existen fallos que resultan plenamente aplicables a los casos que nos ocupan, pues el contexto
en el que se produjo la desaparición de las víctimas y la circunstancia de que más de cuarenta
años después continúe ignorándose su paradero resulta ser prueba más que suficientes para
concluir que fueron privadas de su vida. Sin embargo, incluso manteniendo un mínimo
margen de duda, debe tenerse presente que como dijo la CIDH “su suerte fue librada a manos de
autoridades cuya práctica sistemática comprendía la ejecución sin fórmula de juicio de los detenidos y el
ocultamiento del cadáver para asegurar su impunidad” (Caso Velázquez Rodríguez, Párr. 188).
42
M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e l a Na c i ó n
Adviértase que en el caso Velázquez Rodríguez la Corte llegó a esta conclusión habiendo
pasado sólo siete años desde la desaparición de la víctima.
En otro orden de cosas, la ausencia de los cuerpos de las víctimas tampoco
puede ser obstáculo para que proceda dicha imputación. La Corte Interamericana ha dicho al
respecto que “bastaría que los autores de una desaparición forzada ocultasen o destruyesen el cadáver de una
víctima, lo que es frecuente en estos casos, para que se produjera la impunidad absoluta de los infractores,
quienes en esta situación pretenden borrar toda huella de la desaparición” (Corte IDH. Caso Castillo Páez
Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 3 de noviembre de 1997. Serie C No. 34, Párr. 73). En efecto, a
la prueba de la muerte puede llegarse por otros medios probatorios que han sido avalados por
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ha dicho que “La práctica de los tribunales
internacionales e internos demuestra que la prueba directa, ya sea testimonial o documental, no es la única que
puede legítimamente considerarse para fundar la sentencia. La prueba circunstancial, los indicios y las
presunciones, pueden utilizarse, siempre que de ellos puedan inferirse conclusiones consistentes sobre los hechos”.
En este sentido, la falta de la prueba material de los cadáveres de quienes
resultaron víctimas de prácticas terroristas estatales no descarta la posibilidad de una
USO OFICIAL
imputación por homicidio: “una política de desapariciones, auspiciada o tolerada por el Gobierno, tiene
como verdadero propósito el encubrimiento y la destrucción de la prueba relativa a las desapariciones de los
individuos objeto de la misma. Cuando la existencia de tal práctica o política haya sido probada, es posible, ya
sea mediante prueba circunstancial o indirecta, o ambas, o por inferencias lógicas pertinentes, demostrar la
desaparición de un individuo concreto, que de otro modo sería imposible, por la vinculación que ésta última
tenga con la práctica en cuestión” (Corte IDH. Caso Godínez Cruz Vs. Honduras. Fondo.
Sentencia de 20 de enero de 1989. Serie C No. 5, Párr. 130).
2. Imputaciones específicas.
43
ley 21.338 del C.P.) e Isidro Calívar (art. 144 bis inc. 1° -conf. ley 14.616- agravado por el art.
142 inc. 1° y 5°, según ley 20.642 del C.P. -por la primera detención de la víctima- y art. 144
bis inc. 1º -conf. Ley 14.616- agravado por el artículo 142 inc. 1º y 5º, según ley 21.338 del
C.P. –por su segunda detención-)
- Tormentos agravados por la condición de perseguido político de la
víctima por 10 hechos, en perjuicio de Roberto Rolando Flores, Sergio Segundo Chaki, Hugo
Adelmo Riera, Mario Héctor Bracamonte, Luis Barahona, Alfredo Rafael Porras, Marcos
Antonio Valdez, Roberto Rosalez, Isidro Calívar y José Guillermo Berón (art. 144 ter. 1º y 2º
párrafo del CP, ley 14.616).
- Como autor del delito de asociación ilícita en calidad de integrante de la
misma (artículo 210 bis del C.P., según redacción actual).
VI. PETITORIO
1) Haga lugar a lo solicitado y, consecuentemente, cite a prestar declaración
indagatoria a Franco Reverberi Boschi en los términos señalados precedentemente; disponga
su captura nacional e internacional y la apertura de su proceso de extradición.
44
Signature Not Verified
Digitally signed by FISCALIA DE
SAN RAFAEL FISCALIA DE SAN
RAFAEL
Date: 2021.03.18 11:39:28 ART