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CONFERENCIA DICTADA EN LA CÁMARA DE COMERCIO DE IBAGUÉ EN

JUNIO 18 DEL 2004


PUBLICADA EN EL TOMO I DE ENSAYOS MASÓNICOS DE LA RESPETABLE
GRAN LOGIA DE COLOMBIA CON SEDE EN EL ORIENTE DE BOGOTÁ JULIO
DEL 2004

24 DE JUNIO,

SOLSTICIO DE VERANO,

FIESTA PAGANA, AMERINDIA,

MASÓNICA Y CRISTIANA

POR:

NELSON OSPINA FRANCO


M:. M:.

RESPETABLE Y BENEMERITA LOGIA ESTRELLA DEL COMBEIMA N° 7 DE


IBAGUÉ
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CONTENIDO

I---- INTRODUCCIÓN

II--- DE LA RELIGIÓN PAGANA AL SOLSTICIO

III-- -LA CAVERNA INICIÁTICA

IV-- AMÉRICA LA DESCONOCIDA

V--- LA FIESTA MASÓNICA DEL SAN JUAN

VI--- DEL SOLSTICIO ESTIVAL A SAN JUAN BAUTISTA


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I --INTRODUCCIÓN

Dice el “MISAL ROMANO”, en la misa correspondiente al 24 de Junio:

“Natividad de san Juan Bautista:”

“Introito: (de Isaías 49):”

“El Señor me llamo por mi nombre desde el vientre de mi madre;


y puso mi boca como aguda espada;”

“Bajo la sombra de su mano me cobijó,


e hizo de mí como saeta escogida”:

La mano cristiana que escribió esta misa, introduce al personaje a cuyo


nacimiento dedica la ceremonia, no debe ser cualquiera en la historia de
Cristo, y claro que no lo es. San Juan Bautista es el hierofante que inició a
Jesús en el Bautismo por inmersión, en el río Jordán. Describe la primera
estrofa de Isaías a un predestinado cuyo destino verbal lo arma de una aguda
espada que sale de su boca, su palabra será el verbo de una ciencia divina.
Espada que finalmente le haría perder la cabeza a manos de Herodes, por
incitación de Salomé. Pero ahora lo que celebramos es el nacimiento y no la
muerte.

“Bajo la sombra de su mano me cobijó,


e hizo de mí como saeta escogida”:

Esta segunda estrofa dibuja una mano simbólica que proyecta una sombra
cobijando la vida del personaje. El movimiento de la mano del Señor parece
proyectar aquí, un telar de sombras, del que sale la certera flecha, que ha
escogido Él para tejer su tela iniciática. Saeta que encarna San Juan Bautista
como Iniciador de Jesús.

Iniciciación Espiritual por el Agua. Los versos del Introito a la Misa de San
Juan Bautista del “Misal Romano” corresponden pues, al simbolismo
Iniciático. La palabra fuego, quema y transmuta. La palabra agua, por el
contrario: cura, lava, fertiliza, el agua es vida. Pero también hay un fuego
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líquido que es el del Espíritu Santo, pero no nos desviemos, no perdamos


nuestro Norte, porque el tema por esta vía es inagotable.

Acudimos al Misal Romano para iniciar nuestro tema, por lo cual, la analogía
simbólica hace que iniciemos nuestra conferencia a tono de un Ritual de Misa
Católica. Oficiemos pues, en consecuencia, no una Sagrada Misa, ni más
faltara, seria una parodia irrespetuosa que como católico no cometería, ni
toleraría.

Pero oficiemos, pues, solo simbólicamente, en el templo virtual de la


imaginación de cada uno de nosotros, dibujemos allí una imagen que nos
simbolice el Templo de Salomón, nada trabajoso pues era muy sencillo, solo
imaginemos un edificio rectangular dirigido hacia el Oriente, el lugar de la
salida del Sol, y en su portal dos inmensas columnas de reluciente bronce.

Hagamos de cuenta que estamos, por ahora, en el patio del Templo, frente a
las dos columnas y que aún no hemos pasado por el umbral de eternidad que
vibra entre ellas, quedémonos, pues, en el patio exterior y desde allí oficiemos.
Hagámoslo poética y simbólicamente, pero también racionalmente; intentando
el necesario equilibrio entre “la fuerza intuitiva del mito” y “la fuerza
racional de la ciencia”, tal como lo simbolizan las dos columnas del Templo
de Salomón, Jakim y Boaz, símbolo ellas del equilibrio armónico entre el
Rigor y la Misericordia divinas, como también símbolo de toda dialéctica
creativa, análogo al Yang y al Ying del taoísmo chino.

Acudimos a invocar este equilibrio, para poder hablar de cosas tan disímiles
dentro de la historia de las religiones, como son el desarrollo del título de esta
conferencia: 24 de Junio, solsticio de verano, fiesta pagana, amerindia,
masónica y cristiana. Titulo que une un fenómeno astronómico del Sol, el
solsticio de verano, con los pueblos paganos de la antigüedad clásica que lo
celebraban y con los amerindios que por motivos religiosos análogos también
le hacían fiesta, y parecería insólito, pero también esta vinculado con unos
sospechosos de ateísmo, como son los Masones, pues ellos celebran en esta
misma fecha, su fiesta más importante; el natalicio de uno de sus dos
patronos, San Juan Bautista, el mismo del que venimos hablando, el otro
patrono de la Orden Masónica es San Juan Evangelista, al cual celebran el 27
de diciembre, tal como lo hace la Iglesia Católica.

El hilo conductor que nos permitirá encontrar el vínculo simbólico que une en
una misma fiesta al paganismo, a los amerindios, a los masones y a los
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cristianos, lo constituye el fenómeno astronómico del Sol, cuando llega a su


mayor altura sobre el hemisferio Norte, o lo que es lo mismo, el solsticio de
verano ocurre cuando el día es el más largo del año en el hemisferio Norte.
Este fenómeno solar es el que induce el simbolismo ritual que da base para
que diversos pueblos y diversas culturas religiosas coincidan en su celebración
festiva.

Iniciaremos, pues, nuestro análisis concentrados en el simbolismo del


fenómeno astronómico, luego iremos desglosando el simbolismo, desde la
fiesta pagana, pasando por la fiesta amerindia y la masónica, hasta llegar a la
cristiana, la cual presenta la mayor dificultad, pues al no tener la fiesta
cristiana rasgos visibles de una religión de la naturaleza, el vínculo con el
fenómeno solar esta mucho más oculto.

No sobra que al término de esta introducción reproduzcamos la Oración que


figura a continuación del Introito en el Misal romano de la misa en mención:

Oración: “¡Oh Dios¡ que hiciste venerable el presente día con el nacimiento
del bienaventurado Juan; concede a tu pueblo la gracia de los goces
espirituales, y guía por la senda de la eterna salvación a las almas de todos los
fieles. Por nuestro señor Jesucristo.”
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II--DE LA RELIGIÓN PAGANA


AL SOLSTICIO

Hagamos abstracción de nuestra condición religiosa moderna, dejemos por un


rato de ser monoteístas, aún mejor, olvidemos que a nuestro Dios no lo
podemos representar por imagen sensible alguna; ni dioses con imagen animal
como los egipcios, ni dioses con figura humana como los griegos. El Dios de
Moisés, que es el nuestro, es un dios abstracto e invisible, que parece no tener
vínculo substancial alguno con el Cosmos fuera del de ser su creador. Y
hablamos aquí no solo de los católicos sino de todas las formas de
cristianismo, de judaísmo y de islamismo, todas las cuales participan de la
misma teología monoteísta. Pero no se trata de que cambiemos de religión, ni
más faltara, a pesar de todo, el monoteísmo sí es un paso evolutivo en el
proceso religioso humano, solo se trata de que pensemos como los pueblos
paganos clásicos, como concebían el mundo mucho antes de la llegada del
judeo-cristianismo, hagamos esta reducción solo con el propósito de entender
la mentalidad de la Religión de la Naturaleza, que a la larga es en lo que
terminan las religiones paganas.

Para el Mundo Clásico y para muchos pueblos actuales, llamados primitivos y


salvajes, por nuestra autosuficiente y engreída civilización occidental, el
universo es una manifestación de lo divino. Dios para el pagano está en todas
partes y por lo tanto Dios tiene muchas formas posibles. En el fondo lo que ve
en todas partes es la manifestación de una infinita variedad de dioses. Esta
mentalidad religiosa nos es extraña, nosotros los occidentales hemos
desacralizado la naturaleza, lo divino lo situamos en un mundo ajeno al
mundo natural, en la naturaleza solo admitimos la existencia de fuerzas ciegas,
ajenas a cualquier grado de espiritualidad y menos de lo sacro, por lo cual el
escenario de nuestra existencia, que es el mundo donde discurre nuestra vida
individual y colectiva, solo es para el cristiano, pero antes para los platónicos,
un inconveniente en la evolución del alma, mientras que para el hombre
pagano clásico, el mundo es el escenario Iniciático donde el alma debe
cumplir su ciclo evolutivo y cada elemento natural tiene una doble existencia,
una como objeto o fenómeno físico y otra como símbolo de una realidad
trascendente, de un más allá.

Toda la naturaleza está dotada para el pagano de: misterio y mensaje, de


signo y prueba, en todo lo que existe hay para él energía y espíritu. Es por eso
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que en el mundo pagano ciencia y religión son una sola cosa; un fenómeno
cualquiera podía tener una explicación práctica y utilitaria, y ser a su vez
símbolo de una realidad divina, y claro que esta fusión de lo práctico y lo
trascendente, de alguna manera frenó la ciencia antigua, la cual vio
obstaculizada su objetividad, por las necesidades subjetivas de lo mítico, que
era entonces lo dominante en la mente colectiva.

Obstáculo míticos de los cuales se ha liberado la ciencia moderna, al extremo


tal que la desacralización total de la ciencia nos ha puesto al borde del abismo
materialista, utilitarista y “ligth” de la civilización industrial, la cual esta
produciendo sociedades deshumanizadas y una economía que crece a
expensas del medio ambiente y del hombre. Economía capitalista cuyo motor
básico es el consumismo como único fin de la existencia; parece ser que el
único papel del hombre es el de producir, reproducirse y consumir. Que triste
destino, cuando nuestros ancestros soñaron con que nos hiciéramos dioses y
nosotros solo nos inventamos un dios mecánico, científico y usurero y nos
hicimos sus esclavos.

Es el eco de la necesidad del Eterno Retorno de lo Mítico, lo que esta


produciendo en esta generación del tercer milenio: la búsqueda de lo
espiritual y lo esotérico. Y también nosotros estamos arañando el espejo de la
historia de las religiones, para poder pergeñar la imagen de lo que eran los
solsticios en el mundo clásico.

Solsticio etimológicamente quiere decir: el sol que se queda estático, el sol


que se detiene. Si miramos el movimiento de la Tierra alrededor del Sol sobre
el plano de la eclíptica y la inclinación del eje de rotación de la tierra sobre él,
comprenderíamos el movimiento aparente de Sol sobre la tierra, pero este
punto de vista privilegiado, producto de la ciencia moderna, no lo tenían los
pueblos antiguos, ellos solo pudieron imaginar el movimiento del Sol tal como
lo veían desde la tierra.

El hecho, de cuál de los dos cuerpos gira alrededor del otro, ¿si la Tierra o el
Sol?, produjo acaloradas discusiones hasta bien entrado el mundo moderno,
algunas de las cuales la iglesia zanjo con su fallo Inquisitorial, tal como le
toco a Galileo, y su: “sin embargo se mueve”, tras el juicio que intentó
corregir siglos más tarde Juan Pablo II.

Personajes de pensamiento cósmico como Giordano Bruno, que decía que la


Tierra solo era uno de muchos mundos habitados, pagaron en la hoguera su
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osadía contra el fanatismo mítico de la iglesia, por algo que aún hoy sigue
siendo futurista, pero de lo cual no tenemos dudas como posibilidad científica,
la vida extraterrestre.

Miremos de frente hacia el Oriente, en la posición de tener de frente el


nacimiento del Sol, tendremos entonces a la izquierda el Norte y a la derecha
el Sur, con el Occidente a las espaldas. Si tomamos un punto de observación
fijo frente a ese horizonte, veremos que cada día el Sol sale por un punto
distinto; podemos, entonces, hacer un perfil de horizonte con una regla fija
orientada de sur a norte, donde vamos poniendo marcas según la salida del sol,
como lo hacen los astrónomos, o usando el simple horizonte natural, tal como
lo hacían, por ejemplo, los Anasazi del Sur este Norteamericano, los cuales
iban tomando sus variaciones topográficas como señales indicadoras del
movimiento de la salida del sol en el decurso de su ciclo.

En el transcurso del año, desde enero nos daremos cuenta que el Sol asciende
hacia el Norte hasta llegar en junio 24 a quedar aparentemente quieto, para
descender hacia el Sur hasta llegar a quedar igualmente quieto hacia el 24 de
diciembre cuando empieza de nuevo a moverse hacia el Norte para repetir el
ciclo. Estos dos extremos del movimiento solar son los que llamamos
solsticio de verano el 24 de junio y solsticio de invierno el 24 de diciembre.
Este movimiento, pasa por los puntos medios en los cuales ocurren los
equinoccios, el de primavera y el de otoño.

Hasta aquí los solsticios no pasan de ser dos posiciones del sol sobre el
horizonte, para nosotros a quienes los fenómenos astronómicos no nos parecen
extraños de ninguna manera, pues suponemos que ellos son conocidos por la
ciencia, pero para el mundo pagano ellos aparecen dentro de otro contexto. El
hombre cazador recolector estaba regido por los ciclos lunares, que le servían
de calendario además dependían de la luz nocturna de la luna para cazar, cosa
bien distinta ocurre cuando el hombre se vuelve agricultor y pastor, el ciclo
solar empieza a dominar, pues era necesario conocerlo bien para poder
precisar las estaciones y poder sincronizar las siembras, las cosechas y el
pastoreo y desde entonces venimos siguiendo los solsticios y los equinoccios
como los cuatro puntos que marcan el ciclo solar y las estaciones.

El primer astro usado como calendario por los primitivos fue la Luna, pues
ella en si misma es un reloj natural que va variando con su conocido ciclo de:
creciente, luna llena, menguante y luna nueva, en su indefectible ciclo de 28
días, ella por si misma establece el que llamamos nosotros mes lunar. Debió
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pasar mucho tiempo para que el hombre primitivo fuera de veras un


observador perspicaz, además de que sus condiciones medioambientales de
subsistencia lo obligaran a descubrir el ciclo solar, no tan evidente como el
ciclo lunar. El primitivo tuvo que hacer las operaciones atrás mencionadas
para captar los solsticios y los equinoccios en el ciclo ascendente y desendente
del Sol durante el año. Estos cambios no solo fueron de calendario, sino de
modos de subsistencia y de formas religiosas. Pasamos de cazadores y
recolectores a agricultores y pastores, pasamos igualmente de un calendario
lunar a un calendario solar y de una religión lunar a una religión solar.

Paradójicamente hoy nos encontramos en un punto parecido, pues a partir de


ellos hemos evolucionado de una sociedad esclavista a una feudal y dizque
ahora somos una sociedad industrial. El calendario no hay duda que hoy en día
lo manejamos con dimensiones cósmicas, al punto de medir el tiempo con
relojes atómicos y engranar nuestro horario con el de las estrellas, galaxias y
metagalaxias, pero en cuanto a evolución religiosa nos quedamos cortos, pues
solo hemos pasado por la evolución religiosa correspondiente al mundo
esclavista, feudal, e industrial, papel que ha ejecutado el cristianismo a las mil
maravillas, pero no tenemos religión para la sociedad pos-industrial. La
globalización cubre hoy las comunicaciones, la integración comercial e
industrial pero en cuanto a integración espiritual, seguimos en el medioevo, no
tenemos aún una Religión Planetaria, Revolución espiritual que esta aun por
verse

El mundo moderno, el globalizado, el que lidera EE.UU. es una máquina


poderosa e informada, con muchos conocimientos científicos y dinero, pero
sin alma, sin espíritu de planeta, soberbia, derrochadora e inclemente,
encerrada en la torre de marfil de una industrialización que propicia el
holocausto ecológico, vive en una ceguera suicida a la que solo le importan las
cifras macroeconómicas y las utilidades, pero no la calidad de vida de los
humildes y desheredados de la tierra. Las bolsas de valores y menos los
gobiernos, distan mucho de tener la transparencia de los lugares sagrados,
cuando debieran serlo. Nos decimos cristianos pero no hemos podido hallar al
Cristo Cósmico que creía haber encontrado Theilard de Chardin y describe en
su libro “El fenómeno humano”, cuando hablaba del punto omega, donde la
evolución biológica llega en el hombre a la cumbre de la inteligencia cósmica.

Ese punto omega ó Cristo Cósmico de Theilard no es distinto del anhelo


Iniciático en los misterios que practicaba el Mundo Clásico. Iniciación
equivalía en los antiguos a una identificación con la inteligencia de lo natural,
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o lo que es lo mismo, hacerse uno con los dioses, a través de un proceso


catártico donde el individuo era sometido a un psicodrama en el cual es
probado y recibe enseñanzas secretas, herencias de una tradición mistérica.
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III--LA CAVERNA INICIÁTICA

Para el mundo pagano la bóveda del cielo forma el techo de una caverna en
la cual trascurre la vida iniciática del hombre y dicha caverna tiene dos
puertas, una de entrada y una de salida, y los umbrales de dichas puertas están
marcadas por los dos solsticios. La puerta de los hombres corresponde al
solsticio de verano y al signo zodiacal de Cáncer, es la entrada en la
manifestación individual. La puerta de los dioses correspondiente al solsticio
de invierno y al signo zodiacal de capricornio, es la salida de esa misma
manifestación y el paso a los estados superiores, ya que los dioses, al igual
que los ángeles, representan propiamente, desde el punto de vista metafísico,
los estados supraindividuales del ser.

Dice René Genón: “Si se consideran la repartición de los dignos zodiacales, se


ve que el signo de Cáncer corresponde al “fondo de las aguas”, es decir, en
sentido cosmológico, al medio embriogénico en que están depositados los
gérmenes del mundo manifestado. Esto puede ser referido al hecho de que el
signo de Cáncer es el domicilio de la Luna, cuya relación con las aguas es bien
conocida, y que, como las aguas mismas, representa el principio pasivo y
plástico de la manifestación: la esfera lunar es propiamente el mundo de la
“formación”.

“La caverna y el laberinto están vinculados ambos con la idea de viaje


subterráneo, inicialmente en relación con ritos funerarios y luego, habría sido
transportada a los ritos iniciáticos. En virtud de la analogía existente entre la
muerte entendida en el sentido ordinario y la muerte iniciática, una misma
descripción simbólica puede aplicarse por igual al ser en uno u otro caso. Por
eso los templos iniciáticos se confunden simbólicamente con tumbas.”

“La muerte al mundo profano es una preparación para la iniciación, seguida


del “descenso a los infiernos”, el cual, claro está, es la misma cosa que el viaje
subterráneo al cual da acceso la caverna; y, en lo que hace a la iniciación
misma, lejos de ser considerada como una muerte, lo es al contrario como o un
“segundo nacimiento”, y como un paso de las tinieblas a la luz.”

Continua Genón: “Ha de hacerse notar aún que, cuando la misma caverna es el
lugar de la muerte iniciática y el del “segundo nacimiento” debe entonces ser
considerada como acceso no solo a los dominios subterráneos o “infernales”,
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sino también a los dominios “supraterrestres”. La caverna se convierte así en


modelo del mundo, su piso simboliza la tierra y su techo la bóveda celeste. El
símbolo de la caverna es mucho más complejo, pues a su vez se identifica con
“la caverna del corazón”, con el eje y con el “huevo del mundo”.

Los solsticios son verdaderamente lo que puede llamarse los polos del año, y
estos polos del mundo temporal, sustituyen entonces a los polos del mundo
espacial. Siendo así, la caverna cósmica podrá tener dos puertas zodiacales,
opuestas según el eje que acabamos de considerar, y por lo tanto
correspondiente a los dos puntos solsticiales.

La mitología Romana tiene un dios, Jano, el portero que abre y cierra las
puertas del ciclo anual, con las llaves que son uno de sus principales atributos,
él guarda las llaves de las dos puertas solsticiales. Una de las llaves es de plata
y corresponde a los “misterios menores” y la otra la de oro corresponde a los
“misterios mayores”. Jano es un dios de tres caras, una que mira al pasado,
otra que mira al futuro, y la tercera que es invisible, pues mira al presente, el
cual en la manifestación temporal, no constituye sino un inaprensible instante

Sigue Rene Genón en su libro: “Símbolos Fundamentales de la Ciencia


Sacra”, respecto del Simbolismo solsticial de Jano: “En efecto, Jano era el
dios de la Iniciación. A ese título, por lo demás, Jano presidía los “Collegia
Fabrorum”, depositarios de las iniciaciones que, como en todas las
civilizaciones tradicionales, estaban vinculadas con el ejercicio de las
artesanías; y es muy notable que esto, lejos de desaparecer con la antigua
civilización romana, se haya continuado sin interrupción en el propio
cristianismo, y que de ello, por extraño que parezca a quienes ignoran ciertas
“transmisiones”, pueden aún encontrarse vestigios en nuestros propios días.”

Continua Rene Genón: “En el cristianismo, las fiestas solsticiales de Jano se


han convertido en las de los dos San Juan, y éstas se celebran siempre en las
mismas épocas, es decir en los alrededores inmediatos de los solsticios de
invierno y verano; y es muy significativo que el aspecto esotérico de la
tradición cristiana haya sido considerado siempre como “johannita”, lo cual
confiere a ese hecho un sentido que sobrepasa netamente, el dominio
simplemente religioso y exotérico. La sucesión de los antiguos “Collegia
Fabrorum”, por lo demás, se transmitió regularmente a las corporaciones que,
a través de todo el Medioevo, mantuvieron el mismo carácter iniciático, y en
especial a la de los constructores; ésta, pues, tuvo naturalmente por patronos a
los dos San Juan, de donde proviene la conocida expresión de “Logias de San
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Juan” que se ha conservado en la masonería, pues ésta no es sino la


continuación, por filiación directa, de las organizaciones a que acabamos de
referirnos. Aun en su forma “especulativa” moderna, la masonería ha
conservado siempre también, como uno de los testimonios más explícitos de
su origen, las fiestas solsticiales, consagradas a los dos San Juan después de
haberlo estado a los dos rostros de Jano; y así la doctrina tradicional de las dos
puertas solsticiales, con sus conexiones iniciáticas, se ha mantenido viva aún,
por mucho que sea generalmente incomprendida, hasta en el mundo occidental
actual.” Hasta aquí Genón.

Es de hacer notar que la caverna platónica no esta lejos del simbolismo


Iniciático de la caverna cósmica. Entre otras, es el Mito de la caverna en el
séptimo libro de la República una de las mejores descripciones del proceso
Iniciático. El simbolismo de “La divina comedia” tampoco esta lejos del
simbolismo Iniciático, como lo demuestra Genón en su libro “El esoterismo en
Dante”.

Adelantándonos un poco en el tema, para hablar específicamente de la


Masonería, es necesario anotar acá que el Templo, Taller o Logia donde ellos
ejecutan sus reuniones o ceremonias, es asimilado simbólicamente a una
“caverna iniciática”, orientada tradicionalmente como el templo de Salomón,
pero con la puerta hacia el occidente, hacia el ocaso del Sol. En su interior, a
pocos pasos frente a la puerta, se encuentran dos columnas, también llamadas
Jakim y Boaz, una al norte y otra al sur, como los dos solsticios, el techo esta
cubierto con los signos de las constelaciones del Zodiaco y el piso cubierto
con una cuadricula de baldosas negras y blancas simbolizando la dualidad del
mundo y la infinitud de los caminos de la Tierra, en la pared oriental al fondo
sobre el sitial del Venerable Maestro se encuentran los símbolos del Sol y de
la Luna; este decorado dibuja claramente una caverna cósmica. Y además
sigilosa como las cavernas iniciáticas, no se puede franquear su puerta si no se
pasa por los ritos y pruebas de iniciación.
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IV-- AMÉRICA LA DESCONOCIDA

Dice Gerardo Reichel Dolmatoff en su libro “Los Kogi” respecto de su


Calendario:

“El calendario Kogi se basa en la observación de los solsticios y los


equinoccios. En los últimos “el sol esta en su casa”; luego sale por una puerta”
y recorre el espacio hacia el punto del solsticio de verano para “dar la vuelta”
allí y regresar a su casa de donde sale por la otra puerta para caminar hasta el
punto del solsticio de invierno. Según las constelaciones visibles al amanecer
el año se divide luego en 18 meses de veinte días cada uno”

Sigue Dolmatoff: “El calendario horticultural coincide con el ceremonial y


las principales ceremonias se efectúan con el fin expreso de “dar la vuelta al
sol” en los solsticios. Estas ceremonias del solsticio de invierno se celebran
para terminar el verano y llamar las lluvias mientras que las del solsticio de
verano se celebran para terminar las lluvias e introducir el llamado
“veranillo”. Las ceremonias de los equinoccios se hacen exclusivamente en
Hukuméiji ya que “allí vivía el sol”, mientras que las fiestas de los solsticios
toman lugar en Takina, Makotáma, Seijua, y, ocasionalmente, en Naaváka.
Los Kogi dicen que cada vez “cuando el sol esta en sus casa” éste se “demora”
allí durante algunos días sin moverse de sus lugar. El Máma determina el día
en el cual el sol se pone de nueva en marcha, recompensando así las
diferencias anuales en su calendario. En lo general, solo los Mámas poseen
algunos conocimientos sobre este calendario y toda información al respecto se
considera como muy secreta. Es muy posible que estos conocimientos fueron
antiguamente bastante profundos pero en la actualidad se trata sólo de un
confuso recuerdo y las informaciones obtenidas sobre cálculo de tiempo son
contradictorias.”

De lo anterior y en vista de lo que venimos exponiendo, no es difícil ver que el


fenómeno solar produjo en los Kogi simbolismos míticos análogos a los
tradicionales euro-asiáticos de los cuales veníamos hablando. No es extraño
que el hombre americano separado del europeo por no menos de veinte mil
años, produjera análogos simbolismos culturales basados en los mismos
fenómenos naturales, veinte mil años que no produjeron cambios genéticos
significativos y si el aislamiento necesario para producir diversidad cultural,
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sin embargo llegamos a los mismos postulados espirituales, pero toca decirlo,
y hacer hincapié en ello, pues parece que no fuera cierto, pues aún hoy en día,
nosotros mismos no podemos concebir que los amerindios fueran capaces de
los asombrosos logros culturales, cuyos vestigios encontramos en sus ruinas
arqueológicas y en sus sobrevivientes.

Dice el libro “Astronomía en la América antigua”, respecto de los


observatorios solare de los indios Anasazis:

“El observar el sol con el propósito de establecer un calendario anual o de


marcar las ceremonias religiosas ha sido parte importante de las costumbres
históricas de los indios pueblo. Los descubrimientos en el cañón del Chaco
apoyan la evidencia de que los antecesores de los indios pueblo históricos
tenían también la costumbre de observar el sol e inclusive de que los indios
Anasazis que habitaban el cañón del Chaco hasta alrededor del 1250 de N. E.
habían llevado sus observaciones a un nivel más refinado que sus
descendientes.”

“Una de las seis grandes Kivas (edificación de forma cilíndrica con ventanas y
nichos en las paredes) conocida en el cañón del Chaco como casa Rinconada,
está en el lado sur del Cañón pasando por Pueblo Bonito y Cetro Ketl. Es muy
similar a otras grandes Kivas en que tienen nichos en las paredes, bóvedas en
el piso, una escalera interna y una chimenea.

Se ha determinado que la luz del sol que pasa a través de la ventana noroeste
ilumina cierto nicho durante cuatro o cinco días alrededor del solsticio de
verano. También se han descubierto alineaciones con el solsticio de invierno
tanto en la salida del sol como la puesta del sol durante el solsticio.

También se ha encontrado que la Ruedas Medicinales de los indios primitivos


de las grandes llanuras norteamericanas, tienen rayos radiales alineados con
los solsticios.

Revisando el antes mencionado libro de la Astronomía en la América Antigua,


descubrimos que eso de determinar los solsticios es una de los más primitivos
logros de los amerindios, pues los pueblos más desarrollados como los Mayas
y los Toltecas, no solo se dedicaron a los astros mayores, el sol y la luna, sino
a la astronomía de la estrellas y los planetas en especial Venus y las Pléyades.
Dice un especialista hablando del sistema calendárico maya: …”al concebir la
ruedas calendáricas como eternas repeticiones a partir de un punto fijo , y al
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medir el tiempo con un sistema preciso, los mayas fueron capaces de fechar
sus eventos con una precisión que no es superada ni aun por nuestro método
de medir el tiempo.” Esto decía el arqueólogo por allá en 1914, puede que
hoy casi un siglo después no sea válida su observación, lo cual no le quita
mérito al inmenso logro de exactitud del calendario Maya.

Estos vestigios amerindios de culto ritual de los solsticios, que hasta acá
hemos examinado, se encuentran todos en el hemisferio Norte y hay necesidad
de aclarar que cuando vamos a estudiar los solsticios en el hemisferio Sur, en
este caso en el calendario Inca, los solsticios ocurren a la inversa de los del
Norte. Cuando para nosotros situados en el hemisferio Norte, el 24 de Junio el
día es el más largo del año, en el hemisferio sur éste mismo día es el más
corto del año. Por eso en junio es para ellos el solsticio de invierno y en
diciembre es el solsticio de verano.

Dice el mismo libro sobre el Calendario Inca: “la mayoría de los cronistas
españoles de los siglos XVI y XVII reportan que el calendario de los incas
consistía en doce meses y era, en sus propias palabras, muy similar al nuestro.
Algunos estudiosos modernos han tratado de cotejar la información sobre los
conocimientos incas respecto a las salidas y puestas solares, pero como
desconocían los lugares de observación no llegaron a reconstrucciones
confiables del sistema observacional.”

“En el caso inca el calendario se registraba en quipus de acuerdo con una


teoría abstracta de organización política y no de acuerdo con un sistema de
dioses, animales y direcciones relacionadas con un color; tal como se preservó
el calendario en los códices mexicanos anteriores y posteriores a la conquista.”

“Los rasgos distintivos del calendario inca son: un orden interno de doce
meses, que consiste en una jerarquía descendente en las temporadas enero-
marzo y abril-junio, cuando el sol se mueve en el horizonte de sur a norte, y
una jerarquía ascendente en la temporada julio-septiembre y octubre-
diciembre cundo el sol se mueve de norte a sur. Hay dos medios años de
solsticio a solsticio, con la festividad solsticial precedente al evento solar.
También había dos medios años, que interceptaban los primeros, de
equinoccio a equinoccio”.

“El solsticio de diciembre lo llamaban Capac Inti Raymi, el solsticio de junio


lo llamaban Inti Raymi. Los solsticios y los equinoccios eran los puntos de
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reposo del año, y cualquiera de esos puntos pudo haber sido usado para
comenzar el año”.

En el libro “Por el camino de los Incas” de Nicole y Herbert Cartagena,


encontramos igualmente en el capítulo de las fiestas incaicas: “En junio
celebraban la fiesta más importante el Inti Raymi, la fiesta al Sol. También
celebraban con ocasión del solsticio de verano, en diciembre, el Capac Inti
Raymi donde se creía atar el astro solar a los Intiwatana.

“En junio se celebraba, tal como hoy en día, el Inti Raymi o fiesta del Sol,
pero también del inca y sus colaboradores.

“Para esta ocasión, los grandes dignatarios de las provincias y sus


delegaciones del pueblo llegaban de todos lados. El día del solsticio-
determinado por los sabios-, comenzaban las festividades principales la noche
antes de la salida del sol, en el Qoricancha y sobre la Hacuyapata-actual plaza
de armas de Cuzco-. El ceremonial era importante… Aparecía el Inca,
recibido por los dignatarios, y se dirigía hacia el templo del Sol sobre una
litera de oro. Para esta circunstancia, el monarca se había hecho peinar de
manera diferente, con dos mechas que le caían sobre las orejas, retenidas por
la cinta roja de llautu. Llevaba también un collar de esmeraldas y unos dijes,
ornados con dos piedras preciosas, símbolos del Sol y de la Luna. El cortejo
estaba formado por la reina, el gran sacerdote, miembros de la familia real y
músicos.”

“En la plaza principal se habían reunido los guerreros más ilustres del país.
Los músicos entonaban aires tristes y lúgubres, expresando así su tristeza,
cauzada por la ausencia del astro venerado. Cuando al fin Inti, el dios Sol,
ilumina al amanecer el templo de Qoricancha, el Inca se levantaba y saludaba
a su padre celestial; cien mil voces acompañaban sus oraciones.”

“Esta fiesta tenía lugar no solo en el Cuzco, sino también en todo el país;
numerosas comidas y bebidas eran distribuidas en los depósitos públicos, de
parte del emperador. Al mismo tiempo se celebraban en templos y adoratorios
innumerables inmolaciones, especialmente llamas negras, de las que se
utilizaban las entrañas para la predicción del futuro. Asimismo se realizaban
sacrificios de niñitas y varoncitos.”

De lo anteriormente expuesto se ve que el determinar los solsticios es un logro


astronómico primitivo que los amerindios conocieron ancestralmente. Puede
18

que los pobladores indígenas de Colombia, por no haber construido ciudades


monumentales en piedra como los mesoamericanos e incas, y no poseer
escritura, no nos dejaran ruinas arqueológicas donde pudiéramos establecer
que ciertamente sí practicaban un calendario solar con determinación de los
puntos solsticiales y equinocciales, y debía haberlo en el templo del Sol en
Sogamoso, pero debió destruirse con el incendio durante la conquista. Peor, si
como lo muestra Dolmatoff cuando habla de los Kogi, el conocimiento
astronómico de los pueblos indígenas sobrevivientes esta en franca disolución.

En San Agustín Huila, han descubierto ciertas locaciones con trabajos de


adecuación para alineamientos astronómicos. La estatuaria agustiniana no
manifiesta una disposición astronómica explicita, sin embargo, los rituales
debieron celebrarse dentro de un calendario y en determinadas fechas.

El simbolismo iniciático es desbordante en San Agustín en relación con mitos


no astronómicos. El caso del mito que venimos tratando, el mito del solsticio
del 24 de Junio y de quienes celebran su fiesta hoy llamada de San Juan
Bautista, es un mito astronómico de carácter solar.

Pero nos queda la paradoja del Lavapatas, pues este templo, labrado en la
inmensa roca del lecho de una quebrada, con la arquitectura simbólica de tres
piscinas en el lecho del agua, rodeadas de serpientes y figuras teriomorfas, con
una de las piscinas solo geométrica, rectangular y sin ningún adorno. Todas
en grados de evolución simbólica alrededor del tres, como en otros
monumentos. Este templo del Lavapatas por el que fluye el agua, tuvo por
necesidad que estar dedicado a ritos acuáticos y necesariamente
cosmogónicos, vinculados simbólicamente con la Luna, Cáncer y el Solsticio
de Junio, como lo veíamos, pues el simbolismo es valido para ambos mundos,
el amerindio y el euro-asiático.

El “imaginario colectivo”, el “inconsciente”, y el lugar psíquico de donde


fluyen la imaginación, los símbolos y el sentido del ser, es posesión genética
de “todos los humanos del planeta”, incluyendo a los amerindios antiguos y
modernos. Entonces, nos encontramos en ellos con el mismo tipo de
simbología para análogos fenómenos espirituales, como en el caso del
simbolismo del “corazón y la copa”, de una de las esculturas del “bosque de
las estatuas” de San Agustín, pero el tema da para otra disquisición.
19

Lo que si es seguro es que los indígenas practicaban en la fechas de los


solsticios ceremonias religiosas análogas a las del Inti Raymi Inca. Por
migraciones, del sur o del norte, venían cultos solares.

Del periódico En Nuevo Día de Ibagué en estos días: Ilustran el caso de


Natagaima, donde la historia señala que en un sitio cercano al que los
indignas llamaban Jaspe, se celebraban las fiestas de la cosecha y por coincidir
con el San Juan tomaron ese nombre. Según los escritos de los cronistas, antes
de esos festejos se reunían tribus del sur en la puerta de llegada al cielo, hoy
cerro de Pacandé, para rendirles culto a sus dioses. Un día los indígenas
indignados por la suplantación de sus creencias y como protesta, trasladaron
sus fiestas a la plaza principal en donde se encontraba el templo. Para la
iglesia esta era una fiesta pagana y no religiosa. Se prendía la vaca loca con
mechones en sus cachos y la imagen del diablo junto a las puertas de la
iglesia como un reto del indio para los que cambiaron sus costumbres.

Los colonizadores españoles de estos pueblos indígenas ignoraban que la


suplantación de las fiestas de los solsticios de los paganos ya había sido hecha
por el cristianismo europeo cuando suplanto la fiesta pagana de los solsticios
de Jano por las fiestas de los dos san Juan. Naturalmente la fiesta ancestral
indígena del solsticio de junio, coincidía con la de San Juan Bautista, y en el
fondo las dos fiestas tienen origen en la necesidad de simbolizar el mismo
fenómeno solar.
20

V-- LA FIESTA MASÓNICA DEL SAN JUAN

Hablar de masonería y en público, daría miedo en otros tiempos, y aun


produce una cierta fascinación, pues tiene el hálito de lo secreto, prohibido,
religioso y subversivo, pero en pleno siglo XXI, no podemos creer que a quien
le interesa el tema, no lo ha estudiado por su cuenta, sin la consabida
Iniciación, la bibliografía es grande y a la mano.

El aprendizaje erudito del tema masónico, sin ser masón, es posible. Pero la
masonería es mucho más que mera erudición, ella es práctica ritual, y esto
último no se adquiere en los libros; el sujeto recipendiario, o iniciado, solo
puede vivir la masonería psico-dramáticamente en el teatro simbólico de una
caverna iniciática.

Entonces:

¿Qué es la Masonería? ¿Y por qué tiene a un Santo cristiano por patrono, y


por qué celebra el solsticio de verano?

Buenas preguntas para hacerle a las páginas de Masonería que hay en el


Internet, unas 16.500, encontraríamos respuestas innumerables y si
buscáramos sacar una síntesis de las 16.500 posibles respuestas, de seguro que
la diversidad sería alta, inajustable a una síntesis unitaria.

Pero las preguntas merecen una respuesta de fondo, y ésta no puede darse sin
marcas subjetivas, “Una verdad o una mentira no se expresan sin su propia
pátina”. Esto que hoy decimos aquí, lleva el aroma del ahora irrepetible, que
el mañana hará nostálgico. Intentaremos, pues, unas respuestas al modo del
conferencista, es inevitable, y solo serán unas respuestas más entre tantas.

Lo primero a dilucidar es la relación de la Masonería con la cuestión religiosa,


¿Es o no es la masonería religión? ¿Y si lo es qué clase de religión es?

Para la sociedad moderna, hija de la civilización cristiana, de la que formamos


parte todos los aquí presentes, la única forma de misterios que conocemos son
los que nos ha enseñado la iglesia. Por cierto, fuera de la solemnidad mística
que le ponen cuando nos los enseñan, no guardan sino un simbolismo muy
sencillo, apenas remembranzas de aquellos misterios de los que derivaron
21

cuando el naciente cristianismo los relevó. Ante el surgimiento excluyente y


exclusivo de la religión cristiana, primero en el Imperio Romano y luego en
todo el mundo, el cristianismo borró cualquier culto religioso distinto al suyo,
especialmente las religiones mistéricas pues eran las más poderosas y si hubo
dudas heréticas para eso instituyó la Inquisición.

Religiones mistéricas son aquellas religiones paganas del mundo clásico, a las
que solo se podía ingresar por iniciación. Algunos de estos cultos mistéricos
fueron los de Dionisio y Orfeo, los misterios de Eleusis, Cibeles y Atis, la Isis
de los egipcios y Mitra, éste fuerte competidor del cristianismo en sus inicios,
para solo nombrar los más importantes. De ellos se sabe poco, pues existía la
costumbre de juramento de silencio sobre los misterios revelados en la
iniciación, si violaban el juramento eran condenados a muerte, pues muchas
de estas religiones eran la religión del estado, como el caso de los misterios de
Eleusis que eran la religión oficial de Atenas. Es famoso el juicio que le
hicieron a Alcibíades, sobrino de Pericles, por hacer parodias de los rituales
secretos.

Una religión mistérica es una religión secreta, las principales formas de su


culto se realizan en secreto, no por que no guarden nada, acusación que les
hacen los no afectos a lo esotérico, sino por que la forma de su práctica, no es
apta para cualquier persona sin la debida preparación y examen de su
capacidad intelectual y psíquica, como en cualquier academia moderna. Claro
que toda Iniciación, gira sobre un acervo cultural, conservado como una
estructura mítica, edificada simbólicamente con una arquitectura ritual y
mágica, más ensueño que discurso, pues la palabra allí es solo poética.

No olvidemos que nuestra religión, la judeo-cristiana, gira alrededor de un


Libro Sagrado, la Biblia, nuestro culto religioso es fundamentalmente verbal,
las ideas religiosas cristianas las aprendemos y enseñamos con palabras, a
veces con actos. El mundo de las ideas religiosas del pagano esta construido
con imágenes simbólicas. El despliegue de la teología pagana se hace sobre un
escenario visual, mientras que el despliegue de la teología Judeo-cristiana se
hace sobre un escenario verbal, esta diferencia es de fondo y marca
profundamente la didáctica y la práctica religiosa de paganos y judeo-
cristianos, haciéndolas diferentes.

Hay dos grados diferentes de lo mítico, el monoteísta o Judeo-cristiano y el


politeísta en sus múltiples formas, a las que hemos llamado genéricamente
paganismo. Y sí somos justos, nos parecen dos formas válidas de lo religioso
22

y no necesariamente antagónicas, pero lo han sido agriamente a través de la


historia, como en la Conquista de América. Con la espada en una mano y el
cristo en la otra, los españoles borraron todo, humillaron las almas nativas y
las dejaron sin símbolos religiosos propios. A los Amerindios les toco
disfrazar sus ritos de Santos cristianos para poder conservar el culto a sus
dioses; es así como muchas costumbres rituales de los amerindios se
conservan hoy como folklore, como en el Tolima Grande a propósito del
Solsticio de junio, pero lo mismo ocurre por toda América.

El esoterista construye un mito para representar sus ideas místicas, considera


él que las palabras son incapaces de comunicar todo el sentido y acude al
símbolo para comunicar lo inexpresable. Para enseñar acude a
representaciones dramáticas en las que se involucra al aprendiz como un
personaje mítico, para transmitirle la enseñanza compartiendo colectivamente
con él la misma experiencia mística, algunas veces haciéndolo comulgar con
la sangre y carne del dios, que no es otra cosa que el jugo y la pulpa de alguna
planta psicoactiva, como en Eleusis, o también en los ritos Védicos con el
Soma, o en los rito de Baco con el vino, el cual hereda el rito cristiano como
uno de los elementos simbólicos del sacrificio de Jesús.

La iniciación consiste, pues, en una catarsis, de pronto con raptos alucinantes,


producida por el mensaje verbal, y más profundamente por las impresiones
sobre el inconsciente de la representación dramática. El objetivo de cualquier
doctrina religiosa es el de impresionar el alma del discípulo más allá de las
palabras. En las religiones mistéricas es donde está el origen del teatro, la
música y la poesía griega, fueron ellas las que primero elaboraron escenarios
dramáticos con el fin de impresionar espiritualmente a los participantes. La
riqueza poética de los himnos órficos sigue impresionando hoy en día.

Es necesario captar la diferencia entre una religión exotérica como lo son las
modernas, abierta a todos sin excepción, y formas religiosas de carácter
Iniciático, a la antigua, como lo es la Masonería, la cual se supone que ejerce
una aristocracia espiritual, que no es ni proselitista ni abierta, aparentemente
lo más alejada de una organización democrática, pues pretende ejercer una
selección muy parecida a la académica, donde es necesario seguir
escalonadamente un aprendizaje y da enseñanzas más intuitivas que
racionales, de ahí sus métodos del lenguaje simbólico y lo secreto, la cosa
mística se aprehende por revelación, son enseñanzas psicodramáticas en las
que se encarna un mito.
23

Otra característica de la masonería, además de la iniciática, y quizá la que la


define más certeramente, es la de ser heredera de las ordenes constructoras
medioevales. En la antigüedad los secretos de oficio artesanal siempre se
conservaron y desarrollaron alrededor de un mito constructivo. El aprendizaje
de cualquier oficio implicaba a su vez una iniciación, y así, fuera de aprender
las técnicas artesanales especificas, el fundamento teórico se hacia en lenguaje
y simbolismo mítico, haciendo que el ejercicio de cualquier oficio artesanal
fuera a su vez una mística. Tal como lo describe René Genón respecto a los
“Collegia Fabrorum”.

Y esto es lo que es la Masonería un Mito Constructivo, enseña la


transformación del alma a través de una Simbología espiritual del Arte de
Construir Templos, tanto así que a Dios lo llaman Gran Arquitecto Del
Universo, y los grados básicos de sus estructura iniciática es la tradicional de
cualquier obra de construcción, aprendiz, compañero y maestro. Los masones
son místicos del número, como los pitagóricos. Y aún despertando un poco de
alboroto entre ellos, pensamos que la Masonería es una Religión Iniciática de
la Naturaleza, cuyos fundamentos como la Cábala, el Hermetismo y el
Neoplatonismo, la hicieron encarnar la historia esotérica de la sociedad
cristiana, desde el Renacimiento hasta la Revolución Industrial. Claro que es
posible retrotraer sus orígenes hasta los Templarios, caballeros de La espada y
la llana, gnósticos, esoteristas, seria difícil de probar, pero en lo esencial la
Masonería es heredera histórica de los Templarios, y los ha asimilado
simbólicamente en alguna de sus variantes míticas.

En resumen, la Orden Masónica es: esotérica, mistérica, deísta, iniciática,


mística y judeocristiana, y por contradictorio que parezca, heredera de la
rebeldía iniciática de la Edad Media, la Cábala, la Alquimia, la Rosacruz y la
Caballería mística, todo sintetizado sincréticamente alrededor de su mito
fundacional: “El de la Construcción del Templo de Salomón y la trágica
leyenda del Maestro Hiram Abif, director general de obras y maestro forjador
de las columnas. La masonería tiene el origen de su mítica esotérica y
religiosa en la edad de oro del pasado judío, cuyo Templo Simbólico intentan
reconstruir entre los “hombres libres y de buenas costumbres.”

La Masonería desde su renacimiento profano el 24 de Junio de 1717, fue la


portadora del germen revolucionario del siglo de las luces, ella llevaba
implícita la rebeldía de la Reforma, la cual había sido propiciada por los
Rosacruces y su Fama Fraternatis, no fue entonces gratuita la excomunión que
24

le hizo la Iglesia en el siglo XVIII, fantasma que aun parece rondarla, pero sin
ningún sentido en pleno tercer milenio.

La Masonería fue portaluz del principio democrático, del estado laico, del
sufragio universal y de la igualdad entre los hombres. Inspiradora de la
independencia de Estados Unidos, donde asomo el mundo moderno, para mal
o para bien, luego vino la Revolución Francesa y la Masonería fue
protagonista y victima. Más tarde las logias fueron las catalizadoras del fervor
independentista entre los Latinoamericanos, pues ofrecía: secreto, sigilo, los
principios democráticos, y elementos de simbolismo crítico frente al
misticismo reaccionario de la iglesia de entonces. Fueron las logias, las
semillas que comenzaron a organizar la independencia en las colonias
Españolas y se escondían de la Corona tras sociedades filológicas, tal como lo
hacia Nariño.

La fila de los Masones en la historia de este país es cuento viejo, y hoy


cuando la democracia es la panacea política, con sufragio universal, libertad
religiosa, Estado y educación laicos, divorcio civil, y muchas cosas más, la
masonería parece haber perdido la beligerancia de otros tiempos, e intenta
salir del closet, dirán sus contradictores, pero no, no puede salir del clóset, así
lo quiera, pues su carácter Iniciático la hace trabajar a puerta cerrada. Pero
eso no disculpa que guarden silencio, sobre todo en este país con tantos
problemas sociales y morales, aun más, cuando el principal grado masónico es
el de Maestro, y solo se es maestro cuando se imparte enseñanza.

Hoy cuando ya no produce temor político y menos religioso, tiene la


masonería que cumplir su labor y enseñar públicamente su perspectiva
espiritual y simbólica sobre temas que atañen al Espíritu de la Naturaleza, la
Sociedad y el Hombre.

El vínculo masónico con el judeo cristianismo, no es difícil de mostrar pero si


difícil de explicar. El centro de cualquier Logia masónica es el Ara de los
votos, lugar santo del templo, consistente en tres candelabros alrededor de una
mesa sobre la que esta el libro de la Ley, el cual es la misma Biblia judeo-
Cristiana que todos conocemos, sobre esta Biblia se colocan una Escuadra y
un Compás, simbolizando que la lectura de este libro sagrado hay que hacerlo
con la mística verbal de la Cábala, la cual es una técnica de simbolización
verbal, donde las letras son símbolo y número, poética y geometría. Y si el
mito fundacional de la Masonería es el de la Construcción del Templo de
25

Salmón y su libro de la Ley es la Biblia, es muy difícil decir que la masonería


no es ni religiosa ni Juedeo Cristiana.

Al conservar una tradición iniciática la masonería conserva los rasgos


esenciales de los cultos mistéricos antiguos, sobre todo los vínculos con el
simbolismo astronómico de la caverna iniciática y sus dos puertas solsticiales,
por lo cual tiene por fiestas los dos solsticios. Siendo la fiesta principal el
solsticio de Verano el día 24 Junio, hacen una ceremonia solemne para festejar
que el Sol abre la puerta iniciática de los hombres, y se pide ayuda al dios
correspondiente para que facilite el rito, por eso le consagraron a San Juan
Bautista, para que él guardara la llave de la puerta cósmica de los hombres, es
entonces el momento propicio para los misterios iniciáticos, tal como lo ejerce
no solo la Orden masónica, sino innumerables asociaciones de esoteristas
independientes regados por el mundo de la Nueva Era.
26

VI-- DEL SOLSTICIO ESTIVAL


A SAN JUAN BAUTISTA

Dice Frazer en su clásico libro de antropología la “Rama Dorada”: “La época


del año en que las fiestas del fuego del solsticio estival, se ha celebrado más
generalmente en Europa es el solsticio de verano, en la víspera (23 de junio) o
el día del solsticio (24 de junio). Se le ha dado un ligero tinte de cristianismo
llamándole día de San Juan Bautista, pero no puede dudarse de que esta
celebración data de una época muy anterior al comienzo de nuestra era. El
solsticio estival o día del solsticio, es el gran momento del curso solar en el
que, tras de ir subiendo día tras día por el cielo, el luminar se detiene y luego
retrocede sobre sus pasos en el camino celeste. Este momento, no pudo menos
de ser considerado con ansiedad por el hombre primitivo, tan pronto como
comenzó a observar y ponderar las carreras de las grandes luminarias por la
bóveda celeste; teniendo todavía que aprender a darse cuenta de sus
impotencia ante los inmensos cambios cíclicos de la naturaleza, pudo soñar
con ayudar al sol en su aparente decaimiento; que podría sostenerle en sus
desfallecientes pasos y reencender la llama moribunda de la rojiza lámpara en
sus manos débiles. Algo así debió ser los pensamientos que quizá dieron
origen a estos festivales solsticiales de nuestros campesinos europeos.
Cualquiera que haya sido su origen, han prevalecido sobre esta cuarta parte
del mundo, desde Irlanda al occidente, hasta Rusia al oriente y desde Noruega
y Suecia al septentrión, hasta España y Grecia al mediodía.”

En Rusia se celebra así: “La víspera se hace una limpieza general de la casa, y
después la adornan con ramajes verdes y flores, hacen la figura de Kupalo de
paja, y la visten con ropas femeninas, una gargantilla o collar, y una corona
floral. Después derriban un árbol, que decoran con cintas, y le hincan erguido
en algún lugar a propósito. Cerca de éste árbol, al que dan el nombre de
Marena (invierno o muerte), colocan la figura de paja y a su lado, también una
mesa en la que hay viandas y aguardientes. Encienden una hoguera y los
jóvenes y doncellas, saltan en parejas sobre el fuego, levantando con ellos el
muñeco de paja. Al día siguiente (ya el San Juan), quitan sus adornos a la
figura y al árbol y tiran los dos al río.”

“Según un escritor medieval los tres grandes rasgos de la celebración del


solsticio estival fueron las hogueras, la procesión de antorchas por los campos
27

y la costumbre de echar a rodar una rueda. Los muchachos quemaban huesos y


basuras de varias clases para hacer un humo hediondo que ahuyentaba ciertos
dragones perniciosos que en ésta época del año, excitados por el calor del
verano, copulaban en el aire y envenenaban los pozos y los ríos al caer en
ellos su semen; también explican la costumbre de girar una rueda para
significar que el sol tras de alcanzar su altura máxima en la eclíptica empezaba
a descender de allí en adelante.”

Siempre encontraremos por todo el planeta recuerdos folklóricos de la


celebración pagana del solsticio que el cristianismo no celebra explícitamente,
pues es parte del culto pagano al sol, pero en cambio el cristianismo
antropomórfiza y cristianiza la ceremonia pagana al dedicarla al nacimiento
de San Juan Bautista. Lo que habría que examinar, para ver si es apropiado el
reemplazo simbólico, es si Juan el Bautista simboliza la puerta iniciática
correspondiente, la de los hombres.

Vimos, en la introducción de éste ensayo, como el tono de la misa católica de


San Juan Bautista es un tono Iniciático, pues el bautismo es la iniciación
cristiana por antonomasia, aun cuando solo sea una iniciación exotérica, como
todas las formas mistéricas de la iglesia, su labor mística ha sido esa y no es
cualquier papel.

El reemplazo simbólico hubiera sido equivoco si por ejemplo: el 24 de junio la


iglesia hubiera celebrara el descenso del Espíritu Santo con sus lenguas de
fuego, pues este simbolismo ígneo no sería apropiado para una celebración de
simbología acuática, como si es justo el simbolismo del bautizo de agua, el
cual envuelve los tres puntos clave del solsticio pagano, a saber: la fecha solar,
la actividad Iniciática y el simbolismo acuático, y no es pues equivoco ni
artificial, que San Juan Bautista sea el patrono Iniciático del solsticio estival.

La otra puerta de la caverna cósmica, la puerta de los dioses que se abre en el


solsticio de invierno, tiene como patrón Iniciático a San Juan Evangelista, el
discípulo querido de Jesús y el evangelista por antonomasia de los esoteristas
y masones. Aquí cabria otro análisis simbólico en cuanto a la evolución
religiosa inmanente a las ordenes iniciáticas y su vínculo con Jesús, quien
encarna al dios que pasa por la puerta de los dioses el 24 de diciembre.

Para terminar acudamos de nuevo al Misal Romano para que sea su espíritu el
que cierre esta disquisición simbólica que ha intentado revelar cuanto espíritu
de la naturaleza hay bajo el velo monoteísta del cristianismo.
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“Llenamos, Señor, tus altares de dones, celebrando con el debido honor el


nacimiento de aquel, que predijo la venida, y nos mostró la presencia del
Salvador del mundo.

Tú, ¡Oh niño! serás llamado Profeta del Altísimo, por que irás delante del
Señor para preparar sus caminos.

¡Iii… San Juan!

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