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PARTE II: LA LENGUA

1.—La LENGUA es tina ESTRUCTURA

1.1.—La primera hipótesis concerniente al objeto teórico de


nuestra disciplina consiste en definir la lengua como un sistema o
estructura'. Este es el axioma básico del estructuralismo, perspec-

(1) La aparición del término estructura en el ámbito lingüístico no se registra basta


la publicación de las Tesis del Circulo Lingüístico de Praga (1929). concretamente en el
subtitulo: «(El método sincrónico y sus relaciones con el método diacrónico. comparación
estructural y comparación genética...)s. (Vid.: 13. Trnka, J. Vachek y otros: El Circulo <le
Praga, p. 30; Cf. E. Benveniste: Problemas de lingüística general. p. 94). Sin embargo
en F. de Saussurc la noción de sistema está ya dotada de todos los atributos del estruc-
turalismo:
a) Preeminencia del todo a las partes (Cf. Cours, p. 154). «En el elemento presu-
poner el sistema: esto constituye, según nosotros, la aportación propia de Saussure al es-
tructuralismo» (O. Ducrot: Le Structuralis.me Linguistique, p. 36).
b) Definición de las unidades a partir de las relaciones que contraen con el resto
de los elementos de su sistema (Cf. Cours. pp. 155-169).
e) Concepción de la lengua como una forma y no como una sustancia (Cf. Cours,
p. 169).
La perspectiva sistemática fue pronto aceptada, incluso dentro del historicismo. A
A. Moinet debemos la célebre frase: «Cada lengua es un sistema rigurosamente dispuesto
cn el quo todo se sostiene» (A. Meillet: tinguistique historique et linguistique générale,
ll, p. 158; cit. en E. Benveniste, op. cit.. p. 93).
Cuando afirmarnos que una lengua es una estructura 1103 estamos refiriendo a una
lengua funcional, no a una lengua histórica. Tras las aportaciones de Damourette-Pinchon,
Leiv Flydal y, sobre todo. de E. Coserlo. parece evidencia científica considerar las len-
guas históricas como arquitecturas. como diasistemas en los que coexisten varios sistemas
lingüísticos (con diferencias diotópicas, diafiísieas y diastráticas otras posibles—).
«Entre las términos 'diferentes' desde el punto de vista de la estructura de la lengua hay
oposición; entre los términos 'diferentes' desde el punto de vista de /a anpaiteeturn hay

.33 —
tiva metodológica que, a partir de la Lingüística de nuestro siglo, Ahora bien, decir que la lengua (o cualquier otro objeto de es-
se extiende a otros campos del saber (Etnología, Filosofía, Litera- tudio) es una organización no es ningún truismo desprovisto de
tura, Biología, etc.). El estructuralismo es una nueva visión de la todo valor científico. La tesis anomalista es tan fuerte, respecto a
realidad que pretende superar las limitaciones de otros enfoques los «hechos», como la de las analogistas. El principio de regulari-
precedentes.
dad no es una evidencia, sino una hipótesis sobre la que se apoya
Existen, no obstante, múltiples estructuralismos. La divergencia la investigación científica.
no se origina únicamente en la diversidad de objetos a los que
se ha aplicado y en un distinto recorrido metodológico, sino también
en distintas concepciónes de la noción estructura. De ahí que resul- 1.3. —Principio de totalidad
te prácticamente imposible determinar su contenido general a par- El estructuralismo afirma la preeminencia del todo sobre las
tir de las definiciones que de ella nos han legado escuelas y auto-
partes. Esta ha sido la gran aportación del maestro ginebrino a
res': el núcleo sémico común a todas ellas es insignificante y po-
co operativo. nuestra ciencia. El siglo XIX era atomista: creían poder explicar
un elemento o un proceso evolutivo por su naturaleza material,
La noción estructura es una hipótesis cuya extensión y alcance por su ser-en-sí, sin tener en cuenta las relaciones que tal elemento
ha de ser fijada por el teórico. Dada la relevancia que adquiere en contraía con sus vecinos o las repercusiones producidas por un
el seno de la teoría, su definición ha de ser precisa, libre de toda cambio en otros sectores de la lengua o del microsistema al que
ambigüedad interpretativa. pertenecía. Un sistema era la suma de unidades concretas, suscep-
tibles de ser definidas individualmente. Con Saussurc la visión se
1. 2 . — Estructura - Organización invierte: «Definirlo así (al signo) sería aislarlo del sistema de que
forma parte; sería creer que se puede comenzar por los términos
Una estructura es una organización, mas no toda organización y construir el sistema haciendo la suma, mientras que, por el con-
es una estructura. Organización presupone un todo, unas partes y trario, hay que partir de la totalidad solidaria para obtener por
una regularidad o constancia en las relaciones. análisis los elementos que encierra'''. La glosemática, influida por
Si estructura y organización fuesen sinónimas, ¿qué sentido la Psicología de la Forma (Gestalt Theorie) incidiría constantemen-
te sobre esta característica. L. Iljelmlev es contundente: «Ni psi-
tendría hablar de la revolución lingüística del siglo XX? Todas las
aportaciones de los lingüistas precedentes merecerían el título de cológica ni fisiológicamente el elemento preexiste al conjunto: no
estructurales'. es ni más inmediato ni más antiguo. El conocimiento del todo y de
sus leyes no podrá ser deducido del conocimiento de las partes que
allí se encuentran» s .
diversidad» (E. Coseriu: Principios de Semántica Estructural.
p. 120). Todo estudio es-
tructural ha de sentar sus reales en una lengua funcional
concreta.
No se nos ocultan, sin embargo. las (MOTITICS dificul t ades que entraña el aislamiento
La fecundidad teórica del principio de totalidad es impresio-
y delimitación de una lengua funcional. No existen estados puros de lengua o de nivel nante:
de lengua. Ni siquiera el idiolecto presenta la homogeneidad deseada: todo hablante posee
varios registros. La elección de un objeto conlleva siempre cierto grado de ficción. a) Logra ofrecer una visión conjunta y coordinada de los he,
(2) Esta es la tesis sostenida por R. Boudon en
tura. pp. 12 y as. Para qué sirve la noción de estrue. chos lingüísticos..
(3) «El estructuralismo lingiiistico. por cl contrario. o bien no es más que una bana-
lidad. o bien debe depurar el concepto de estructura, con el fin de que remita a otra
cosa que a la simple idea de organización, ya presente en la gramática tradicional» (O. menos en cierto sentido» (E. Coseriu: «Pour une sernantique diachronique structurales,
Duerot. op. cit., p. 17). El campo de nuestra disciplina que en sus operaciones se ha p. 143).
acercado mais al estructuralismo a lo largo de la historia ha sido, sin duda, la gramín- (4) F. de Saussure: Cours, p. 157. Trad. esp. pp. 193.194.
ea. E. Coseriu llega a afirmar: «En realidad la gramática ha sido siempre 'estructural', al (5) L. Hjelmslev: Essais linguistiques. 1. p. 100.

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b) Al concebir los elementos en tanto que unidades relaciona- 1.4. —Principio de finitud
les en la constitución de un sistema, explica comportamientos inac-
cesibles desde el atomismo. Las propiedades de un conjunto or- Las estructuras son finitas: el número de sus componentes y re-
gánico no son la suma de las características materiales de sus tér- laciones nunca es ilimitado.
minos. Una frase, por ejemplo, no es la mera yuxtaposición de sig-
El Principio de finitud es una imposición:
nos, como en Química una mezcla (simple coexistencia de elemen-
tos) no es una combinación (conjunción relacional de átomos en a) Gnoseológica: no existe conocimiento de lo inabarcable. Si,
la formación de una estructura molecular). Las propiedades de la como hemos supuesto hipotéticamente, el concepto de estructura
mezcla no son iguales a las de la combinación. posee operatividad dentro de las ciencias, las estructuras han de
c) La descripción se simplifica. El fisicalismo monista intenta- ser forzosamente finitas.
ba ofrecer una descripción exhaustiva de las propiedades de los b) Metodológica: hablar de estructuras no finitas es negar el
elementos. Como consecuencia, el número de las unidades se mul- principio de totalidad. Si el todo es ilimitado, es incognoscible; de
tiplica de forma ilimitada: cuantas más propiedades se aíslan (he- donde se deduciría que la afirmación de que el conocimiento de la
cho que va muchas veces en consonancia con el perfeccionamiento totalidad preexiste al de sus partes no sería posible.
de la tecnología), mayor es la cantidad de términos diferenciados.
Así, la Fonética de finales del XIX y principios del XX, pertrecha- e) Empírica: la capacidad memorística del hablante es limita-
da ya de los primeros adelantos tecnológicos que permiten análi- da. Esta observación desvelada y generalizada por el generativismo
sis experimentales (kimógrafo, palatogramas, etc.) llegó a descrip- es aplicable a toda teoría estructural.
ciones articulatorias y acústicas muy minuciosas. El número de so-
Aceptar teóricamente el principio de finitud no significa forzo-
nidos diferenciados era ingente °. Para el estructuralismo, por el
samente negar la presencia real del infinito dentro del lenguaje (el
contrario, los elementos existen en cuanto componentes, en cuanto número de comunicaciones posibles dentro de una lengua natural
unidades relacionales en un ensamblaje superior: el sistema. No dada es prácticamente infinito), sino afirmar que a partir de un
se pregunta por la naturaleza real, no persigue agotar las propie- número reducido de elementos y relaciones se pueden explicar to-
dades materiales de los objetos, sino que aísla únicamente aquellas
dos los mensajes posibles dentro de una lengua concreta.
propiedades que entran en relación dentro de la estructura. Así la
Fonololoaía, que opera con menos elementos —y mucho más sim- El principio de finitud se deriva del principio de totalidad y es
ples— logra una comprensión del significante mucho más profun- el fundamento del principio de articulación: toda comunicación
da y científica que la Fonética. está constituida por unidades y relaciones constantes, invariantes,
y reutilizables de mensaje a mensaje. Este principio de articulación
La superioridad en potencia explicativa del estructuralismo
es a su vez una manifestación en la lengua de la llamada ley de
frente al fisicalismo se refleja de forma más inteligible en este economía s.
ejemplo tomado de Jonathan Culler : ante una ceremonia matrimo-
7

nial o un partido de fútbol, un espectador que no conociese el sis-


tema de convenciones sociales en que se apoyan podría ofrecer (8) Cf. A. Martinet: Elementos de Lingüística General, pp. 25-26. La gran ley de
economía posee una formulación inversa: cl principio de creatividad.
Sostener que el in-
una descripción objetiva y pormenorizada de cuanto impresiona finito número de secuencias es reducible a un número finito de elementos y relaciones
su retina, pero sería incapaz de captar su significado verdadero. (ley de economía) i mplica afirmar que el hablante, a partir de tales unidades y relacio-
nes, limitadas en número, puede «componer» un número ilimitado de mensajes (algunos
Diríamos que no comprende nada de cuanto sucede en su entorno. nunca producidos ni escuchados con anterioridad) (principio de creatividad). El estructu-
ralismo ha hecho hincapié fundamentalmente en la dimensión economizadora del lengua-
je, pero no olvidó en modo alguno la vertiente creativa (Cf., por ejemplo, E. Coseriu:
«Sistema, norma y habla», p. 98 y ss.). Incluso dentro de la lingüística descriptiva ame-
(6) Cf. a iones: «The historv and the meaning of the term 'phoneme'». p. 189.
ricana es posible hallar inequívocas declaraciones al respecto. Así afirmaba Ch. F. Hoc-
(7) J. Culler: «La base lingüística del estructuralismo», pp. 39-•0. ken: «Es posible decir cosas que nunca se han dicho antes y ser, no•obstante, compren-

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1.5.—Principio de invariancia Operar con unidades discretas aporta simplicidad a la teoría:
nos libera de la definición fisicalista y elimina la descripción cuan-
Las unidades que integran un sistema son invariantes. Bajo la titativa.
diversidad aparente que se observa en toda actualización, subsiste
la constancia. El fonema /a/ del castellano posee infinitas realiza- El principio de discreción es derivado del principio de invarian-
ciones ([a] [a] [a] y todos los grados intermedios imaginables), cia y, en último extremo, de la gran hipótesis estructural
pero es un solo «valor» o unidad fonológica. La invariancia apare-
ce aquí corno una consecuencia de los principios de finitud y ar- 1 2.—Principio de jerarquización
ticulación.
Toda estructura posee una organización jerárquica. Aún en el
Este principio es aplicable en un nivel más general al concepto de
caso más simple es posible diferenciar dos niveles: el todo y las
estructura y, consiguientemente, al objeto de una ciencia: «(el ob-
jeto teórico) refleja siempre ciertos aspectos constantes y específi- partes. Existen unas relaciones verticales (dominancia o subordina-
ción, según 01 sentido) y unas relaciones horizontales (oposiciones)
cos por los cuales puede decirse que una realidad determinada es
entre los cosubordinados a un mismo elemento dominante.
tal y no otra cosa; y gracias a los cuales una realidad es y perma-
nece constante en todas sus manifestaciones'''. Admitiendo que las unidades de un sistema no se definen por
lo que son en sí, sino que son lo que son en virtud de las relacio-
1.6.—Principio de discreción nes que contraen con las demás, se hace evidente la definición
hjelmslcviana: «estructura es una entidad autónoma de dependen-
cias internas» ". La relación de dependencia se revela, pues, como
Los elementos que componen un sistema son discretos, cualita-
tivamente diferenciados entre sí. Discreto se opone a-continuo w. fundamental dentro de las disciplinas estructurales.
El mundo externo es el reino de la continuidad, de las transicio- Con frecuencia las organizaciones jerárquicas poseen un nota-
nes imperceptibles. Por el contrario, en los sistemas que subyacen ble grado de complejidad y se ordenan en múltiples niveles, cons-
y explican los objetos naturales, no existe la continuidad, sino la tituyendo así una estructura de estructuras. Los subsistemas o mi-
oposición. En un análisis fonético se podrían aislar tantas realiza- croestructuras se engarzan. a su vez, por medio de relaciones verti-
ciones concretas entre [a] y [e] (consideradas en sus valores «me- cales y horizontales, cual si de elementos de una estructura simple
dios») como se desee. Por muy próximos que scan dos sonidos, se tratase. Dentro de tales restricciones estos microsistemas poseen
siempre es posible hallar uno intermedio. En Fonología, por el con- cierto grado de libertad.
trario, no aparece la continuidad, ni es posible la interpolación:
La lengua es uno de estos suprasistemas. La relativa autonomía
entre los fonemas castellanos /a/ y /e/ existe un salto cualitativo:
de que gozan los conjuntos ensamblados que la integran nos per-
Fonología /a/ /e/ mite dividir la Lingüística en varias ramas: Fonología, Semántica,
Morfosintaxis, etc.
Fonética ... [a] ... [a] ... [ael [e] ... [e]
El binarismo proclama que en un mismo nivel sólo pueden exis-
(liaos, a menudo sin que hablante ni oyente se percaten de la novedad: ésta es la propie-
tir dos elementos cosubordinados, caracterizado el uno por la pre-
dad del lenguaje que hace de él un medio tan poderoso de comunicación. Una emisión sencia de un rasgo y el otro por su ausencia. Esta teoría, aplicada
inédita se compone de materias primas conocidas y se construye por medio de pautas.
también conocidas, de agrupación de esas materias primas. Ni éstas ni aquéllas necesitan
por Jakobson y sus seguidores a la Fonología, encuentra serias difi-
ser nuevas para que la emisión sea diferente de todas las que se hayan producido an- cultades en otros campos, como la Semántica, donde el número de
tes» (Curso de Lingüística Moderan, p. 159).
(9) 3. A. Martínez: Propiedades del lenguaje pOt IICO, pp. 21-22.
:

(10) Cf. A. Martinet: La Linguistique Synchronique, p. 35. (11) L. Hjelmslev: Essois linguistiques, 1. p. 109.

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1.5.—Principio de invariancia Operar con unidades discretas aporta simplicidad a la teoría:
nos libera de la definición fisicalista y elimina la descripción cuan-
Las unidades que integran un sistema son invariantes. Bajo la titativa.
diversidad aparente que se observa en toda actualización, subsiste
la constancia. El fonema /a/ del castellano posee infinitas realiza. El principio de discreción es derivado del principio de invarian-
ciones ([2e] [a] [a] y todos los grados intermedios imaginables), cia y, en último extremo, de la gran hipótesis estructural
pero es un solo «valor» o unidad fonológica. La invariancia apare-
ce aquí como una consecuencia de los principios de finitud y ar- 1.7. —Principio de jerarquización
ticulación.
Toda estructura posee una organización jerárquica. Aún en el
Este principio es aplicable en un nivel más general al concepto de
caso más simple es posible diferenciar dos niveles: el todo y las
estructura y, consiguientemente, al objeto de una ciencia: «(el ob-
jeto teórico) refleja siempre ciertos aspectos constantes y específi- partes. Existen unas relaciones verticales (dominancia o subordina-
ción, según es sentido) y unas relaciones horizontales (oposiciones)
cos por los cuales puede decirse que una realidad determinada es
entre los cosubordinados a un mismo elemento dominante.
tal y no otra cosa; y gracias a los cuales una realidad es y perma-
nece constante en todas sus manifestaciones» . 9
Admitiendo que las unidades de un sistema no se definen por
lo que son en sí, sino que son lo que son en virtud de las relacio-
1.6.—Principio de discreción nes que contraen con las demás, se hace evidente la definición
hjelmsleviana: «estructura es una entidad autónoma de dependen-
cias internas» ". La relación de dependencia se revela, pues, como
Los elementos que componen un sistema son discretos, cualita-
tivamente diferenciados entre sí. Discreto se opone a -continuo w. fundamental dentro de las disciplinas estructurales.
El mundo externo es el reino de la continuidad, de las transicio- Con frecuencia las organizaciones jerárquicas poseen un nota-
nes imperceptibles. Por el contrario, en los sistemas que subyacen ble grado de complejidad y se ordenan en múltiples niveles, cons-
y explican los objetos naturales, no existe la continuidad, sino la tituyendo así una estructura de estructuras. Los subsistemas o mi-
oposición. En un análisis fonético se podrían aislar tantas realiza- croestructuras se engarzan. a su vez, por medio de relaciones verti-
ciones concretas entre [a] y [e] (consideradas en sus valores «me- cales y horizontales, cual si de elementos de una estructura simple
dios») como se desee. Por muy próximos que sean dos sonidos, se tratase. Dentro de tales restricciones estos microsistemas poseen
siempre es posible hallar uno intermedio. En Fonología, por el con- cierto grado de libertad.
trario, no aparece la continuidad, ni es posible la interpolación:
La lengua es uno de estos suprasistemas. La relativa autonomía
entre los fonemas castellanos /a/ y /e/ existe un salto cualitativo:
de que gozan los conjuntos ensamblados que la integran nos per-
Fonología /a/ /e/ mite dividir la Lingüística en varias ramas: Fonología, Semántica,
Morfosintaxis, etc.
Fonética ... [a] ... [al ... [ae] [Ç] ... [e]
El binarismo proclama que en un mismo nivel sólo pueden exis-
didos, a menudo sin que hablante ni oyente se percaten de la novedad: ésta es la propie- tir dos elementos cosubordinados, caracterizado el uno por la pre-
dad del lenguaje que hace de él un medio tan poderoso de comunicación. Una emisión sencia de un rasgo y el otro por su ausencia. Esta teoría, aplicada
inédita se compone de materias primas conocidas y se construye por medio de pautas.
también conocidas. de agrupación de ~5materias primas. Ni éstas ni aquéllas necesitan
por Jakobson y sus seguidores a la Fonología, encuentra serias difi-
ser nuevas para que la emisión sea diferente de todas las que se hayan producido 831- cultades en otros campos, como la Semántica, donde el número de
lea (Curso de Lingüística Moderna, p. 159).
(9) J. A. Martínez: Propiedades del lenguaje peale°, pp. 21-22.
(10) Cf. A. Martinet: La Linguistique Synehronigue, p. 35. (11) L. Hjelmslev: Essais linguistiques. 1. p. 109.

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unidades es mucho mayor. Todo parece indicar que, más que una tencia de dos tipos de estructuras, integradas de forma simultánea
ley, el binarismo es una «tendencia» de la mente humana. En manos en los objetos de análisis. Ambas poseen una ordenación jerárqui-
del científico se presenta como un instrumento metodológico orien- ca y las unidades mantienen relaciones de dependencia y de dife-
tado a conseguir simplicidad en la teoría. renciación.
Ha sido F. de Saussure el primero en comprender la importan-
1.8. —Estructuras Sintagmáticas/Estructuras Paradigmáticas
cia de esta doble dimensión en los enunciados lingüísticos. Distin-
guía el maestro ginebrino entre relaciones sintagmáticas y relacio-
El objeto natural de muchas ciencias se presenta como un con-
nes asociativas:
junto de hechos concretos, empíricos que es necesario explicar.
Así la Lingüística se enfrenta con el corpus o texto (totalidad de a) Relaciones sintagmáticas: «Las palabras contraen entre sí
mensajes producidos o posibles en una lengua natural dada); la en virtud de su encadenamiento, relaciones fundadas en el carácter
Química, con un número ilimitado de cuerpos y de reacciones. La lineal de la lengua, que excluye la posibilidad de pronunciar dos
aplicación de la hipótesis estructuralista nos permite afirmar que elementos a la vez... Las relaciones sintagmáticas se establecen en-
cada uno de estos hechos u objetos es analizable en elementos me- tre los elementos que aparecen en la cadena, son relaciones «in
nores, invariantes, discretos y capacitados para aparecer en otros praesentia»
objetos también analizables. Desde esta perspectiva cada cuerpo
se muestra como una estructura combinatoria integrada por ele- b) Relaciones asociativas. El segundo eje se establece entre los
mentos y relaciones coexistentes (relaciones «in praesentia»). elementos presentes en e: mensaje y otros ligados a ellos de alguna
forma en la mente del usuario de la lengua.
No son suficientes, sin embargo, las dependencias derivadas de
la combinación para explicar de forma exhaustiva la naturaleza La formulación saussureana adolece de varios defectos:
de tina totalidad articulada. Los componentes de una. estructura
combinatoria se relacionan con otras unidades no coexistentes, pe- 1) Las relaciones sintagmáticas no derivan del carácter lineal
ro que pudieran aparecer ocupando su lugar. Estas relaciones «in del lenguaje. La linearidad de los mensajes lingüísticos es una for-
absentia» son también fundamentales: ma de manifestación de la combinatoria. Dado el carácter eminen-
temente oral del lenguaje humano y dadas las limitaciones fisioló-
a) Porque motivan que un objeto de descripción sea el que es gicas aludidas, los constituyentes se ordenan en forma de secuen-
y no otro. Por ejemplo, en el mensaje el niño llora, la secuencia cia, según un antes y un después. Pero la sintagmática, en cuanto ca-
el niño es reemplazable por el hombre, el muchacho, la mujer, etc. tegoría teórica, es previa a la linearidad. Es posible una sintagmá-
El hecho de que sea precisamente el niño, y no alguno de los de- tica de los procedimientos de comunicación que se ordenan en el
más sintagmas, quien aparezca, es responsable de que lo que se espacio y no en el tiempo. Tal corno la concebía Saussure, no po-
comunica sea «el niño llora» y no «el hombre llora», etc. En Quí- dría nunca alcanzar un rango estructural, puesto que rara vez el
mica el cloruro de sodio (C1Na) sería cloruro de potasio (C1K) si orden juega un papel importante en el lenguaje. Luden Tesniere
el elemento que se combina con el cloro fuese el potasio y no el introduciría más tarde una distinción que nos parece de la máxima
sodio. i mportancia: en los mensajes existe un orden lineal y un orden
b) Porque la naturaleza teórica de una unidad depende tanto estructural". El primero es aparente; el segundo, oculto y jerár-
de los elementos con los que puede conmutar como de aquellos quico. En el primero los elementos se ordenan según un antes y un
después; cn el segundo, por el contrario, dominan las relaciones
con los que puede combinar.
Relaciones «in praesentia» y relaciones «in absentia» son per- (12) F. de Saussure: Cours, p. 170. Trad. esp.. p. 207.
pendiculares e igualmente necesarias. Sobre ellas se apoya la exis- (13) Cf. L. Tesniere: Élements de Syntaxe Strueturale. pp. 19-20.

- 40 — — 41 —
de dependencia (verticales y horizontales) y de diferenciación. Con- Las formas de dependencia y sus designaciones se esquematizan
cluyendo: existe una estructura sintagmática, de carácter combina- en el siguiente gráfico:
torio, formada por unidades «in praesentia», subyacente al orden
lineal de las comunicaciones producidas.
Genérico VEL ET
2) No toda relación asociativa puede ser objeto de estudio lin-
güístico. Los posibles radios asociativos a partir de un elemento Estructura Sistema Proceso
presente en la secuencia son ilimitados, incomensurables. Hjelmslev Función Correlación Relación
reduce las relaciones «in absentia» a un único eje, que denomina
sistema'', constituido por un elemento presente en una combinación Funtivo Correlato Relato
sintagmática concreta y por todos aquellos que podrían ocupar su Determinación Especificación Selección
lugar, por los elementos que conmutan con él. El proceso está pre-
sidido por la relación lógica ET, coexistencia de elementos, mien- Interdependencia Complementarieciad Solidaridad
tras que en la dimensión paradigmática se impone la relación VEL. Constelación Autonomía Combinación
«Otra distinción importante para la teoría lingüística —nos diec-
es la que existe entre la función 'tanto ... como' (conjunción) y la Anteriormente hemos afirmado que paradigmática y sintagma
función 'o .. o' (disyunción). Esto es lo que entraña la distinción tica eran dimensiones estructurales, jerárquicas. ¿Sería posible ha
entre proceso y sistema: en el proceso, en el texto, existe una rela- blar de algún tipo de preeminencia entre ambas?
ción 'tanto ... como', una conjunción o coexistencia entre los fun-
tivos intervinientes; en el sistema existe una relación 'o ... o', una Es evidente que en la fase indagatoria el científico se encuentra
disyunción o alternancia entre los funtivos» 's. Las funciones VEL, en primer lugar con procesos (enunciados, cuerpos químicos, cere-
de alternancia, son denominadas correlaciones (y sus funtivos, re- monias, cte.) y que a través de un análisis continuado va reconstru-
latos)'. «Sobre esta base, podemos definir el sistenta como una yendo los paradigmas. La sintagmática poseería, pues, una priori-
jerarquía correlacional y el proceso, corno una jerarquía relacio- dad en la crono-génesis de la teoría. Ahora bien, ello no significa
nal» ' . Cuando estos conceptos se aplican a una semiótica se deno-
7
afirmar que tenga una prioridad teórica. Como nos advierte Hjelms-
minarán respectivamente paradigmática y sintagmática . 18
lev, «el factor decisivo no es la relación superficial consistente en
que el proceso es el más inmediatamente accesible a la observa-
Sabemos que los elementos de toda estructura mantienen rela- ción mientras que el sistema ha de ser 'ordenado' con relación al
ciones de diferenciación y de dependencia. A las diferencias que se proceso —'descubierto' tras él mediante un procedimiento— y por
establecen en un paradigma se denominan oposiciones, mientras tanto sólo es cognoscible de un modo mediato en tanto en cuanto
que las que se observan en una combinación se las denomina no se nos presenta sobre la base de un procedimiento llevado a
constrastes. cabo anteriormente... El factor decisivo es que la existencia de un
sistema es premisa necesaria para que exista el proceso: el proceso
adquiere existencia en virtud de un 'estar presente' de un sistema
tras el mismo, en virtud de un sistema que lo rija y determine en
su posible desarrollo» . Y a continuación: «Es inimaginable un
19

(14) Cf. L. Hjehnslev: Prolegómenos a una teoria del lenguaje. pp. 19.20, p. 42 proceso —porque sería inexplicable en un sentido absoluto e irre-
y pp. 49-50.
(15) id, pp. 58-59.
vocable— sin un sistema existente tras él. En cambio, no es inima-
(16) Id., p. 61.
(17) !bid.
(18) Id.. p. 62. (19) ¡bid.

— 43 —
ginable un sistema sin un proceso; la existencia de un sistema no primeras son siempre núcleo y las segundas, siempre margen. Del
presupone la existencia de un proceso» . Es decir: el sistema pre-
20
mismo modo, sustantivos, verbos, etc., se agrupan en conjuntos pa-
existe teóricamente al proceso o decurso. radigmáticos distintos, ya que sus valencias combinatorias difieren.
Esta afirmación, que nos parece incontestable, exige algunas
puntualizaciones que rara vez se explicitan:
a) El sistema estará constituido no sólo por los funtivos y sus
correlaciones, sino también por relaciones opuestas. Un ejemplo
aclaratorio de tipo general: sean dos funtivos A y B que pueden
estar ligados en el decurso por cuatro funciones sintagmáticas:
R-1, R-2, R-3 y R-4:

R-1 R-2
A< A< >B
R-3 R-4
A< >B A.- >

R-1, R-2, R-3 y R-4 son sustituibles en un mismo contexto. Su mu-


tación genera estructuras combinatorias diferentes. Por lo tanto
estas relaciones se oponen entre sí: forman un microsistema.
b) Para que el sistema pueda explicar totalmente el decurso,
sus unidades han de poseer no solamente dimensión paradigmáti-
ca (valor), sino también dimensión sintagmática (valencia). De otra
forma. la descripción de los miembros de un paradigma ha de
atender no sólo a las relaciones diferenciales y de dependencia,
sino también a las propiedades combinatorias. Las unidades del
sistema periódico de Meyer-Mendelejeff —abundando en ejemplos
tomados de la Química— se ordenan tanto por aquello que las dis-
tingue (número y masa atómicas) como por sus valencias. Los lla-
mados gases raros (helio, neon, argon, cripton, xenon y radon) que
poseen valencia cero, se agrupan en una misma columna de la re-
presentación.

La lingüística estructural no ha procedido de forma diferente.


El sistema fonológico se divide en dos subestructuras (sistema vo-
cálico y sistema consonántico), pues la posición dentro del marco
de la sílaba de vocales y consonantes nunca es coincidente: las

(20) ¡bit

— 44 — —45—.

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