Este es un tema que hay que considerar debido a las
malas interpretaciones que existen sobre el mismo, sí existen seres que por su inconsciencia espiritual se desvían o se estancan en el proceso de evolución de la conciencia, de tal manera de convertirse en elementos nocivos para otros, así como existen seres negativos en el plano material, también se manifiestan en el plano psíquico o astral, todo lo que se conoce como magia negra o mala voluntad, es la base de estos comportamientos dañinos. La magia negra es el uso de las facultades mentales con fines egoístas buscando dañar a los demás, se manifiesta de muchas formas a veces muy sutilmente o de manera disfrazada. Recordemos que la luz tiene verdadero poder y existencia propia, la oscuridad es la ausencia de la luz, los poderes negativos existen por la ausencia del bien y la bondad, si encendemos la luz en un cuarto, la oscuridad desaparece, la luz es positiva y existe, la oscuridad es relativa, por lo que invocando a las fuerzas del bien, siempre venceremos a las energías negativas vengan de donde vengan, solo existe un Dios, que es amor, justicia y sabiduría, lo que llamamos mal se manifiesta solamente en el reino humano, en los reinos subhumanos no hay maldad, en los animales hay instintos, pero no maldad, arriba del reino humano, sólo hay bondad y luz, por lo que podemos concluir que el mal relativo es un producto de la conciencia humana, cuando se desvía del camino correcto; como veremos en el siguiente apartado, no existe un diablo superpoderoso, es una leyenda mal interpretada, existen seres inconscientes de lo divino que se erigen ellos mismos en falsos dioses, para dominar y hacer daño a sus semejantes, pero su influencia es relativa, solamente lo que en el Plan divino les está permitido hacer, y siempre como un aprendizaje para todos, como dice un dicho popular: “No hay mal que por bien no venga”. La leyenda de Luzbel del Antiguo Testamento de la Biblia, es sólo eso una alegoría que los antiguos quisieron compartir en forma de un cuento o historia, de que por más alto que un ser pudiera llegar siempre hay la posibilidad de caer, por la soberbia que se genera si no aprendemos a ser humildes y nos postrarnos ante el Todopoderoso. Es parecida esta enseñanza a la Torre de Babel, donde se confundieron los idiomas de los constructores que pretendían alcanzar el cielo con su obra. Estas dos leyendas se simbolizaron en el tarot como los arcanos 15 y 16, el primero en algunas versiones es el diablo, pero nadie que estudie el tarot será tan ingenuo de pensar que se refiere a un ser maligno, sino por el contrario es un símbolo que representa el destino y el deseo, las pasiones humanas, o las tentaciones, que son las que nos pueden desviar del sendero espiritual, el arcano 16 es la torre derribada por un rayo, precisamente como una advertencia de que todo cuanto construyamos, debemos hacerlo con altruismo y desinterés con la intención de servir y ayudar a otros, contando con la bendición divina como apoyo y sustento. “¿Son iguales los espíritus, o existe entre ellos alguna jerarquía? Pertenecen a diferentes órdenes, según el grado de perfección a que han llegado…puede reducírselos a tres órdenes principales. Puede colocarse en el primer orden a los que han llegado a la perfección, los espíritus puros (Ángeles conscientes o Maestros del cósmico); en el segundo, a los que están a mitad de la escala, los cuales se ocupan en la consecución del bien (seres humanos en proceso de evolución), y en el tercero, a los espíritus imperfectos, que están aún al principio de la escala, siendo sus caracteres: la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones que retardan su progreso (conocidos como demonios, son seres humanos muy inconscientes)”. (Allan Kardec. El Libro de los espíritus, Cap.1. 96, 97). “Por consiguiente, el diablo y sus metamorfosis son pura quimera, y quien imagine verle y oírle, oye y ve el eco y reflejo de su… naturaleza inferior”. (H. P. Blavatsky: Isis sin velo, Tomo 2 cap. IV).