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Estructura de comprensión de lectura

(CEFALEA)
1. Expresión:
- Cuento Cefalea

- Autor:

Julio Cortázar fue un escritor, traductor e intelectual argentino. Nació


con el nombre de Jules Florencio Cortázar en Bruselas (Bélgica) el 26 de
agosto de 1914 y falleció en París (Francia) el 12 de febrero de 1984.
Se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su
tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve
en general, comparable a Jorge Luis Borges, Antón Chéjov o Edgar Allan
Poe, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva
forma de hacer literatura en Latinoamérica, rompiendo los moldes
clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y
donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad
psicológica pocas veces vista hasta entonces.
Vivió buena parte de su vida en París, ciudad en la que se estableció en
1951, en la que ambientó algunas de sus obras, y donde finalmente
murió. En 1981 se le otorgó la ciudadanía francesa. Cortázar también
vivió en Argentina y Suiza.

- Fecha:
CEFALEA
(Bestiario, 1951)
- Genero: Cuento laberintico

- Imágenes: Julio Cortázar


2. Lectura:

CUIDAMOS LAS MANCUSPIAS hasta bastante tarde, ahora con el calor del verano
se llenan de caprichos y versatilidades, las más atrasadas reclaman
alimentación especial y les llevamos avena malteada en grandes fuentes
de loza; las mayores están mudando el pelaje del lomo, de manera que
es preciso ponerlas aparte, atarles una manta de abrigo y cuidar que no
se junten de noche con las mancuspias que duermen en jaulas y reciben
alimento cada ocho horas. No nos sentimos bien. Esto viene desde la
mañana, tal vez por el viento caliente que soplaba al amanecer, antes
de que naciera este sol alquitranado que dio en la casa todo el día. Nos
cuesta atender a los animales enfermos -esto se hace a las once- y
revisar las crías después de la siesta. Nos parece cada vez más penoso
andar, seguir la rutina; sospechamos que una sola noche de desatención
sería funesta para las mancuspias, la ruina irreparable de nuestra vida.
Andamos entonces sin reflexionar, cumpliendo uno tras otro los actos
que el hábito escalona, deteniéndonos apenas para comer (hay trozos
de pan en la mesa y sobre la repisa del living) o mirarnos en el espejo
que duplica el dormitorio. De noche caemos repentinamente en la cama,
y la tendencia a cepillarnos los dientes antes de dormir cede a la fatiga,
alcanza apenas a sustituirse por un gesto hacia la lámpara o los
remedios. Afuera se oye andar y andar en círculo a las mancuspias
adultas. No nos sentimos bien. Uno de nosotros es Aconitum es decir
que debe medicamentarse con aconitum en diluciones altas si, por
ejemplo, el miedo le ocasiona vértigo. Aconitum es una violenta
tormenta, que pasa pronto. De qué otro modo describir el contraataque
a una ansiedad que nace de cualquier insignificancia, de la nada. Una
mujer se enfrenta repentinamente con un perro y comienza a sentirse
violentamente mareada. Entonces aconitum, y al poco rato sólo queda
un mareo dulce, con tendencia a marchar hacia atrás (esto nos ocurrió,
pero era un caso Bryonia lo mismo que sentir que nos hundíamos con, o
a través de la cama). El otro, en cambio, es marcadamente Nux vomica.
Después de llevar la avena malteada a las mancuspias, tal vez por
agacharse demasiado al llenar la escudilla, siente de golpe como si le
girara el cerebro, no que todo gire en torno –el vértigo en sí– sino que la
visión es la que gira, dentro de él la conciencia gira como un giróscopo
en su aro, y afuera todo está tremendamente inmóvil, sólo que huyendo
e inasible. Hemos pensado si no será más bien un cuadro de
Phosphorus, porque además lo aterra el perfume de las flores (o el de
las mancuspias pequeñas, que huelen débilmente a lila) y coincide
físicamente con el cuadro fosfórico: es alto, delgado, anhela bebidas
frías, helados y sal. De noche no es tanto, nos ayudan la fatiga y el
silencio –porque el rondar de las mancuspias escande dulcemente este
silencio de la pampa– y a veces dormimos hasta el amanecer y nos
despierta un esperanzado sentimiento de mejoría. Si uno de nosotros
salta de la cama antes que el otro, puede ocurrir con todo que asistamos
consternados a la repetición de un fenómeno Camphora monobromata,
pues cree que marcha en una dirección cuando en realidad lo está
haciendo en la opuesta. Es terrible, vamos con toda seguridad hacia el
baño, y de improviso sentimos en la cara la piel desnuda del espejo alto.
Casi siempre lo tomamos a broma, porque hay que pensar en el trabajo
que espera y de nada serviría desanimarnos tan pronto. Se buscan los
glóbulos, se cumplen sin comentarios ni desalientos las instrucciones del
doctor Harbín. (Tal vez en secreto seamos un poco Natrum muriaticum.
Típicamente, un natrum llora, pero nadie debe observarlo. Es triste, es
reservado; le gusta la sal.) ¿Quién puede pensar en tantas vanidades si
la tarea espera en los corrales, en el invernadero y en el tambo
[vaquería]? Ya andan Leonor y el Chango alborotando fuera, y cuando
salimos con los termómetros y las bateas para el baño, los dos se
precipitan al trabajo como queriendo cansarse pronto, organizando su
haraganeo de la tarde. Lo sabemos muy bien, por eso nos alegra tener
salud para cumplir nosotros mismos con cada cosa. Mientras no pase de
esto y no aparezcan las cefaleas, podemos seguir. Ahora es febrero, en
mayo estarán vendidas las mancuspias y nosotros a salvo por todo el
invierno. Se puede continuar todavía.

3. Vocabulario:

- Tambo [vaquería]: Establecimiento ganadero destinado al ordeño


de vacas y a la venta, generalmente al por mayor, de su leche.
Corral donde se ordeña.
- Versatilidades: Capaz de adaptarse con facilidad y rapidez a
diversas funciones. De genio o carácter voluble e inconstante.
- Alquitranado: Untar o cubrir de alquitrán algo, como un pavimento,
un tejado, una cuerda, para impermeabilizarlo, protegerlo de la
humedad.
- Funesta: Aciago, que es origen de pesares o de ruina. Triste y
desgraciado.
- Escalona: ajo chalote.
- Diluciones: Disminuir la concentración de una disolución
añadiendo disolvente.

4. Tema: El cuidado de las mancuspias.

5. Argumento: En esta obra el autor nos cuenta el cuidado de un


animal imaginario desvariando del cuidador si es una persona o
varias, donde se señala el y luego un nosotros y los pasos diario
para que este animal imaginario se conserve.

6. Personajes: El narrador – Las mancuspias – Acunitum: Droga o


medicamento que se le suministra a las mancuspias.

7. Espacio: La granja donde se encuentra el cuidador y las jaulas de


las mancuspias.

8. Tiempo: Se utiliza un tiempo pasado cuando menciona de lo que


sufren las mancuspias y un futuro cuando comenta lo que hace
todos los días para mantener vivas a las mancuspias.

9. Análisis global:

La Mancuspia es un animal imaginario, que inventó el escritor Julio


Cortázar en un cuento titulado Cefalea. El cuento es parte de su libro
Bestiario, de 1951.
Por la descripción que hace de estos animales, se podría decir que son
cuadrúpedos, mamíferos con pico y pelo. Por lo que Cortázar detalla en
este cuento, estos animales serían bastante delicados, o necesitan de
mucho cuidado para su cría.

En el cuento “Cefalea” de Julio Cortazar, las mancuspias son animales


fantásticos que aparecen durante el desarrollo de toda la historia, como
parte esencial del cuento. Estos animales necesitan de mucho cuidado,
el narrador cuenta que cuidan “…las mancuspias hasta bastante tarde,
ahora con el calor del verano se llenan de caprichos y versatilidades, las
más atrasadas reclaman alimentación especial y les llevamos avena
malteada en grandes fuentes de loza; las mayores están mudando el
pelaje del lomo, de manera que es preciso ponerlas aparte, atarles una
manta de abrigo y cuidar que no se junten de noche con las mancuspias
que duermen en jaulas y reciben alimento cada ocho horas”

En la cita anterior podemos ver que todas las descripciones sobre las
mancuspias utilizan términos reales y en pro de confundir al lector entre
la realidad y la fantasía, introduciendo lo fantástico en una posible
realidad, a lo que llamamos “otredad”. El fenómeno de las mancuspias
puede ser tratado desde dos puntos de vista: la homeopatía y la
representación de la “otredad”. El punto de vista desde la homeopatía
se refiere a que es en torno al cuidado de las mancuspias que los
personajes sufren de males igualmente fantásticos. En este sentido,
Cortázar demuestra y confirma lo que algunos científicos planteaban:
que es posible escribir sobre vaguedades y fantasías con la misma
precisión que si se tratara de realidades incuestionables. Las
mancuspias son producto de la imaginación y locura del personaje que
nos va narrando la historia (que en algunos momentos pierde su
individualismo y se refiere a un “nosotros”), pero que al mismo tiempo
incrementan su nivel de demencia. Esto representa el alto nivel de
otredad que abarca la historia, en la que se desarrolla un círculo vicioso
de fenómenos relacionados a las mancuspias. Finalmente, cabe resaltar
que las mancuspias son en sí las que le dan el protagonismo al
personaje que las cuida, pues es su imaginación la que les da vida.

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