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La Escucha Activa

Sin lugar a dudas, todos pensamos que escuchar


es importante, pero, ¿cuántos de nosotros lo
hacemos bien?. Muchas personas centran su
atención en lo que van a decir después de que
termine de hablar la otra persona. Ni siquiera
intentan comprobar lo que creen haber oído.
Se trata de errores fundamentales a la hora de
emplear esta habilidad básica de comunicación.
 
Obstáculos para la
Escucha Activa
 
Dentro de los numerosos impedimentos que
dificultan el ejercicio de una escucha activa,
destacan:
• Algunos elementos del ambiente físico como
las distracciones (exceso de movimientos),
los ruidos y distancia física.
• Elementos propios del área emocional como
los propios sentimientos, de ansiedad,
agresividad y temor. Problemas personales,
familiares, económicos, laborales)
• Elementos propios del área mental como los
prejuicios morales, culturales, las primeras
impresiones y las distracciones mentales al
momento de escuchar.
• La tendencia a juzgar, a imponer
inmediatamente las propias ideas y decir lo
que es justo y lo que no lo es. Es propio de
quien dirige su mirada inmediatamente a
normas o esquemas personales, a sus ideas
religiosas, políticas, éticas, etc., en lugar de
• La impaciencia, la impulsividad que lleva a
algunos a no permitir que el otro se exprese,
termine a su ritmo sus frases.
• El obstáculo de la pasividad, experimentado
por aquellos que tienden a dar siempre la
razón al enfermo por el hecho de serlo y
faltos por tanto de una capacidad de
intervención activa y confrontadora en el
momento oportuno.
• La tendencia a predicar, a proponer en
seguida pequeños "sermones" que deberían
dar razón de lo que el otro está
experimentando, según el propio criterio.
 

Escuchar es un proceso psicológico que, partiendo de la biología de la


audición, implica otras variables del sujeto como la atención, el interés y
la motivación. Es un proceso mucho más complejo que la simple pasividad
que asociamos al "dejar de hablar".

En este sentido, se dice que la real escucha es un proceso activo en la cual se


suspende todo juicio y “ruido mental” hasta que el interlocuator se haya
explicado.
Sugerencias para la escucha activa.
A continuación, revisaremos algunas recomendaciones que pretenden ayudarlo a
mejorar este importante ejercicio:

1. Cuando esté escuchando a un miembro de sus equipo, pregúntese “estoy


prestando atención?” Si descubre que está distraído o elaborando una respuesta,
tome conciencia de ello. No discuta mentalmente al escuchar ni tampoco asuma
posiciones de antemano, ni durante la conversación.
2. Preocúpese por captar la idea central de lo que dice su interlocutor y luego
expréselo con sus propias palabras. Preocúpese además de identificar los
sentimientos expresados en tal mensaje.
3. Realice preguntas a la otra persona para verificar su comprensión y facilitar el
diálogo.
5. Desarrolle su empatía. Póngase en el lugar del otro para entender sus puntos de
vista, intereses y propuestas.
6. Complemente estos ejercicios mentales, con su corporalidad. Observe de frente
a la persona, asienta con la cabeza y ponga todo de su parte para captar lo que
dice su interlocutor.

Área Capacitación y Desarrollo – 793593–lspaudo@santistatextil.cl

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