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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y


obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

CAPÍTULO II

LOS NOMBRES, ATRIBUTOS Y DEIDAD


DE CRISTO

I. LOS NOMBRES

Analizaremos aquí los nombres que se le dan al Señor en la Biblia, tanto los
nombres-títulos, como los que marcan designaciones referidas a su persona,
atributos y obra; veamos:

JESUS. Es el nombre personal del Señor. Es la forma griega del hebreo


‘Jehoshua, Joshua, Jeshua’. Se acepta que proviene de la raíz yasha’ que se
cambio en hoshia’, que significa ‘salvar’.( Lc. 1: 30-31. Is. 43: 3, 49: 26, 62: 11,
Zac. 9: 9; Lc. 1: 69, 2: 11, Jn. 4: 42; Hech. 5: 31; Fil. 3: 20; Tit 1: 10; 1Jn 4: 14;
Judas 25. Salvador (Efesios 5:23; Tito 1:4; 3:6; 2 Pedro 2:20) . En la Biblia
también encontramos la expresión “Señor Jesús” (Hechos  15:  11).
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El concepto de salvación al que remite el nombre Jesús, nos lleva al Antiguo


Testamento donde se habla de Jehová como El Salvador. En Isaías 45: 21-23,
Jehová dice que él es el único Dios, justo y salvador, que no hay otro Dios; y
que ante él se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua: “sino yo Jehová? Y
no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y
no hay más. Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra de
justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda
lengua”. Compárense estos versículos con Filipenses 2: 10-11: “para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre”.
En el Antiguo Testamento se dice que solamente en Jehová hay
salvación. En el salmo 27: 1 se dice “Jehová es mi luz y mi salvación”; y en
Hechos 4: 12 se afirma: “y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. En la
Biblia Cantera Iglesias en Isaías 45: 25-3-25, se dice: “jurará toda lengua,
diciendo; Sólo en Yahveh tengo salvación y fuerza”. Son evidentes las
equivalencias entre Jehová-Salvador y Jesús-Salvador.
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CRISTO

Es el nombre oficial del Mesías; es el equivalente al Mashiach, del Antiguo


Testamento (derivado de mashach, ungir); significa ‘uno ungido’. En el Nuevo
Testamento a Jesús también se le denomina El Mesías (Juan  1:  41).

HIJO DEL HOMBRE

Este nombre fue el que Jesús usó más frecuentemente y tiene carácter
mesiánico, en el contexto de Daniel 7: 13-14: “…venía uno como hijo de
hombre…Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos,
naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca
pasará, y su reino uno que no será destruido”. Se destaca el reinado de Cristo
aquí que ocurrirá durante el Milenio; esta misma referencia se hace en Juan
5: 27 “El Padre…le dio también autoridad para juzgar, por cuanto es Hijo del
Hombre”; la referencia aquí es a los juicios que realizará el Señor en su
venida. Jesús usaba este título con mucha frecuencia; en Mateo 30 veces, en
Marcos, 14; en Lucas 25; y en Juan 12 veces.

En el Antiguo y el Nuevo Testamentos, la palabra “hijo” señala una


participación física, moral social o espiritual con otros, de manera que, en lo
que concierne a Jesús enfatiza la realidad de la humanidad de Cristo y, por
ende, su asociación con la raza. En el salmo 8 leemos: “Qué es el hombre
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para que tengas de él memoria, o el hijo del hombre que lo visites?”; esto
designa el alto destino del hombre como señor de todo lo creado, tal como
Dios dijo cuando lo creó: “hagamos al hombre a nuestra imagen…y tenga
dominio sobre peces…aves…bestias” (Gén. 1: 26). Este salmo lo cita el autor
de Hebreos para referirse a la pérdida del señorío del hombre y a la
recuperación que Cristo hizo quien está “coronado de gloria y de honra a
causa del padecimiento de la muerte” (Heb. 2: 8-10). (Trenchard, 1999: 141).
EL título Hijo del Hombre también es equivalente al Postrer Adán.
Pablo en 1ª de Corintios 15: 45-47) dice: “Fue hecho el primer hombre Adán
alma viviente; el postre Adán, espíritu vivificante”; luego hace una
comparación: el primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre,
que es el Señor, es del cielo. Esta idea del Postrer Adán se puede ampliar en
Romanos 5: 12-21.
Una de las explicaciones de por qué Jesús usaba el titulo Hijo del
Hombre cuando hablaba de sus sufrimientos en la cruz que habría de
padecer (Mt. 17: 9, 22; 26:: 2; Jn 12: 31-34), es porque éstos serían la
consumación de su obra como el postre Adán; como el apóstol Pablo
describe en Romanos 5: 12-21, cuando reitera que a través de Jesús entró la
vida, mientras que por Adán, la muerte.

HIJO DE DIOS. EL HIJO AMADO (MATEO  12:  18). HIJO DEL ALTÍSIMO (LUCAS
1:32)
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Este nombre se le aplica a Jesús en tres sentidos (Berkhof, 1999: 372-373): 1)


En el sentido oficial mesiánico, como una descripción del oficio del Mesías, en
tanto heredero y representante de Dios. (Mat. 3: 17; 17: 5; Marc. 1: 11; 9: 7;
Luc. 3: 22; 9: 35). 2) En el sentido trinitario; se usa para designar la deidad de
Cristo y señala el derecho del hijo desde la preexistencia (Mat. 11: 27; 14: 28-
33; 16: 16. 3) En el sentido de natividad; se usa para designar su nacimiento
sobrenatural (Luc. 1: 35).
En el salmo 2: 7, encontramos la siguiente declaración profética “Yo publicaré
el decreto; Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te he engendrado hoy”,
que señala el nombramiento del Mesías-rey (Trenchard, 132).
Jesús también se autodenomina “el Hijo”; en los evangelios aparece
como “el unigénito Hijo”, expresión remitida a su preexistencia. Este nombre
“el Hijo”, también se incluye en la frase: “del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo”, refiriéndose claramente a la trinidad.
El título de “el Hijo”, también se usa en relación con el Padre, en
especial en el evangelio de Juan,: “De tal manera amó Dios al mundo que ha
dado a su Hijo unigénito…” (Jn. 3: 16); “porque no envió Dios a su Hijo al
mundo para juzgar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él…” (Jn.
3:17); “porque lo que el Padre hace, lo hace también el Hijo de la misma
manera…el Padre levanta a los muertos…el Hijo da vida a los que quiere…
para que todos honren al Hijo como honran al Padre” (Jn. 5: 18-30). En el
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capítulo 17 de Juan, en la oración del Hijo al Padre, se expresan las relaciones


eternas entre los dos, y se refiere a la misión de Jesús sobre la tierra. Esto
reitera la eternidad de las relaciones que se señalan con los nombres “Padre”
e “Hijo”; y por ende, la deidad de Cristo la cual los judíos entendieron cuando
Él se autodenominaba Hijo de Dios en algunos pasajes narrados por Juan (Jn.
5: 18; 10: 33-36) donde se describe el inconformismo de ellos, e incluso
reacciones violentas como el querer apedrearlo porque se hacía igual a Dios.

EL UNIGÉNITO. EL HIJO UNIGÉNITO DE DIOS (JUAN 1:18; 1 JUAN 4:9). EL


UNIGÉNITO DEL PADRE (JUAN  1:  18)

Se usa este nombre como término de singularidad, de preeminencia y de


intimidad con el Padre. En este punto, se asocia con “primogénito”. Esto se
corrobora en las mejores traducciones de Juan 1: 18: “A Dios nadie le ha visto
jamás; el unigénito Dios, el que existe en el seno del Padre, es quien lo ha
dado a conocer”.

HIJO DE DAVID. LA RAÍZ Y EL LINAJE DE DAVID (APOCALIPSIS 22:16).


(APOCALIPSIS 22:16)
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Estos nombres se le asignaban a Jesús para señalar su ascendencia de la casa


de David. Pero en Mateo 22: 41-45, Jesús cita el salmo 110: 1 cuando le
pregunta a los fariseos: “¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Ante lo
cual responden los fariseos que es hijo de David”; aquí Jesús entiende que
ellos están asumiendo la ascendencia de Él, pero solamente en el sentido
natural, y no profético (referido al trono de David); por ello, Jesús les dice
que ÉL es Señor de David, para señalar su autoridad, su preexistencia y
divinidad.

EL NOMBRE SEÑOR (Kurios)

El nombre ‘Señor’ se aplica a Dios en la Septuaginta como equivalente


de Jehová; como la traducción de Adonai; y como la traducción de un título
honorífico humano aplicado a Dios. En el Nuevo Testamento vemos que este
título ‘Señor’ se le asigna a Jesús, con varios usos: como una forma cortés y
respetuosa de dirigirse a Él (Mat. 8: 2; 20: 33); como una forma que expresa
propiedad y autoridad (Mat. 21: 3); y como una forma que expresa un
carácter elevado, de autoridad, equivalente al nombre de Dios (Marc. 12: 36,
37. Luc. 2: 11; 3: 4; Hech. 2: 36; 1 Cor. 12: 3; Fil. 2: 11) (Berkhof, 1999: 374).

EL VERBO
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Esta denominación aparece en Juan 1: 1: “En el principio era el Verbo y el


Verbo era con Dios y el Verbo era Dios”, la cual se reitera y aclara en Juan 1:
14: “Y aquel Verbo fue hecho carne; y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre). Este nombre nuevamente
aparece en Apocalipsis 19: 13, en el contexto de la segunda venida de Cristo
en un caballo blanco: “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su
nombre es: EL VERBO DE DIOS”. Es interesante ver cómo en el principio
estaba el Verbo, Jesús participante de la creación de todas las cosas, porque
por la palabra, logos (verbo) fue creado todo: “y dijo Dios”; y al final de los
tiempos, cuando se consuma en plan de Dios para la humanidad, Jesús,
nuevamente aparece como el Verbo, que actúa como la Palabra que juzga,
que hiere a las naciones y que las rige: “De su boca sale una espada aguda,
para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro” (Ap. 19:
15); porque “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos” (Heb. 4: 12).
La otra significación del nombre Verbo de Dios es la referida a Jesús
como el que revela al Padre. Trenchard (1999: 135) afirma: “El Hijo señala la
igualdad de esencia, el amor mutuo, y la comunión en la gran obra de la
gracia. El Verbo es el Hijo en el proceso de revelar al Padre y ordenar todas
sus obras”. En Juan 1: 18 dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo,
que está en el seno de Padre, él le ha dado a conocer”.
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EL CORDERO (APOCALIPSIS 13:8) EL CORDERO DE DIOS (JUAN 1:29) CORDERO


SIN MANCHA Y SIN DEFECTO (1 PEDRO 1:19) NUESTRO CORDERO PASCUAL (1
CORINTIOS 5:7).

Las designaciones se vinculan con el sacrificio de Cristo, su muerte vicaria,


por la que tenemos perdón de pecados y vida eterna; se asocia entonces a la
expiación que Cristo hizo por la humanidad
Todo lo descrito y narrado en el Antiguo Testamento sobre la pascua el
cordero pascual cuya primera manifestación fue en la huida del pueblo de
Israel de Egipto, apunta al sacrificio de Cristo en la cruz del calvario; por eso,
Juan el Bautista dijo que Jesús era es Cordero que quita el pecado del mundo
y en el libro del Apocalipsis se describe el Cordero inmolado, se menciona la
sangre por la cual vencen los santos y la alabanza y la adoración que son
dadas al que está sentado en el trono y al Cordero.
En Apocalipsis 7: 17 dice que el Cordero los guiará a fuentes de aguas
de vida, lo cual se relaciona con Isaías 49: 19 donde se lee que Jehová, el que
tiene de ellos misericordia, los guiará y los conducirá a manantiales de agua.

ABOGADO, INTERCESOR (1Juan 2:1) (parakletón).

La definición en griego implica literalmente “llamado al lado de uno, en


ayuda de uno” y sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. En
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sentido general, se define como uno que consuela y ayuda. También se usaba
en las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un
abogado. Se entiende entonces, como el que aboga por la causa de otro, un
intercesor, un abogado.
Al aplicarse este nombre a Jesús en 1ª de Juan 2: 1-2, por el contexto,
se entiende este último sentido de abogado o asistente legal: “Hijitos míos,
estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el padre, a Jesucristo el justo. Él es la propiciación
por nuestros pecados; no solamente por los nuestros, sino también por los
de todo el mundo”. Juan les está hablando a creyentes; por lo tanto, Jesús es
abogado para aquél que ha pecado, pero que ha tenido un genuino
arrepentimiento, pide perdón a Dios y decide apartarse de ese pecado. Aquí,
Jesús actúa como abogado delante del Padre, para defender al creyente. Él
mismo usó el término consolador o “paracleto” cuando le habló a sus
discípulos de su partida y de la venida del Espíritu Santo: “Si me amáis,
guardad mis mandamiento. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el
mundo no puede percibir, porque no le ve ni le conoce” (Jn. 14: 15-17). El
término que usa aquí Juan para “otro consolador” es “állon parakletón”
(ἄλλον παρἁκλητον).
Jesús también es abogado para el que lo recibe en su corazón, cree en Él y
nace de nuevo. Colosenses 2: 13-14 dice: “Y a vosotros, estando muertos en
pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con
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él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que
había en contra de nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz”. Nosotros éramos declarados culpables y nuestro
veredicto era la muerte, porque la paga del pecado es muerte; pero Jesús,
mediante su sacrificio, nos declaró justos delante de Dios Padre, pues
satisfizo todas las demandas. Como abogado hizo que se anulara dicha acta
condenatoria.

EL TODOPODEROSO (Apocalipsis 1:8; Mateo 28:18). Pantokrátor.

Se traduce como gobernante de todo (pas: todo; krateo, sostener o tener


fuerza). Se encuentra en Apocalipsis nueve veces (1: 8; 4: 8; 11: 17; 15: 3; 16:
7, 14; 19: 6, 15; 21: 22). En la Septuaginta aparece como traducción de
Jehová o Dios de los ejércitos (Jer. 5: 14, Am. 4: 13):

Nótese la cita anterior de Jeremías 5: 14 en la Septuaginta, donde


aparece la expresión “kurios pantokrátor” (The LORD almighty) que la Reina
Valera traduce: “Dios de los ejércitos”.
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En el Antiguo Testamento, se usa Shaddai y El-Shaddai para designar al


Señor, a Jehová; es el nombre con el que Dios se le apareció a Abraham:
“Luego habló ‘Elohim a Moisés y le dijo: «Yo soy Yahveh. Me aparecí a
Abraham, a Isaac y a Jacob como ‘El-Šadday, pero por mi nombre de Yahveh
no me di a conocer a ellos»” (Éx. 6: 2. BCI). Esta designación se deriva de
“shadad” que significa ser poderoso indicando en Dios que es el poseedor de
toda potencia en el cielo y en la tierra; otros consideran que proviene de
“shad” que significa “señor” (Berkhof, 1999: 55).

EL ALFA Y LA OMEGA, PRINCIPIO Y FIN, EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO


(APOCALIPSIS 1: 8; 22:13).

Estos tres nombres están relacionados.


El Alfa y la Omega, lo encontramos en Apocalipsis 1: 8 y por el contexto se
refiere a Jesús: “He aquí que viene con las nubes y todo ojo le verá. Aun los
que le traspasaron. Todas las tribus de la tierra harán lamentación por él. ¡Sí,
amén! Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, y que era y que
ha de venir, el Todopoderoso”. En Apocalipsis 22: 12, se reitera esta
referencia y la de los otros dos nombres: “He aquí vengo pronto, y mi
recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras. Yo soy el
Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin”.
El Alfa es la primera letra del alfabeto griego y la omega es la última, por lo
tanto, este nombre se refiere a los otros dos: principio y fin, primero y
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último. La significación connota cómo Jesús es el principio de la creación de


Dios (Ap. 3: 14), es decir el primero, el primogénito, el que tiene la
preeminencia, como establece Colosenses 2: 15: “El es la imagen del Dios
invisible, el primogénito de toda creación”; lo cual indica, como se afirma en
los versículos siguientes a éste, que en Jesús fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra: “visibles e invisibles; sean
tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado
por medio de él y para él”.
Jesús es el principio, el Alfa y el primero porque “él es la cabeza del
cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los
muertos, para que en todo tenga la preeminencia” (Col. 2: 18).
Jesús también es el fin, la Omega, el último “por cuanto agradó al
Padre que en él habitase toda plenitud” (Col. 2. 19); y en él estamos
completos (Col. 2: 10) “porque en él habita corporalmente toda la plenitud
de la Deidad” (Col. 2: 9); como el alfabeto completo desde la A a la Z o desde
la letra alfa hasta la letra omega, lo cual implica el lenguaje completo; en
dicho alfabeto están contenidas todas las palabras, todos los enunciados,
todos los textos, discursos que el ser humano puede crear y pronunciar; y
referido a Jesús, esta plenitud se realiza en que él es el Verbo de Dios.
Jesús es la Omega, el Fin y el Último, porque en él se consuman todas
las cosas, nuestra redención (Jn. 19: 28) y la historia de la humanidad, el fin
de todo lo que acontecerá cuando Cristo venga por segunda vez a juzgar (Ap.
10: 7) y se consuma o cumpla el plan de Dios.
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EL AMÉN (APOCALIPSIS 3:14). FIEL Y VERDADERO (APOCALIPSIS 19:11)


EL TESTIGO FIEL (APOCALIPSIS 1:5). EL TESTIGO FIEL Y VERAZ (APOCALIPSIS
3:14). EL VERDADERO (APOCALIPSIS 3:7). LA VERDAD (JUAN 1:14; 14:6)

Esta expresión del hebreo (‫ = אמן‬amn), a menudo se traduce en la Biblia como


“así sea” o “de cierto”, apunta a la verdad y de hecho su significado alude a
ella; con esta expresión de está diciendo “es verdad”. Esta connotación la
encontramos en Apocalipsis 3: 14: Y escribe el ángel de la iglesia en Laodicea:
He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de
Dios”.
En el Antiguo Testamento se usaba para confirmar una declaración
(Nm 5: 22), para cerrar una doxología (1Cr. 16: 36), para confirmar un
juramento (Neh. 5: 13) y para asentir leyes 8Dt. 27: 15-26). En el Nuevo
Testamento se usa también para cerrar una doxología (Ro. 9: 5), cerrar una
epístola (Ro. 16: 27), cerrar una oración (1 Cor. 14: 16), asentir (Ap. 1: 7),
enfatizar una verdad (“de cierto”, Jn. 3: 3, 5, 11), y personalizar a Cristo (2
Cor. 1: 20): “porque todas las promesas de Dios, son en él Sí, y en él Amén”.
Jesús es el Amén, porque es fiel y verdadero, porque Él es la verdad (el
camino, la verdad y la vida), porque todos los pactos y promesas de Dios en
la Biblia se cumplen en Él (pacto abrahámico, davídico).
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APÓSTOL Y SUMO SACERDOTE DE NUESTRA PROFESIÓN (LA FE QUE


PROFESAMOS) (Hebreos 3:1).
Jesús es el apóstol porque él es el autor y consumador de la fe (He. 12: 2), “el
gran sumo sacerdote que traspasó los cielos” (He. 4: 14); es el sumo
sacerdote que se compadece de nuestras debilidades porque fue tentado en
todo, pero sin pecado; y por Él, podemos entrar confiadamente “al trono de
la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”
(He. 4: 16). Entrar al trono de la gracia implica que Jesús nos presenta justos
delante del Padre y podemos entrar al lugar santísimo; no como en el
Antiguo Testamento cuando el sacerdote debía entrar una vez al año a
presentar la expiación por el pueblo; porque Jesús entró una vez y para
siempre, abriendo este lugar santísimo para nosotros, lugar al que una vez
que entramos al ser salvos por el sacrificio de Cristo, habiéndole recibido y
creído en Él, podemos entrar siempre confiadamente como dice el autor de
Hebreos, a presentar nuestras peticiones delante de Dios.

LA PROPICIACIÓN POR NUESTROS PECADOS (1 Juan 2:2)

Este nombre hace referencia a la muerte de Cristo como vindicación de la


justicia y ley de Dios. Este vocablo “propiciación” (gr. Hilasmós) aparece
también en 1ª de Juan 4: 10, Romanos 3: 25 y Hebreos 9: 5 con referencia al
propiciatorio (hilasterión. En hebreo, kapporeth, sitio de cobertura) del culto
de Israel en el tabernáculo, sobre el cual estaban los querubines; era la tapa
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o cobertura del Arca de la Alianza de oro y simbolizaba la justicia divina. El


propiciatorio está relacionado con la expiación (hebreo, kaphar, cubrir el
pecado); la sangre del sacrificio hacía expiación por el pecado y este
propiciatorio era el lugar donde se rociaba la sangre del sacrificio (Chafer,
1986: 907): “Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo
hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su
dedo siete veces de aquella sangre” (Lev. 16: 14). Desde una explicación
simbólica, basada en la tipología, la tapa de oro del Arca era un propiciatorio
porque el metal precioso simbolizaba el cubrimiento de la ley quebrantada,
ya que en el Arca estaban las tablas de la ley; la sangre rociada, por su parte,
cubría los pecados del adorador. De esta manera, este propiciatorio se
convirtió en el lugar de encuentro de Dios, santo, y el hombre pecador. Así,
Cristo es el propiciatorio porque es el hilasós, el propiciador, el lugar de
encuentro y de comunión entre un Dios santo y un ser humano pecador,
pero creyente (Chafer, 1986: 907).

EL AUTOR DE LA VIDA (Hechos 3:15)

Pedro usa esta designación en su discurso en el pórtico de Salomón: “y


matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos”.
Jesús es el autor de la vida, porque Él es el camino, la verdad y la vida,
porque Él sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio: “pero que
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ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro salvador Jesucristo, el


cual quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio”
(2 Tim. 1: 10). Jesús es el autor de la vida porque él es la resurrección y la
vida eterna “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá” (Jn. 11: 25) (Ro. 4: 17); porque antes de recibir a Cristo
estábamos muertos en nuestros pecados y al Él santificarnos, hacernos nueva
criatura, pasamos de muerte a vida (Ro. 6: 11, 13; Ef. 2: 1, 5, 14; Col. 2: 13).

EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE (Hebreos 12:2)

Jesús es el sustento y el motivo de la fe del creyente. Por la fe entendemos


haber sido constituido el universo (He. 11: 2) y Jesús es el principio de la
creación de Dios, es el que la sustenta. Sólo cuando recibimos a Cristo, nos
arrepentimos, creemos en Él, podemos creer que el Dios verdadero existe, es
real y que su Palabra es verdad: “sin fe es imposible agradar a Dios; porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan” (Heb. 11: 6); sólo a través de Jesús
podemos acercarnos a Dios Padre. Es interesante ver que en el capítulo 11 de
Hebreos, después de la lista de evidencias de la fe, el autor inicia el capítulo
12, y habla de despojarse de todo peso y del pecado que asedia, y de poner
los ojos en Jesús, autor de la fe.

EL AUTOR DE LA SALVACIÓN (Hebreos 2:10) Poderoso salvador (Lucas 1:69)


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Por Jesús somos salvos: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás salvo” (Ro.
10: 9). Sólo él pagó el precio por nuestros pecados, y por su sacrificio
tenemos salvación, no iremos al infierno por la eternidad.

EL BIENAVENTURADO Y SOLO SOBERANO (1Timoteo 6:15). El soberano de la


creación de Dios (Apocalipsis 3:14). El soberano de los reyes de la tierra
(Apocalipsis 1:5)

Jesús es el bendito por los siglos de los siglos, que produce nuestro gozo,
nuestra bienaventuranza. Este nombre también apunta al atributo divino de
la soberanía, la cual indica la plena autoridad de Cristo sobre los cielos y la
tierra, su voluntad absoluta sobre el universo, el mundo, los seres humanos,
su autoridad sobre los ejércitos del cielo y los habitantes de la tierra. La
soberanía se relaciona con el hecho de que Dios sostiene todas las cosas con
su omnipotencia y ha determinado un plan para la humanidad que se
cumplirá. También apunta a que Dios gobierna como Rey en el sentido
absoluto de la palabra, todas las cosas dependen de Él y le sirven. Jesús es el
soberano Rey de reyes y Señor de señores.

LA PIEDRA ANGULAR (HECHOS 4:11; 1 PEDRO 2:7; EFESIOS 2:20). CABEZA DE


19
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obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

LA IGLESIA (EFESIOS 1:22; 4:15; 5:23). PIEDRA PRINCIPAL ESCOGIDA Y


PRECIOSA (1 PEDRO 2:6). LA ROCA (1 CORINTIOS 10:4) LA PIEDRA VIVA (1
PEDRO 2:4) LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES (HEBREOS
4:11)

Esto significa que Jesús es el fundamento único sobre el cual descansa el


edificio (1 Co 3: 11) y también el ángulo (gr. Gónos) que empalma dos
paredes que suben rectas, así como la cima (gr. Ákros) que, como una cúpula,
cubre y cierra por arriba un edificio (Henry, 1678). Jesús es entonces la roca
sobre la que se edifica la iglesia, es el fundamento, único sobre el cual
descansan las verdades cristianas.

YO SOY

Este término afirma la deidad de Cristo. Jesús usa esta expresión 23 veces en
el evangelio de Juan (gr. Ego eimi):

4: 26 “Yo soy, el que habla contigo”; Jesús le dice a la samaritana y confirma


su título de Mesías.
6: 20: “Yo soy, no temáis”, cuando Jesús camina sobre el agua y los
discípulos tuvieron miedo.
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8: 18, “Yo soy el que doy testimonio de mí mismo”. Esta expresión reafirma la
autoridad de Jesús, quien no necesita nadie de testimonio de quién es, pues
Él mismo da testimonio y el Padre.
8: 24 “Por esto os dije que moriréis en vuestro pecados; porque a menos que
creáis que Yo Soy en vuestros pecados moriréis”. Jesús asevera que sólo en Él
hay perdón de pecados, y quien tiene esta potestad es Dios, por lo cual
afirma su divinidad.
8: 28 “Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces entenderéis
que Yo Soy”. Dos denominaciones divinas se hacen aquí: Hijo del Hombre,
que aparece por lo general en un contexto vinculado al sacrificio de Cristo; y
“Yo Soy”, el nombre YHWH, con el que Dios se reveló a Moisés y al pueblode
Israel.
8: 58 “De cierto, de cierto os digo que antes que Abraham fuese Yo Soy”. La
reacción de los judíos de arrojarle piedras a Jesús después de haber hecho
esta declaración, se explica porque entendieron que Él usó el nombre de Dios
para dirigirse a sí mismo. La referencia clara es a Éxodo 3: 13-14: “…Si ellos
me preguntan: ‘Cuál es su nombre? ¿qué les responderé?. Dios dijo a Moisés:
YO SOY EL QUE SOY. – Y añadió -: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha
enviado a vosotros”. La versión de la Septuaginta de este pasaje dice:
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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Como se observa en el texto citado de la Septuaginta, el nombre que usó


Dios para autodenominarse es: YO SOY, ego eimi (εϒω ειμι).
10: 7, 9, 11, 14; 11: 25; 13: 19; 14: 6; 15: 1, 5; 18: 5, 6, 8.
En este mismo evangelio, la expresión Yo Soy se aplica a siete
designaciones que están relacionadas con su obra salvadora del mundo:
- Yo soy el pan de vida (6: 35, 41, 48, 51).
- Yo soy la Luz del mundo (8: 12)
- Yo soy la Puerta de las ovejas (10: 7, 9)
- Yo soy el Buen pastor (10: 4, 14)
- Yo soy la Resurrección y la vida (11: 25)
- Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (14: 6)
- Yo soy la Vid verdadera (15: 1, 5)
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EL PAN DE DIOS (Juan 6:33). EL PAN DE VIDA (Juan 6:35; 6:48). EL


VERDADERO PAN. LA VIDA ETERNA (1 Juan 1:2; 5:20)

Jesús dice de sí mismo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca
tendrá hambre” (Jn. 6: 35). La referencia clara es a la vida eterna. Esta
afirmación la hace Jesús después de la alimentación a los 5.000 que luego lo
buscan para que les dé nuevamente alimento; Jesús les dice que busquen el
pan que a vida eterna permanece que el Hijo del Hombre les dará (Jn. 6: 27).
En este texto, Jesús les habla de la necesidad de que crean en Él, lo cual
significa hacer las obras de Dios. La pregunta que le hacen los que lo buscan
es qué señal puede mostrar y le dicen “Nuestros padres comieron el maná en
el desierto, como está escrito: Pan del cielo le dio a comer” (Jn. 6: 31). Jesús
aprovecha para decirles que Moisés no les dio el pan del cielo, sino que el
Padre les da el verdadero pan del cielo, Jesús, la vida eterna.

EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES. EL BUEN PASTOR (1 PEDRO 5:4). EL


GRAN PASTOR (HEBREOS 13:20).

La referencia aparece en el contexto de la segunda venida de Cristo, quien


dará la corona incorruptible de gloria (1 P. 5: 4). Compárese con Ap: 7: 17,
donde se especifica que el Cordero los pastoreará.
Podemos plantear aquí la relación con la iglesia; Jesús es la cabeza de la
iglesia, el pastor de pastores, el que rige todo pastorado terrenal.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

Jesús como buen pastor (Jn. 10: 11) hace referencia al sacrificio de Cristo,
cuando dice “el buen pastor su vida da por las ovejas” (v. 11) y remite a
varios pasajes del antiguo Testamento como el salmo 79: 13, 80: 1; y Ezequiel
34: 15. También encontramos el salmo 23 que apunta a Jehová, sus atributos
y sus obras, las cuales se aplican a Cristo en el Nuevo Testamento; veamos la
relación:
1. “Jehová es mi pastor”:
Jehová Ra’ah o Ro’hi (Jehová es mi pastor) ¿Por qué le compara David con
un pastor? David tenía buen conocimiento de lo que encierra el ser pastor.

a. El pastor conoce a sus ovejas: “Yo soy el buen pastor, y conozco mis
ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:14).

b. El pastor se relaciona con sus ovejas. “…Las ovejas oyen su voz; y a sus
ovejas llama por nombre,… y las ovejas le siguen, porque conocen su voz”
(Juan 10:3,4).

c. El pastor ama sus ovejas. “…tuvo compasión de de ellas; porque estaban


desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36).
d. El pastor las alimenta y cuida de ellas para que tengan buena calidad de
vida. “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Juan 10:10).

e. El pastor se sacrifica por ellas. “el buen pastor su vida da por las ovejas”
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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(Juan 10:11). “pongo mi vida por las ovejas” (Juan 10:15).

2. Jesús como pastor, a la luz del salmo 23 también es Jehová Yireh (Jehová
proveerá): “… nada me faltará…”

El Pastor alimenta y sacia la sed de sus ovejas. “Yo soy el Pan de Vida; el que
a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que a en mí cree, no tendrá sed
jamás.” (Juan 6:35).

PRÍNCIPE DE PAZ (Isaías 9:6)

Este nombre forma parte de una profecía de Isaías, sobre la primera venida
de Cristo, sobre su nacimiento: “Porque un niño nos es dado, y el principado
sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Is. 9: 6). Cinco nombres menciona Isaías aquí
sobre Jesús, por revelación del Espíritu Santo, y todos apuntan a atributos y
obras del Señor. Él es Príncipe de paz porque por él tenemos paz para con
Dios, ya que nos reconcilió con el Padre a través de su sacrificio en la cruz del
calvario (Ro. 5: 10, 2 Cor. 5: 18, 19). También es nuestra paz, porque
reconcilió los dos pueblos, el judío y el gentil, en su cuerpo que es la iglesia
(Ef. 2: 14, 15). Jesús también es nuestra paz, porque Él dijo: “mi paz os dejo
mi paz os doy” (Jn. 14: 27), porque cuando oramos y le damos gracias, Él nos
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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da su paz que sobrepasa todo entendimiento humano (Fil. 4: 7).


Jesús es entonces Jehová Shalom (Jehová es paz), como se describe en el
salmo 23: 2 “en lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a
aguas de reposo me pastoreará.” El salmista describe esta paz a través de la
metáfora de las ovejas que necesitan descansar para digerir lo que han
comido, lo cual provee el pastor.
Nosotros tenemos paz en medio de todo porque Cristo es nuestro pastor de
pastores y podemos dejarle todas nuestras cargas, pues Él es nuestra paz (Ef.
2:14).

LA LUZ DEL MUNDO (Juan 8: 12)

Esta denominación se relaciona con los otros enunciados encabezados por la


expresión “Yo Soy”, en cuanto a la obra de salvación que hace Jesús para
vida eterna. El Señor dice: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no
andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

Es importante señalar que esta designación revela la preexistencia de Cristo,


quien fue destinado desde antes de la fundación del mundo: “…sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin macha y sin
contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero
manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1ª P. 1: 19-
20). Dicha preexistencia se puede corroborar si comparamos Génesis 1 y
Juan 1: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y si él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”
(Jn. 1: 1-3). Este versículo narra cómo Cristo es Dios y por Él fueron creadas
todas las cosas; pero también agrega que antes de la fundación del mundo,
de la creación de todas las cosas y en el tiempo de dicha creación, en Jesús
estaba la vida y ésta era la luz de los hombres. El versículo 4 indica que
desde ese tiempo ya se había previsto que el Cristo fuera el cordero sin
mancha que se sacrificaría por los pecados de la humanidad, que sería
revelado en el tiempo postrero, y a través de quien vendría la vida eterna, la
luz de los hombres. Nótese que en Génesis 1: 1 se narra la creación como en
Juan 1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Es interesante ver
cómo este “en el principio coincide con el de Juan 1: 1; y justamente la
expresión en griego es en argé (εν αρχή), la misma que se usa en la versión
griega del Antiguo Testamento, de la Septuaginta:

“En el principio” de Juan que revela la preexistencia de Cristo, se relaciona


con “en el principio” de Génesis en el que Dios creó el cielo y la tierra; y éste
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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evento creativo es el mismo que narra Juan: “Todas las cosas por él fueron
hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Ahora bien, lo interesante de esta relación entre Génesis 1 y Juan 1, es que


el apóstol dice que en Jesús estaba la vida, y ésta era la luz de los hombres,
lo cual señala que Cristo estaba ya destinado como luz, salvación y vida
eterna, como dice 1ª de Pedro 1: 19. Nótese el versículo 4 de Génesis 1 “…y
separó Dios la luz de las tinieblas”, y el versículo 5 de Juan 1: “La luz en las
tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”. El Apóstol
Juan hace una analogía con Génesis 1: 5, de tal manera que confirma la
preexistencia de Cristo, el plan soberano de salvación y la revelación que
acontecería en el tiempo señalado por Dios, el de la gracia cuando Cristo fue
manifestado en carne: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre,
venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero
el mundo no le conoció…” (Jn. 1: 9-19), “Y aquel Verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de vedad” (Jn. 1: 14).

Jesús es la luz del mundo; por eso todo aquél que lo recibe y cree en Él, pasa
de las tinieblas a la luz: “…para que abras su ojos, para se conviertan de las
tinieblas a la luz, de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe
que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados” (Hechos
26: 18), “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os
llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1ª P. 2: 9). Esta luz estaba
profetizada en el Antiguo Testamento: “El pueblo que andaba en tinieblas
vio gran luz; los que moraban en sombra de muerte, luz resplandeció sobre
ellos” (Is. 9: 2). Esta palabra fue dicha para la tierra de Neftalí y Zabulón,
Galilea de los gentiles, y se cumplió en Mateo 4: 14-16. Jesús es el Siervo de
Jehová, profetizado en Isaías 42: 1-7, es la luz de las naciones, el que abre los
ojos de los ciegos, saca de la cárcel a los presos y de casas de prisión a los
que moran en tinieblas.

LA PUERTA DE LAS OVEJAS (Juan 10:9)

Jesús usa esta metáfora para autodenominarse e indicar su labor como buen
pastor. En el Cercano Oriente el pastor solía dormir a la entrada del redil
para brindar protección a sus ovejas; con lo cual su propio cuerpo se
“convertía” en especie de una puerta. Jesús es la puerta porque Él nos
brinda protección y cuidado, nos guarda; también es la puerta porque sólo
por Él tenemos entrada al redil, a la vida eterna, sólo a través de Él tenemos
entrada al Padre, podemos ser sus hijos, y ser guardados.

LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA (JUAN 11: 25) LA VIDA (JUAN 14:6;


COLOSENSES 3:4) EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA (14: 6) LA VID
VERDADERA (15: 1, 5) EL PRIMOGÉNITO DE LA RESURRECCIÓN (APOCALIPSIS
1:5). EL QUE VIVE (APOCALIPSIS 1:18).
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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Estas designaciones de Jesús tienen tres connotaciones: (1) ministerial, (2)


escatológica y (3) soteriológica. En el primer caso se refiere a cómo Cristo en
Juan 11: 23 está a punto de mostrar una poderosa señal en la resurrección
de Lázaro: “tu hermano resucitará” (Jn. 11: 23); Marta entiende esta
afirmación de Jesús en cuanto a la resurrección en el tiempo postrero: “Yo sé
que resucitará en la resurrección, en el día postrero” (v. 24), aludiendo a la
interpretación escatológica; pero Jesús da dos repuestas a esta intervención
de Marta, una referida a su poder que se manifestará como señal de su
ministerio terrenal en la resurrección de Lázaro en ese momento: “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí aunque esté muerto, vivirá” (v.26);
Jesús se muestra como el que levante muertos. La otra respuesta se refiere a
la implicación escatológica y soteriológica; la primera apunta a la
resurrección de los muertos en Cristo antes del arrebatamiento de la iglesia
y de la parousía de Cristo, hecho que se revela en la designación de Jesús
como el primogénito de la resurrección (Ap. 1: 5) y “el que vive” (Ap. 1: 18);
y la segunda, a la salvación en Cristo Jesús que implica pasar de muerte a
vida, evento que también se connota en la designación de Jesús como la Vid
verdadera (15: 1, 5) y la Vida(14: 6); por eso Jesús dice: “Y todo aquel que
vive y cree en mí, no morirá eternamente” (v. 26). Es interesante ver la
estructura cruzada que usa aquí Jesús donde se relacionan los términos, los
enunciados y significados:
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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PADRE ETERNO (ISAÍAS 9:6)

El nombre “Padre” designa la relación que Dios tendrá con su pueblo. El


Salmo 103: 13 describe esta relación: “Como el padre se compadece de los
hijos, así se compadece Jehová de los que le temen”. El adjetivo “eterno” se
remite a la paternidad la cual implica que Dios es protector y sostenedor para
siempre.

ADMIRABLE CONSEJERO (IS. 9: 6).

Este un solo nombre y no dos. Al aplicarse a Jesús, se entiende como quien


tiene la sabiduría, la Palabra verdadera, justa y acorde con lo que todo ser
humano necesita. Jesús es admirable porque es Dios, en Él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad; es consejero porque su consejo
permanecerá para siempre (Sal. 33: 11), porque como lo establece el profeta
Isaías, sobre Jesús reposará el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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temor de Jehová (Is. 11: 2). Isaías hace pares de términos asociados:
sabiduría-inteligencia, consejo-poder, conocimiento-temor de Jehová. En
cuanto al segundo par, consejo-poder, vemos que se puede aplicar a este
nombre admirable consejero pues Jesús es admirable por ser poderoso, es
consejero por su sabiduría, inteligencia, conocimiento.

DIOS (JUAN 1: 1, 18; 20:28; HEBREOS 1:8; ROMANOS 9:5; 2 PEDRO 1:1; 1
JUAN 5:20) LA IMAGEN DE DIOS (2 CORINTIOS 4:4). DIOS FUERTE (ISAÍAS 9:6)
NUESTRO GRAN DIOS Y SALVADOR (TITO 2:13) DIOS (JUAN  20:  28). DIOS
BENDITO (ROMANOS  9:  5). EMANUEL (ISAÍAS  7:  14). DIOS PODEROSO
(ISAÍAS 9: 5).

Estos nombres sustentan la deidad del Señor Jesucristo quien no es un ángel


como algunas doctrinas equivocadas lo establecen. El es Dios, la segunda
persona de la Trinidad, quien tiene todos los atributos divinos, como
veremos en el siguiente apartado de este capítulo. En el Antiguo Testamento
ya se corroboraba con las denominaciones Dios fuerte y Emanuel, Dios con
nosotros, dice Isaías; Dios fuerte (Heb. el gibbor) que significa “Dios Héroe” o
“Dios Heróico”, que destaca la deidad del Mesías.

GRAN SUMO SACERDOTE (HEBREOS 4:14) SUMO SACERDOTE (HEBREOS 2:17)


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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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SACERDOTE PARA SIEMPRE SEGÚN EL ORDEN DE MELQUISEDEC (HEBREOS 5:


6)

El autor de Hebreos usa estos términos para referirse a Jesús y destacar


varios aspectos:
- Su encarnación, mediante la cual fue hecho semejante a sus hermanos
(Heb. 2: 17), evento que le permite compadecerse de nosotros puesto
que fue tentado en todo, pero sin pecado (Heb. 2: 18).
- La expiación con su sacrificio. El sacerdote debía primero ofrecer
sacrificio por sus propios pecados, antes de hacerlo por el pueblo y lo
llevaba a cabo todos los años; Jesús, en cambio, no ofrece sacrificio por
sí mismo porque Él es santo y el que ofreció fue una vez y para
siempre; por ello Jesús es gran sumo sacerdote y sacerdote para
siempre.
- Su sacerdocio que nos permite entrar confiadamente al trono de la
gracia.
- La referencia a Melquisedec el cual se ha considerado como una
teofanía o cristofanía, por varias razones: (1) El nombre Melquisedec
significa “rey de justicia”; (2) también se designa como “rey de paz”;
(3) No tiene genealogía; (4) Jesús es incluido en el sacerdocio según el
orden de Melquisedec.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
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EL SANTO (HECHOS 3:14)

Esta designación apunta a uno de los atributos de Jesús, su santidad, la cual


apunta a su deidad, como veremos más adelante. Jesús es santo, porque es
Dios y éste es un rasgo inherente a la divinidad, a la Trinidad. La santidad es
intrínseca no creada, se puede observar en todas las decisiones, actitudes y
acciones de Dios. Dios es santo y aborrece lo malo, sin embargo tiene una
relación con los seres humanos pecadores, la cual es estrecha mediante
Jesucristo, quien es santo y es nuestro mediador perfecto. Es interesante ver
que Jesús, siendo Dios y por ende santo, al hacerse hombre pudo entrar en
relación con los seres humanos pecadores, para que éstos, al arrepentirse,
creer en Él, recibirlo en el corazón, pudieran ser santificados y así cumplir con
las demandas de santidad de Dios: “Sed santos porque yo soy santo” (1P 1:
16. Cf. Lv. 11: 44. Deut. 22: 19. Jos. 24: 19). Esta expresión si bien apunta
directamente a las acciones, comportamientos, pensamientos e intenciones
de los seres humanos (Ef. 1: 4. 1 P. 1: 15), se dirige también a la necesidad de
recibir a Cristo y seguirle, porque sólo en Él es que podemos ser santificados
y practicar la santidad. Sed santos se traduce en “Recibe a Cristo, lava tus
pecados en Él”.
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ESPERANZA (1TIMOTEO 1:1) LA ESPERANZA DE GLORIA (COLOSENSES 1:27)

Jesús es la única esperanza para el ser humano, porque sólo Él puede darnos
salvación; en Él esperamos la gloria que ha de manifestarse, la vida eterna, el
cuerpo glorioso a la semejanza del suyo; la gloria de su segunda venida, la
gloria de su reinado en el Milenio, la gloria de su reino eterno.

EL REY ETERNO (1 TIMOTEO 1:17) EL REY DE ISRAEL (JUAN 1:49) EL REY DE


LOS JUDÍOS (MATEO 27:11) REY DE REYES (1TIMOTEO 6:15; APOCALIPSIS
19:16) REY DE LOS SIGLOS (APOCALIPSIS 15:3).

Es clara la referencia de estas denominaciones al reinado de Cristo durante el


Milenio, y el reinado eterno. También apunta a su soberanía, atributo divino,
que analizaremos en el apartado siguiente.

EL HOMBRE CELESTIAL (1 CORINTIOS 15:48). EL POSTRER ADAN (1°


CORINTIOS  15:  45.

En estas designaciones se unen el Antiguo y el Nuevo testamentos; Adán


pecó, Jesús nunca pecó; por Adán entró la muerte a la humanidad, por Cristo
entró la vida eterna; Adán es representación de la desobediencia; Cristo de la
obediencia absoluta.
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EL LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ (APOCALIPSIS 5:5)

En este nombre se sintetiza la declaración profética que Dios puso en boca de


Jacob en su lecho de muerte: “Judá, tus hermanos te alabarán. Tu mano
estará sobre el cuello de tus enemigos, y los hijos de tu padre se postrarán
ante ti, Eres un cachorro de león, oh Judá; vuelves a cazar, hijo mío. Se
agacha y se recuesta cual león; y como leona, ¿quién lo despertará? No será
quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga
Siloh; Y a él se congregarán los pueblos” (Gén. 49: 10).
En esta profecía se describe la alabanza que merece Jesús, su reinado eterno;
por ello, en el libro de Apocalipsis se retoma este nombre, puesto que allí se
narra dicho reinado.

EL SEÑOR DE TODOS (HECHOS 10:36) EL SEÑOR DE LA GLORIA (1 CORINTIOS.


2:8) SEÑOR DE SEÑORES (APOCALIPSIS 19:16) EL SEÑOR (YHVH) ES NUESTRA
SALVACIÓN (JEREMÍAS 23:6) EL SEÑOR DE LOS SEÑORES1° TIMOTEO  6:  15.

Este término señala el dominio, poder y soberanía de Cristo sobre todo. Toda
potestad le ha sido dada en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra; todo
dominio le pertenece. Vemos aquí nuevamente referencia a su deidad.
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MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO (HEBREOS 9:15). EL ÚNICO MEDIADOR


(1TIMOTEO 2:5)

Esta denominación relaciona el Antiguo y el Nuevo Testamentos. Jesús es el


mediador del Nuevo Pacto que invalida el pacto anterior, esto es, la ley que
fue dada a Moisés; pero la gracia vino a la humanidad a través de Jesús,
quien es el único mediador entre Dios y los hombres.

LA ESTRELLA RESPLANDECIENTE DE LA MAÑANA.

La referencia aquí es a Números 24. 17: “Saldrá estrella de Jacob, y se


levantará cetro de Israel”. En el contexto de Apocalipsis, se recuerda el linaje
humano de Jesús, la raíz y linaje de David. Es evidente que se resalta el
contexto profético cumplido.

NUESTRA SANTIFICACIÓN (1 CORINTIOS 1:30) NUESTRA REDENCIÓN (1


CORINTIOS 1:30). NUESTRA JUSTIFICACIÓN (1 CORINTIOS 1:30). EL
REDENTOR (JOB  19:  25).

La referencia aquí es a la obra de redención de Cristo, quien nos santificó


pues al recibirlo y creer en Él, todos nuestros pecados pasados son borrados
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y somos declarados justos delante de Dios Padre, ya no pesa sobre nosotros


el veredicto de muerte, el acta en nuestra contra.

La designación “nuestra justificación” también se asocia a Jehová Tsidkenu


(Jehová justicia nuestra), que en el salmo 23 se expresa con el enunciado: “…
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.” Se evidencia aquí
el carácter de Dios quien opera la redención por medio de la cual la
humanidad queda plenamente restaurada en su relación con Él. Jesucristo,
nuestro Jehová-tsidkenu, tomó nuestro lugar (Romanos 5:17-19). El nombre
‘Jehová nuestra justicia’ revela la manera como somos aceptados por Dios,
“El que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros”, y la medida que
sería tomada para nuestra aceptación “para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él” (2ª Corintios 5:21).

ESPOSO (2 CORINTIOS 11:2). CABEZA DE LA IGLESIA EFESIOS  4:  15

Esta denominación se remite a la relación de Cristo con su iglesia, ésta es la


esposa que contraerá nupcias con el Señor después del arrebatamiento. Y
Cristo es el esposo, pero también es la cabeza de la iglesia, siendo ésta
cuerpo que debe ser santo, sin macha, sin arruga. Jesús debe regir la iglesia,
no los hombres, por ello debe ser su Palabra la que se predique y no
mandamientos de hombres.

PODER DE DIOS Y SABIDURÍA DE DIOS (1 CORINTIOS 1:24)


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obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

Se sintetiza aquí el poder de Dios para salvación a todo aquel que crea;
también se resalta que la predicación de Jesús, es la que puede llevar al ser
humano a ser salvo y esto no es sabiduría de hombres, sino sabiduría de Dios.

PROFETA (HECHOS 3:22. MATEO 21: 11. Lc. 13: 33)

La referencia aquí es al oficio de Jesús como profeta y a la palabra profética


que Moisés le dio al pueblo sobre la venida del Mesías (Deut. 18: 15). Este
oficio profético operó en la antigua dispensación a través de la manifestación
del Ángel de Jehová y en las enseñanzas de los profetas en quien actuó
dándole revelación (1 P. 1: 11). Ejemplo de esto es el capítulo 24 de Mateo en
el que Jesús predice los tiempos del fin. Después de la encarnación, su oficio
como profeta continúa en las enseñanzas a los apóstoles y discípulos.
Después de la ascensión, continúa su oficio profético a través del Espíritu
Santo (Berkhof, 1999: 426).

Jesús no sólo es el profeta sino que su testimonio es el espíritu de la profecía.


Antes de él Dios había hablado por muchos profetas, pero después nos habló
a través de su Hijo: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días
nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien
asimismo hizo el universo” (Heb. 1: 1-2). Y esto es así, porque las profecías de
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

los profetas de ese otro tiempo del que habla el autor del libro de Hebreos,
apuntaba a Cristo: “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a
vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salavación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indica el Espíritu de Cristo que
estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y
las glorias que vendrían tras ellos” (1 P. 1: 10-11).

VÁSTAGO JUSTO (JEREMÍAS 23:5) EL JUSTO (HECHOS 7:52; 1JUAN 2:1) EL


JUEZ JUSTO (HECHOS  7:  52). EL SOL DE JUSTICIA (MALAQUÍAS  4:  2)

Estas designaciones apuntan al atributo divino de Jesús sobre la justicia; a la


justicia que se revelaría en Él y nos alcanzaría al recibirle y creer en Él; y a
Jesús como juez porque a Él se le ha dado todo juicio: de los creyentes, los
incrédulos, los ángeles, el falso profeta, el anticristo, satanás, el pueblo de
Israel.

II DEIDAD Y ATRIBUTOS DE CRISTO

Bíblicamente se puede sustentar que Cristo posee dos naturalezas: una


humana y una divina; veamos cada una de ellas.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

 Naturaleza humana
Jesús poseyó los tres elementos de la naturaleza humana, esto es: un cuerpo
material, un alma y un espíritu; tuvo gestación y un nacimiento humano; la
Biblia dice que Jesús fue manifestado en carne (Juan 1: 14; 1 Tim. 3: 16; 1
Juan 4: 2); Jesús poseía intelecto, sentimientos, emociones, razón y al morir
entregó el espíritu (Mat. 27: 50). Jesús tuvo necesidades humanas, tuvo sed,
hambre; sufrió penalidades, lloró, se entristeció, sufrió el dolor y la muerte.
Pero esta naturaleza humana de Cristo fue sin pecado, fue inmaculada,
Hebreos 4: 15, dice que en Cristo tenemos un sumo sacerdote que fue
tentado en todo, pero sin pecado; Lucas 1: 35, dice que nacerá un santo Ser
que será llamado Hijo de Dios; el mismo Jesús decía que nadie podía acusarlo
de pecado (Juan 8: 46); en 2 Corintios se afirma que Jesús no conoció pecado,
pero que Dios lo hizo pecado para que nosotros fuéramos justicia de Dios en
Él. Esto quiere decir que Jesús fue hecho pecado en el sentido judicial; Él
recibió en la cruz todo el pecado de la humanidad, para que fuese anulada el
acta de los decretos que estaba en contra del ser humano, y así poder hacer
justos a los pecadores que aceptaran su sacrificio. (Col. 2: 14). Por ello, era
necesaria la naturaleza humana de Jesús, porque como el hombre pecó, el
castigo debía recibirlo un hombre, en este caso Jesús, quien tomó nuestro
lugar en la cruz, para que nos reconciliáramos con Dios. La paga del castigo
implicaba el sufrimiento del cuerpo y del alma, y Jesús pagó ese precio por
nosotros.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

No obstante, quien pagara el precio del pecado por la humanidad, no


podía tener pecado, debía ser un hombre sin mancha (como el cordero sin
mancha ni defecto ofrecido en el Antiguo Testamento), porque de lo
contrario, no podría haber hecho la expiación por otros; Hebreos 7: 26, dice:
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos”.

 Naturaleza divina.
¿Qué dice la Biblia sobre la deidad de Cristo? En el apartado anterior
analizamos los nombres de Cristo y vimos que varios de ellos apuntan a su
deidad. En este punto estudiaremos los atributos del Señor asociados a este
tema y retomaremos los nombres.
Vamos a tomar como base varios aspectos que argumentan la deidad
de Cristo, citaremos las siguientes versiones bíblicas, según las necesidades
del estudio: Reina Valera 1960, 1995; Nueva versión internacional, NVI;
Nuevo Testamento interlineal griego-español, NTIGE; Biblia Cantera Iglesias,
BCI; y Biblia de las Américas, BA.
Los aspectos que la Biblia declara son los siguientes: 1) Cristo recibe la
adoración como Dios. 2) A Cristo se le denomina explícitamente DIOS. 3) A
Cristo se le aplican nombres de Dios. 4) Cristo es puesto como igual al Padre
cuando asume la voz como Dios. 5) A Cristo se le atribuyen hechos divinos.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

Cristo es adorado.

La Biblia nos enseña que solo Dios debe ser adorado (Ap 19: 10; 22: 8). En las
diferentes versiones bíblicas se corrobora esto; Veamos:
En Mateo 2: 2, 11, se expresa: “y venimos a adorarle”, “y postrándose,
lo adoraron..” (RV, 1960). En Apocalipsis 5: 8 (RV, 1960) se dice
explícitamente: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres viviente y
los veinticuatro ancianos se postraron delante del cordero”; se postraron en
señal de adoración; enseguida el versículo 9 dice que los ancianos cantaron
un cántico de alabanza: “digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos”; en
el versículo 11 y 12 se dice que los millones de millones de ángeles decían a
gran voz: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las
riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”, y más
adelante en el versículo 13, dice: “Al que está sentado en el trono, y al
Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los
siglos”. (RV, 1960, 1995, NVI). Aquí se especifica que la alabanza es para el
Padre, el que está sentado en el trono y para Jesús, el Cordero. Veamos el
capítulo 5: 13, en las otras versiones:
BA: “AL que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra,
la gloria y el dominio por los siglos de los siglos”. Se cambia poder por
dominio.
BCI: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, la bendición, el honor, la
gloria y el poder por los siglos de los siglos”.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

NTIGE: la traducción del griego dice: “Al que está sentado en el trono y al
Cordero (sea) la bendición y el honor y la gloria y el dominio por los siglos de
los siglos”.
Lo interesante de este versículo es que le antecede lo siguiente: “Y a
todo lo creado que está en el cielo; y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y
en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir”. Todo lo creado alaba
al Padre y al Cordero, a Jesús. Compárese este versículo con el salmo 150:
“Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya” (RV, 1960), y el salmo 148 en el
que se describe que toda la creación alaba a Jehová: “Alabad a Jehová desde
los cielos; alabadle en las alturas. Alabadle en las alturas. Alabadle, vosotros
todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos...” El salmo continúa
con el sol, la luna, las estrellas, los cielos de los cielos, las aguas, desde la
tierra, los monstruos marinos, el fuego, el granizo, la nieve, el vapor, el
viento, los montes, los árboles, los animales, los reyes de la tierra. Después se
dice: “Alaben el nombre de Jehová, porque sólo su nombre es enaltecido.
(148: 13). Sólo el nombre de Jehová es enaltecido; y aquí vemos que el
nombre de Jesús también. Esto argumenta la deidad de Cristo. (Para otros
versículos donde se adora y alaba a Jesús, ver: 2 Pedro 3: 18).

Cristo es Dios.

Citaremos varios versículos en los que se dice explícitamente que Jesús es


Dios.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

1) Veamos Juan 1: 1.

RV, 1960: “En el principio era el Verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era
Dios”.
RV, 1995: “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo
era Dios”.
VI: En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo
era Dios.
BA: En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era
Dios.
BCI: Al principio existía la Palabra, y la Palabra existía con Dios, y la Palabra
era Dios.

La versión del griego es: En principio era el Verbo, y el Verbo estaba cerca de
Dios, y Dios era el Verbo (kaí theos en jo logos).

2) Juan 1: 18.

Aquí se explicita más que Jesús es Dios: “A Dios nadie le vio jamás; el
unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (RV,
1960, 1995). Las versiones Reina Valera del 60 y 95 omiten una información
importantísima que sí incluyen las versiones, Versión internacional, Biblia de
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

las Américas, Biblia Cantera Iglesias, las cuales corresponden con la versión
en griego:
BA: Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del
Padre, El le ha dado a conocer.
VI: A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en
unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.
BCI: A Dios nadie lo ha visto nunca; el Dios Hijo Unigénito, el que está en el
regazo del Padre, ése (lo) reveló.
La traducción del griego dice: A Dios nadie ha visto nunca; (el) unigénito Dios
el que está en el seno del Padre, él dio a conocer. (monogenos theos o on eis
ton kolpon tou patros, ekeinos eksegesato).

3) Romanos 9: 5.

RV 1960: de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino
Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amen.
RV, 1995: A ellos también pertenecen los patriarcas, de los cuales, según la
carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos.
Amen.
VI: De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació
Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.
BA: de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el
Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

BCI: a ellos [pertenecen) los patriarcas, y de ellos desciende, según la carne,


el Mesías (Dios, que esta sobre todo, [sea) bendito por los siglos! Amén)

La versión en griego dice: on oi pateres, kai eks on o Cristos to kata sarka; o


on epi panton, theos eulogetos: de quienes (son) los patriarcas, y de quienes
(procede) el Cristo según (la) carne; el que es sobre todas las cosas, Dios
bendito por los siglos, amén.

4) 1ª de Juan 5: 20.

RV, 1960, 1995: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero,
en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
VI: También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado
entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el
Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero. Y estamos con el
Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.
BA: Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a
fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos en aquel que
es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
BCI: pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia
para que conozcamos al Verdadero; y estamos en el Verdadero, en su Hijo su
Hijo Jesucristo; éste es el verdadero Dios y vida eterna.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

En el griego dice, la última parte: kai esmen en to alethino, en to uio autu


‘Iesu Cristo. utos estin o alethinos theos kai dsoe aionios. Y estamos en el
verdadero, en el Hijo de él, Jesucristo. Este es el verdadero Dios y (la) vida
eterna.

Aquí se observa claramente que el pronombre demostrativo, ‘éste’, ‘utos’ se


refiere a su antecedente inmediato, Jesucristo. Así aparece en todas las
versiones.

5) Tito 2: 13.

RV, 1960: aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de


nuestro gran Dios y salvador Jesucristo.
RV, 1995: mientras aguardamos la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
VI: mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de
nuestro gran Dios Salvador Jesucristo.
BA: aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria
de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
BCI: aguardando la esperanza feliz y [la) manifestación esplendorosa
del gran Dios y salvador nuestro, Jesucristo.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

La versión en griego dice: prosdejomenoi ten makarian elpida kai epifaneian


tes dokses tu megalu theu kai soteros emon Cristu ‘Iesu: aguardando la
bendita esperanza y (la) aparición de la gloria del gran Dios y Salvador de
nosotros Cristo Jesús.

Cristo y el Padre comparten situaciones.

Además de compartir adoración como se estableció en páginas anteriores,


Dios Padre y Dios hijo son ubicados en la Biblia en varias situaciones en las
que comparten hechos; veamos:

1. Seremos sacerdotes de Dios, el Padre y de Cristo. Ap. 20: 6.


2. Los 144 mil sellados tendrán en sus frentes el nombre de Dios Padre y
del Cordero.
3. Los 144 mil sellados serán primicias para Dios padre y para el Cordero.
Ap 14:4.
4. Los santos guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Ap: 14:
12.
5. En la nueva Jerusalén tanto el Padre como Jesús serán el templo
mismo: Ap. 21: 22: “porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo
de ella, y el Cordero”.
6. En la nueva Jerusalén Dios y el Cordero la iluminarán. Ap: 21: 22.
“porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”.
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

7. En la Nueva Jerusalén estará el trono de Dios y del Cordero. Ap 22: 3.


“y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le
servirán”.
8. En los saludos de los escritores de la epístolas, se menciona a Dios
Padre y a Jesús: se específica que la gracia proviene de ambos, hecho
que un judío no creyente en Jesús no podía aceptar, porque la gracia
sólo proviene de Dios: “Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y
de nuestro Señor Jesucristo” (Gál., 1: 3; Col. 1: 2; 1ª Tes. 1:1); “Gracia y
paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (1ª de
Cor., 1: 3; 2ª Cor., 1: 2; Ef. 1: 2; Fil. 1: 2; ); “Paz sea a los hermanos, y
amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo” (Ef 6: 23).
9. En varios apartes se habla del evangelio de Dios y en otros, del
evangelio de Cristo. También se habla del Espíritu de Dios y del Espíritu
de Cristo (1 Cor. 9: 12; 1 P. 1: 11).
10. Nuestra comunión es con el Padre y con su hijo Jesucristo: 1ª Juan 1:
3.
11. El Hijo debe ser honrado como al Padre: “para que todos honren al
Hijo como honran al padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre
que le envió” (Jn., 5: 23. Reina Valera 1960. Biblia de las Américas.
Biblia Cantera Iglesias).
12.La vida eterna es que conozcan al Padre y al Hijo: “Y esta es la vida
eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado.” (Jn., 17: 3).
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

Cristo tiene los atributos de Dios.

1. Eternidad

Este atributo sólo le pertenece a Dios. Los ángeles fueron creados y han
presenciado múltiples edades, pero éstas no se equiparan a la eternidad que
sólo Dios posee. Jesús tiene este atributo, en los nombres de Cristo veíamos
que Isaías le denomina Padre eterno (Is. 9: 6); Miqueas, dice refiriéndose a
Jesús, que sus salidas son desde los días de la eternidad (Mi. 5: 2); Juan
afirma que en el principio era el Verbo, y este estaba con Dios y era Dios (Jn.
1: 1); Jesús mismo dice: “antes que Abraham fuese Yo Soy” (Jn. 8: 58),
reiterando el nombre revelado a Moisés.

2. Inmutabilidad.

Dios no cambia. Este atributo se la inmutabilidad se le aplica también a


Cristo; un ejemplo que sustenta esto se encuentra en el Salmo 102: 25-27
donde se habla de Jehová; este mismo salmo se cita en Hebreos (1: 10-12)
pero aplicado a Cristo. El mismo autor de Hebreos dice de Jesús que es el
mismo de ayer, hoy y por los siglos (Heb. 13: 8).
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

3. Omnipotencia

Isaías 9: 6 se dice de Jesús que es Dios fuerte, aludiendo a su poder; el mismo


nombre El Todopoderoso se le asigna a Jesús (ver apartado de los nombres
de Cristo).

4. Omnisciencia:

En Juan 6: 64 se afirma que Cristo sabía quiénes eran las personas que
habrían de creer en Él. También dice: “Ahora entendemos que sabes todas
las cosas” (Jn. 16: 30). Pedro dijo “Señor, tú lo sabes todo” (Jn. 2: 25).

5. Omnipresencia.

En Efesios 1: 23 dice que Jesús es la plenitud de Aquel que todo lo llena en


todo”. Él también dijo que vendría a hacer morada en los creyentes cristianos
(Jn. 14: 23) y prometió que donde hubiera dos o tres congregados en su
nombre, allí estaría (Mt. 18: 20); también dijo “he aquí yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28: 20).
Además de estos atributos de Cristo, se pueden mencionar otros como: vida
(Jn. 1: 4; 5: 26; 10: 10); la verdad (Jn. 14: 6; Ap. 3: 7); la santidad (Lc. 1: 35; Jn.
6: 69); el amor (Jn. 13: 1; 1 Jn. 3: 16).
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

Cristo hace las obras de Dios


Cristo participa de las obras como el Padre y el Espíritu Santo.
1. Es el creador de todas las cosas. (Jn. 1: 3, 10).
2. Es el preservador de todas las cosas (Heb. 1: 3).
3. El perdona pecados (Lc. 5: 24).
4. El resucita a los muertos. (2 Cor. 1: 9)
5. A Él se le ha dado todo juicio. (Jn. 5: 22).

LA UNIPERSONALIDAD DE CRISTO

Al inicio de este apartado plateamos que Jesús tiene dos naturalezas; pero
esto no quiere decir que en Él haya dos personas; por lo tanto, es necesario
mencionar la unipersonalidad del Señor; esto quiere decir que en Jesús no
había dos personas diferentes o dos personalidades; sino que Cristo es UNA
persona, con dos naturalezas. El término ‘naturaleza’ se refiere a la suma
total de todas las cualidades esenciales; mientras que ‘persona’ se define
como una sustancia completa capacitada con la razón, un sujeto responsable
de sus propias acciones. Cristo es una persona que posee la suma de
cualidades humanas y la suma de cualidades divinas. Esto es importante
aclararlo, para poder entender que cuando Cristo se encarnó en hombre, no
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Rodríguez Cadena Yolanda, Ferrer Ruiz Gabriel. Cristología: Doctrina de la persona y
obra de Cristo, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.

perdió su naturaleza divina, ésta permaneció inmutable; Cristo es Dios


inmutable; Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos” (ver cita)

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