Professional Documents
Culture Documents
Reinaldo Rojas*
*
Profesor Titular de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Doctor en Historia. Premio
Nacional de Historia (1992), Premio Continental de Historia Colonial de América “Silvio Zavala”,
México, IPGH (1995) y Premio a la Labor Investigativa UPEL 2004. Miembro del Programa de
Promoción del Investigador (PPI) Nivel IV desde 2004.
1
CHARTIER, Roger. Les origines culturelles de la Révolution Française. Paris: Éditions du Seuil.
1990.
2
HABERMAS, Jürgen. L’Espace public. Paris: Payot. 1978.
3
BOUCHINDHOMME, Christian. Le vocabulaire de Habermas. Paris: Ellipses. 2002. p. 58.
4
Ibid. p. 37.
XVIIIe et au début du XIXe sicle”. 5 Y es aquí donde se ubica el enfoque historiográfico
de Chartier para el caso francés, al estudiar el proceso de conformación del espacio
público que aparece progresivamente en el siglo XVIII en la Francia del siglo XVIII,
identificando la conformación de una “esfera pública política”, que puede ser calificada
de burguesa, diferente a la “esfera del poder público” que representa el estado
monárquico. Esta esfera pública política, nace de la esfera pública literaria que hace
vida en aquellas instituciones que a lo largo del siglo van constituyendo un público
como instancia de la crítica estética el cual se desarrolla en salones, cafés, clubs y
periódicos. Se trata, en este caso, de la constitución de un nuevo público “…fondé sur
la communication instaurée entre des personnes «privées», liberées des devoirs dus au
principe. »6 Tal comunicación postula la igualdad entre sus diferentes participantes, por
lo que esta nueva esfera pública política no conoce de la distinción de órdenes y de
estados que han jerarquizado la sociedad de Antiguo Régimen.
Caracas es en 1800 una pequeña ciudad con una población cercana a los
cuarenta mil habitantes. Así lo describe el sabio Alejandro de Humboldt: “Su población
en 1800, según las investigaciones que hice sobre el numero de nacimientos, era de
unas 40.000 almas; los habitantes más instruidos la crían aun de 45.000, de los que
12.000 eran blancos, y 27.000 pardos libres.”10 De la vida cultural y política de aquella
urbe nos dice:
9
CHARTIER, Roger. Op. Cit. 1990. p. 47.
10
HUMBOLDT, Alejandro de. Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. Caracas:
Ediciones del Ministerio de Educación. 1956. Tomo II. P. 246.
“En Caracas existen, como dondequiera que se prepara un gran cambio en las
ideas, dos categorías de hombres, pudiéramos decir, dos generaciones muy
diversas. La una, que es al fin poco numerosa, conserva una vida adhesión a
los antiguos usos, a la simplicidad de las costumbres, a la moderación den los
deseos. Sólo vive ella en las imágenes del pasado…(…) La otra, ocupándose
menos aun del presente que del porvenir, posee una inclinación, irreflexiva a
menudo, por hábitos e ideas nuevas. Y cuando estas inclinación se haya
acompañada del amor por una instrucción sólida, cuando se refrena y se dirige
a merced de una razón fuerte e instruida, sus efectos resultan útiles para la
sociedad.”11
Miguel José Sanz, junto a figuras intelectuales como Francisco Isnardy (1750-
1814), Juan Germán Roscio (1763-1821), Antonio Muñoz Tébar (1792-1814), serán
elementos claves en la conformación de esa República de las Letras sobre la cual se va a
forjar la opinión pública entre 1810 y 1811. Y qué más nos recuerda Humboldt de la
vida cultural de aquella ciudad. Veamos:
11
Ibid. p. 262.
12
Cf. CANELON, Jun Saturno. Miguel José Sanz (1756-1814). Caracas: Ministerio de Educación. 1973
13
PICON SALAS, Mariano. De la conquista a la independencia. México: Fondo de Cultura
Económica. 1950. p. 180.
14
Idem.
“Noté en varias familias de Caracas gusto por la instrucción, conocimiento de
las obras maestras de la literatura francesa e italiana, una decidida
predilección por la música, que se cultiva con éxito y sirve – como siempre
hace el cultivo de las bellas artes - para aproximar a las diferentes clases de la
sociedad.”15
A estos datos etnografía cultural que nos aporta Humboldt hay que agregar que
para 1808, Caracas cuenta en el campo educativo, a pesar de su atraso en la escuela de
primeras letras, con la Real y Pontifica Universidad de Santiago de León de Caracas,
fundada en 1721, a partir del Real Colegio y Seminario de Santa Rosa de Lima. El
dominio de la filosofía escolástica y del Peripato aristotélico ya tienen rival cuando en
1788, el clérigo y doctor Baltasar de los Reyes Marrero introduce en su cátedra de
Artes, la filosofía moderna, divulgando entre sus estudiantes “…los principios físico-
matemáticos de Newton, y las leyes de Keplero, y el sistema de Copérnico, y las teorías
químicas de Stalh, Davy y Lavoisier, y las opiniones de Francklyn, Volra, Brisson y
Humboldt acerca de la electricidad y el galvanismo…”,16 enseñanzas que afianzarán
aun más el espíritu ilustrado de nuestra generación de independencia, formada en aquel
centro universitario. De la importancia de la labor de Marrero nos dice lo siguiente el
historiador Caracciolo Parra León:
“La dirección dada por Marrero al curso de filosofía no fue efímera ni de poco
momento; no fue simple incidente aplastado por el fanatismo del medio, sino
anhelo común de una pléyade de individuos, cada días más grande, educado
como él, y con los mismo medios que él, en la Caracas de la segunda mitad del
siglo XVIII…(…)Por eso, cuando Marrero se separó de la Cátedra,
sucediéronle en ella Francisco Antonio Pimentel, de su misma tendencia, José
Antonio Anzola, que durante tres años volvió (según la Crónica Eclesiástica)
por los fueros de lo antiguo, y Rafael Escalona, de memoria inolvidable,
discípulo de Marrero, y el insigne Alejandro Echezuría, que continuaron la
progresiva corriente de ideas y autores modernos hasta el nacimiento de la
República.”17
15
HUMBOLDT, Alejandro de. Op. Cit. 1956. Tomo II. P. 264.
16
PARRA LEON, Caracciolo. Filosofía universitaria venezolana 1788-1821. Caracas: Parra León
hermanos editores. 1933. p. 45.
17
Ibid. p. 63 y 64.
A falta de salones de lectura, cafés y clubs, tal como lo reseña otro viajero
ilustrado, el francés Francisco Depons en su Viaje a la parte oriental de Tierra Firme
en la América meridional18, hay referencia a la costumbre de hacer tertulias en las
casas caraqueñas, como los de la familia Ustáriz, donde “…Roscio, se reúne con Sanz,
Muñoz Tébar, Bello, Isnardy, los Ribas, los Salias y otras destacadas personalidades,
viejas y jóvenes, que, entre lecturas, recitaciones, representaciones, galanterías con
las damas, sorbos de café tinto o de humeante chocolate, comentan en voz baja las
nuevas ideas y los acontecimientos de que, de tarde en tarde, tienen noticias.”19 Esta es
la ciudad que recibe la llegada de la imprenta y la edición de su primer periódico, la
Gaceta de Caracas, cuyo primer número aparece en octubre de aquel año, coincidiendo
con la ocupación francesa de la Península con el cual se inicia la crisis del Imperio
español en América.
18
Cf. DEPONS, Francisco. Viaje a la parte oriental de Tierra Firme en la América meridional.
Caracas: Edición del Banco Central de Venezuela. 1960. 2 tomos.
19
LOSADA, Raúl Benito. Juan Germán Roscio. 1763-1821. Caracas: Ministerio de Educación. 1973. p.
26.
20
Entre sus redactores se encuentran Andrés Bello y Juan Germán Roscio.
21
ANDERSON, Benedit. Comunidades imaginadas. México: Fondo de Cultura Económica. 1997. p.
23.
“esfera del poder público” que forma parte del estado monárquico, espacio donde se
gesta la opinión pública y se forma un público, como instancia de critica estética.
24
Gaceta de Caracas del 20 de enero de 1809.
25
Este documento fue firmado por la Junta Central en el Real Alcázar de Sevilla, con fecha 29 de enero
de 1809, y fue publicado en Caracas en los números 34 y 35 de la Gaceta, correspondiente a los días 7 y
14 de de abril de 1809. En este principio de igualdad política, anunciado en este documento, reposará la
razón fundamental para el desconocimiento de la Regencia en 1810, al no cumplirse este dictado de la
Junta de reconocer la representación de los americanos en el Gobierno Provisional y en las Cortes
convocadas ese año mismo año de 1810. El aporte de la Gaceta al difundir esta documentación será,
pues, de fundamental importancia en el desenlace posterior.
26
El Colombiano. No. 1. Londres, 15 de marzo de 1810. En: El Colombiano de Francisco de
Miranda. Caracas. Publicaciones de la Secretaría General de la Décima Conferencia Interamericana.
Colección Historia No. 1. 1952. p. 7.
corresponde”27 Del principio de fidelidad, que sigue presente, aparece con igual fuerza,
el principio de representación de la Soberanía.
El Acta publicada nos permite conocer – por otro lado - el proceso de integración
de aquella Sociedad Patriótica de la “República barcelonesa”, dato importante para
conocer esa esfera política pública que venía conformándose en otras regiones de la
Venezuela colonial de principios del siglo XIX. Leemos en el documento:
32
“Sociedad Patriótica de Barcelona”. El Patriota de Venezuela. Caracas, 11 de octubre de 1811.
Cabe destacar de esta información, que la Sociedad Patriótica se asume como
una organización política de ciudadanos que la sustentan, inclusive, como “socios
suscritos” la cual debe cumplir una labor de educación ciudadana como de espacio
de discusión pública “…atendida la grave naturaleza de las materias que discuta y la
necesidad que tenga el pueblo de ilustración…”
33
MAGALLANES, Manuel Vicente. Los partidos políticos en la evolución histórica venezolana.
Caracas: Ediciones Mediterráneo. 1973.
opinión pública forjaron también esos nuevos espacios de sociabilidad típicamente
modernos. Por ello, no es aventurado afirmar que el proceso de modernización de la
sociedad venezolana también se inició en ese brevísimo tiempo histórico que va de abril
de 1810 a julio de 1811, periodo que se extiende hasta julio de 1812 cuando Miranda
firma la Capitulación de San Mateo con la cual se formaliza la pérdida de esta Primera
República. Pero la idea de la republica ya había empezado a andar en la conciencia
social venezolana, aunque ahora tocará hacer valer con la fuerza de las armas la
decisión tomada.